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¿Una nueva edad media?

¿Judith Butler lectora de Simone de Beauvoir?

(i)

El título remite y toma como referencia un obra del mismo título de Umberto Eco y
otros en la década de los 70 del pasado siglo. En el citado texto remite al estado de cosas
coetáneo y, entre otras cosas, a los efectos de la guerra del Vietnam sobre la “​Pax
americana​”. De modo que la expresión “edad media” opera como metáfora desde la que los
autores insertan y desarrollan sus reflexiones.
La segunda parte del mismo plantea un interrogante relativo a un acontecimiento: la
obra de Judith Butler, y el intentar dar una respuesta, aunque sea parcial, ocupa la mayor
parte de la comunicación

En este texto el recurso <<nueva edad media>> también opera como metáfora; en
este caso para plantear el presente como momento posterior a la caída, desaparición de
realidades políticas imperiales. Ahora bien, la expresión <<realidades políticas imperiales>>
no tiene una referencia unívoca, pues puede estar haciendo referencia a:
(i) Desaparición de los imperios coloniales europeos después de la II G.M. -
Desaparición que, cronológicamente, podría ubicarse entre 1947 - 19751
(ii) Desaparición del bipolarismo EEUU vs URSS tras la caída del muro de Berlín
(iii) etc.,

Así pues, sociopolíticamente estaríamos inmersos en el periodo subsiguiente en el


que los marcos políticos a nivel “Estado, nación política” y a nivel política internacional
estarían sometidos a procesos de reorganización y reordenamiento, realineamiento, etc.
Además, el recurso a <<nueva edad media>> permitiría pensar el presente a la luz
del marco cultural del medioevo. En nuestro caso, pensamos que el marco dado por la
aparición de la escolástica en el XIII y su crisis en el XIV, es decir, el nominalismo sería la
metáfora para pensar nuestra época. De modo que lo que el nominalismo es a la
escolástica, lo sería el postmodernismo/postestructuralismo a los grandes relatos.

Establecido, pues, el marco pasemos a exponer una aproximación a la temática y


problemática que me interesa. Recientemente Fukuyama ha publicado ​Identidad2; lo mismo
Kwame Anthony Appiah publica ​Las Mentiras que nos unen3. Al mismo tiempo, los
movimientos LGTB, los nacionalismos emergentes, etc. articulan distintos programas
culturales, políticos, etc. en términos de ​identidad​. Por todo ello, esta cuestión es la que
constituye el campo material temático, problemático en el que se inserta esta comunicación.
Mas dada la carga temporal de una comunicación lo que expondré es el esbozo de una
línea de estudio.

1
.- 1947 - Canal de suez, India; 1974 - Independencia de Angola y mozambique
2
.- Fukuyama, Francis; ​Identidad. La demanda de dignidad y las políticas del resentimiento​; Ed.
Deusto, Barcelona 2019
3
.- Appiah, Kwame, Anthony; ​Las mentiras que nos unen: Replanteando la identidad;​ Ed. Taurus,
Madrid, 2019
(ii)
Tomo como punto de partida de ese gran relato - muerto, ido, para algunos -, de
ese imperio ideológico - según el decir de otros, también ido, muerto - este fragmento
escrito por John Rawls en ​El liberalismo político4:
“​Los ciudadanos tienen que reconocer, pues, que el peso de sus exigencias no viene dado
por la fuerza y la intensidad psicológicas de sus deseos preferencias (..) aún si sus deseos y
preferencias son racionales desde su punto de vista.​”

Pues bien, el ​sujeto de deseo​, el ​ciudadano deseante irrumpe y rompe esa


obligación <<tener que reconocer>>. Y, las prácticas políticas, ya individuales, ya grupales
(es decir, en y de colectivos más o menos extensos) que agrupamos bajo la expresión
políticas de la identidad​ están, entonces, entre nosotros ejerciendo, practicando lo contrario:
<<​...son la fuerza e intensidad psicológicas de sus deseos..​>>
pretendiendo obligar al resto a aceptar sus preferencias y a considerarlas racionales.
Tal inversión ha sido testada como problemática en dos recientes textos, que
constituyen los catalizadores más próximos de la presente comunicación. Uno, el
anteriormente mencionado ​Identidad5 de Francis Fukuyama,. y el otro ​El regreso liberal6 de
Mark Lilla.

Si atendemos a la inversión acontecida, esta se articula en torno a dos tópicos y un


gozne. Los tópicos serían:
(i) El que pasa a ser dominante: <<fuerza e intensidad deseos>>
(ii) El que pasa a ser receptivo, sometido: << exigencias y preferencias comunes>>
(iii) Y el gozne7 es el término <<ciudadano>>, que es el que está usando Rawls en esa cita,
texto.

