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La economía del bienestar es la rama del análisis económico cuyo afán es descubrir los principios
para maximizar el bienestar social. Varios contribuyentes importantes de la economía se han
enfocado de manera específica en uno o ambos de los siguientes aspectos:
WILFREDO PARETO
Se le considera como el creador de la “nueva economía del bienestar”, que está arraigada en los
principios del equilibrio general de Walras.
Optimalidad de Pareto
Pareto perfeccionó el análisis walrasiano del equilibrio general y expuso las condiciones para lo
que hoy se conoce como optimalidad de Pareto o bienestar máximo. Tiempo después se
demostró que el producto perfectamente competitivo y los mercados de recursos logran la
optimalidad de Pareto.
El bienestar máximo ocurre cuando ya no hay cambios que lleven a alguien a estar en mejor
posición y al mismo tiempo que tampoco dejan a nadie en peor posición. Lo óptimo en Pareto
significa:
Partiendo de una economía donde sólo existe dos individuos: Smith y Green, y dos bienes; la
distribución óptima de los bienes (la distribución que maximizará el bienestar del consumidor)
ocurre en donde Smith y Green tienen cada uno idénticas tasas marginales de sustitución entre
los dos bienes.
Hay que recordar que la tasa marginal de sustitución es la cantidad máxima de un producto que
un consumidor está dispuesto a pagar para obtener una unidad adicional de otro producto.
Si las tasas marginales de sustitución de los individuos son distintas, ocurrirá un intercambio en
el que ambas partes estarán mejor y no deja a ninguno en una situación peor. El bienestar total
en la economía de las dos personas aumenta.
Continuando con el supuesto de una economía de dos bienes y dos individuos y agregando un
supuesto de la existencia de sólo dos recursos, la asignación óptima de recursos para
utilizaciones productivas ocurrirá en donde las tasas marginales de sustitución técnica entre
trabajo (L) y capital (K) en la producción de los dos bienes sean iguales.
Hay que recordar que la tasa marginal de sustitución técnica del trabajo por capital, es el
número máximo de unidades de capital que se podrían sustituir por una unidad de trabajo sin
cambiar el nivel de producción.
Si las tasas difieren entre las dos utilizaciones, entonces es posible un mejoramiento de Pareto.
Una vez que las tasas marginales de sustitución técnica en la producción de los dos bienes llegan
a ser iguales, ninguna reasignación de recursos adicional ayudaría a alguien sin perjudicar a
alguien más.
Expresó sus impulsos humanitarios hacia los pobres con la esperanza de que la ciencia
económica condujera al mejoramiento social. Pigou estaba dispuesto a permitir un papel para
el gobierno en el mejoramiento de ciertas características indeseables de la sociedad.
Como economista, le interesaba el bienestar económico, definido como “aquella parte del
bienestar social que se puede poner directa o indirectamente en relación con la vara de medir
del dinero”.
Basándose en el principio de que la utilidad marginal del ingreso disminuye más de lo que se
adquiere, Pigou aseguraba que la mayor igualdad de los ingresos bajo ciertas condiciones podría
incrementar el bienestar económico.
Del mismo modo, el beneficio marginal privado de un bien se mide por la satisfacción extra que
le proporciona al comprador. El beneficio marginal social es la satisfacción extra que obtiene la
sociedad de la producción de la unidad adicional.
A partir de la divergencia entre los costos y los beneficios privados y sociales, Pigou planteó la
existencia de externalidades o derrames positivos o negativos, que no son tomados en cuenta
por nadie y que afecta negativa o positivamente a otro agente económico.
Pigou derivó de su análisis una implicación importante del bienestar: no todos los mercados
competitivos producen niveles de producción que maximicen el bienestar total de la sociedad.
Ahorro nacional
Pigou hizo énfasis en lo deseable de incrementar los ahorros en la economía. El deseo de Pigou
de incrementar el ahorro nacional para promover el crecimiento económico se basaba en su
idea ortodoxa de que las economías tienden al empleo pleno.
En este plano, concluía que el bienestar económico está deteriorado por la intervención del
gobierno que refuerza la tendencia de las personas a utilizar una cantidad excesiva de recursos
en el presenta y muy poco en el futuro. Era necesario que el Estado evitara cuales quiera
impuestos sobre el ahorro.
