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Vivir con psoriasis: existen soluciones no

agresivas
Dr. Pablo Saz
28 de noviembre de 2017 · 12:18

No hay cura definitiva para esta enfermedad, pero puede


desaparecer durante largas temporadas con tratamientos que
propone la medicina natural.

Los pacientes de psoriasis a menudo están mal informados sobre su enfermedad, se sienten
desesperadas y se lanzan en busca de una cura a base de pomadas y medicamentos que a veces alivian
sus síntomas pero que otras ni siquiera eso y además les producen efectos secundarios.
Por otra parte, no he encontrado que se recomiende un estilo de vida saludable a pesar de que desde
hace mucho tiempo se sabe que lo más efectivo para resolver el problema son prácticas sencillas,
fundamentadas en una buena dieta y el contacto con el sol, el aire y el agua.

La psoriasis es un proceso inflamatorio crónico de la piel que se caracteriza por un diferenciación y


proliferación aceleradas de la epidermis: erupciones rojizas delimitadas, a veces con placas cubiertas de
escamas plateadas superpuestas y otras veces con induración.
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Aparece en el cuero cabelludo, zonas exteriores de las extremidades (muñecas, codos, rodillas y
tobillos) y lugares de roces repetidos.

Afecta al 2% de la población, es más habitual en personas de raza blanca y presenta su aparición


máxima entre los 20 y 30 años y entre los 50 y 60.
La causa de la psoriasis es multifactorial, con componentes genéticos y ambientales. A veces existen
antecedentes familiares. Se dice que cuando uno de los progenitores padece psoriasis, el riesgo de que
un hijo presente este trastorno es del 14%. Esta cifra asciende al 41% cuando lo padecen ambos
progenitores. No es contagiosa en ningún caso.
Entre los factores que influyen en la psoriasis se encuentra la mala absorción de las proteínas, que
hace que las bacterias intestinales creen unos aminoácidos tóxicos, las poliaminas: si aumentan
empeora la psoriasis. Las enzimas que mejoran la digestión disminuyen las poliaminas.
Las toxinas intestinales como Candida albicans y otras levaduras empeoran la psoriasis. El ayuno y las
dietas sin gluten han producido mejorías en pacientes con psoriasis. También la disminución del
consumo de alcohol y tomar cardo mariano, que mejoran la función hepática.
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Los factores que desencadenan los brotes pueden ser traumatismos físicos, agresiones sobre la piel
(fenómeno de Koebner), infecciones (faringitis estreptocócica), hipocalcemia, estrés y algunos
fármacos como el litio, los antipalúdicos o el interferón.
El efecto del embarazo sobre la psoriasis no es uniforme: la mitad de las mujeres con psoriasis
experimenta un empeoramiento durante el embarazo y la otra mitad, una mejoría.
La psoriasis puede manifestarse con anomalías en las uñas y cerca del 10% de los pacientes presenta
afectaciones en las articulaciones (artritis psoriásica).

Los tratamientos naturales para la psoriasis


En general se cree que la psoriasis no tiene curación definitiva, si bien puede desaparecer durante
largas temporadas, incluso años. El tratamiento convencional se centra en fármacos cada vez más
agresivos y con más efectos secundarios.
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La medicina natural, en cambio, pone énfasis en el cuidado suave de la piel, que ayuda a reducir al
mínimo el prurito y el traumatismo cutáneo. Así se previene el fenómeno de Koebner en las lesiones
psoriásicas. Una medida útil consiste en bañarse en agua fría o tibia con jabones suaves.
Asimismo, la aplicación frecuente y periódica de emolientes, especialmente mientras la piel aún está
húmeda, ayuda a mantener suave y más controlable la piel psoriásica.
La avena coloidal, la harina de avena o las infusiones de manzanilla en forma de emoliente o baño
también contribuyen a calmar el prurito y la irritación relacionados con la psoriasis. Lo mismo ocurre
con la aplicación de aceite de oliva.
Los baños de sol o la cura solar con adaptación progresiva se han demostrado efectivos para la
psoriasis, que normalmente mejora durante los meses de verano, cuando hay una mayor exposición a
los rayos solares. La radiación ultravioleta B disminuye la síntesis de ADN y tiene efectos
inmunorreguladores.
Hoy se conocen varios de los mecanismos en los que interviene la acción de la luz regulando este
sistema inmunitario implicado en la psoriasis. La radiación ultravioleta es mucho más eficaz cuando
se combina con un fotosensibilizador tópico o sistémico como un psoraleno.
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Los psoralenos (un tipo de furocumarinas) son sustancias vegetales sensibles a la luz (o que se pueden
activar con luz). Están presentes en las familias de las leguminosas, las moráceas, las meliáceas, las
compuestas y las solanáceas. Alimentos ricos en ellas son la lima, el perejil, los higos y el apio.
Los efectos fotosensibles de las furocumarinas se conocen desde hace siglos y explican que el uso de
plantas umbelíferas, apiáceas o rutáceas –como la ruda (Ruta graveolens)– junto con tomas progresivas
de sol ayude a controlar la psoriasis de forma sencilla y efectiva.

