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EL MUESTREO

I. INTRODUCCIÓN

Si bien todas las fases involucradas en los procesos de evaluación de un


yacimiento tienen su importancia, el muestreo, por ser la primera y la que va a
condicionar, en gran parte, la viabilidad económica de la explotación, presente
una serie de características que le confieren un carácter crítico. Como bien
hace constar Vallée (1992) “… si las muestras no son representativas del
yacimiento, el resto de la evaluación carece de interés”. Por ello, el técnico
encargado de llevar a cabo el muestreo debe asegurar que tales factores, tales
como la cantidad de muestra a tomar, su disposición, la reducción de la
cantidad de muestra original, etc., aseguren la citada representatividad. En los
siguientes apartados se tomarán en consideración, de la forma más detallada
posible, todos aquellos aspectos que permitirán concluir la fase de muestreo
con el mayor éxito posible.

Barnes (1980) define una muestra como “ … una parte representativa de un


todo grande que se toma con el objetivo de estudiarla” y que constituye “… una
parte de una población estadísticas cuyas propiedades se estudian para
obtener información del conjunto total”. Por su parte, Vallée (1992) afirma que
la muestra es “… una relativamente pequeña cantidad de material, tomada de
acuerdo con un procedimiento sistemático, a partir de la cual se evalúan las
características del conjunto al que representa”. La combinación de ambas
definiciones hace aflorar las características básicas que debe cumplir un
muestreo, así como los objetivos que se persiguen: representatividad,
procedimiento sistemático en la obtención y, como objetivo fundamental, la
obtención de información del conjunto total: el yacimiento.

De forma intuitiva se puede percibir que la representatividad de una


determinada muestra va a venir condicionada por la heterogeneidad de la masa
primaria. Esta heterogeneidad se puede manifestar, básicamente, de formas
diferentes: (a) en la textura de la mineralización, pues una mena de tamaño
grueso, a igual ley, es más heterogénea que una fina y (b) en la composición
mineralógica, ya que la homogeneidad es menor, a igual ley, en aquellos
minerales que poseen un porcentaje más elevado en la fase de interés
económico.

La toma de muestras en yacimientos metálicos o de rocas y minerales


industriales se lleva a cabo en diferentes estadios a lo largo de los procesos de
exploración, evaluación y explotación.

Durante la fase de exploración, el muestreo tiene como objetivo primordial el


análisis de los testigos de los sondeos, con el fin de evaluar las intersecciones
de mineral, comúnmente muy separadas entre sí. De esta forma, se tendrían
leyes y espesores insitu, pero se obtendrá poca información sobre la
continuidad de la mineralización potencialmente económica y, prácticamente,
ninguna sobre las restricciones desde el punto de vista minero. Una vez que el
proyecto minero tienen posibilidades de llevarse adelante, en la fase de
evaluación se cierra la malla de sondeos y se obtiene un número mucho mayor
de muestras, lo que permite matizar los datos obtenidos en la fase de
exploración, generándose un mayor grado de precisión en la estimación.

Durante la fase previa a la explotación, si ésta se va a llevar a cabo, el


muestreo tiene como objetivos establecer ensayos sobre piso y techo de las
galerías, en caso de que el método de explotación sea subterráneo, teniendo
en cuenta, no sólo la mineralización, sino también la dilución potencial por
material estéril o de baja ley. El muestreo, por ello, es mucho más intenso en
esta fase, obteniéndose datos para establecer bloques individuales de
explotación, zonas internas de baja ley o estéril, áreas de diferente
comportamiento mineralúrgico, etc. También puede servir para definir zonas
que contienen, por ejemplo, elementos penalizables (Hg) o elementos que
pueden actuar como subproductos (Au o Ag).

Por último, durante la propia fase de la explotación, el muestreo se realiza para


establecer los controles de leyes, cuyos objetivos pueden ser muy variados:
comparación con los modelos de estimación previos, agotamiento de zonas,
presencia de áreas de baja ley, etc. También se suele llevar a cabo, en zonas
limítrofes al yacimiento delimitado, con el objetivo de ampliar las reservas
existentes, lo que produce un aumento de la vida de la explotación minera y,
con ello, una mejor amortización de las inversiones.