Discriminación de precios
Pigou clasificó la discriminación de precios en tres tipos: primer grado, segundo grado y tercer
grado.
Este análisis amplió la teoría de fijación de precios de monopolio más allá de la presentada por
Cournot y otros.
Fue una figura importante en el debate acerca de si el bienestar económico, tanto en el sentido
paretiano como en el sentido más amplio del término, se puede maximizar bajo un sistema
socialista.
Von Mises argumentaba que los mismos tipos de cálculos económicos que guían los recursos
hacia su utilización más valiosa bajo el capitalismo, los debe hacer un planificador socialista que
desea maximizar el bienestar del consumidor. Señalaba que los mercados y los precios de los
bienes para el consumidor estaban presentes inevitablemente bajo el socialismo, siempre y
cuando esos bienes fueran de propiedad privada.
Encontró un problema relacionado con los bienes de capital, pues sus precios relativos en una
economía de mercado reflejan una escasez relativa. Pero bajo el socialismo, donde todo el
capital es propiedad del Estado, no existe este mecanismo de precios, por lo cual no se puede
evaluar con precisión la escasez relativa ni los valores productivos del capital.
Para Von Mises, la actitud empresarial es un aspecto fundamental para lograr el bienestar
económico dinámico. El mercado tiende a confiar la dirección de los negocios en manos de
quienes han tenido éxito para satisfacer las necesidades más urgentes de los consumidores. Las
acciones de esos empresarios crean los precios con los que se desarrollan los cálculos estáticos
más mundanos, por ejemplo, minimizar costos.
Para él, el socialismo no puede duplicar las funciones de la asignación de capital y la actitud
empresarial requerida para canalizar los recursos en una forma eficiente en un escenario
dinámico.
OSCAR LANGE
Fue otro contribuyente al debate sobre el socialismo, y una figura significativa de la economía
del bienestar.
- La propiedad privada de los bienes para el consumidor y la libre elección del consumo
de los bienes disponibles.
- La libre elección de la ocupación.
- La propiedad del Estado de los medios de producción.
Hay mercados y precios para bienes, servicios y trabajo, pero no para el capital y los bienes
intermedios. De acuerdo con Lange, el precio podía tomar la forma de precio sombra y no tenía
que ser necesariamente un precio de mercado.
El consejo de planificación central instruye a los gerentes de las empresas estatales para que
actúen como si los precios fueran constantes y para que sigan dos reglas.
- Combinar los recursos de la planta de tal manera que el costo promedio de producción
para cualquier nivel determinado de producción sea el mínimo. De este modo, los
gerentes se aseguran de que las tasas marginales de sustitución técnica entre los
recursos sean iguales.
- Determinar la escala de producción declarando que la producción debe ser fija, de
manera que el costo marginal sea igual al precio del producto. Esta regla desempeña la
función que bajo la competencia se lleva a cabo mediante el libre ingreso de las
empresas a una industria o su éxodo de ella, es decir, determina la producción de la
industria.
Críticas
La crítica principal vino por parte de Friedrich von Hayek, cuyos puntos de vista se vieron
reforzados por el colapso de las principales economías socialistas centralmente planificadas. Sus
argumentos son de dos tipos:
Con su obra Social Choice and Individual Values se convirtió en un clásico en la economía del
bienestar. En ésta quería evaluar los criterios del bienestar social y sugirió inconsistencias en
muchas ideas en las que antes se creía.
Uno de sus mayores aportes fue el teorema de la imposibilidad de Arrow. Para averiguar la
relación entre las preferencias individuales y las elecciones sociales mediante una votación
democrática, Arrow estableció primero cuatro condiciones mínimas que deben satisfacerse si se
quiere que las elecciones sociales reflejen con exactitud las preferencias de los votantes
individuales:
Las principales contribuciones de Arrow han sido su desafío a las suposiciones de los sistemas
políticos y económicos.
JAMES M. BUCHANAN
Sólo los individuos saben qué les produce satisfacción o les causa insatisfacción. Ninguna
persona externa o grupo de personas lo determinan por ellos. Los individuos tienen diferentes
gustos, capacidades, expectativas, conocimientos y perspectivas, pero poseen algo en común:
buscan con determinación su propio interés.
