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MUNICIPALES EN EL PERÚ
Los avances hasta hoy logrados en el campo de las Bibliotecas Públicas en general
y de las Bibliotecas Públicas Municipales en particular son importantes, pero
definitivamente insuficientes. Los logros, en la mayoría de los casos son de orden
cuantitativo, como producto del trabajo realizado en la última década. Es decir, hoy
se cuenta con un mayor número de bibliotecas que en los años ochenta y,
probablemente, se tenga también un mayor número de libros por biblioteca y,
quien sabe, un mayor número de usuarios. No obstante estos auspiciosos avances,
el déficit de servicios bibliotecarios sigue siendo muy grande; seguimos formando
parte de los países que no cuentan con la infraestructura bibliotecaria adecuada, ni
mucho menos con una cultura que valore los servicios bibliotecarios y de
información. Con cerca de 2 millones de analfabetos y una cifra igual o mayor de
analfabetos funcionales, de gente que sabiendo leer no lee, con más de 4 millones
de habitantes que hablan lenguas distintas al español, como el quechua, aymara y
otras lenguas amazónicas y con grupos humanos donde prima la comunicación oral,
el Perú tiene en el futuro inmediato un gran desafío que afronta: Poner en marcha
una serie de acciones contundentes y coherentes con las diferentes realidades, con
el fin de lograr la expansión y modernización de sus Bibliotecas Públicas
Municipales.
Seguidamente se analiza una serie de aspectos que, en opinión del autor, conspiran
y han conspirado siempre con los intentos de despegue y de posicionamiento de la
Biblioteca Pública Municipal como una institución social capaz de contribuir a elevar
el nivel de vida de la población a través del acceso democrático a la información y a
los servicios culturales. Como se verá luego, los problemas que aquejan a la
Biblioteca Pública no son recientes. Con excepción de algunas etapas en la historia
del país, como la década de los veinte del siglo pasado, cuando el gobierno de
Leguía mostró mucho interés por las bibliotecas y, posteriormente, en los cuarenta
y cincuenta, cuando gracias a Jorge Basadre que, desde la Biblioteca Nacional del
Perú y del Ministerio de Educación, las Bibliotecas Escolares y Públicas recibieron
una mayor atención por parte del gobierno central, de cuyos resultados exitosos
quedan aún hoy muchos testimonios. Algunos de esos problemas son:
Como se ha podido observar a lo largo del tercer capítulo del presente informe, no
obstante los enormes esfuerzos que realiza, la Biblioteca Nacional del Perú no logra
cubrir, desde Lima, la demanda de las municipalidades del país, por lo menos en
cuanto a dotación de módulos bibliográficos, capacitación y asesoramiento técnico,
con la prontitud y continuidad deseables. La centralización de tales funciones,
sumada a la centralización de la formación de personal, es un enorme escollo para
el desarrollo de las bibliotecas. De ahí que, a la luz de la experiencia de Piura, único
departamento que cuenta con un Centro de Coordinación desde 1969, a cargo de
un personal profesional, urge que se impulse la descentralización del Sistema
Nacional de Bibliotecas.
Según el repaso general hecho en las páginas anteriores sobre las principales
acciones llevadas a cabo antes de 1990 y por lo hecho desde 1991 al 2000, la
Biblioteca Pública en el país ha logrado cierta recuperación y algún avance, sin
alcanzar aún el nivel de desarrollo deseado. La problemática tiene varias aristas y,
por consiguiente, la solución implica también una serie de medidas que deben
plantearse y ejecutarse en diferentes áreas, en forma coherente. Sin embargo, se
debe advertir que las condiciones favorables para el desarrollo sostenido de la
Biblioteca Pública, no van a surgir de manera súbita o a la sola aprobación de una o
dos medidas, sino como producto de un largo proceso de cambios de actitud de la
población frente a los servicios bibliotecarios y acciones concretas de las diferentes
instancias del Estado y de la propia Comunidad respecto a esta institución. En
efecto, para que haya un verdadero desarrollo de la Biblioteca Pública es
imprescindible un contexto cultural favorable, es decir una comunidad donde haya
una verdadera conciencia colectiva sobre el valor de la información, el conocimiento
y los servicios bibliotecarios.
Conscientes de las limitaciones y carencias que aún subsisten en el país, sobre la
base de las experiencias exitosas que se dieron a lo largo del siglo pasado y con la
mirada puesta en un auspicioso nuevo siglo, considerado desde ya como el siglo de
la información y del conocimiento, seguidamente se hace una serie de propuestas
que tienen por finalidad enfrentar en forma progresiva el problema de las
Bibliotecas Públicas Municipales del país. Las propuestas se dan a dos niveles:
primero, a nivel macro, con medidas que atañen al Estado, a los Gobiernos locales,
a la Biblioteca Nacional del Perú, como responsables de establecer, coordinar y
poner en marcha las políticas nacionales de bibliotecas en función con la realidad
del país. Luego, a nivel micro o de base, de la Biblioteca Municipal del distrito o
provincia, del espacio que ya existe y que debe mejorar y ampliar sus servicios
para afianzar su presencia en la comunidad.