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áM

José Luís Padilla Corral


ALKIMIA
TRADICIÓN
Y MILAGROS

José Luis Padilla Corral


INDICE

Empezamos.............................................................................................. 7

Desde la eternidad, transmitiendo................................................... 11

En el rescate del hombre estelar....................................................... 19

El infinito se hizo llegada y se concretó en el hombre................ 27

El soplo. La luz in ic ia l................................................................ 30


El espíritu. L in g ............................................................................ 31
El hombre. R e n ............................................................................ 32
El sentido. Dao (Tao)................................................................... 33

Génesis y culminación de la concretización


del espíritu del soplo............................................................................ 39

El hombre configurado....................................................................... 43

Comportamiento y organización de la fuerza lumínica


del soplo en los reinos m u tan tes..................................................... 53

Reino muíante del A gu a............................................................ 54


Reino muíanle de la Madera............................. 133
Reino mutante del Fuego......................................................... 141
Reino muíanle de la T ierra ..................................................... 162
Reino mulante del M etal......................................................... 178

La tradición como soporte alkímico del ser en la consecución


del milagro. Sus anclajes luminosos en la configuración
de su estructura................................................................................... 185

Herencia........................................................................... 186
Esencia.......................................................................................... 192
Destino.......................................................................................... 197

El hombre providencial................................................................... 203

Y en la írascendencia 213
7
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

E
rase una vez una humanidad errante que vagaba y vagabundeaba
en un espacio circular azul. Ella consideraba que ése era el único
lugar en donde se desarrollaba la existencia. Érase, también, que el
espacio azul giraba sobre sí mismo y en torno a una luz brillante. Y érase,
que es hoy, un espacio azul que está llenando su vacuidad, haciéndose
pleno, corrosivo e indiferente.
Eran transportados por una inmensa fuerza de la que apenas unos
pocos eran conscientes. Humanidad nómada, sometida y obligada, que
se encontraban a merced de la presencia de lo INFINITO. En el transcurso
de su eterno viaje realizaron su peregrinar bajo muy diversas condiciones,
hasta que, poco a poco, lograron institucionalizar un código que les per­
mitiera encontrar las explicaciones que dieran sentido a su propia existen­
cia dentro de su entorno.
Sin conocer su verdadera naturaleza, se colocaron en una posición
según la cual todo era referenciado basándose en sus propias característi­
cas, y éstas fueron la pauta con la que dieron una explicación totalizadora
de todo lo existente.
Las vivencias tenían sentido o carecían de él según la economía
preponderante o según los propios deseos.
Siendo referenciales de sí mismos, entraron en un sendero contra­
dictorio que les llevó:, a la "duda", a la desconfianza, al miedo, a la obse­
sión y a un alto nivel de agresividad, convirtiendo sus convivencias en un
permanente desespero.
El diseño de universo que anidaba en ellos era cada vez menos rea­
lizable, razón por la cual, empezaron a deteriorarse en sus concepciones
y en sus formas. Fueron perdiendo paulatinamente los mecanismos de
transformación, cambio, mutación y transmutación propios del infi­
nito en el que habitaban. Su memoria estelar se fue debilitando y fueron
creando recursos paliativos que les permitieran sobrevivir.

De la misma forma, estos recursos entraban en constante contradic­


ción y se constituyeron también, en mecanismos de agresión, los cuales
eran interpretados como una evolución propia de sus existencias.
Los instantes culminantes en el espacio de lo concreto fueron definidos
bajo los términos de "comienzo" y "fin”... NACIMIENTO Y MUERTE. Con lo
cual, hicieron de su universo un lugar limitado en el magma de un universo
infinito. Todo ello, conllevó la aparición de vivencias que se consideraban
negativas o malas...: EL SUFRIMIENTO. En estas circunstancias dieron tam­
bién por buena esta evolución y la incorporaron a sus sistemas de evidencia.

8
Em peza m o s.

"Los pocos conscientes" que se apercibían de la fuerza, mantenían la


suficiente "memoria estelar" para descubrir que en cada entidad humana
existía un modelo de universo de naturaleza infinita. Esta circunstancia
permitió el desarrollo de una "tradición oral" que desarrollara el "modelo
de luz" del hombre. Se perfilaron los movimientos de sus haces lumínicos,
así como, las diferentes concentraciones de la misma, de tal manera, que
se llegó a la certeza de que el modelo humano reproducía en su totalidad
la infinitud en el aspecto de una forma. Así se recuperó, a través de la
tradición, la veracidad alkímica del ser y se estuvo ante la ocasión de que
ésta fuera transmitida bajo las expectativas de despertar en los hombres su
consciencia estelar y su sentido de eternidad.
En las circunstancias en las que se encontraba la humanidad, esta
tradición alkímica fue considerada una quimera y, por añadidura, una
visión distorsionada de la realidad. A pesar de estas consideraciones, el
desespero y la tenue intuición de que existía otra manera de considerar
la realidad, se le permitió a esta tradición alkímica tuviera su realización
y mostrara sus resultados. La resultante produjo un asombro del pensa­
miento convencional que, en el más común de los casos, lo consideraba
una "casualidad" o un acto de sugestión. Si bien, los que vivían el prota­
gonismo de estas realizaciones lo sentían como un MILAGRO.

Y AHORA... CULMINADA ESTA HISTORIA,


VAMOS A RELATARLES LAS SABIDURÍAS FUNDAMENTALES
DE ESTA TRADICIÓN ALKÍMICA.
VIVE, BAJO EL SIGNO DEL MILAGRO
DE DESPERTAR A LOS HOMBRES, A SU REALIDAD ESTELAR;
DESDE LA QUE PROVIENEN, EN LA QUE ESTÁN
Y EN LA QUE PERMANECERÁN EN EL INFINITO.

9
DISDÌ LA ETERNIDAD#
TRANSMITIENDO
¡pwrai to #» wtodta» « ätractOi»
los stoniiklä'MM y *p$tiri5Ka»siitos
M W rt : ' • : •• : ' i ! i

11
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

L
a IDEA, como imagen preexistente, es el motor iniciático de esta
parte de la historia. Todo comienza con ocho movimientos de luz
que, recordando los ocho cuadrados de los escaques del ajedrez,
se disponen a servir de forma ORIGINAL: el sustento, la permanencia y la
transmutación de todas las existencias.
"La IDEA se hizo forma y habitó entre nosotros mostrando el aspecto
de una imagen REVELADORA".

EL IDEOGRAMA es la manera y
descripción que ha tenido la tradición
de la humanidad de transmitir un len­
guaje, sin duda, revelado por el Cielo.
La imagen que les hemos mos­
trado está compuesta por los ocho
movimientos de luz descritos y todos
ellos constituyen el fundamento de la
escritura de todos los demás ideogra­
mas. Es por ello, que su significado es
"LA ETERNIDAD, LO ETERNO".
Esta transmisión cifrada, comienza de forma ideopictográfica, para
rápidamente convertirse en ideosimbólica y así, definir la idea bajo todos
los componentes que se han dado cita para llegar a ella.
Si nos fijamos en nuestro primer ideograma, descubrimos con inme­
diata rapidez que está formado por dos ideas:

La primera es:

La segunda:

Interpretemos estas dos estructuras para entender el criterio opera­


tivo de la eternidad.
La segunda estructura representa EL AGUA. El agua, como princi­
pio, es el origen de la vida. Es el sustento absolutamente imprescindible
para esta forma de existencia y, en consecuencia, es el elemento impres­
cindible que impregna toda la realidad de este planeta. Sin duda no podría
ser otra idea la que estuviera incluida en el concepto de eternidad. Y sin

12
D e s d e l a E t e r n i d a d t r a n s m it ie n d o .

duda, también, no es muy costoso aceptar que —dada la antigüedad de los


ideogramas, la forma y composición de realizarlos— no parecen estar muy
en relación con el desarrollo intelectual del hombre. Consecuentemente,
el definir esta escritura como revelada no parece una descabellada idea.
Cada ideograma se escribe de arriba abajo y de izquierda a derecha,
en sentido genérico. Si hemos descrito la segunda parte como el germen
de la perpetuidad de la vida, sin duda la primera parte antecedió a la for­
mación de la misma, en un significado muy diferente al del agua.
La parte superior, desde el punto de vista puramente formal, posee
dos conceptos: el primero se trata de un radical que da sentido y con­
tenido a cualquier ideograma. Es, por así decirlo, la raíz de la idea. El
segundo tiene una traducción literal referida al contenido de una marmita
que conserva en su interior el alimento de la forma y que se encuentra
bajo la acción del fuego, constituyendo todo ello el sustento familiar. Bajo
esta óptica podemos observar las concomitancias que existen entre los dos
ideogramas como fundamento del mantenimiento de la vida.
Pero quisiéramos añadir algo más, en consideración a la transmisión
alkímica oral. En este sentido, el primer trazo representaría EL ROCÍO y el
segundo trazo representaría LA PERMANENCIA DE ESTE ROCÍO SOBRE
EL PLANO DE LO CONCRETO.
Aún podríamos añadir que el primer trazo representaría la decisión de la
eternidad para dar inicio a un determinado nivel de existencia, y el segundo,
representaría la horizontalidad de esa existencia, es decir, la forma...
Y para culminar estas últimas consideraciones, una referencia
bíblica contenida en el Génesis, según la cual, en la creación se separan
las aguas anteriores de las posteriores, clara referencia al ideograma que
estamos estudiando, en el que podríamos constatar que la naturaleza de
ambas aguas, es diferente.
La conjunción de estas dos aguas es la que define LO ETERNO. En
consecuencia, la existencia de la humanidad es una expresión de la eter­
nidad y en este sentido, el hombre es de naturaleza eterna.

Cielo anterior = aguas anteriores

Cielo posterior = agua posteriores

Eternidad

13
A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros

SENTIDO SENTIDO
DEL DEL
C r e a t iv i d a d
FUEGO AGUA
d el C ie l o

C alm a P e n e t r a c ió n
d el La g o d el Vie n t o

L u m i n o s id a d A b is m o

d el F u eg o del A gua

M o v il id a d In m o v il id a d
d el Tr u e n o de la M o n taña

R e c e p t iv id a d
de la T ie r r a

14
D e s d e l a E t e r n i d a d t r a n s m it ie n d o .

15
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Cada uno de estos trazos luminosos (y lo expresamos así por dos


razones: la primera porque al ser un lenguaje revelado implica una ilu­
minación por el que lo recibe; la segunda porque el hombre, al realizar el
movimiento que imprime el trazo, lo hace a través de la fuerza lumínica
de su ser, ya que, como emisor de infrarrojos, su ánima de intención está
dotada de una expresión de luz) tiene su lenguaje en la corporalidad. De
tal manera, que las aguas anteriores están bajo el VERBO de:
• Descenso de las lágrimas: 41VB
• Barrera externa: 5SJ
• Pulso del inicio: 62V
• Continuidad del torrente: 3ID

Y todo ello se corresponde al influjo del fuego. Siendo, en conse­


cuencia, el equivalente del agua en el Cielo.
En el Cielo posterior (aguas posteriores) el VERBO se expresa en:
• Joven misterioso. Desfiladero: 7P
• Mar luminoso: 6R
• Barrera interna: 6MC
• Ofrenda universal: 4B

En esta ocasión se corresponde con el influjo del agua propiamente


dicha, equiparándose, en consecuencia, con el fuego del Cielo.
Si tenemos en cuenta que estos resonadores de luz se correspon­
den con las llamadas "vías extraordinarias lumínicas", que no emanan
del propio ser, sino que son la impronta que el Cielo hace en él, estaremos
en condiciones de regular y sintonizar las dos aguas bajo el prisma de la
Impronta Celeste, sin tener en cuenta la corporeidad del sujeto.
Sintéticamente esta sintonía se obtendría en la secuencia de un tra­
bajo energético sobre la barrera externa: 5SJ y el mar luminoso: 6R. Estos
dos puntos constituirían un sistema de regulación que incorporaría la
esencia del ser, a su dimensión de eternidad.
El procedimiento de acción sobre estos resonadores se realizaría de
la siguiente manera:

Se comenzaría con la Barrera externa: 5SJ, actuando con el calenta­


miento (moxibustión) de forma intermitente con ocho aproximacio­
nes. Así, ajustaríamos la incidencia del ocho y la naturaleza del fuego
como agua celeste.

16
D e s d e l a E t e r n i d a d t r a n s m it ie n d o .

A continuación, se procedería sobre el Mar luminoso: 6R. En


este caso se actuaría bajo la acción de una puntura que, como ele­
mento metal, se constituye en generador de agua, entrando, por
tanto, en sintonía con el agua tangible que maneja la humanidad.
La puntura sería rápida, instantánea y sin manipulación.
Dado que existen cuatro resonadores, se elegirían la barrera
externa del brazo izquierdo y el mar luminoso del pie derecho.

Este procedimiento nos sitúa en el sentido alkímico (Sanjiao), en el


sentido de la tradición (el agua) y en el sentido del milagro (las consecuen­
cias que sobre el ser trae este acto sanador).
Las indicaciones de esta actuación estarían fundamentalmente cen­
tradas en todas las patologías que estén ligadas con los estados disociados
que vive el hombre en su mentalización entre lo material y lo espiritual,
entre lo visible y lo invisible, entre el mundo de sus ideas y el mundo de su
realización y, finalmente, como aspecto más concreto, en el MIEDO CON
QUE VIVE SU EXISTENCIA, al considerarla como una vía de principio y
final.

17
EN EL RESCATE DEL
Mif%Èàtb'
JHI %KN/m®PmrPtP f t 'M
PÎV* Smp ri M u
T (mmAUlil

b«§# te i j'â i ï i M l i

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p r o »p ó s i t o l i t T k u i

19
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

L
a eternidad se hace manifiesta en una creación singular: EL
HOMBRE.

A lo largo de la historia el hombre se pregunta "quién es", "de


dónde viene" y "a dónde va".
¿Quién es? Una creación insólita, única, imprescindible, necesaria
y absoluta.
¿De dónde viene? De la eternidad.
¿A dónde va? Está en la eternidad y vaga por el infinito eterna­
mente.
El hombre, como ser estelar emanado del infinito, adquiere unas
características y una posición en el universo perfectamente definidas y
TIAN.
diseñadas, que adquieren su verdadera expresión a través del ideograma
El ideograma TIAN está formado por cuatro luminarias, según se
aprecia en el comienzo de este capítulo. Aunque realmente, su constitu­
ción esencial está trazada en tres módulos de fuerza. Uno lo constituye el
universo propiamente dicho; otro lo forma una parte de ese universo, el
planeta tierra; y el tercero queda diseñado con el ideograma HOMBRE.

Universo

Tierra

Hombre

El cuatro [4] define la forma, el tres [3] establece el misterio. Misterio


y forma cohabitan en el espíritu del hombre como así ocurre en la perma­
nente cotidianidad. Sin duda, no puede ser más expresivo este ideograma.
Por añadidura, el haz lumínico que representa al universo está constituido
por un trazo continuo, lo cual implica infinito. Y el segundo trazo, está
formado por un haz discontinuo, lo cual implica concretización. Estas dos
manifestaciones nos dan la clara idea de un universo que oscila entre la
expansión y la contracción, de la misma manera que los cánones científi­
cos admitidos actualmente.
Si la eternidad nos llevaba al ocho [8], a un movimiento de inusi­
tadas posibilidades, en TIAN todo ello se confabula en el primer trazo (la
expansión). El trazo de la contracción, cuando se produce la forma (dis-

20
E n el R es c a te d el H o m b r e E stela r

continuo) nos da una muestra opuesta y complementaria de la absoluta


eternidad. En ella tienen su asiento los procesos mutantes en los que se
encuentra el hombre, como una forma de réplica del universo expansivo.
La tradición lo conceptualiza en el cinco [5]. Establece cinco actividades
mutantes que se constituyen en una dimensión circular con fuerzas inte­
ractivas en su interior que denotan los movimientos propios del lugar de
residencia del hombre (la tierra).
Su expresión circular expresa su movimiento alrededor del sol y su
dinamismo interno representa el giro sobre su eje.
El diseño que acabamos de describir y que puede apreciarse en el
gráfico que adjuntamos, va a tener una significación pronostica, preven­
tiva, terapéutica y sanadora que puede situar al hombre en la esfera de su
"forma" y darle una dimensión homeostática con su medio.
Si el hombre puede ser despertado a la sintonía de su sincronismo
con la forma más mediata de su universo, estará en inmejorables condi­
ciones para dar un vuelo cualitativo hacia los espacios infinitos.

agua m etal

21
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

El ideograma que representa al hombre: REN, está formado por dos


soplos de luz, los cuales conservan muy similar estructura. Esta situación
define al principio de masculinidad y feminidad, siendo el primer trazo el
principio de lo eterno femenino y el segundo trazo el sentido de lo mas­
culino (ver ideograma REN).
Si ahora toman las tres estructuras —estructuras en el sentido de
funciones— descubrirán de inmediato que el hombre surge del infinito,
se asienta en lo concreto y se define desde lo concreto como una unidad.
Es decir: el hombre como especie es femenino en su esencia y reside desde
y entre el universo infinito y la manifestación de éste en lo definido. En
definitiva, es un ser situado entre el Cielo y la Tierra.

/ \
J V

PRINCIPIO FEMENINO PRINCIPIO MASCULINO

22
E n el Resc a te d el H o m b r e E stela r

Si la eternidad estaba constituida bajo la idea de ocho [8] haces


lumínicos y la creación en el nivel humano se corresponde con cuatro [4]
haces de luz, en el ideograma TIAN —teniendo en cuenta, además, que
todo proceso de creación manifiesta procede de esa eternidad— la obten­
ción ideogramática de TIAN se obtiene en base del ocho eterno. Veamos
este proceso:

AGUA

A
Femenino *

REN
A Masculino

ETERNO CREACION
"T T *
i \S .
7

'/
AGUA: NEGRO - MATERIA OSCURA

23
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Cuatro [4] haces provenientes de "Lo Eterno" constituyen TIAN y


los otros cuatro [4] vuelven a generar agua, en este caso bajo otra expre­
sión ideográfica, lo cual nos hace pensar, salvando las diferencias concep­
tuales, que se trata del equivalente de la "materia oscura”. Realidad que
se sitúa proporcionalmente en el 90% del universo conocido, siendo el
manifiesto tan sólo entre el 1 y el 10%. Esta circunstancia nos hace pensar
que el "agua eterna" es el matraz y el sustento que da origen y genera el
universo constituido.
Los dos trazos que constituyen el ideograma REN (hombre) son
la expresión de dos realidades sin sustrato material, sorprendentemente
igual que el primer trazo de TIAN, lo cual no hace más que reafirmar que
la estructura esencial del hombre es de carácter insustancial, aunque en su
expresión vivificante en este plano de existencia sea sustancial.
Estas dos realidades van a constituir el SANJIAO y el MAESTRO DE
CORAZÓN, haces de luz que, emanando de lo manifestado y de lo no
manifestado, confluyen en la instancia de la tierra para dar forma y evi­
dencia a la realidad del hombre. Los dos ejes de luz que transcurren por
la cara anterior y posterior de la mano y el brazo van a tener un sentido
ascendente y descendente, según el cual, el ascendente se difumina en la
cabeza, partiendo del dedo anular, y el descendente —emergiendo de la
fusión de las ramas internas del Sanjiao y confluyendo en el corazón— va
a descender hasta el dedo medio o corazón.
Esta expresión de fluidos de luz no hace más que corroborar la rea­
lidad del ideograma, según la cual, el maestro del corazón surge a partir
del Sanjiao. Por último, reseñar que el Sanjiao va a realizar la culminación
del agua en su relación con el fuego, a fin de llevar lo mental a la ilumina­
ción. El maestro de corazón va a purificar los sentimientos con objeto de
hacerlos transcendentes y convertirlos en "sentisientos" y, ambos, hacen
del ser una UNIDAD que surge de la confluencia entre el AMOR y la INTE­
LIGENCIA.
En la eternidad del ocho [8] rescatábamos la posibilidad del mila­
gro que sintonizará al hombre con su eternidad. En el caso de los reinos
mutantes —la línea partida del ideograma TIAN— y en el caso del ideo­
grama REN, podemos desarrollar dos actividades sanadoras concretas que
se encuentren en la misma dimensión pero bajo otras indicaciones que en
el caso de la eternidad.
De los cinco reinos mutantes, dos de ellos son los constituyentes
fundamentales de la actividad de los cinco y son el agua y el fuego, eje
energético que sintoniza la luminosidad del fuego con el resplandor del

24
E n el R esca te d el H o m b r e E stela r

agua. Estos dos conceptos, llevados a la forma del hombre, se concretizan


en la parte más prominente de la cabeza (el fuego) y en la planta del pie
(el agua). Si actuamos en estos dos extremos, bajo el conocimiento del
agua en la doble versión en la que la contemplábamos a propósito de la
eternidad, descubrimos que el funcionalismo fisiológico del humano se
sintetiza en la interacción de esas dos aguas o de esos dos fuegos, —según
como se mire— si bien, en principio, la manifestación es la de un cuerpo
caliente que está constituido fundamentalmente por agua. Si consegui­
mos una interacción armoniosa a través de la sintonía de los opuestos,
estaremos en condiciones de dar una respuesta sanadora, MILAGROSA­
MENTE SANADORA.

La actuación en concreto consistiría en imponer el dedo medio de la


mano izquierda en el vértex craneal, el cual se corresponde con un
resonador de luz denominado BAHUI (20TM) y, simultánea y alter­
nativamente, la imposición del meñique en la planta del pie, en la
porción de oquedad de la misma, lugar que se corresponde con el
resonador YONGQUAN (IR) (Fuente floreciente de la tierra). En este
lugar se impondrá el dedo meñique de la mano derecha.
Sucesivamente el sanador, comenzando en la cabeza, seguirá
hacia el pie, de nuevo a la cabeza, y así sucesivamente hasta que se
sienta una sensación de calor en ambos dedos, momento en que se
dará por culminado el tratamiento.
En el caso de los pies, se emplearán ambos resonadores, reali­
zándose la primera imposición en el pie izquierdo y después de pasar
por la cabeza, en el pie derecho y así sucesivamente.

En el caso de REN, con el objetivo de aunar el eterno femenino de la


humanidad y bajo la dimensión de la unicidad y de la confluencia (recuér­
dese la génesis del maestro de corazón), existen dos improntas de luz que
se sintetizan en una barrera:

L a B a rrera d el Sa n jia o y la B arrera d el M aestro de C orazón.

Situados a dos traveses de dedo del pliegue de flexión de la muñeca,


en la línea media de la cara anterior y de la cara posterior.

25
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Se incidirá sobre ellos con una presión media y simultánea­


mente en los dos antebrazos con el dedo pulgar en el Sanjiao y el
dedo índice en el maestro de corazón, realizando sucesivas y rítmicas
presiones y descompresiones hasta que el terapeuta tenga la sensa­
ción de haber unido sus dos dedos.

Este último proceder va a conseguir en el ser una armonía y una


consecuencia entre su deber y su hacer, haciendo de ambos aspectos una
sola unidad que serena la mente y hace florecer el corazón.

LA SANACIÓN A TRAVÉS DEL IDEOGRAMA TIAN

ETERNIDAD: 5SJIZDO- 6RDCH0

26
e l n un mro
S£ HIZO LLEGADA
Y SE CONCRETÓ
EN EL HOMBRE...

27
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

E
l misterio de nuestra existencia, sin dejar de reconocer y de vivir
en él, puede ser plasmado a través de los movimientos lumíni­
cos de los ideogramas. Ya veíamos en capítulos anteriores cómo lo
eterno tenía la capacidad de gestar al hombre estelar, y reservarse para s
perpetua génesis una misteriosa agua que sería capaz de dar origen a otro
impensables universos.

28
E l in f i n it o se h i z o l l e g a d a y se c o n c r e t ó e n el h o m b r e

La tradición alkímica oral nos sitúa ante la posibilidad de dar una


visión chamánica de la evolución de lo eterno hasta el retorno hacia sí
mismo. Siguiendo los módulos que preservan la existencia, vamos a mos­
trarles este viaje de lo eterno, bajo la óptica de la aparición del hombre.
Así, el infinito se hizo llegada y se concretó en el hombre...
Lo eterno gesta la eternidad y de ésta emerge el universo infinito,
del que surgen los soplos vivificantes. Ellos van a configurar el espíritu y
éste se va a definir bajo unos límites, con lo cual surge la forma. Y ésta se
hace consciente y se despierta al hombre estelar, el cual alcanza la visión
de su verdadero sentido (TAO) y resucita en vida a la inmortalidad y desde
ella realiza un infinito camino para fundirse de nuevo en lo eterno.

* LO ETERNO: YONG

INMORTAL: ETERNIDAD: INFINITO:


YONGYUAN YONGYUANXING ^ YONGXIAN

?k 'A ?&

\ Jí.

DAO \
tia n ' ^
REN LING QI

29
A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros

EL SOPLO. LA LUZ INICIAL

"QI" (chi) es el aliento lumínico que, emergido del infinito, va a ser


el constituyente de todas las formas existentes. Se trata de una emanación
muy sutil que podríamos bien llamarla "La luz filosofal". Clara referencia
a la piedra filosofal de la alkimia, ya que en su organización contiene tres
funciones que preservan el misterio y en su dinamismo permiten todos
los movimientos, cambios, mutaciones y transmutaciones de este minús­
culo infinito.
Si lo reseñamos según el sentido caligráfico de su escritura, en la
parte superior encontramos TRES TRAZOS que representan lo invisible, el
vapor, las nubes, el agua potencial, el preámbulo de la chispa... El inicio
del fuego... La matriz del rayo... Agua y fuego en una simbiosis que permi­
tirá un ciclo interminable desde lo inconcreto a lo concreto y viceversa.
La función media es el vector de luz que representa las condicio­
nes del fuego-calor que ya está gestado en el mundo de lo concreto. Su
calidad, intensidad y origen son las que van a permitir los movimientos
alternativos de las concretizaciones de agua y fuego propiamente dichos.
La parte inferior representa el agua y lo que se gesta a través de
ella. Cuatro pozos distribuidos en el cuadrado, representan lo concreto.
La parcelación de los mismos indica la perfección del agua que emana de
los pozos, al ser esta parcelación (la cruz) el simbolismo de lo perfecto.
Todo ello hace posible que se geste el sustento material y conformado que
termina por simbolizarse en las espigas de un cereal.

INFERIOR

30
E l in f i n it o se h i z o l l e g a d a y se c o n c r e t ó e n e l h o m b r e

EL ESPÍRITU. LING

En síntesis, la idea del espíritu se nos presenta bajo la grafía de dos


funciones: la superior contenida de nuevo bajo el sentido del tres y la
inferior constituida también de nuevo en el sentido del cuatro. Se repite
de esta manera el mismo contenido que en el ideograma QI.

En la expresión superior, disponemos de tres manifestaciones de


la luz:
• La primera equivale a LA DECISIÓN INNOMBRABLE DE
"LO ETERNO", a través del infinito y por medio del Qi,
de dar curso a esta manifestación. Es también, el esbozo
potencial de la inmortalidad.
• En segundo lugar, el haz del AMOR. Expresión de lumino­
sidad que permite al hombre sintonizarse y sentirse atraído
hacia sí mismo y hacia el infinito eterno de la eternidad y,
consecuentemente, el desarrollo en el ser del "modus ope-
randi" entre los elementos de la misma especie.
• El tercer espacio de luz, que surge como consecuencia del
anterior, significa LA SOLIDARIDAD (sol - i - dar - i - dad)
("sed como el sol; luminosos y radiantes que, sin hacer dis­
tinciones, da y da y da... todos los días de la eternidad").

DECISIÓN DE "LO IN NOM BRABLE"

31
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

La segunda manifestación, bajo el signo del cuatro, significa etimo­


lógicamente "el fuego". Pero como se puede apreciar, el hombre (REN) está
inmiscuido de una forma clara y contundente. Las otras dos influencias nos
pueden llevar a la conclusión de que estamos ante el HOMBRE FUEGO...:
emisor de infrarrojos, cuerpo caliente, movimientos... el fuego cuando se ini­
cia, se propaga hasta consumir todo el sustento que le sirve de alimento...
Es por ello que el hombre fuego también representa a la energía sexual,
término que proponemos sustituir por el de "soplo espiritual sensible”, por
pensar que expresa de manera clara la función de esta energía... y así como
se propaga el fuego, esta energía es el asiento de la reproducción, alegría del
corazón, despertar a la beatitud y abrirse al infinito aroma de los amantes.

EL HOMBRE. REN

La constitución lumínica de este ideograma está definida por dos tra­


zos. Recordando párrafos anteriores, el primer trazo estaba definido por el
principio de la feminidad, en el sentido de la humanidad y el segundo por
la masculinidad. También significa el primer trazo el sentido unitario del ser
y el segundo trazo su posición en el mundo de lo dual. Finalmente se puede
observar que los dos trazos son idénticos y que tan sólo difieren en la lon­
gitud de su expresión, teniendo además un lugar de encuentro en donde se
consuman los dos principios. Si hiciéramos el ideograma en sentido inverso,
el principio masculino, en el sentido de la guía, se reuniría con el descenso
de la unicidad de la humanidad y a partir de ese instante de fusión se res­
tablecería la armonía de los opuestos. Opuestos que en realidad no lo son,
sino que tan sólo constituyen dos expresiones de un mismo principio.
E l in f i n it o se h i z o l l e g a d a y se c o n c r e t ó e n e l h o m b r e

EL HOMBRE ESTELAR es la consecuencia del despertar al reflejo lumi­


noso de su posición como ser de universo y con el contenido de todas sus
características de infinito. Todas las consideraciones realizadas a propósito de
este ideograma (en el capitulo anterior) se adjuntarían a esta descripción.

EL SENTIDO. DAO (TAO)

"Existe una fuerza inconmensurable en el Universo que da origen y


entretiene a todas las cosas, como no sé su nombre, le llamo Dao (Tao)".
A esta fuerza se sumerge el hombre estelar para realizar el camino
hacia su inmortalidad.
"El Dao que puede ser representado, no es el Dao de lo absoluto".
"El Dao que puede ser expresado no es el Dao verdadero".
Todo lo que pudiéramos decir del Dao resultaría, en consecuencia,
una expresión que no ayudaría a profundizar en él, sino que rondaría en
torno a su verdadera esencia.
El despertar al sentido del Dao es un acontecimiento que se REA­
LIZA, SE MUESTRA Y SE SIENTE. Que ocurre con la naturalidad de lo sen­
cillo y que sumerge al ser en el abismo de lo insondable.
La práctica de la virtud ("TE"), el hacer sin querer debiendo ("WU
WEI") y el marchar en el sentido de los signos, definen en esencia, la sensi­
bilidad del hombre transfigurado, sabiéndose portador de eternidad que va
de regreso hacia ella. "EL DAO ES GRANDE PORQUE SE ALEJA, EN SU LEJA­
NÍA SE EXPANDE Y ÉSTA LE HACE RETORNAR" (Dao Te Jing. Lao Tse).
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

La aparición del soplo y las subsiguientes consecuencias que de ello se


derivan, nos sitúan ante la posibilidad de incidir sobre los diferentes haces
de luz que se corresponden con cada ideograma, de una forma concreta,
precisa y con todo el bagaje de los conocimientos anteriores.
Descubramos en la topografía del hombre los diferentes lugares en
donde se concentran preferentemente todas estas actividades. Podremos
así "despertar" a la verdadera naturaleza de su ciclo de universo y hacer
que el hombre de testimonio de su eternidad.

EL SOPLO: QI
No por casualidad se encuentra en el territorio del ocho y su resi­
dencia es el ombligo: QIHE: "la fusión con el soplo". Sobre este lugar
vamos a depositar la sal de la vida hasta colmar la oquedad y sobre ella el
fuego que funda la vida en una eternidad. La inmovilidad de la montaña,
representada en un cono de artemisa vulgaris, será el volcán que realice la
alkimia de la "gran obra".

EL ESPÍRITU: LING
Toda una sugerencia de valores siempre girando en torno a los nos­
tálgicos, alegres, melancólicos y sufrientes momentos de la humanidad.

¡Dónde estás que no te encuentro, sabiendo que no te vas!


¡Dónde estás que no te veo, sintiendo que en mí estás!
¡Dónde estás que no te toco y que siento tu acariciar!
¡Dónde estás que sin buscarte me encuentras y me colmas sin más!
¡Dónde estás que, aunque te burlo, me persigues sin cesar!
¡Dónde estás que, aunque me esconda,
siempre me llegas a encontrar!
¡Dónde estás, dónde estás, porque sabiendo que estás,
por mucho que te busque, nunca te puedo encontrar!

Estoy de viaje, querido preguntón insolente,


estoy vagando sin saber mi rumbo, pero sintiéndome certero,
estoy flotando aunque tú me quieras atrapar.
Estoy en tus pensamientos furtivos,
estoy en tus palabras escondidas,
estoy en tus deseos fundados,

34
E l in f i n it o se h i z o l l e g a d a y se c o n c r e t ó e n e l h o m b r e

estoy en lo que quisiste hacer y no te atreviste,


estoy detrás de tus miedos, buscando que los deseches,
estoy con todas tus alegrías... viajando y viajando.
Y tú viajas conmigo.
Te crees otra cosa distinta a m í y yo soy realmente tú.
No me busques, por tanto, no te atolondres pensando que soy otro,
soy tú y tú no existes, sólo existo yo.
Vamos por la estela de una oscuridad sin fondo.
Vamos por los caminos sinuosos de lo infinito.
Vamos en brazos DEL QUE VE.
Como equipaje sólo vamos.
No necesitamos nada que no sea SER.
¡Ay, tantos viajes preparados de cuando éramos dos y habíamos
diseñado y qué mal habían terminado!,
¡Ay, qué inútil pérdida de eternidad, y qué esclavos estábamos entonces
del llamado tiempo!

¿Recuerdas, salir a día fijo, llegar a día concreto y volver en la hora precisa?
Ya nunca más será así, somos sólo espíritu,
vestidos de trajes de colores: blancos, negros, amarillos...
de texturas diferentes: suaves, ásperos, rudos.
Todos, adornados con lo que llaman los vulgares: "cabeza, tronco y
extremidades" y a lo que ya podemos llamar "Cielo, hombre y tierra"
¿Verdad que suena así mejor?
¿Verdad que esto suena más a verdad?
¿Verdad que parece como si estuviéramos en la verdad?
¿Verdad que es verdad?...

Todo ello lo podemos encontrar despertando un lugar de nuestro


traje. Se encuentra disimulado, pero basta con flexionar la muñeca y justo
en el filo que marca la línea del meñique, viajando hacia el codo, más o
menos desde la flexión, hacia arriba, a un y medio camino, está el lugar en
el que podemos descubrir lo que realmente eres. Su nombre es LINGDAO:
"el viaje del espíritu p e r e g r in o Allí puedes recalar un instante y tan sólo
has de posar tu propio meñique en dicho lugar, sobre ti o sobre otros... Y
esperar hasta que tu pequeño dedo, el más inocente, la gracia de la casa, se
ponga inquieto y juguetón y todo ello lo sientas con un ligero calor.
Será tan apasionante que no dudarás ni un instante en considerar
que lo que te cuento en este verso es verdad de converso.

35
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

No sólo te convertirás tú, sino que convertirás a los demás.


No te dejes engañar si te dicen que nada sienten, ten por seguro que
no te están diciendo la verdad.
Déjalos partir si dicen que no tiene sentido... porque tú ya sabes
que los has despertado al auténtico sentido.
Ya recibirás noticias de verbo, de sueños o de referencias.
Nada cae en saco roto cuando se marcha hacia la eternidad.

EL HOMBRE: REN
Y en el génesis se dice, cuando Adán despertó, al contemplar a su
amada exclamó: "esto sí es carne de mi carne, sangre de mi sangre, hueso
de mis huesos..." Y Adán quedó complacido. Desde entonces, este hom­
bre — amasijo de cuerdas y tendones, como dice una canción— ha vagado
atrapado en sus carnes, sus huesos y sus sangres.
¡Ay! qué inútil obsesión, con lo fácil que hubiera sido el darse cuenta
de que tenía en su traje hermoso, un lugar preciso en donde poder evocar
el primer BESO y darse así cuenta de que en ese lugar estaba la clave de su
verbo de amor con sabor a besos! Tan justo, tan preciso y tan prieto que no
tiene pérdida. Además, se encuentra en un ligero surco, en el centro. En el
centro de ese labio que se prolonga con el primer aliento y que hace de la
voz un verso y que hace del hombre un centro, tan preciso, tan sublime e
inmaterial, que ¡para qué tanta carne, tanta sangre y tantos huesos!
Su nombre, por si lo quieres vivenciar, ya te lo he dicho entre los
versos, pero te lo vuelvo, ahora, a recalcar: RENZHONG: "el centro de mi
ser que transfigura mi forma hacia los espacios i n fi n i t o s Ahí puedes recalar,
con tu pulgar hambriento, tan sólo tienes que presionar con la decisión
de un sediento, y luego... si liberado estás de tantos acondicionamientos,
deposita en ese lugar un tenue beso.

HOMBRE ESTELAR: TIAN


El viajero de luz con forma se hace eco en las estrellas y se aposenta
como esencia de la verdadera naturaleza en lo que es fuego y agua a la
vez, en lo que es misterio y en lo que es forma. Sólo en un pozo, donde
este proyecto comenzó, puede situarse la estancia de esta parcela de TIAN.
TIANJING (10SJ): "pozo celestial", es el receptáculo que surge después de
la montaña del codo como el valle fértil que recoge las escurridas aguas
de las nieves perpetuas. En ese lugar es propicio plantar, es necesario arar

36
E l in f i n it o se h i z o l l e g a d a y se c o n c r e t ó e n e l h o m b r e

y llegar a la profundidad de la tierra hecha carne y con el arado más sutil,


puntiagudo en su contacto y espiral en su manejo, se hace el surco per­
fecto que, en el sentido del ascenso, busca llegar a los confines del fuego
más sutil que no quema, que no arde, que sólo da ternura de calidez.

