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El principio de estabilidad en el empleo ¿debe considerarse como un

derecho humano para los trabajadores al servicio del Estado?

Mtro. Leobardo López Morales

Introducción
La Constitución Mexicana de 1917 ha sido catalogada como la primera en el
mundo contemporáneo en elevar a rango constitucional derechos sociales.
“Proclamó las necesidades y aspiraciones del pueblo mexicano, especialmente el
proletariado del campo y urbano, hasta plasmarlos jurídicamente en la Constitución
de 1917, en cuya trama resalta un reluciente programa de reformas sociales
convertido en estatutos o normas de las más alta jerarquía jurídica”1.
Cabe señalar que muchos estuvieron a favor de la declaración constitucional,
otros manifestaron airadamente su desacuerdo, tanto en el seno del Constituyente
como fuera de él. Así uno de los más severos críticos y opositores fue Jorge Vera
Estañol, quien hizo notar la falta de legitimidad de dicha ley fundamental desde el
triple aspecto: jurídico, político y revolucionario, y condenó que la Asamblea de
Querétaro era un "bastardo brote de golpe de Estado y su obra -la Constitución-
espuria también"2.
No obstante lo anterior dicho cuerpo normativo estableció las denominadas
garantías sociales, que se tradujeron en diversos principios fundamentales del
Derecho del Trabajo en México, tales como idea del trabajo como un derecho y un
deber sociales, la idea de la libertad, igualdad, el respeto a la dignidad humana del
trabajador, la estabilidad en el empleo3, entre otros.

1 Trueba Urbina, Alberto, “La primera constitución político-social del mundo”, Porrúa, México, 1971,
p. 50.
2 Cfr. Vera Estañol, Jorge, “Al margen de la Constitución de 1917”, Los Ángeles, Wayside Press,

1920, p. 11.
3 Cueva, Mario de la, “El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo, t. I, 18ª ed., Porrúa, México, 2001,

p. 107.
2

Desarrollo y argumentación jurídica pertinente


Ahora bien, para efectos del presente trabajo es menester ampliar lo que se
entiende por dignidad y estabilidad en el empleo.
Por cuanto hace al primero de los conceptos cabe señalar que el artículo 2º
de la vigente Ley Federal del Trabajo establece: “(…) Se entiende por trabajo digno
o decente aquél en el que se respeta plenamente la dignidad humana del trabajador
(…)”.
En tanto el artículo 3º del ordenamiento en mención en lo que interesa
ordena: “El trabajo es un derecho y un deber sociales. No es artículo de comercio.
No podrán establecerse condiciones que impliquen discriminación entre los
trabajadores por motivo de origen étnico o nacional, género, edad, discapacidad,
condición social, condiciones de salud, religión, condición migratoria, opiniones,
preferencias sexuales, estado civil o cualquier otro que atente contra la dignidad
humana (…)”.
Los tratadistas en materia laboral han esbozado ideas en torno a la dignidad
con base en las disposiciones legales antes referidas sin llevar a cabo un estudio
más profundo de las implicaciones universales que tiene el concepto de dignidad
humana, sobre todo después de la Segunda Guerra Mundial. De esta forma Néstor
de Buen advirtió: “(…) el derecho del trabajo no es un derecho económico sino,
básicamente, un instrumento jurídico que contempla al hombre como tal e intenta
protegerlo en su vida, en su dignidad, en su salud. De esa manera no puede
admitirse que se apliquen sin más, a la energía de trabajo, los calificativos aplicables
a las cosas”4.
Por su parte el maestro Alberto Trueba Urbina al respecto advierte que “La
dignidad del trabajador como persona fue proclamada entre nosotros por los autores
del Código Civil de 1870, hace nada menos que un siglo, al desechar las
disposiciones sobre arrendamiento de servicios del Código Civil francés,
expresando categóricamente en relación con el alquiler o locación de obras la teoría
que sigue: <Pero como sea cual fuere la esfera social en que el hombre se halle
colocado, no puede ser comparado con los seres irracionales y menos aún con las

