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El eritema infeccioso se define por la aparición de un leve proceso exantemático (enrojecimiento

macular difuso en la piel), muy frecuente en la edad pediátrica.

Se da en forma de brotes epidémicos durante el período escolar, afectando por igual a niños y
niñas.

También se produce en la adolescencia y edad adulta, con menos frecuencia.

El eritema infeccioso guarda una gran similitud con el sarampión, la rubéola, otras infecciones
víricas y reacciones medicamentosas.

La artritis reumatoide juvenil y el lupus eritematoso, son las principales enfermedades a


descartar en los niños más mayores.

Imagen del icono de la consulta de Segunda Opinión. Clínica Universidad de Navarra

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¿Cuáles son los síntomas habituales?

Eritema (enrojecimiento cutáneo).

Dolor e inflamación articular: son muy frecuentes en adultos y adolescentes mayores, con una
mayor frecuencia en las mujeres. Afecta principalmente a las grandes articulaciones (muñecas,
manos, rodillas y tobillos).

Crisis anémicas e inmunocitopénicas transitorias: caída brusca de los niveles de células


sanguíneas e inmunológicas en plasma sanguíneo, con la consecuente anemia y tendencia a
padecer graves infecciones por pérdida de defensas en el organismo. Se da en sujetos
inmunodeprimidos ó con enfermedades hemolíticas crónicas.

Edema generalizado: en el feto.

Los síntomas más habituales son:


Enrojecimiento de mejillas.

Exantema en tronco y extremidades.

Malestar general.

Dolor e inflamación articular.

¿Tiene alguno de estos síntomas?

Puede que padezca un eritema infeccioso

¿Cuáles son las causas?

El eritema infeccioso es una enfermedad vírica producida por el Parvovirus B 19.

La principal diana de este virus son las células eritropoyéticas (células sanguíneas precursoras de
los glóbulos rojos), que pertenecen a la médula ósea humana.

El virus destruye estas células cuando están en fase de división y así altera su síntesis. Por ello,
disminuye la cantidad de células sanguíneas en plasma del individuo infectado.

Pacientes de riesgo

En individuos con enfermedades hemolíticas crónicas, la infección puede producir una


interrupción transitoria de la formación de glóbulos rojos y una caída brusca de la hemoglobina
sérica, que a menudo obliga a practicar transfusiones.

En individuos con afectación del sistema inmune (leucemias tratados con quimioterapia, SIDA),
existe un gran riesgo de tener una infección crónica, con notable disminución de células
sanguíneas e inmunológicas por insuficiente producción en la médula ósea.

La infección fetal por este virus ha llegado a producir, en algunos casos, muerte intrauterina en el
contexto de una primoinfección materna.
¿Cómo se diagnostica?

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El diagnóstico del eritema infeccioso se realiza mediante la observación clínica del exantema,
excluyendo otros procesos.

En laboratorio, no existen datos fidedignos de diagnóstico de este virus, aunque, como


referencia se miden los niveles de anticuerpos en la sangre.

Otro método eficaz para el diagnóstico es el uso de métodos para detectar las partículas virales o
el DNA del parvovirus B19.

El eritema infeccioso guarda una gran similitud con el sarampión, la rubéola, otras infecciones
víricas y reacciones medicamentosas.

La artritis reumatoide juvenil y el lupus eritematoso, son las principales enfermedades a


descartar en los niños más mayores.

¿Cómo lo tratamos?

Tratamiento

No hay ningún tratamiento antiviral específico. En la mayor parte de los casos, no suele ser
necesario administrar tratamiento alguno. Si la fiebre es alta o el niño se queja de dolor articular
o edema doloroso, se puede administrar analgésicos y/o antiinflamatorios no esteroideos.

La IVIG (inmunoglobulina intravenosa) ha tenido éxito en tratamiento de los pacientes


inmunodeprimidos o con SIDA, aunque, únicamente, para proporcionar una remisión transitoria
de los episodios de anemia e insuficiencia medular asociadas. También se ha tratado con éxito,
mediante transfusiones intrauterinas, la hidropesía fetal (edema generalizado en el feto).
Los niños con aplasia eritrocitaria (alteración en la producción de glóbulos rojos) inducida por el
parvovirus B12, precisarán de transfusiones y medidas de soporte, hasta que el estado hemático
se haya estabilizado.

No se dispone de vacuna contra este virus.

¿Dónde lo tratamos?

EN NAVARRA Y MADRID

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