Más vegetales en la dieta


El consumo alto de ácidos grasos omega-3, el ayuno, las dietas bajas en calorías y las vegetarianas
muestran efectos beneficiosos en la psoriasis.
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Algunos pacientes que tienen intolerancia al gluten mejoran después de una dieta libre de gluten.
Una dieta beneficiosa debería ser rica en los siguientes elementos:
• Ácidos grasos omega-3, como por ejemplo semillas de linaza.
• Ácido fólico: espinacas, col, hoja de nabo, lechuga y hojas verdes en general.
• Vitamina A: jugos abundantes en carotenos, como los de zanahoria, col, melón o tomate.
• Vitamina E: semillas en general.
• Cinc: copos de avena, pipas de calabaza, alubias, anacardos sin tostar…
• Selenio: acelga, ajo, naranja, aceites de linaza y de onagra.
• Enzimas: piña (bromelaína), papaya (papaína), que favorecen la digestión de las proteínas.

Se pueden añadir alimentos ricos en psolarenos como los higos, el perejil o la ruda para asociar a la
fototerapia.
Tratar la psoriasis con plantas medicinales
Parece que el extracto tópico de aloe reduce la descamación, el eritema y la infiltración de las placas
psoriásicas.
Aunque no se ha señalado que el cardo mariano (Silybum marianum) tenga utilidad directa en el
tratamiento de la psoriasis, protege contra la hepatotoxicidad observada como efecto secundario del
metotrexato, un fármaco que actúa como antiinflamatorio. La silimarina es el principio activo del cardo
mariano.
Se aconseja tomar de 50 a 100 gramos de zumo recién hecho de melón amargo (Momardica
charantia).
La raíz desecada de la zarzaparrilla se emplea en decocción.
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Es eficaz el tratamiento tópico con una crema a base de Mahonia aquifolium.
El extracto del helecho Polipodium leucotomos, popularmente conocido como calaguala, ha sido
tradicionalmente usado por los nativos de Honduras como remedio contra varias afecciones cutáneas.
La ruda se utiliza por su riqueza en psolarenos.
El helicriso (Helichrysum italicum) ejerce una acción antiinflamatoria.

Medicina tradicional y homeopatía


La medicina tradicional china recomienda pomadas no irritantes suaves para disminuir las escamas y
el espesor de las placas psoriásicas.
Dispone de abundantes preparados tópicos combinados, muchos de ellos con corticoides, lo que
explicaría su eficacia. Algunos de estos productos no especifican su composición, lo que ha creado
mala fama a la fitoterapia china. Se han dado casos de contaminación con metales pesados, toxinas y
otros productos farmacéuticos.
Al igual que la medicina china, la homeopatía considera que la psoriasis es la expresión local de un
trastorno sistémico. Cada paciente se evalúa de forma individual y los tratamientos se administran
basándose en la "estrategia constitucional": el remedio elegido depende en gran medida de la persona.
Con los tratamientos homeopáticos, los pacientes pueden experimentar una exacerbación de los
síntomas antes de su resolución: es lo que se conoce como "crisis curativa".
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En pleno brote, para aliviar el picor y la angustia, un punto utilizado con frecuencia en digitopuntura
es el 20 Vaso Gobernador, entre los pabellones auriculares, en lo más alto de la cabeza. También se
pueden presionar puntos locales alrededor de la lesión.