4 Buen Lozano, Néstor de, “Derecho del Trabajo”, t. I, 13ª ed., Porrúa, México, 2000, pp. 89-90.
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cosas inanimadas, parece un atentado contra la dignidad humana llamar alquiler a


la prestación de servicios personales>”5.
Mario de la Cueva hace alusión a lo que denomina idea de la dignidad
humana y refiere que dicho término consiste “en los atributos que corresponden al
hombre por solo el hecho de ser hombre, primero de todos de que es un ser idéntico
a los demás, de tal suerte que el trabajador tiene el indiscutible derecho de que se
le trate con la misma consideración que pretenda el empresario se le guarde. Sin
duda, las dos personas guardan posiciones distintas en el proceso de la producción,
pero su naturaleza como seres humanos es idéntica en los dos y sus atributos son
también los mismos”6.
Ahora bien, la dignidad humana, desde una perspectiva más amplia, la
noción kantiana es, la que ha tenido una mayor influencia en la filosofía política y
moral desde la Ilustración hasta la actualidad; y se refiere que Kant introdujo la idea
de dignidad de la persona humana a través de la siguiente afirmación: “La
humanidad misma es una dignidad; porque el hombre no puede ser utilizado
únicamente como medio por ningún hombre (ni por otros, ni siquiera por sí mismo),
sino siempre a la vez como fin, y en esto consiste precisamente su dignidad (la
personalidad), en virtud de la cual se eleva sobre todos los demás seres del mundo
que no son hombres y sí que pueden utilizarse, por consiguiente, se eleva sobre
todas las cosas”7.
En el ámbito jurídico el Doctor Federico César Lefranc, refiere “La norma de
la dignidad humana al ser una norma constitucional obliga en los Estados
Constitucionales a que, cada uno en su ámbito, el legislador y el intérprete ofrezcan
sus interpretaciones”8.
La Organización Internacional del Trabajo, al respecto de la dignidad humana
en el trabajo, no se ha manifestado de manera específica ni existe un convenio que

5 Trueba Urbina, Alberto, “Nuevo Derecho del Trabajo”, 2ª ed., Porrúa, México, 1972, p. 268.
6 Cueva, Mario de la, op. cit., p. 112.
7 Cfr. Pérez Triviño, José Luis, “De la dignidad humana y otras cuestiones jurídico-morales”,

Fontamara, México, 2007, p. 13.


8 Lefranc, César Federico, “Los Límites de La interpretación de la Dignidad Humana. La presencia

kantiana en su concepción jurídica actual”, Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona,


2009, p. 400.
4

la contemple en su integridad, sino que se ha referido al denominado “trabajo


decente”, que en la legislación mexicana se le conoce como “trabajo digno”; y al
respecto ha señalado que: “El trabajo decente es esencial para el bienestar de las
personas. Además de generar un ingreso, el trabajo facilita el progreso social y
económico, y fortalece a las personas, a sus familias y comunidades. Pero todos
estos avances dependen de que el trabajo sea trabajo decente, ya que el trabajo
decente sintetiza las aspiraciones de los individuos durante su vida laboral”9.
Así puede concluirse, en términos muy generales, que la dignidad humana
puede considerarse como un atributo que pertenece al ser humano, que se le debe
garantizar para que pueda tener una existencia plena y que se le puede otorgar la
categoría de norma constitucional.
Por cuanto hace a la estabilidad en el empleo debe señalarse que está
establecido en el artículo 123 apartado A, fracción XXII, que refiere:
“Toda persona tiene derecho al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se
promoverán la creación de empleos y la organización social de trabajo, conforme a
la ley.
El Congreso de la Unión, sin contravenir a las bases siguientes deberá
expedir leyes sobre el trabajo, las cuales regirán:
(…) El patrono que despida a un obrero sin causa justificada o por haber
ingresado a una asociación o sindicato, o por haber tomado parte en una huelga
lícita, estará obligado, a elección del trabajador, a cumplir el contrato o a
indemnizarlo con el importe de tres meses de salario. La Ley determinará los casos
en que el patrono podrá ser eximido de la obligación de cumplir el contrato, mediante
el pago de una indemnización. Igualmente tendrá la obligación de indemnizar al
trabajador con el importe de tres meses de salario, cuando se retire del servicio por
falta de probidad del patrono o por recibir de él malos tratamientos, ya sea en su
persona o en la de su cónyuge, padres, hijos o hermanos. El patrono no podrá
eximirse de esta responsabilidad, cuando los malos tratamientos provengan de