SENTIDO: DAO
El verdadero servidor, el que transporta para ofrecer a lo eterno.
"Y cuando creí que era yo el que marchaba, volví la vista sobre mis
pasos y no descubrí mis pisadas. Al instante supe que me llevaban. Fue un
instante nupcial, como los que se ven en las películas.
Me sentí desposado con la eternidad y a la vez me asombré al verme
con mi inútil banalidad.
Es verdad que no sé tu nombre, pero sí tengo la certeza de que tus
brazos son seguros, que tu caminar es certero, que tu corazón es eterno y
que tu mirada es infinita.
Y si te he de buscar en mi ser, en mi traje ya casi nuevo, sólo te
puedo encontrar en el lugar que no veo, en el lugar donde mis sentires se
agolpan, mis preocupaciones se acrecientan y mis dudas me atormentan.
Allí, cuando en ese lugar me aposento, como despierto a tu pre­
sencia, todas mis dudas, preocupaciones y temores se disipan y mi sentir
sólo piensa en la inmortal presencia. Puedo llegar con mi propia mano,
haciendo un pequeño esfuerzo y, de nuevo, con mi pulgar ansioso, puedo
acceder a mi nuevo traje o al traje de otros y aposentarme entre espacio
y espacio de montañas rocosas que están entre el diez y el once, desde la
perfección hasta la identidad. Allí me quedaré un rato, el rato suficiente y
necesario para que me sienta y sienta el otro, el dolor sutil de lo vulgar...
y, poco a poco, el ensueño se apodere del camino del eterno despertar.

37
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

A
tu
1° QIHE (8RM)

2o
Â. LINGDAO (4C)
*8.
3o
A RENZHONG (26TM)
Pl1
4° TIANJING (10SJ)
Jk
5o
ü SHENDAO (11TM)
"X
EN CINCO ESTANCIAS MUTANTES SE APRECIAN SIETE EXPRESIONES

DE LUZ QUE DESPIERTAN A LA SANACIÓN, EN EL SENTIDO

DE LA SANTIFICACIÓN, ES DECIR... EN LAS PUERTAS DEL MILAGRO.

38
GÉNESIS ¥
CULMINACIÓN DI
LA CONCRET1ZACIÓN
DEL ESPÍRITU
DEL SOPLO

39
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

D
esde los abismos del soplo oscuro se gestó una orientación:
EL NORTE. Y de ella emergió el color: EL NEGRO. Y el color
se expresó en sabor: EL SALADO. Y el salado se condensó y de
él surgió la forma: EL RIÑÓN; y de éste empezó a destilar EL AGUA DE
LA VIDA reteniendo lo vivificante y dejando pasar lo espeso, pero aún
útil por su contenido de formas que serían reutilizadas bajo la acción del
fuego. Así se gestó el REINO MUIANTE DE LAS AGUAS, con un embalse
de contención que, a manera de ubre, se convirtió en VEJIGA. Ambos dos
se hicieron cómplices de lo retenido y lo expandido.
De ellos surgió LA RESPONSABILIDAD Y LA FIRMEZA, al igual que
se hicieron custodios de la calidad del agua que transmitía la vida, la cual
se convirtió en ESENCIA. Expandió su reino en sucesivas mutaciones ges­
tando lo duro y emergieron LOS HUESOS. Una nueva mutación gestó lo
blando y se hizo lo rojo y surgió LA SANGRE. Y finalmente, una tercera
mutación se hizo crines y surgieron LOS CABELLOS, adornos de caballos
al viento, que sólo buscan ser mecidos por el viaje de la luz.
Cuando el hombre descubrió este reino se hizo fuerte y poderoso y,
aunque tenía las claves para confluir en la unicidad. Lo duro, lo fluido y
la esencia, en virtud de tanto poder, en vez de unificarlo, lo separó. Con
lo duro se hizo inflexible y así finalmente se rompió. Con lo fluido se hizo
espeso y así finalmente se estancó. Y con la esencia se hizo placer y final­
mente se consumió. Aún se mantiene la esperanza, desde los confines de
lo oscuro, de que el hombre sepa unificar la trinidad de este reino y, con la
firmeza flexible de sus huesos y la alegría ansiosa de sus fluidos, se fusione
con la sutil ascensión de su esencia y haga de este reino una eternidad
que sólo subsiste en la sublime expresión de la admiración, que se mueve
hacia la pasión, que cambia hacia el gozo, que se transforma en devoción,
que se muta en veneración y que se transmuta en la iluminación.

Del soplo de las constelaciones del AZUL Y EL VERDE emergió el


color del reino mutante de LA MADERA, que se expresó en el sabor ÁCIDO
Y AGRIO, que en una condensación hizo surgir la forma bajo la estructura
del HÍGADO Y VESÍCULA BILIAR. El hígado elaboró su propia esencia y la
vertió a la vesícula biliar.
Entre la complicidad de lo grande y lo pequeño surgió la DECISIÓN,
el juicio justo, el intermediario entre el agua de vida y el fuego de puri­
ficación. Su reino mutante expandió sus fronteras y gestó MÚSCULOS Y
TENDONES, almacenó el fluido rojo y su esencia culminó en la VISIÓN
de la forma.

40
G én e s is y C u l m i n a c i ó n d e l a c o n c r e t i z a c i ó n d e l e s p ír it u d e l s o p l o

Cuando el hombre descubrió la fortaleza de este reino, la decisión la


convirtió en VIOLENCIA y de ella pasó a la IRA incontenible y a la instau­
ración del HORROR. Lo que se diseñó como almacén del rojo, como flexi­
bilidad adaptativa y como potencialidad de la visión perfecta, se convirtió
en el poder del golpe, en la ira del estanque y en la vanidad de la visión.
La sutil esperanza que aún liga a este reino con su origen, aguarda
la fusión de la trinidad para hacer de este reino un lugar de encuentro,
donde el juicio se hace clemencia, la adaptación se hace misericordia y la
visión se transforma en ensueños.

Desde el soplo de las constelaciones del ROJO emergió el PÚRPURA


PERFECTO, del cual se destiló el AMARGO purificante, revulsivo de aven­
turas, de hondas pasiones, de vertiginosos vuelcos, que se condensaron en
una forma, EL CORAZÓN, que con cuatro cavidades, recordando las cua­
tro luminarias custodias de este reino, se movía al ritmo de un tambor.
Él controlaba los movimientos del fluido rojo, teniendo como aliado
a la sutil serpiente que, enroscada en su bajura, le servía de recipiente
cuando su ritmo se embotaba. Cómplices de sueños y tactos en los que la
serpiente era un abrazo y el tambor era la voz del enamorado.
Los otros dos custodios de este soplo vivificante permanecían cer­
canos y a la vez relevantes para recordar constantemente los deberes que
habían contraído con la luz del SUR. Son custodios del principio y de la
culminación.
Como principio, es un misterio, pues con tres fuegos realiza la alki-
mia del ser desde la forma hasta la esencia. Como culminación es un maes­
tro, guía inevitable del tambor, que le hace señalar su rumbo, su ritmo y su
cadencia, para que sea siempre un fiel testigo de amor.

Desde la lejana espesura de un amanecer de estrellas doradas, emerge


EL AMARILLO, el sutil color de oro de soles que se hace centro, que se
hace encuentro y que se hace emisario. Todo lo recibe y todo lo distri­
buye según la necesidad de los otros reinos. Es el punto de encuentro que,
aliado con el receptáculo de las formas, extrae de ellas el sutil diamante
insípido que se convierte en un néctar de PERFUME sutil, que es capaz de
llegar a toda la forma a través de ser distribuidor del rojo y dispensador del
indiferente néctar extraído de las formas.
"Panal de miel" deberían llamarte, en vez de BAZO. Tus acinis son
como las celdillas; tú eres la abeja reina, que, con sus zánganos dispuestos,
retienes lo primordial y das a todos sustento.

41
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Su reino se expandió rápidamente y dio cohesión a toda la forma.


CARNE la llamaron a esta fuerza de conjunción, pero en verdad, tan sólo
son las sutiles celdillas que albergan el néctar de toda la función.
Cuando el hombre descubrió este reino, se sintió el centro del uni­
verso, se hizo rey de todos los reinos, usurpó la fuerza de los otros y de su
responsabilidad hizo una OBSESIÓN de poder; de su distribución hizo una
especulación de sus bienes y de su gusto hizo generar el HAMBRE.
La sutil esperanza del color se hace tenue y a veces opaca, pero se
mantiene la idea original de que este reino recupere la responsabilidad
alegre de ser albergue de peregrinos, custodio de la forma y generador de
la alegría de vivir bajo el gusto de esta existencia.

Desde la estelaridad del BLANCO transparente y luminoso, se


expresa la identidad del SOPLO y surge el PICANTE que, como fuego con­
tenido, enardece las entrañas e insufla de RECUERDOS de eternidad al
viajero de luz estelar.
El sabor se confina en el PULMÓN, fuelle de alkimia eterna que
aviva el fuego y sublima la esencia. Es el alimento sutil que se hace cóm­
plice con el viento y, en una mutación inaudita, establece una alianza,
como expresión mutante de su origen, con el INTESTINO GRUESO. Es la
gran convivencia entre el rescatador de agua y dador de abono fértil con
el flautista de trazos blancos.
Su reino se expande en el cortejo de los límites. PIEL la llaman y está
poblada de la sutil vegetación de unos vellos ardientes. Cada pozo es una
insinuación de beso, cada vello, con su raíz y su tallo, es una inspiración
hacia el ascenso. De punta se ponen a veces, como reclamando con ansie­
dad el efecto vivificante de un suspiro de amor.
También se expresa su reino en la sutil hazaña de la OLFACIÓN,
haciendo del aroma un enamorado acto de ilusión. Sus confines se expan­
den mas allá de cualquier forma y entre el tambor del iniciado, con su
serpiente de abrazo y bajo la batuta del maestro, hace con su flauta un trío
de sutiles encantos. Aún se espera, en este universo ansioso, que alguna
vez interpreten su verdadera melodía.

42
■pi L t r li , î u u v
mUL n V M S l i l i

CONFIGURADO

43
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

ada reino establecido en un lugar del universo llamado "Tierra",

C permanece y se sustenta desde el infinito, emanando de la génesis


de su color y asentándose bajo la expresión de la orientación. La
manifestación de cada reino, por su mutabilidad, se hace grande porque
se expande y en su retorno se concretiza. Se establecen así, en simultá­
nea acción, la expansión y la contracción que coexisten en cada reino y
que permiten la definición de una forma-función. De esta manera, queda
constituido el SER HUMANO.
Consecuentemente podemos afirmar que el ser es una concreti-
zación definida, surgida y mantenida desde y en el infinito, como una
expresión del mismo. Esta perspectiva del hombre nos conduce a una
conceptualización en cuanto a la experiencia misma de la llamada "vida"
y a toda una serie de consideraciones en torno al hacer de cada ser y su
significado dentro del infinito eterno.
En definitiva, bajo este prisma, todas las consideraciones que
tiene nuestra cultura en torno a la existencia deben ser inmediatamente
reconsideradas y replanteadas, definiendo desde estos postulados nuevas
deducciones a las perspectivas de la existencia y, consecuentemente, una
compromisoria acción que definitivamente haría cambiar la faz de esta
"existencia", rescatando el sentido de la verdad de lo auténtico en la natu­
raleza del ser.

La explosiva manifestación del inicio de este capítulo puede ser


debidamente confirmada y corroborada a través del legado de la tradición,
en cuanto a sus referencias en torno al sentido de la luz, dentro del diseño
que se ha conformado a través del soplo. Veamos con detenimiento, bajo
la óptica de un progresivo descenso, cómo la declaración de principios
emitida en este comienzo se hace tangible, sensible, operativa, perdura­
ble, inmutable, preventiva, curativa, sanadora y liberadora... TODO UN
MILAGRO.
Al igual que el modelo de universo, que se expande y se contrae, los
cinco reinos mutantes que van a definir la forma-función del ser, realizan
la misma dinámica. Cada uno en sí mismo posee la expansión y la con­
tracción. Desde su mismidad y simultáneamente con la dinámica ante­
rior, se expanden y se contraen en relación con los otros reinos.
El comienzo emergente desde las constelaciones de lo oscuro defi­
nía el REINO MUTANTE DEL AGUA.
En su mismidad se contrae en el órgano RIÑÓN y se expande en la
entraña VEJIGA. Todo el reino en común se expande y se contrae en rela­

44
E l H o m b r e C o n f ig u r a d o

ción con los otros cuatro reinos y todo ello ocurre simultáneamente. Todo
un universo contenido en una forma definida. Si nos ciñéramos a nuestro
sistema cohabitante planetario, la contracción de cada reino corresponde­
ría al giro de nuestro planeta sobre su eje, y la expansión, a la traslación
del planeta alrededor del sol.
Todas las tradiciones expresaban que el hombre era "un microcos­
mos" o que "no es cierto ni menos cierto que lo de arriba es igual que lo
de abajo". La tradición oriental no hace más que confirmar este principio,
pero con la particularidad de escudriñar hasta sus últimas consecuencias
el modelo de universalidad que representa el ser humano.

El reino mutante del agua, en su movimiento alkímico propio, rea­


liza un continuado proceso en la alkimia del agua, que, manteniendo la
armonía de los opuestos (contracción-expansión), permite el equilibrio
del ser y se constituye en el elemento consustancialmente imprescindible
para el inicio y el desarrollo de la existencia... su expansión... traslación...
la alkimia de su identidad... le lleva lejos, y se convierte en el REINO
MUTANTE DE LA MADERA, confluyendo y conjugándose con la ya exis­
tencia de la misma, haciéndose un todo inseparable.
Sucesivamente, la madera realizará el mismo proceso en sí misma
y, junto con la fusión del premonitorio reino mutante del agua, se expan­
dirá para, de nuevo, conjugarse con la preexistente existencia del REINO
MUTANTE DEL FUEGO.
El fuego, a su vez, desarrollará su propia identidad alkímica y, con­
jugado con sus predecesores, realizará su traslación para una nueva conju­
gación con el REINO MUTANTE DE LA TIERRA, el que, a su vez, realizará
su propio movimiento de identidad incorporando a los predecesores y
trasladándose a una nueva cópula con el REINO MUTANTE DEL METAL,
el cual a su vez se identificará en su alkimia interior y, con la incorpo­
ración de sus predecesores, completará el ciclo vivificante retornando al
reino mutante del agua.
Todo este ciclo expansivo y de contracción individual no se agota
en estas actividades sino que, además, realiza en simultaneidad todo un
proceso de contracción según el cual, cada reino mutante establecerá una
vinculación de control y de ser controlado sobre los otros reinos.
En definitiva, en la concepción de los cinco reinos mutantes dis­
ponemos de los siguientes mecanismos que reproducen la dinámica del
universo:

45
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

I o. Cada reino muíante realiza un proceso alkímico de contracción


y de expansión en sí mismo.
2o. Cada reino mutante realiza, desde su identidad, un proceso de
conversión-expansión hacia la conjunción con los otros reinos
preexistentes.
3o. Cada reino, en su proceso de alkimia, se incorpora a su predecesor
sin interferir en su proceso de identidad sino que más bien, por
el contrario, se funde con él en una sola unidad.
4o. El reino mutante del agua se encuentra permanentemente
presente en todos los procesos de la alkimia interior y retorna a
su partida haciendo válida la consideración en torno al sentido
ideográfico de la eternidad.
5o. Cada reino mutante, desde el punto de vista de la globalidad,
realiza un proceso genérico de contracción, según el cual,
establece una vinculación de control y de ser controlado, con
lo cual la continuidad de la forma queda garantizada en el Cielo
posterior... en lo que llamamos vida y se abre a las puertas de
las sucesivas vidas en el infinito eterno a través del acceso a
el Cielo anterior. De esta manera, el ciclo de lo eterno se hace
manifiestamente infinito y la existencia de la inmortalidad
se convierte en un hecho incontestable dentro del abismo
misterioso de "Lo Eterno".

IDENTIDAD:
ROTACIÓN SOBRE SU EJE. CONTRACCIÓN.
ALKIMIA DE CADA REINO EN SU MISMIDAD. MUTACIÓN.

46
E l H o m b r e C o n f ig u r a d o

TRASLACIÓN:
TRANSMUTACIÓN.
EXPANSIÓN EN RELACIÓN CON LOS OTROS REINOS.

CONTRACCIÓN:
EN RELACIÓN CON LOS OTROS REINOS.
MECANISMOS DE CONTROL Y DE SER CONTROLADOS
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

RESUMEN:
EXPANSIÓN - CONTRACCIÓN INDIVIDUAL.
EXPANSIÓN - CONTRACCIÓN SOLIDARIA.

La globalidad de todos estos procesos nos muestra que existen tres


actividades fundamentales que quedan definidas en:

• MUTACIÓN
• TRANSMUTACIÓN
• EQUILIBRIO

Cuando se actúa en la mutación, se acciona en el sentido de mante­


ner el equilibrio entre los opuestos y generar armonía.
Cuando se interviene en la transmutación, se induce a compensar
las carencias y promocionar la génesis.
Cuando se actúa en el equilibrio, se interviene en el sentido de ajus­
tar la forma en su deficiencia o en su plenitud, obteniéndose una res­
puesta unitaria sin descompensaciones.

48
E l H o m b r e C o n f ig u r a d o

Veamos ahora de qué forma podemos actuar en estos tres sentidos:

Mutación:
los ángulos ungueales internos y externos de cada uno de
los dedos son el lugar de residencia de los resonadores que actúan,
cuando se les activa, en el sentido de la mutación. La presión con la
uña del pulgar constituye una acción terapéutica que favorece este
proceso. Cada movimiento está representado en alguno de los dedos.
En el agua, el dedo meñique del pie; en la madera, el dedo anular y
el pulgar del pie; en el fuego, el dedo meñique de las manos; en la
tierra, el dedo pulgar y el dedo índice y el medio del pie; en el metal,
el dedo pulgar e índice de la mano.
En consecuencia, dependiendo del reino muíante afectado,
podremos establecer un complejo, a la vez que sencillo, tratamiento
con la uña del dedo pulgar.

Transmutación:
Con ambas manos se rodeará las rodillas y los codos y se las hará
girar cada una en un sentido opuesto a la otra, hasta calentar, en base
a una suave fricción, las rodillas y los codos, momento en que se dará
por terminada la acción transmutadora de todos los reinos mutantes.

Equilibrio:
Como un funambulero en la cuerda floja, con su pértiga entre
las manos y con la clave del juego de sus muñecas para mantener su
equilibrio, el sanador recalará justamente en las muñecas y realizará
movimientos de rotación sobre ellas abrazándola con el dedo pulgar y
el dedo índice, o bien, con el dedo pulgar y el dedo medio, de tal forma
que la mano que rodea gire en un sentido y la muñeca que es rodeada
gire en el otro. De la misma forma se actuará sobre los tobillos.

Estos tres procederes estarían indicados para una acción preventiva


que realizará el propio sanador sobre sí mismo e igualmente una acción
terapéutica sobre el sujeto en estado de enfermedad o bajo la indicación
de una prevención. Ya veremos, cuando entremos en la profundidad de

49
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

los caminos de la luz, cuáles son las motivaciones de dicho proceder. De


momento nos quedamos bajo la óptica del empirismo, con objeto de que
todo se vaya descubriendo... A SU DEBIDO TIEMPO.

Cada reino mutante está sometido a una condición general según


las conceptualizaciones de la alkimia interior:

• El agua está en la órbita del movimiento


• La madera está en la órbita del cambio
• El fuego está en la órbita de la transformación
• La tierra está en la órbita de la mutación
• Y el metal está en la órbita de la transmutación.

Agua - Movimiento:
Desde el movimiento incesante de las olas del mar, contemplo el
vaivén de tu cuerpo al caminar. Si tuviéramos que hablar de la vida como
expresión en una sola palabra, ésta sería el movimiento... Todo se mueve
en el universo. De ahí que al reino mutante del agua le corresponda este
arquetipo porque es la muestra más evidente de la manifestación de la
vida, cuyo origen es el sustento de nuestra existencia...
Que tu vida sea como la de un salmón, que, nadando en sus vuelos
hacia la contracorriente, se hace uno con ella para llegar al remanso de
la verdadera paz, donde ofrenda su esencia y, desde allí, ésta se derrame
como maná furtivo en el sentido de la corriente, para confluir en el océano
de amor que le acoge ardientemente.

Madera - Cambio:
Dice un sentir de la tradición: "que tus manos se conviertan en una
eterna primavera"... En primavera, el reino mutante de la madera alcanza
su máxima expresión. Es la estación en la que todo se hace propicio y se
manifiesta el cambio largamente esperado por el transcurrir del invierno
oculto, latente y ya fatigado.
Si tus manos son capaces de ser vehículo de un cambio permanente
—porque ellas son la expresión del hacer en sintonía con el HACEDOR—,
el hombre entrará en la dimensión de ser el "creador" de universos nue­
vos, constantes, diferentes y permanentes.
Es la estancia del resucitado, al que todos creían ya muerto, pero
que tan sólo estaba aguardando el que su fermento se inclinara unos gra­
dos más en su eje y poder así despertar a un nuevo y perpetuo renacer,

50
E l H o m b r e C o n f ig u r a d o

en el que todo es posible y en donde la decisión firme y flexible a la vez


se da cita con la naturalidad del viento, el genuino representante de este
instante, que no es más que las manos del Cielo que se expresan en la sutil
transparencia de lo invisible y en la sencillez de una brisa al atardecer.

Fuego - Transformación:
El permanente, el quieto, el referencial. Fuego de fuego para los
hombres y luminaria en el Cielo para el viajero estelar. Es la expresión del
permanente transformador que hace de lo duro, blando; que hace de lo
claro, oscuro; que hace en el frío, calor; que hace de la mujer una antorcha
y del hombre un clamor; que hace, desde que la tierra se le muestra con
su amanecer, su mediodía y su ocaso... UN DÍA... La noche ya vendrá con
sus estrellas, como eco lejano del adiós de la tierra.
Paraíso de saludos humanos es su luz; asombro ante sus chispas
certeras son su sorpresa; calidez de peregrino enfriado son sus ascuas y...
voraz enamorado, como volcán incesante, es la ebullición que provoca...
cuando el hombre —agua de vida que es— se expone ante él con una
entrega apasionada, dispuesto a purificarse y marcharse con su amado,
fundido entre sus vapores y el humo de la ultima llamarada.

Tierra - Mutación:
Tierra, redondamente suspendida, eres el albero de un coso donde
el rito de la vida se da, fundiéndose con el círculo mágico que todo trans­
muta para dar utilidad.
Tierra de albero de magia y fantasía, todo lo que en ti acontece es
un milagro de vida, es un aplauso a la vida, es un salir a hombros por la
puerta grande que conduce al infinito. Y cuando así no es, ¡qué feo se le
hace a la vida!, porque el verdadero aficionado de la vida sabe de ella,
porque el verdadero aficionado sólo aspira a ver abierta la puerta grande.
¡Ay, albero de mi vida!, eres la mutación de un sueño, del eterno sueño,
de la infinita vida.

Metal - Transmutación:
Entre fragua anda tu soplo. Transmutador aliento que todo lo ani­
mas. Entre yunques y martillos se modelan tus veleidades y eres siempre
el fiel testigo de una espada con filo que corta, de una daga escondida
que traiciona y de una piedra preciosa que cautiva. Tu dureza es la pre­
monición de un sortilegio embrujado, que lleva al ser... con una simple
respiración, a vivir la blandura de lo duro, a aspirar el jadeo de los amores,

51
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

mientras que a la vez, en el reino de tus albores, eres simultáneamente


pedernal oculto de cavernas.
El seno misterioso de tu pecho es un latido silencioso que sólo el
orfebre experto es capaz de escuchar. Con la paciencia del cincel, a golpe
de corazón latido, también te muestras transmutado y haces de una pie­
dra un fino estilo... En todos los niveles estás, porque en ti residen las
ventanas que, cuando se abren, conducen a la eternidad.

52
COMPORTAMIENTO
¥ ORGANIZACIÓN DE
LA FUERZA LUMÍNICA
DEL SOPLO r! J
rtW H t .| » 'f t N ' i g% í? m

LOS REINOS MUTANTES

53
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

REINO MUTANTE DEL AGUA

54
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Si recordamos el viaje realizado hasta ahora, nuestra memoria de


este reino recoge dos manifestaciones del agua:

• En primer lugar, la que se sustenta como manifestación de la vida


y que es la que el hombre comparte cotidianamente en la composición de
su ser y en la absoluta dependencia que tiene de ella para su permanencia.
Esta, a su vez, se nos presenta como dos estados:

el agua del mar


y el agua de lluvia
que en su continuo proceso de calentamiento y enfriamiento, se define
con un ciclo que perpetúa su asistencia.
Se corresponde con la parte del ideograma de "Lo Eterno", siendo,
por tanto, el agua de existencia que se simbiotiza con los sentidos del ser
ya conformado.

• En segundo lugar, recordarán igualmente que en la constitución


del hombre estelar, los ocho haces lumínicos de "Lo Eterno" transferían
sus capacidades en dos manifestaciones. Una definía a TIAN y la otra se
quedaba en el sustento de matriz gestante, que iría a constituir la otra
manifestación del agua (ver esquemas página 23).
En consecuencia, en este reino mutante, consideraremos las dos
sustancias primordiales que, bajo el epígrafe de "agua", se definían bajo el
esquema de las aguas anteriores y las aguas posteriores.

EL AGUA ANTERIOR - MATERIA OSCURA - AGUA-FUEGO

La tradición configura este "agua primordial" bajo el signo del ocho,


bajo la imagen del octograma, bajo el fluido lumínico de las ocho vías
extraordinarias o maravillosas.
Sentido de luz que se constituye en el matraz que va a dar origen y
sustento a la existencia humana. Su simbiosis desde lo eterno del ocho se
:oncretiza en el primer trazo del ideograma TIAN, haciendo una equipa­
ración entre "Lo Celeste" y "Lo Eterno".
Estos ocho sentidos lumínicos asientan en el hombre sin tener una
correspondencia en torno a la forma y, teniendo a la vez, la posibilidad de
su utilización por ser los mantenedores de la misma.
Su arraigo en el ser se manifiesta en una vía circular que se define en
el sonido chino como TAEMO:

55
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

TAEMO

Es el único sentido de luz de EXPRESIÓN CIRCULAR que existe en


la estructura del soplo del hombre. Su equivalente idiomàtico en nuestra
lengua sería: EL CANAL DE LA CINTURA, expresándose en este sentido
en la zona anatómica de la cintura. Representa "LA CREATIVIDAD DEL
CIELO" por ser la expresión lumínica de luz que adquiere un sentido cir­
cular a semejanza de toda la creación, que se manifiesta según el modelo
de los espacios curvos. Es el anillo que va a representar los esponsales
entre "Lo Eterno" y su expresión en el hombre. Su fuerza, desde su vacui­
dad, va a ser la que englobe a todas las demás vías de luz, gestando, en
consecuencia, la aparición de la forma. Así podríamos decir que TAEMO
es el "ENFORMADO".
Su asiento desde el VERBO CREADOR comienza con la expresión:
"el sentido del que corteja" ("canal de cintura": 26VB. DAIMAI). Establecida
esta función, expande la realización de su cortejo en "las cinco direcciones"
("cinco chamelas": 27VB. WUSHU). Y habiendo recogido en su cortejo las
cinco orientaciones, impregna a todas las vías de luz que corteja hacia el
sentido del "camino de la unión" ("camino de la unión": 28VB. WEIDAO).

56
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

EL VERBO CREADOR, en la expresión de su manifestación, inicia la


expresión del hombre a través del verso (el verse A SÍ MISMO):

Y LO ETERNO SE EXPRESA EN EL SENTIDO DEL QUE CORTEJA


Y SE EXPANDE HACIA LAS CINCO DIRECCIONES,
RECOGIENDO ASÍ SU PROPIA EXPRESIÓN,
ESTABLECIENDO EL CAMINO HACIA EL RETORNO
QUE CONDUCE A SU PROPIA CREACIÓN,
A LA UNIÓN CONSIGO MISMO.

La acción sanadora sobre esta vía de luz se expresa bajo la


sencilla contundencia de lo evidente y —bien hacia uno
mismo o hacia el otro— partiendo del encaje que rea­
lizan ambas manos entre el pulgar y el índice sobre los
costados de la forma, se realizan movimientos circulares
del tronco (alternativamente hacia izquierda y derecha)
y movimientos circulares de las dos manos en el sen­
tido opuesto, de tal forma que en este giro de opuestos,
los pulgares irán alternativamente hacia el centro de la
espalda, justamente en el resonador de luz denominado
"la puerta del destino" o "la puerta de la vida", a la vez
que los índices confluirán, también en alternancia, en el
ombligo, "la fusión con el soplo".

Bajo esta acción se hace confluir, a través de la alianza, la luz origi­


nal que transcurre a través de otro de los ocho espacios lumínicos de "Lo
Eterno": TOUMAI y el espacio lumínico de la vía de luz de lo ancestral:
RENMAI que, viajando también por la línea media, hace de su ser un tem­
plo en el cuenco vacío del ombligo, fusionándose así con el soplo, primera
manifestación de la expresión de "Lo Eterno" desde el infinito.
Esta forma de proceder es la expresión alkímica por excelencia
que, reservada hasta ahora en la transmisión oral, se hace necesaria en su
expresión dadas las condiciones en las que evoluciona el ser fuera de su
verdadero sentido.

57
El VERSO sanador se expresaría así:

EN EL VAIVÉN DE LA RUTA DE LA UNIÓN,


SE RECOGE EL SENTIDO DE LA EXISTENCIA EN LA PUERTA
DEL DESTINO DE LA VIDA, Y SE LA PROYECTA HACIA LA FUSIÓN
CON EL SOPLO, DESPERTANDO ALSER A LA VIVENCIA DE UNA LUZ
DE INFINITO QUE COHABITA EN EL TEMPLO DE LO ETERNO.
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

TOUMAI:
Es el siguiente vector de luz que, partiendo y fundiéndose con el
reino mutante del agua, se establece en la línea media posterior del tronco,
continúa por la línea media de la cabeza y termina en la cara interna
del labio superior. Su trayecto se funde con el canal circular TAEMO en
el espacio posterior de su curvatura. Es portador fundamentalmente de
"soplo original", a diferencia del TAEMO que es portador, fundamental­
mente, del "soplo primordial".
Veintiocho estancias de luz marcan el sendero del desarrollo de
esta vía, y cada una de ellas se sitúa entre los espacios intervertebrales del
tronco y a lo largo de la línea media de la cabeza. Su original topografía
deñne —junto con las dos vías que describiremos a continuación— la tri­
nidad, el trípode fundamental en el que se gesta la odisea del ocho, que da
paso a la posibilitancia del cinco y que de manera culminante se establece
en el dos (véase ideograma TIAN).
La vía fundamental que hemos descrito se refiere al lugar de pro­
yección en donde se encuentran alineados los resonadores de luz con sus
diferentes improntas de verbo, que hacen de cada estancia un proceso de
ascensión, purificación, redención e iluminación. Pero igualmente posee
ramificaciones de extremada importancia que, junto con sus conexiones,
definen claramente las funciones en la totalidad del ser. Estas ramifica­
ciones emanan de diferentes resonadores, dando la expresión clara de las
posibilidades de los mismos desde el punto de vista de la distribución
—en el sentido terapéutico— de su soplo.
Desde su emanación en el agua concreta (reino mutante del agua
-riñones), lo hace junto con RENMAI: otra línea de luz de los ocho, que
viaja por la línea media de abdomen y tórax, justamente en oposición a
TOUMAI. Cuando TOUMAI emerge al exterior en la zona perineal, lo hace
junto con RENMAI, y una de las ramas de TOUMAI acompaña a RENMAI
hasta la zona del resonador ZHONGJI ("el centro más culminante").
Y es justamente desde esta zona donde se emite su primer haz secun­
dario que se dirige a la zona genitourinaria, se distribuye por el espacio de
las zonas glúteas y, a través de múltiples conexiones con la vía de luz de la
vejiga, asciende hasta la cabeza, se concentra en JINGMING: IV ("pupila
clara"), penetrando por esta vía en la entraña extraordinaria cerebro, donde
se ramifica y emerge otra vez al exterior para conectar de nuevo con el canal
de vejiga y descender hasta concentrarse en SHENSHU: 23V: "transportar
para ofrecer al riñón" y desde allí volver al lugar de partida: los riñones.

59
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Apreciamos en este trayecto, una vía de expansión de la luz en su


aspecto de agua original que, sumándose al agua material, hace contactar
la expresión de la genitalidad del hombre con la entraña extraordinaria
cerebro y desde ella vuelve a su punto de partida, aprovechando la vía del
reino mutante del agua —vejiga— en su ascenso a través del canal superfi­
cial y en su descenso a través de la vía principal... Se expande, llega lejos,
se hace grande y retorna.
Otra vía de luz, partiendo igualmente desde la concentración de
ZHONGJI se adjunta a la vía superficial del sendero del BAZO, recala en
el ombligo, dando aún más sentido a la fusión con el soplo; continúa su
ascenso ramificándose en el corazón y desde allí, bajo la guía del canal de
corazón, culmina en el iris.
En este sentido podemos comentar que el agua original realiza un
camino de ascensión con tres estancias importantes: la fusión con el soplo,
la residencia de los sentimientos, y la expresión del sentir... que, a decir
del sentido bíblico, se pierde en la profundidad de lo oscuro para de ella
emerger en la variabilidad del color, mostrando la expresión de la virtud,
que no es más que la sonrisa del AMADO.
La siguiente derivación de su fuerza lumínica parte de un resona­
dor propio, NAOHU: 17TM: "puerta interior del cerebro", desciende por el
cuello, se ramifica en el omóplato y se une a la primera rama ascendente
secundaria que habíamos descrito. La función de esta derivación reside en
incrementar —en su último trayecto— la fuerza lumínica ascendente que,
recordando, tenía como función unir lo de arriba con lo de abajo.
Y por último, la cuarta rama secundaria se emite a partir de CHAN-
GQIANG: 1TM: "crecimiento de la fuerza longeva", viaja por abdomen,
tórax, cuello y cabeza y desciende por la espalda para reunirse de nuevo
con la primera rama secundaria. Se trata, evidentemente, de un nuevo
refuerzo que incrementa la simbiosis entre lo instintual y lo sublime,
para hacer de ambos opuestos una complementariedad que conduzca a
la armonía.
La vía principal en donde emergen todas las resonancias de luz —
verdaderos cuantums de luz de soplo disponible— es todo un camino ini-
ciático de alkimia interior, donde la impronta clara del VERBO que define
las expectativas de las que dispone este camino, en el que la naturaleza de
la luz se corresponde con el agua misteriosa que, como sustento de "Lo
Eterno", hace de fermento a lo que en apariencia es perecedero (el agua
constituida) logrando que todo sea un manantial de fecunda e inagotable
sublimación.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Este cometa de luz, certero y decidido en su ascenso, hace su pri­


mera aparición en la luminaria CHANGQIANG: 1TM: "crecim iento d e la
fu erza longeva". Su ubicación dentro de las coordenadas de la forma del
ser, se sitúa en la zona más baja del tronco: justo en el centro del cilindro
del abdomen y justo sobre los restos de la unión de las dos mitades, en
el rafe del periné, entre el extremo del cóccix y el ano. Su nombre ya nos
advierte de que, a partir de esa estancia, la fuerza crece, se manifiesta hacia
la vía de la longevidad (lo cual es una expresión elegante y pausada de
eludir la palabra eternidad). En el recóndito espacio donde se encuentra,
la oscuridad es su aliado. Es el fondo de un valle que se encuentra oculto
por montañas plegadas.
Su fisiológica acción reside en alertar al ser sobre la utilización del
potencial alkímico de su existencia. Es el prólogo del "orgasmo soste­
nido”, que mantiene las expectativas de ser "mantenido” de una forma
progresiva y continuada hasta la consecución del éxtasis liberador. Bajo
esta perspectiva alkímica, la tradición hace de su acción un MILAGRO
cuando es capaz de reanimar a un ahogado, calmar a un epiléptico, sere­
nar la precoz emisión de la esencia, desobstruir y activar el estancamiento
del fluido del rojo y ser la luz que, en su llamada con su nombre, con su
tacto, con el calor y con la antena, se disponga al servicio de iniciar el
camino converso de lo limitado a lo ilimitado.
Las diferentes combinaciones que con su comunión se pueden reali­
zar dan muestras de un número infinito, y esta circunstancia ocurrirá con
cada uno de los cuantums de luz, con lo que podemos culminar diciendo
que, en base a las posibilidades infinitas de los diferentes resonadores,
la estructura del soplo del ser no puede ser considerada en ningún caso
—salvo cuando se está bajo la óptica de lo aparente y lo limitado— como
una estructura que nace, crece, se desarrolla y muere, sino como la con­
tundente evidencia de que se está en un espacio infinito, dentro del infi­
nito, con la perdurabilidad de lo eterno... SIN TIEMPO.

El viaje de la luz continúa y realiza su primer movimiento de


ascenso siguiendo la línea media posterior y a nivel de la configuración
del cuarto agujero sacro establece su siguiente clímax, por encima de la
articulación sacro coccígea. Su nombre: YAOSHU: 2TM, se define como
"el tran sp orte estratégico". El sentido del transporte viene dado por el
primer movimiento que hace el soplo de la luz de la vía del TOUMAI,
y su estrategia se define en base a las conexiones que, a través de las
vías secundarias, se realizan en este resonador. Por constituir la segunda

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

estancia, en él se aúna con mayor intensidad toda la fuerza del chacra


inferior, ya que es el primer momento de su movimiento. El acceso sigue
siendo en el espacio plegado y la acción sobre él se realiza a través de
la experta penetración del metal alkímico que incide en dirección des­
cendente o bien perpendicularmente descendente, con el fin de aclarar,
activar, movilizar y fluidificar lo que tiende hacia lo bajo. Y en este sen­
tido, todos los procesos que se configuran en el estancamiento, así como
todos los trastornos que en lo femenino cursan con dificultad en la reno­
vación de la sangre, son susceptibles de ser abordados a través de este
resonador. Si su aplicación se realiza en el sentido oblicuo ascendente,
favorecerá la retención de lo que desciende inadecuadamente, tanto en
el varón como en la hembra, promocionando de esta manera el ascenso
a su lugar adecuado y el desarrollo de las capacidades que adornan a cada
una de esas estructuras.

YAOYANGGUAN: 3TM, se constituye en la tercera estancia y se


establece bajo el verbo de: "la b arrera del yartg". Su topografía se concen­
tra a dos espacios intervertebrales por debajo de las últimas costillas.
Y en la tercera estancia de ascensión, se establece la barrera de lo
expansivo, de lo original; barrera que va a constituir una unidad móvil
que se va a desarrollar de forma natural haciendo que el fluido de luz
evolucione de forma intermitente y la dosificación del agua celeste sea
rítmica, paulatina y moderada.
Cuando este acontecer no sucede, el ser experimenta sensación de
calor y dolor en la movilidad de su cintura, así como una experiencia de
vacío y frialdad a lo largo de la línea media posterior, con manifestacio­
nes de frialdad, saturación, ligera sensación de mareo y dificultad en la
coordinación de las ideas. En el plano de la experiencia espiritual, la falta
de movilidad rítmica de esta barrera genera apatía, indiferencia, somno­
lencia, disminución de la creatividad y de la comprensión, así como sen­
sación de inutilidad.
Ante estas situaciones se puede incidir en YAOYANGGUAN bajo
la acción del metal, añadiendo a continuación calor indirecto de una
manera intermitente y rítmica hasta conseguir un claro enrojecimiento
de la zona.