Agua y piel
Algunas personas visitan centros en el Mar Muerto y pasan entre dos y cuatro semanas expuestos al
agua y al sol. Un estudio con 740 pacientes alemanes tratados allí reveló una remisión completa de los
síntomas del 70% después de cuatro semanas en una de estas clínicas.
Pero, de hecho, toda playa marina puede servir para tratar la psoriasis. Entre las técnicas más utilizadas
se encuentran los baños de mar, la helioterapia, las algas marinas aplicadas y añadidas a la dieta, los
limos marinos aplicados y la psammoterapia entre 40-60 ºC (una envoltura con arena marina caliente y
reposo durante 20 minutos o hasta que se sude).
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La psoriasis es una de las enfermedades dermatológicas que más se trata en los balnearios. Los
estudios muestran resultados clínicos positivos.
Además de las aguas cloruradas y el clima marítimo, los balnearios ofrecen el agua sulfurada para
tratar la psoriasis
El principal efecto de los baños con hidrógeno sulfurado se deriva de su capacidad antioxidante. Las
aguas sulfuradas tienen efectos antiinflamatorios y, debido a la transformación del sulfuro y el
hidrógeno sulfurado en ácido pentatiónico en las capas profundas de la epidermis, tienen capacidad
antifúngica, antibacteriana y antipruriginosa.
Parece que las aguas sulfuradas ejercen un papel en la inmunorregulación de la piel. Los efectos
beneficiosos en el sistema inmunitario también se atribuyen al descanso y al sol.
La estimulación termal se asocia a una vasodilatación: aumenta la circulación sanguínea y disminuye
la presión arterial. La hipertermia se emplea para aliviar el dolor y produce un efecto inmunosupresor.
También ejerce un efecto antiinflamatorio.
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Se observan efectos en el tono muscular, la movilidad articular y la intensidad del dolor. También se
producen cambios fisiológicos, como un aumento de la diuresis y del rendimiento cardiaco, y una
reducción de los niveles de plasma. La respiración se hace más profunda.
Se aplican peloides de baregina o glicerinas de agua sulfurada (se pincela la piel y se mantiene durante
una hora). Otra opción son los baños muy calientes a 42 ºC, de 15 a 30 minutos, seguidos de 2-3
minutos de un chorro de agua caliente o ducha filiforme a 30 cm de la piel, que ejercen una acción
descamante y antipruriginosa.
También se realizan curas de Ingran, que consisten en un baño de agua muy caliente, a 40-42 ºC
durante 10 minutos combinado con la exposición al sol.
A los beneficios en el tratamiento de las lesiones de la piel se une un factor psicológico, ya que se trata
de lugares agradables, lejos de las actividades estresantes de la vida diaria y donde los afectados
pueden relacionarse con otras personas que sufren la misma patología.

La incidencia del estrés


Es bien sabido que los pacientes con psoriasis experimentan un mayor estrés como consecuencia de su
enfermedad. Una encuesta extensa a miembros de la National Psoriasis Foundation documentó que
padecer psoriasis tiene profundos efectos emocionales, sociales y físicos sobre la calidad de vida.
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Asimismo, se ha comprobado que los factores emocionales, especialmente el estrés, presentan una
correlación firme con el inicio y la exacerbación de la psoriasis.
El mecanismo de acción del estrés sobre la psoriasis está empezando a conocerse. El estrés psicológico
podría modificar el grado de tolerancia de agresiones físicas o prolongar el tiempo de recuperación
epidérmica.
También se ha confirmado que el grado de estrés influye en los resultados terapéuticos. Los pacientes
de un grupo de personas con alto grado de preocupación lograron la remisión 19 días después que los
del grupo de bajo grado de preocupación (fue 1,8 veces más lenta).

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