Esta teoría ha logrado brindar valiosos puntos de vista y explicaciones a situaciones como el
colapso del bloque socialista, la creciente deuda pública de muchas naciones industriales, el ciclo
de negocios políticos, los grupos de presión y el funcionamiento de la burocracia.
Buchanan critica la economía convencional del bienestar por intentar comparar los resultados
del mundo real del sector privado con las normas teóricas de la utilidad social. Una razón es que
la utilidad sólo se conoce individualmente, nadie es capaz de discernir una función colectiva o
de bienestar social. Una segunda razón es que, incluso si se conociera una función de bienestar,
el sector público no sería una institución confiable para lograrlo, pues se compone de personas
que velan por sus propios intereses.
Economía constitucional
Reconoce la necesidad de que exista un Estado que regule a los individuos y la necesidad de
reglas constitucionales que regulen al Estado. Esas reglas máximas deberían derivar de un
consentimiento unánime.
AMARTYA SEN
Concluyó que problemas como el hambre se debían menos a la falta de alimentos y más a la
falta de acceso, que a menudo resultaba de la desigualdad del ingreso, las instituciones no
democráticas y las políticas sociales ineficaces.
Elección social
Sen pensaba que el teorema de la imposibilidad de Arrow se podía resolver al incluir dos
consideraciones que fueron ignoradas por Arrow.
Por una parte, el modelo de la elección de Arrow depende de un simple orden de rangos, pero
no dice nada acerca de la intensidad de las preferencias. Esto es importante porque en un marco
de referencia de toma de decisiones, en donde las preferencias se podrían incorporar en una
forma más completa, un sistema de decisiones en el cual los votantes distribuyen una asignación
fija de puntos es mucho menos probable que ocurra la paradoja del voto.
Por otra parte, Arrow había impuesto otra restricción que decía que las comparaciones
interpersonales no se permiten en el modelo, dado que era complejo y poco importante. Sin
embargo, Sen afirmaba que las comparaciones interpersonales sí importaban y no eran
prohibitivamente difíciles. Además, Sen sugirió que las personas hacen comparaciones
interpersonales en la formulación de sus preferencias, debido a que consideran la forma en la
cual las opciones políticas los afectarán no sólo a ellos, sino también a quienes están a su
alrededor.
Sen revelaba su profunda preocupación por la equidad y la justicia en la elección social. Deseaba
que los resultados no simplemente maximicen el bienestar social, sino que también la
distribución del ingreso sea justa. Basándose en la filosofía de Rawls, Sen defendía la justicia
Maximin, o en otras palabras, maximizar el bienestar de la persona menos aventajada.
Desigualdad
Sen argumentaba que la estructura de la elección social tradicional, centrada en los conceptos
del utilitarismo y la optimalidad de Pareto, a menudo impide un análisis significativo de los
efectos de la equidad sobre la política.
Aun estando a favor de un enfoque más igualitario con base en las necesidades, Sen reconocía
que la igualación de los ingresos es una problemática desde perspectiva tanto de la justicia como
de la eficiencia. Presenta cuatro enfoques al concepto de merecimiento.
- Incentivos. Los sistemas sustentados en el merecimiento crean más incentivos para
esforzarse en el trabajo. Según el grado hasta el cual las personas están impulsadas por
sus necesidades, el sistema se puede defender sobre las bases de la distribución. De otra
manera, se debe defender sobre alguna otra base, por ejemplo, la cantidad total de
ingreso generado.
- Mérito. Las personas que logran más deben recibir más. Sen encuentra que este
enfoque es particularmente enfadoso, en el sentido de que a menudo a quienes logran
más les han dado una ventaja, ya sea por cuestiones genéticas, culturales o simplemente
suerte.
- Explotación marxista. Para Sen, Marx consideraba al derecho a los frutos del trabajo por
parte del capitalista como un derecho burgués que se vería suplantado por el principio
de las necesidades cuando surgiera la oportunidad.
- Teoría neoclásica de la productividad marginal. El principal criterio es el de optimalidad
de Pareto, que ofrece muy pocas perspectivas sobre la distribución óptima.
Sen encuentra que ninguno de estos argumentos acerca del programa de distribución apropiado
es tan apremiante como el argumento de las necesidades.