MINGMEN: 4TM: "puerta del destino", "puerta de la vida". La


historia de la existencia se hace símbolo e idea en esta cuarta estancia.
No es una puerta para entrar sino que es una puerta para salir. Siempre se

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

piensa que las puertas sirven para salir y entrar pero, en este caso... érase
una vez una puerta que sólo servía para salir y, como ésa era su única fun­
ción, estaba localizada en un lugar que no se podía ver, porque si fuera
para entrar, lógicamente se vería. Pero lo que sale se va... o marcha a otro
lugar, por eso esta puerta no se puede observar. Se siente que está, pero
el acceso al que se abre es difícil de imaginar. Unos dicen que conduce
al destino y otros dicen que conduce a otra forma de vida; unos dicen
que siempre está cerrada y otros afirman, con extraños criterios, que bajo
determinadas invocaciones se puede abrir...
¿Recuerdan el famoso cuento de Ali-babá y los cuarenta ladrones?...
¡ÁBRETE SÉSAMO!... Pues aquí ocurre algo parecido.
El que sienta que él mismo elabora su destino, jamás la podrá abrir.
El que sienta que su destino no depende de él, es posible que encuentre las
palabras mágicas que abran la puerta y... el que sienta lo anterior más...
que también se añade a través de la puerta la vía hacia una nueva existen­
cia, es muy probable que desvele la invocación que abre la puerta de esta
salida...
¡Ah!, se nos olvidaba, los que piensen que la puerta no se abre hacia
otra forma de existencia, tampoco podrán encontrar las palabras mágicas
que abran la puerta.
Los que, en trance de sueños extraños, han vivido la apertura de
esta puerta se ven a sí mismos en parecidas circunstancias a los momentos
de cuando empezaron a configurarse, de ahí que se diga que, a través de
esta mágica puerta emana la esencia del ser en un sentido cósmico y rea­
liza un camino de ascensión permanente.
Moraleja: la función de este resonador es suministrar, con su activi­
dad, la información necesaria para que el ser despierte progresivamente a
la vivencia suspendida del universo, a la interdependencia con EL PRIN­
CIPIO y a la expectativa de que es un soplo en permanente estado de
alkimia, que se configura y evoluciona en el ámbito de las imprevisibles
coordenadas de "lo infinito".
La desobediencia a la llamada de esta luminaria que posee la guía del
agua material, proporciona al sujeto unas características psíquicas y espi­
rituales que le llevan a una "lucha por la vida", una "actitud de triunfo",
un "diseño de objetivos en donde el fracaso constituye una pérdida de
motivación", un "estar harto de la vida"... "No merece la pena"... etc.
Este carácter fatalista o de placentero luchador de triunfos culmina
en un callejón sin salida y con un estado de frustración y abandono ante
la derrota inevitable...

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

La actuación sobre este resonador se sitúa fundamentalmente en la


óptica del fuego calor: moxibustión indirecta hasta conseguir sobre la piel
una clara sensación de calor que, cuando se vive más allá de la piel para
sentirse en la profundidad, marca el final del acto de sanación.

Por encima de las últimas costillas, entre la primera y segunda vérte­


bra lumbar, se concretiza la quinta estancia bajo el nombre de XUANSHU:
5TM: *p ila r su sp en d id o", el cual hace alusión a que la vía del ser, bajo
la guía expansiva de la energía original, tiene un sentido de firmeza pero
que a la vez no trata de combatir resistencias y que, en consecuencia, se
encuentra suspendido, generando una disposición en el ánima del hom­
bre de que su ser es invariablemente un producto de universo que tiene
como función primordial dar cumplimiento a la necesidad para la que fue
creado y, consecuentemente, saber que su existencia formal se encuentra
suspendida según la decisión de "Lo Eterno".
Cuando el hombre desoye esta expectativa se vuelve duro, com­
bativo y rígido, y tiende a considerar su existencia como un enclave que
debe defender, y desenvolverse bajo la expectativa del ataque y la reserva.
Igualmente puede volverse tolerante y permisivo bajo la estado de: "así es

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A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

la vida..." con lo cual pierde la capacidad de generar ideales que le con­


duzcan hacia circunstancias liberadoras. Su espalda se vuelve rígida, sus
movimientos torpes y el dolor aparece como una expresión de desencanto
de la propia naturaleza de su ser.
La actuación en este resonador se realizará con la función trans-
mutadora del metal que incidirá de forma perpendicular generando una
sensación local y profunda de que... algo hay dentro que está firme y se
mantiene.

JIZHONG: 6TM: "en el centro de la columna", se establece como la


sexta estancia, que se concretiza entre la undécima (11a) y duodécima
(12a) vértebra dorsal.
Su función primordial reside en la acción de ser el eje director que
guía a la estructura y, en consecuencia, es un referencial que actúa como
centro y que se conduce hacia EL CENTRO INVARIABLE, siendo la estruc­
tura de la columna vertebral la manifestación, en la vía de lo material, de
la vía hacia el centro.
Si representáramos el ideograma ZHONG (centro),

t
La parte equiparable al cuadrado representa "la forma", el tronco,
y el trazo vertical representaría la vía del TOUMAI y concretamente, la
columna vertebral.
Siendo más incisivos en la definición de ZHONG:

El primer trazo representaría la creación de la forma y su


\ Yong Qi
alimento sería el soplo nutricio (YONG QI).
El segundo sería equiparable a la energía espiritual sensible
- - 7 J in g Qi (energía sexual) como vehículo o soplo de amor insuflado
desde "Lo Eterno" para animar al ser (JING QI).
El tercer trazo se equipararía soplo ancestral (ZHONG
QI) como expresión de la energía que se encarga de la
— Zhong Qi reproducción y, en consecuencia, de la continuidad de
la especie.

Finalmente el cuarto trazo correspondería a esa energía

1 Yuan Qi original (YUANQI) que tendríacomo función dar


sentido a la existencia.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Y si profundizáramos más aún en este ideograma, podríamos insi­


nuar que el resonador al que hacemos referencia estaría situado en el
segundo cruce que hace este último trazo con la expresión del cuadrado.
Su función prioritaria reside en mantener la cifosis y lordosis natu­
ral de la columna vertebral, con lo cual, se manifiesta el Cielo bajo una
decisión firme pero... flexible y curva.
Cuando este resonador se ve dificultado (por la actitud del hombre)
a realizar su función, aparecen las distintas y variadísimas alteraciones de
este eje central firme y flexible... que tantas mortificaciones da a nuestro
hombre civilizado contemporáneo. Dedúzcanse, en consecuencia, cómo
el desarrollo del hombre cultural se aparta de la naturaleza de su ser y
desarrolla una competencia entre su agua material y su agua original,
impidiendo que ésta realice su liberadora función.
Cuando el sanador se encuentre —como se encuentra diaria­
mente— con esta problemática, puede actuar con la flexibilidad certera de
que actuando sobre este resonador, restablecerá el equilibrio y favorecerá
los procesos de búsqueda del dolorido civilizado para que éste encuentre
el verdadero sentido de su existencia.
La actuación sobre este resonador se debe realizar según la intención
de "la maestría del ser", a través de la transmutación del metal. Comienza
—como diría la historia— con "poner una pica en Flandes": vertical como
la bandera que se pone al conquistar una fortaleza. Esto se hará de forma
suave y superficial. A continuación —y siguiendo los criterios del "artista
interior"— se hará un movimiento suave y balanceado que coloque a la
transmutación del metal en oblicuo descendente.
Se hará una ligera vibración y, con la suavidad de la siesta del ciprés,
se retirará suavemente la intención transmutadora; volverá a su posición
de partida, perpendicular, y ahora —guiado por el sentido orante de la
sanación— dirigirá la transmutación hacia el sentido de una oblicuidad
ascendente. De nuevo volverá a vibrar, retrocederá a su posición perpendi­
cular y retirará suavemente el metal transmutador, realizando un suspiro.

ZHONGSHU: 7TM: "la cu lm in ación del equ ilibrio" o "el cen tro d el
equilibrio", es la séptima estancia de la ascensión del TOUMAI. Su espacio
se delimita entre la décima (10a) y undécima (11a) vértebra dorsal.
Sin duda es un lugar culminante. Y lo es porque la función de esta
FUSIONANTE estrella es la de hacer confluir en ella la fundición entre el
agua material y el agua inmaterial. En este preciso lugar las dos aguas se
reconocen y se hacen una; en este preciso lugar —como si de un agujero

67
A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros

negro se tratara— el agua celestial atrae para sí el agua manifestada. Es un


pozo de vida eterna...
Cuando el agua de los hombres se hace dispersa y huidiza y se des­
vía de su cauce, la posibilidad de hacerse una con el agua celestial es difi­
cultosa y escasa; sin duda, se produce un cierto grado de fusión, porque si
así no fuera, sería inviable la vida. Pero... el escape precipitado de la mani­
pulación que el hombre hace de su agua le conduce a una posición de
desequilibrio que le hace perder gran parte de su referencial como centro,
y le sitúa ante la pérdida de vivir la existencia bajo una culminación per­
manente. Culmina momentos parciales, propios de esa pequeña cantidad
de agua que confluye con la celestial, pero después vuelve a su cotidiano
proceder y esto es causa de sus desvarios, celos, imprudencias, errores,
torpezas, violencias y tristezas en las que sólo encuentra alivio con la dis­
persión de sus aguas en los ocasos del placer.
Toda la humanidad marcha hacia este doloroso camino, de ahí que
no sería descabellado comenzar cada acto de sanación con la presión pro­
videncial del pulgar en este espacio del ser y posteriormente realizar las
actividades que requiera cada caso.
No lo olviden: hay un lugar en donde las aguas confluyen que se
llama "la culminación del equilibrio"...

JINGSUO: 8TM: "fuerza contraída". Es la octava estancia que se


encuentra en la referencia entre la novena (9a) y la décima (10a) vértebra
dorsal.
Es un lugar donde se manifiesta la fuerza original pero de forma con­
centrada, contraída. Fuerza que anima lo expansivo, pero que se encuen­
tra en este resonador en una disposición de asalto y expansión, teniendo
como función fundamental poner a disposición del ser el sentido de la
fuerza del Cielo, bajo la perspectiva del manejo personal de la misma, si
bien, constituye el reservorio esencial de la utilización de la fuerza del ori­
gen, confiriendo, por tanto, su situación de disponibilidad de la fuerza del
movimiento y de proyectarse desde ella hacia el sentido de la vitalidad,
que está representado en el YANG como expresión de un infinito.
Cuando su función no se realiza, el sujeto presenta signos claros
de debilidad, cansancio y fatiga muscular. Igualmente, pierde parte de su
perspectiva de futuro y queda sometido a los vaivenes de sus gustos.
La acción sobre este resonador reside en desbloquear su estanca­
miento y aislamiento, y se hace a través de la utilización de la moxa que se
deberá de aplicar por tres días consecutivos. Una moxibustión directa en

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

base a yanguinizar la estructura del ser que, como soplo de lo inmaterial,


entretiene y mantiene la forma.

ZHIYANG: 9TM: "llegada del yang": se encuentra situado topográ­


ficamente entre la séptima (7a) y la octava (8a) vértebra dorsal.
Cuando las condiciones de equilibrio están en armonía, el yang del
agua celeste asciende a modo de impulsos, a manera de lanzadera, para
constituirse en llegada con la naturaleza del Yang Celeste. Su fundamento
se centra en ser la asistencia permanente en el sentido de la creatividad y
de la inspiración. Es el que posibilita la aparición de la visión de la reali­
dad bajo el sentido de lo simbólico y bajo la textura verbal del verso.
Cuando deja de realizar su función por el excesivo pragmatismo y
utilidad de la vía del agua material, el hombre se convierte en un pen­
sante materialista que sólo observa su realidad bajo la apariencia de la
causa y el efecto. Es cuando su creencia sólo se manifiesta en la renta­
bilidad de su relación con el medio y considera todos los procesos de
forma limitada, con un nacimiento y una muerte o desaparición. Busca
sistemáticamente la "renta de la vida" y asume el rango del beneficio de
lo material, sustituyendo el sentido de la belleza por el de la practicidad
y el de la comodidad.
Su recuperación se fundamenta en la acción transmutadora del metal
que se realizará en dos pasos. En primer lugar se hará un masaje que comen­
zará con la presión del dedo pulgar y posterior giro alternativamente hacia
la izquierda y hacia la derecha. Esta maniobra suele producir una sensación
de ascenso del QI a lo largo de la columna vertebral. Posteriormente se pasa
a la puntura, que se aplica de forma perpendicular con maniobras de rota­
ción a izquierda y derecha entre los dedos índice y pulgar.

LINGTAI: 10TM: "terraza del e s p í r i t u Sus coordenadas se sitúan


entre la sexta (6a) y la séptima (7a) vértebra dorsal. En este espacio se agolpa
el soplo en la naturaleza de su origen y en la especificidad del espíritu.
Se corresponde con la décima estancia y en este sentido, la posición
que ocupa nos habla de la "perfección". Recordando las características
esenciales que definían al ideograma "espíritu" (LING), en este soplo de
luz, en esta vía de ascensión, este resonador alkímico realiza la función de
mantener en el ser las expectativas —dentro de la naturaleza de su esen­
cia— de la potencialidad de la inmortalidad, el despertar al sentido del
amor trascendente, la solidaridad hacia el compromiso de especie y la vía
de sublimación de la energía espiritual sensible a través de la esencia.

69
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Cuando el hombre atiende preferentemente al sentido finito de


su existencia, al amor como expresión posesiva y a la solidaridad como
expectativa de beneficio, culminando con la energía espiritual sensible
como vehículo de placer y de manipulación, la función de este resona­
dor se ve debilitada y aunque continúe su función, el no-seguimiento de
este mandato genera en la estructura del ser una concepción anímica de
carácter ególatra, con una exacerbación del don de la importancia perso­
nal; una valoración de la solidaridad a nivel de tratos preferenciales de
amistad; y una utilización del sexo como vía de eliminación de pulsiones
y de parcialización del deseo bajo el sentido de los instintos. La capacidad
de la fantasía se ve notablemente disminuida y se busca que ésta se realice
en el plano de lo material, y toda la confianza del hombre se gesta ante
sus propias posibilidades que culminan con la obsesiva intención de la
vivencia del poder.
A nivel de las estructuras somáticas aparecen tensiones cervicales,
accesos de ira y violencia, malestar consigo mismo y un sentimiento lar­
vado y continuado de impotencia ante la realidad cotidiana, que hace
del hombre un cómodo burgués asentado que contempla cualquier situa­
ción de cambio como un riesgo e incluso como un atentado hacia su pro­
pia supervivencia. Inagusto con lo que tiene, no posee el valor suficiente
para afrontar su verdadero desarrollo, viviendo, en consecuencia, bajo un
estado de latente envidia que le hace estar sujeto continuamente a su
cuerpo de deseo.
La acción recuperadora de la función de este resonador se efectúa a
través de la labor transmutadora del metal, que se implanta de forma obli­
cua ascendente, con una manipulación rotacional de izquierda a derecha,
para añadir posteriormente sobre la aguja implantada moxibustión indi­
recta y favorecer de esta forma la fuerza alkímica del fuego sobre el metal
realizándose una conversión simbiótica entre las dos aguas del ser.

SHENDAO: 11TM: "ruta divin a" o "cam ino del psiquism o". La
undécima estancia se define entre la quinta (5a) y la sexta (6a) vértebra
dorsal y constituye el remanso caracterológico de la previsión de la pro­
videncia sobre el individuo. Podríamos decir que en esta luminaria se
concentra el designio que el universo tiene sobre cada ser, siendo, por
tanto, su función el recordar permanentemente el débito que ha de reali­
zarse como consecuencia de que cada ser es un elemento imprescindible,
necesario y absoluto, y que su existencia obedece a una necesidad de la
totalidad.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

En su composición ideogramática se reseñan dos funciones que dan


cumplimiento a su nombre. La primera nos habla de la actitud, tenden­
cias, inclinaciones que, de una manera potencialmente evidente, desa­
rrolla cada individuo. La segunda se expresa en el ideograma del DAO
y en este caso son válidas todas las consideraciones que en su momento
hicimos sobre este ideograma. En definitiva, es el lugar donde se marca el
camino del ser; y la energía original en este espacio, tiene como función el
ser acicate permanente que recuerda al sujeto la obediencia "de-vida” que
tiene contraída con la totalidad de lo infinito... NO ESTAMOS SOLOS...
Habitualmente, como se comprueba en el análisis del carácter del
hombre y en sus realizaciones frustrantes en contra de sus inclinaciones,
éste no sigue el sentido de su débito. En consecuencia, la armonía de su
ser se presenta siempre en una situación descentrada, lo cual motiva, den­
tro de la totalidad, una tendencia compulsiva y multiplicadora hacia la
realización de los demás seres... TODO SALPICA...
Se llega con esta convivencia a admitir con absoluta normalidad
que cada uno tiene sus manías y que todos son un poco o un mucho neu­
róticos... TODA UNA DEMOSTRACIÓN DE CORDURA...
La actitud sanadora en la consecución de la verdadera naturaleza
del ser, debe estar guiada bajo la intención consciente del sanador de que,
al actuar sobre este resonador, lo hace bajo la actitud de que se potencie
y sea revelado —a través del propio ser y con la fuerza suficiente para
considerarlo— su verdadero sentido y su concreta labor a realizar. Esta
condición previa por parte del sanador es de vital importancia a efectos de
la activación de este centro lumínico.
En lo concreto, la acción se sintetizará en la aplicación de moxibustión
indirecta, que deberá de seguir un ritmo y una pauta periódica que permita
un progresivo despertar sin violentar los hábitos adquiridos, e ir extrayendo
de ellos enseñanzas liberadoras. Bajo el ritmo del siete o del ocho, se realizarán
las intervenciones sobre este quantum de luz, durante un espacio mínimo de
un año (tiempo que tarda el planeta en hacer un giro alrededor del sol).

SHENZHU: 12TM: "existen cia sostenida". Situado entre las coor­


denadas de la tercera (3a) y cuarta(4a) vértebra dorsal, su nombre es toda
una revelación de principios.
En este quantum de luz se expresa la visión de la tradición alkímica
de que la existencia es un proceso que, proveniente de la emanación de
"Lo Eterno" y desde el infinito hacer, está mantenida por esa fuerza pri­
mordial y está sostenida por este haz lumínico.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

¿Quién mantiene durante el sueño la vida?


¿Quién sostiene durante la vigilia la existencia?
¿Quién es el señor de la fuerza
que se manifiesta en cada ser
y que de él hace su testimonio?

Su función no puede ser más contundente y podríamos decir de ella


que se trata de una invocación, una plegaria... una oración.
Cuando su actividad se debilita por el egoísmo de los hombres, la
existencia se hace torpe, contradictoria y DESESPERADA.
Las acciones sobre este resonador se realizan en primer lugar con la
presión del pulgar, creando un espacio vacío de blancura, para inmediata­
mente aplicar moxibustión indirecta que haga resurgir un enrojecimiento
inmediato y cree una sensación de calor que, sin duda, se podría situar en
la esfera de una verdadera reanimación. El trabajo continuado sobre este
resonador hace del ser un continuo y permanente soñador de ilusiones ya
casi perdidas, despierta a la esperanza de lo que parecía ya perdido y hace
de cada despertar una ilusión por la vida que se empieza a convivir bajo
los signos de lo interminable.

TAODAO: 13TM: " vía de la mutación". En las coordenadas entre


la primera (Ia) y la segunda (2a) vértebra dorsal, TAODAO es la expresión
viva de que en la energía YUAN QI está el sentido lumínico de la alkimia
del ser.
TAODAO representa la evocación del verbo creador que hace des­
pertar al hombre a la realidad de que en él se realiza la posibilidad de
alkimizar su existencia y que tiene una vía para realizarlo... el camino del
DAO... vivir acorde a los signos celestes y a las expresiones de la providencia.
Cuando el hombre pierde su potencialidad resucitadora, convierte
su hacer en un cúmulo de limitaciones que le llevan a continuos callejones
sin salida que no le permiten, ni siquiera, soñar. Su corazón late ansioso,
su respiración es jadeante, su pensamiento es agresivo, ataca antes de pre­
guntar y no da tregua a cada paso. El sentido de ir más allá de su propio
ser se difumina como un imposible y queda definitivamente atrapado en
las causas y en los efectos, con todas las puertas cerradas.
La acción sanadora sobre este resonador se realiza a través de la
función transmutadora del metal, comenzando por la imposición de
la cabeza del crisol alkímico metálico sobre este espacio de luz y conti­
nuando de inmediato con la implantación en forma perpendicular y con

73
rápidos giros a derecha e izquierda, siguiendo con una modificación de
este ángulo recto, haciéndolo oblicuo ascendente y rotando nuevamente
con una intención de impulso y rigor que haga recordar al sanador el
simbolismo del DAO, como expresión más cercana —aunque no sea la
verdadera— de recordar y reforzar en el ser su vía mutante aquí y ahora.

c
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

DAZHUI: 14TM: "granprotuberan cia". La ascensión de la energía


original llega a su punto culminante. Su nombre no solamente hace refe­
rencia a la protusión vertebral sino que esconde detrás la culminación de
un proceso de ascensión, que está a punto de atravesar el valle que con­
duce a la consecución impresa del símbolo.
Cuando esta culminación se realiza parcialmente o cuando se espa­
cia como accidental y fortuita, el ser hace de su existencia una cotidiana
monotonía que culmina en la timidez de un sábado, de un viernes o de
un domingo —según sea su contexto religioso— de forma rutinaria y
sin expectativas culminantes que no sean la mención del triunfo de su
equipo, o de un día de campo, o de una excursión, o de un día de pro­
longado sueño aburrido. Aún más esto es manifiesto cuando observamos
numerosos momentos de enfermedad, cada vez más frecuente, que sólo
se presentan en esos "días festivos". Sin duda la culminación clama por su
existencia. Llama a la puerta del que no está diseñado para ser anodino,
vulgar y sedentario. Clama por el que está pensado para que sea una conti­
nua, sorprendente y vigorosa expresión de una culminación permanente
que, a modo de orgasmo mantenido, prolonga su experiencia despierta
sin tregua, hasta alcanzar una vivencia extásica permanente que le per­
mite vivir cada momento bajo la mirada trascendente de cada uno de sus
actos y con la convicción firme de ser un vehículo liberador y de represen­
tar en cada acción un acto redentor.
Cuando actuemos sobre este espacio culminante lo haremos con la
presión providencial de la uña del pulgar, marcando sobre él el símbolo de
lo perfecto (+) para posteriormente implantar el elemento transmutador
justo en el lugar de cruce, de una manera perpendicular y con una manio­
bra puntual de giro rápido en el sentido antihorario.

YAMEN: 15TM: "puerta d el m utism o". Su luz emerge en el puente


que se conjura entre lo espeso y lo claro y justamente se sitúa ligera­
mente por debajo del último cabello como expresión de agua floreciente
de la tierra.

¿Qué hace el hombre cuando se asombra?


¿Qué hace el ser cuando descubre lo inaudito?
¿Cómo reacciona su verbo?...

Mudo se queda ante el asombro;


no encuentra palabras;

75
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

no sabe cómo definir; con su verbo limitado,


lo que ha descubierto en el seno de su corazón enamorado.
Entra en un silencio contemplativo
en el que sólo el silencio hace rescatar la escucha del verbo
que proviene de lo infinito.
Y así] de su boca sólo saldrá palabra de eternidad.
Y así, de su gesto sólo emanará figura de identidad.
Y así, de su hacer sólo florecerá una expresión de arte
infinito, inacabable y eterno,
como el verbo del que procede.

Prohibida su utilización por el riesgo que entrañaba el daño de la


forma, fue restituido su uso en aquellos estados de sordomudez humana;
pero se desconocía —merced a la custodia de la tradición oral alkímica—
que el sentido y la dimensión de su función no está en la onda del verbo
del hombre, si bien actúa sobre ella, sino que está en la onda del verbo
del AMADO.
Cuando su función pierde la dimensión trascendente el hombre se
vuelve parco en expresiones, se empobrece en las jergas culturales de lo
miserable —y buena prueba de ello es esta cultura— y cada vez se resume
más y más el lenguaje como expresión, y la elegancia como la sublime
cortesía de un eterno enamorado. De esta manera la belleza se convierte
en un útil que se vende y se compra, cuando jamás tuvo precio, cuando
jamás desde el universo se pudo pensar que eso podría ser negociable.
No tardará mucho tiempo en el que contemplar una noche de estre­
llas suponga un nuevo I.V.A., porque constituya un acontecer que pueda
liberar al hombre de la esclavitud de su aplastante caminar. No faltarán
artefactos con señales codificadas —que tendrán que llevar los usuarios
(ciudadanos)— que encorseten su cuello y les impidan mirar hacia el
Cielo, y que sólo puedan hacerlo si pagan una cómoda cuota mensual
que les permita descodificarse por algunos minutos. Entonces, el artefacto
se volverá articulado y la mirada podrá volverse hacia arriba, y todo ello
parecerá normal, lógico, necesario.
Todos los partidos políticos estarán de acuerdo y las religiones serán
las principales participantes del desarrollo de este sofisticado corsé, al cual
probablemente le incorporaran —cuando el usuario esté al día de sus cuo­
tas— música gregoriana o cantos sufis, con lo cual todo será rentable para
los manipuladores del VERBO CREADOR. Como nota adicional, es proba­
ble también que el usuario —y todos serán usuarios— sólo pueda disfrutar

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

de esta descodificación, tan sólo unos minutos al día. Es obvio pensar que
aquellos que se nieguen a aceptar estos "mandatos legales" del estado,
serán declarados "objetares de conciencia" y encarcelados en celdas cuya
altura del techo raye prácticamente sobre sus cabezas...
¿Les parece exagerado?
¿Cuánto tiempo hace, querido lector, que no contempla las estre­
llas? ¿Recuerda cuándo fue la última vez que se asombró o le impresionó la
visión simple de la luna o de cualquier otra estrella?... Y en consecuencia
ahora que ya ha dado su respuesta, ¿no piensa que todo lo anteriormente
descrito pueda llegar a ser posible?... Y lo que es más dramático ¿no piensa
que ya está sucediendo sin que aún sea económicamente rentable?...
La acción sobre este resonador ha de ser suave y precisa, tan suave
como el posar de una mariposa y tan intensa como un amanecer. Y así el
sanador, cerrando todos sus dedos menos el índice, impondrá sobre este
espacio de luz la suavidad de su caricia haciéndola girar para llamar a la
luz y para despertarle a su eterna sonrisa de amor.

FENGFU: 16TM: "taller del v i e n t o Un nuevo salto de la energía


original se sitúa ligeramente por encima y en la línea media de la cabeza,
de los cabellos.
Después del silencio enamorado, sólo el viento es capaz de ser el
equivalente de un verbo de amor arrebatado. Taller celeste de infinitas
proporciones, viajero incansable de sonidos entre rendijas... Verbo de los
verbos, que se lleva nuestras sonrisas y que nos trae las carcajadas vivifi­
cantes del infinito. La alkimia del soplo vivificante de la energía original
se hace aquí verbo creador y asiento de la escucha obediente que no se
expresa con palabras... que se descubre en el aliento del corazón.
Cuando el viento apenas si se escucha y cuando tan sólo se oyen
las voces disonantes de los hombres, el ser pierde su rumbo pues ya
sólo sigue consignas, dogmáticas directrices que le impiden escuchar el
viento... ignorantes se vuelven ante el lenguaje del Cielo y se conforman
con el sonido gutural de letras de alfabeto debidamente estructuradas,
que empiezan y terminan, haciendo del universo un espacio terminal y
finito... pero aún sigue en este taller el gran orfebre del viento que vive en
la esperanza permanente de despertar al sediento, al hambriento, al que
intuye los verdaderos ecos. Trabaja sin cesar. Y bajo forma de divinidad se
le sugirió algún día: "Eolo", soplador insaciable que limpiaba y limpiaba
hasta dejar todo sediento para que así, cada ser, se desprendiera de sus
lamentos y despertara a la vocación de seguir a los vientos.

77
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

Cuando sobre este lugar se actúa, el orfebre menor, obrero de sanea­


mientos, se dispone intencionadamente con humildad y con sumisión a
la verdadera voz que calma al desesperado escuchador de viento, y sobre
él actúa llevando la alkimia de lo aparentemente rígido, para así trans­
mutar las voces de palabras limitadas, en un ansioso viento. Dirige sus
movimientos, con suavidad y sigilo, de forma ascendente y tímidamente
se retira aguardando la llegada del viento...

NAOHU: 17TM: "puerta in terior del cerebro". Su expresión se


concretiza en una oquedad que se encuentra por encima de la protu­
berancia occipital, en la línea del extremo superior de las orejas... ¡Qué
casual coincidencia! Viniendo lo original con el viento descubre una
puerta que permite escuchar, una puerta que se abre inexorablemente
bajo el impulso decidido y contumaz de lo que es veraz y trascendente.
Penetra así esta fuerza del origen en el espacio culminante de las aguas,
en el lugar donde el agua material está a punto de convertirse en agua
sublime, y es por ello que allí acude el agua original, para hacer de esta
ascensión natural del agua concreta un bautismo emergente que des­
cubra a la totalidad del ser su vía inmortal en el seno de las luminarias
permanentes.
Cuando esta función se debilita, la puerta queda entreabierta. Ape­
nas sí hay resquicio para el viento fugaz. Y así el hombre se convierte en
un simple estímulo-respuesta y en un esclavo del sí y del no, haciendo de
su consciencia una realización de logros y renuncias que sólo están sujetas
a la posesión perecedera... Y, además, con la puerta entreabierta, surge el
fantasma del tiempo que convierte a cada hombre, a cada cultura, a cada
sociedad, en un ghetto intransigente, combativo, degradante, escondido
y traicionero. Así, el hombre teme a la traición, despierta a la alucinación
de ser perseguido por el tiempo, el cual, además, NO QUIERE PERDER y al
cual, también, quiere ganar. Se hace así, cada hombre, un perdedor inexo­
rable y un ganador imposible...
La acción sobre este espacio de luz se realiza de forma precisa e ins­
tantánea con el elemento transmutador. Se implanta la intención de abrir
la puerta y con la suavidad de una brisa de verano, deposita con calma ese
sutil crisol de viento transmutador que deja aposentado como un reclamo
de esperanza.

QUIANGJIAN: 18TM: "intervalo de la fuerza". Emana en la coor­


denada de la línea media occipital, a 1,5 cun de su predecesora estancia.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

La resonancia de luz alcanza en esta estancia una posición de la


manifestación de la fuerza, haciendo valer su ascendente posibilitancia. Se
trata del lugar en donde se conjugan las dos cualidades del agua, siendo su
expresión fisiológica el mantenimiento de las cualidades de lo concreto y
lo inmaterial de una manera armoniosa. Es el asentimiento del equilibrio
entre la posibilitante del hombre y los mandatos del Cielo.
Cuando se debilita esta función, el desarrollo de las intenciones del
hombre sigue el camino del pragmatismo, con la aparición del sentido de
"la duda". Vive bajo la sospecha de que "falta algo", con la sensación de
no terminar de culminar sus acciones.
Las acciones sobre este resonador se realizan a través del transmuta-
dor metálico en un sentido oblicuo ascendente, con maniobras de rotación
suave en ambas direcciones, con objeto de sintonizar las dos manifesta­
ciones de luz y reequilibrar la sintonía de lo personal con lo totalizador.

HOUDING. JIAOCHONG: 19TM: "a s a lto del reencuentro". Si en


la estancia anterior se producía la sintonía, en esta posición la energía ori­
ginal "asalta" y se funde, en un abrazo enamorado, con las pretensiones
de poder del hombre, haciéndole despertar en su posición de fusión con
el origen.
Su función, en consecuencia, es la de realizar la conjunción, la de
religar al hombre con su consustancial pertenencia a lo eterno.
Sus coordenadas se sitúan a 1,5 cun en el sentido ascendente de la
luminaria anterior.
Cuando se debilita esta acción, el sentido del agua se vuelve "agnós­
tico" en la relación con su participación en el origen. Ni lo niega ni lo
acepta, se encuentra ante la incapacidad de poder inclinar la balanza; se
realiza en un comportamiento respetuoso pero se niega a tomar partido;
vive en la sospecha de otras realidades que, sin buscarlas, aguarda a que se
hagan evidentes y vivenciables para poder ser aceptadas.
Su aplicación, en la restitución de esta función, se realiza con
la transmutación del metal en el sentido oblicuo ascendente, con una
implantación rápida y en un solo movimiento.

BAIHUI: 20TM: "cien reuniones". En el lugar culminante, en la


cima, alcanza la energía original su síntesis de ascensión. Se define en la
mitad de la línea que une los vértices de ambas orejas.
Su apelativo verbal, con otros variados nombres, hace alusión a su
valor trascendente como máxima expresión de la expansión. En esta cima

79
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

de luz confluyen las diferentes vías lumínicas de forma directa e indi­


recta. Se constituye en el "GRAN CAPTOR". Sus funciones se expanden
en todas las direcciones y se constituye en la "CONFLUENCIA LUMÍNICA
DEL SER". Se sintetiza en él la experiencia trascendente del hacer y su acti­
vación promueve la inspiración inabarcable del universo. Estamos ante la
"puerta cerrada" que, en su apertura, se convierte en el "GRAN VISOR"
de la amplificación de la realidad. La alkimia de su acción "transfigura" la
configuración energética del ser y le hace perceptivo a otras realidades.
Cuando sus funciones están amortiguadas, las percepciones senso­
riales se hacen limitantes y la lógica inteligente adquiere preponderancia.
Aparece también sensación de vacuidad y sentido crítico exacerbado, con
tendencia permanente al debate y con el PERO... insistente, convirtiendo
el hacer en un relativismo bloqueante que hace de los escasos compromi­
sos una sospecha de fracaso inminente.
Su aplicación sanadora se realiza en la dinámica del metal trans-
mutador que, en una imposición oblicua descendente, continuadora del
torrente, oblicua derecha e izquierda, logra activar las cinco orientaciones y
rescatar el papel de la "GRAN CONFLUENCIA". Después de esta maniobra,
la aplicación de calor indirecto con pequeña intensidad, favorece el derrame
de sus acciones en su actividad expansiva hacia todo el organismo.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m o t a n t e d e l A g u a

QIANDING: 21TM: "culm inación anterior". En las coordenadas de


1,5 cun por delante de BAIHUI, nace de su actividad la expresión de "dar
continuidad a lo culminado". Se trata de la expresión celeste que hace
recordar al hombre sus actitudes hacia la vivencia de su hacer bajo el signo
de una "permanente expectativa creativa y sorprendente": una fuente
inagotable de proyectos y creaciones que no "decaen" en la "monótona
cotidianidad", expresión que denota el signo claro de la falta de actividad
resonadora de este concentrado de luz.
El hombre, ante la carencia de la continuidad culminante se rea­
liza... "igual que siempre..." "como siempre..." "tranquilo..." ¿Es que
acaso el universo está tranquilo? ¿No está en permanente ebullición equi­
librada? Y si el hombre es una expresión de ese universo... ¿no ha de
vibrar en esa dimensión?
Su aplicación sanadora se realiza en el plano de lo transmutador,
en sentido perpendicular, con una actuación de cortas y vibrantes acti­
vaciones.

XINHUI: 22TM: "reencuentro en la cim a". De nuevo la culmina­


ción se hace ostensible por tercera vez. La intensidad de luz de las aguas
anteriores y posteriores se acomodan y encuentran sus unitarias identida­
des. El reencuentro despierta al ser a identificarse con los mensajes cifra­
dos del universo en que habita (reencuentro en el sentido de retornar a su
verdadera identidad).
Su lugar espacial se concretiza a 3 cun de la primera culminación:
BAIHUI.
La intención sanadora debe estar en la mentalización por parte
del sanador, antes de iniciar cualquier maniobra, de sentirse vehículo de
RECONCILIACIÓN ante el designio personal del paciente y sus contra­
dicciones.
El "reencuentro reconciliador", bajo la tutela del origen, es la
motivación primordial... Luego actuará con la acción del masaje, por
medio del dedo corazón, con el plegamiento de los otros, realizando
una ligera presión a la vez que realiza pequeños desplazamientos hacia
delante y atrás.

SHANGXING: 23TM: "estrella superior". En la orientación a 4 cun


de la primera culminación (BAIHUI), se define con la contundencia de
su nombre, en una clara referencia a las características luminosas de la
energía original.

81
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

Sus funciones están ligadas a la apertura, en la realidad del hombre,


a su "concepción estelar". A sentirse unificado con la luz en el sentido de
eternidad, permanencia y viaje perpetuo. Igualmente, tomar la evidencia
de "ser guiado" e iluminado... hacia la certeza del sentido de la universa­
lidad de su ser.
Cuando se pierde en disminución esta función, el hombre se desa­
rrolla en el plano de su contexto cultural y bajo la guía de las motiva­
ciones del exterior, realizando continuos cambios de rumbo sin sentido
definido. Incorpora sus vinculaciones con el entorno en un sentido igua-
litarista, sin la individualidad necesaria hacia el compromiso de su iden­
tidad solidaria.
Las acciones sobre esta "estrella” se realizan bajo la imposición del
dedo pulgar, con el resto de los dedos plegados, realizando una presión
mantenida que se hace latido progresivamente, hasta alcanzar el sanador
la sensación de sintonía con este resonador.

SHENTING: 24TM: "palacio divino". Después de la estelaridad del


origen la vía de luz se concretiza en lo suntuoso: el palacio divino, en el
sentido del pensamiento humano, de tal manera que el hombre alcanza
con el desarrollo de este resonador el nivel de LA SABIDURÍA. Sus sentidos
entran en la armonía de la clarividencia y sus sentires se hacen aliados del
amor en la universalidad de todo lo existente, tomando consciencia de
"SER AMADO" y convirtiéndose en un faro de amor testimonial que sirve
de referencia a los otros.
Cuando el hombre empobrece esta sintonía sus sentidos se vuelven
exigentes, su inteligencia se hace rentable y contempla su hacer como un
acúmulo de posesiones.
Las acciones sobre este resonador —situado a V2 cun de la zona de
implantación de los cabellos, en la línea media— se realizan a través del
ejercicio transmutador del metal, en imposición oblicua hacia la dirección
de la estrella superior, con movimientos de suave rotación y vibración.