9 Organización Internacional del Trabajo, “El programa del Trabajo Decente”,


http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/decent-work-agenda/lang--es/index.htm. (Consultada el 6 de
diciembre de 2013).
5

dependientes o familiares que obren con el consentimieto (sic DOF 21-11-1962) o


tolerancia de él”.
Asimismo está contenido en el artículo 48 de la Ley Federal del Trabajo, el
cual dispone:
“El trabajador podrá solicitar ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, a su
elección, que se le reinstale en el trabajo que desempeñaba, o que se le indemnice
con el importe de tres meses de salario, a razón del que corresponda a la fecha en
que se realice el pago.
Si en el juicio correspondiente no comprueba el patrón la causa de la
rescisión, el trabajador tendrá derecho, además, cualquiera que hubiese sido la
acción intentada, a que se le paguen los salarios vencidos computados desde la
fecha del despido hasta por un período máximo de doce meses, en términos de lo
preceptuado en la última parte del párrafo anterior (…)”.
Doctrinariamente la estabilidad ha sido definida como “el derecho que todo
individuo adquiere al lugar que ocupa y a sus ventajas, después de un cierto lapso
de tiempo al servicio efectivo de un particular, del Estado o de los entes autárquicos,
durante el cual demuestra capacidad y aptitud para el desempeño del cargo, no
pudiendo ser dimitido sino en virtud de la falta grave o de motivo justo, debidamente
comprobado en investigación administrativa”10.
Por su parte Mario de la Cueva, al respecto señala que el principio o idea de
la estabilidad en el trabajo es una obra o construcción originaria del Constituyente
de 1917, dado que no existe ningún precedente en otras legislaciones ni doctrinas
aplicables y surgió como una idea-fuerza11.
Y dicho autor definió a la estabilidad en el trabajo “como un principio que
otorga carácter permanente a la relación de trabajo y hace depender su disolución
únicamente de la voluntad del trabajador y sólo excepcionalmente de la del patrono,
del incumplimiento grave de las obligaciones del trabajo y de circunstancias ajenas
a la voluntad de los sujetos de la relación, que hagan imposible su continuación”12.

10 Mozart Russomano, Víctor, “Derecho del Trabajo”, Cárdenas Editor y Distribuidor, México, 1982,
p. 415.
11 Cfr. Cueva, Mario de la, op. cit., p. 219.
12 Ídem.
6

En tanto Trueba Urbina advierte que: “Al nacer el derecho del trabajo en
nuestro país, en el artículo 123 y extensivo al mundo en función de su
universalización, los trabajadores mexicanos no sólo adquirieron la dignidad de
personas, sino que se les confirió el derecho de conservar su trabajo, salvo que
dieran motivo de despido”13.
No debe pasar inadvertido que, de igual forma como sucede con la dignidad
en el trabajo, no existe ningún convenio de la Organización Internacional del Trabajo
que se refiera o proteja la estabilidad en el empleo.
En suma, el principio o el derecho de la estabilidad en el empleo consiste en
asegurar y proteger jurídicamente al trabajador en relación a su permanencia y
continuidad con el vínculo laboral. Además dicho principio impide que el trabajador
quede sin empleo constantemente, con lo cual tendría que cambiar frecuentemente
de régimen de vida.
Por otra parte es necesario hacer alusión, muy general, a lo relativo a los
derechos humanos. Así Jorge Carpizo al citar a Héctor Gros, refiere “Los derechos
humanos jamás se extinguirán, por ser consustanciales con la idea del hombre,
subsistirán siempre ontológicamente y renacerán en la realidad de la existencia
política, ya que la libertad jamás podrá ser eliminada, porque el hombre es, en
esencia, su libertad”14.
Manuel Atienza, al respecto señala “Los derechos humanos son en
ocasiones auténticos derechos jurídicos, otras veces exigencias –derechos–
morales, y otras suponen un tipo de pretensión que se sitúa a mitad de camino entre
el Derecho y la moral, como ocurre cuando un texto internacional reconoce un
derecho, pero sin habilitar ningún mecanismo que se pueda considerar jurídico para
su protección”15.
En otros términos se dice que el término derechos humanos “se emplea para
diferenciar una especie particular de derechos, aquellos que son inherentes al
hombre y que en cada momento histórico, concretan las exigencias de la dignidad,

