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El SIDA se cura. Esta afirmación ha sido expuesta nada mas y nada menos que por Luc Montagnier,
Premio Nobel de Medicina tras haber sido precisamente el científico que descubrió el virus del VIH,
y forma parte de la entrevista realizada en el documental “House of Number” (Brent Leung)
estrenado en el año 2009 el cual está disponible a todo público en diversos portales de internet.

Que el científico premio nobel por haber descubierto el virus del VIH haya dicho algo como esto,
es algo que ha debido abrir un debate internacional sobre lo que hoy conocemos como SIDA… Sin
embargo: ¿En cuántos canales de televisión ha visto usted algún fragmento de esta entrevista?
¿Por qué estas declaraciones de Montagnier más bien son ocultadas por los grandes medios?
¿Qué hay realmente detrás del SIDA?

La verdad es que Luc Montagnier no es el único científico que ha realizado declaraciones que
contradicen lo que hasta ahora se tiene establecido como versión oficial sobre el SIDA. Desde los
años 80 diversos científicos han venido realizando cuestionamientos, dando origen a lo que se
conoce como el movimiento “Disidente” del SIDA. Y al igual que ocurre con las significativas
declaraciones de Montagnier, la existencia del movimiento disidente es invisibilizada por los
grandes medios de comunicación a nivel mundial.

Por si fuera poco lo anterior, en lo últimos años han surgido diversas hipótesis sobre el origen del
VIH, como la del periodista británico Edward Hooper, quien en su libro “The River” asegura que
dicho virus fue creado por científicos en el Congo belga, y administrado a un importante número de
personas allí, o como la de Jakob Segal, científico ruso director del Instituto Biológico de Berlin,
quien acusó al gobierno de los Estados Unidos de crear de manera intencional esta enfermedad.

Cuando se comienza a analizar todos estos elementos de manera conjunta, inevitablemente se va


configurando un escenario en el cual muchas cosas no concuerdan con las versiones oficialmente
establecidas sobre el tema.

Y esta nueva visión cobra fuerza, cuando se analiza también el comportamiento del lobby
corporativo de las grandes trasnacionales farmacéuticas, y su concepción mercantilista en la cual
la salud no es una necesidad que debe ser éticamente atendida si no que es, simplemente, otra
área de “inversión”, muchas veces sin ningún tipo de consideración ética o moral.

El problema para estas empresas, es que la sociedad actual no es la misma de hace 80 años,
cuando a la gente le diagnosticaban a algo y se iba a su casa a rezar y a tomar cualquier cosa que le
recetara el medico sin hacer nada más. En la actualidad, la fluidez de la comunicación y las redes
sociales, han hecho surgir nuevas sociedades, en las que la gente no se queda simplemente en su
casa a esperar, sino que por si misma busca alternativas e investiga causas, consecuencias y
cualquier opción que le ayude a solucionar sus problemas de salud y de lo que sea.

Lo que las siguientes líneas van mostrar a continuación más que tener el objetivo de convencer,
tienen el objetivo de llamar la atención sobre un tema afecta de manera directa e indirecta la vida
de millones de personas a nivel mundial, y sobre todo tiene el objetivo de promover el debate
sobre algo tan grave, un debate que nunca se ha hecho de manera clara. La invitación es a
investigar sobre esto, todo lo que dice este escrito puede ser un error… Pero puede no serlo y solo
lo sabrá quién investigue al respecto, y bien vale la pena hacerlo porque estamos hablando de la
vida de millones de personas, millones de personas entre las que cualquier día puede encontrase
cualquiera de nosotros o alguno de nuestros seres queridos.
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I La Salud como negocio

En nuestro mundo contemporáneo, enmarcado en una sociedad de consumo, el acceso a la salud


no es una necesidad humana que debe ser éticamente cubierta, sino que lamentablemente es, sin
más ni menos, un negocio para un grupo de grandes empresas. Para este lobby corporativo
trasnacional el acceso a la salud es simplemente una más entre otras tantas “áreas de inversión”.

Cada vez son menos los países que cuentan con un sistema de salud pública, y cada vez son menos
países en los cuales dichos sistemas realmente funcionan de manera eficiente. Y esto para nada es
casualidad.