SULIAO: 25TM: "orificio sim ple". Situado en la punta de la nariz,


su expresión verbal hace referencia al significado alkímico de la res­
piración, constituyéndose en el resonador que, en su funcionalismo,
impregna cada respiración —tanto en el acto inspirador como espira­
dor— de la dote de "ALIENTO ESTELAR", siendo el referencial a través
del cual el adepto toma consciencia en cada respiración meditativa de su
simbiosis con el TODO. En cada inspiración recoge el aliento del eterno

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

infinito de AMOR, realizándose en él LA GRAN OBRA. Y en cada espira­


ción se constituye en "ofrenda renovada". Es el resonador de la "GRAN
INVOCACIÓN".
Todas las culturas de la "gran tradición" han considerado de vital
importancia el "comportamiento meditativo en torno a la respiración", y
muy especialmente la hindú, de ahí la memoria ancestral que está deposi­
tada en el ser a través del "orificio de lo sencillo" que, como ventana este­
lar, se incorpora de forma misteriosa a la constitución del ser, haciéndole
cómplice solidario de toda la creación.
En su realización se pueden contemplar dos aspectos:

• El de realización propia: realizando respiraciones pausadas con


el referencial en el TIAN inferior (zona infraumbilical) y posando
con un simple contacto el dedo índice (de la mano izquierda en
el caso del varón y el de la mano derecha en el caso de la hembra)
concentrando la atención en la imagen de la totalidad, hacia la
consecución del vacío.
• Si la aplicación se hace sobre otro se posará, igualmente, el dedo
índice, y con la misma intención anterior se referenciará la respi­
ración del sanador en el dedo índice.

RENZHONG. SHUIGOU: 26TM: "el centro del hom bre", "La ruta
del agua". El agua original se constituye en el eje central de la existencia
del hombre y, también, en el camino desde su agua hacia el agua verda­
dera del origen.
En las coordenadas del tercio superior del surco nasolabial, en una
ligera oquedad, se hace alkimia su función en esta precisa localización,
en donde los labios, preámbulo de la boca, como verbo y como expresión
del alimento... y como antesala de un beso, se hace el origen... VERSO.
"Reanimador" y sugerente del idilio insondable ante la "BONDAD SUPE­
RIOR" y la criatura emanada por ÉL.
Cuando el hombre pierde esta perspectiva, el desánimo anida en su
corazón, su camino se hace tortuoso, se esclaviza en el alimento y se hace
dependiente de lo sensual.
Su aplicación sanadora se centra en primer lugar sobre la presión
del pulgar y, de inmediato, la implantación transmutadora en oblicua
izquierda y posteriormente perpendicular, con ligero golpeteo intermi­
tente, para volver de nuevo, ahora, en el sentido oblicuo lateral derecho y
finalmente, de nuevo, perpendicular con golpeteo.

83
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

DUIDUAN: 27TM: "doctrina conforme al Cielo y acorde con los


hombres". XXVII mansión celeste. Sobre la línea media del labio supe­
rior, justo en el límite donde cambia de color el labio, tiene su asiento esta
luminaria.
La energía original, en su penúltima estancia, hace la llamada cul­
minante sobre la "DOCTRINA de la verdad en relación con el Cielo", la
cual traerá una concordancia con los hombres. Su correspondencia con la
mansión celeste reafirma una vez más su fuente de universo original.
Cuando el hombre establece "su doctrina" sin estar en consonancia
con las leyes del Cielo, él es su única referencia y, en consecuencia, se
agota, como así ocurre en la actual civilización; es un monólogo de repe­
titivos obstáculos y fracasos, repitiendo ciclos cada vez más confusos y
alienantes. "El hombre alienado", sin ideas de liberación, es la expresión
de la falta de una integración completa de este resonador.
Su acción sanadora se realiza a través de transmutación perpendi­
cular y superficial sobre su espacio de luz, con la utilización de una fina
instrumentalización y con precisa rapidez.

YINJIAO: 28TM: "cruce del Inn". En la cara interna de la línea


media del labio superior, está su lugar de abordaje. En esta decidida y
vigorosa culminación, la energía original se funde, en aliento y hálito de
vida, con la estructura que aguarda a ser animada, con el agua. Su función
es la de alentar a la "unicidad de la forma".
Cuando su actividad se aminora, el hombre se recoge en su solilo­
quio verbal estéril, se hace hipocondríaco y se obsesiona con su forma. Se
afianza en su ahorro y busca la seguridad de su existencia en el manteni­
miento de las constantes de sus estructuras, terminando obsesionado ante
la falta de explicaciones coherentes que expliquen su vivencia deteriorada
y el "sentido de sus males".
Su actuación sanadora se realiza por medio de la transmutación del
metal, en una acción rápida y decidida, hacia una dirección oblicua ascen­
dente.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

T
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

REJV M A l

Si TOUMAI hacia un recorrido a través de la línea posterior del


tronco, emanando de los riñones, RENMAI establece su cometa de luz
partiendo desde el agua concreta y siguiendo la línea media anterior hasta
terminar por unirse, en el cruce del Inn, con TOUMAI.
Emite dos ramas secundarias: la primera, partiendo de CHENGJIAN:
24RM, se divide en ambos lados de la cara y llega a culminar su influen­
cia en CHENGQI (1E). La segunda de sus ramas secundarias se deriva de
JIUWEI: 15RM y se dispersa, a manera de raíces de medusa, sobre todo el
abdomen.
La vía principal, emanando desde el agua orgánica —como lugar de
asiento, no como lugar de generación— alcanza los órganos genitourina­
rios y emerge en su primer resonador de luz en el punto medio del periné,
para continuar a lo largo de la línea media y culminar su ascenso en el
mentón, desde donde vasos secundarios contornean labios y encías y ter­
minan por confluir en YINJIAO: 28TM.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Su primera emergencia de luz es HUIYIN: 1RM: "reencontrar al


yin". Sus coordenadas se sitúan en el punto medio del periné y expande
su luz de forma confluyente con el TOUMAI siendo, en consecuencia,
el lugar donde las dos aguas se organizan de forma unitaria para que, a
partir de este lugar, paulatinamente se diferencien hasta culminar en su
encuentro.
Reencontrar al Inn implica la fuerza de luz que, proveniente de la
herencia lumínica del acto creador sobre el hombre, define la constitu­
ción diferenciada de cada una de las formas del ser. Es el lugar donde se
recoge la esencia del agua en su expresión ancestral. Toda esta vía de luz
está fundamentada en el camino de las energías ancestrales (hereditarias,
congénitas, código genético...).
La función de esta actividad de luz es organizar el Inn de tal manera
que cada acción de este soplo permita ser influenciado por la energía ori­
ginal, aparte de ser ésta la que da el aliento a la forma.
Cuando esta posibilidad se ve disminuida, el hombre, en la cons­
titución general de su estructura, tiende a presentar multitud de acon­
tecimientos patológicos en una serie interminable de sucesos que le
acompañan durante toda su existencia.
Las acciones sanadoras sobre este resonador se realizan a través del
elemento transmutador del metal, bajo una dirección perpendicular y
ligeramente profunda, teniendo la sensación, el sanador, de que la pene­
tración se realiza sin ofrecer resistencia y, en consecuencia, no realizará
ninguna maniobra más que dejar el implante metálico sobre esta estruc­
tura de luz.

QUGU: 2RM: "estructura sinuosa"... mansión celeste correspon­


diente a la cabeza de Hidra (XXIV). El soplo ancestral se hace contorneado
y se plasma en esta estructura bajo la forma que dará definitivamente la
manifestación concreta de las energías hereditarias en la doble hélice del
código genético.
Su definición como mansión celeste le da la configuración de ser
una estructura gestada desde el universo.
En consecuencia, todos aquellos acontecimientos que van a culmi­
nar con alteraciones ligadas a transmisiones hereditarias y que, por tanto,
son designios estelares, tendrán su respuesta vivificante y la posibilitancia
de restituir la alteración sinuosa de su función a través de la acción sobre
este resonador. Exige, por parte del sanador, la toma de consciencia de
que los acontecimientos se producen de esta manera y con la intención

87
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

definida de que la estructura a tratar tiene la posibilidad de retomar el


camino del equilibrio. Y también, bajo la evidencia de que se encuentra
ante un proceso kármico redentor, recogerá el elemento transmutador del
metal y en las coordenadas de la línea media anterior, en el borde superior
de la sínfisis del pubis, realizará una implantación perpendicular con una
manipulación de rotación en ambos sentidos y una retirada inmediata de
la misma, para seguir a continuación con la moxibustión indirecta hasta
alcanzar un grado de enrojecimiento que defina claramente la aparición
de la luz, la cual se suele manifestar de forma expansiva —y no concen­
trada— produciendo con frecuencia, en el receptor, la vivencia de que algo
se mueve hacia el interior y que penetra en la profundidad del abdomen.

ZHONGJI: 3RM: "el centro m ás elevado". También llamado QIYUAN:


"soplo creativo". Definida la estructura sinuosa se está ante la garantía de
la continuidad de la especie, estableciéndose a continuación un lugar de
guía, un lugar de soplo, un lugar creativo que define la diversidad y la indi­
vidualidad de cada entidad creada, que le da carácter de unicidad; y que va
a permitir que sobre cada ser se deposite la realización de una determinada
función con su estructura definida y bajo la tutela del centro invariable que
le hace retornar.
Su posición en la corporeidad queda definida a 1 cun por encima
del resonador precedente.
Cuando pierde parcialmente su función, aparecen trastornos conti­
nuados y perseverantes en la esfera de la energía espiritual sensible y en la
esfera del dinamismo de recambio del principio femenino.
La actuación sobre este quantum de luz se realizará fundamental­
mente a través de la moxibustión indirecta, generando en el receptor una
sensación de penetración del calor con una experiencia de alivio y de des­
compresión que, en la mayoría de las ocasiones, va a producir un alivio
inmediato y una respuesta permanente.

GUANYUAN: 4RM: "barrera d e la fuente". En la cuarta estancia se


establece la barrera de la fuente de las aguas que transcriben el potencial
hereditario del sujeto. Es una barrera de purificación en donde, como el
buscador de oro, se cierne la ganga y queda lo dorado. Así, en este reso­
nador podemos encontrar el momento y el instante para purificar toda
la potencialidad perturbadora de la que puede ser portador cada hombre.
En este sentido está en la misma dimensión que la estructura sinuosa y el
centro más elevado.

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En su luz también se encuentra la posibilidad de activar el sentido


virtuoso del ser, con lo cual, tiene el resonador la doble función de filtrar
lo impuro y de resaltar lo puro.
Nótese como la estancia de la barrera —en el caso de la vía prece­
dente (TOUMAI)— se encontraba en la tercera estancia: YAOYANGGUAN,
lo cual implica el misterio de la energía original, mientras que en el caso
del soplo conocido, la estancia de la barrera se encuentra en la esfera del
cuatro. De esta forma se distingue, por tanto, también, en las estancias —
según el lugar que ocupe— la naturaleza del fluido de luz que transporta.
Sus coordenadas de proyección se encuentran a 2 cun por encima
del borde superior de la sínfisis del pubis y su acción sanadora tiene una
doble vertiente. Por una parte tiene una función preventiva, en cuyo caso
se actuará con moxibustión indirecta a un ritmo anual. Y una acción de
la virtualidad del sujeto, en cuyo caso se actuará con el elemento trans-
mutador en posición perpendicular, debiendo de implantar esta acción
por espacio de al menos media hora, con intermitentes manipulaciones
de rotación y, posteriormente, moxibustión indirecta hasta conseguir la
sensación de profundidad del calor.

SHIMEN: 5RM: "puerta d e la p ied r a sonora". En este lugar se


deposita la luminosidad del agua que ha sido depurada en el resona­
dor anterior, si bien, de no haberse producido la purificación en toda su
dimensión, pueden aparecer elementos contaminantes que aumentarán
su potencialidad de aparición ante situaciones del exterior que actúen
como factores desencadenantes. Pero en el sentido más estricto y fisio­
lógico del término, la puerta de la piedra sonora es el lugar alkímico por
excelencia del agua en su manifestación más pura, en donde su caudal es
sonoro, es decir, se mueve; y en donde a su vez —como lugar de piedra
de luz— se activa la potencialidad del arte-belleza del que es portador el
ser por su origen celeste.
Sus acciones se correlacionan con el sentido trascendente de la acti­
vidad del ser, de tal manera que este resonador se convierte en custodio y
manifestador de esta característica.
Cuando el ser disminuye por los elementos contaminantes esta fun­
ción, el agua tiende a estancarse, el sonido tiende a perderse y el sentido
trascendente del quehacer, así como la percepción de la belleza y el arte, se
dejan de valorar y el sujeto adquiere un carácter pragmático e indiferente
ante todo aquello que nutre su espíritu en el sentido de lo inútil, pero que
constituye el verdadero alimento que da sentido y alegría a su corazón.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

El carácter se suele hacer huraño y refunfuñón, y nada parece gus­


tarles, nada parece llamar su atención y a todo le suelen encontrar alguna
dificultad... ¿verdad que conocen a más de una persona así?
Sus coordenadas de viaje se sitúan a 3 cun por encima de la sín-
fisis del pubis, y la acción sobre el mismo se concretiza en la inserción
perpendicular del elemento transmutador con una manipulación lenta y
suave que retira y profundiza la aguja, mientras realiza giros a derecha e
izquierda como si estuviera horadando el terreno, como si estuviera bus­
cando lo auténtico. Cuando acontece la sensación del despertar del QI, la
acción queda concluida y se retira con suavidad —insistiendo en la mani­
pulación rotativa— la implantación del metal.

QIHAI: 6RM: "m ar d el soplo". La puerta de la piedra sonora da paso


en su brillantez a el mar del soplo, lugar en donde aparece específicamente
el soplo con la más genuina expresión del representante de las aguas ante­
riores en el plano de la realidad, como lo es el MAR. Es el lugar donde
podemos reunir el instante más culminante de las aguas posteriores y,
en consecuencia, en donde se puede "conectar" la realidad del ser con la
realidad estelar, partiendo de su propia estructura organizada.
Con unas coordenadas de localización que se sitúan a 3,5 cun del
borde superior de la sínfisis del pubis, sus acciones se focalizan en la implan­
tación transmutadora y en la moxibustión aplicada sobre la espiral de tras­
mutación, de tal manera que después de la puntura rápida y precisa, se
coloca la antorcha sobre el mástil y se hace, por la acción del fuego, la trans­
misión del QI estelar que a la vez manifiesta su conexión con la sonoridad
del universo a través del humo que emana de la combustión bautismal.
Cuando el hombre pierde la capacidad del mar del soplo, su estruc­
tura se avejenta, su cintura se debilita, su esencia se pierde y su inquietud
aumenta. No tiene lugar claro de asiento y todo lo pone en entredicho,
sumándose a la primera novedad y cambiando permanentemente sus
planteamientos. Su perseverancia se ve enormemente disminuida y su
ansiedad por la consecución de un logro le hace consumirse progresiva­
mente a la vez que se muestra pusilánime emotivo, violento y ansioso.

YINJIAO: 7RM: "cruce de los Inn". Es el lugar de encuentro con las vías
de luz de los fluidos del Hígado, Riñón y Bazo. Desde esta luminaria se expan­
den las consignas de la herencia en el sentido de la decisión, la reflexión y la
responsabilidad, de tal manera que la función de YINJIAO se nos presenta bajo
el prisma del agua que riega el comportamiento testimonial del hombre.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

En la medida en que este riego es deficitario, la reflexión se hace obse­


siva, la decisión se hace duda y la responsabilidad se convierte en miedo.
Las acciones sobre este resonador se realizan bajo la acción de la moxi­
bustión indirecta, la cual incide sobre el lugar de sus coordenadas, a 1 cun por
debajo del ombligo, aproximándose rítmica y puntualmente sobre el reso­
nador y realizando posteriormente giros a izquierda y derecha hasta hacer la
última aproximación, puntualmente, sobre este concentrado de luz.

SHENQE - QIHE - QIZHONG: 8RM: "puerta del palacio emocio­


nal, del ánimo, del espíritu", "fusión con el soplo", "alimentación con
el centro". Sus coordenadas son toda una sugerencia pues quedan cons­
tituidas como señal indeleble de una extraña y excepcional vivencia que
realiza el ser en la caverna oscura del principio femenino.
Su oquedad siempre original y distinta —como el artesano que
modela el vidrio— es la huella de todo un proceso evolutivo del amor
pensante del Principio.
Las acciones sobre su vacuidad hacen despertar al hombre a su
retorno presente, así como le reaniman a continuar en su existencia, como
también a restablecer la emoción en su lugar preciso, haciendo del sentir
una invocación templaría que le hace reconocer la posición de dignidad
de su ser y la aceptación de que es el enamorado del PADRE.
Las acciones sobre este cuenco se realizan en primer lugar a través
de la presión mantenida del pulgar, para después pasar a llenar su oque­
dad con la sal como elemento de vida y depositar sobre ella el fuego puri-
ñcador que, en su combustión, eleva la plegaria de la forma en un canto
de armonía sinuosa que marcha hacia la dirección de "Lo Eterno".

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A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

SHUIFEN: 9RM: "división de las aguas". En la línea ascendente, a


un cun por encima del ombligo.
Y en el génesis se cita, en un momento de la creación, que separó las
aguas anteriores, a las que llamó firmamento, y las aguas posteriores a las que
llamó mares... Al igual que tiempos atrás, en el octograma de FUJI se des­
cribía el Cielo anterior y el Cielo posterior... En SHUIFEN las aguas —como
expresión de la esencia de la vida— encuentran su punto de comunicación
y, en consecuencia, en este resonador se hace posible la casual coincidencia
de los dos focos acuíferos entre los que se encuentra el hombre. Representan
el instante de conversión hacia lo alto y hacia lo bajo, haciendo posible que
el agua alkímica del ser se funda en una sola realidad trascendente.
Sus acciones quedan definidas por la posición antes descrita, de tal
manera que en todos aquellos trastornos en los que el agua no fluye con
naturalidad, SHUIFEN constituye el punto de anclaje para poder encauzar
el estancamiento. Su aplicación en la puntura tiene el proceder de situar
cada agua en su lugar y de dejar un fino hilo sutil que permita la continua
renovación. De esta forma, el desarrollo de la ancestralidad del ser tendrá
la posibilidad de reencontrarse con sus antepasados y estar en disposición
de encauzar el débito con el que acudió a este paradisíaco planeta.
Si las acciones se realizan a través de la moxibustión, estaremos
ante la posibilidad de alkimizar las aguas posteriores, de tal manera que
el ser contemple su existencia según el curso natural del agua, y así pueda
simbiotizarse con el medio con la naturalidad de un camaleón, con la
destreza de la caída de una hoja de otoño y con el sortilegio de un sueño
de verano. Sin desdeñar ningún lugar de su paso, sin juzgarlo, y siendo
siempre un agua de vida, servidor de lo sediento, testimonio de alegría y
generador de vida.

10RM: XIAWAN: "granero inferior". Dando continuidad al reso­


nador anterior, a un cun por encima de éste, se encuentra el valle fértil
que, con la humedad adecuada, sabe guardar el grano, sabe madurarlo en
tiempo útil, sabe su momento de utilizarlo germinado y sabe el momento
de reservarlo para sequías prolongadas. Es el espacio del ser en donde la
llegada de cada aporte nutricio se considera la mejor oportunidad para
obtener de él la esencia generadora capaz de mantener el hálito y con­
servar la función de la forma. Se constituye en el fogón inferior y es, en
consecuencia, la marmita que en cada hogar siempre está dispuesta para
cualquier imprevisto o cualquier invitado... así ningún peregrino podrá
marcharse sin llevar algo caliente... en su corazón.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Cuando este acontecimiento se ve dificultado, el hombre se debi­


lita, su gusto en el sabor se hace torpe y sus "gracias" por el alimento
se hacen olvido. Su humor se vuelve taciturno, sus noches incómodas y
sus iniciativas pobres y estériles... Es semejante a un campesino que en
tiempo próximo de sembrar ha perdido sus semillas... Mira con nostalgia
la tierra, observa con temblor sus manos y medita entre lágrimas y suspi­
ros, con su mirada al Cielo... Y después de un "¡Ay!" mira hacia atrás, a su
prole, que le pide sin palabras un retoño de campo florido... Y ahora su
¡Ay! se hace mirando a la tierra... Y empuñando sus dos manos, incrustán­
dolas en el pecho, se promete al Cielo y a la Tierra que nunca más volverá
a ocurrir lo sucedido... Plantará las escasas semillas débiles como espigas
pasadas y con la ternura de una caricia, las cubrirá con la mejor tierra que
encuentre a su paso; posará suavemente su mano para dar el aliento y
suspirar un perdón, y así poder volver de nuevo su mirada y sonreír a los
que le miraban con temor, y señalarles con el índice y un grito, el lejano
y cercano firmamento.
¡Calor! ¡Calor! ¡Calor! es lo que necesita este campo. Calor sin brasa,
calor húmedo de rocío mañanero. Calor de lágrimas transparentes que
tan sólo precisan una fugaz lluvia insignificante. Calor, calor, calor de
cuidado cauto que se aproxima y se aleja con suavidad para hacer fértil lo
que era infecundo; para hacer flexible lo que era rígido; para hacer retoño
lo que era enano; para hacer de un marrón, un verde grácil, tierno y sua­
vemente enamorado.

11RM: JIANLI: "m ed id a establecida". Un cun más hacia arriba, la


medida establecida hace referencia al justo alimento de la forma, a la justa
cantidad del deleite, a la exacta medida de la necesidad, a la impecable
medida establecida por la Providencia para cada uno de los seres, para que
éstos sean la llama adecuada que ilumine su justo espacio y se haga cóm­
plice de todas las demás luminarias y se conviva en la justa claridad cre­
ciente... Una cucharada de más es una ofensa, una de menos un castigo...
Una caricia de más no es sentida, una caricia de menos es un chantaje.
La medida establecida se encuadra, en consecuencia, en toda la estructura
del ser para que todo él establezca sus verdaderas necesidades y haga de su
cuerpo un templo pulcro, suficiente, adecuado y ... complaciente.
Cuando el hombre pierde esta función: ACUMULA o ANSÍA. Se
hace un depredador de ilusiones y posesiones, las cuales defiende con
porfía. Se convierte en heredero y en heredador de bienes, en conservador
de patrimonios y en cultivador de gananciales. Necesita de protectores,

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

perros, alambradas y guardianes. Sus inquietantes desmedidas no le dejan


atraparse en una sonrisa, no le permiten escuchar unas palabras de ilusión,
no le dejan marcharse con el aroma de una fantasía y menos aún dejarse
seducir por una caricia... ¿Qué hará y qué pensará cuando, en el reducido
lecho de una tierra oscura, contemple su desmedida? ¿Cómo podrá seguir
controlando su afanada fortuna? ¿De qué le valdrá haber previsto lo que
imprevisible es? ¿De qué le servirá tanto afán desmedido en su inevitable
viaje hacia el olvido? ¿Con qué rostro se presentará al que le aguarda espe­
rando verle desnudo? ¿Qué vergüenzas sentirá cuando nada pueda ofrecer
y descubra que jamás, que jamás nada le han pedido?
¿Habrá algún sitio en el infinito universo donde se pueda refu­
giar? ¿O tendrá que reconocer que su desmedido afán por no aceptar la
medida justa —que el Amor Eterno había establecido— fue una soberbia
por suplantar lo que en dones precisos le dieron y por querer continuar
salvaguardando lo que no le correspondía?... Así será inevitablemente...
aunque si, en su soberbio orgullo, aún tiene la fuerza de tratar de con­
vencer a El Amado desnudo... tendrá que volver de nuevo a sus viejas y
recalcitrantes posesiones, pero ya lo hará en inquietud constante pues...
el reflejo luminoso del DESNUDO se habrá incrustado en su corazón y en
algún momento, en algún instante, contemplará la inutilidad de su des­
medido afán acartonado.
No es difícil acertar quienes son los candidatos para redimir tal
situación... Y así, con la cautela de un lince y con la certeza providencial
de lo que acontece, el sanador impondrá su pulgar providencial sobre
esta estancia y presionará hasta llegar a producir un ligero dolor... varias
veces... quizás, quizás, después de varias ocasiones el desmedido afán esta­
blecido empiece a ver, escuchar, saborear y perderse en un perfume.

12RM: ZHONGWAN: "granero central". En la continuación de la vía


ascendente de la ancestralidad, a cuatro lugares desde el ombligo, se ubica el
centro rector que coordina la realidad de la forma. Su depósito es ilimitado,
pues habita en el espacio curvo y ello le da la expresión de ser la simiente y a
la vez la leña que mantiene el fuego sagrado del templo de la forma. Hacia él
llegan todos los elementos que pueden ser emisarios de una dignidad capaz
de salvaguardar la posición del hombre en el Universo. Se trata del equiva­
lente de la luz de la totalidad en su correspondencia con el hombre.
Cuando estas funciones se ven infravaloradas o distorsionadas por
los afanes y anhelos del deseo, su fuerza alkímica, salvaguardados de la
evolución de la forma, se hace turbia y espesa, perdiendo así la serenidad

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

de su estar y asumiendo la sola función de ser un tránsito inconsciente


del maná del sabor.
El hombre se vuelve quejumbroso y contradictorio, se hace prag­
mático y productivo y consume, así, la posibilidad de mantener su figura
bajo el lema de lo "excelso", obligándose de esta forma a empobrecer el
empuje transformador del fuego y tempranamente debilitar su exterior y
empobrecer su interior. De la misma manera, su función de coexistencia
como calor de conjunción se hace débil y sus texturas pierden el brillo,
la lozanía y la calidez de un terciopelo. Paulatinamente se arruga como
un viejo papel y pierde los espacios que eran reposo de caricias y besos...
Tan sólo quedan lugares para la compasión o la caridad que confinan al
inminente final en una residencia de acartonados seres que aguardan, con
desesperada inquietud o con el abandono de cenizas sin fuego, la partida
obligada hacia nuevas texturas.
Cuando sobre él se actúa, se muestra amplio y generoso, recibe con
agrado la mano cálida y acepta con virtud el calor o el hálito que le aliente,
así como también, la impronta que le remita hacia el mundo de las infi­
nitas formas en busca de la eterna lozanía que haga, de toda su inmensa
extensión de bellos combados, un lugar de reposo propio y de amantes
caricias interminables.

13RM: SHANGWAN: "granero s u p e r i o r La ascensión del fuego


que se cimbrea en espiral llega a aposentarse de nuevo en el medio, a un
paso por encima del granero central.
Es la primera chispa que acoge con intrépido afán lo fríamente tibio
que no se atrevía a pasar, lo envuelve en un sortilegio y le hace girar y girar
hasta que el calor se va generando como en un interminable vals, y lo que
era torpe y hosco al principio, en manos de tan certero galán, se hace un
idilio de rapto y nada queda ya indiferente o inseguro.
Los dos se pierden en la fuga de una mirada, en la fusión de un
abrazo; sin dejar de mover sus compases se precipitan a la caída libre que
busca la curva de la eternidad.
Cuando esta fusión de chispa de primera llama no se produce, no
hay espacio para el tránsito, no hay lugar para el latido alegre del corazón.
El encuentro de estos dos amantes furtivos se convierte en un obstáculo,
como si de familias reñidas se tratara. Se diría, en ambientes de cortes, que
no es un encuentro que favorezca al rey. Sin duda sus consejeros, guiados
por la envidia, asesoran mal al monarca; se conturba la paz del palacio y
tratan de expulsar a un teórico enemigo.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

El príncipe suele ser el sospechoso; se duda de su rango y de su


realeza; todo parece mostrarse como un amor imposible o como una pér­
dida de la dignidad de la princesa. Llora desconsoladamente, apagando
la fogata de su amor, y termina por aceptar el destierro del recién llegado
hálito de amor en beneficio de la calma y del sosiego de las residencias
palaciegas; para que así el monarca pueda sentir, con el aplauso de sus
concubinos envidiosos, el ejercicio de su poder.
Todo el reino vive este acontecer conturbado, como un dolor hondo
y punzante que atraviesa el tronco de su árbol de vida. Se pierde la alegría
del banquete y la fiesta, se olvidan las festividades del sagrado ayuno y se
asume la frialdad de un invierno que siempre se hace crudo y que termina
por hacer del reinado un pueblo famélico, triste y arruinado.
¡Ay, cuando llega el primer encuentro! No dejes que se pierda en un
lamento; recógelo como la primera flor de primavera; escóndelo si es pre­
ciso; mira su aroma y toca su textura; agárrate a él como clavo ardiendo
para que, en tus huellas, además de las líneas de tu destino, haya otra
marca indeleble que te recuerde a ti y a todos, el verdadero camino.
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Remediar estos eventos no es fácil cuando el monarca anda por den­


tro. Habrá que recurrir a su magnanimidad y al buen hacer de sus latidos
en el tiempo. Así, no escuchará las palabras lujuriosas de sus consejeros
envidiosos y sabrá ver, en la princesa del fuego, esa danza de fuego ígneo
que haga de su reino una fogata de luz, en el que el espacio del palacio se
haga de paredes de amores aguerridos, de soles encendidos, en donde sólo
es posible respirar un arrebatador amor.
HABRÁ QUE IMPLORAR A LA PROVIDENCIA PARA TAL ACONTE­
CER y, en un primer momento, habrá que exhalar un cálido aliento sobre
el espacio de su encuentro, para enseguida posar la mano en su oquedad
y, de inmediato, con la intención más enamorada, imponer la lanza de la
conquista que haga del ser un emisor aguerrido de conquistas y exhalante
de eternas aventuras.

14RM: JUQUE o XIN MU: "la gran p u erta del p a la c io d e los sen ti­
m ientos". En el espacio del medio, a una distancia del extremo del ester­
nón, se concentra la puerta del gran palacio del que antes hablábamos. Es
la estancia en donde el monarca recibe a sus íntimos invitados; es un lugar
de transparente rosa aterciopelado; es un espacio en el que sólo se aprecia
la puerta. No tiene paredes, ni techo ni suelo, pero sólo es posible entrar
en su interior a través de la apertura de esa puerta.
Allí el monarca acude puntualmente cada día, desde el instante de
su despertar, a la cita. Aguarda con paciencia el sonido del primer golpe
que resuena en toda la estancia, como producto del aldabonazo del sen­
tir que llega a despertar, a aclarar y a iluminar el ánima del emperador.
Con sólo sentir su sonido, el monarca da la intención de que la puerta
se abra y así esos sentires, indecisos al principio, transvasan el umbral
y se concentran ante la imagen vacía y receptora del emperador que,
adornado con sus mejores galas, extiende sus manos para dar la acogida
al visitante.
Éste no duda en precipitar sus buenas nuevas al corazón del impe­
rio y convierte la acogida cálida del emperador en un palpitante llenado
de vacíos. Toda la sala se llena de suspiros. Toda la sala se llena de jadeos
sonoros que se escuchan más allá de la eternidad. El visitante se funde con
la corona real y transfigura al emperador hasta convertirle en un dragón
volátil que se pierde en techumbres inexistentes y que vaga en la eterni­
dad como insaciable raptor de nuevos nacimientos.
Su apariencia ya no puede volver a ser como antes. Ahora, el dra­
gón del infinito atiende la llamada de la puerta y acoge a cada invitado

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A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

con el calor de su exhalante aliento y, en un arrullo que como arrollo se


contornea, se hace fértil el allegado, e inconmensurablemente más infi­
nito el dragón.
Cuando esta circunstancia no acontece, el emperador acude a su
cita cargado de asesores, rodeado de consejeros que le dictan
en cada momento la conveniencia o no de recibir al recién llegado.
A pesar de los esfuerzos por rescatar su identidad, el emperador no logra
zafarse de los lógicos prejuicios de sus consortes consejeros. Y así, audien­
cia tras audiencia, el emperador se retira con la tristeza de la soledad, con
la imposibilidad de un encuentro vital y con la palmada vil y depredadora
de los que dicen bien quererle.
Tristes transcurren los días en palacio. Melancólica es la mirada del
monarca. Y quisiera gritar, pero resultaría improcedente; y quisiera escapar,
pero su seguridad se lo impide. Quisiera ser mendigo pero su dignidad no
se lo permite; quisiera renunciar a su trono pero su sanguinidad no le deja.
Tristes reinos son los que no atienden a la llamada de esta puerta. Tristes rei­
nos los que se dejan seducir por consejeros de culturas estériles y de morales
corruptas, que sólo viven de la envidia y de su propia inoperancia.
¿Cómo liberar a un emperador del gozo de ser un dragón en fusión
con la princesa de sus sueños? ¿Cómo introducirse en palacio sin ser visto
y poder llegar a la mirada del que busca afanosamente el amor de la eterni­
dad? Sólo un milagro puede tentar tal osadía. Sólo el inesperado momento
del sortilegio puede hacer que, en un paseo rutinario por jardines de
palacio, acontezca algo insólito y a la vez sencillo que haga recuperar al
monarca la firme decisión de reclamar para sí lo que no necesita consejo,
sino que sólo necesita la apertura decidida, convincente y exhausta de su
propio corazón.
EL MILAGRO ES POSIBLE.
Y así, cuando nadie lo esperaba, al evocar sin ninguna pretensión el
monarca sus cuitas, la mano inocente del sanador milagroso, que caído de
la providencia llega, presiona con suavidad con la oquedad de su mano,
para mitigar el palacio de sus fatigas y hacerle despertar a la realización de
su instinto, en apariencia imposible.
De inmediato el brillo de los ojos opacos se hace turbio y rutilante, a
la vez que una incipiente alegría inunda la mueca de sus labios. Y con pres­
teza y agilidad, y con la misma naturalidad de la primera mano, la acción
providencial cambia su imposición por la presión rápida y decidida de la
obra de su mano en su pulgar preciso, y presiona en vertiginosas vueltas,
hacia un lado y a otro, hasta despertar un ¡AY!, de quejido y de esperanza,

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

que abre la luz de la convicción profunda de que el emperador es el here­


dero de los decretos del Cielo. Y a él corresponde la fusión con los sentires.
Y de él depende el despertar a su dragón. Los consejeros huyen despavori­
dos, los asesores y pitonisas se esconden en los últimos rincones del reino,
mientras el monarca exhala en un grito atronador: ¡AQUÍ ESTOY!...

15RM: SHENFU - JIUWEI: "reunirse en el com ienzo", "depósito


e m o c i o n a l El ascenso continúa hacia el centro invariable. Esta mansión
celeste se sitúa a un cun por debajo de la unión entre lo duro y lo blando
del esternón.
Raptado por los invitados que transvasaron la puerta, el dragón viaja
para reunirse en el comienzo de sus sentires e inmiscuirse en el depósito
de la emoción de la creación: un suspiro de amor del Eterno. Cuando el
ser convive en esta estancia se sabe eternamente amado e inconmensu­
rablemente tejido. Entra en la crisálida inmortal en donde se gestan las
emociones imperecederas y en donde florece la eterna primavera. Ningún
acontecer que no sea la propia actividad de la crisálida, puede distraer su
atención. Late al ritmo de un respirar fluido que va armando sus alas y
que le convertirá en un dragón alado lleno de cambiantes colores, que
irá dejando tras de sí una estela de aromas inconfundibles, inolvidables,
imperecederos... ¿Quién quiere seguir esta estela?
"Reunirse en el comienzo" es estar en un permanente comenzar, y
éste es otro de los aspectos que se destilan de este
resonador. Sus acciones predisponen al ser a vivir sus aconteceres
de una forma invariablemente novedosa. De esta manera, sus capacidades
creativas se sitúan en las esferas de lo imprevisible y entran en la espe­
ranza que se deposita en una emoción renovada.
Las acciones sobre este resonador se materializan en la aplicación de
calor que, de forma indirecta, va a hacer hervir las posibilidades del inicio
y, en este sentido, puede ser considerado como un resonador de "punto de
partida" a partir del cual se irían gestando las diferentes actividades tera­
péuticas. Es la acción renovadora de la herencia del ser que, en su capaci­
tación, por la impregnación de la energía original, se abre hacia un destino
capaz de realizarse con todas las inconveniencias que éste pueda tener.
Consecuentemente, estará indicada su aplicación en aquellos esta­
dos de sufrimiento en los que no se acepta el deterninismo de la enferme­
dad como una parte inherente a la evolución del propio ser. Esta situación
colocaría al hombre ante la posibilidad de dar realización a su deber sin
que la enfermedad constituya un obstáculo.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

16RM: ZHONGTING: "pabellón central". En el camino ascendente


de la energía ancestral, ésta llega al espacio que se sitúa en el universo
entre el tránsito de lo duro y la flexibilidad de la última medida de su daga
de sacrificio.
Se trata de un nuevo encuentro en el que emerge un centro, que se
hace heredero del ritmo acompasado del viento en su relación con la per­
cusión de su tambor central. En otras palabras, se trata del espacio de luz
que regula el alimento del prana celeste con el alimento de los sentimien­
tos (corazón-pulmón). Es como el lugar de encuentro entre el príncipe y
sus ministros. Es la sala de protocolo en donde las apariencias no engañan
sino que todo se hace bajo el sentido impecable del rito, de la transfigura­
ción y de la purificación.
Cuando esta conjunción no se hace de forma respetuosa o bien cae
en la monótona actividad protocolaria, el ser entra en contradicción entre
sus pensamientos, como recuerdo, y sus sentimientos, como realidad pal­
pitante... Y así, su respiración se vuelve entrecortada, sus suspiros son
constantes, su corazón se vuelve trémulo, indeciso y desganado, o bien,
ansioso y crepitante como un buscador de oro. En estas condiciones, el
ser se vuelve fatigoso, quejumbroso y entra en un recuerdo nostálgico en
donde sus tambores han perdido el ritmo. No está dispuesto a asumir el
papel que le corresponde en la sinfonía de la humanidad; desea cambiar
de instrumento; quiere tocar otra melodía; aspira a ser director; le des­
agrada el público; quiere más aplausos...
Cuando la intención sanadora se concentra en esta situación, el
equilibrio de esta luz se hace como la llama de la lámpara de un celemín:
suave y ascendida, tersa y sonrosada, sin humo, con claridad pero con la
suficiente penumbra que sólo deja ver la virtud y la ternura de los labios
temblorosos de los amantes que se buscan.
Así, cualquier instrumento que utilice en la sinfonía de su existencia
resultará el más adecuado. Así, su posición de impecabilidad le situará en
un contagio salpicante que haga que cada miembro de la sinfónica rescate
el gusto por la existencia... Así, el público entendido y el no entendido,
jadeará con sus tambores palpitantes hacia un éxtasis distendido que haga
romper, en la culminación de la melodía, en un ¡bravo! ¡bravo! ¡bravo!
de interminables aplausos... Así, cada espectador dejará de ser espectador
para ser siempre el solista indispensable que da brillo y resplandor a una
melodía...: LA DE LA VIDA.
Las acciones que sobre esta resonante y tenue luminaria se pue­
den realizar son semejantes al lacre rojo con el que se cierra una misiva:

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u l a n t e d e l A g u a

caliente en su principio y pétreo y duro en su culminación, pero sin duda


con el distintivo, claro, del remitente. Como firma de analfabeto, el sana­
dor apoya su pulgar para sellar la misiva ardiente de un enamorado eterno
que vive para sus versos, sus versos que no escribe por su incultura, pero
que están impresos en la huella de su sello. Presiona y presiona con la
insistencia de un depredador, hasta que depredado y depredador se hacen
uno con un quejido, con una profundidad, con una necesidad de aliento,
porque tanto verso fundido ha conmovido su corazón.