La investigación que se realiza en las muestras obtenidas puede tener un


carácter muy variado: análisis químico para el cálculo de leyes, análisis físicos
y/o tecnológicos. Aunque los análisis físicos y tecnológicos poseen una
indudable importancia, son los químicos los que, en un primer estadio,
encierran el interés del muestreo, pues son los que van a definir si la
mineralización tiene el suficiente valor económico como para que sea viable
continuar con el proyecto minero.

Resulta evidente que no todos los yacimientos son iguales, por lo que las
características de cada uno de ellos son las que van a definir cómo debe
hacerse el muestreo. Carras (1987) establece una clasificación de los
diferentes tipos de depósitos minerales, de acuerdo con la variabilidad de sus
calidades o leyes, así como su geometría. Basándose en esto, se pueden
definir tres tipos básicos:

Tipo A. Coeficiente de variación bajo. A su vez, se puede subdividir en dos


suptipos:
A1 – geometría sencilla y distribución de calidades simple; son por ejemplo de
esta situación muchos depósitos de carbón, hierro, bauxita, lateritas
niquelíferas y cobre estratiforme.

A2 – geometría sencilla y distribución de calidades compleja; son por ejemplo


los depósitos de cobre diseminado, stock Works de oro o los yacimientos de
oro tipo Witwatersrand.

Tipo B. Geometría compleja y distribución de calidades sencilla, con un bajo


coeficiente de variación. Ejemplos de estos depósitos son los cupríferos en
skarn.

Tipo B. Geometría compleja y distribución de calidades compleja, con un alto


coeficiente de variación. Estos depósitos tienen tanto una concentración
irregular dentro del conjunto como una débil definición de sus márgenes,
siendo en ellos difícil un muestreo que propicie su evaluación estadística de
forma segura. Como ejemplo se pueden citar algunos yacimientos
precámbricos de oro en Canadá y en otras partes del mundo.

Como se observa, la tipología de los depósitos minerales, desde el punto de


vista de de la estrategias del muestreo, es enormemente variada y el proponer
una metodología única constituye una tarea inútil. Teniendo en cuenta esta
valoración, se ofrece, en los apartados siguientes, una panorámica de los
diversos métodos de muestreo, así como pautas generales sobre detalles
sustanciales relativos al peso, densidad, etc., de las muestra a tomar.

II. METODOLOGÍA DEL MUESTREO

El muestreo, como se ha comentado anteriormente, debe ser representativo,


por lo que es imprescindible cumplir una serie de requisitos que afectan a: (a)
cómo se va a tomar la muestra; (b) la distancia entre muestras y, (c) la cantidad
de material en cada muestra.

Si se consigue que la muestra se haya tomado de forma adecuada, que su


distancia con la siguiente sea la correcta y el peso obtenido sea suficiente, se
podrá tener una cierta seguridad de que el proceso se ha llevado a cabo de
forma correcta. Y es importante el carácter de cierta, pues no hay que olvidar
que la relación entre el material tomado y la población total, que en muestreos
sociológicos pueden considerarse válida para valores de 1/5000, en geología
en general, y en minería en particular, puede, en el mejor de los casos,
alcanzar valores de 1/109, lo que da una idea de lo frágil que resulta la
estimación.
II.1 Tipos de muestreos
Conceptualmente existen tres tipos básicos de muestreo (Koch y Link, 1970):
(1) muestreo al azar; (2) muestreo estratificado y, (3) muestreo sistemático.
Dada la ya referida importancia que tiene la obtención de muestras en minería,
frecuentemente se desecha el primer tipo, pues puede conducir a errores muy
importantes (p.e. obtención de una ley superior a la real), dado que la
suposición básica para que este tipo de muestreo sea representativo, que el
conjunto sea absolutamente homogéneo, rara vez se cumple en minería. Por
ello, se acude a métodos que se encuentran entre el estratificado y el
sistemático. El tipo de muestra y su número dependen de muchos factores,
entre los cuales se pueden citar (Annels, 1991):

(1) El tipo de yacimiento y la distribución y tamaño de partícula de la fase de


interés económico.
(2) El estadio en que se encuentra el proyecto minero.
(3) La accesibilidad que presente la mineralización.
(4) El costo de la toma de muestras, los fondos disponibles y el valor de la
mineralización. Es lógico pensar que sobredimensionar un muestreo en
una mineralización de bajo valor resulta insostenible desde un punto de
vista económico.

