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Conceptos básicos necesarios a tener en cuenta para

realizar un análisis musical:

Forma:

La noción de forma supone la de una entidad – un ser-, una unidad limitada en espacio o en
tiempo. En sentido estético quiere decir que una pieza esta “organizada”, es decir, que
costa de elementos que funcionan como los de un organismo vivo. Sin organización la
música seria una masa amorfa, tan inteligible como un ensayo sin signos de puntuación o
tan inconexa como una conversación que salta sin propósito alguno de un tema a otro. Los
requisitos fundamentales para la creación de una forma inteligible son la “lógica” y la
“coherencia”. La presentación, desarrollo e interconexión de las ideas deben estar basadas
en un “parentesco” o relación. Las ideas deben diferenciarse según su importancia y su
función. Es más, uno sólo puede entender lo que puede guardar en la mente. Las
limitaciones mentales del hombre le impiden aferrarse a cualquier cosa demasiado extensa.
Así la subdivisión apropiada facilita la comprensión y determina la “forma”.

Melodía:

Es una sucesión de sonidos de distinta altura animados por el ritmo. Ambos factores son de
igual importancia para la constitución de la melodía; pero no para nuestra percepción. Sería
erróneo adoptar en su lugar el término de <tema>, el tema es ya un producto, una creación
de la melodía. La melodía es lo infinito, el tema es lo finito; la melodía es la idea, el tema es
la materia.

Tema:

Ya es un producto, una creación de la melodía. En la composición musical esta palabra se


usa generalmente como sinónimo de sujeto. Posee ya un contorno agudamente recortado y,
sobre todo, una extensión finita, exactamente delimitada (basta recordar el clásico tema de
ocho compases). Es el poliedro de los planos simétricos (grupos de dos compases) que se
ha formado de la primera materia difusa e <infinita>, que es la melodía. El concepto de tema
envuelve, además, la idea de reproducción o repetición y de desenvolvimiento, y aun
implica la idea de polifonía o de armonización, mientras que la melodía es un fenómeno
puramente lineal y homófono, dotado de una libertad absoluta de movimiento.

Ritmo:
Según V. d´Indy “es el orden y proporción en el espacio y en el tiempo”. O sea, en su más
amplia acepción es una <ley de orden y equilibrio> que en música seria la estructuración de
las diferentes duraciones sonoras, independientemente de su altura.

Tanto el ritmo como la simetría no son otra cosa que cierta especie de repetición, que ha
sido desde un principio el elemento motor de la imitación, y digamos que la repetición ha
sido el factor decisivo en el problema de dar forma a todas las bellas artes. Ritmo y simetría
son elementos esenciales de la construcción musical. La repetición rítmica y simétrica viene
a ser el principio básico y universal, tanto para estructuras rudimentarias como para las más
elaboradas. Los mismos principios rítmicos que obran para integrar frases, secciones,
partes o la totalidad de una pieza de música.

La Imitación:

Al imitar, el hombre trato de repetir, en una u otra forma, lo que veía, lo que oía, todo lo que
de cualquier modo observaba a su alrededor. La repetición respalda directamente a la
imitación, y ésta –según sabias autoridades- ha sido el maestro supremo de la humanidad.

La Repetición en música:

Podríamos decir que, acaso desde el punto de vista de la forma y de la construcción, una
pieza de música no es un bloque sólido, sino un agregado de partes que constituyen una
unidad. El valor intrínseco de cada parte y el grado de cohesión que exista entre todas las
partes es la medida definitiva del merito real o del valor artístico de la pieza.

Existen las partes: partes que componen el todo, partes que componen las partes, y partes
que componen las partes de las partes y así sucesivamente. Hay partes de dimensiones
distintas, y de variada importancia y significación: una bien graduada jerarquía de partes,
que principia con el grupo menor de notas que tiene sentido por sí mismo y termina con la
unidad arquitectónica mas grande. El grupo menor de notas se llama motivo y consta de
dos o más notas.

Motivo:

El motivo es un conjunto que consta de dos o más notas (el grupo menor de notas) que
tiene sentido por sí mismo y tiene un esquema rítmico de intervalos melódicos iguales o
diferentes. Incluso la escritura de frases simples requiere la invención y utilización de
motivos aunque quizás de manera inconsciente. Usado conscientemente, el motivo debe
producir unidad, relación, coherencia, lógica, inteligibilidad y fluidez.

El motivo generalmente aparece de un modo notable y característico al comienzo de una


pieza. Los elementos que configuran un motivo son interválicos y rítmicos, y combinados
producen una forma o contorno reconocible que usualmente implica una armonía inherente.
El motivo básico es considerado a menudo el <germen> de la idea. Al incluir elementos al
menos de cada figura musical subsiguiente, podría considerarse el <mínimo común
múltiplo>. Y como aparece en cada figura subsiguiente, también puede considerarse como
<máximo común divisor>. Sin embargo, todo dependerá de su uso. Sea un motivo simple o
complejo, conste de pocos o muchos elementos, la impresión final de la pieza no está
determinada por su forma primaria. Todo depende de su tratamiento y desarrollo. “la
utilización del motivo necesita ser variada”.

Un motivo que aparece contantemente en una pieza <se repite>. La mera repetición a
menudo origina <monotonía>. La monotonía solo puede ser evitada por medio de la
<variación>.

