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Entre ellos se murmuraron: "¡Que desdicha! Tanto esfuerzo y lucha para que la presa se la quedara
la Zorra."
Moraleja: Muchas veces, por el egoísmo al no querer compartir, terminamos perdiendo todo.
El asno tomó lo recolectado y lo repartió en tres partes iguales. Luego llamó al león y le dijo que
escogiera una de las partes. El león, indignado por ver que le querían dar lo mismo a que los
demás, saltó sobre el asno y lo devoró por completo.
Luego, el león le pidió a la zorra que lo repartiera ella. La zorra tomo todo lo recolectado y
amontonó un pila grande llena de lo recolectado, y solo dejo unas cuantas piltrafas. Llamó al león
para que volviera a escoger, y el sorprendido le dijo:
- "¿Quién te enseño a repartir tan bien?"
+ "¡El asno, señor!"
Moraleja: No ignores ni desprecies el error ajeno, siempre aprende de él.
Moraleja: Muchas veces nos preocupamos más por las cosas vanidosas de la vida, como la belleza
física, que por las virtudes que realmente importan: la inteligencia, el amor, responsabilidad, etc.
Moraleja: A quien hace alarde de sus propios éxitos, no tarda en aparecerle quien se los arrebate.
EL LEON Y LA LIEBRE
Sorprendió un león a una liebre que dormía tranquilamente. Pero
cuando estaba a punto de devorarla, vio pasar a un ciervo. Dejó
entonces a la liebre por perseguir al ciervo.
Despertó la liebre ante los ruidos de la persecución, y no esperando
más, emprendió su huída.
Mientras tanto el león, que no pudo dar alcance al ciervo, ya cansado, regresó a tomar la liebre y se
encontró con que también había buscado su camino a salvo.
Entonces se dijo el león:
-- Bien me lo merezco, pues teniendo ya una presa en mis manos, la dejé para ir tras la esperanza
de obtener una mayor.
Moraleja: Si tienes en tus manos un pequeño beneficio, cuando busques uno mayor, no abandones
el pequeño que ya tienes, hasta tanto no tengas realmente en tus manos el mayor.
Y mientras soñaba con su orgullo, un poderoso león le cayó encima y empezó a devorarlo.
Entonces el lobo, cambiando de opinión se dijo:
-- La presunción es causa de mi desgracia.
Moraleja: Nunca valores tus virtudes por la apariencia con que las ven tus ojos, pues fácilmente te
engañarás.
El Jardinero y el Perro
El perro de un jardinero había caído en un pozo.
Moraleja. Cuándo te veas en peligro o necesidad, no maltrates la mano de quien viene en tu ayuda.
La viuda y su oveja
Una pobre viuda tenía una única oveja. Al tiempo
de la trasquila, y deseando tomar su lana en
forma económica, la trasquiló ella misma, pero
usaba la herramienta en tan mala forma que junto
con la lana le cortaba también la carne. La oveja
acongojada y con dolor, le dijo: -¿Por qué me
maltratas así, ama? ¿En qué te puede beneficiar el
agregar mi sangre a la lana? Si quieres mi carne, llama al carnicero
quien me matará al instante sin sufrimiento, pero si lo que deseas es mi lana, ahí está el esquilador,
quien me esquilará sin herirme.
Moraleja: Antes de ejercer una actividad, prepárate y entrénate adecuadamente para ejecutarla
bien.