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El papel del Estado en la economía.

Desde que nacemos y nos registramos en alguna entidad y hasta que morimos y es
registrada por otra, el Estado es parte de nuestras vidas. Al estudiar lo podemos hacer en
escuelas públicas o privadas reguladas por el Estado, al trabajar lo hacemos bajo un código
del trabajo y una vez jubilados el Estado nos paga una pensión. La importancia del papel
del Estado en la economía es innegable.

La intervención del Estado en las economías de mercado crea sistemas de economías


mixtas. En donde se combinan elementos de las economías de mercado con las economías
planificadas permitiendo que los individuos tengan ciertas libertades económicas pero
también un Estado que influencia estas decisiones.

En la historia reciente el papel predominante del Estado en la economía ha sido centro de


constantes debates. La discusión se ha centrado principalmente en las atribuciones de los
gobiernos con respecto a la provisión de servicios de salud, educación y pensiones. En
muchos países de Latinoamérica son comunes los debates sobre si el Estado debe proveer
acceso gratuito a la educación superior o si debe sostener un sistema de pensiones públicas
para la mayoría de su población.
Los objetivos de los Estados en las economías son variables y dependen de decisiones
políticas que tanto participación tiene en la economía. Por lo general, los Estados impactan
todos los sectores económicos. Por un lado, cobran impuestos a las actividades
económicas como la producción de zapatos o la venta de celulares e invierten en gasto
público como la construcción de carreteras o escuelas.
Por el otro, crean regulaciones o leyes que afectan los incentivos de producción o
consumo como leyes que regulan el consumo de bebidas alcohólicas o regulaciones sobre
la seguridad en el diseño de los automóviles vendidos.

De esta forma las funciones del Estado en la economía se manifiestan en:

1. Mejorar la eficiencia de los mercados corrigiendo las fallas de mercado.


2. Fomentar los valores sociales de justicia y equidad alterando los resultados del
mercado.
3. Fomentar otros valores sociales a través de la imposición del consumo de un tipo
de bienes (bienes deseables) o prohibiendo el consumo de otros tipos de bienes (bienes o
males indeseables).
Finalmente, también hay que considerar las fallas del Estado en su papel en la económia.
Es posible que cuando los gobiernos intervienen a los mercados buscando aumentar su
eficiencia en realidad la disminuyan. Esto puede pasar porque muchas veces los gobiernos
abusan de su poder y responden a los intereses de grupos con gran poder político. Por
ejemplo, mediante reglamentaciones que impidan las importaciones de productos agrícolas
en beneficio de un cartel de productores agrícolas pero en detrimento de los consumidores
en general.
Las diferencias entre la medición del PIB real y PIB nominal, ventajas y desventajas
para los países en cuanto si es o no, una buena medida para medir el bienestar o
calidad de vida de los ciudadanos.

PIB real vs PIB nominal. El PIB real elimina el cambio de los precios a lo largo de los años,
mientras que el PIB nominal o a precios corrientes sí refleja estos cambios anuales, ya
sean incrementos (inflación) o disminuciones (deflación). ... Pero si eliminamos la variación
del precio el crecimiento es menor

la diferencia es que el pib nominal utiliza los precios actuales de los bienes y
servicios el pib real usa un año base de precios para los años posteriores

ventajas y desventajas El PIB tampoco mide la calidad de los bienes y servicios


producidos. Las cifras del PIB sólo son números que no tienen en cuenta qué se está
produciendo exactamente o cuál es la calidad de lo producido, Como vemos, el PIB
presenta importantes limitaciones que lo convierten en un indicador de eficiencia
cuestionable para medir el bienestar de la sociedad. El problema es que se ha tomado como
la medida del bienestar de los ciudadanos de cada economía, utilizada por líderes políticos,
agencias de calificación y los mercados financieros. Pero el PIB no es una buena medida
para medir el bienestar del ciudadano. Desde su creación ha sido criticado por muchos
economistas. Una alternativa para medir el bienestar podría ser el Índice de Desarrollo
Humano, ranking que además del PIB incorpora otros dos factores: la educación de los
ciudadanos y su salud. Estos tres factores son ponderados con el mismo peso y el índice
en sí es bastante representativo del progreso de los países y, por tanto, del bienestar de
sus ciudadanos.

- Implicaciones de los cambios del IPC en la economía.

Cuando este indicador se sitúa en niveles positivos moderadamente razonables (entre el


2% y el 3%), es sinónimo de un periodo de fluctuaciones suaves en los precios. Esto
también puede suponer una evolución relativamente alcista de los salarios, pero aquí
entrarían más variables como la situación del mercado laboral o las perspectivas
económicas en general.

Por el contrario, cuando el IPC se mueve en valores negativos puede denotar contracción
económica y puede influir en bajadas salariales. Cuando la situación es particularmente
grave, solemos hablar de deflación, una coyuntura en la que precios y salarios tienden a bajar
a modo de círculo vicioso. No obstante, no siempre que el IPC está en negativo es apropiado
hablar de deflación. En estos momentos, por ejemplo, la inflación es persistentemente baja o
negativa por el desplome de los precios del petróleo y las materias primas.

La intervención de estado en la economía es absolutamente necesaria,


algo que ha sido más que probado con la pasada crisis financiera
internacional, que en parte se debió a una escasa intervención
regulatoria del estado en el sector financiero.
Desde este punto de vista, no es posible considerar el sistema actual como un sistema
económico únicamente privado. Esto no significa que no se cumplan los análisis y
tendencias que hemos descrito con anterioridad, por el contrario no se puede explicar las
fluctuaciones de la economía de la sociedad actual sin estas leyes. Pero sí significa que la
economía capitalista basada en unidades empresariales no coordinadas no se podría
sostener sin las actividades de protección, estimulación y socialización que realiza el
Estado. Baste nombrar en cada caso y a manera de ejemplo no taxativo el aseguramiento
de los derechos de propiedad en sus diversas formas (para asegurar al empresario la
apropiación de los excedentes creados por el trabajador), las actividades de investigación
básicas y aplicadas (contribuyendo al progreso técnico tan necesario al capitalismo,
realizando el Estado estas actividades no rentables en sí mismas) y la educación de la
población (para reproducir la fuerza de trabajo en condiciones adecuadas al grado de
progreso técnico alcanzado.)

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