Está en la página 1de 9

BIOETICA DEFINICION

Según la Encyclopedia of Bioethics (Nueva York 1978, vol. I, p. XIX) la bioética es el


"estudio sistemático de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, examinada a la luz
de los valores y de los principios morales".

“Estudio sistemático de la conducta humana en el ámbito de las ciencias de la vida y de la


atención a la salud, examinando esta conducta a la luz de los valores y de los principios
morales” (REICH, W, Enciclopedia of Bioethics, Revised edition vol 5 Nueva Cork: Mac-
Millan; 1995

Dice Carlo Caffara (Manual de Bioética General, Ed. Rialp, Madrid 1994, p.23) que el
objeto material de la bioética es el actuar humano en el reino de la vida y que el ámbito de
la bioética será el conocimiento científico de la vida y el uso de este saber. Según este autor
la bioética es una nueva ética especial que no debe elaborar nuevos principios éticos
generales, sino aplicar los principios generales a los nuevos problemas que se ofrecen a la
consideración humana en el reino de la vida.

De http://www.estraviz.net/wiki/index.php/Bioética

DEFINICIONES DE LA METABIOÉTICA CATÓLICA PROPUESTAS POR EL


DICASTERIO DE PASTORAL DE LA SALUD Y PONTIFICIA ACADEMIA PARA
LA VIDA:

“La bioética es el estudio científico y sistemático de la conducta humana, en el campo de


las ciencias de la vida y de la salud, a la luz de los valores y principios morales”
(LOZANO, Barragán, Javier. Metabioética y Biomedicina, pag 31

“La bioética es el estudio sistemático y profundo de la conducta que construye al hombre


mediante las ciencias de la vida y de la salud, al caminar en Cristo hacia el Padre, plenitud
y fuente de la Vida, por la fuerza del Espíritu Santo” (LOZANO, Barragán, Javier.
Metabioética y Biomedicina, pag 59

LA BIOÉTICA: IMPORTANCIA Y PROBLEMÁTICA


Las manifestaciones de la bioética son múltiples y de diversa índole. El volumen
bibliográfico es impresionante. Ya en el año 1984 el Centro de Bioética del
Instituto Kennedy ( Washington) registraba alrededor de 40.000 títulos ( 10.000
libros y 30.000 artículos). Ciertamente esta cifra actualmente ha aumentado
extraordinariamente.

La bioética aparece también en congresos, en cursos de ética para formación de


médicos, en las discusiones sobre legislación sanitaria, en la investigación
médica etc...

El interés por la bioética se pone de manifiesto en la creación de comisiones


éticas para asesoramiento a las autoridades políticas. En 1982 se crea en
Francia un comité nacional de ética para asesorar al presidente de la República
en las cuestiones sobre la vida y la salud.

Desde 1980 funciona en los EEUU un comité para asesorar al presidente sobre
problemas relacionados con la ética de la investigación médica (entre 1980 y
1983 esta comisión publicó 11 volúmenes); también existen comités de ética
para asesorar a comisiones /subcomisiones del senado. Parecidos comités se
han creado, con funcionamiento habitual u ocasional, en el Reino Unido,
Australia en otros países.

En nuestro Continente, La Organización Panamericana de la Salud y la


Organización Mundial de la Salud estableció en el año 1994, con participación
del Gobierno y de la Universidad de Chile, el Programa Regional de Bioética
para América Latina y el Caribe. Su misión es cooperar con los Estados
Miembros de la Organización y sus entidades públicas y privadas en el
desarrollo conceptual, normativo y aplicado de la bioética en sus relaciones con
la salud.

Como se puede apreciar, la bioética ha pasado a ser una disciplina de un interés


categórico para la humanidad. ¿ Cuál será la razón de dicho interés?
Visualizamos tres razones por esta preocupación.

Primeramente, si vamos a ver la definición que la Enciclopedia de Bioética da


acerca de esta disciplina podemos en parte responder la pregunta. La
Enciclopedia la define como el estudio sistemático de la conducta humana en el
área de las ciencias de la vida y del cuidado de la salud, en cuanto que dicha
conducta es examinada a la luz de los valores y de los principios morales. Por lo
que se puede apreciar, el ámbito de trabajo y la temática tratada es bastante
amplia. La bioética se refiere a todas las cuestiones que tienen que ver con la
vida, entendida ésta fundamentalmente como ámbito de estudio de ciertas
ciencias: las llamadas ciencias de la vida y de la salud: la biología: investigación
biológica, biología molecular, medio ambiente, ecología etc...

Por otra parte, corresponde también aquí a las ciencias del cuidado de la salud:
este ámbito es amplísimo pues abarca desde el ámbito referido a la relación
clínica – sanitaria hasta la investigación en seres humanos.