¿Cabría afirmar que la inversión sería, pues, la que acontece entre la prevalencia del
ciudadano racional,​ frente al ​ciudadano deseante​, y que daría paso a la inversa: prelación
del ​ciudadano deseante​ frente al ​ciudadano raciona​l?
Antes de contestar con sí o con un no atendamos a este fragmento de Fukuyama:
“​La misma evaluación tuvo lugar dentro del movimiento feminista, aunque de manera más
rápida y contundente. Las demandas del movimiento (..) se centraban, como en el
movimiento temprano de los derechos civiles, en la igualdad de trato para las mujeres en el
empleo, en la educación, los tribunales, etc. Pero desde un principio, una parte importante
del movimiento feminista defendió ​que la conciencia y las experiencias vitales de las

4
.- Rawls, John; ​El liberalismo político​; Ed. Crítica, col. Biblioteca de Bolsillo nº 99, Barcelona, 2006;
pág 64
5
.- Fukuyama, Francis, ​Identidad. La demanda de dignidad y las políticas de resentimiento​; Ed.
Deusto, Barcelona 2019.
6
.- Lilla, Mark; ​El regreso liberal. Más allá de la política de la identidad​; Ed. Debate, Barcelona 2018
7
.- ​ ​Aquí tendremos un problema si asumiésemos la palabra más allá de la función gozne en la
inversión. La cuestión, la problemática se suscita cuando a lo referido por el término:​ ciudadano​, lo
intentamos ​ontica​r​ (​Este salvajismo, pues barbarismo o neologismo me resultan suaves ante la grafía
y el sonido, es el resultados de tomar el par óntico/ontológico, y derivar del primer término <<óntico>>
la acción en virtud de la cual queda instituido ónticamente <<ente>>, es decir, dotado de identidad,
consistencia y coherencia​) -
mujeres eran radicalmente distintas de las de los hombres, y que e ​ l objetivo del
movimiento no debía limitarse a facilitar que las mujeres se comportaran y pensaran
como los hombres.​”8

Quisiera reparar en lo que parece una mera descripción, y, a mi entender, consiste


en una interpretación:
<<(..) ​que la conciencia y las experiencias vitales de las mujeres eran
radicalmente distintas de las de los hombres, y que el objetivo del movimiento no
debía limitarse a facilitar que las mujeres se comportaran y pensaran como los
hombres.>>
Así planteado, el que llamaremos ​feminismo de la igualdad,​ y que correspondería a
la prelación de la ​ciudadanía racional sería entendido como una inmersión de la
identidad/entidad ​mujer,​ de su diferencia, en el seno de la identidad/entidad ​hombre​.

¿Mas quien realiza tal consideración, tal enjuiciamiento? Afirmaría que el ​ciudadano
deseante.​ Es decir, que en un párrafo descriptivo, Fukuyama estaría dando cuenta de la
realización de la inversión, de la desaparición del imperio ​ciudadanía racional y,
consecuentemente, la llegada de las luchas políticas de, por, y para la identidad que
estamos presenciando, y en las que estamos participando.
Y ¿que aconteció para que tal inversión, transformación tuviese lugar? Es aquí, de
nuevo, Fukuyama quien muestra la línea de interrogación, de indagación. Unas líneas más
abajo de las antes citadas escribe:
“​La idea de que cada grupo tiene una identidad propia inaccesible para los extraños
se reflejaba en el uso del término e ​ xperiencia vivida​, que había experimentado un
crecimiento vertiginoso en la cultura popular desde la década de los 709. ​La distinción entre
experiencia y experiencia vivida hunde sus raíces en la diferencia entre las palabras
alemanas Erfarung y Erlebnis (..)“​ 10

Ahora bien, ¿cómo esa diferencia, en el fondo conceptual, llega a EE.UU? según
afirma Fukuyama es la recepción y difusión de la obra de Simone de Beauvoir El segundo
sexo la responsable. Pues, según él, fue esta autora la que tradujo el término
alemán/concepto husserliano de ​Erlebnis al francés con la expresión: ​L’experience vécue.​
Expresión que constituye el título que le da al segundo tomo de la antedicha obra. Y que fue
traducido en EEUU como ​Lived Experience - experiencia vivida. ¿Hasta dónde esta línea
que ofrece Fukuyama es válida?

(iii)

Creo que nadie dudará que la obra Judith Butler constituye una de las grandes
referencias dentro del corpus denominado ​Teoría de Género.​ Y quien tenga un mínimo
conocimiento de su obra tampoco cuestionará la presencia en su obra de referencias a la
obra de S. de Beauvoir.

8
.- Fukuyama, Francis; op. cit; pág. 123
9
.- Véase https://medium.com/@jacobhoerger/lived-experience-vs-experience-2e467b6c2229;
consultado el 01/05/2019
10
.- Fukuyama, Francis; ​op. cit​; pág. 123
Así que el interrogante a plantear es inmediato y fácil ¿cómo recepciona Butler la
obra de Simone de Beauvoir,es decir, qué recepción, agencia, uso hace de su obra? Como
pone de manifiesto Teresa López Pardina11, ya en los inicios de la obra de J. Butler aparece
el interés y el estudio de la obra de Beauvoir:
(i) “..«Sexo y género en El segundo sexo de Simone de Beauvoir» en 1998, data de 1986;”12
(ii) “.., el segundo, de 1987, traducido en el libro editado por S. Benhabib y D. Cornell Teoría
feminista y teoría crítica, se titula «Variaciones sobre sexo y género. Beauvoir, Wittig,
Foucault»;”