13 Trueba Urbina, Alberto, op. cit., p. 297.


14 Carpizo, Jorge, et. al., “El sistema nacional no-jurisdiccional de defensa de los derechos humanos
en México: algunas preocupaciones”, UNAM, México, 2012, p. 3.
15 Atienza, Manuel, “El sentido del Derecho”, Ariel, España, 2012, pp. 221 y 222.
7

la libertad y la igualdad humana, las cuales deben ser reconocidas positivamente


por los ordenamientos jurídicos a nivel nacional e internacional”16.
En tanto Miguel Francisco Canessa Montejo, proporciona un concepto
específico de derechos humanos laborales al señalar que son “todos aquellos
derecho en materia laboral consagrados en instrumentos internacionales de
derechos humanos que reconocen universalmente como titular a la persona,
respetando la dignidad humana y satisfaciendo las necesidades básicas en el
mundo del trabajo”17.
Ahora bien, el citado autor señala que de los documentos de la Organización
Internacional del Trabajo, se deducen los que pueden considerarse como derechos
fundamentales laborales:
a) Libertad de asociación y la libertad sindical y el reconocimiento efectivo
del derecho de negociación colectiva;
b) La eliminación de todas la formas de trabajo forzoso u obligatorio;
c) La abolición efectiva del trabajo infantil; y
d) La eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación18.
Sentado lo anterior, puede concluirse que los principios de dignidad humana
en el trabajo y de la estabilidad en el empleo, sólo están contenidos y protegidos
específicamente en el sistema jurídico nacional no así en el sistema internacional
de protección de los derechos humanos laborales, no obstante lo anterior con las
reformas constitucionales acaecidas en junio de 2011 y la implementación del
control de constitucionalidad y convencionalidad, dichos principios podrían ser
objeto de protección internacional de derechos humanos si son desconocidos por
las autoridades administrativas y jurisdiccionales nacionales.
Máxime si el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos
Humanos en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, mejor
conocido como Protocolo de San Salvador, en su artículo 7º, apartado d, se

16 Suprema Corte de Justicia de la Nación, “Derecho Humanos, parte general”, SCJN, México,
2013, p. 1.
17 Canessa Montejo, Miguel Francisco, “La protección internacional de los derechos humanos

laborales”, Tiran Lo Blanch, Valencia, 2008, p. 23.


18 Cfr. Ibídem, pp. 183 y 184.
8

consigna el derecho de las personas a una indemnización o a la readmisión en el


empleo, o a cualquier otra prestación prevista en la legislación nacional, en caso de
despido injustificado.
Por cuanto hace al mal llamado Derecho Burocrático19, dichos principios –
dignidad humana del trabajador y estabilidad en el empleo– no se encuentran
consagrados ni en la Constitución Federal ni mucho menos en la su ley
reglamentaria (Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado) a favor de
los trabajadores al servicio del Estado.
Sergio García Ramírez, en relación al concepto del Derecho Burocrático,
señala que de acuerdo al criterio emitido por la Suprema Corte de Justicia de la
Nación “se perfila como rama autónoma que evoluciona a partir del derecho
administrativo y tiende a semejarse al laboral” en tanto que para Acosta Romero
“constituye una rama del derecho laboral que se encarga de regular las relaciones
entre el Estados y sus trabajadores en sus diversos niveles (Federación, estados y
municipios), así como los derechos y obligaciones que de ella surjan”20.
Por cuanto hace a la naturaleza de la relación, advierte que el primer párrafo
del Apartado B) del artículo123 constitucional señala que dicha relación laboral se
establece entre los “Poderes de la Unión, el Gobierno del Distrito Federal y sus
Trabajadores”, en tanto que el trabajador según el artículo 3º de la Ley Federal de
los Trabajadores al Servicio del Estado define como trabajar a “toda persona que
preste un servicio físico, intelectual o de ambos géneros, en virtud de nombramiento
expedido o por figurar en las listas de raya de los trabajadores temporales”21.
En relación a lo anterior, advierte, que se desprende un dato significativo para
diferenciar el derecho burocrático del derecho laboral, que recae en el denominado
nombramiento, que es un acto jurídico por medio del cual se designa a una persona
como servidor público para que cumpla ciertas funciones, servicios o actividades.