En consecuencia, la bioética cubre muchos ámbitos siempre más vastos y que


involucran nuevas disciplinas y nuevos espacios culturales. En el año 1991 en la
Conferencia Internacional de Erice, se reconocieron cuatro territorios de
competencia para la bioética: la ética de la profesión médica, el de la
experimentación ya sea pura o terapéutica en los humanos y animales, el de la
medicina social y, por lo tanto aquí, las políticas sanitarias y demográficas y, por
último, la de la bioecología.

En segundo lugar, para todos es sabido que el avance en el conocimiento


científico – tecnológico en el campo de la biología molecular, de la medicina y
las disciplinas afines, nos ha llevado a modificar los límites conocidos o definidos
sobre la vida y la muerte y sobre la posibilidad de intervención humana en el
cuerpo.

Aquí podemos detenernos en el desarrollo de las técnicas basadas en la


biología molecular y celular. Este grupo de técnicas pueden diferenciarse entre
aquellas de complejidad intermedia, de carácter más tradicional como serían, el
cultivo de tejidos y las técnicas inmunológicas de primera generación, por
ejemplo, y las complejas y más modernas, generalmente de base molecular,
como son el ADN recombinante y la clonación.

Parece importante distinguir entre las biotecnologías genéricas o básicas (cultivo


de tejidos, ingeniería genética, mapeo genético, hibridomas, etc.) y
biotecnologías específicas. Las primeras son técnicas con un amplio espectro de
aplicaciones, mientras la segunda es la incorporación de las anteriores en
procesos o productos específicos (por ejemplo, una variedad de algodón
resistente a insectos producida por ingeniería genética, una vacuna veterinaria
por ingeniería genética).

Ahora con la ingeniería genética, que permitió el aislamiento y manipulación de


los genes, se reconoce que con ella se empezó a perfilar una profunda
revolución tecnológica en todas las actividades basadas en productos y
procesos biológicos. Sus impactos serán especialmente importantes en las
industrias relacionadas con la salud humana y agricultura y, en general, todas
aquellas basadas en la utilización de seres vivos o sus productos.

Sin embargo, las repercusiones van más allá de todo esto, pues son, al parecer,
de alcances insospechados y, por lo mismo, han generado una fuerte discusión
a favor o en contra de esta manipulación de genes.

En efecto, para algunos este desarrollo estaría posibilitando una serie de


ventajas a la especie humana.

Así, por ejemplo, en el caso de la agricultura y agroindustria, en particular, la


biotecnología ofrecería la posibilidad de un nuevo crecimiento de la
productividad de la agricultura primaria, mediante la superación de limitaciones
biológicas básicas de plantas y animales a través de la manipulación de su base
genética. De esta forma, pueden superarse los topes de aumento de la
productividad de los principales cultivos que se han venido alcanzando en los
últimos años, debido al agotamiento del potencial genético explotable mediante
tecnologías tradicionales.

Si lo vemos desde el punto de vista de la agronomía al parecer son muchos los


beneficios: mejor rendimiento, menos pérdidas, disminución de los tratamientos
químicos. En la práctica se trata de ventajas económicas, pues se trata de
aumentar la productividad y que ésta sea más eficaz.
O bien se podrían ver los beneficios en el ámbito de la salud. Por ejemplo, la
creación de animales transgénicos con el fin de disponer de modelos
experimentales para la investigación y la observación de la forma de cómo se
comporta en determinadas patologías de base genética; o la creación de
sustancias orgánicas e intervenciones terapéuticas, gracias a las cuales se
transfieren genes entre organismos diversos para corregir, activar o desactivar
un gen defectuoso, o insertar uno que falta para que transmita de manera
correcta. Todo esto tendría fines benéficos para la humanidad.

Sin embargo, hay quienes señalan que este desarrollo involucra serios riesgos
para el ambiente, las especies y en especial para el hombre. En primer término,
el desconocimiento de los posibles efectos de un organismo genéticamente
manipulado. Es verdad que el hombre con la selección de plantas y animales ha
siempre forzado de alguna forma la naturaleza, para su propio beneficio, interés.
Pero lo ha hecho con métodos tradicionales, que podían verificarse
naturalmente.

En contraste, la ingeniería genética altera el contenido de información de la


reserva de genes de una especie o agregando nuevos genes, frecuentemente
derivados desde especies altamente divergentes, o alterando la estructura de
genes presentes en el depósito de genes.

Son combinaciones que nunca podrían suceder espontáneamente. Ahora con la


manipulación al parecer no existiría punto de retorno porque los efectos de una
modificación genética sobre una planta o animal son aún casi desconocidas ( y
ciertamente incontrolables). Más aún el efecto de un organismo modificado
sobre el ambiente en que viene introducido.