Para ir respondiendo lo primero que toca es cuestionar el orden de los artículos que
he citado. Y ello porque el orden de publicación es inverso al que cita Teresa López
Pardina.
El primero, cronológicamente, es «​Variaciones sobre sexo y género. Beauvoir,
Wittig, Foucault​». Este texto es del año 1985, habiendo sido publicado en la revista ​Praxis
Internacional nº 4, 198513. Esta revista originaria de la Universidad de Zagreb - antigua
yugoslavia - surgió en 1964 en torno a un grupo de investigadores marxistas próximos a la
tradición de la praxis de Gramsci y enfrentados con la interpretación marxista-leninista allí
hegemónica.
La revista a partir del año 1975 pasa a publicarse fuera de Yugoslavia, siendo
Richard Bernstein, profesor en aquellos años del Dpt. de Filosofía de la Universidad de
Yale, quien se haga cargo de su edición a partir de 1981. En ese proyecto participan
estudiantes de dicho departamento y entre ellos están Seyla Benhabib - una de las editoras
responsable de su reedición del año 198714 - y la propia Judith Butler.
El profesor R. Bernstein15 comenta “My own sympathies are with a Hegelian
approach to pragmatism. But we should not forget that Hegel himself begins with
appropriating Kantian themes – and then moving beyond them.”

Así pues el texto aparece tras la finalización de su tesis doctoral. Tesis que finalizó
en 1984 y fue dirigida por Maurice Natanson16, momento en el que Butler pasa a formar
parte del equipo docente de la Weslyan University. Y es entonces cuando entra en contacto
más intensamente con la teoría francesa. Lo que dará lugar a que revise entre 1985 y 1986
su tesis doctoral, dando paso al texto que publicará en 198717 Es en esta situación cuando
Butler inicia sus estudios de la obra de Simone de Beauvoir.

11
Pardina, Teresa; De Simone de Beauvoir a Judith Butler: el género y el sujeto; en Pasajes: Revista
de Pensamiento Contemporáneo nº 37, 2012, pág 101 y ss.
12
.- idem,
13
.- véase en https://www.ceeol.com/search/article-detail?id=262237 Consultado el 03/07/2019
14
.-S. Benhabib y D. Cornell (Ed.); Feminim as Critique. Essays on the Politics of Gender in
Late-Capitalist Societies; Polity Prees - Basil Blackwell, 1987.
15
.- véase Roberto Frega, Giovanni Maddalena and Richard J. Bernstein, « Interview with Richard J.
Bernstein », European Journal of Pragmatism and American Philosophy [Online], VI-1 | 2014, Online
since 08 July 2014, connection on 30 April 2019; URL : http://journals.openedition.org/ejpap/517
Consultado el 03/07/2019
16
.- Para una aproximación a este periodo de su vida y obra véase Butler, Judith; ​Sujetos del deseo.
Reflexiones hegelianas en la Francia del siglo XX​; Ed. Amorrortu,Buenos Aires 2012. En
concreto,​Prefacio a la edición en rústica,​ pág. 9 y ss.
17
.- Butler, J.; ​Subjects of Desire. Hegelian reflections in Twentieth-Century France;​ Ed. Columbia
University Press, 1987
Es decir, que tras haber estudiado y, como ella misma escribe, no de forma
exhaustiva “..el hegelianismo francés..”18, si no la relación entre el deseo y el reconocimiento
en el parágrafo “Autonomía y no Autonomía de la autoconciencia; dominación y
servidumbre”19 en su recepción por Kojeve, Hyppolyte y, especialmente; J.P. Sartre, y al
tiempo que entra en contacto con la teoría francesa, es cuando inicia sus estudios de la
obra de Simone de Beauvoir, concretamente ​El Segundo Sexo20

Antes de pasar a la lectura y uso que Butler hace del texto de Beauvoir,
atenderemos un momento al mentado texto. Y ello porque, como antes citamos, según
Fukuyama es la traducción de la obra de Beauvoir al inglés la que va a dar lugar a la
traducción del concepto husserliano de ​Erlebnis, e​ n su ​fórmula francesa L’experience vécue
en ​Lived experience-
Pues bien, hay que precisar un error en la afirmación de Fukuyama. La traducción
del término husserliano ​Erlebniss al inglés no llega por la traducción del texto de Simone de
Beauvoir. Es en la traducción del texto de Husserl ​Ideen zu einer reinen Phänomenologie
und phänomenologischen Philosophie I Allgemeine Einführung in die reine Phänomenologie
realizada en Inglaterra en 1931 con el título ​Ideas: General introduction to pure
phenomenology ​realizada por W.R. Boyce Gibson, donde se ​Erlebnis se traduce por ​Lived
experience.​
Con todo, cabe aceptar la afirmación de F. Fukuyama en la medida en que la
traducción del texto de S. de Beauvoir al inglés, cara a su publicación en USA, puede estar
a la base de la difusión, divulgación de la expresión “lived experience” y su uso por parte de
diferentes colectivos sociales para la formulación de sus demandas de reconocimiento de
sus programas políticos identitarios. Y, en esa medida, la recepción y uso de la obra de S.
de Beauvoir por parte de Judith Butler forma parte de ese proceso de expansión,
proliferación, diseminación, etc.

