Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los siguientes siglos se caracterizan en primer lugar por la conformación del país. En 1156
el Privilegium Minus Austria eleva al territorio a la categoría de ducado. En 1192, la familia
Babenberg también adquirió el ducado de Estiria.
Habsburgo Editar
Las guerras napoleónicas fueron una dura prueba para la supervivencia de la monarquía,
pero la victoria reforzó a los Habsburgo, que con su canciller Metternich se convirtieron en
los garantes de la restauración (1815-1848). El surgimiento de los nacionalismos y las
derrotas exteriores entre 1848 y 1866 llevaron a la reorganización de la monarquía,
naciendo el Imperio austrohúngaro que ocuparía el último periodo de la monarquía de los
Habsburgo (1867-1918). Periodo caracterizado por los problemas políticos entre las
diversas nacionalidades, pero también por un gran desarrollo económico y social, y un
mayor desarrollo aún en el ámbito de la cultura.El nombre del país proviene del latín Austria
(antes de 10 tu02). El alto alemán antiguo Ōstarrīhhi (alemán moderno Österreich)
literalmente = 'Reino del Este', de östar 'del este' (del germánico austra-, del indoeuropeo
aus- 'brillar' (misma etimología que Este, el punto cardinal) + rīhhi 'reino', del germánico
rīkja. El nombre Austria deriva de una errónea latinización de la palabra germánica “Este”
(Öst) en “austrō” o “auster” (metafóricamente significan austral – austrālis- o meridional).[8]
El primer manuscrito que registra esta denominación es el "Ōstarrīhhi document" del año
996 suscrito por el emperador Otón III como nombre popular de la región que se llamaba
entonces oficialmente Ostmark.[9] La finalidad del texto era determinar el territorio
gobernado por el conde de Babenberg Enrique I e, igualmente, someterlo a la jurisdicción
del obispo de Frisia. La zona indicada en el documento corresponde mayormente al actual
estado austríaco (Land) llamado Búrguenland.
Historia Editar
En tiempos prehistóricos, la tierra de Europa central que es ahora Austria fue ocupada antes
de la romanización por diversas tribus celtas. Estuvo habitada inicialmente por ilirios, a los
que más tarde se sumarían celtas procedentes del norte. El reino celta de Noricum fue
reivindicado por el Imperio romano como provincia. A partir del año 15 a. C. pasó a ser una
provincia del Imperio romano.
En la decadencia del Imperio (siglo IV), hunos, godos, lombardos y vándalos cruzaron la
frontera en varias ocasiones. Después de la caída del Imperio romano, la zona fue invadida
por los bávaros, eslavos y ávaros.
Bajo la presión de los ávaros, Karantania perdió su independencia ante Baviera en 745 y
pasó a ser un margraviato. Durante los siglos siguientes, los asentamientos bávaros
descendieron por el Danubio y ascendieron por los Alpes, un proceso por el cual Austria
pasó a ser el país de habla germana que es hoy en día.
Los bávaros pasaron a estar bajo el control de los Carolingios y, en consecuencia, formaron un
Ducado del Sacro Imperio Romano Germánico. El Duque Tasilón III de Baviera, que quería mantener
la independencia bávara, fue derrotado y el poder pasó a Carlomagno en 788La historia de Japón (日
本の歴史 o 日本史 Nihon no rekishi / Nihonshi?) es la sucesión de hechos acontecidos dentro del
archipiélago japonés. Algunos de estos hechos aparecen aislados e influenciados por la naturaleza
geográfica de Japón como nación insular, en tanto que otra serie de hechos, obedece a influencias
foráneas como en el caso del Imperio chino, el cual definió su lenguaje, su escritura y, también, su
cultura política. Asimismo, otra de las influencias foráneas fue la de origen occidental, lo que
convirtió al país en una nación industrial, ejerciendo con ello una esfera de influencia y una expansión
territorial sobre el área del Pacífico. No obstante, dicho expansionismo se detuvo tras la Segunda
Guerra Mundial y el país se posicionó en un esquema de nación industrial con vínculos a su tradición
cultural.