El peligro que muchos señalan es que se estaría alterando el equilibrio de las


estructuras genéticas existentes las que han evolucionado a través de millones
de años formando un ecosistema infinitamente complejo e interconectado. O
bien, se señala que la contaminación biológica puede ser el mayor peligro
resultante de la ingeniería genética. Nuevos organismos vivos y virus serán
liberados para reproducir, migrar y mutar. Pasarán sus nuevas características a
otros organismos y nunca se podrán recuperar o contener.

Por otra parte, la biotecnología tiene básicamente su desarrollo en los países del
Primer Mundo. De modo general , y sin considerar las tensiones resultantes, la
carrera en las investigaciones sobre biotecnología tiene sus principales
atractivos en la salud humana, la farmacología, la agroindustria. Sin embargo,
estos referentes están conectados con una serie de intereses más pragmáticos
que terminan en la comercialización de los resultados obtenidos sean servicios o
productos.

Es así que el negocio de la ingeniería genética está en manos de grandes


multinacionales agroquímicas y farmacéuticas, entre otros Monsanto, Enimont,
Du Pont, Ciba - Geigy, ICI y Sandoz. Sus intereses comerciales están haciendo
a los investigadores intervenir directamente en procesos biológicos que apenas
hemos empezado a comprender y mucho menos a controlar.

En este sentido uno se pregunta ¿cuál es el interés de estas empresas, sólo el


lucro? Todo esto acaso ¿no provoca una especie de monopolización genética de
la Tierra al estado de propiedad intelectual patentada bajo el control de unas
pocas multinacionales?

En suma, la ciencia ha entregado herramientas a la tecnología que ni


remotamente era posible imaginar hace 50 años y cuyo uso nos coloca en una
gran encrucijada. Estos logros científicos abren predicciones a la vez
esperanzadoras y a la vez preocupantes en la ética pues sus repercusiones son
inimaginables.

Frente a esta situación se comprende el interés por la bioética, pues es ésta


quien debe resguardar el derecho a la vida del hombre frente al progreso por el
mismo logrado. Luego, es que se puede afirmar que el problema planteado es
fundamentalmente de carácter bioético. Y la bioética tiene que ver con nuestro
futuro. Jean Dausset, premio Nobel de Medicina señalaba al respecto: La
emergencia, además de gran actualidad, de la bioética es un acontecimiento de
extrema importancia en la conciencia humana. Esta deriva del hecho de la
extraordinaria brecha conceptual y tecnológica operada recientemente gracias a
los progresos deslumbrantes de la biología y de la genética

En tercer lugar, vivimos en una cultura plural donde conviven diversas


concepciones del hombre, y por ende, diversas éticas sobre la vida. Esto
significa que las disciplinas señaladas y sus aplicaciones quedan sujetas a cada
una de las concepciones existentes, las que al ser diversas hacen que no haya
sólo una aplicación aceptada, naciendo aquí una discusión profunda sobre los
límites que debiera o no imponer la sociedad sobre la aplicación de dichas
técnicas sobre la vida humana.

Más aún, este mismo contexto pluralista, presenta también otra gran dificultad.

Respecto a los problemas morales, existe el riesgo de un reduccionismo en la


consideración de los valores, con la tendencia a relavitizarlos y a legitimar de
una manera incorrecta la competencia subjetiva de cada uno.

La gran multiplicidad de opiniones divergentes acerca de valores también


fundamentales, como los son con respecto a la vida humana, a través de la
fuerza persuasiva de instrumentos poderosos de comunicación, de grupos y
personalidades socialmente relevantes, genera fácilmente una percepción de
relatividad o de igual dignidad de las diversas opiniones, no ya en el sentido del
debido respeto por las convicciones del otro, sino en el sentido de atribuir
igualmente valor de verdad a las diversas opiniones, casi por el solo hecho que
vienen afirmadas.

Por esto, se puede señalar que uno de los grandes desafíos culturales de este
fin de siglo es de carácter moral, de naturaleza ético-antropológica, es decir, se
refieren a aspectos esenciales de la condición humana como tal.

En efecto, ¿seremos capaces, por ejemplo, de controlar las técnicas disponibles


hoy en nuestras manos para no producir desastres? ¿las usaremos con el
criterio y la prudencia suficientes como para efectivamente mejorar la condición
humana? ¿qué actitud tomarán las sociedades frente a esta realidad?