Simone de Beauvoir escribe el texto en 1949. ¿En qué medida el texto recepciona y
usa la obra de Husserl? Revisemos el texto. Lo primero que encontraremos es que en la
primera parte del citado libro ​Los hechos y los mitos21 ​Ni Husserl, ni su obra son citados, sí
aparecen Levinas, Sartre y Merleau-Ponty. Además, la tradición fenomenológica no es
tomada en consideración, sí siéndolo la tradición médico-biológica, el psicoanálisis y el
marxismo22.
Por tanto, ¿recepciona y usa la tradición fenomenológica Simone de Beauvoir?
Escribe José Luis Pardo “(..) ​Sartre y Simone de Beauvoir no tuvieron conocimiento de la
fenomenología hasta comienzos de la década de 1930, cuando se lo comunicó de primera
mano Raymond Aron, antiguo amigo y compañero de estudios que había pasado un verano

18
.- utler, Judith; ​Sujetos del deseo. Reflexiones hegelianas en la Francia del siglo XX​; Ed.
Amorrortu,Buenos Aires 2012. En concreto,​Prefacio a la edición en rústica​, pág. 10
19
.- Las citas a Hegel están tomadas de Hegel, G.W.F.; ​Fenomenología del Espíritu, (ed y trad.)
Jiménez Redondo, Manuel;​ Ed. Pre-Textos, 2006; pág.286 y ss
20
.- Las citas de esta obra se tomarán de Beauvoir, S.; ​El Segundo Sexo (trd.) Martorell, Alicia​; Ed.
Cátedra, Madrid 2017
21
.- Beauvoir, S-; ​op cit.​; pág 45-332
22
.- La primera parte del libro primero está dedicada a la consideración de esas tres tradiciones.
Beauvoir, S.; ​op.cit.​; pág. 63 - 116
en Berlín.​”23 Y el segundo contacto con la obra de Husserl lo tienen a través de Emmanuel
Levinas, quien en 1931 junto con Gabrielle Peiffer traducen al francés las ​Meditaciones
Cartesianas​. Y es en esta traducción cuando el concepto de ​Erlebnis se vuelca al francés
con la expresión “l’expérience vécue”. Por tanto, cuando Beauvoir recurre a esa expresión
para dar título al libro II de ​El segundo sexo​, lo que hace es recurrir a un término
preexistente en la tradición fenomenológica francesa.

¿Qué hace, pues, Simone de Beauvoir en su obra, si no hay referencias explícitas a


Husserl, ni a su obra, y sólo citas puntuales de Levinas y Merleau-Ponty? Dada la época y
la situación existencial de la autora diría que Psicoanálisis Existencial.
Así lo considera también Celia Amorós24. E ​ s decir, la exposición de lo mentado en el
texto en relación con las mujeres se encara y expone desde un marco ontológico concreto:
el de la ontología fenomenológica de Ser y Nada de J.P. Sartre, y una concreción
metodológica del mismo: el psicoanálisis existencial.
Ahora bien, a diferencia del uso que hace Sartre del psicoanálisis existencial para el
estudio de personas concretas: así escribe sobre Baudelaire (1947), Jean Genet y Flaubert,
Simone de Beauvoir en ​El Segundo Sexo escribe sobre un grupo: las mujeres. Y como
afirma Celia Amoros “Esta situación común requiere para ser reconstruida un nivel de
abstracción específico y diferente a las intuiciones que hay que poner en juego cuando se
quiere descifrar el sentido de situaciones individuales, como ocurre en los psicoanálisis
existenciales sartreanos.”25.
¿Dónde encontrar esa, pues, ese <<nivel de abstracción específico y diferente>>?
Escribe Beauvoir: “Algunos pasajes de la dialéctica con la que Hegel define la relación del
amo con el esclavo se aplicarían mucho mejor a la relación del hombre y de la mujer”26, y
seguidamente, unas líneas después sigue escribiendo “ Lo que ellas reivindican ahora es
ser reconocidas como ​existentes de la misma forma que los hombres y no someter la
existencia a la vida​ (..)”27

Este es, pues, el texto que recepciona, estudia y usa J. Butler. Sí quisiera, señalar,
que este texto no parece en la bibliografía que Butler cita en la edición de su tesis. En ella
de Simone de Beauvoir sólo cita ​Force of Circumstance28, texto autobiográfico de S. de
Beauvoir.

23
.- Pardo, J. L.; Reseña <<Existencialismo: la filosofía vivida>> al libro de Sarah Bakewell
En el café de los existencialistas. Sexo, café y cigarrillos o cuando filosofar era provocador
Trad. de Ana Herrera Ferrer ​Ed. Ariel, Barcelona, 2016 - En
ttps://www.revistadelibros.com/articulo_imprimible.php?art=5381&t=articulos; Consultado 06/07/2019
24
.- Amorós, Celia; ​El método en Simone de Beauvoir. Método y psicoanálisis existencial​ en Rev.
Ágora, nº 28, vol 1, 2009; pág. 11-29. El análisis me parece correcto, en términos generales. si bien
discrepo del recurso a algunos textos de J.P. Sarte, en concreto, de ​La Crítica de la Razón
Dialéctica,​ apartado ​Cuestiones de Método​ de su vol. 1, por ser un texto de 1960 que se usa para
comprender uno previo de 1949, lo que me parece que es una lectura anacrónica. Y aparte de
algunos errores de apreciación; por ejemplo con respecto a la distinta valoración del marxismo por
parte de S. de Beauvoir frente a j.P.Sarte, Léase de Amorós,​ op. cit.​, pág. 12 y de S. de Beauvoir; ​op.
cit​., Libro I, apartado ​Materialismo Histórico​, pag. 109-119, especialmente el final.
25
.- Amoros, C., op. cit.; pág 14
26
Beauvoir, S.; op.cit.; pág. 122
27
.- idem, pág. 123
28
.- Butler, J.; ​op.cit.,​ pág. 341
(iv)