Variación:

Es sinónimo de cambio. Pero cambiar cada aspecto produce algo extraño, incoherente,
ilógico. Destruye la forma del motivo. Por tanto, la variación requiere cambiar lo menos
importante conservando lo más característico.

Periodo y Frase:

Si se tararea cualquier simple tonada popular de cuatro versos, etc., se advertirá que se
divide en dos mitades perfectamente definidas: éstas son los periodos musicales. Si luego
se hace lo propio con cada periodo, de nuevo se comprobara la bipartición, esta vez en dos
frases. En este ejemplo dos frases constituyen un periodo, pero algunos teóricos prefieren
reservar este último nombre para el conjunto de cuatro freses. Es indudable que cualquier
composición que se analice aparecerá dividida en una serie de frases (aunque no
necesariamente de la misma extensión); la extensión normal de una frase es de cuatro
compases. La frase misma por corta que sea, no es la unidad menor. Examinada más de
cerca se la vera dividirse en medias frases, y éstas a su vez, en motivos. Así, la gradación
de un movimiento largo de una composición pasa del motivo a la semifrase, de ésta a la
frase, al periodo, al tema, a la sección.

Cadencias:

La música, al igual que el lenguaje hablado y escrito, necesita para ser inteligible, una serie
de puntuaciones que lo ordenen y le den sentido. En música este papel esta encomendado
a las cadencias. En lenguaje clásico, encadenamiento de dos o más acordes que coinciden
con una detención definitiva o momentánea y que además debe tener un sentido tonal
conclusivo o suspensivo. Estas pueden ser: conclusivas (perfectas o autenticas e
imperfectas), plagales, completas, suspensivas, rota o interrumpida, semicadencias,
andaluza, etc…

Sistema modal:

Sistema que dominó totalmente en la música europea durante once siglos, continuó
después influyendo en medida decreciente sobre los compositores durante otros
cuatrocientos años, reapareció posteriormente en forma ocasional en la composición, y ha
vuelto últimamente a ser usado en grado considerable por los compositores.

La teoría de los ocho tonos o modos, no es una supervivencia de los pseudo-modos griegos
sino consecuencia de la clasificación de las fórmulas melódicas para la entonación de las
lecturas cantadas. Al adaptar las antífonas a los tonos de los salmos correspondientes, los
salmos se recitaban sobre una cuerda de recitación o un tenor, se produce una clasificación
de estos tonos. Esta clasificación se fija hacia el siglo IX y su teoría se edifica
progresivamente del IX al XI, se basa principalmente al principio en el ámbito de las
melodías y en la presencia de las fórmulas características de cada modo.

Los modos son clasificados según sus finales: Re (protus); Mi (deuterus); Fa (tritus); Sol
(tetrardus). Teóricamente no hay otra final ya que sería repetición de las cuatro anteriores
aunque transportadas, para ello se echa mano del Si bemol cuando se necesita. Cada uno
de los cuatro modos se subdivide en dos categorías: uno principal (auténtico) y otro
subordinado (plagal).

Tonalidad:

Sentido musical que crea una gravitación en torno a un sonido o acorde. La escala da
nombre a la tonalidad según la altura en que se encuentra. (Una sonata en sol mayor esta
básicamente compuesta sobre las 7 notas de la escala de sol mayor). Se introdujo
gradualmente en la música europea durante el siglo XVI y que comenzó a desaparecer a
principios del XX. Las leyes de la armonía clásica establecen que de los 7 sonidos de una
escala, el primero llamado <tónica> es el centro de mayor atracción, el quinto superior le
sigue en importancia, seguido del cuarto. Los demás sonidos tienen a su vez una jerarquía
determinada por el sitio y la funcionalidad que ocupa en el orden de la escala. Todos los
sonidos actúan y funcionan más o menos atraídos por la tónica. La música escrita de
acuerdo a esa ley de gravitación hacia la tónica es música con tonalidad.

Modulación:

Término que, en general, está vinculado con el sistema tonal y consiste en pasar de una
tonalidad a otra tonalidad en el transcurso de la obra musical. La modulación representa la
condición dinámica de la tonalidad, y es, por tanto, un aspecto de la forma musical. Es un
elemento de variedad, pero también de unidad, cuando el equilibrio entre las tonalidades se
emplea como recurso para mantener la tonalidad principal.

Atonalidad:

Principio armónico que rechaza las relaciones básicas entre los grados de la escala
diatónica, concediendo autonomía a cada uno de ellos y encaminada a negar la necesidad
de que la música gravite en torno a una tónica, anulando las cadencias, y aboliendo el
principio tradicional basado en el contraste entre consonancia y disonancia.
Politonalidad:

La politonalidad o bitonalidad real existe solamente en el caso de que estén conducidas


independientemente distintas áreas sonoras como bloques armónicos, con motívica propia,
con instrumentación propia o con voz independiente.

Textura:

Urdimbre, tejido de la composición musical. Puede la textura ser ligera, densa, sencilla,
complicada, etc. Hay varias clases de texturas: monofónicas, polifónicas, homofónica, serial,
o textura que combina cualquiera de las anteriores.

Timbre:

Cualidad del sonido que le da a éste característica particular y que varía con la naturaleza
del elemento que vibra.

Instrumentos Transpositores:

Son aquellos que la nota real difiere de la nota escrita.

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