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Resto cubo dijo dijo como chau vivo cubo

LA FE

Porque la fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios; es necesario


obedecer a la fe, por eso Pablo dice: “Gracias a Dios, que aunque erais esclavos del
pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis
entregados” (Rm 6:17) la doctrina es lo que el esqueleto es al cuerpo, la doctrina es la
que forma al cristiano, la que le da figura, lo que nos moldea nuestra personalidad como
cristianos. Por esto es necesario escuchar el llamado de Dios; que nuestros oídos estén
atentos como se dice de Abraham “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para
salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba” (Heb
11:8) cuando el Señor envía su Palabra solo hacemos una de dos cosas; aceptamos su
Palabra obedeciéndola o rechazamos su Palabra desobedeciéndola; “Abraham
creyó a Dios” fe es creerle a Dios, no creer en Dios; en Dios cree todo el mundo y
pocos son los que le creen a Él, por esto la fe viene por el oír, el oír la Palabra de Dios;
porque la Palabra de Dios es la que abre el oído; porque por el oído entra la vida; Juan
5:24 dice: “De cierto, de cierto os digo: el que oye mi palabra, y cree al que me envió,
tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida.” Por el
oído entra la vida, continua en el 25: “De cierto, de cierto os digo: viene la hora, y
ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren
vivirán.” Los que oyeren dice el Señor: VIVIRAN; la Palabra de Dios nos da vida, nos
saca de condenación.

la que se entrega a los placeres viviendo está muerta”, como podemos ver se
nos va aclarando cuales son las personas que están muertas, aquellas que están en su
delitos y pecados, aquellos que están alejados de la voluntad de Dios y aquellos que se
entregan a los placeres de la carne; ¿estamos muertos? Preguntémonos,
escudriñémonos; si les dijera están muertos ¿lo aceptarían? Es una idea que no podemos
aceptar, es algo terrible, diríamos algunos “quizás no sea un buen siervo de Dios pero
¿muerto yo? Claro que no; quizás no le pongo tantas ganas a cumplir la voluntad de
Dios pero ¿muerto?, no lo aceptamos, porque nos negamos a aceptar la verdad. Pero nos
guste o no, eso no importa, porque lo importante es lo que el Señor dice, no lo que
nosotros decimos o pensamos.

LA FE

Porque la fe viene por el oír y el oír por la Palabra de Dios; es necesario


obedecer a la fe, por eso Pablo dice: “Gracias a Dios, que aunque erais esclavos del
pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis
entregados” (Rm 6:17) la doctrina es lo que el esqueleto es al cuerpo, la doctrina es la
que forma al cristiano, la que le da figura, lo que nos moldea nuestra personalidad como
cristianos. Por esto es necesario escuchar el llamado de Dios; que nuestros oídos estén
atentos como se dice de Abraham “Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para
salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba” (Heb
11:8) cuando el Señor envía su Palabra solo hacemos una de dos cosas; aceptamos su
Palabra obedeciéndola o rechazamos su Palabra desobedeciéndola; “Abraham
creyó a Dios” fe es creerle a Dios, no creer en Dios; en Dios cree todo el mundo y
pocos son los que le creen a Él, por esto la fe viene por el oír, el oír la Palabra de Dios;
porque la Palabra de Dios es la que abre el oído; porque por el oído entra la vida; Juan
5:24 dice: “De cierto, de cierto os digo: el que oye mi palabra, y cree al que me envió,
tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, más ha pasado de muerte a vida.” Por el
oído entra la vida, continua en el 25: “De cierto, de cierto os digo: viene la hora, y
ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios; y los que la oyeren
vivirán.” Los que oyeren dice el Señor: VIVIRAN; la Palabra de Dios nos da vida, nos
saca de condenación.

LA EXISTENCIA Y LA VIDA

Porque una cosa es la existencia y otra es la vida, el hombre natural solo existe,
pero la vida la da el Señor “Él nos dio vida cuando estábamos muertos en nuestros
delitos y pecados”; pero es necesario que nos preguntemos si nosotros estamos ¿vivos o
muertos?

Por naturaleza espiritualmente todos estamos muertos como el Señor lo dice en


la parábola del hijo prodigo “este es mi hijo, estaba muerto y ha revivido”; Pablo
también lo declara “la que se entrega a los placeres viviendo está muerta”, como
podemos ver se nos va aclarando cuales son las personas que están muertas, aquellas
que están en su delitos y pecados, aquellos que están alejados de la voluntad de Dios y
aquellos que se entregan a los placeres de la carne; ¿estamos muertos? Preguntémonos,
escudriñémonos; si les dijera están muertos ¿lo aceptarían? Es una idea que no podemos
aceptar, es algo terrible, diríamos algunos “quizás no sea un buen siervo de Dios pero
¿muerto yo? Claro que no; quizás no le pongo tantas ganas a cumplir la voluntad de
Dios pero ¿muerto?, no lo aceptamos, porque nos negamos a aceptar la verdad. Pero nos
guste o no, eso no importa, porque lo importante es lo que el Señor dice, no lo que
nosotros decimos o pensamos.

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