​ asemos, pues, a la lectura y uso del texto de Beauvoir por parte de Judith Butler.
P
empecemos con un cita:

(i) “​No se nace mujer, se llega a serlo – la ya famosa formulación de Beauvoir afirma la no
coincidencia de la identidad natural y la de género: Y porque lo que llegamos a ser no es lo
que somos ya, el género se halla desalojado del sexo; ​la interpretación cultural de los
atributos sexuales es distinguida de la facticidad o simple existencia de estos atributos: El
verbo "llegar a ser" contiene, no obstante, una ambigüedad consecuencial. No sólo estamos
construidos culturalmente, sino que en cierto sentido nos construimos a nosotros mismos.
Para Beauvoir llegar a ser mujer es un conjunto de actos intencionales y apropiativos, la
adquisición además de ciertas destrezas para asumir un estilo y ​una significación corporales
culturalmente establecidos.​ ”29

y tomemos de unas líneas más abajo la segunda:

(ii) “¿qué le ocurre entonces a la definición de género como una interpretación cultural del
sexo, es decir, qué le ocurre a los diversos modos por los que, como si dijéramos, ya
estamos culturalmente interpretados?¿Cómo puede ser el género a la vez una cuestión de
elección y una construcción cultural? Beauvoir no pretende describir en El segundo sexo
una teoría de la identidad de género ni de la adquisición de género, y con todo su
formulación del género como un proyecto parece invitar a una especulación sobre
semejante teoría. ​Monique Wittig​, feminista francesa que escribió un ​artículo de gran
influencia, "No se nace mujer" (1978),​ amplía la teoría de Beauvoir sobre la ambigua
naturaleza de la identidad de género, ese yo cultural que llegamos a ser pero que parece
que siempre lo hayamos sido. Aun siendo distintas en aspectos cruciales, las posturas de
Beauvoir y ​Wittig sugieren en común ​una teoría del género que intenta darle sentido
cultural a la doctrina existencial de la elección.​ ”

En la cita (i) aparece una cita de ​El Segundo Sexo - sin referencia alguna a la obra -
a la que Butler hace seguir de la siguiente valoración <<la ya famosa formulación de
Beauvoir (..) >>, es decir, la usa como fórmula de autoridad. E inmediatamente, a
continuación, en una oración que empieza siendo explicativa << ​Y porque lo que llegamos a
ser no es lo que somos ya, el género se halla desalojado del sexo;> ​ >, Butler pasa a
enmarcar la fórmula de autoridad y su sentido por medio de una simple yuxtaposición, es
decir, sigue escribiendo tras un punto y coma <<​la interpretación cultural d ​ e los atributos
sexuales es distinguida de la facticidad o simple existencia de estos atributos​.>> Es decir,
se agencia del texto de Beauvoir, y le dota de un nuevo marco comprensivo y sigue.

29
.- Butler, J.; «Variaciones sobre sexo y género. Beauvoir, Wittig, Foucault». en ​Praxis
Internacional ​nº 4, 1985. Citamos por la traducción de Ana Sánchez, que apareció en castellano en
Teoría feminista y teoría crítica, Ensayos sobre la política de género en las sociedades de
capitalismo tardío​; Ediciones Alfons el Maghilnim, Valencía, 1990
Ahora bien, ¿qué significa <<​la interpretación cultural​>>​? Butler, en el segundo
pasaje citado explicita que no cabe hallar respuesta en Beauvoir: <<​Beauvoir no pretende
describir en El segundo sexo una teoría de la identidad de género ni de la adquisición de
género,(..)​>>,
y seguidamente escribe:

- primero, <<​y con todo su formulación del género como un proyecto parece invitar a
una especulación sobre semejante teoría.>​ >

Es decir, es una interpretación del texto de Beauvoir, ¿más desde qué marco comprensivo?
La respuesta aparece en el texto a continuación:

- <<​Monique Wittig, feminista francesa que escribió un artículo de gran influencia, "No
se nace mujer" (1978), amplía la teoría de Beauvoir sobre la ambigua naturaleza de
la identidad de género, ese yo cultural que llegamos a ser pero que parece que
siempre lo hayamos sido.> ​ >
-
Y, por último, Butler escribe:

- <<​Aun siendo distintas en aspectos cruciales, las posturas de Beauvoir y Wittig


sugieren en común u​ na teoría del género que intenta darle sentido cultural a la
doctrina existencial de la elección​.>>
-
Es decir, explicita la dirección de su escrito.