19 Se considera que no debe llamarse Derecho Burocrático, sino Derecho de los Trabajadores al
Servicio del Estado, dado que lo único que los diferencia con los trabajadores ordinarios o
contemplados en el Apartado “A” del artículo 123 constitucional, es la naturaleza del patrón, sin
embargo el trabajo subordinado como tal es el mismo, pues los trabajadores al servicio del estado
acatan las órdenes del Estado, considerado como patrón equiparado.
20 García Ramírez, Sergio, Derecho de los Servidores Público.
http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/3/1443/4.pdf. Consultada el 4 de septiembre de 2013).
21 Cfr. Ibídem.
9

Asimismo refiere que desde una perspectiva formal Acosta Romero entiende por
nombramiento el documento por el que se designa a una persona, por autoridad
competente, para ocupar un puesto, cargo o empleo determinado22.
Por último se menciona que la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio
del Estado, hace distinción de dos categorías de trabajadores, que abarcan el
concepto genérico de servidores públicos:
a) Trabajadores de confianza, que se hallan excluidos del régimen de la
citada.
b) Trabajadores de base, a los que se suele denominar “empleados”, cuyas
relaciones de trabajo se encuentran reguladas por la ley en comento 23.

Conclusiones y propuesta
Asentado lo anterior, cabe señalar que a los trabajadores al servicio del
Estado Mexicano, no se les aplican los principios de dignidad humana en el trabajo
ni muchos el de estabilidad en el empleo; lo anterior no podría ser de otra manera
si se toma en consideración, como se afirmó en párrafos anteriores, dichos
principios no se encuentran consagrados en ningún documento jurídico formal.
Peor aún es que existe un criterio jurisprudencial que niega en su totalidad la
estabilidad en el empleo para los trabajadores al servicio del Estado, y
consecuentemente al impedirse ese derecho también se trastoca su dignidad
humana. Dicho criterio señala lo siguiente:
“TRABAJADORES AL SERVICIO DEL ESTADO DE CONFIANZA. NO
ESTAN PROTEGIDOS POR EL APARTADO "B" DEL ARTICULO 123 EN CUANTO
A LA ESTABILIDAD EN EL EMPLEO. El Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje
no incurre en violación de garantías si absuelve del pago de indemnización
constitucional y salarios caídos reclamados por un trabajador de confianza que
alega un despido injustificado, si en autos se acredita tal carácter, porque los
trabajadores de confianza no están protegidos por el artículo 123 de la Constitución,
apartado "B", sino en lo relativo a la percepción de sus salarios y las prestaciones

22 Cfr. Ibídem.
23 Cfr. Ibídem.
10

del régimen de seguridad social que les corresponde, pero no en lo referente a la


estabilidad en el empleo”24.
El anterior criterio quedó confirmado con la actual conformación de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, al emitir la Jurisprudencia cuyo rubro y
texto advierten:
“TRABAJADORES DE CONFIANZA AL SERVICIO DEL ESTADO, SU
FALTA DE ESTABILIDAD EN EL EMPLEO CONSTITUYE UNA RESTRICCIÓN
CONSTITUCIÓN, POR LO QUE LES RESULTAN INAPLICABLES NORMAS
CONVENCIONALES. La actual integración de la Segunda Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación ha reiterado la interpretación de la fracción XIV, en
relación con la diversa IX, del apartado B del artículo 123 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos, en el sentido de que los trabajadores de
confianza sólo disfrutarán de las medidas de protección al salario y gozarán de los
beneficios de la seguridad social, sobre la base de que no fue intención del
Constituyente Permanente otorgarles derecho de inamovilidad en el empleo y que,
por ello, representa una restricción de rango constitucional. En tal virtud, si bien el
Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en
Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Protocolo de San
Salvador), en su artículo 7, apartado d, establece el derecho de las personas a una
indemnización o a la readmisión en el empleo, o a cualquier otra prestación prevista
en la legislación nacional, en caso de despido injustificado, lo cierto es que esta
norma de rango convencional no puede aplicarse en el régimen interno en relación
con los trabajadores de confianza al servicio del Estado, porque su falta de
estabilidad en el empleo constituye una restricción constitucional”25.
De esta forma puede concluirse con Robert Alexy, que “Los derechos
humanos sólo pueden desenvolver su pleno vigor cuando se les garantiza a través
de normas de derecho positivo, esto es, transformados en derecho positivo” 26.