La importancia del tema está dada no sólo por el valor en sí de la bioética que
quiere hacerse cargo de estos desafíos, sino porque las problemáticas
planteadas generan una discusión moral en una sociedad plural que no tienen
una sola forma para enfrentarla. Ahora bien, es claro que existe una coincidencia
básica en señalar que la bioética tiene por finalidad la de indicar los límites y la
finalidad de la intervención humana sobre la vida, la de identificar los valores
de referencias propuestos racionalmente y de denunciar los riesgos posibles
de sus posibles aplicaciones.

Luego, se trata de asegurar uno de los resultados más difíciles del camino de la
humanidad, esto es, la armonía entre el progreso cognitivo y técnico y aquél
constituido por el progreso de orden ético. En dos palabras, se trata del desafío
a nuestro ethos cultural como especie humana.

Lo anterior, podemos decir, puede lograrse por medio de la bioética, la cuál debe
tener un referente común, cuál es la persona. La bioética es un gran árbol, como
lo grafica un autor, que crece pero tiene necesidad de la raíz que lo sostenga y
lo alimente. Esta raíz es la concepción del hombre como persona. Si la bioética
no asume como horizonte común, ese horizonte de la dignidad ontológica de la
persona humana, esto es, la verdadera naturaleza del hombre, aquélla dejará
sin rumbo al desarrollo científico.

Por lo tanto, y con esto concluimos, si los hombres quieren dar un paso adelante
en el desarrollo del dominio de la creación, por medio de la ciencia y la técnica,
será necesario entonces dar tres pasos hacia delante en la profundización
de lo ético.

Prof. Pedro Boccardo


Instituto de Ciencias Religiosas
Universidad Católica de Valparaíso

De la UPJ

Tomado de:

http://www.javeriana.edu.co/bioetica/inst_resena.htm

La Bioética, surgida a comienzos de la década de los años setenta en los Estados


Unidos, en un ambiente científico, se extendió, en sólo veinticinco años, a todo el
mundo como un intento de buscarles solución a algunos problemas propios del siglo
XX, por citar algunos: el positivismo científico de corte filosófico, cierta tecnología
inhumana, la agresividad inaudita del hombre contra el hombre, la sociedad de
consumo y la experimentación en seres humanos, carente de toda moral. Tal solución
la busca en diálogo interdisciplinario, con base en la dignidad de la persona humana y
en un mínimo de valores y derechos humanos, que, en cuanto concepción integral del
hombre, sirvan de criterio para la toma de decisiones en el siglo XXI.
No sobra advertir que los bioeticistas no se oponen a la ciencia y a la tecnología, como
tales, sino a su utilización cuando redunda en perjuicio del bien integral de los seres
humanos y del medio ambiente. Son conscientes de que la presencia de la pregunta
ética dentro de la investigación biotecnológica redunda en bien de ambas.

La Bioética es un estudio sistemático de la conducta humana en el área de las ciencias de la


vida, en cuanto dicha conducta es examinada interdisciplinariamente a la luz de la dignidad
de la persona y de los valores que de ella dimanan. La Bioética es la "búsqueda de
soluciones éticas, jurídicas y humanísticas a los problemas planteados al hombre y a su
medio ambiente". Como intención de fondo, diríamos que la Bioética trata de elaborar, en
un diálogo interdisciplinario, una concepción de la vida en todas sus dimensiones como
marco en el que desarrolla el ser humano en toda su complejidad y grandeza. La Bioética
surgió a comienzos de los años setenta en los Estados Unidos en un ambiente científico y se
extendió a todo el mundo como la invitación a establecer un puente o diálogo entre dos
saberes: el científico y el ético.Como disciplina en formación, la Bioética es un saber
secular (no confesional) que requiere una sólida fundamentación científica, antropológica y
ética para propiciar la toma de decisiones a partir de la consideración de la dignidad de la
persona humana y de sus derechos fundamentales.Como movimiento mundial pretende
llegar a todos los seres humanos para hacerles tomar conciencia de su responsabilidad en la
protección de la vida, en todas sus manifestaciones, y de su contexto cultural y ecológico.

El profesor Van Rensselaer Potter, creador de la palabra "bioética" y pionero de esta


disciplina, escribió en 1971: "Se impone en la actualidad una ética del campo, una ética de
la población, una ética del consumo, una ética de la vida urbana, una ética internacional,
una ética geriátrica, y así por el estilo. Todos estos campos exigen una bioética, y la
supervivencia de todo el ecosistema es la prueba del sistema valoral".
(1

LA BIOETICA IBEROAMERICANA

Alfonso Llano Escobar, S.J .

INTRODUCCIÓN

1.- Marco Histórico


2. Ubicación del tema
3. Impacto de la Bioética en la cultura universal contemporánea

PRIMERA ETAPA DE LA BIOÉTICA EN LATINOAMÉRICA: “EL TRASPLANTE”

1.- Antecedentes
2.- Contraste entre dos culturas

También podría gustarte