Así que, la lectura de los inicios del artículo nos muestran que el marco comprensivo
y de lectura de la obra de Beauvoir de J. Butler es la interpretación cultural que en el 78
explicita Witting30 en el mentado artículo. Y reparemos que la fórmula de autoridad con la
que ha abierto el artículo es el fragmento entero del que Witting ha tomado la primera parte
para redactar su texto.
¿Está pues en Witting la explicitación del marco hermenéutico desde el que Butler
lee el texto de Beauvoir? Veamos el siguiente fragmento del mentado artículo de Wittng:
“A materialist feminist approach to women’s oppression destroys the idea that
women are a “natural group”1: “a racial group of a special kind, a group perceived as
natural, a group of men considered as materially specific in their bodies.”2 What the analysis
accomplishes on the level of ideas, practice makes actual at the level of facts: by its very
existence, lesbian society destroys the artificial (social) fact constituting women as a “natural
group.” A lesbian society3 pragmatically reveals that the division from men of which women
have been the object is a political one and shows that we have been ideologically rebuilt into
a “natural group.”

30
.- Sobre la relaciones de Judith Butler y Monique Witting véas de Burgos Díaz, E.; ​El pensamiento
de Monique Witting y su presencia en la teoría de Judith Butler​; en ​Themata.Rev. de Fil. ​nº 31 2003;
pág. 15-31 Para la obra de Monique Witting consúltese
https://web.archive.org/web/20120604233341/http://www.moniquewittig.com/index.html; visitada el
14/07/19
Desde la existencia como lesbiana Witting proyecta una comprensión de la sociedad
que articular polarmente:
- Grupo social:ej., <<lesbian society>> vs Grupo natural/<<women as a
“natural group”>>.
Por tanto, Monique Witting provee a Butler de una orientación lectora:
<<A materialist feminist approach>>,
y es desde esta línea desde donde hay que dotar de sentido a la expresión:
<<interpretación cultural>>.
Esta refiere que toda pretensión de considerar y afirmar que tal o cual realidad es
“así”, que esa es su “naturaleza”, su “eidos”, ha de ponerse en cuestión, y que la realidad es
otra31.

Volvamos, pues, al texto de Butler. Así que es Witting le que le da la orientación


desde la que leer a Beauvoir. Mas ¿qué pretende hacer ella?, según sus palabras:
“​una teoría del género que intenta darle sentido cultural a la doctrina existencial de
la elección​”
Es decir, preservar la tradición que había estudiado - recordemos su Tesis doctoral
sobre la recepción de Hegel, entre otros, en la obra de J. P. Sarter - y revisarla y
desarrollarla a partir de la recepción del programa de M. Witting.

Ahora bien, no podemos olvidar que en el título del artículo figura un tercer autor:
Foucault. Y que éste, además, forma parte del contenido añadido a su tesis doctoral
publicada. ¿Por qué, pues, acudir a Foucault? Escribe J. Butler:

- (i) “(..) al igual que Wittig, Foucault rechaza el "sexo natural" en tanto que dato
primario, e intenta entender cómo "fue el despliegue de la sexualidad... Lo que
estableció esta noción de sexo". La categoría de sexo pertenece a un modelo
jurídico de poder que supone una oposición binaria entre los "sexos"”32.

Así que, para ella, Foucault prolonga la línea de lectura e interpretación de


Beauvoir.¿Y sólo eso? leamos lo que escribe poco después:

- (ii) “Foucault no quiere seguir discutiendo la realidad material de los cuerpos


anatómicamente discretos que Wittig disputa, sino que en su lugar se pregunta cómo
llega a significar la materialidad del cuerpo ideas culturales específicas. De ahí (..)
Historia de la sexualidad (..)”33

Según parece Foucault radicaliza la línea de lectura de Witting. Por que ahora lo que
se “llega a ser” queda carente de validez más allá de constituir el factum de los tiempos que
estemos viviendo.

31
.- Tesis que Monique Witting expone en ​The straight mind ​ cuando nada más empezar escribe: “​us
say that a new personal and subjective definition for all humankind can only be found beyond the
categories of sex (woman and man) and that the advent of individual subjects demands first
destroying the categories of sex, ending the use of them, and rejecting all sciences which still use
these categories as their fundamentals (practically all social sciences)​.”
32
Butler, J, ​op.cit.
33
.-​ ibidem
Entonces ¿a qué se ha de llegar? es ante esta cuestión cuando Butler vuelve a
Beauvoir, pero reubicada, resignificada:

- (i) “Cuando (..) ​lo que hemos estado llamando "mujeres" no puedan verse a sí
mismas en esos términos​, ¿qué concluiremos entonces? ¿Qué esas mujeres
están engañadas,o que de ningún modo son mujeres? Podemos argumentar que las
mujeres tienen una esencia más inclusiva, ​o podemos volver a esa prometedora
sugerencia de Simone de Beauvoir​, a saber, que ​las mujeres no tienen ningún
tipo de esencia​, y por tanto no tienen necesidad natural, y ​que, desde luego, lo
que llamamos una esencia o un hecho material simplemente es una opción
cultural reforzada que se ha disfrazado de verdad natural.”​ 34

Por tanto, Butler ya está en camino de radicalizar su trayectoria. Lo que hará en


Performative Acts and Gender Constitution: An Essay in Phenomenology and Feminist35
Donde, al comienzo del texto, escribe:

(I) ”​Al declarar que ​“la mujer no nace, se hace”,​ S​ imone de Beauvoir se apropia
36
de esta doctrina , la de los actos constitutivos, inscrita en la tradición fenomenológica y la
reinterpreta. E ​ n este sentido,​ e
​ l género no es, de ninguna manera, una identidad estable;
tampoco es el locus de donde procederían los diferentes actos; mas bien, ​es una identidad
débilmente c ​ onstituida en el tiempo:​ una identidad instituida ​por una repetición
estilizada de actos.​ ​”37

Y, seguidamente

(ii) “ ​Significativamente, ​el género es instituido por actos internamente


​ erformativo38 llevado a cabo
discontinuos (..) es (..) una identidad construida, un resultado p

34
.- ​ibidem
35
.- Butler, Judith; ​Performative Acts and Gender Constitution: An Essay in Phenomenology and
Feminist​; Theatre Journal, Vol. 40, No. 4 Dec., 1988; consúltese http://www.jstor.org/stable/3207893.
Las citas están tomadas de la publicación del artículo disponible en
http://debatefeminista.cieg.unam.mx/index.php/category/vol-18/ consultado el 19/07/2019
36
.- ibidem; poco antes ha escrito “​(..) la teoría fenomenológica de los “actos”, adoptada por Edmund
Husserl, Maurice Merleau-Ponty y Georg Herbert Mead, entre otros, intenta explicar la manera (..) en
que los agentes sociales constituyen la realidad social por medio de lenguaje, del gesto (..) Si bien la
fenomenología a veces parece asumir la existencia de un agente electivo y constituyente antepuesto
al lenguaje (..), también hay un uso más radical de la doctrina de la constitución que toma al agente
social como objeto, antes que sujeto, de los actos constitutivos.​”; pág. 296 No es el lugar para
analizar los errores del fragmento, tan sólo señalar dos sorpresas: (i) la insercción de G.H.Mead en la
tradición fenomenológica; y (ii) la ausencia de referencia a J.P. Sartre, que sabemos está
filosóficamente próximo al psicoanálisis existencial que ejerce Simone de Beauvoir, y es la persona
más cercana a ella que la introdujo en la tradición fenomenológica. Para esto último léase de ​“La
plenitud de la vida​” de Beauvoir las páginas relativas a los años 30, especialmente las referidas a
partir del año 1933
37
.-​ ibidem​, pág. 296-297
38
.-​ ibidem​; casi el principio del artículo ha escrito “​(..) los actos de habla” de John Searle (..) parecen
renviar (..) a (..) constituir un vínculo moral entre los hablantes (..) uno de los gestos ilocucionarios
(..)​”; pág. 296
que l​ a audiencia social ​(..) incluyendo a l​os propios actores39, ha venido a creer y a
actuar como creencia.​”40

Radicalización que pasa por seguir usando como argumento de autoridad la


remisión a la figura de Beauvoir:

<<​Simone de Beauvoir​ (..) E


​ n este sentido​ >>,

así como por el uso de la fórmula de prestigio:

<< ​“la mujer no nace, se hace”​>>.

Ahora bien, estos lugares comunes, tópicos están inscritos en un marco


interpretativo que no es el del psicoanálisis existencial, si no el de la interpretación cultural
del género en la línea que Butler desarrolla a partir de Witting y Foucault. Línea que
radicaliza al empezar a disponer de un esquema operatorio explicativo de la producción
cultural del género:

- el género (..), es una (..) identidad ​constituida en el tiempo: instituida por una
repetición estilizada de actos
- el género es instituido por actos (..) es (..) un resultado performativo41 (..) que la
audiencia social (..) incluyendo a los propios actores42,ha venido a creer y a actuar
como creencia

Y ese esquema consiste en usar el desarrollo del “acto performativo” tal y como se
ha formulado dentro de la teoría de los actos del lenguaje de Austin-Searle. como concepto
operatorio con el que poder articular la crítica al binarismo iniciada por Witting y el estudio
de las prácticas del poder de Foucault en relación a la sexualidad.
Ahora bien, al disponer del esquema operatorio, dispone también de una
pre-comprensión del campo de la realidad que, supuestamente, explica: multiplicidad de
entes humanos deseantes, las mujeres, sometidas a las relaciones dialécticas del siervo y
el esclavo culturalmente existentes.

(v)
para ir acabando....de empezar

Afirmar <<Haber agotado el .....>> sería, diciéndolo suavemente, un acto de


soberbia intelectual inaceptable. A los más que me atrevo es a considerar que he de ir
acabando, dado que esto es sólo una comunicación, lo que acabo de hacer, que es

39
.- ibidem, Judith Butler empieza el artículo con la siguientes palabras “​Los filósofos raramente
reflexionan sobre la actuación en el sentido teatral del término (..)​”
40
.-​ ibidem​; pág. 297
41
.-​ ibidem​; casi el principio del artículo ha escrito “​(..) los actos de habla” de John Searle (..) parecen
renviar (..) a (..) constituir un vínculo moral entre los hablantes (..) uno de los gestos ilocucionarios
(..)​”; pág. 296
42
.- ibidem, Judith Butler empieza el artículo con la siguientes palabras “​Los filósofos raramente
reflexionan sobre la actuación en el sentido teatral del término (..)​”
empezar a plantear la lectura y análisis de una de la fuentes de la tradición de la teoría de
género.
Lectura y análisis necesario; lectura y análisis que espera poder dar cuenta de las
efectualidades ónticas y ontológicas dadas en la formulación y uso de las fórmulas,
argumentos, etc. que pone en circulación la obra de Butler.