17RM: SHANZHONG, TANZHONG: "Centro del p ech o , centro d e


la sinceridad". Desde el centro anterior se accede a un nuevo centro que
se sitúa, además, justo en el centro del pecho, en la línea media interma­
milar. Y que se define en su nombre como la expresión del más sutil verbo
interior de las convicciones del fuego ascendente del corazón.
Es el canto del ancestro que asume, con devoción y adoración, la
continuidad en lo eterno a través del maestro, haciéndose una sola mano
con él y abriendo sus cavidades a un incesante vacío y plenitud que le
hace sincronizarse con el latido lumínico del universo. Es la oportunidad
que brinda la creación al ser de poder entregarse con la convicción de
ser permanentemente atendido, escuchado y, por ende, guiado hacia las
puertas de "Lo Sagrado".
Cuando esta realidad no se cumple —y esta posibilidad resulta hoy
casi insólita— el ser exclama, desde el silencio de su eco:

¡Ay, si pudiera decir lo que siente mi pecho!


¡Ay, si pudiera expresar lo que vibra en mi corazón!
¡Ay, si pudiera existir con la presencia certera
de quien me escuchara sin que mi ser se ruborizara!
¡Ay, si pudiera dejar libres mis manos
y ser una prolongación del latido de mis amores!
¡Ay, si pudiera decir con mis ojos y mis ardores
lo que tantas veces siento y me conturba!
¡Ay, si no tuviera que consumirme en las apariencias!
¡Ay, si el volcán que soy pudiera entrar en erupción,
y dejar tras su paso la tierra fértil de mi proyecto!
¡Ay, si me atreviera alguna vez a ser lo que siento!
Qué distinto todo sería...
Pero ¡Ay!, mi corazón está lleno de nidos de miedo,
de prejuicios y de desencantos...
¡Ay!, qué imposible y milagroso me resulta ser un encanto.

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A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

Ante esta situación de humanidad incierta, de flores cascadas casi


marchitas, ¿cómo reavivar el rojo pétalo de la rosa caduca? ¿Cómo reto­
mar el aroma furtivo que nos guía hacia la fantasía y el sortilegio? ¿Cómo
poder llegar a ser "el que me pensaron"?...

Te pensaron de alabastro transparente y flexible.


Te pensaron pulsando en el latido de un jadeo.
Te pensaron viajando cual vagabundo
sin escobas ni trenes.
Te pensaron con una sonrisa, con un parpadear sediento
Y con unas manos que nunca tuvieron dedos,
sino que fueron manantiales.
Te pensaron con unas piernas que nunca fueron tales,
que fueron raíces de viento,
sibilantes, sugerentes y cadenciosas.
Te pensaron con sentidos transparentes,
oquedades de nubes que dejan traslucir el último rayo del ocaso.
Te pensaron de piel tan tenue que con tan sólo moverte
te desvanecías.
Te pensaron con pechos sedientos,
que en volcanes se convertían.
Te pensaron como una estrella fugaz que nunca
se consumía.
Te pensaron como el mejor adorno
de un infinito universo.
Te pensaron como el mejor sonido para la llegada
del gran invitado.
Te pensaron como el mejor perfume
para la perfecta seducción.
Te pensaron como la mejor voz a la que tenía envidia
el viento.
Te pensaron tanto y tanto...
Que es difícil creer que ahora seas tanto desencanto.
Por todo ello lloran los Dioses con parpadeantes
luminarias cada noche.
Por todo ello sus ojos están empañados
por el sol de cada día.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Por todo ello guardan un silencio cautelar sobre cada ser;


conteniendo la desesperación,
reteniendo la inmisericordia,
ahuyentando la justicia.
Por todo ello dejaron caer la tierra,
para que el peregrino rebelde retomara su rumbo
entre lluvias, ríos y mares;
entre pozos, riachuelos y manantiales.
Por todo ello la tierra se hizo fértil
y el inmediato cielo se hizo azul,
para guardar así la esperanza
de que un día todo se abra
y vuelva a ser lo que de él se pensó.

Esta huella indeleble que hace de eco de tambor, necesita de la llama


ardiente de un guía previsor, y así, con el fuego y el calor, se accede a este
universo para avivar el recuerdo de lo que de él se pensó.
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

18RM: YUTANG: "palacio (reunión, sa la ) del jade". Continúa la


ascensión de la energía hereditaria un paso más hacia arriba, en el medio,
y el viajero se encuentra con el "palacio del jade". En esta estancia la luz
alcanza la luminosidad y la grandiosidad de un palacio, cuyos muros y
almenas están todos tallados en jade. Es, sin duda, la imagen evolucionada
de una luz que se hace regia, que se convierte en tornasolada y que implica,
en la estructura formal del ser, el acceso a la primera estancia de la dignidad.
Estancia que se constituye en el reflejo luminoso de la luz del universo.
Su función en la totalidad de este universo humano es la de ser el
asiento de la purificación que hace digno al hombre ante la Fuerza Crea­
dora. Aquí reside la primera estancia de los Dioses, el primer lugar donde
lo impuro se hace puro, donde el pensamiento se hace ideal y la reflexión
se hace donación.
Cuando el hombre pierde esta posición, considera su estructura
como algo finito, caduco, y sujeto a la evolución de la estructura. Se siente
completado y asume su herencia como algo inevitable y dependiente de
sus progenitores. Así, las posibilidades especulativas de su intención se
quedan ceñidas a un habitáculo estrecho, que está permanentemente
sometido a las codicias del exterior. Se refugia ante los otros; se vuelve
medroso, desconfiado y huraño, estableciendo así, una relación hacia el
exterior cargada de prejuicios y de susceptibilidades, haciéndosele extre­
madamente difícil generar y ser generador de confianza.
Cuando esta situación se establece, la restauración hacia su esen­
cia se hace posible a través de la sintonía de la alkimia del metal que, en
posición ligeramente oblicua y descendente, trata de recoger la sinceridad
afectiva de su corazón y llevarla a la dignidad de la convivencia en un
palacio. El milagro se puede producir en cualquier instante. Y el men­
digo puede sentirse en su choza como en el mejor palacio y el desposeído
puede vivir su pérdida como la mejor ganancia para estar disponible sin
ninguna renta.

19RM: ZIGONG: "palacio del púrpura". Un peldaño más en la


ascensión en el centro y el tornasol del jade se convierte en un palacio
purpúreo que recoge la esencia de la profundidad hermosa de los mares a
través del coral frondoso que adorna el azul de las aguas. Es la estancia en
la que la dignidad se eleva al grado de un respeto inmaculado hacia todo
lo existente, sin desdeñar ningún objetivo y haciendo convivir su ser bajo
la estela del color, que es como seguir la estela del viento. Es instalarse en
la alianza entre el Cielo y la Tierra. Es estar en disposición de ser el dig-

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natario elegido y, en consecuencia, el receptáculo de la esencia del Cielo.


Es el instante en el que el recuerdo de la profundidad de la oscuridad de
la caverna inicial, adquiere su máxima transparencia y todo lo profano y
mundano pasa a ser insustancial, innecesario y trascendido.

En una caverna me gesté


Y en un túnel oscuro emané.
Con un grito de oscuridad exhalé mi primer aliento.
Con un gozo de aspiración, recibí mi primer alimento.
Con una progresiva claridad distinguí la silueta.
Con una insinuante insistencia, perfilé el color.
Y con una fantasía de un cuento inagotable y verdadero,
alcancé el palacio del púrpura
que me dio el sentido trascendente
de descubrirme como uno de los elegidos por
el Cielo.

Cuando esta función se debilita, el hombre pierde el criterio de cali­


dad; rebaja sus niveles de exigencia; acepta cualquier sugerencia como
buena, siempre y cuando le produzca beneficio. Asume la mentira como
trato y hace de su ser un canto rodado que rastrea en la sequedad de una
cuenca sin agua. Y así se consume en la insustancial cotidianidad, desde
la que no alcanza a ver el significado de sus signos.
Reinstaurar esta función es un arte sublime, ya que hay que indagar
en la profundidad para que todo el ascenso sea renovado y convertido en
una realidad trascendida. En este proceder, la alkimia de la tradición se dis­
pone a posibilitar el milagro de este acontecimiento imponiendo el pulgar
providencial en giros incompletos de medio círculo que, presionando en
profundidad desde el comienzo, se proyectan hacia la siguiente estancia.

20RM: HUAGAI: "cobertu ra de esplendor". Un paso más de ascenso


en el centro y el púrpura se abre como derramado entre las comisuras de
una boca radiante, descubriendo el ser que todo su contenido está cubierto
de un gran esplendor. Es ese esplendor que, invisible, mantiene la vida en
la forma concebida y, a la vez, es el esplendor que guía a la función con­
formada hacia la siguiente estancia: la perla de las estrellas.
Se dice que el cuerpo áurico es el producto de la emanación del
contenido energético-espiritual del ser. Sin duda, esta es una visión con­
templada desde la perspectiva del hombre. Si se le contempla desde la

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

perspectiva del Creador, esta cobertura de esplendor no emana realmente


de él sino que es el soporte constitucional que mantiene al ser en las
dimensiones de un hacer concreto, para alimentarle y donarle de los atri­
butos necesarios para que cumpla su necesidad creativa... Poco puede
hacer el hombre a este resplandor.
Cuando esta cobertura de esplendor se debilita, el hombre entra en
la estancia de la quietud, la apatía, la somnolencia, el olvido, la sintonía
con el entorno, y la debilidad se apodera de su cuerpo, haciéndolo indife­
rente ante cualquier estímulo externo.
Es, en estas circunstancias, cuando el sanador INVOCA AL PRIN­
CIPIO SUSTENTADOR para que siga asistiendo, si así aún es preciso, a la
estructura, para que ésta dé un cumplimiento definitorio de su hacer y
pueda finalmente marchar sin mácula hacia el camino que este esplendor
le tiene deparado. El sanador perspicaz sabe darse cuenta de que su alki­
mia milagrosa —servicio que le presta la Divinidad— debe ser invocado. Y
para ello utiliza el resplandor del fuego para hacerse semejante al resplan­
dor de la fuerza y dar sentido a la exclamación que permita que se acepte
la voluntad de la Suprema Luz, sin que esto exima de "que no quede nada
por hacer" por parte del intermediario Celeste.

21RM: XUANJI: "perla de estrella". Un paso más hacia el centro


y la perla de estrella se hace el equivalente a la posición que ocupa en la
existencia un ser trascendido, semejante a una estrella blanca y anacarada
que brilla en otras dimensiones y que se sustenta en la eternidad por las
aguas anteriores que harán de esta perla, hombre ascendido, un aconteci­
miento insólito hacia las demás existencias.
Cuando el hombre pierde la dimensión de su estelaridad, el universo
se le hace lejano, inaccesible; se materializa en su inmediato terruño, se
torna egocéntrico, exigente, y se conforma con el sentido racional de la
dinámica de causa y efecto. Su vida gira en torno a lo conseguible, a la
posesión y a todo lo que implique un estado de logro personal. Cuando
esto, además, no ocurre, su vida se convierte en un fracaso, y contempla
la existencia como algo absurdo, inútil e incluso irreverente. Sobreviven
por el éxito y supravaloran el don de la importancia personal, así como
son muy susceptibles a los criterios y comentarios del entorno, siendo, a
su vez, impositivos y dominantes.
Cuando queremos rescatar esa posición de perla de estrella, actuare­
mos con el calor de forma indirecta, rítmica y constante, expresando por
constancia la posibilidad de realizar al menos siete encuentros consecutivos.

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22RM: TIANTU: "im pronta celeste". El ascenso se sumerge en el


territorio de la forma, en la oquedad que delimita el túnel que marcha
hacia la culminación. Es semejante su espacio a la horquilla de un tira-
chinas desde el que se puede acceder a la fuente incorrupta de las aguas
anteriores.
En este espacio de universo, la energía ancestral se impregna de los
matices de la experiencia de un ser situado entre las dimensiones infinitas
del Cielo y las dimensiones finitas de la Tierra. Estamos ante la posibilidad
de hacer de esa perla de estrellas una consciencia conformada que abar­
que, en la convivencia, el sentido universal de cada acción.
Cuando el hombre pierde la intensidad de esta luz, su ambición
de universo se concretiza en el espacio inmediato; se sintetiza en la con­
cepción de que su especie es la única realidad inteligente del universo. El
culto a la inteligencia y a los desarrollos de su ciencia le hacen adoptar
posiciones arrogantes y actitudes soberbias. Eleva a nivel de culto su posi­
ción descubridora, y valora su trayectoria histórica como la única posibi­
lidad evolutiva dentro del universo que le contempla. Su posición ante su
realidad es la "definición" y su palabra de poder es la "objetividad". Sacri­
fica cualquier opción que no se ciña a las normas que conoce y domina, y
dogmatiza en sus credos y costumbres considerándose en su micromundo,
como "lo mejor" con respecto a los demás.
Desarrolla igualmente un alto nivel de competitividad que a menudo
le lleva a adoptar posiciones violentas en pos de la consecución y la con­
servación de sus logros.
La restitución de la luz de este encuadre energético se realiza a tra­
vés de la alkimia del otoño. En dirección oblicua descendente la sequedad,
anuncio de prontas lluvias, se precipita con suavidad por detrás de la daga
del sacrificio y ahí queda inmóvil para destilar el alkímico elixir que con­
vierta al hombre en un consciente y abrupto ser estelar.

23RM: LIANGQUAN: "fuente incorrupta". El ascenso ancestral


consigue culminar en el otro lado del desfiladero y, siguiendo su sentido
de centro invariable, se define como espacio en la senda oculta que con­
duce al sonido del verbo. Lugar de manantial que, incorrupto en el nom­
bre, tiene su equivalente en la forma constituida del ser en las poderosas
aguas sutiles que inundan la caverna alkímica de la transmutación del
alimento. En consecuencia, podríamos decir que, en la estructura del ser,
las aguas anteriores se manifiestan de forma equivalente en la oquedad
flexible en la que convive lo duro y lo blando, lo blanco y lo rojo, espacio

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A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

no solamente de alimento de la forma, sino que también se constituye en


el vacío insondable del beso profundo.
Cuando la actividad de este resonador no vibra en la dinámica de su
universo, el agua del hombre —como origen de su ser— se hace corrupta
porque tiene insuficiente aliento de la fuente suprema; y el hombre se
vuelve espeso, obsesivo, truculento, envidioso y acaparador. Sus afectos
se hacen fríos, a distancia y calculados. Es una presa en busca de placer y
no un ave en busca de altos vuelos. Se vuelve exigente y se obsesiona por
el ahorro, la prevención y la seguridad... No obstante, se sabe deficitario
aunque todo lo anterior lo posea, porque es un agua de tiempo y en ese
tiempo se agota, y termina secándose en un baño de lágrimas.
El rescate de esta fusión de aguas, el llegar a ser parte de la fuente inco­
rrupta de las aguas primigenias, exige una alkimia que, bajo la impronta
del fuego y del metal, haga posible la recuperación de las funciones de
este universo. El fuego, como fogata de amor, como fuego de fragua, como
fuego de horno ardiente, templa casi hasta derretir el metal impenitente...
y cuando está a punto de fundirse, se realiza un suave giro en el viento y,
con la certeza del sonido de una gota, se deposita en la fuente para hacer
de ella un manantial de inagotables gozos.

24RM: CHENGJIANG: "recepción d e los líquidos". Se llega a la cul­


minación. La fuente de luz ancestral se hace evidente justo en el espacio
donde se derrama la última gota del último sorbo de un licor. Suspendido
está, como la gota, este espacio de luz que se constituye en anfitrión que
recibe el líquido del milagro. Ya está todo dispuesto, ya está todo a punto
de consumarse. Es semejante a la recepción que hizo la humanidad, sin
ser anfitriona, del líquido que emanó del costado del Cristo en la Cruz...
AGUA DE VIDA... Es la estancia que hace del hombre un receptáculo en
donde la Divinidad derrama sus dones milagrosos.
Largo camino es el que aguarda a la forma del hombre en estas vein­
ticuatro estancias hasta llegar a convertirse en una gota de amor enamo­
rada... sublime expresión que es la antesala del rocío antes de que llegue a
aposentarse. Sublime e impecable, a la vez que cristalina dimensión de lo
que, partiendo de la forma, se hace elixir de vida eterna.
Cuando el anfitrión no está presto, los invitados llegan tarde.
Cuando el anfitrión no se engalana, los invitados se muestran irrespetuo­
sos. Cuando el anfitrión no sonríe, el encuentro resulta serio y misterioso.
Cuando el anfitrión no es capaz de mantener la sorpresa, la reunión se
hace estéril. Cuando el anfitrión no sabe aguardar con la misma identidad

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

del comienzo, la despedida del último invitado, el anfitrión es, tan sólo,
un huésped.
Despertar a toda la dimensión de anfitrión, de ser receptáculo de
cuenco pobre y vacío, es una premisa ineludible para entrar en la consu­
mación de lo etéreo y apercibirse de la transfiguración de lo formado. LA
GRAN OBRA. La gran obra de haber alcanzado la sencilla y pobre vacui­
dad de poder contener una gota vaporosa de misericordia que sirva de luz
y de guía en el ascendente camino.
El metal, alkimia serena de la quietud, se implanta aguardando el
momento oportuno para no desfallecer y no retirar el cuenco. Y todo ello
se consigue envolviendo el sinuoso camino de la antena del Cielo con el
cálido fuego, que no se siente, pero que llega con suficiente intensidad
como para convertir esa gota incorrupta en alimento eterno del sediento
hombre de amor.
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

CHONG MAI:
Dice la tradición que Chong Mai es el mar de todas las vías... Sin
duda no se trata de una expresión a la que podamos seguir su camino de
una manera lineal o anatómica sino que, por el contrario, se trata de una
expresión que denota otra de las vías del agua en sus movimientos de
ascenso sublimado, que transporta fundamentalmente una fuerza de luz
que participa de igual manera de las aguas anteriores y de las posteriores.
Estamos hablando de una función de luz intermediaria que hace posible
la fusión y la interrelación entre el Cielo anterior y el Cielo posterior.
La naturaleza de su luz se corresponde con la energía espiritual sen­
sible (EES) y su equivalente anatomo-morfológico estaría representado
por la placenta, por ser ésta una estructura que participa simbióticamente
con la madre y con el hijo. Con su cara fetal y su cara materna, sirve de
intermediación entre las demandas del embrión y las posibilidades de la
gestante. Podríamos decir, en consecuencia, que el Chong Mo, con su
energía espiritual sensible, equivaldría a una placenta estelar, ya que posi­
bilita la llegada de un reencarnado y luego lo mantiene.
Esta energía espiritual sensible (energía sexual) es un patrimonio
de la perpetuidad de la especie y sería el equivalente de la expresión de
amor de los amantes con la inclusión implícita del amor de la Deidad. En
otras palabras, el principio femenino y el principio masculino, para poder
llegar a una cohabitación amorosa, precisan de la presencia del amor del
Supremo y Éste estaría representado en la placenta. En estas condiciones
estaríamos en la disposición alkímica de poder afirmar que la experiencia
de amor entre los dos principios se realiza bajo la inclusión de un ter­
cer principio, con lo cual entraríamos de lleno en el misterio trinitario
del amor. Quizás ahora se pueda entender con mayor naturalidad, que el
despertar a una experiencia amorosa reúne las condiciones de misterio,
gracias a la presencia en su seno de la Divinidad.
Bajo estos parámetros, Chong Mai, en la expresión de ser el mar de
todos los canales, sería el OCÉANO DE AMOR —que bien expresa Kabir—
con la particularidad de que se encuentra inmerso en la estructura vital
lumínica de cada humano... "El Señor está en nosotros".
De esta conceptualización se podría entender el hecho de que, en
la sexualidad tántrica, el encuentro entre los amantes siempre está presi­
dido por la figura del maestro, que sería el equivalente más inmediato del
que dispone la pareja para hacer presente en su unión el vínculo con la
Divinidad.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Su emergencia, como la de todas las vías extraordinarias, surge en


el seno del agua y se define en una vía sin sustento morfológico —como
ocurre con todas las vías extraordinarias— haciendo recaladas instancias
en vías que si tienen sustrato estructural. Su primer encuentro con otra
naturaleza del agua lo hace en HUIYIN ("reencontrar al yin"): 1RM. Aquí
deberíamos de recalcar que esta primera confluencia se realiza con el agua
del Cielo posterior, dando a entender que su confluencia con el Cielo
anterior está fuera de la estructura del ser. Por tanto, a nivel estrictamente
alkímico, su comienzo no podría aceptarse en el seno del agua del hom­
bre, sino que estaría en el seno del infinito. Por eso el primer encuentro
lo hace a nivel de la energía hereditaria, típicamente del Cielo posterior,
y no lo hace con la energía original, típicamente considerada como del
Cielo anterior.
Nos atreveríamos a decir que la vía de penetración del infinito en
el hombre se realiza a través de MING MEN ("puerta de la vida, puerta del
destino"): 4TM.
Desde este primer encuentro realiza su haz lumínico, dos deriva­
ciones: una posterior, que se ramifica a lo largo de la cara interna de la
columna vertebral, y una anterior, que sigue la vía del RENMAI hasta la
barrera de la fuente: GUANYUAN: 4RM, haciendo desde allí un recorrido
a través y en comunión con el canal de Riñón, hasta HENGGU: "esen­
cia vacía": 11R. Continua su ascenso hasta YOUMEN: 21R: "puerta secreta
superior" y sigue su ascenso hasta SHUFU: 27R: “el que transporta para ofre­
cer", para finalmente enviar en este ascenso vertiginoso, su haz de luz a
LIANGQUAN: 23RM: "fuente incorrupta". Nótese que realiza tres confluen­
cias en RENMAI (1RM, 4RM y 23RM), dando testimonio así de una trini­
dad impresa dentro del propio ser.
Vías secundarias de luz se emiten desde HENGGU: 11R, para irrigar
los miembros inferiores hasta la planta del pie (origen del canal de R). De
igual forma, otra rama, partiendo del mismo punto, llega a GONGSUN:
4B: "ofrenda universal". Por último, una tercera rama, también partiendo
de HENGGU, desciende por las piernas y termina difuminándose en el
dedo gordo del pie.
Es de resaltar en este trayecto como las mismas vías se diferencian
claramente en un movimiento de ascenso y de descenso, marcando de
nuevo la ESPE cialísima posición de este haz de luz, que participa en su
ascenso, como expresión del Cielo anterior y en su descenso, como su
participación en el Cielo posterior.

111
A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

YIN OE. YANG OE.

La tradición especifica que la función prioritaria de estas vías es la


UNIÓN. Esta función de unificar es la que permite alcanzar la unidad de
las partes a la vez que respeta cada una de ellas. Uno guía el yang y otro
guía el yin. También podemos decir en este sentido que con motivo de
esa unión se gesta la IMAGEN, termino que nos conduce a la idea de un
diseño definido pero no aislado que permite la identificación de lo for­
mado. Al igual que en las otras vías extraordinarias, no contiene soporte
estructural y por todo lo anteriormente citado, se podría definir como la
imagen arquetípica del ser. Es el modelador de la forma que, como orfebre
minucioso, perfila la estructura de la manera más adecuada para que esta
pueda cumplir su función en el seno de la pluralidad en donde habita.
Sirve de vehículo a otra forma de fuerza que tipificamos como "EL
SOPLO CONFORMADO DE LO ETERNO". Si atendemos bien a esta última
sentencia y la llevamos al organigrama energético, descubrimos que los
resonadores de apertura de estas vías están definidos en el SANJIAO y en
el XINBAO, estructuras de luz intermediarias entre el Cielo, el hombre y la
tierra. En consecuencia, el perfil energético desarrolla un perfecto ensam­
blaje en la configuración del ser, ya que, sin desdecir el origen, se instaura
en lo concreto. Este planteamiento se ratifica más aun cuando los resona­
dores de apertura son resonadores BARRERA, definiéndose así su función
de filtro que permite una diferenciación entre la Fuerza inductora y la
configuración definida.

113
A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros

YIN KEO Y YANG KEO:


La idea de la tradición nos manifiesta que su función es el EQUILI­
BRIO. Se trata de mantener entre las partes una relación de alternancia en
la que el ritmo sea el que conjugue los diferentes elementos y los anime.
Constituye la SEMEJANZA del modelo de universo y, en consecuencia, de
la fuerza creadora.
La característica que define la luz de esta vía se explícita como "EL
SOPLO ALENTADOR DEL ETERNO”. Todo ello se corrobora, como en el
caso de los OE, por los resonadores de apertura que, de nuevo con su nom­
bre, concretizan lo anteriormente expuesto, y así, el "mar luminoso": 6R, y
"el pulso del inicio": 62V, nos hacen referencia a ese aliento que da ánima
a la imagen y que permite crear, en definitiva, un nuevo universo...: EL
HOMBRE.
Resulta evidente que la cita bíblica de que el hombre fue "Realizado
a Imagen y Semejanza de su Creador", no es sólo la expresión cómplice de
un sistema religioso, sino que encierra un secreto alkímico que, gracias a la
tradición de la visión del hombre como un universo, podemos explicitar
cuando contemplamos sus funciones de soplo a través de sus vías de luz.
Como colofón de estos ocho afluentes lumínicos, estamos en condi­
ciones de redefinir en la alkimia del milagro que la naturaleza de la Fuerza
se manifiesta de forma específica y diferente en sus distintas representa­
ciones, pudiendo decir:

• TAEMO: soplo primordial


• TOU MAI: soplo original
• REN MAI: soplo ancestral
• CHONG MAI: soplo espiritual sensible
• INN Y YANG OE: soplo conformado del eterno
• INN Y YANG KEO: soplo alentador del eterno

Todo ello se desenvuelve de forma simbiótica, alcanzando su defi­


nida preponderancia en sus vías correspondientes, sin que podamos sepa­
rar unos elementos de otros. Se trata de una perfecta combinación que se
interrelaciona y se interdependiza con la totalidad unitaria, aunque se nos
presente como entidades individuales y separadas.
Todas estas reveladoras posiciones van a configurar un cambio
importante en la visión sanadora, ya que nos aparta del modelo conocido
de circuitos impresos ajenos a la posición del hombre en la unicidad.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

En la medida en que el intermediario sanador asuma intenciona­


damente esta nueva visión, imprimirá a su acontecer una inducción a la
estructura enferma que le permita recogerse en todas las implicaciones
que supone su existencia al igual que posibilitar el desarrollo del hombre
en todas sus posibilidades, apartándose así de los modelos codificados que
pretenden dar a la naturaleza del hombre una posición limitada y limi­
tante de sus verdaderas opciones, separándole, consecuentemente, del
modelo universal que él representa... Podría decirse, como culminación,
que el intermediario en la enfermedad es un sanador de universos.

115
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Las Actividades de La Forma


en el Reino Mutante del Agua

La configuración del ser se encuentra soportada —según la tra­


dición— por los órganos y las entrañas. Es por ello que, de una manera
general, vamos a realizar una visión panorámica de ellas con el fin de que
puedan ser molde para cada uno de los reinos mutantes y nos sitúen en la
dimensión de la verdadera función de tanto unos como otras.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

ÓRGANOS

El asiento del soplo vivificante —QI— va a animar a cada órgano bajo


una idea que se sintetiza en el ideograma de los órganos (ZANG).

Este complejo ideograma posee, en la parte superior, tres trazos que


van a definir la misteriosa función de todos los órganos, de tal forma
que los trazos verticales de la parte superior, van a representar al Cielo y
la Tierra, y el trazo horizontal va a representar a la Imagen del Hombre.
Si realizamos la escritura según indica el ideograma, el primer trazo es la
imagen, y a continuación aparece la influencia del Cielo y de la tierra, que
va a definir la Semejanza.

En consecuencia podríamos afirmar que cada órgano es "a imagen


y semejanza" del universo, razón que, por otra parte, se expresa en la tra­
dición a través de las correspondencias que tiene cada uno de ellos con
los planetas. En definitiva, cada órgano va a contener la esencia creativa
de todo el universo, de tal manera que la estructuración viene dada por la
fuerza de la tierra, y la animación viene dada por la fuerza del cielo.

El siguiente trazo

representa la puerta que es la capacidad que cada órgano tiene de estable­


cer una comunicación con el exterior y con los demás órganos y entrañas.
La conformidad ideogramática nos sitúa en un trazo horizontal y en un

117
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

trazo vertical. El horizontal nos define la función de la estructura organi­


zada y el vertical, que se une al horizontal, nos perfila la actividad espiri­
tual del órgano.

v
7
Sobre esta constitución se van a asentar dos incidencias en las que
la superior tiene como función atender a las necesidades de retorno de la
vía espiritual, y la inferior a definir la realización de
esa función en el plano estructural. De esta manera, los órganos
van a realizar una función de ascenso y descenso que, si bien es unitaria,
representa la sintonía entre el pensar y el hacer bajo el soporte del instru­
mento formado.
Seguidamente aparece la ideografía que, en cruz, va a significar la
actitud que van a desarrollar los órganos en el sentido de definir su fun­
ción sin desligarla del resto de los elementos.

\
Es semejante a una flecha que está sujeta a un arco y que, si bien
puede ser lanzada, esta tiene un determinado alcance y podemos recupe­
rarla para continuar con su función. En este sentido, cada órgano se encarga
de coger, de capturar, su función especifica, y simultáneamente expandirla
hacia los demás, pero retornando siempre a su posición original.
El apostrofe que adorna el ideograma antes descrito, se encuentra
asistido por un trazo que va a significar LA CERTEZA. Una certeza que,
como el arquero, se proyecta hacia la diana y que no renuncia a fundirse
con ella.
Finalmente, la totalidad de esta parte del ideograma, hace referencia
a EL COLOR, y en concreto al negro. Sin duda se trata de una alusión a la
oscuridad misteriosa en la que se encuentra cada formación de universo.
Es el recuerdo de la materia oscura desde la que se gesta y se interrelaciona
la estructura del ser.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Por último, el ideograma interno: CHEN

g
Se define como la HUMILDAD, el servicio, el inclinarse ante, el súb­
dito... lo cual va a significar que cada órgano se constituye en un humilde
servidor que se inclina ante la grandeza del infinito.

LAS ENTRAÑAS: FU

Esta ideografía comienza bajo la influencia inmediata de la asis­


tencia celeste, para continuar con la misma puerta que en el caso de los
órganos, pero ya sin los asientos o soportes de estos. En su interior se nos
presenta la ideografía del hombre.

i
Lo cual nos advierte sobre la naturaleza de semejanza que este tiene
con la totalidad del universo.

119
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

Por último, CUN

Estructura semejante pero invertida a la que aparecía en los órganos,


va a significar una acción puntual, a propósito, corta, y en el momento
preciso.
Y en este sentido el SO WEN nos advierte que ellas tienen como
función TRANSFORMAR Y TRANSPORTAR, Y NO CONSERVAR como en
el caso de los órganos.
Finalmente, volviendo a la imagen especular de este último ideo­
grama, se nos pone de manifiesto que ambos son opuestos y complemen­
tarios entre sí y que, en consecuencia, constituyen una unidad inseparable
aunque su expresión se nos haga en el plano de la dualidad.
Si conjugamos REN Y CUN

Encontramos el fonema FU, que da sentido a las entrañas, y su sig­


nificado es dar, entregar, remitir, pagar, hacer efectivo. Con lo cual, la
entraña se sitúa en un grado de DISPONIBILIDAD con la actitud puntual
de RESTITUIR en el momento preciso el tesoro de los órganos.

Todas estas concepciones van a implicar, en el sentido sanador, una


impronta en la intención capaz de hacer que cualquier maniobra que se
realice sobre ellos, lleve impresa la impronta de las capacidades de los
mismos, sea cual sea el resonador que se haya empleado. La combinación
alkímica de estos conceptos y su relación con el nombre del resonador,
así como el reconocimiento exacto del lugar puntual donde necesita la
estructura el auxilio, van a hacer posible la instauración del milagro como
la expresión permanentemente muíante e infinita del hombre como equi­
valente de lo absoluto.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u í a n t e d e l A g u a

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

RIÑÓN: SHEN

En su conformidad se nos muestra dual y a la vez confluyente, ya


que su expansión le lleva a la unicidad de la vejiga. Si realizamos una
abstracción, formaremos entre los dos riñones y la vejiga un triángulo
nomádico en el que están definidas las líneas de descenso pero en el que
se encuentra abierto el espacio superior. Nómada abierto a los influjos
celestes pero nómada a fin de cuentas, que va destilando su agua de vida
de una manera rítmica, fluida y temperante. Así, lo que parecía ser un
estanque de quietud, tiene en su interior la movilidad del agua y sigue el
curso de ésta como expresión evidente del nomadismo de las funciones
que hacen un ciclo desde las nubes del cielo hasta los abismos del mar.
Su expresión sonora nos recuerda a la grandiosidad creativa de Bee-
thoven que, en su sinfonía n° 7 en La mayor, opus 92, bien podría haber
estado inspirado desde el triángulo nomádico de sus riñones y su vejiga.
La ideografía de SHEN está expresada por tres ideogramas, siendo
el primero de ellos la expresión ya descrita a propósito de los órganos. El
segundo

representa una mano con el puño cerrado, lo cual equivale a expresar que
su proceso de contracción es el albergue de la oscuridad que nos condu­
cirá al fluir sinuoso de la claridad del agua. Y así se expresa en este aspecto
Lao Tse cuando en uno de sus poemas nos dice:

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

"Quien es brillante por sí mismo


y permanece en la oscuridad,
es el valle del mundo
si es el valle del mundo
vive en lo eterno
y toma a la unidad."

Y por último, el tercer ideograma expresa lo que genéricamente se


denomina CARNE:

Esto nos indica, en primer lugar, que la función de la que estamos


hablando tiene una apariencia material; en segundo lugar, que es propia
en su significado, del hombre; y en tercer lugar que su función es trascen­
der en esa apariencia para fundirse con su origen. La ideografía nos mues­
tra dos ideogramas del hombre (REN) superpuestos, estando el superior
por fuera del marco de la forma. Todo ello nos indica que el hombre, en
su expresión conformada, está enmarcado dentro de unas posibilidades,
pero que a su vez posee otra estructura transfigurada que en definitiva es
el sustento de la apariencia... Y así, cuando hacemos una caricia o cuando
nos fundimos en un beso, la "carne" se estremece y el corazón se acelera.
Ello no sería posible si no hubiera una transfigurada existencia en el seno
de la apariencia de la forma.
La alkimia del agua, inseparablemente unida al riñón, se constituye
en la FIRME DECISIÓN, según la cual no renuncia en ningún caso a su
identidad y, consecuentemente, por ser el vínculo imprescindible para la
sustentación de la forma, desarrolla el propósito irrevocable de la RESPON­
SABILIDAD, ya que sin ella, la solidaria coexistencia de los hombres sería
imposible. Este compromiso desarrolla al hombre en una actitud solidaria
y le hace partícipe —tanto activa como pasivamente— de cualquier acon­
tecer. El curso de la solidaridad se hace testimonial, de una forma sincera,
en el SERVICIO; con lo cual el hombre se hace AUTÉNTICO y replica en
la dimensión del comportamiento del agua.
Progresivamente, esta identidad con el fluir de las aguas transforma
a la unicidad del ser en un sustento de FE, gracias a la cual el hombre

123
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

puede desplegar todas sus posibilidades sin defraudar en sus acciones y


puede emular el curso y el ciclo de ese agua hasta alcanzar la etérea posi­
ción de vapor luminoso que le funde con la totalidad.
Toda esta secuencia se transmite cada vez que se hace incidencia
sobre el ser, ya que en su constitución fundamental, la proporcionalidad
del agua es siempre manifiesta, pero además, cuando se incide directa­
mente en el filtro equilibrante de todas las aguas, estas funciones se ven
especialmente potenciadas y convierten a la estructura en un peregrino
de sonido de luz que se refleja y se plasma en el cielo de nubes claras u
oscuras que anuncian su permanente partida y llegada.

Cada paso que da el hombre en su caminar es una gota de agua que


deposita en su planeta azul. Él también llueve, y de esta forma, es como
emana la vía del agua de los riñones que, partiendo de la planta del pie,
asciende hasta culminar en el extremo superior del tórax. Su gota de lluvia
en cada paso comienza a rezumar en los dedos meñiques de sus pies, y
finalmente se derrama en la oquedad que marca la huella.
En su ascenso emite dos vías: una de ellas emana de la estructura
morfológica del riñón y asciende haciendo conexión con el hígado, con
el diafragma, con el pulmón y termina por derramarse en la raíz de la
lengua. Otra, procedente de su conexión con el pulmón, se deriva hacia el
corazón y se distribuye por el tórax para fundirse con las vías del corazón.
Secundariamente, de DAZHONG: 4R, sale una vía que se va a conjugar
con la viscera acoplada, Vejiga, en JINGGU: 64V. Otra rama, partiendo
desde el mismo lugar, realiza un camino ascendente siguiendo la vía prin­
cipal, para recalar finalmente en SHANZHONG: 17RM, penetrar en la pro­
fundidad para alcanzar el corazón, y terminar por ramificarse a lo largo de
la columna vertebral.