24 Semanario Judicial de la Federación, Volumen 175-180, Quinta Parte, página: 68.


25 Semanario Juridicial de la Federación, Tesis: 2ª./J. 23/2014, publicación: viernes 07 de marzo de
2014, 10:18 horas.
26 Aleyx, Robert, “Teoría del Discurso y derechos humanos” Universidad Externado de Colombia,

Colombia, 2001, p. 93.


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Entonces, puede afirmarse que el principio de estabilidad en el empleo no


está considerado como derecho humano laboral sin embargo por su trascendencia
sí debe ser considerado como tal, a fin de garantizar la dignidad humana del
trabajador al servicio del Estado, dado que éste en cualquier momento puede
separarlo de su trabajo, sin que aquél tenga derecho a demandar la citada
estabilidad, que se materializa en el derecho procesal de reclamar se le indemnice
o que se le reinstale.
No obstante lo anterior, con las reformas constitucionales en materia de
derechos humanos, el máximo tribunal constitucional en México, tuvo la oportunidad
histórica de resolver sobre la dignidad humana y estabilidad en el empleo de los
trabajadores al servicio del Estado, sin embargo como se señaló en párrafo
anteriores, persistió la razón de Estado que la dignidad humana del servidor público.
Ojalá se hubiese tomado en cuenta la Teoría Integral del Derecho del Trabajo
expuesto por el maestro Alberto Trueba Urbina, que en lo que interesa advierte:
“La Teoría integral es fuerza dialéctica para hacer conciencia en la clase
obrera, a fin de que materialice sus reivindicaciones sociales, pues a pesar de las
actividades actuales del Estado político, ni la legislación ni la administración, ni la
jurisdicción, que lo constituyen, por su función política o burguesa procurarán el
cambio de las estructuras económicas, lo que sólo se conseguiría a través de la
revolución del proletariado que algún día lleve a cabo la clase obrera” 27.

27 Trueba Urbina, Alberto, op. cit., supra nota 5, p. 223.


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Bibliografía consultada
A) Bibliográficas
 Aleyx, Robert, “Teoría del Discurso y derechos humanos” Universidad
Externado de Colombia, Colombia, 2001.
 Atienza, Manuel, “El sentido del Derecho”, Ariel, España, 2012.
 Buen Lozano, Néstor de, “Derecho del Trabajo”, t. I, 13ª ed., Porrúa,
México, 2000.
 Canessa Montejo, Miguel Francisco, “La protección internacional de
los derechos humanos laborales”, Tiran Lo Blanch, Valencia, 2008.
 Carpizo, Jorge, et. al., “El sistema nacional no-jurisdiccional de
defensa de los derechos humanos en México: algunas
preocupaciones”, UNAM, México, 2012.
 Cueva, Mario de la, “El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo, t. I, 18ª
ed., Porrúa, México, 2001.
 Lefranc, César Federico, “Los Límites de La interpretación de la
Dignidad Humana. La presencia kantiana en su concepción jurídica
actual”, Tesis doctoral, Universidad Autónoma de Barcelona, 2009.
 Mozart Russomano, Víctor, “Derecho del Trabajo”, Cárdenas Editor y
Distribuidor, México, 1982.
 Pérez Triviño, José Luis, “De la dignidad humana y otras cuestiones
jurídico-morales”, Fontamara, México, 2007.
 Semanario Judicial de la Federación, Volumen 175-180, Quinta Parte,
página: 68.
 Suprema Corte de Justicia de la Nación, “Derecho Humanos, parte
general”, SCJN, México, 2013.
 Trueba Urbina, Alberto, “La primera constitución político-social del
mundo”, Porrúa, México, 1971.
 -----------, “Nuevo Derecho del Trabajo”, 2ª ed., Porrúa, México, 1972.
 Vera Estañol, Jorge, “Al margen de la Constitución de 1917”, Los
Ángeles, Wayside Press, 1920.

B) Cibergráficas
 García Ramírez, Sergio, Derecho de los Servidores Público.
http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/3/1443/4.pdf. Consultada el 4 de
septiembre de 2013).
 Organización Internacional del Trabajo, “El programa del Trabajo
Decente”, http://www.ilo.org/global/about-the-ilo/decent-work-
agenda/lang--es/index.htm. (Consultada el 6 de diciembre de 2013).

C) Legislativas
 Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
 Ley Federal del Trabajo
 Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado

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