Y, en esa medida, si creo posible explicitar algunas efectualidades. Así, la primera


sería un volver a poner en primer plano un lugar común de la tradición filosófica. Caído el
eidos, la esencia, el género como locus genético, explicativo-justificativo, de lo que está ahí,
la ousía primera, en este caso, el ser humano concreto:

<<​¿qué concluiremos entonces? ¿Que esas mujeres están engañadas,o que de ningún
modo son mujeres? (..) podemos volver a esa prometedora sugerencia de Simone de
Beauvoir, a saber, que l​ as mujeres no tienen ningún tipo de esencia>
​ >

Es decir, a la prelación del existente, de la existencia. De ahí la afirmación de Butler


de pretender desarrollar:

<<​una teoría del género que intenta darle sentido cultural a la doctrina existencial de
la elección​>>

Además, de la prelación de la ousía primera, los existentes, seguidamente coloca la


interpretación cultural género como situación envolvente y condicionante. Es decir, el
género así tematizado aparece como la ​intentio segunda de la tradición nominalista: que
tiene existencia por ser resultado de una convención - en este caso cultural - que organiza,
clasifica las ​ousiai​ existentes en tanto que intenciones primeras.
Y las relaciones entre las intenciones primeras y las intenciones segundas <<las
mujeres>> se establecen porque, como ha escrito:

<< ​el género es instituido por actos internamente discontinuos (..) es (..) una
identidad construida, un resultado ​performativo43 llevado a cabo que l​ a audiencia social
(..) incluyendo a l​os propios actores44, ha venido a creer y a actuar como creencia​>>

He ahí, pues, una segunda efectualidad. Pues el primer analogado que opera como
presupùesto no pensado, sólo ejercido:

<<​Los filósofos raramente reflexionan sobre la actuación en el sentido teatral del


​ >
término (..)>

es el del teatro.

43
.-​ ibidem​; casi el principio del artículo ha escrito “​(..) los actos de habla” de John Searle (..) parecen
renviar (..) a (..) constituir un vínculo moral entre los hablantes (..) uno de los gestos ilocucionarios
(..)​”; pág. 296
44
.- ibidem, Judith Butler empieza el artículo con la siguientes palabras “​Los filósofos raramente
reflexionan sobre la actuación en el sentido teatral del término (..)​”
Lo que impone una serie de paradojas. Sabemos desde ​La Poética de Aristóteles
que la obra teatral remite a la comunidad ante la que se representa. Y, en esa medida, hay
una inconmensurabilidad entre la obra y la comunidad. La segunda engloba a la primera, y
la primera constituye una perspectiva, una mímesis, representación, etc. de aquella.
Así pues, la analogía usada por Butler:

actor/público:: mujeres/audiencia_social

oculta, no piensa dicha inconmensurabilidad. Que sigue sin ser pensada en el caso de la
analogía:

Actuación-actor/recepción-público:: mujer-ha_venido_a_creer/ audiencia


social- actua_como_creencia/

en este caso la existente entre “personaje/papel a interpretar” e “incorporación vivenciada a


la comunidad”.

Esto da lugar al problema:

<<​¿qué concluiremos entonces? ¿Que esas mujeres están engañadas,o que


de ningún modo son mujeres?>​ >

Dado que el acceso a esa vivencia, estado de existencia, de conciencia no acontece


al unísono en la multiplicidad y pluralidad de mujeres existentes acontece la clásica
situación de las vanguardias en los movimientos sociales:

las mujeres liberadas vs las mujeres oprimidas, alienadas, etc.

Lo que desplaza y crea nuevas situaciones de poder y opresión como ya anticipó


Foucault, y que al menos Butler supo leer - hasta dónde lo reflexionó es cuestión abierta:

“​Para Foucault el eros que se libera siempre está culturalmente estructurado, saturado de la
dinámica del poder, y con ello ​suscitando implícitamente los mismos dilemas políticos
que la cultura represiva a la que iba a liberar.”​ 45

Otra efectualidad es la que tiene que ver con el rasgo ​afectivosexual.​ Al convertirse
este en el carácter - etimológicamente en griego Karacter significaba rasgo distintivo, marca
diferenciadora -, en el término marcado ya desde los análisis de M. Witting, quien asume lo
”lésbico” como el vector articulador de su proyecto, este reaparece como forma no pensada,
como género en sentido ontológico, como aquello a lo que se llega a ser por empezar
siéndolo: la orientación, el estilo afectivosexual.
Y dada la prelación de los existentes, las ousiai primeras, enfrentamos que la
proliferación de orientaciones generan tensiones teórico-prácticas como las que

45
.- Butler, J.; «​Variaciones sobre sexo y género. Beauvoir, Wittig, Foucault​» en​ op.cit.
recientemente están teniendo lugar entre ciertas líneas feministas y la prácticas
discursivo-prácticas transexuales46.

Por todo esto, creo que ya tan solo queda acabar.....de empezar. Gracias

46
.- Véase, por ejemplo, Miquel Missé, ​A la conquista del cuerpo equivocado​; o Pol Galofre y Miquel
Missé (ed.),​ Políticas Trans

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