El afluente más superficial emana de YONGQUAN y asciende, cual


salmón en asalto, hasta ZHONGJI, lugar donde se ramifica en la expresión
externa del principio de masculinidad y feminidad. Igualmente, desde ese
pozo ramificado, parte otro ramal que transcurre a través del ascenso verte­
bral hasta culminar en la nuca, para reunirse con la vía del agua de la Vejiga.
Sus aguas profundas, partiendo de la flexura de la rodilla, descien­
den hacia los gemelos para luego ascender y confluir con el canal circular,
y de ahí, seguir su ascenso hasta la base de la lengua, para proyectarse
hacia lo más posterior y reunirse con la rama superficial en el descenso del
agua de la vejiga.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

Quizás la primera vez en que el hombre pisó la tierra tal y como


ahora se recuerda, la primera vez que el hombre pisó la luna, su huella
no fue la suela de un zapato, sino que hizo brotar de ese paraíso terres­
tre, con su primera pisada, una fuente floreciente, que hizo de su pie un
espacio cóncavo en el que no existiera rastro de su peso y en el que sólo
quedara el vacío de la huella del agua. Quizás todo empezó así, quizás
esta fuente floreciente fue inundando paulatinamente esa primera pisada,
para ir configurando la imagen del hombre en cuanto a expresión de esen­
cia y así sucesivamente hacerlo sobre todos los que descendían sobre este
paradisíaco planeta. Y quizás también por eso, la plenitud de la forma del
ser la configura el agua, hasta llegar a formar una fuente que, como todas
las fuentes, tienen una forma, llegan hasta una altura. Y quizás así se sus­
tentaron todos los hombres. Y quizás a lo largo de esta eternidad, cada
hombre adquirió una floreciente expresión de la emanación de un Cielo
que ahora le sustentaba bajo la forma de un soplo, que en agua, en este
lugar llamado tierra, se conformaba.
Todo el planeta se convirtió en un inmenso valle de aprobación
en donde cada hombre, convertido en un dragón de aguas profundas,
vagaba según su intención hacia el torrente supremo de las aguas ante­
riores, configurándose en ocasiones como una gran campana, como ese
cielo azulado que contemplamos como bóveda en cada amanecer. Desde
entonces, el origen del agua estuvo ligado a la pisada del hombre y tanta
fue su magnitud, que de ser fuente, en mar luminoso se convirtió, como
en las tardes de primavera cuando contemplamos un atardecer y vemos
en las aguas tranquilas de un mar, el resplandor de las últimas luces.
Y así, progresivamente, retornaba al principio y vagaba hacia desti­
nos ilimitados fuera de este planeta que le dio su primer asiento.

Su gozo era tan ilimitado que desarrollaron entre ellos una con­
fianza mutua; que hizo de este paraíso una estancia para otros seres, para
otros invitados. Era el lugar del universo en donde se homenajeaba a los
amantes del Supremo, era un valle de calma y serenidad, en donde ale­
teaba la esencia vacía del Amado, y en donde se podía contemplar el res­
plandor del Supremo. Y se podía abrir la puerta desde donde se pudiera
contemplar la caverna insondable de la fuerza.
Todas las aguas se conjugaban y se constituían en un depósito de
esencias en donde el Clemente se depositaba, siendo el centro de adora­
ción permanente, siendo la corriente central a través de la cual los hom­
bres de fuentes florecientes transportaban sus ofrendas para ofrecerlas a El

125
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

Divino. Era este lugar del universo, la segunda mansión celeste del amado,
era el espacio donde por primera vez la divina indiferencia colocaba su
hacer en una piedra sonora que tañía como una campana y que se cons­
tituía en la capital del infinito para comunicarse con todo lo existente.
Era el gran valle comunicante en donde confluían todas las existencias
de ángeles y arcángeles, querubines y serafines, que podían acceder a ese
lugar por la permisividad del Amado, a través de la puerta secreta de su
complacencia.
Todos ellos, en comunión con el Creador, recorrían la galería de
un destino infinito, y todos ellos, igualmente, se consagraban en comu­
nión con los hombres, a la mente suprema. Hacían de su espíritu un
vacío insondable en donde pudiera anidar el eco del verbo, y en donde se
pudiera conservar el tesoro de la divinidad. Era el centro más brillante de
la existencia. Era el depósito en el que el Supremo apostó para mostrar su
creatividad y ofrecerla a todos los que después deberían de existir.
Pueden creerse o no creerse esta historia, pueden imaginársela y
pueden pensar también que es la historia más fantástica y estrepitosa en
la que se puede ver envuelto el origen del hombre. Pueden también pen­
sar que es lo que nos gustaría creer. También pueden, finalmente, razonar
que es una inútil leyenda de la que nada se puede sacar. Pero si después de
estos soliloquios consiguen volver a leer esta trepidante historia, es posi­
ble, a lo mejor, quizás, que piensen que puede ser verdad, en cuyo caso
muy pronto descubrirán como saberla aplicar; como darse cuenta que es
una tradición estelar la que han escuchado, que nunca se había escrito,
jamás, que viene desde tan lejos que sólo el infinito la puede gestar, y que
es la opción de concebir la existencia bajo la visión de una alkimia per­
manente en la que lo que hoy llamamos milagro, era y puede volver a ser,
una sencilla cotidianidad.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

VEJIGA: PANG GUANG

Y érase una vez, antes de antes, una pupila. De ella salió, por pri­
mera vez, un haz de luz. Sólo la misma pupila sabía de su existencia pues
sólo esa pupila existía. Y cuando decidió ceder su luz, emitió a la vez un
sonido de flauta de bambú para recolectar y canalizar sus haces lumínicos.
En ese momento, la pupila se acrecentó y de ella emanó el ojo del Crea­
dor, que también en sombras se autoofreció; sombras estas que zanjaban
el centro de su propia aparición. La pupila, siguiendo oscura, ya tenía en
su ojo avizor un movimiento sinuoso que se hacía curvo y que inundó
todos los lugares del infinito. Todo ello constituyó una herencia luminosa
que fue creando diferentes estancias, las cuales, todas ellas, se comunica­
ban con esta profunda pupila en donde todos, como luciérnagas, podían
envolverse en retirada.
Las luminarias de esta profunda oscuridad se aposentaban en su
silencio dormido en la profusión de esa pupila que, como almohada de
jade, recogía a todo lo que de Él emanaba. Todo el infinito se convirtió
en una columna, en un lugar de expansión a voluntad de la visión crea­
dora; y como una lanzadera inconmensurable, expandía cada vez más su

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progresivo aliento, haciendo de su respirar de color una puerta de vien­


tos, desde donde se transportaba como ofrecimiento el propio respirar de
aquel ojo sediento, de aquel palacio imperial, de aquel lugar que, en su
curvatura de abombamiento, latía como un corazón y desde él y hacia él,
se transportaba a sí mismo en el control de su propia creación.
Fue tan expansivo su aliento que cada parpadear era un ascenso y
un descenso de su propio mirar. Se transportó también hacia sí mismo y se
ofrendó en forma de mancha, de mancha roja que se deslizaba paulatina­
mente en una indescriptible decisión que pudiera replicarse en innumera­
bles pupilas, que sirvieran de referencia hacia el punto del principio.
De igual forma se gestaron colores que, en espacios curvos, retenían
lo oculto y lo convertían en luz de movimiento, hasta poder alcanzar,
entre tanta diversidad, la consciencia en cada luminaria de ser misterio,
de ser un misterio de agua, de ser un misterio de aliento, de ser un miste­
rio de transformar lo más sutil en denso, de ser un misterio en constituirse
cada luz en una barrera que, sin ser un obstáculo, comenzó a dar identi­
dad propia a cada una de las diversidades existentes.
Y así, de igual forma, el generoso y progresivo afán de expandir la
luz desde el origen, se hacía un regalo hacia cada uno, para plegarse en
sutil fragancia y extraer de cada emisión de luz lo más preciado, cultivado
y lumínico; hasta llegar a alcanzar la transparencia, la incoloridad, el no-
sabor, el no-olor, propios de aquella primera pupila ardiente.
Todo ello se hizo único, aunque permanecía en apariencia disperso
en lo infinito. Se hizo centro, como columna de alabastro. Pero a la vez
también el ojo mostró por primera vez la blancura que rodeaba su pupila,
una mansión de jade a la que se acudía incesantemente y a la vez partían
por el orificio de esa pupila siempre ardiente. Unos seguían una dirección,
otros seguían otra segunda dirección, otros se mantenían en la dirección
central y otros vagaban por los orificios aún no iniciados de aquella pupila
interminable.
Y todos se reencontraban y se confabulaban en el apoyo e hicieron,
por ello, una puerta de prosperidad desde la que pudieran ser contem­
plados y contempladores a la vez; en la que sólo había un instante en el
que aquello no ocurría, intervalos inconsistentes de una pupila exhausta
que, en su autocomplacencia, almacenaba interminables proyectos, aun­
que todos ellos pudieran haberse considerado como una carga para tan
insospechada aventura.
Pero ese abrir y cerrar de ojos de la pupila ardiente, distinguía sin error
donde debería de estar su apoyo y así estableció una puerta para cada una

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

de sus llamas, dándoles la vitalidad y el palacio providencial de su eterna


mirada, de su eterno grito de dolor que no era doloroso sino que era dolor
de gozo, dolor de saber que todo aquello podía truncarse alguna vez.
En las distancias que no lo son en el infinito, cada luminaria, en su
gozo de eternidad, fue creando su propia mirada, lo que se temía aquel
grito de dolor. Y así fue como surgió una segunda puerta, que permitía
autocontemplarse a cada luminaria aunque aún sin perder la ligadura con
el parpadeo de lo Eterno, pero... ya necesitando un asalto de imaginación
y un acopio de fuerzas para sustentarse por sí mismas y tener la vitalidad
suficiente para crear una voluntad propia, que les permitiera mantener
una actividad central que les envolviera como cobertura.
A pesar de todo ello, la dirección desde donde venían era constante,
todos ellos —emanadores de la primera oscuridad— se reunieron ante el
progresivo debilitamiento de su propia autoproclamación y reclamaron la
herencia de la fuerza, la herencia de la montaña de aquel ojo que les per­
mitiera recobrar el vuelo flotante que aún recordaban desde el principio,
y que les posibilitara, igualmente, recobrar el contacto con aquel primer
movimiento de luz, que les permitiera ser montañas de alkímica mansión,
para borrar las dificultades que ellos mismos habían creado.
Se ofrecieron como servidores para recobrar el pulso de su inicio, y
para que la puerta preciosa del parpadeo no quedara cerrada, como ahora
estaba, con lágrimas a punto de derramarse.
Se confabularon en la firme decisión de aunarse en su súplica, y se
ligaron fortificadamente para reabrir el valle que permitiera la comunicación
interrumpida y permitiera, finalmente, la llegada de aquella pupila oscura,
eterno amor que, desde aquel grito de dolor, había cerrado sus ojos.

Tal vez este "érase una vez", este cuento que nunca se ha acabado, les
pueda resultar, como la revelación anterior, una de las historias de la enci­
clopedia de las cosas que jamás existieron. Pero... antes de dar por zan­
jada esta opinión, les rogaríamos que se queden con las imágenes de este
cuento, no les sugerimos, como en el caso anterior, que lo vuelvan a leer,
quédense con las imágenes que les han surgido. Y si... mañana o pasado
mañana, o al otro como mucho, descubren que sus propias dolencias y
sufrimientos han menguado o han desaparecido, o les comunican que
estados sorprendentes que ya se consideraban finitos se han resuelto, no
dejen de pensar entonces que probablemente, que posiblemente, que casi
seguramente, que certeramente, todo ello HA TENIDO QUE VER CON
ESTE CUENTO.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros
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REINO MUTANTE DE LA MADERA

*
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

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La tradición dice de este reino que es una simbiosis perfecta con el


reino mutante del agua, una continuidad de esta, una realidad inseparable.
Sería como expresar que es imposible el nacimiento de un árbol sin una
gota de agua. De ahí la inmanente fusión de ambos reinos, situación que
no se volverá a repetir en los demás reinos mutantes.
Es el reino que contiene el mayor territorio, con su regente jupite-
riano, en donde la mancha roja —torbellinos de huracanes— simbolizaría
a la vesícula biliar. Se constituye en el equivalente macrocósmico de este
imperio. Su grandeza le hace inestable y su poder le coloca en el filo de
lo corrupto. Su frondosidad, en esa íntima cohabitación con el agua, le
hace ser cómplice de ésta, a la vez que es dador de bienes para que todos
se sirvan de él. Orada las entrañas de la tierra y la penetra con justicia y
decisión. Su mansión del tesoro es grande y poderosa y su custodia le hace
recurrir con frecuencia a violentas defensas. Su justicia, como imperio, se
expande a los demás reinos a través de la franja del verde, que se consti­
tuye en el asesor y en el estratega de tanto poder.
Su temor, a la vez que su renovación, se encuentra supeditada a la
decisión lumínica del Cielo. Se constituye, además, en el pulmón del pla­
neta, a la vez que es el alimentador del mismo, de ahí su inmenso poder.
Y como si esto fuera poco, sus sombras le dan un hálito de ternura que
también alimenta los más sutiles sentimientos.
Cuando este reino se inmiscuye en la naturaleza del hombre, lo
hace bajo tres moradas: el tronco, las ramas y el fruto. El tronco y las
ramas se plasman desde el este y, en su acidez, culminan como en una
hoja de trébol de dos hojas. Su fruto emana, como todos los frutos, con el
néctar de la savia de este árbol; su color es verde; su sabor amargo, preám­
bulo del amargo corazón que surge del amor entre los hombres mientras
no conoce el dulzor del amor entre los dioses.
Su expansión le lleva lejos, tan lejos que sus ramas llegan hasta la cima,
siempre puede crecer más. Pero en el hombre, gracias a la poda que realiza
entre sus frutos, se puede prevenir tal acontecimiento, porque cuando este
□curre, apaga la luz de la luminaria de la imaginación y el pensamiento.
La justicia divina posó sus ojos en este reino y en los frutos de su
poder y, bajo esta égida, el juicio de este reino en el seno del hombre tenía
como misión la flexibilidad y la comprensión, sin perder la firmeza, de
mantener todos los reinos en equilibrio y en armonía. Y sobre todo la
dotó de la suprema virtud del juez: el perdón.
Pero pronto tanta supremacía se fue haciendo autosuficiente y, salvo
en excepcionales ocasiones, el fluido del fruto se hizo denso y justiciero,

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A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros

prejuicioso, sentencioso y condenador, sin dejar apenas resquicio para la


clemencia, y el fruto de la justicia se fue haciendo duro y pedregoso para
constituirse en un obstáculo permanente que iría anulando progresiva­
mente la decisión firme y flexible, y colocando al hombre en una posición
de duda permanente.
De igual manera el tronco poderoso y fértil, en su hegemónico poder
y en su inconmensurable capacidad regeneradora, fue también siguiendo
los pasos de su juez y se hizo vulnerable a lo pequeño, siendo medrado en
su opulencia por los invisibles depredadores que fueron sembrando poco
a poco el terror en el imperio hasta convertirle en multitud de ocasiones
en un reino duro, insuficiente, contraído y sin fuerza.
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a M a d e r a

HÍGADO: GAN

Si la primera huella del hombre fue la fuente floreciente de la tierra,


el primer paso de su reinado sin duda fue la fuente del agua, la gran abun­
dancia. Si la primera huella comenzó sutilmente en el pequeño dedo, su
primer paso empezó grandiosamente en el gran dedo. Después de este pri­
mer paso quedó suspendido en un intervalo activo para preparar el asalto
supremo de un caminar interminable. Su andar se hizo decidido sellando
para siempre su presencia en el universo y con la consciencia clara de
ser sostenido desde el origen. La fuerza de su ser era semejante al árbol
imponente que delimita un espacio y, consciente de su valor, se sintió en
la totalidad de un centro y se inclinó ante el Cielo, haciendo de su rodilla
un acto de sumisión que le permitiera, con la permisividad del Altísimo,
ser una fuente de curva sinuosa que poblara y envolviera todo el paraíso
del agua que le inundaba.
Expandió sus dominios en las cinco direcciones y se hizo uno en
su fuerza con todo lo existente, siendo una fuerza pura de vaso ardiente.
Cedió su capacidad creadora manifestándose en una puerta sin herrajes
que le dio vivir en la intemporalidad de un venidero tiempo.
Cada una de estas estancias perfila en su descripción todas las accio­
nes que, en la alkimia del ser y hacia el rescate de su naturaleza, pueden
realizarse en sus catorce momentos de expansión.
La imposición transmutadora del metal y el sacrificio, como ofrenda,
de gotas del líquido rojo precioso, suelen ser las aplicaciones más aconse­
jadas en esta vía de luz.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Este proceder alkímico en el poderoso, permite el rescate de la


serena fuerza y la disolución de la soberbia... piénsese siempre en este
poder cuando el sufrimiento o la actitud general del hombre vive en el
drama imparable de la soberbia. De igual forma pienses en él cuando la
desesperación, la agitación, la angustia y la ansiedad sean el preámbulo de
la aparición de otro reino combatiente dentro de su propio seno.
Finalmente, cuando la debilidad de su poder hace presa a todos
los reinos, actúese en la senda de la imposición sanadora de las manos
en todas las regiones en las que expande su reino, desde sus pies hasta su
zona genital, siguiendo por su capital central, continuando en el aliento
del soplo y culminando en la cima de la estructura.

VESÍCULA BILIAR: DAN

Se dice que no se puede ser juez y parte a la vez, pero en el caso


que nos ocupa, se es juez y parte, porque el fruto que adorna la madera
posee una doble naturaleza. Por una parte es viscera pero por otra parte
es entraña extraordinaria; y esta última cualidad es la que le confiere su
capacidad de juicio y su virtud de la decisión correcta.
Repartir equitativamente justicia siendo parte del poder de la fuerza
sería en cualquier circunstancia una tarea ardua, dura y finalmente impo­
sible de cumplir. Así ocurre normalmente en la mayoría de los casos en

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a M a d e r a

este hombre de hoy que hace de su entraña extraordinaria una caricatura,


y hace de su viscera un juez penitente... Pero en la vía del retorno, para
resaltar la naturaleza original del hombre, aún se conserva, la posibilidad
de que, inmiscuido en el poder, el juez esté asistido por la clarividencia
creativa de Lo Supremo y reparta su equitativa justicia y llegue a conseguir
el privilegio del indulto, haciéndose así digno y respetable en todos los
reinos. Generando en su reino humildad y generosidad.
Su impronta en la naturaleza del hombre es expansiva y llega a todos
los rincones y, haciendo honor a la emanación de la pupila, se constituye
en un rayo de justicia dócil y severa a la vez, convirtiéndose en una pupila
maestra desde su comienzo.
Y en su segundo paso sabe escuchar a los que se encuentra a la vez
que se comporta como huésped y anfitrión en su tercera estancia, retirán­
dose a deliberar como mentón pensante en su cuarta andadura y llegar a
la resolución de que la justicia en el reino del seno del hombre siempre se
referencia en el centro de la esencia y en la comunicación con ésta.
Así su veredicto siempre genera una felicidad suspendida que se per­
petúa a través del sinuoso camino del tiempo, sin que ley alguna quede
escrita, sino que todo quede culminado en un valle de continuidad prós­
pero, que sea una ofrenda a manera de asalto a lo Celeste, que posibilite
en todos los súbditos una claridad creciente en sus mentes y que la conser­
ven en su cavidad de cuenco para que su estructura integral conviva bajo
los dictámenes de la providencia fundamental.
Así, cada ser despliega su pensamiento en claridad y es capaz de
vivir sus lágrimas bajo el signo del perdón; sabe aguardar la llegada flore­
ciente de la pupila iniciática y se decide a combinar todo lo correcto.
En este instante el hombre despierta a la herencia espiritual del ini­
cio y hace de su ser una vacuidad desde lo alto, para que los vientos no se
vuelvan convulsos y el hombre no caiga en el pozo de su posesión; sepa
abrirse al abismo de las aguas y disuelva la brusquedad de sus acciones.
Actuando con el psiquismo luminoso que le permita ser un depósito de
soplo vivificante que le conduzca a replicar en lo circular de su estancia y
sepa dirigir cualquier decisión hacia todos los lugares; pueda caminar en
unión con cada uno, sabiendo valorar el reposo que permita estar prepa­
rado hacia el asalto de la gran circularidad.
Marchar con el viento, a través del canal central que borra las barre­
ras y que florece en la colina más prominente. En este descenso se afilia
al misterio de los fluidos luminosos y se convierte en un altar que hace su
ofrenda al Cielo y la Tierra, para que su claridad radiante sea el depósito

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

del gran invitado que llegará al son de campanas y que confluirá en la


colina de la decisión acertada para alcanzar así el día del gran perdón, que
haga de toda la humanidad una reunión trascendente que se defienda del
torrente de los egoísmos y que permita la comunicación entre los hom­
bres para que cada corazón esté en el corazón del otro.

Toda esta historia de justicia, decisión y firmeza, puede resultar,


hoy, impensable. Toda esta historia puede resultar tan inviable que el
hombre termine por olvidarse de ella. Pero toda esta historia, está impresa
en el código de honor de la naturaleza del hombre. Toda esta historia está
sinuosamente expresada en el código de su herencia. Toda esta historia es
un anhelo ansiado, aunque desesperadamente lejano.
Cuando el sanador se disponga a ser vehículo de despertar este
recuerdo, tendrá la posibilidad, en cada una de las estancias, de activar
aquel elemento que, en justicia, es imperioso rescatar, sabiendo que a la
vez todos los demás elementos van a vibrar en su ansiado reconocimiento.
Tampoco se ha de olvidar que la labor será ardua y no estará exenta de
enfrentamientos, pero si se actúa con la convicción de que estamos ante
una función equiparable a la Decisión del Innombrable, se evitará la con­
frontación y el juez severo y castigador terminará por escuchar al verda­
dero juez y dejará de escribir sus leyes dogmáticas, sus ajusticiamientos
y sus condenas perpetuas. Dejará igualmente de ser juez y parte a la vez,
dejando la parte para sí mismo y el juicio para el extraordinario.

La duda, el rencor, la justicia indiscriminada en la que vive el hom­


bre contemporáneo, se alkimiza milagrosamente cuando el sanador sabe
depositar su instrumento alkímico que haga retomar la verdadera esen­
cia del juez y que posibilite así la facción misericordiosa de cada hom­
bre, despertando al reconocimiento de su pequeñez y dándose cuenta de
la insolente posición de sus mandatos. Cualquier estancia puede ser un
buen comienzo, pero cada una de ellas tiene la decisión puntual de cada
momento. Bien hará entonces el sanador en recordar cada una de las sen­
tencias que sentaron jurisprudencia en su tiempo, en el tiempo del verbo
revelador de cada una de estas estancias. Quedará desprovisto de boato,
de toga y de martillo, para que, con su sola presencia, se reinstaure la
reconciliación y se minimice la contradicción, dando paso, a un caminar
conjunto que haga del reino de los hombres y de cada uno de ellos, un
fruto de vida que sintonice los opuestos, aclare el pensamiento, serene el
corazón y sepan juntar sus manos como signos de una gran oración.

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REINO MUTANTE DEL FUEGO

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A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

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«En el principio la Palabra existía


y la Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era Dios.
Ella estaba en el principio con Dios.
Todo se hizo por Ella
y sin ella no se hizo nada de cuanto existe.
En Ella estaba la vida
y la vida era la luz de los hombres,
y la luz brilla en las tinieblas,
y las tinieblas no la vencieron.
La Palabra era la luz verdadera
que ilumina a todo hombre
que viene a este mundo.
En el mundo estaba,
y el mundo fue hecho por ella,
y el mundo no la conoció.
Vino a su casa,
y los suyos no la recibieron.
Pero a todos los que la recibieron
les dio poder de hacerse hijos de Dios,
a los que creen en su nombre;
la cual no nació de sangre,
ni de deseo de carne,
ni de deseo de hombre,
sino que nació de Dios.
Y la palabra se hizo carne,
y puso su Morada entre nosotros,
y hemos visto su gloria,
gloria que recibe del Padre como Hijo
Único,
lleno de gracia y de verdad.»

E v a n g e l io seg ú n Sa n J u a n [ 1 : 1 , 1 4 ]

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

El fuego habla por boca de Juan en el texto del Nuevo Pacto, dando
la verdadera trascendencia y sentido de la palabra como expresión del
corazón. Del fuego palpitante que se expande y se contrae al ritmo de un
tambor.
Esta dimensión alkímica de la facultad expresiva del fuego nos da la
dimensión alkímica por excelencia de lo que en principio se nos muestra
como una simple actividad contráctil de un órgano de vital importancia.
Sin duda la alkimia de esta función hoy es casi una quimera, un
mero trámite cargado de promesas y quizás buenas intenciones, pero que
en ningún caso refleja, salvo en la excepcionalidad, el mandato supremo
que recordamos a propósito de la palabra Divina.
Por si misma, esta situación ya nos plantea un estado de latente y
floreciente enfermedad y, de igual manera, una actitud sanadora que ha
de tenerse en cuenta en cualquier tiempo de enfermar.

CORAZÓN: XIN

Y si la Palabra es la vida y ella es la Deidad, y en un instante de eter­


nidad fluyó de la pupila un haz de luz, sin duda este primer haz de luz,
fuego de claridad suprema, fue la fuente del más alto grado, la primera
estancia de la vía del corazón. Y, como ya expresábamos a propósito del
agua, el haz de luz precipitó su radiación en el espectro del color, y así,
la segunda lanzadera de la vía del corazón, se constituyó en la fuente del
color. Y se hizo solicitud temperante, alegría de vivir. Todo ello en el corto
trayecto que va desde la axila hasta el codo.

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Y desde esta flexura se precipitó la ruta del corazón a definir el


camino del espíritu de la palabra, y permitir así establecer una vía de
comunicación con el principio de su origen y empezar en el seno del
hombre a exhalar los primeros sonidos, preámbulos de palabra que,
como piedra sonora en un templo de jade, abrían la puerta del espíritu
del ser hacia la comunicación directa con la palabra divina, para hacerse
así un producto de alegría en conformidad con el Cielo y en concordan­
cia con los hombres de una manera dulce y juiciosa. Y desde ese instante,
precipitarse hacia el menor de los dedos para exhalar transformado ese
sonido de piedra en la primera palabra, comenzando la transmisión del
verbo creador.
Esta expresión de caminante que va a culminar con la palabra,
comunica a la totalidad del ser entre sus diferentes partes para confluir en
una verdad interior que haga de todos los sonidos del ser, una evocación
hacia el entorno sincera, transparente y verdadera. Un equivalente de la
PALABRA DIVINA.
La urgencia sanadora de esta naturaleza es evidente en el propio
ser aunque esté habituado a lo contrario; es deseosa, es una necesidad,
aunque practique cotidianamente lo opuesto. De ahí la urgencia de que
en todo planteamiento de la alkimia del ser, se deba de tener en cuenta
la implicación de esta ruta del corazón que, junto con el agua de vida,
constituyen —en la reseña de la tradición— el milagro que convierte al
ser en una sinusoide, ya plasmada en su ancestralidad, que le permita
viajar en sus diferentes estados de infinito y vivir una existencia plena de
inmortalidad.
Muestra de esta última sentencia lo constituye la actividad sana­
dora que se puede aplicar en el comienzo de cualquier tratamiento, que
consistiría en presionar simultáneamente la fuente floreciente de la tierra
del pie derecho y comenzar la transmisión en la mano izquierda. Esta
vibración cruzada en el eje de agua-fuego, pretende despertar a la huella
inicial y a la palabra de vida. El milagro de lo simple se hace evidente en
esta maniobra.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

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INTESTINO DELGADO: XIAO CHANG

' b

¡k 0

Acoplado al corazón, este sinuoso camino de la forma despliega su


actividad de luz justo después de la expresión de la palabra. Es el guar­
dián del acecho y el custodio de la inmaculada vía del corazón. Desde ese
comienzo se constituye en pequeños vapores luminosos que destilan su
esencia para nutrir el valle de la forma interior, dando así continuidad al
torrente de la palabra del emperador, a todo lo que está constituido. Se
insinúa en la profundidad de lo duro, y de él aflora a la superficie para
constituirse en un valle exterior que garantice la custodia de la calma del
emperador, siendo de esta forma el soporte de su deseada ancianidad.
Es el servidor correcto, el pequeño mar que carga sobre sus espaldas
sinceras la defensa de las ofensas del exterior, protegiendo en particular la
espalda del monarca, haciendo un cierre de sus puertas posteriores para
preservar así al ancestro celestial y ser custodio a la vez de la autoridad de su
palabra que, como el viento, se hace omnipresente en todos los lugares.
Es un muro sinuoso que transporta hacia el monarca las ofrendas
que ya han sido filtradas por él, y lo hace a través de esa puerta posterior,
abriéndose al exterior a través de una ventana celestial que pone de mani­
fiesto la figura que custodia y que se expresa en el color de su faz; y desde
allí permanece permanentemente despierto en el palacio del oído, desde
donde puede apercibirse de cualquier conjura.

147
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Esta visión alkímica del intestino delgado, parece contradecir la


imagen transmitida en otras tradiciones al asignar al Maestro del Cora­
zón la función protectora del emperador, pero no existe tal contradicción.
El intestino delgado, recuérdese, junto con la vejiga, constituye el canal
unitario más exterior de nuestro esquema energético, y la parte que le
corresponde a este acoplado del corazón, es la de evitar todo tipo de ace­
chanzas que, desde el exterior, tratan de cambiar las decisiones y el rumbo
de la PALABRA VERDADERA. Los impactos afectivos y emocionales son el
principal acecho con el que cuentan el corazón, y es el intestino delgado
el encargado de establecer, como acoplado que es, una función defensiva
del emperador.
En otro nivel, el maestro de corazón se corresponde con las defen­
sas de las propias acechanzas que emanan de la personalidad del propio
sujeto. Es el encargado de recordar —cual maestro que es— cual es el deber
de la palabra verdadera en cada ser. Es el guía que previene al emperador
sobre las distintas actitudes de las comarcas de su propio imperio. Imperio
que ya nace contaminado por la herencia de un débito y que trata de per­
petuar su desorden en base a un código adulterado que se ha ido gestando
por la progresiva soberbia de los hombres. Él, el maestro de corazón, será
el encargado de disolver los propios fantasmas, de conducir a cada ser a
su propia individualidad, y disolver su ego para llevar a ese corazón a la
presencia del origen de forma transparente e inmaculada.
Toda esta cosmovisión del hombre debe de hacer replantearse al
sanador la utilización de estos dos vectores mencionados si quiere sal­
vaguardar el posible rescate de la sinceridad del sujeto y la necesaria
esperanza de poder lograrlo. Sin duda bajo estos presupuestos, la acción
sanadora varía ostensiblemente en su planteamiento, y coloca en la dig­
nidad apropiada a este intestino delgado, el gran olvidado, que parece que
sólo era un servidor inútil para dolores sin importancia.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

SANJIAO

Se trata de la más extraña de las configuraciones de luz que posee el


hombre. Trataremos de explicarlo:
Por una parte carece de sustrato anatómico; por otra su recorrido se
hace absolutamente anárquico y aparece y desaparece en funciones, esen­
cias y estómago como... Un misterio. Además, como si esto fuera poco, se
le puede también situar en lo más tangible, cuando vemos su función de
desarrollo en la etapa embrionaria. Pero, pero... hay que tener en cuenta
que en esta etapa el ser no constituye un individuo.
Sus funciones tan pronto pueden ser consideradas como regulado­
ras del agua y ligadas a su metabolismo —como así se expresa en la mayo­
ría de los textos— o bien puede ser contemplada, como su propio nombre
indica, como un generador de calor termodinàmicamente considerado,
en el sentido de la entropía.
Como ven, es todo un enigma. Tan pronto nos sirve para una bra-
quialgia como nos puede ser de utilidad para un ulcus gastroduodenal. De
igual forma puede resolver una sordera o una tendinitis de codo de tenis...
Sin contar las extrañas magias alkimistas que los taoístas de la flor de oro
proponen en sus extrañas e impenetrables funciones que, con él, se pue­
den desarrollar a través de la meditación, de la energía espiritual sensible,
de la concentración, de la visualización, del sonido, de la postura... y un
largo e interminable etcétera de prácticas, todas ellas de indudable valor,
no solamente para el estudioso, sino también para el practicante... ¿Con
cual de todas ellas se queda? ¿Está suficientemente explicado que nos
encontramos ante un enigma? ¿O... prefieren llamarle EXPEDIENTE X?

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Intentemos por un momento ser (sólo por un momento) mínima­


mente coherentes.
Primera pregunta: si su función es obviamente evidente en la etapa
embrionaria, ¿podríamos decir que continúa en la etapa de individualiza­
ción? Si decimos que sí, tendremos que admitir que la función en esta etapa
sería la encargada de proporcionar el desarrollo estato-ponderal y quizá
psíquico del sujeto, con lo cual nos veríamos abocados a considerar que el
SANJIAO es la primera y la última función en aparecer y desaparecer del
individuo. También nos veríamos abocados a considerar que sería el regu­
lador general de todas las funciones, con lo cual todas ellas quedarían en
un segundo plano. Si seguimos considerando esta propuesta, nos veríamos
forzados a plantear en cual de los innumerables niveles se debería actuar
para determinadas patologías. Y siguiendo con esta coherencia, termina­
ríamos por convertirnos, obligatoriamente, en especialistas del San Jiao,
situación que nos llevaría a realizar una kabalá permanente y continuada,
amén de desarrollar todas las artes de alkimia que podríamos imaginar.
Todas estas propuestas no parecen ser ninguna de ellas precisamente
fáciles y, de seguro, que desde sus comienzos desanimarían al iniciado en
tan truculento sistema. No obstante, no podemos desaconsejar esta vía,
ya que en el instante coherente en el que nos encontramos, parece indicar
que es la más razonable.

151
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Supongamos ahora que su función termina cuando el cordón umbi­


lical se corta y que lo que queda —tradicionalmente hablando— de su
canal, es tan sólo una manifestación derivacional del intestino delgado
y el intestino grueso. En este caso, habría que replantear sus trayectos y
redefinir las vías de los dos intestinos para hacer coherente, ésta ya no tan
razonable posibilidad.
Una tercera opción dentro de esta primera pregunta, sería el pensar
que, así como es evidente su participación en la etapa embrionaria, en el
proceso de individualización se ocuparía exclusivamente de dar sentido a
las glándulas de secreción interna, con lo cual sería el responsable de los
complejos mecanismos de bio feed-back de las secreciones hormonales.
Esta posibilidad sin duda alegraría a la estrecha mente científica, porque
encontraría por fin una razón "de peso" para justificar tan descabellado
vector de energía.
Segunda pregunta: si recurrimos a su sentido ideogramático, debe­
mos de considerar que el San Jiao es la función inmaterial de un orga­
nismo gestado en el calor que tiene como función favorecer todos los
mecanismo bioquímicos que se suscitan a través de los mediadores, enzi­
mas, coenzimas y demás elementos prácticamente insustanciales, que
hacen posible los diferentes cambios que se suceden en un organismo
adulto. ¿Sería el generador de calor que se desprende invariablemente de
toda reacción bioquímica?
Esta posibilidad vuelve a ser extremadamente sugerente, porque
explicaría el ciclo evolutivo de los diferentes elementos que, bioquími­
camente y ortomolecularmente, se manejan en la actualidad, con lo cual
tendríamos una justificación "científica" de cómo ha evolucionado el pen­
samiento del hombre desde las arcaicas concepciones de un tal San Jiao,
hasta el estudio del comportamiento mitocondrial. También explicaría el
auge pomposo con el que se pronunciaron los científicos cuando afirma­
ron que las punturas liberaban endorfinas, encefalinas y otras... "inas" de
menor importancia, con lo cual, tenían una explicación "científicamente
razonable" para justificar la "eficacia" de la acupuntura.
Aunque quedaba un vacío inconmensurable, que obviamente se
trataba de ocultar, a cerca de cual sería el mecanismo por el cual, por
ejemplo, el asma bronquial o el dolor de cabeza o el ulcus gastroduo­
denal resuelven sus problemas con esta práctica milenaria. Pero aún el
vacío sería más grande cuando después de este IMPONENTE DESCUBRI­
MIENTO, los científicos no se lanzan a la aplicación indiscriminada para
curar cualquier enfermedad a través de derivados mórficos. De esta forma

152
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m í n i c a d e l s o p l o : R e in o m u l a n t e d e l F u e g o

podríamos desterrar definitivamente las viejas prácticas chinas de dudoso


valor científico. Pero como sabemos, este atrevimiento no ha tenido lugar,
ni lo tendrá.
Pero todos han quedado más o menos satisfechos con las numero­
sas deducciones que, a partir de las endorfinas y de una serie interminable
de otros productos, se detectan bajo la acción de la medicina tradicional
china. Se han conformado, como cabría de esperar, con la apariencia, sin
preguntarse la profundidad.
Si con estas dos preguntas se han sentido incómodos o han notado
una crítica mordaz o una ironía del destino, están alejados de la verdadera
intención de estos comentarios. LO QUE URGE ES SANAR... y para ello
nada mejor que un suave sentido del humor... entre otras cosas.
¡Ah!, y si alguno de ustedes se ha reído ¡enhorabuena!
Tercera pregunta: abandonamos, no por deshecho sino por necesi­
dad del guión de estos escritos, el sentido coherente de las dos anteriores
preguntas.
¿Será el SANJIAO la fuerza que surge de la nada y que, gestada desde
el "algo": el Cielo, se proyecta, en el caso de la humanidad, sobre la tierra,
constituyéndose así en la fuerza inmaterial preexistente del no ser?

¿Estaríamos entonces subsistiendo con un Jiao superior situado en


el universo, un Jiao medio situado en la tierra y un Jiao inferior en la
conexión del San Jiao con el Xin Bao? En cuyo caso, ¿no sería el único San
Jiao que posee el hombre el Jiao inferior y los otros dos estarían fuera de
su realidad?... Y en consecuencia también, ¿todos los vectores de energía
que representa la tradición en el San Jiao sólo estarían vehiculizados por
lo que entendemos por Jiao inferior?
Y de ser esto así, ¿tendría alguna posibilidad el hombre de actuar
sobre el Jiao Celeste y el Jiao terrestre? ¿o estaría supeditados a ellos en
forma de un misterioso destino? ¿Podríamos entonces decir que la loca­
lización precisa y exacta del Jiao inferior, el único que tendría el hombre,
sólo podría estar en el ombligo? Y en consecuencia... ¿todas las teorías
que hablan de la localización de los tres Jiaos en el organismo, ¿no serían
nada más que una forma de ocultar la verdadera realidad que antes hemos
puesto en forma interrogante? En este caso, la única práctica "relevante"
de todo lo escrito sobre el san Jiao, sería la respiración embrionaria, y todo
lo demás, una simple comparsa para distraer la atención.
Intentemos resolver una de estas preguntas: aceptemos que el único
Jiao que existe en el hombre es el inferior, situación que, por otra parte, no

153
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

sería nada de extrañar, ya que en el inconmensurable universo el hombre


realmente es tan pequeño, tan pequeño, tan pequeño, que resulta ser infe­
rior. ¿Cómo podría, bajo estas circunstancias, actuar sobre el Jiao Celeste
y el Jiao terrestre? Si decimos que sí, sólo habría una forma de hacerlo:
la actuación sobre el jiao terrestre estaría ceñida A LA MEDITACIÓN, y
la actuación sobre el jiao celeste, estaría igualmente ceñida a LA ORA­
CIÓN... El inferior queda a cuenta del propio sujeto.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l F u e g o

Examinemos ahora en detalle esta última posibilidad a través del


nombre de los resonadores que la tradición nos lega para el San Jiao.