Las corporaciones trasnacionales farmacéuticas controlan todo lo relacionado con el “negocio” de


la salud: desde las patentes para la fabricación de medicamentos, la distribución y
comercialización de estos, controlan la Organización Mundial de la Salud a través de sus
financiamientos, lo cual les permite incidir en los informes y las políticas que mundialmente son
promovidas por esta instancia. Controlan los sistemas de salud tanto en aquellos países en los que
no existe sistemas públicos como también en casi todos los países en los que si existen sistemas de
salud pública. Y lo que es peor: controlan las matrices globales de opinión sobre lo que se debe
saber o no sobre todas las enfermedades.

Por muy monstruoso que suene, el objetivo de estas empresas no es curar a toda la humanidad de
todo, porque sería el final de su negocio. Por el contrario el objetivo de estas empresas es vender
medicinas y tratamientos… y para ello siempre tiene que haber alguien que tenga que curarse de
algo.

Todo esto ha sido denunciado durante años por profesionales de diversas áreas científicas. Tal ha
sido el caso de Peter Gotzsche, médico y biólogo Danés, autor del libro “Medicamentos que matan
y crimen organizado” (2014, Ed. Los Libros del lince). Gotzsche, quien actualmente se desempeña
como profesor de Medicina y Farmacología Clínica en la Universidad de Copenhague, ha
denunciado duramente a la industria farmacéutica asegurando que: “La industria farmacéutica es
inmensamente rica y poderosa, y ha corrompido los sistemas de salud de una forma
extraordinaria. Es una corrupción de largo alcance. Todo el proceso por el que nuestros
medicamentos son investigados, aprobados y recetados ha sido corrompido. Esto implica
manipular los datos científicos, pero también comprar a casi cualquier persona que pueda tener
influencia en el sistema, incluidos los ministros de salud”.1

Otro gran crítico de la industria farmacéutica es Richard J. Roberts, Premio Nobel de medicina
(1993), quien públicamente ha declarado su desacuerdo con las políticas desarrolladas por las
grandes corporaciones farmacéuticas: “He comprobado cómo en algunos casos los investigadores
dependientes de fondos privados podrían haber descubierto medicinas muy eficaces que hubieran
acabado por completo con una enfermedad”, y agrega que las grandes farmacéuticas: “no están
tan interesadas en curarle a usted como en sacarle dinero, así que esa investigación, de repente,
es desviada hacia el descubrimiento de medicinas que no curan del todo, sino que cronifican la
enfermedad y le hacen experimentar una mejoría que desaparece cuando deja de tomar el
medicamento”.2
3

En el mismo sentido apuntan las denuncias realizadas por Ghislaine Lanctot, autora del libro “La
Mafia Medica” (2010, Ed. Vesica Piscis). Al que igual Gotzsche y Roberts, Lanctot ha comparado de
forma directa los modus operandi de las trasnacionales farmacéuticas con el de los grandes grupos
de crimen organizado a través de contundentes afirmaciones como: “El sistema sanitario es una
verdadera mafia que crea enfermedades y mata por dinero y poder” 3. Ghislaine Lanctot es médico
graduada sin embargo, luego de 27 años en el ejercicio de su profesión su licencia médica le fue
retirada tras la publicación del polémico libro.

Según Lanctot “El llamado sistema sanitario es en realidad un sistema de enfermedad. Una
medicina que sólo reconoce la existencia del cuerpo físico y no tiene en cuenta ni el espíritu, ni la
mente, ni las emociones. Y que además trata sólo el síntoma y no la causa del problema. Se trata
de un sistema que mantiene al paciente en la ignorancia y la dependencia, y al que se estimula
para que consuma fármacos de todo tipo. De manera oficial, el sistema está al servicio del
paciente pero, en la realidad, el sistema está a las órdenes de la industria que es la que mueve los
hilos y mantiene el sistema de enfermedad en su propio beneficio”.4

Sobre la OMS afirma que “Es la organización que establece, en nombre de la salud, “la política de
enfermedad" en todos los países. Todo el mundo tiene que obedecer ciegamente las directrices de
la Organización Mundial de la Salud. No hay escapatoria. De hecho, desde 1977, con la Declaración
de Alma ATA, nadie puede escapar de su control. Esta declaración dio a la OMS los medios para
establecer los criterios y normas internacionales de práctica médica. Se desposeyó así a los países
de su soberanía en materia de salud para transferirla a un gobierno mundial no elegido cuyo
"ministerio de salud" es la OMS. Desde entonces "derecho a la salud" significa "derecho a la
medicación". Así es como se han impuesto las vacunas y los medicamentos a toda la población del
planeta”.5