La aparición de los primeros habitantes humanos en el archipiélago japonés data del
Paleolítico aproximadamente 35 000 años atrás.[1] Entre los años 11 000 y 500 a. C. dichos
habitantes desarrollaron un tipo de cerámica, llamado «Jōmon», considerada la más antigua
del mundo.[2] Posteriormente apareció una cultura conocida como «Yayoi», que utilizaba
herramientas de metal y cultivaba arroz. En ella existían varios cacicazgos, aunque
sobresaldría el de Yamato.[3] En siglos posteriores los gobernantes de Yamato afianzaron
su posición y comenzaron a expandirse por el archipiélago bajo un sistema centralizado,
doblegando a las diversas tribus existentes, alegando su descendencia divina. Al mismo
tiempo, el gobierno central comenzó a asimilar costumbres de Corea y de China. La rápida
imposición de tradiciones foráneas produjo una tensión en la sociedad japonesa y en el año
794 la corte imperial fundó una nueva capital, Heian-kyō (actual Kioto), dando origen a una
cultura propia altamente sofisticada proveniente de la aristocracia. No obstante, en las
provincias el sistema centralizado fue un fracaso y se inició un proceso de privatización de
tierras, dando como consecuencia un colapso de la administración pública y la ruptura del
orden público. La aristocracia comenzó a necesitar la ayuda de guerreros para la protección
de sus propiedades, dando origen a la clase samurái.
El último shōgun Tokugawa renunció en 1868, dando comienzo a la era Meiji, llamada así
en honor al emperador reinante que asumió el poder político. Se inició la modernización del
país abandonando el sistema feudal y el de los samurái, la capital fue trasladada a Tokio, se
inició un fuerte proceso de occidentalización y Japón emergería como el primer país asiático
industrializado. Surgió un proceso de expansionismo territorial hacia naciones vecinas, lo
que los llevó a enfrentarse militarmente al Imperio ruso y al Imperio Chino. A la muerte del
emperador Meiji, Japón se había convertido en un estado moderno, industrializado, con un
gobierno central y como potencia dentro de Asia, rivalizando con Occidente. Hubo una
explosión social debido al crecimiento económico y poblacional y comenzó a ganar terreno
el extremismo político y hacia la década de 1930 se aceleró la expansión militar,
confrontando con China por segunda vez. Tras el estallido de la guerra en Europa, Japón
aprovechó la situación para la anexión de otras zonas de Asia. Durante el año 1941 las
relaciones diplomáticas entre Japón y Estados Unidos eran tensas, ya que el presidente
estadounidense Franklin Delano Roosevelt había bloqueado los suministros petrolíferos a
Japón y había congelado todos los créditos japoneses en los Estados Unidos. El 7 de
diciembre de 1941 Japón atacó Pearl Harbor, con lo que este país entró a la Segunda
Guerra Mundial como parte de las «Potencias del Eje». A pesar de una serie de victorias
iniciales, derrotas frente a los Aliados en batallas como la de Midway cambiaron los papeles
en el escenario del Pacífico. Después de los terribles bombardeos atómicos sobre
Hiroshima y Nagasaki Japón presentó su rendición incondicional, por lo que estuvo ocupado
por fuerzas estadounidenses, las cuales desmantelaron el ejército, liberaron las zonas
ocupadas, el poder político del Emperador fue suprimido y el primer ministro sería elegido
por el parlamento.
● En 1952 Japón recuperó su soberanía tras la firma del Tratado de San Francisco y
creció económicamente con la ayuda de la comunidad internacional. Políticamente,
el Partido Liberal Democrático, de tendencia conservadora, estuvo gobernando de
manera casi ininterrumpida durante la posguerra. Con el inicio de la era Heisei,
Japón sufrió una recesión económica en la década de 1990 y socialmente se
enfrentó a un descenso de la natalidad y al rápido envejecimiento de la población.
En los primeros años del siglo XXI, Japón ha comenzado a reformar las prácticas
que regían desde la posguerra a la sociedad, al gobierno y a la economía.