El asalto de la barrera (1SJ) constituiría la expresión de que el hom­


bre se encuentra entre la barrera del Cielo y la Tierra.
Puerta de los líquidos (2SJ) sería la expresión de que se encuentra en
la frontera entre las aguas anteriores y las posteriores.
Islote central (3SJ) sería la expresión que denotaría al hombre
como un centro aislado y unitario (Jiao inferior) entre el Jiao Celeste y
el Jiao terrestre.
Estanque de los yang (4SJ) expresión clara y transparente de que
su realidad se encuentra estancada entre dos expresiones yang, él sería
el yin.
Barrera externa (5SJ) su propio nombre define a su realidad como
una entidad "encarcelada" entre el Cielo y la tierra
Foso ramificado (6SJ): expresión que puede hacer referencia al foso
del ombligo, del que en su momento se ramificó toda la energía que vehi-
culizaba la madre.
Encuentro con los antepasados (7SJ)... encuentro entre los antepa­
sados terrestres y celestes...
Cruce de los tres flujos celestes (8SJ): él es un flujo, y los otros dos
emanan ajenos a él.
Cuatro canales (9SJ): expresión que denotaría como con su único
Jiao inferior, está sujeto a las 4 direcciones... de la tierra, Jiao medio.
Pozo celestial (10SJ): expresión claramente alusiva a que el origen
de su ser procede de lo celeste y le dona un sólo jiao... el pozo.
Límpido foso abismal (11SJ). Origen solitario. El hombre es un
abismo sustentado en un universo que convive habitualmente de forma
solitaria, haciendo culto a su ego, desocupándose de las influencias que,
en definitiva, le mantienen.
Rivera dispersa (12SJ): como ser de agua, realiza su camino, a través
del jiao inferior, encargado específicamente del agua, y dispersa su aten­
ción en los objetos de placer.
Reunión del brazo (13SJ): en esta estancia se contempla como el
hombre relaciona su Jiao inferior con el poder de su fuerza, que reside
básicamente en sus brazos.
Hueco de los hombros (14SJ): desde su espalda, una desconocida
para su visión, se desarrolla la expresión del hacer de su fuerza, ya que
toda su constitución desarrolla su poderío a través de su espalda.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Hueso celeste (15SJ): su estructura dura y rígida se hace imperece­


dera a través de sus huesos y al ser su Jiao inferior de origen celeste, estos
son los que permanecen después del desencarnamiento.
Ventana celestial (16SJ): es el lugar del descubrimiento en el que el
hombre puede atisbar que su realidad depende de la fuerza del Cielo.
Pantalla del viento (17SJ): espacio y lugar en donde el Jiao inferior
se aísla del entorno ante la creencia de que es un ser aislado y que en él
asientan, y por él, todas las posibilidades.
Vaso pulsátil (18SJ): el ritmo del jiao inferior es como un vaso que
agua contiene y que se derrama y se llena a base del sustento que el jiao
terrestre y el celeste le proporcionan.
Respiración de la cabeza (19SJ): en este espacio se recoge la expresión
de poder despertar a la verdadera respiración. Es el estigma que pone el Cielo
a su Jiao inferior para que pueda abrirse a la realidad del Jiao superior.
Dirección descendente (20SJ): denota la expresión clara de que su
hacer marcha hacia el descenso, hacia lo inferior... A no ser que...
Puerta del oído (21SJ): una nueva oportunidad, la posibilidad de
escuchar y no de oír, el lenguaje del entorno.
Hueso de la paz (22SJ): de nuevo lo pétreo y rígido, como expresión
de lo inferior, busca, cuando su demanda es egocéntrica, una paz garanti­
zada por la rigidez, la inflexibilidad y la legislación.
Los acordes del bambú vacío (23SJ): una nueva opción, la posibi­
lidad de despertar, a través de este resonador, al sonido de la naturaleza
como expresión de la simbiosis entre el Cielo y la tierra.

En definitiva, la respuesta a esta tercera pregunta plantea en la alki­


mia de la tradición otra realidad a cerca de la sustancia del hombre, con
la especial particularidad de que dispone en su estructura de opciones
posibilitantes para sintonizarse con los otros dos Jiaos, haciéndole ver, a
su vez, que sólo el más humilde, sólo el más sumiso, sólo el más pobre,
sólo el que sea como un niño... entrará en el reino... sólo el que asuma su
condición de inferioridad.
La aparente contradicción que puede existir entre los conceptos ya
conocidos a cerca de la presencia de los tres Jiaos en nuestra estructura,
son tan sólo aparentes, ya que el Jiao superior y medio si estarían en el ser,
pero en forma refleja... como la luz de la luna.
Toda esta tradición de alkimia hasta ahora suspendida, constituye
el verdadero hacer del hombre para que éste se convierta en un milagro
de salvación.

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A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros

XINBAO (MAESTRO DE CORAZÓN)

iL
Y en el principio, el vínculo que unía al hombre con la Creación,
era la propia Creación y justo en el preciso instante en el que el hombre
trasgrede la fidelidad de esta Creación, la clemencia de la Fuerza Creadora
instaura, para acceder ante Él, la figura del enviado, intermediario, guía,
maestro, el cual tendrá como misión desentrañar y ofrecer en su debido
momento las previsiones del Cielo hacia cada hombre, así como la fun­
ción de surtir de los necesarios elementos que hagan posible la comunión,
a través de él, con el principio generador.
Esta figura, en manera alguna se equipara con el concepto del lla­
mado "maestro interior", derivación que procede del concepto de la pro­
pia conciencia, que el propio sujeto manipula y ordena según su propio
interés, sino que, por el contrario, la impronta impresa del XINBAO, es la
necesidad de la naturaleza humana de la búsqueda de la figura ajena a él
que represente el enviado previsto para cada individuo, permitiendo de
esta manera la verdadera disolución del ego, sin que ello implique una
renuncia de la propia identidad, y que todo ello permita el despertar a la
consciencia de unidad con el Supremo.
Aunque esta opción posibilitante inherente a la naturaleza humana
se constituye en la señal inequívoca de la confianza del Supremo, el hom­
bre se aparta cada vez más de ella ante el incremento de su propia fuerza
y poder, y el temor a poder ser manipulado o usurpado en su función en
base a la influencia de otro u otros. Y es así como contemplamos, de una
manera general, a cada hombre como una entidad dudosa, perspicaz, des­
confiada, temerosa y obsesiva. Todo ello es el reflejo de los síntomas del

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

rechazo a aceptar la vía necesaria que, por otra parte, imperiosamente se


demanda, pero que a la vez se rechaza por las implicaciones que ello va a
constituir en la renuncia de sus protagonismos, acomodos y placeres.
Veamos ahora cómo todo lo anteriormente expuesto se plasma en
cada estancia del recorrido de esta vía de luz, que emana hacia el exterior
desde el pecho, constituyéndose en un estanque celeste. Agua de transmi­
sión, que busca de inmediato el brazo para constituirse en fuente celeste,
desde donde se precipita vertiginoso hasta el codo para emanar vapores
luminosos sinuosos, y de allí, dar un salto hasta la cara interna del brazo
y constituirse en la puerta del límite, para de inmediato, y dentro de la
misma zona, ser el intermediario.
Una intuición e intención que tuvo su principio en el estanque del
Cielo, que se hizo fuente y vapor hasta llegar al límite, y ahora ser inter­
mediario que se convierte en una barrera que protege lo interno, y tras un
pequeño salto más, llegar a la muñeca y definirse y constituirse en el maes­
tro del corazón que, así definido como posibilidad de retorno hasta el estan­
que celestial, se hace eco de que ello se conseguirá en base a la vivencia de
una labor entre fatigas, que se concretiza en la palma de la mano, para así
poder, finalmente, acceder a despertar a través del intermediario, al asalto
central, lugar que se manifiesta culminantemente en el dedo medio.

La descripción de este recorrido —también en nueve estancias,


como en el caso del corazón— carente de sustrato físico, nos evidencia la
naturaleza de esta fuerza como un devenir ligado a una entidad exterior y,
en este sentido, sería semejante al postulado que se planteaba a propósito
del Sanjiao, al cual se acopla, y consiguientemente ambos dos serían reali­
dades inherentes a la naturaleza del ser pero que han de confluirse en una
sintonía con la naturaleza del origen.
Por último, no debemos de olvidar que en su unión con el Sanjiao,
definía al hombre como un caldero inferior y eso no hace más que ahon­
dar en el significado que hemos dado a este maestro del corazón, puesto
que para poder acceder a la convivencia con los otros dos calderos, el
celeste y el terrestre, la opción que han tenido los seres sólo ha sido posi­
ble a través del cumplimiento de la realización con la guía que marcara las
claves para realizarse en ese camino.

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A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

REINO MUTANTE DE LA TIERRA

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Un "Voyager" se encuentra, según nos cuentan, a punto o ya en


estos momentos fuera de nuestro simpático sistema solar... Lo de nuestro
lo retiro... Esta primitiva nave es la primera propaganda comercial que ha
decidido realizar esta especie, con el fin de darse a conocer a otras posi­
bles existencias... Está claro que no hay que dejar de vender. Las pantallas
parabólicas gigantes, cuencos blancos que se orientan hacia diferentes
partes del universo, buscan con ahínco señales que indiquen existen­
cia de vida inteligente provenientes de... No importa de dónde. Según
nos informan, también, no se ha tenido noticia expresa de que haya­
mos sido conocidos o que hayamos despertado el suficiente interés en el
universo como para comunicarse con nosotros. Mientras tanto, nuestro
querido "voyager" continúa con su carga propagandística en la que figura
el código genético de la especie, la imagen del masculino y del femenino,
las características generales del planeta, una extensa colección de música
que va desde los Beatles hasta las diferentes manifestaciones étnicas, y
finalmente, un mensaje hablado del presidente de los Estados Unidos de
Norteamérica... Toda una expresión hortera y macarra de lo que puede
ser este lugar del universo.
¿Qué podrá pensar una entidad pensante si se encuentra con tal
información? ¿Escuchará el compacto que lleva esta información y des­
pués lo tirará a la basura? o, por el contrario, ¿quedará sorprendido y casi
alucinado por tal nivel de existencia?
Se lo planteo de otra forma: supónganse que reciben una carta del
señor Lu de Tasmania y en ella, dicho señor les cuenta cómo ha ido su
trabajo, las peleas que tiene con su mujer, las dificultades que entraña
la educación de los hijos y lo preocupado que se encuentra con su jubi­
lación. Contéstense ahora con sinceridad qué harían con esa carta, ¿le
contestarían? O dirían: "¿Y a mí que me cuenta este señor?" ¿Viajarían
a Tasmania para interesarse por sus problemas? O simplemente dirían:
"este tío se quiere quedar conmigo", arrugando la carta y tirándola a
la papelera. ¿Podría ocurrir algo semejante con esta campaña propagan­
dística planetaria? Claro está que en dicha información nuestro querido
"Voyager" no incluye el estado actual de la humanidad sino que se limita
a dar la versión cursi, que además de macarra y hortera, está totalmente
"desaboría".
Resulta realmente insólito que en este sistema solar exista una
manifestación de existencia que llamamos vida y que se concentra bási­
camente en el hombre. Si cotejamos la posición planetaria en relación
con el universo conocido, no existe nada peculiar ni especial ni extraor­

163
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

dinario en este sistema solar, como además tampoco sabemos si está a la


derecha o a la izquierda, o arriba o abajo, sino que está flotando, ya sea a
la deriva o a la "izquierdiva", el sentimiento que nos produce es de estar
en un lugar desconocido, dentro de lo desconocido, lo cual hace pensar
que, probablemente, seamos desconocidos y que, en consecuencia, exista
escaso interés en conocernos.
Todo esto, sin duda, puede parecer un chiste, o una canción deses­
perada o un bucolismo trasnochado, o quizá un bla, bla, bla, bla... Pero
quizás sea una de las pocas formas de expresarse separándose un poquito
del ombligo... Porque hablar de la tierra describiendo el Cañón del Colo­
rado, las cataratas del Niágara, las pirámides de Egipto, el Monasterio del
Escorial o la madre que nos parió, nos parece sencillamente una vulga­
ridad, y sería como la carta del señor de Tasmania... Así que tomémoslo
con buen humor y con una cierta dosis de originalidad, sin caer en la
vanidad, en el lamento desgarrador o en las esperanzas apocalípticas.
Porque si bien de todo ello hay, si queremos estar un poco separados
del ombligo y no seguir llamando a "mamá", deberemos de hacer un
esfuerzo por ser lo suficientemente subjetivos al hablar de la tierra, por­
que sabemos que somos parte contratante de la primera parte, como
diría Groucho Marx en una noche en la ópera, o como diría, igualmente,
desde la famosa escena del camarote, una y otra vez... "¡y dos huevos
duros!"
Subjetivamente hablando, podríamos empezar diciendo, desde den­
tro hacia fuera, refiriéndonos a este planeta, que es un femenino, porque
no es "tierro" sino que es TIERRA. En principio esta idea es lo suficien­
temente sugerente como para alentar a los varones y alegrar a las hem­
bras, por aquello de la importancia personal. Así que, sin más referencias,
podríamos afirmar, siendo parte contratante de la primera parte, que la
tierra es: un femenino.
Si nos salimos de ella, cerquita, desde la luna por ejemplo, se nos
muestra como un círculo azul que, desde la óptica subjetiva del hom­
bre, podría decirse que, en la oscuridad circundante, resulta ser bella. O
sea, que desde dentro y un poquito desde fuera, la tierra es un femenino
bello... no está mal, ¿verdad?
Si continuamos en este juego de vaivén y nos volvemos hacia el
interior, la tierra es ante todo y sobre todo SONIDO (mares, ríos, pájaros,
truenos, relámpagos, ornitorrincos, elefantes).
Si ahora nos volvemos hacia fuera y nos vamos un poco más lejos,
contemplaremos la tierra como una lejana y minúscula luminaria azul.

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En este estado de cosas podríamos decir que la tierra es: UN FEME­


NINO BELLO ADORNADO DE SONIDOS QUE SE VE PEQUEÑO... ¡esto se
pone interesante!
Si volvemos de nuevo a ELLA, lo siguiente que descubrimos es su
color, interminables colores; y si ahora nos alejamos mucho más ¡YA NO
LAVEMOS!... ¡CHATA TACHAN, CHATA TACHAN!...
O sea, que estamos ante un femenino bello, adornado de innume­
rables sonidos y con multitud de colores, que es azul en la cercanía, y que
desaparece en la lejanía. Dejamos que nuestros queridos lectores sigan
jugando con el zoom y que, a buen seguro, puedan seguir rescatando un
sinfín de elementos... pero ya todos ellos desde dentro... porque desde
fuera ya nada se ve.

Mujer de belleza sin igual,


azul te ves cuando te alejas
mientras se escuchan tus cantos de sirena.

De miles de colores te adornas en tus vestidos


cuando te aproximas en seducción,
y cuando creemos que estás tan cerca...
Desapareces.

Eres ¿eres un fantasma o una ilusión?


¿Eres de verdad o de mentira?
¿Estás o no estás?

Cuando te siento tan cerca


es justo cuando te vas,
y cuando dejo de verte
me sorprendes apareciendo.

Atrapado me tienes con tu sortilegio,


con tu magia, con tu encanto y con tu embrujo,
y tanto es así que
nunca me dejas marchar;
porque cuando decididamente me voy,
tú me vuelves a encontrar.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Y así vivo en tus redes


y cuando estoy en tu oquedad no te veo,
pero cuando estoy entre tus hilos, me enredo.
Me has pescado,
soy tu pez saltarín al que no dejas morir,
porque cuando contemplas sus últimas bocanadas
me vuelves a la mar.
Y cuando creo estar entre tus brazos
me vuelves a sacar.
Si algún día pensé que eras cruel
ya no lo puedo recordar,
lo que sí intuyo y casi creo saber
es que, aunque tú eres la red y la mar,
tú no eres quien lanza la malla a la mar.

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A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros
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Y una vez, o quizás fueron muchas veces, Lo Creativo fijó su punto


de mira en un lugar del universo, hasta tal punto que lo convirtió en el
centro de la gran diana de todo lo creado. El Arquero Creador apuntó con
su arco y flecha y lanzó con precisión una exhalación vertiginosa que en
luz azul se convirtió. Dio en el blanco, que se hizo azul, y su flecha se
clavó tan fuerte que como antena quedó. Y a raíz de ese acontecimiento
muchas fuerzas fueron precipitándose hacia este azul, rodeando su diana,
hasta culminar un gran objetivo de amor. Cada círculo era toda una crea­
ción que, superpuestas en capas, se hicieron una; pero el centro, fundido
y separado a la vez del resto de los círculos, siguió manteniendo clavada
la flecha... hasta hoy.
El Arquero contempló y contempla aquella fértil imaginación. Al
centro le llamó "humana tierra"; y a todo lo que estaba a su alrededor,
"servidores del azul”. Y para que así fuera y se perpetuara, al hombre-tierra
le hizo sobrevivir —por la fijación de la flecha— en base a dejarse servir.
Y con el fin de que todo ello se perpetuara, dotó a este hombre-tierra de
un receptáculo capaz de recibir lo de sus servidores. Y también le donó
de un distribuidor capaz de mantener siempre vacío el palacio de los que
servían. De esta manera, además de la fuerza que la flecha aún tenía, lo
que ella había gestado por sí misma a la flecha retendría.
Al receptáculo le dio la capacidad de la forma a través del sonido:
"ES". Luego le añadió un segundo sonido: "ESTO"... ES ESTO. Y final­
mente, para que no pudiera descubrir el misterio de su origen, lo convirtió
en "MAGO"..: ES ESTO MÁGICO..: ESTO ES MÁGICO.

BIENVENIDO SEÑOR ESTÓMAGO... EN VERDAD QUE ERES


MÁGICO, PORQUE POR TU VACUIDAD TE DEJAS SERVIR;
PORQUE CUANDO ESTAS PLENO DAS REPOSO A TUS
SERVIDORES; PORQUE MIENTRAS QUE ESTAS EN PLENITUD
DAS ALIENTO A TUS ALIADOS; PORQUE TU MAGIA LLEGA
A CONVERTIR LO MÁS ÁSPERO EN SUAVE, LO MÁS DURO
EN BLANDO, LO MÁS IMPOSIBLE EN POSIBLE; Y PORQUE
FINALMENTE, TU MAGIA ES CAPAZ DE CONVERTIR
CUALQUIER COLOR... SIEMPRE EN... ROJO.

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A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

t iWtm ato\ i f
m t'i.-frft&s ah tm tS* a‘íiáC¿*y%u*€
%m* u m i d é f d it t f A M f i
lufoC r <3Mé# tvttSf
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a T ie r r a

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El distribuidor también fue dotado de tres sonidos: "BADIUS" -


"CREAS" - "PAN".

"BADIUS" es el rojo.*
"CREAS" de crear.
"PAN" de alimento.

Y así al rojo naciente de ese mago, el distribuidor lo convirtió en


algo creativo que fuera el sustento que permitiera la fuerza suficiente para
confabularse con la fuerza de la flecha y aspirar a ser uno con ella.

¡BIENVENIDO SEÑOR BAZO-PÁNCREAS!

Esta alkimia en la que hemos mostrado el reino mutante del centro,


podría ser suficiente para que se desarrollara toda una nueva concepción
en torno a este centro... O para que, al menos, se sintiera la vocación de
arquero.
Pero aunque sentimos la fuerte intención de dejarlo así, en un acto
de sacrificio, vamos a remarcar todo lo anteriormente expuesto a través de
las estancias de este mago y de este re-creador.
El mago comienza su desarrollo aprendiendo a recibir, a heredar;
continúa manejando las cuatro claridades, el color; se hace a sí mismo
una oquedad firme, y continúa su preparación hasta sentirse un granero
terrestre. Cuando esto lo consigue, se produce el gran reencuentro con los
servidores y así hace su primera magia siendo un vehículo de dispersión
de lo que recibe, a la vez que aprende a establecer una barrera para que no
le colmen sus servidores.

Bazo, del latín Badius: rojo.

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C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m í n i c a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a T ie r r a

Su siguiente magia consiste en ser una alianza de fibra con los que
llegan, desde lo más alto o desde lo más bajo, para, de esta manera, ser la
acogida humana de la que se debe de sentir orgulloso todo buen mago...
siempre bien acogido. Su siguiente acto de magia consiste en transfor­
mar parte de lo que traen sus servidores en simplemente agua, recoge en
su forma de anzuelo una manzana y, ¡zás!, la convierte en agua, o cual­
quier otra cosa... Siempre se reserva algo de esta conversión para su gran
número final...: el rojo.
Todos los servidores saben que su magia es como una inmensa man­
sión en la que el mago es capaz de convertir todo en un soplo, y en un
abrir y cerrar de ojos, hacer desaparecer cualquier cosa, hasta el punto de
poder llegar a transformar un Cielo despejado en un Cielo cubierto... ¡y
aun más!, realiza un número en el que, a través de una puerta, todo lo que
pasa por ella se convierte en soplo... Sin duda todos los servidores, cuando
acuden ante el mago, saben que van a la casa del tesoro, a una mansión
celeste de la que no saben de dónde vino; también saben que están en una
mansión segura, cubierta, pero no cerrada del todo; tiene una ventana
de recepción a través de la cual ilumina su sala. Es frecuente, o más bien
diríamos casi constante, que el primer servidor en llegar sea colocado en
el centro de la mansión, y allí, el mago le revele en silencio el origen de
su servicio y la trascendencia de su existencia. Y hasta tal punto la magia
llega a este primer servidor que queda, a la vista de todos, transfigurado,
sin contenido y sin apariencia. Luego, la recepción del mago continúa
hasta estar pleno de sus servidores y, sin más preámbulos, abre la puerta y
despacha a los sobrantes. E inmediatamente pone en ella una barrera para
evitar caer en la tentación de convertirse en importante.
Se dice entre los servidores que es gusto del mago hacer magia para
él mismo, y algunos comentan haber visto a través de la ventana cómo rea­
liza extraños movimientos que le convierten en una extraña forma, pare­
cida a un bambú y que se mueve por toda la sala incansablemente hasta
que, poco a poco, desaparece, marchando hacia la barrera de la puerta y
empezando a entreabrirla, para que se asomen los temerosos servidores.
Temerosos porque con esta historia que cuentan los servidores, muchos
tienen miedo de poder seguir un camino desconocido, un camino que les
lleve fuera de sus fronteras, a esos lugares que a veces el mago menciona
en sus palabras mágicas, como celestial, celeste y otros abraskadabras que
los seguidores no alcanzan a entender.
Cuando esta situación se produce, los servidores adquieren un
extraño temor y todos se desplazan hacia los lugares más altos, hacia las

175
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

colinas o hacia montañas colosas, y allí se convierten en agua, porque


es la forma que el mago más aprecia por su flexura, por su transparencia
y por su virtud. Y así, inevitablemente, porque se sienten amados por el
mago, retornan a su palacio, para estar dispuestos a saltar hacia su soplo
de magia. En ese instante se abre la barrera y la colina exterior se derrite,
y todos los servidores, convertidos en agua, inundan la sala para hacer un
gran homenaje a este inconmensurable mago.
Y mientras, se forma otra nueva colina de nuevos e interminables
servidores dispuestos a poder ver al mago. Entrar en su estancia es seme­
jante a moverse en una gruta oscura y temblorosa, hasta llegar a alcanzar
una pérdida completa de ese miedo inicial y dejarse hacer por el mago,
hasta que los servidores se sientan como en un inmenso vacío y acepten
ser llevados, con gozo, de una forma rítmica, hacia el holocausto del rojo.
En este vertiginoso camino los servidores viven un nuevo vacío
inmenso, porque saben que nuevos acontecimientos van a ocurrir... Y así
es: este vacío inmenso les conduce a convertirse en abundantes y genero­
sos servidores, ya en otra dimensión; y en ese instante, gracias a la acción
del mago, comprenden los servidores el sentido de su torrente y mar­
chan sin angustia a reunirse con el origen que escucharon alguna vez que
estaba situado en una extraña forma que, en palabras del mago —y como
mágicas son no se alcanzan a entender— este repetía una y otra vez: "fle­
cha”, "flecha”, "flecha"...
Y así los servidores se vieron convertidos en un valle hundido y fron­
doso que les separaba del resto de los servidores. Estaban en otra dimen­
sión, recordando, eso sí, su primitivo origen de servidores. Desde allí, con
un extraño movimiento del mago, pasaban a convertirse en una extraña
forma que les recordaba a su primitivo origen y, aunque ya no eran los mis­
mos porque en rojo ya estaban, sí mantenían con más firmeza que nunca,
bajo el estigma de este color, su austero y desinteresado servicio.
Cuando el distribuidor —creador de un rojo de alimento, extraño
pan de vida— recibe este austero holocausto, lo acoge con una actitud
de vacío latente, le deja transcurrir sin intervenir a través de las vías que
se llenan por la continua llegada de los servidores. Es entonces cuando
se produce el gran encuentro con esta fuerza recreadora. Fuerza recrea­
dora de brillantez suprema que, antes de comenzar su recreación, su gran
alkimia de transmutación, realiza un rito de ofrenda universal. Se retira a
deliberar con el Cielo en una montaña y, así, hereda el decreto del Cielo
que le permite ya ser creador alkímico de ese rojo al que, gota a gota,
va distribuyendo por todos los valles del ser. Proporciona así una fuerza

176
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m í n i c a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l a T ie r r a

motriz de primerísima necesidad y la hace circular y circular como una


fuente, para que sea como un mar con oleaje suave e inunde todo el sis­
tema; y abra las puertas de los que esperan con ansiedad la llegada de esta
creación. Todos quieren entrar como en asalto, pero esta fuerza de crea­
ción mantiene un orden preestablecido por el Cielo; deposita en cada casa
lo necesario y retiene lo imprescindible, aunque no deja de recorrer todas
las moradas desde el este hasta el oeste. Luego su fuerza creadora se pliega
como nudo para aguardar la siguiente llegada. Aguarda en la caverna de
sus islas, agazapado, esperando de nuevo la inspirada decisión que pro­
viene de un torrente celestial... seguramente de la flecha. Y cuando ésta
llega, de nuevo se lanza a lo creativo en un gran florecimiento, para reco­
ger de nuevo, siempre, distintos servidores, y envolverlos con su manto
creativo para hacer perdurable su servicio creador.
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

REINO MUTANTE DEL METAL

178
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e i n o m u t a n t e d e l M e t a l

¡RESPIRA, RESPIRA, RESPIRA...!: ¡ESTÁ VIVO!... Es el primer ali­


mento del ser y que, por estar situado en el reino mutante del metal,
podríamos decir que todos los hombres son UNOS COMEPIEDRAS... Esni-
fan el polvo de metales preciosos y eso les hace constituirse en una can­
tera que... con un poco de suerte... y algo más... pueden terminar siendo
un diamante.
Sin duda es una extraña combinación que la tradición alkímica y
hermética guarda celosamente, aunque por lo dicho al principio, ya no
está tan guardado.
En la alta antigüedad... —lo de alta no sabemos por qué pero supo­
nemos que se refiere a su antigüedad... Es broma...— y... en la reciente y
presente antigüedad... —porque todo queda viejo al segundo siguiente— la
alkimia ha estado ligada a esos extraños metales. Lo de extraño es a propó­
sito del mercurio que, como líquido oleaginoso y de color de perla escon­
dida, es el único que tiene aspecto de agua sin ser cristalina, y que —según
se dice— sus vapores, debidamente proporcionados, son parte de la trans­
mutación que el alkimista inhalante percibe para alcanzar ese —extraño
para los mortales y normal para los inmortales— estado de eternidad.

179
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Sin entrar en consideraciones profundas acerca de estas sugeren­


cias, y sin pretender en ningún momento sugerirles que inhalen sulfuro
de mercurio, era inevitable hacer esta referencia histórica por aquello del
"respeto a los mayores". Mayores que, por otra parte, de ser ciertas sus
historias, serían eternamente jóvenes.
¿Se imaginan la respiración de un zafiro, de una esmeralda o de un
brillante?... tan quieto, tan duro... Y ¿qué me dicen del respirar de una
viga de hierro?... Aunque esto es más fácil de comprobar, sobre todo si
viajan en tren... ¿Y si probamos con el magnetismo? Es decir, cada movi­
miento magnético sería una inspiración; de la espiración ya se encargaría
el propio sujeto...
Que el metal —los metales— hasta llegar a las tierras raras, procedan
del reino mutante de la tierra, es sensatamente lógico, pero... que de un
zafiro rezume agua, ya parece una insensatez. De ahí que podamos consi­
derar —genéricamente hablando— que el apelativo de reinos mutantes...
ahora que estamos en el tiempo de la culminación, sea certeramente des­
criptivo.
Y ¿qué me dicen del misterioso acople que el diamante hace con sus
heces? ¿Serán éstas el arrope de las montañas que envuelven a tan precio­
sas gemas y que el hombre tiene que ir tallando hasta conseguir el brillo de
una estrella en sus manos? Y ¿qué me dicen de las perfectas aristas inmacu­
ladas de cualquiera de las preciosas piedras, comparada con las heces traba­
das o sin trabar de un jovencito o de un anciano?... ¿cómo poder comparar
un diamante con un fecaloma?... Sin duda estamos en cosas de LOCOS...
Antes de ajusticiar estos párrafos y destinarlos a la quema de la Santa
Inquisición —ya sea mental o estructural...— reconsideren esta postura...
¿Recuerdan... —si es que aún lo pueden hacer— cuando alguna vez, si es
que alguna vez lo estuvieron... ENAMORADOS... ¿No recuerdan que esta­
ban un poco locos?... Y hablando de alkimia ¿no recuerdan que eran capa­
ces de convertir lo más feo en lo más bonito?... ¿no recuerdan que aquella
primera novia de la que se enamoraron, viéndola ahora desde el recuerdo,
era realmente fea?... pero como estaban enamorados... la alkimia les hizo
transfigurarla en bella. Y ¿no recuerdan, igualmente, aquel joven que les
parecía alto y apuesto y que, ahora, recordándolo con frialdad, resulta
que era bajito y no tan apuesto?... COSAS DE LA VIDA, —DE ESTA VIDA
DE ALKIMIA— QUE NUNCA SE DEBEN DE PERDER, PORQUE CUANDO
SE PIERDEN, LA RESPIRACIÓN SE HACE LENTA, ENTRECORTADA, APA­
RECEN RONCUS Y SIBILANCIAS, Y ALGÚN QUE OTRO ESTERTOR Y LO
QUE LLAMAMOS VIDA, PASA A MEJOR VIDA.

180
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l M e t a l

Y, a propósito de los recuerdos: EL RECUERDO ES EL SENTIR


ESPECÍFICO Y MARAVILLOSAMENTE ESPECTACULAR DE ESTE REINO
MUTANTE. Porque si se recurre a la alkimia del mismo, los recuerdos dejan
de ser pasados para hacerse vigorosamente presentes. Tan presentes que,
si se recuerda bien, se puede llegar a un orgasmo instantáneo... Prueben y
verán... Pero háganlo con confianza y con seguridad.
Cuando estos recuerdos no están dotados de la varilla de alkimia
se hacen melancólicos... lánguidos... perdidos y fríos, como si se hubiera
escapado la vida.
Pero ¿no es acaso cierto que la melancolía que dicen que produce el
otoño con la caída de las hojas, no indica precisamente que el árbol esté
muerto? ¿No es cierto que esa alfombra de hojas caducas es tan sólo volver
a otra vida, de ricas profundidades y de fructíferos recuerdos?... Que se
prolongan en el largo invierno para dar un gigantesco salto en la eterna
primavera, que es, en definitiva, la vida considerada como infinito, con­
ceptuada como alkimia, y que la tradición se ha encargado de perpetuar
en un MILAGRO... ¡Ya puede gritar!
Quizás les hemos llevado con una respiración casi jadeante; qui­
zás les hemos hecho correr un maratón; pero estamos seguros que, sin
quizás, este esfuerzo ha merecido la pena. Si pueden, les sugerimos que
vuelvan a leerlo... con calma. Si lo acompañan de la alkimia del sonido de
un lánguido "blues", con su piano, contrabajo y vientos suaves de sax...
muchísimo mejor. Y... si tienen a mano algún néctar espirituoso... toda­
vía mejor. Y si... tienen la fortuna de tener cerca a alguien que aman y
puede leerlo en un silencio cómplice... todavía mucho mejor. Y si después
de todo ello puede llegar a cerrar los ojos y, después de varios suspiros,
puede llegar a ensoñar... mucho más m ejor... Y si después de todo ello se
incorporan con una sonrisa... de seguro que el milagro de la alkimia se les
ha hecho realidad.

¡Se nos olvidaba! Recordarle que, aunque se conviertan en adictos y


dependientes, este método carece de efectos secundarios.
Y QUE CONSTE Y QUE QUEDE ABSOLUTAMENTE CLARO, QUE
TODO LO ANTERIORMENTE ESCRITO ESTÁ DICHO TOTALMENTE EN
SERIO.
Veamos ahora cómo en las estancias de los diferentes lugares de
este reino se cumplen todos estos presupuestos, que permitirán al sanador
y al propio sufriente, alcanzar la armonía de su reino y ser vínculos de
liberación.

181
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Todo comienza desde un centro interior material que, por el arte


de la alkimia, se abre paso entre las puertas de las nubes para alcanzar, en
cada espiración, el palacio celeste en donde se almacena el prana de cada
inspiración. Allí la claridad es noble, y toda la estancia es un estanque de
vapores luminosos que permiten la comunicación con lo superior. Comu­
nicación que se hace a través de un desfiladero, guiada por un joven mis­
terioso. Es un sendero que conduce a la transmisión de todo nuestro ser
hacia la Divinidad, y que precipita cada espiración al abismo de la Man­
sión Celeste... el verdadero espacio del ser. Una Mansión Celeste joven,
donde se renace con cada respiración y en donde la sinceridad de cada
suspiro alcanza la transparencia de lo que debe de ser un hombre.

Y lo que es turba y polvo desdeñado, y lo que es deshecho, es el


mejor abono, el mejor fertilizante para la mejor cosecha. La alkimia no se
detiene en su hacer. Y su proceso comienza separando lo más espeso de
lo más claro para que, así, cada una de las dos cosas aguarde su intervalo
hasta fundirse, hasta fundirse en un tercer intervalo que termina convir­
tiéndose en un valle que, como boca de tigre, es reposo de calidez.

182
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n iz a c ió n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l M e t a l

Desde allí ya la alkimia del deshecho se hace torrente, se hace torrente


fructífero y se pliega en todos los pasajes dando, en su mutación, un calor
errante a la tierra sedienta que le permite descender hasta lo más profundo,
a la vez que fortalece la virtud de lo que espera a ser resguardado.
Y con la sencillez de lo indiferente, se convierte en divino maná que
hace enriquecer las semillas para que fructifiquen en el estanque sinuoso
de su fuerza y para que así, lo que germine sea con oquedad y a la vez con
firmeza. Y se expanda a todas las direcciones, para dar la fuerza y el sus­
tento a los músculos del labrador y sea capaz, por la ingesta de su cosecha,
de poder soportar sobre sus hombros la recogida de ésta.
Todo este deshecho se hace armadura gigante, cómplice de la tierra,
que termina convirtiéndose en una ofrenda de alimento celestial, y que
permite sostener la precipitación de las próximas lluvias que son las que,
en comunión con ella, harán que las espigas cimbreantes de cada cereal se
hagan cómplices con el viento y, así, culminantemente, el hombre pueda
aspirar los mejores perfumes, los más caros... Los que empezaron siendo
los más baratos.

183
i ja t s > rf» s

SOPORTE ALKÍMICO
DEL SOI EN
LA CONSECUCIÓN

m% ANCLAJES
LUMINOSOS EN
LA, CONFIGURACIÓN
DE SU ESTRUCTURA

185
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

En este capítulo les vamos a mostrar los diferentes resonadores que,


a manera de anclaje, constituyen la imantación que el hombre conserva
en relación con el espacio infinito en el que habita.

HERENCIA

Nuestro comienzo no podría ser otro que el de la HERENCIA, ya


que el hombre se constituye en un microcosmos y, por tanto, tiene su
procedencia de un macrocosmos generador.

186
L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o e l ser e n l a c o n s e c u c ió n d e l m i l a g r o : H e r e n c ia

187
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

En la estructura del soplo del hombre encontramos ocho residen­


cias de la herencia. Cinco se encuentran en el territorio del reino mutante
del agua, uno en el reino mutante de la madera y dos en el reino mutante
de la tierra. Y todos ellos, excepto uno, pertenecen a la EMANACIÓN
DEL YANG.

6V: CHENGGUAN: "herencia luminosa".


36V: CHENGFU: "heredar la ayuda".
56V: CHENGJIN: "herencia de la fuerza".
57V: CHENGSAN: "herencia de la montaña".
18VB: CHENGLING: "herencia espiritual".
1E: CHENGQI: "heredar el pesar silenciosamente".
20E: CHENGMAN: "herencia completa autosuficiente".
24RM: CHENGJIANG: "la herencia de los líquidos".

Podríamos decir...

La herencia luminosa de las aguas anteriores


se transmite, hace fuerza y genera la forma;
dando a ésta el hálito del espíritu
que permite al hombre realizarse
en un pesar silencioso,
que se continúa en un proceso autosuficiente,
semejante al correr de las aguas.