Y por mucho que pueda sorprender, el desenvolvimiento actual de la OMS ha sido cuestionado de
manera pública hasta por figuras que hasta hace poco cumplieron importantes roles dentro de la
propia institución. Tal es el caso del economista Germán Velásquez, quien hasta hace poco fuese
el Director del Programa Mundial de Medicamentos de la OMS. Velásquez ha señalado que la OMS
“Ha sido la Agencia de referencia durante casi 70 años, la OMS ha jugado un papel muy
importante en la definición de políticas mundiales, hasta muy recientemente. Pero la OMS,
desafortunadamente, está en un proceso acelerado de privatización. Está entrando en una
situación de conflictos, está dejando de tener el rol que jugó siempre, y para el cual fue fundada,
el árbitro mundial de la salud pública". 6

Las revelaciones realizadas por Velásquez cobran todavía más importancia cuando cita casos
puntuales recientes cuya incidencia ha sido altamente notoria en todo el mundo como el H1N1:
“Cuando un donante da dinero, por ejemplo, la industria farmacéutica, estos representantes
solicitan estar presente en los comités de expertos de los diferentes programas [de la OMS]. Hay
un conflicto de intereses grave. Sucedió con la epidemia H1N1, los posibles fabricantes de vacunas
y de medicamentos, como el Tamiflú, estaban sentados en el comité que estaba decidiendo si se
declaraba una epidemia o no, evidentemente, [las farmacéuticas] empujaron a que se declarara la
epidemia y se diera una alarma global porque iban a tener un mercado impresionante”.7

No será necesario hacer un gran esfuerzo para recordar como después de esta declaración por
parte de la OMS, inmediatamente los medios de comunicación en todos los países, se plegaron a
4

la maniobra, con soberbias campañas que se encargaron de sembrar el temor masivo en la


población, y como los gobiernos del mundo financiaron la investigación de vacunas que
patentadas por estas empresas luego fueron compradas por esos mismos gobiernos para ser
administradas en muchos casos hasta de forma gratuita. Esta es la manera como las grandes
corporaciones farmacéuticas actúan, a través de un hegemónico sistema articulado del que
forman parte fundamental los grandes medios de comunicación en todo el orbe.
5

II SIDA: La industria del pánico

En 1984 Robert Gallo virólogo estadounidense anuncia el descubrimiento del VIH. La rueda de
prensa para la realización del trascendental anuncio es convocada por el gobierno de los Estados
Unidos a través de su secretaria de salud Margareth Heckler.8

La noticia de una nueva enfermedad incurable rápidamente se esparce por el mundo sembrando
el temor. Personalidades famosas comienzan a morir bajo diagnósticos relacionados con el SIDA.

Freddy Mercury, estrella mundial del rock fallece en 1991, siendo esta, posiblemente la muerte
que más impacto genera en la opinión publica dada la ascendencia de Mercury en la cultura
musical. A Freddy Mercury lo diagnostican son SIDA y al igual que muchos lo incorporaron a la
cifras de fallecimientos a causa del virus… Pero Freddy Mercury murió de neumonía.

Además de Mercury, entre finales de la década de los 80 y comienzo de los 90 un importante


número de personajes famosos fallecen bajo diagnósticos de SIDA: Rock Hudson en 1985 (cáncer
de hígado), Anthony Perkins en 1992 (neumonía), Isaac Asimov en 1992 por paro cardiaco (sufría
de insuficiencia renal) y Héctor Lavoe en 1993 (paro cardiaco) forman parte del conglomerado de
personalidades que fallecen bajo diversas causas médicas, pero todos son clasificados como
fallecidos por SIDA.

