De acuerdo a la clasificación sugerida por la Sociedad
Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación, los alimentos se pueden clasificar en tres tipos según su función (energéticos, plásticos y reguladores) y séis grupos según los nutrientes predominantes. Algunos alimentos pueden aparecer en varios grupos si diferentes funciones o varios nutrientes se dan en proporciones similares.
Alimentos energéticos
Los alimentos de tipo energético contienen como principales
nutrientes glúcidos y lípidos, que son las principales sustancias del metabolismo energético. Se pueden clasificar en dos grupos: Grupo I: Cereales y derivados, tubérculos, azúcar
El principal nutriente son los hidratos de carbono, el
macronutriente energético primario. En este grupo se incluyen los cereales, el azúcar y vegetales de alto contenido en hidratos de carbono como puede ser la patata y tubérculos en general, o algunas legumbres como el garbanzo.
Además, algunos de estos alimentos también son fuente
importante de proteínas, minerales, vitaminas y fibra alimentaria. Ejemplo de ello son los cereales y las legumbres. El azúcar y alimentos ricos en azúcares simples, que se incluirían en este grupo, deben ser consumidos con mucha moderación. Grupo II: Aceites y grasas en general
Los alimentos del grupo II tienen un contenido
predominante de lípidos e incluye aceites y grasas, tanto vegetales como animales. Por ejemplo, aceite de oliva, aceites de semillas (girasol, maíz, etc), mantequilla, margarina, nata, tocino, etc. Aportan ácidos grasos esenciales y son el vehículo principal de vitaminas liposolubles (A, D y E).
Alimentos plásticos
Los alimentos plásticos, también llamados formadores o de
construcción, destacan por su aporte proteico y de calcio, principal materia prima para la formación de los distintos tejidos y estructuras del organismo. Se clasifican en: Grupo III: Leche y productos lácteos
La leche de origen animal y derivados, así como
las alternativas vegetales, proporcionan los elementos necesarios para la formación adecuada del tejido óseo. Además, pueden aportar vitaminas y otros nutrientes importantes. Grupo IV: Carne, pescado, huevos, legumbres y frutos secos
Los huevos, carne, pescado y los productos derivados aportan
proteínas de alta calidad y cantidades variables de grasa, según el tipo de corte sea magro o no. También son la fuente casi exclusiva de vitamina B12, una vitamina B que el humano difícilmente puede obtener de otras fuentes. El pescado, además, aporta altas cantidades de ácidos grasos esenciales. Por su parte, las legumbres y frutos secos, si se combinan adecuadamente, aportan todos los aminoácidos esenciales constituyendo un perfil proteico de calidad. Los frutos secos también son fuente importante de minerales y ácidos grasos esenciales.
Alimentos reguladores
Los llamados alimentos reguladores son la principal fuente
de vitaminas, minerales, fibra alimentaria y oligoelementos, todos ellos nutrientes que destacan por su papel regulador en numerosos procesos biológicos. Grupo V: Verduras y hortalizas
Las verduras y hortalizas con una fuente muy importante
de fibra y vitaminas hidrosolubles (C, carotenos, ácido fólico, vitaminas B, etc), sobre todo si se toman frescas. También aportan altas cantidades de minerales como el magnesio o el potasio. Grupo VI: Frutas frescas
La principal diferencia entre las frutas y las verduras es el
mayor contenido en hidratos de carbono de la fruta, sobre todo fructosa. Además de estos azúcares, aportan también altas cantidades de vitaminas y fibra.
Algunas frutas, como la aceituna, el coco o el aguacate, tienen
un contenido graso notablemente elevado en comparación con el resto de frutas, pero en general tienen un perfil lipídico saludable y pueden ser buena fuente de algunas vitaminas liposolubles, por ejemplo el aguacate tiene alto contenido en vitamina E.