Este pesar sería la limitación que impone la decisión del Innom­


brable al libre vuelo del espíritu, al situarle bajo la dimensión de un perfil
conformado... ¡Y cuántas veces nos hemos quejado de nuestro cuerpo!
¡Y cuántas veces han sido un pesar nuestras piernas, nuestras espaldas,
nuestros dolores de sufrimiento! ¡Y cuántas veces no hemos querido des­
aparecer o nos hemos visto preocupados por la pérdida de fuerza o por
la imposibilidad de seguir el vuelo de nuestros pensamientos! ¡Y cuán­
tas veces nuestro CUERPO no ha sido capaz de seguir los dictámenes de
realización que señalaba nuestro pensamiento y nuestro corazón!... ¿Será
el cuerpo la cárcel del alma? ¿Será ese el "castigo" no nombrado, al que
está sometido el hombre como expresión de heredero de un pecado origi­
nal?... ¿Podrá... o puede liberarse de ese corsé con el aliento de un suspiro,
con la ternura de un beso, con el imán de un deseo, con el abrazo poseso
o con la simple sonrisa de una cómplice aventura?

188
L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o e l s e r e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : H e r e n c ia

¿Y si dijéramos...

El discurrir autosufíciente de las aguas,


dan al ser la humildad y la sumisión
para aceptar su pesar silenciosamente,
lo cual permite avivar el espíritu
y hacer de él una continua ascensión, como en montaña.
Toma consciencia de que es parte de la "Fuerza",
que le ayuda a renacer
a su esencia luminosa.

Depárese ahora en la distribución de estos resonadores: dos de ellos


están en la cima de la cabeza, tres en las piernas, dos en la cara y uno en
el tronco. En consecuencia, los de la cima se corresponden a lo luminoso
y lo espiritual, y serían la herencia del Cielo. Los de las piernas se corres­
ponden con la ayuda, la fuerza y la montaña, y serían la herencia de la
Tierra. Y los de la cara y el tronco se corresponderían con el hombre... AL
VERSE EN SU LIMITANTE POSIBILIDAD, en tanto en cuanto no asuma su
humilde y sumisa procedencia.

189
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

L u m in o s o - A y u d a - F uerza - M ontaña - E spir itu a l -


S ilen c io sa m e n t e - C o m pl et a A u t o s u f ic ie n t e - L íq u id o s .

Reordenemos de nuevo estos atributos de la herencia y descifremos


su mensaje:

EL HOMBRE PROCEDE DE UNA LUMINOSA FUERZA QUE,


SILENCIOSAMENTE, LE CONVIERTE EN UNA MONTAÑA
ESPIRITUAL, AYUDA A LA VÍA DE LOS LÍQUIDOS PARA SER
UNA HERENCIA COMPLETA.

Bajo esta conceptualización el desenvolvimiento de esta herencia,


indudablemente, no debería de desarrollarse según los cánones que pode­
mos comprobar en el comportamiento de la humanidad, sino que más bien,
por el contrario —haciendo testimonio de su naturaleza, heredada del uni­
verso— sus actuaciones deberían de ser completamente diferentes. De tal
manera que se reflejara en su hacer la fuerza luminosa de sus ideas, la deci­
sión infranqueable de su voluntad y el cultivo permanente de su espíritu en
el silencio de su soledad. Todo ello se correspondería con ese macrocosmos
y, de esta manera, su naturaleza sería un reflejo de él mismo, estando, con­
secuentemente, en condiciones de replicar bajo las constantes de la Fuerza
generadora y alcanzar así la imagen y semejanza de su procedencia.
Recurrir a la herencia "verdadera" del hombre es abordar, sobre su
desviación evidente, una expectativa que conduzca al resurgimiento del
hombre "nuevo", que tan sólo lo es en relación a su estado actual, pero
que se corresponde con su ancestral esencia.

¿No estarían en esta esfera los emperadores celestes?


¿No estarían bajo este influjo los primeros faraones?
¿No estarán bajo estas coordenadas los seres iluminados?
¿No se corresponderán en esta categoría
las civilizaciones preincaicas y mayas?

Hoy nos sorprende, en sobremanera, los descubrimientos que se


realizan sobre estas herencias antepasadas. Y no se alcanza a entender
cómo en aquellas épocas los "hombres" pudieron concretar sus acciones
en tan impresionante magnitud. Todo ello sin incluir los interminables
mitos, las "desaparecidas" civilizaciones (Atlántida), y toda una serie de
aconteceres que están en una prudente y escondida incomprensión.

190
L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o e l s er e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : H e r e n c ia

En las interminables preguntas que surgen no puede faltar una


extremadamente inquietante: ¿existe la posibilidad de que el hombre
actual pueda acceder a esa naturaleza, o se ha perdido para siempre?
En el contexto en que movemos los descubrimientos del soplo del
hombre, legado por la tradición alkímica, estamos en condiciones de afir­
mar que el MILAGRO de la recuperación de esta herencia, es aún posible.
A las puertas del tercer milenio el hombre se encuentra sitiado por
su propia historia. Sólo recogiendo el pesar de sus errores de una manera
silenciosa y evocando su espiritualidad, se erguirá como una montaña,
con la fuerza suficiente para alcanzar la dignidad de ser iluminada por la
misericordia de la Fuerza.

191
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

ESENCIA

Cuando hablamos empleando la palabra ESENCIA, inevitable­


mente nos remontamos al FUNDAMENTO y a la TRASCENDENCIA del
motivo en el que se esté dialogando. TODO TIENE UNA ESENCIA... Y...
¿Qué connotación alkímica y milagrosa tiene una esencia?
Comencemos por lo más simple:

• ES
• ENCIA

ES... Del verbo SER o ESTAR... ES EL QUE... ES...: esencia.


ENCIA: cavidad fecunda que promueve el nacimiento de lo blanco
con la dureza suficiente para transformar lo duro y poder conseguir
la subsistencia de la forma.

192
La t r a d i c i ó n c o m o s o p o r t e a l k í m i c o e l s e r e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : E s e n c i a

La esencia sería entonces: la fuerza del que ES, que alberga en su


seno la posibilidad de emanar lo contundente.

• ES
• EN
• CIA

ES: la misma connotación anterior.


EN: expresión que denota la situación en la que se encuentra el
verbo.
CIA: en compañía.

Esencia sería, bajo esta perspectiva, "LO QUE ES", "EN COMU­
NIÓN CON".
Si recordamos la descripción de los resonadores anteriores, ahora
estaríamos intentando aclarar la esencia o, mejor dicho, descubrir la natu­
raleza de la herencia: la esencia. ¿Cuál es, en consecuencia, la esencia de
la herencia?...

LA ESENCIA DE LA HERENCIA ES UN VACÍO QUE


SE DEPOSITA EN EL CENTRO DEL SER.

193
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

¿Dónde se encuentra ese vacío? ¿Qué es el vacío? Si está vacío,


¿cómo es que se deposita? ¿En dónde se deposita? Y por último, ¿cuál es
el centro del ser?
La esencia de la herencia no se nos presenta de fácil comprensión
cuando ha de ser descrita con palabras y cuando, además, éstas tienen que
ser escritas. No obstante, hagamos un esfuerzo.

EL QUE ES, EMANA DEL VACÍO Y SE DEPOSITA


EN EL QUE ESTÁ, SIENDO SU CENTRO EL INFINITO.

Parece ser que esta mayusculinización de las palabras no ha sido sufi­


cientemente aclaradora del enigma en el que nos encontramos, sobre todo,
si contemplamos la expresión de quien transcribe estas páginas. Difícil
tarea será para ella dar una explicación en la participación de este relato...
Si bien este pequeño comentario es una intimidad en la redacción de
este libro, si se hace, es en aras de que el lector pueda vivir con un servidor
la perspicaz sorpresa que el lector puede experimentar y que ya se ha expe­
rimentado en nuestra querida transcriptora. Por tanto, no se desanime. La
tradición alkímica que conduce al milagro, no es una tarea sencilla cuando
el hombre se ha apartado de su verdadera visión y cuando está en actitud
de renunciar a su auténtica herencia en la expresión de su esencia.
Los resonadores que cumplen la función de ser el anclaje de la esen­
cia son:

SUIKONG: "esencia vacía": 2TM, 11R, 5VB, 5E.


SUIFU: "depósito de la e s e n c i a 2TM, 14R.
SUIZHONG: "el centro de la e s e n c i a 14R.
L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o e l ser e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : E s e n c ia

Apréciese —como en el estado de la herencia— que el agua vuelve a


ser el protagonista principal de esta historia.
1 IR: SUIKONG: "esencia vacía”, es la undécima estancia de la vía
yin del agua. En este sentido se correlaciona con el principio de IDENTI­
DAD, dando la expresión, su nombre, de ser el equivalente en el hom­
bre de la esencia original. Tiene como función fundamental realizar una
purificación en la vía del agua y acrecentar el caudal virtuoso de ésta. La
acción sobre este resonador tiene dos estancias: en la primera se hace una
presión con el pulgar hasta conseguir una sensación de vacío y, continua­
damente, se pasa a la segunda actuación en la que se aplicará moxibus­
tión indirecta.
5VB: SUIKONG: "esencia vacía”*. Es un vacío ilusorio pero que vibra
en la sintonía de la circularidad. Circularidad, como expresión del sentido
retrógrado de la luz. Se define como el espacio del ser en el que se apela a la
decisión de la Fuerza a través de la función de juez en que se desenvuelve
la entraña extraordinaria V.B. De esta manera, el sentido compasivo entre
los hombres y la actitud comprensiva en sus relaciones, se expresa como
el eco de un vacío que, desde el infinito, emana sus dones, no como una
fuerza castigadora sino como una expresión que obedece a la intimidad
de su amor y que pretende, permanentemente, librar al hombre de su per­
manente sentido de culpa, sin que ello esté exento de una responsabilidad
liberadora, mientras que a la vez, se hace uno con la totalidad, deslava­
zándose de las ataduras y los yugos de las leyes humanas para pasar a ser
vivenciador de una continua mutación y transmutación, como así ocurre
en el infinito; trayendo, consecuentemente, esta postura, una posición en
la relación entre los hombres que no queda fijada a la ofensa o al éxito
sino que se desarrolla en la búsqueda de centrarse a la obediencia de los
signos, los ideales, la virtud, la aceptación, y la esperanza.
La actuación sobre este resonador se culminará con la imposición
alkímica del metal, realizándose una imposición oblicua descendente con
una manipulación vibrante exenta de rotación, hasta que se aperciba el
sanador de un ligero calor sobre los dedos que manipulan esta antena de
referencia hacia el vacío creador.

2TM: SUIKONG: "esencia vacía”.


SUIFU: "depósito de la esencia”**.

* Es otro de los nombres de este resonador.


** Son otros de los nombres de este resonador.

195
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

Recordemos que su otro nombre es YAOSHU: "transporte estraté-


gico"... de energías ancestrales. Nos remitimos a la descripción que de él
se dio al hablar del TM.
14R: SUIFU: ",depósito de la esencia", la decimocuarta estancia se
constituye en el depósito de la vacuidad de esa esencia. En él se alberga
la opción de que el ser conjugue su estructura de agua con la estructura
fundamental del agua celeste. En este caso se actuará con moxibustión
indirecta.
14R: SUIZHONG: “el centro de la e s e n c i a Hay un centro en la esen­
cia, referenciado en el riñón, situado en el agua, en una zona muy concreta
que tiene que ver con la circularidad del ser en relación con la vesícula
biliar. Simboliza el quehacer del agua como centro a partir del cual la esen­
cia se va a diversificar en diferentes estructuras, al igual que ocurre con la
emanación de los canales extraordinarios que parten de ella.
Sobre todos estos resonadores, excepto el 5VB, actuaremos a través
de la moxibustión indirecta.
Con todas estas actuaciones se conseguirá una purificación, como
actividad terapéutica, que permita que la naturaleza de la herencia en su
basamento en la esencia, vivifique la forma y la sitúe en el sendero del
iniciado, con lo cual, se adquirirá unas determinadas sutilezas que avisan
a cerca de la transformación alkímica que está sucediendo en el ser.

196
C o m p o r t a m ie n t o y o r g a n i z a c i ó n d e l a f u e r z a l u m ín ic a d e l s o p l o : R e in o m u t a n t e d e l A g u a

DESTINO

La herencia con su esencia, están sometidas a un DESTINO, que,


con independencia de la frecuente discusión entre el libre albedrío, el
destino providencial y la libre voluntad de elaborar el propio destino, no
se debe olvidar que las características generales de una especie —configu­
radas por la esencia de su herencia— van a conferir unas cualidades muy
perfiladas en torno a dicha especie, si bien esto no contradice las posibili­
dades evolutivas de aprendizaje y de enseñanza de las mismas.
Si seguimos el sentido alkímico en el que nos encontramos inmer­
sos y según la visión que la tradición hace del mismo, el milagro del ser
se concretiza en hacer una sintonía perfecta entre su microcosmos y su
macrocosmos, diluyendo así las disquisiciones entre su propio ego y los
conocimientos que se le aportan. El arquero con su flecha se funde en la
diana y se hace uno con ella, aunque cada uno tenga sus propias caracte­
rísticas y sus sentidos evolutivos sean diferentes.

197
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

La misma palabra: DES-TINO, nos habla de "dar en el tino". Pero sin


olvidar que el tino no se encuentra en el plano del que da, sino que está
fuera de él. En este sentido —si siguiéramos con el ejemplo del arquero— el
hombre que cumple con su destino, sin dejar de apuntar a la diana, siem­
pre lanzará su flecha fuera de ésta, porque su tino le reclama en otra diana
que no es de la misma naturaleza y configuración que la del arquero. Esta
situación es difícil de comprender, sobre todo cuando el hombre trata, por
su perfección y su acondicionamiento, de atrapar en su reino lo que no es
de él. En consecuencia, la actitud del hombre en la alkimia de su destino,
no renuncia a su posición humana, pero se proyecta en la flecha y con el
arco en su vuelo hacia el tino que marcan sus estrellas.
El DES-TINO —palabra siempre incomoda, tanto si lo elabora la
conciencia del hombre como si lo rige la Fuerza del universo— ha consti­
tuido para el hombre una muy truculenta situación.
Porque en cualquiera de los casos, existen una serie de variables a las
que el hombre no tiene acceso en los estados "interesados" de conciencia.
Desde el arte en sus más diversas expresiones, hasta en el lenguaje
popular con sus dichos y refranes; desde el nacimiento hasta próximos al
último suspiro; y desde la buena y la mala suerte, el destino siempre se
encuentra presente. ¿Por qué se depara tanto en él? ¿Por qué tanto inte­
rés en hacerlo o saberlo? ¿No sería más sencillo estar y hacer "sintiendo",

198
L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o e l s e r e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : D e s t in o

sin esperar al mañana destino? ¡Qué oportunidad tan fútilmente perdida


ocurre todos los días en tantos miles de millones de habitantes! ¿Cómo ha
podido llegar el hombre a sentirse tan importante? ¿Cómo ha podido llegar
a pensar que es el ombligo de la Creación?... ¿Cómo debió de ser su pecado
para que llegara a concebir la posibilidad de inmiscuirse en esta palabra?
Porque, sin duda, el solo instinto de manejarla constituye un acto
de soberbia "grave” que ya define por sí mismo a este gran pecador. No
se trata de que piensen, a estas alturas, que estamos haciendo un sermón;
mucho menos que puedan llegar a pensar que se está juzgando. Tan sólo
se trata de poner en evidencia otra visión de la "realidad". Es muy posible
que la mayoría de los que tengan la ocasión de leer estas palabras estén
en total desacuerdo con ellas, pero no caigan en esta vanidosa trampa...
Déjense llevar por lo que han escuchado y pregúntenle al escondite de ter­
nura que tienen, según se baja a la derecha, en el corazón... quizás puedan
variar su "juicio".
Las clarividentes visiones de visionarios que no tuvieron la suerte de
llamarse Julio Verne —al que hoy se le venera como si fuera un profeta—
también tuvieron su parte contratante de la primera parte y definieron
que existían, en el organigrama del soplo del hombre, cuatro espacios en
los que el destino se hallaba presente.
Uno era la PUERTA DEL DESTINO. Otro era la GALERÍA
DEL DESTINO. Otro era EL DESTINO EXTERIOR.
Y, finalmente, otro era LA BARRERA DEL DESTINO.
Tres se encontraban en las aguas y uno en la tierra. El primero de las
aguas, en las aguas misteriosas anteriores y los otros dos en las aguas cris­
talinas posteriores. Uno era la puerta... Sí, sí, la puerta que permite la vida.
Los otros eran los soportes de esa permisividad que tenían una larga o corta
galería dependiendo del flujo que pasara por la puerta de la vida. Sería
como el "tiempo de vida" que tendría cada ser. Y por último, ese destino
exterior vendría a ser algo así como la huella o huellecita que cada uno
deja en el lugar donde habita, que puede llegar a ser o no famoso. Todo ello
también dependerá del tiempo histórico que le toque vivir... Con el paso
del tiempo, nadie se acordará del destino exterior de nadie... salvo algún
que otro curioso inmortal... Y si no, háganse una pregunta: ¿qué saben del
destino exterior de su tatarabuelo?... Nada. Sin duda existió, pero salvo que
tengan la suerte de que se llamara Einstein o Beethoven o Da Vinci, mucho
nos tememos que su huella del destino ha quedado borrada para siempre...
Todo resulta evidentemente comprobable en esta mágica tradición...

199
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

De cualquier forma, si están especialmente interesados en el des­


tino exterior de su tatarabuelo, busquen algún curioso inmortal que se lo
cuente, porque las cosas no pasan en balde.
El de la tierra, representa la barrera de la forma en la consecución de
ese destino. Barrera en el sentido de otras puertas, esta vez en una estan­
cia de la tierra, que permitiría el paso del alimento de la caverna, favore­
ciendo la asimilación y distribución de las energías que el ser necesita para
dar cumplimiento a su "tiempo de vida".
Si deciden asumir las posibilidades... HUMILDEMENTE Y SUMISA­
MENTE, que el destino tiene guardado para cada ser, podrán acceder a un
trabajo iniciático sobre estos cuatro resonadores.

Comenzarán con MINGMEN: 4TM: LA PUERTA DEL DESTINO.


Sobre él ejercitaran, en primer lugar, una presión fija, quieta y mantenida,
para luego poder realizar una puntura oblicua ligeramente descendente y,
finalmente, realizar sobre él una moxibustión indirecta. Sería como reali­
zar los tres pasos que dan título a este trabajo:
la tradición con el dedo,
la alkimia con la aguja,
y el milagro con el fuego.
Probablemente con esto sea suficiente para que el ser se ratifique en
su presencia, en su constancia, en su certidumbre y en su invariable cami­
nar hacia el papel que le corresponde en la totalidad.
No obstante, es posible que se necesite recurrir a la ayuda del des­
tino más inmediato, sobre todo en aquellos casos en los que el hombre se
encuentra más perdido, más desconexionado, más desubicado de su reali­
dad. En estos casos habría que añadir LA GALERÍA DEL DESTINO: 22R, EL
DESTINO EXTERIOR: 7R y LA BARRERA DEL DESTINO: 17B.
En el primero de los casos habría que aplicar moxibustión indirecta,
casi directamente en busca del milagro que DE SENTIDO A LA VIDA. En
el segundo, se actuará con la alkimia del metal en una imposición oblicua
ascendente, con una suave manipulación que despierte en el que la recibe
la sensación de vacuidad y de incorporeidad de la zona en la que se ha
manipulado este resonador. Y, en el tercero, se aplicará moxibustión indi­
recta, para que toda la estructura se disponga en el sentido del destino.
Si les sirve de referencia, tenemos la referencia personal, de haber
"abordao" una variable patología con el trabajo exclusivo en MINGMEN,
pudiendo haber constatado resultados absolutamente evidentes.

200
L a t r a d ic ió n c o m o s o p o r t e a l k ím ic o el ser e n l a c o n s e c u c i ó n d e l m i l a g r o : D e s t in o

Sentimos no poderle proporcionar bibliografía al respecto, pero los


que ya nos conozcan y los que no, podrán darse cuenta que nuestras fuentes
de información proceden de la investigación, la búsqueda, la meditación,
la oración... Y, como diría Julio Iglesias... Y tantas y tantas cosas más.
No nos queda más remedio que añadir, recordarles que este apa­
rente juego entre lo lúdico, lo tradicional, lo alkímico y lo milagroso, que
en ocasiones puede parecer fantástico y en otras una barbaridad, se corres­
ponde en cierta medida, con ese espíritu que nos relatan las viejas histo­
rias taoístas, en las que era, sin duda, mucho más difícil descifrar cuando
se estaba hablando en serio y cuando no.
En la parte que a nosotros nos corresponde, pensamos que esta
claro, si bien, no es de extrañar, que de vez en cuando sientan la duda y
puedan incluso hasta llegar a pensar que todo esto... "ES UNA PASADA de
un pirao con una imaginación calenturienta que, a falta de no tener otra
cosa que hacer, y aprovechándose de su conocida actividad... Se quiere
quedar con el personal"
Bien, este final es una muestra más de lo que acabábamos de decir,
y sólo terminar por añadir que bien pobre sería, y cuan absurdo, nuestro
afán, si lo último escrito fuera cierto, si tenemos en cuenta que este libro,
como todos los anteriormente escritos, quedan básicamente en el olvido,
producen inevitablemente ruina, generan suficiente desprestigio y final­
mente, ni lo más allegados conspicuos terminan por comprar... Todo ello
sin contar las innumerables fotocopias que de este o de todos los demás
libros, se hacen sin cesar... Pero lo hecho, hecho está y a quien tenga que
llegar... Llegará... Y una sonrisa en el Cielo aparecerá...

201
HOMBRE
Pat&V$DEN€JAL

203
A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros

204
E l H o m b r e P r o v id e n c ia l

efinir la Providencia como un acontecer ajeno al hombre podría

D enmarcarse dentro de lo teologal, lo religioso, lo esotérico... "Los


dones del Espíritu Supremo". De igual forma podríamos abordar
lo providencial como aquellos acontecimientos que se producen en la
vida del hombre como consecuencia de las acciones individuales de cada
uno y las infinitas posibilidades de combinaciones que se pueden dar a
través de sus confluencias. En el primer caso, el hombre sería un interme-
diario-contemplador, ajeno en cuanto a lo que se refiere a su aportación
como protagonista de cualquier acontecer. En el segundo caso todo estaría
a merced de las posibilidades y de sus diferentes combinaciones que el
protagonista —hombre— es capaz de desarrollar.
Con este planteamiento podríamos pensar que son dos posiciones
totalmente antagónicas. En el primer caso el hombre quedaría excluido de
cualquier responsabilidad. En el segundo, el hombre sería el único respon­
sable, en virtud de sus potencialidades.
Pero podríamos hacernos la siguiente pregunta: ¿Existen realidades
antagónicas de esta magnitud que sitúan a una como certera y a otra como
falsa?... ¿o es tan sólo una situación que surge como consecuencia del
planteamiento esquivo del lenguaje?... O dicho de otra manera: cada una
de las dos posiciones sólo mira con un ojo y excluye la visión del otro.
¿No les llama a ustedes la atención el hecho de poseer dos oídos,
dos ojos, dos fosas nasales, miles de posibilidades sensoriales e inconta­
bles opciones en la discriminación de los sabores?... Y, en consecuencia,
el hecho de que existan todas estas variables ¿no nos indica en una gran
medida que no pueden existir posiciones irreconciliables y que, conse­
cuentemente, estas solamente surgen cuando quedan abolidas todas las
posibilidades reales y el sujeto se centra en una sola?
Les proponemos que hagan el siguiente ejercicio: mirando con los
dos ojos, cierren uno. Podrán comprobar de inmediato que el campo visual
queda reducido a la mitad. Si lo aplicamos al oído los sonidos aferentes al
oído afectado no son captados por el otro en su totalidad. Si accedemos a
la olfacción, de igual forma, cuando ésta está alterada, determinados olo­
res no son captados y menos aún discriminados. Con el gusto pasaría otro
tanto. Y con el tacto las variaciones, dada la amplitud de su textura, serían
aún más evidentes. Cuando estas circunstancias ocurren, esto no significa
que los sonidos, campos visuales, olores, sabores, etc. NO EXISTAN, sino
que el receptor está abolido o alterado. Si bien una persona puede decir
que tal o cual ciudad NO EXISTE, en su experiencia, porque no ha estado
en ella, esto no significa que dicha ciudad no tenga una evidente exis­

205
A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros

tencia... Así sucesivamente podríamos alargar nuestra lista de ejemplos


y poner en evidencia que las dos posturas iniciales de las que partíamos,
son productos irreconciliables en la medida en que el observador no se
apercibe de la parte que niega, lo cual no significa que esta no exista.
En consecuencia, podemos afirmar que las dos posturas existen, y que se
reconcilian y se hacen una, cuando el receptor amplifica, en el sentido de
sus posibilidades, todo el campo de su realidad.
Las causas fundamentales que conducen a estos criterios parciales
están claramente definidas en "la visión" que va recibiendo el sujeto de
parte de los sistemas dominantes (familia, cultura, estado, continente
etc.). Poco a poco se va anulando "la visión" de otras concepciones y ya se
entra en el mundo dual que termina por sintetizarse en: cierto-falso...
Esta situación podría definirse en términos médicos como una
"histeria espiritual", ya que el protagonista reacciona de forma negadora
ante situaciones para las que ha sido educado bajo el comportamiento del
rechazo... Como "todos" están sometidos a esta situación, no puede exis­
tir, en principio, un reconocimiento de esta patología. Se da por buena la
posición y se pierde la perspectiva de la totalidad.

206
E l H o m b r e P r o v id e n c ia l

Si nos fijamos en los factores que terminan por evocar un compor­


tamiento de "histeria espiritual", todos ellos están bajo el sinónimo del
PODER. Poder que tiene su fundamento en la afirmación de una visión
que se mantiene por el combate de otra.
Se podría decir que, en estas circunstancias, el "vencedor” deja tras de
sí los cadáveres de los "derrotados"... Pero los cadáveres son... él mismo...
Esta situación sería comparable, por ejemplo, a una sordera de percep­
ción, situación en la que el sujeto oye los sonidos, pero es incapaz de interpre­
tarlos, "escucharlos", porque el lugar de recepción de los mismos se encuentra
alterado; no reconociendo el lenguaje sonoro que llega ni su significado.
Estamos en condiciones de apercibirnos de que la única posibili­
dad, en el plano estrictamente humano, de poder participar en la resolu­
ción de esta "histeria espiritual", residiría en la disolución de los criterios
de poder, que serían sustituidos —no en el sentido de reposición— por
el descubrimiento y la respetabilidad que emanaría del entorno. De esta
manera, el desarrollo evolutivo de cada individuo no estaría sometido a
un "acondicionamiento permanente" sino que estaría en una estancia en
la que el comportamiento del entorno le muestra el abanico de sus descu­
brimientos, despertando, en consecuencia, en el observador, una actitud
de respeto, una posibilidad de elección, una opción de síntesis y, final­
mente, una concepción "original" de su existencia.
La opción a la que nos ha llevado todo este cúmulo de disquisiciones
no es, ciertamente, fácil de conseguir, sobre todo teniendo en cuenta que el
basamento de la especie del hombre se ha desarrollado fundamentalmente
en torno a la esfera del poder. Las posibilidades de disolver este criterio sólo
pueden irse gestando bajo el descubrimiento de la búsqueda individual del
"proyecto personal"... Situación que ha de pasar bajo el prisma del "no
combate", bajo el filtro selectivo de una información abrumadora, bajo la
inducción permanente de la búsqueda de un bienestar y confort, bajo las
expectativas especuladoras de una tecnología dependiente, bajo... en defini­
tiva, de una multitud de facetas que, sin definirse como poder... LO SON.
¿Cómo podríamos reconciliar —después de las expectativas descri­
tas— estas dos concepciones de lo que genéricamente se entiende por
Providencia?
La respuesta providencial que emana de la actividad exclusiva del hom­
bre se rige por el principio de la "casualidad"... de la "imprevisibilidad"... del
"azar"... y, en último termino, de la "suerte". Si pensamos en estas deduccio­
nes y las llevamos al plano de los acontecimientos de la vida de un adulto,
no podemos por menos que establecer poderosas sospechas en torno a las

207
A l k im ia . Tr a d ic ió n y M ilagros

"COINCIDENCIAS" que se dan con TANTA FRECUENCIA para que se pro­


duzcan determinados hechos en la cotidiana vida de cualquier ser humano.
EL AZAR CASUAL que sitúa al hombre en descubrimientos persona­
les que cambian y modifican sus criterios, que son capaces de llegar incluso
a cambiar el sentido de su existencia, se nos ofrecen con la suficiente y abru­
madora mayoría como para pensar, con evidente naturalidad, que los únicos
factores que inciden en dichos acontecimientos no pueden ser atribuidos
exclusivamente al proceso inteligente de los hombres. En consecuencia,
habremos de admitir que existen otros factores que podríamos calificar de
"extrahumanos", en el sentido de que no proceden de la propia actividad
de su estructura, aunque bien es cierto que él se encuentra inmerso en esos
factores: los cuales son capaces de producir una respuesta capaz de dar sen­
tido a la intervención DEFINITIVA, que posibilita la recombinación casual
del azar para que acontezca lo inesperado. Si, además, situamos al hombre
ante una realidad de universo con unas fuerzas de desconocido valor que
rigen la dinámica del mundo existente, podríamos llegar a concluir, que
tendríamos que admitir, que el aporte que hace el hombre en el sentido
providencial es de una magnitud prácticamente despreciable.
Si repasamos los basamentos en los que se cimienta la cultura del
hombre, descubrimos que estos se han producido por verdaderas "casua­
lidades" que, bajo el signo de la "inspiración", han surgido como de "la
nada" y a partir de esa nada y con lo que de ella ha surgido, es cuando el
hombre ha ido añadiendo sus estudios e investigaciones que finalmente le
han llevado a concebir que él es el artífice providencial de su existencia.
Si el hombre consigue mantener —y es capaz, a través de la Fe— el
estado de asombro que ha producido en su seno la fuerza providencial de
Lo Celeste, y no trata de añadir, de su propia cosecha, ningún elemento
que justifique de alguna manera su participación en tan insólito acto,
estará en condiciones de vivir, de una manera permanente y cotidiana, el
asombro de los dones de la Providencia, e incorporarlos a la dinámica de
su propio ser individual, lo cual le llevará a ser un permanente realizador
de los designios de la Providencia Celeste, bajo el signo de una actuación
sacerdotal que haga imprimir en cada uno de sus actos:
"hacer-dote"...
S: silencio interior
H: mudez.
Acer: realizar lo inspirado.
Dote: vigencia permanente que se encuentra disponible
para acometer constantemente un compromiso sacramental.

208
E l H om bre I t a m o n

¿Cómo llevar todo esto más específicamente al campo del sanador?


Se trata de reconciliar la posición providencial como "magma de
sustento" con la consciencia individual y parcial del hombre. En este sen­
tido, en términos absolutos, la enfermedad debería ser vivida como un
acontecimiento más, sin diferenciarla de su término opuesto: salud...
Pero... en el estado actual de la mente del hombre, sometido a la
pluralidad relativa de sus posibilidades y, más concretamente, a la duali­
dad, en este caso, salud-enfermedad, cuando quedan definidos los pará­
metros de lo saludable, todo lo que no esté dentro de ellos se considera
enfermedad. Este hecho puede fácilmente constatarse a lo largo de las
diferentes culturas, en las que el concepto de salud y enfermedad estaba y
está ceñido al criterio dominante de una época.
Debemos indagar en el sentido de "lo absoluto". Y en este aspecto,
poder llegar a disolver el sentido dual de los acontecimientos y contemplar
sus alternancias como producto de las manifestaciones de "lo absoluto".
Esta tarea no es nada fácil, teniendo en cuenta que, con machacona
frecuencia, cuando se recurre a alguna fracción de lo absoluto, el hombre
suele caer en un absolutismo intransigente y en un sentido dictatorial
férreo en el que controla y produce el miedo suficiente como para crear un
rencor y odio también suficiente, que desencadene las hostilidades.
La pregunta sería entonces: ¿Cómo vivir en el sentido de "lo absoluto"
sin caer en el "absolutismo"? O dicho de otra manera: ¿Cómo convertir la
experiencia de vida en un sentido absoluto, sin perecer en el intento?
Si bien nuestro mundo fenoménico se nos muestra como, cada vez
más, absolutamente relativo, no deja de ser menos cierto que en la impli­
cada absoluta relatividad se encuentra una flagrante contradicción. Todo
ello nos hace pensar que las manifestaciones existenciales que contem­
plamos se nos muestran relativas porque sólo se realizan bajo el espectro
de una determinada dimensión y, en consecuencia, se deja de percibir la
fuerza de emanación, que se nos muestra en un sentido relativo, siendo
ésta, de carácter absoluto.

¿Soy absoluto o relativo


cuando me pierdo en la profundidad de tu mirada?
¿Soy absoluto o relativo cuando
sueño con una sincera expresión?
¿Soy absoluto o relativo
cuando me oculto en un profundo llanto?

209
A l k im ia . T ra d ic ió n y M ilagros

¿Soy absoluto o relativo


cuando contemplo que mi estar es un lamento
y mi presencia no es un azar?
¿Soy absoluto o relativo
cuando sé que me aguardas por interés?
¿Soy absoluto o relativo
cuando gimes a mi lado sin encanto?
¿Soy absoluto o relativo
cuando de mi amor haces un desencanto?
¿Soy absoluto o relativo
cuando contemplo que mi hacer es un arrebato?
•••
¿Es absoluto o relativo
entregarme como un holocausto?

Si contestan a estas preguntas, las opiniones de los hombres, todas


ellas, confluirán en que no hay por qué plantear la duda... son estados de
absoluto relativismo...
Si pregunto a mi corazón... Sólo existe lo absoluto...
Si consulto a mi inteligencia... Lo absoluto queda lejos, lejos, lejos...
y vivir siempre es relativo.
Parecen de nuevo disociados, pero a la vez se sienten muy cerca...
La respuesta es muy simple:

LO ABSOLUTO SE HACE RELATIVO A LOS OJOS DE


LOS HOMBRES... PERO LA REALIDAD... LA VERDADERA
REALIDAD, ES ABSOLUTA...

Y está ahí para que los hombres tengan acceso a ella...

Si s a b e s v e r l o a b s o l u t o d e c a d a f r a c c ió n q u e se t e p r e se n t a

COMO RELATIVA, TODO TU HACER SE CONVIERTE EN A BSO LUTO ...

No caerás en la tentación del poder y del absolutismo sino que, más


bien, te sumergirás en el camino de absoluto que cada ser tiene con La
Deidad. Y así... podrás marchar —como dice la vieja sentencia budista—
"más allá del más allá"...
El hombre enfermo vive su realidad en el sentido absoluto de sus
sensaciones. El sanador ha de "abrir" su relativismo para impregnarse de

210
E l H o m b r e P r o v id e n c ia l

lo absoluto de cada enfermedad... De esta manera, sus actuaciones estarán


siempre guiadas por El Absoluto... El cual, en su absoluta eternidad, es
inagotable y, por tanto, no excluye la vivencia de otros absolutos... que
siguen terminando por confluir en la culminación de su eterna vacuidad.
Podríamos expresar en un verbo silencioso, antes de afrontar la rea­
lidad de una enfermedad, diciendo:

Soy un absoluto que te aguarda


aunque en apariencia sea relativo.
Soy un absoluto
que se introduce en tu absoluta enfermedad.
Y desde ahí,
la inspirada bondad del eterno
me suministra con absoluta certeza
el hacer contigo... Enfermo.
No hay error.
No hay lugar para la duda
ni tampoco espacio para la vanagloria.
En ese instante se sabe
que el Eterno ha acudido puntual.
Emergente como siempre.
Exaltante de bondad.
Estando en ese absoluto
cualquier relatividad salta al espacio insondable
y se contempla con absoluta totalidad.
No es preciso demostrar nada.
No es necesario comprobar.
Menos aún discutir... sólo, actuar...
Luego, si es preciso... Comentar... ¡por decir algo!...
Y ¡qué difícil es estar allí!
cuando todo acosa hacia la relativa estancia,
cuando todo exige una comprensible justicia,
y cuando cualquier acto de firmeza
se interpreta como absoluta e intransigente decisión...
¡No es la voz del hombre la que habla en esos instantes!...
Es la espiración del Eterno la que se expresa con rigor.
¡Déjese hacer, buen humano,
que el que le guía bien lo sabe... Usted no!

211
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

212
Y ENI LA TRASCENDENCIA.
v o l v i m o s al ntmano...

213
A l k im ia . T r a d ic ió n y M ilagros

a tradición era y es la secuencia simultánea, constatable y evidente,

L del empirismo intuitivo de la clarividencia.

La alkimia se constituía en el vehículo —por la invocación a El


Cielo— de los elementos constituyentes: fuego y agua.
Los milagros se definían por la acción decidida y contundente de la
imprevisible misericordia del Cielo...
Ahora es tiempo, en esta culminación, de hacer kabalás de todo lo
que ha transcurrido. Observen y presten atención:

• TRADICIÓN: Retiren la cuarta letra empezando


por la izquierda... quedará TRAICIÓN.
• ALKIMIA: También empezando por la izquierda,
retiren la tercera y la cuarta, y les quedará: AL-MIA.
• MILAGROS: Retiren la quinta letra empezando
por la izquierda y les quedará MILAROS: MIRALOS.

Si se fijan, de la primera palabra, tradición, hemos retirado una letra,


la cuarta; de la segunda hemos retirado dos letras, la tercera y la cuarta; y
de la tercera, milagros, hemos retirado la quinta, una letra, y además, la
hemos girado.
En consecuencia, la secuencia sería: 1 - 2 - 1 , que representaría la
secuencia de retirada de las letras, lo cual nos indicaría que el hombre, el
dos [2], está custodiado permanentemente por el Uno [1],
Y ahora, realicemos otro salto y veamos lo que sucede cuando el
hombre renuncia a la tradición; cuando lo hace, igualmente, a la alki­
mia; y cuando también, consecuentemente, desdeña los milagros... como
hemos visto al quitar las letras.
Lo que nos queda es esta concluyente sentencia:

¡ALÁ! MIRA MIS TRAICIONES.

214
De forma poética, se describen los canales
energéticos, en un viaje iniciático que cada
persona puede hacer.

Es "alkímico", porque nos va abriendo puertas


hacia la visión de otros estados de conciencia.

Es un libro "de Tradición": cuenta con ele­


mentos muy originales de la Medicina
Tradicional China — al tiempo que no
se contradice con otros textos—

Es "milagroso" porque los trata­


mientos que plantea permi­
ten mutar diferentes
estados de enfermar.

ALKIMIA
TRADICIÓN
Y MILAGROS

MANDALA
EDICIONES www.mandalaediciones.com 7 8 8 4 83

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