“PENSAR TEÓRICO-PENSAR EPISTÉMICO.

LOS DESAFÍOS DE LA HISTORICIDAD EN EL CONOCIMIENTO SOCIAL”

Hugo Zemelman:

La realidad socio-histórica tiene múltiples significados. Esto plantea la necesidad de una constante resignificación, tema
central en el proceso de investigación y, por lo tanto, central en la metodología. La necesidad de resignificar surge por el
desajuste entre teoría y realidad. Los conceptos se construyen a un ritmo más lento que los cambios que se dan en la realidad.
En el ámbito de las universidades de América Latina, en las políticas de formación de los científicos sociales no hay
preocupación por el tópico, o bien, se cree que es exclusivo de los filósofos de la ciencia, de los lógicos.

Afortunadamente, hay grupos de intelectuales que han comenzado a reaccionar y han puesto de manifiesto que muchos de
los conceptos que utilizamos para entender el estado, la sociedad, las desigualdades, la democracia, la cultura, incluso para
entender las dinámicas sociales, la propia educación, no responden a conceptos que reflejan la realidad que llamamos
histórico, sino que son sólo conceptos. En la medida que el problema es la teoría misma requiere ser resignificado, a la luz
de las realidades históricas, muchas veces emergentes, nuevas, inusitadas e imprevistas. Cuando hablamos de pensamiento
lo entendemos como una postura, una actitud que cada persona es capaz de construirse a sí mismo frente a las circunstancias
que quiere conocer.

Surge la necesidad de distinguir entre un pensamiento teórico o un pensamiento epistémico, cuya diferencia esta en cómo
se resuelve la relación del pensamiento con la realidad que se quiere nombrar. Es decir, en el pensamiento teórico la relación
que se establece con la externalidad es siempre un pensamiento que tiene contenidos, por lo tanto, el discurso de ese
pensamiento es siempre un discurso predictivo, vale decir, un discurso atributivo de propiedad, pues un pensamiento teórico
es un pensamiento que hace afirmaciones sobre lo real.

El pensamiento teórico es un pensamiento que ya tiene un contenido organizado y su estructura en térmicos de construir
proposiciones es muy precisa. En cambio, cuando hablamos de pensamiento epistémico nos referimos a un pensamiento
que no tiene contenido y es lo que cuesta entender.

Bachelard afirma que la tarea de la ciencia es ponerle nombre a las cosas. El problema será no ponerle nombre viejo a las
cosas nuevas y de creer que porque no tienen nombre, en el momento en que se plantea, son innombrables. En ese tránsito
se ubica el pensamiento epistémico. Por otro lado, Lakatos se pregunta porque el ser humano ha podido progresar en la
construcción de su conocimiento. Y considera que es porque el hombre ha sido capaz de pensar en contra de sus propias
verdades y certezas. Plantearse un distanciamiento respecto de esos contenidos/significaciones. Lo que llamó pensamiento
epistémico.

En el ámbito de las ciencias sociales se ha tomado conciencia de cómo el pensamiento social ha estado atrapado en un
conjunto de conceptos que no estaban dando cuenta de la realidad y que hay que definir. Por ejemplo, occidente, indio,
blanco, raza, estratificación social, diferenciación social, explotación, empresario, obrero, aplicados como si la realidad fuera
homogénea.

Finalmente, no pensamos una realidad histórica concreta, sino una realidad inventada, prisioneros de un armazón
metodológico que impedirá reconocer las nuevas formas emergentes de la realidad socio-histórica. Debemos tener
capacidad de crítica, no contentarse