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Cuando un hijo se enferma, los padres se preocupan.

Aún si tiene solo un resfriado leve que


lo vuelve irritable y malhumorado o un dolor de oído que solo duele un poco; estos
momentos pueden ser muy estresantes. Por supuesto, usted quiere darle el mejor
tratamiento posible. Para muchos padres, esto quiere decir llevarlo al pediatra y salir de la
clínica con una receta médica para antibióticos.

Pero necesariamente no es lo que ocurrirá durante la visita al médico. Después de examinar


a su pequeño, el pediatra puede decirle que con base en los síntomas de su hijo o tal vez los
resultados de alguna prueba, los antibióticos sencillamente no son necesarios.

Muchos padres les sorprende esta decisión. Después de todo, los antibióticos son
medicamentos poderosos que han aliviado el dolor y el sufrimiento de los humanos por
décadas. Incluso han salvado vidas. Pero muchos médicos no acuden a estas prescripciones
tan rápido como solían hacerlo. En años recientes, se están percatando de que hay
desventajas al elegir antibióticos: si estos medicamentos se usan cuando no se necesitan o
se toman de manera incorrecta, de hecho pueden poner a su hijo en un riesgo de salud más
elevado. Así es, los antibióticos se deben recetar y usar con precaución o sus beneficios
potenciales disminuirán para todos.

Un vistazo al pasado
Las enfermedades graves que alguna vez mataron a miles de jóvenes anualmente han sido
casi eliminadas en muchas partes del mundo gracias al uso generalizado de las vacunas
infantiles.

De manera muy parecida, el descubrimiento de los medicamentos antimicrobianos


(antibióticos) fue uno de los logros médicos más significativos del siglo 20. Existen varios
tipos de antimicrobianos: medicamentos antibacterianos, antivirales, antimicóticos y
antiparasitarios (Aunque los antibacterianos muchas veces se conocen por el término
general antibióticos, usaremos el término más preciso). Por supuesto, los antimicrobianos
no son panaceas que pueden curar todas las enfermedades. Cuando se usan en el momento
correcto, pueden curar muchas enfermedades graves y potencialmente mortales.

Los antibacterianos están diseñados específicamente para tratar las infecciones bacterianas.
Miles de millones de bacterias microscópicas normalmente viven en la piel, el sistema
digestivo y en nuestras bocas y gargantas. La mayoría son inofensivas para los humanos,
pero algunas son patógenas (causan enfermedades) y pueden causar infecciones en los
oídos, la garganta, la piel y otras partes del cuerpo. En la era anterior a los antibióticos, a
principios de 1900, las personas no tenían medicamentos contra estos gérmenes comunes y
como resultado, el sufrimiento humano era enorme. Aunque el sistema inmune del cuerpo
que combate enfermedades muchas veces puede atacar exitosamente las infecciones
bacterianas, a veces los gérmenes (microbios) son demasiado fuertes y su hijo puede
enfermarse. Por ejemplo,

 Antes de los antibióticos, el 90% de los niños que se contagiaban con meningitis
bacteriana fallecían. Entre los niños que sobrevivían, la mayoría tenía
discapacidades graves y duraderas, desde sordera hasta retraso mental.
 Las infecciones de la garganta eran a veces una enfermedad mortal y las infecciones
del oído a veces se pasaban del oído al cerebro, causando problemas graves.

 Otras infecciones graves, desde la tuberculosis hasta la neumonía y la tosferina, eran


causadas por bacterias agresivas que se reproducían a una velocidad extraordinaria
y provocaban enfermedades graves y a veces la muerte.

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