Salvando estas características y de acuerdo con el carácter


estratificado/sistemático de los métodos empleados, a continuación se
describen las formas de muestreo más utilizadas en minería.

II.1.1 Ranurado (canal) continuo

Esta técnica de muestreo ha sido muy común en minería, especialmente en


métodos de explotación subterráneos, aunque en las últimas décadas se ha ido
abandonando por razones de costo y rendimiento. Consiste en la excavación
de un canal estrecho y continuo, bien de forma horizontal, vertical o
perpendicular al buzamiento del nivel mineralizado (figura). Las dimensiones de
la acanalura pueden ser variables, aunque valores de 3-5 cm de profundidad y
5-10 cm de ancho son los más comunes, debiéndose mantener, en lo posible,
estas dimensiones lo más constantes posible. Se toma como muestra el total
del material extraído, recogiéndose en tela lisa o plástica extendida al pie del
lugar de la toma.

Figura. Ejemplo de muestreo con ranurado continuo (Dolacouthi, Gran


Bretaña).

Si se juntan varias muestras de una ranura para constituir una única muestra,
la cantidad de cada una debe ser proporcional a la veta o capa respectiva. La
separación o distancia entre acanaladuras depende de las irregularidades o
variaciones dentro de la masa mineralizada, no siendo aconsejable, por pérdida
de representatividad de las muestras, separaciones que superen los cinco
metros.

La correcta clasificación de las muestras incluye a los datos relativos a las


distancias entre ranurados, ancho total de la zona mineralizada (horizontal,
vertical, verdadera), número de muestras tomadas, longitud de la muestra,
descripción de las características mineralógicas, estimación visual de las leyes,
tipo de roca encajonante, etc.

II.1.2 Ranurado (canal) discontinuo

Esta método suele sustituir al anterior, en muchas ocasiones, por razones de


costo y rendimiento. Consiste en la obtención de trozos de muestras, no de
forma continua como el ranurado continuo, sino a lo largo de una línea o líneas,
normalmente en direcciones horizontales. También suele ser frecuente la
definición de una pequeña malla regular en dos direcciones, obteniéndose las
muestras en los correspondientes nodos de la malla (figura). Las distancia
entre puntos puede ser variable, en función de las características y el valor de
la fase mineral, aunque lo normal es separar muestras entre 20 y 30 cm. La
cantidad de muestra debe ser similar, pues de lo contrario se pueden producir
sesgos en los resultados del muestreo. Valor de 45 mm de diámetro y 25-30 cm
de profundidad en las muestras se consideran normales, aunque para
minerales de alto valor (filones de oro), se toman muestras espaciadas entre
0,4 y 0,5 m, que generen entre 4 y 5 Kg de material que se envían para el
análisis.

Este tipo de muestreo es muy indicado para definir las leyes mínimas de corte
(cut off) en tajos de desarrollo minero posterior y es particularmente útil en el
control de leyes del mineral en minas subterráneas productivas. También en
ocasiones se pueden utilizar las mallas de los barrenos de voladura como
método para la obtención de muestras, aunque el propio carácter de la muestra
le resta eficacia.

Figura. Diferentes tipos de muestreo en ranurado discontinuo


II.1.3 Muestreo a partir del material ya extraído

II.1.4 Muestreo en masa

II.1.5 Muestreo en sondeos

II.1.6 Control de leyes

II.1.7 Otros tipos de muestreos

II.2 Densidad del muestreo

II.2.1 Método basado en el coeficiente de variación

II.2.2 Método vado en la geoestadística

II.2.3 Método basado en el correlograma

II.2.4 Método de las diferencias sucesivas

II.2.5 Optimización del número de muestras

II.2.6 Consideraciones sobre la densidad del muestreo

II.3 Cantidad de muestra

II.4 Reducción del peso de muestra

II.5 Errores en el proceso de reducción del peso de la muestra

3. DETERMINACIÓN DE LOS ERORRES ANALÍTICOS

3.1 Error fortuito

3.2 Error sistemático

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