Por muy irrelevante que parezca este es un punto crucial: porque cuando se investigan las cifras
exactas de fallecidos por SIDA se observa que no existen datos puntuales, el método de la
Organización Mundial de la Salud ha sido establecer como parámetro al conjunto de
enfermedades conocidas bajo el término de “enfermedades oportunistas”, que son aquellas que
se pueden contraer cuando el sistema inmunológico no está funcionando a cabalidad. Entre esas
enfermedades se encuentra la neumonía. Bajo este método si alguien fallece por alguna de estas
enfermedades oportunistas, posiblemente sea incorporado a las cifras de fallecidos por SIDA, sin
que exista seguridad de ello. De esa manera la OMS presenta cada año cifras escalofriantes de
fallecidos supuestamente a causa de SIDA sin que realmente existan pruebas concluyentes en la
gran mayoría de los casos, y lo hacen aún a sabiendas de que (como veremos más adelante) los
test de detección del VIH han sido duramente criticados por sus altos niveles de margen de error.
¿Cómo puede actuar de manera tan simple una organización de esta envergadura?

Fundada en 1948 bajo el impulso del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, la
Organización Mundial de la Salud teóricamente cuenta con el financiamiento de sus 194 países
miembros y se supone que estos tienen incidencia en las decisiones que se toman en dicho
organismos adscrito a la Organización Mundial de las Naciones Unidas. Pero en la práctica, en la
realidad, el financiamiento de la OMS en los últimos años también proviene de contribuciones
“voluntarias”. Estas contribuciones proceden en su mayoría de grandes Corporaciones
Trasnacionales, sobre todo grandes farmacéuticas, las cuales terminan incidiendo de manera
evidente en las decisiones y pronunciamientos e informes emitidos por las OMS.

Las grandes trasnacionales farmacéuticas que controlan la OMS a través del financiamiento, son
las mismas corporaciones que han patentado y fabrican tanto los test para detección del VIH,
como los costosísimos tratamientos que se recetan en la actualidad.
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Y con el temor mundial implantado hacia el SIDA a través de la oleada comunicacional


desarrollada a comienzos de la década de los 90, además de las cifras alarmantes presentadas
cada año por la OMS, se han justificado y se siguen justificando millonarios presupuestos
financiados por los gobiernos para investigar al temido virus. Sin embargo, después de varias
décadas de presupuestos multimillonarios, financiados anualmente por los gobiernos del mundo y
demás contribuyentes, hasta ahora ni las trasnacionales farmacéuticas, ni la OMS han anunciado
el descubrimiento de ninguna cura oficial.

En cambio, lo que las farmacéuticas trasnacionales han implantado en los últimos años, son los
medicamentos antiretrovirales, estos son cocteles de medicamentos altamente nocivos que según
las farmacéuticas pueden mantener a los seropositivos vivos por años, incluso por décadas. Es
decir, para las trasnacionales el SIDA dejó de ser una enfermedad mortal siempre y cuando se
consuma estos cocteles de productos, en muchos casos, altamente tóxicos, como el AZT.

¿Será que a las trasnacionales les resulta más rentable vender tratamientos que duran décadas a
ofrecer algún tipo de medicamento que cure la enfermedad de una sola vez? ¿Será que la cura en
realidad ya existe pero no es tan comercial como los antiretrovirales que son recetados por
décadas al paciente? ¿O será que ni siquiera hace falta cura sino que puede tratarse de manera
natural tal como lo afirma Montagnier? ¿Realmente es descabellado plantearse dudas como estas
en todo lo relacionado al SIDA sobre todo cuando ya existen antecedentes parecidos en el
proceder de la industria farmacéutica?
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Robert Gallo, Virólogo estadounidense y Margareth Heckler, Secretaria de Salud de los Estados
Unidos durante el gobierno de Ronald Reagan anuncian al mundo el descubrimiento de una nueva
enfermedad denominada Síndrome de Inmunodeficiencia Humana el 23 de Abril de 1984.

Freddie Mercury, estrella del rock, vocalista de la célebre banda Queen. Fallece en 1991 a causa de
una Neumonía. Su muerte estremeció a la opinión pública internacional, no solo por su
trascendencia en el mundo del espectáculo, sino por su relación con el Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida.
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III Entrevista a Luc Montagnier 9

Esta es la transcripción de la entrevista realizada a Luc Montagnier por parte de Brent Leung, en el
documental “House of Numbers”. Vale decir que durante algún tiempo esta entrevista fue puesta
en tela de juicio, afirmando que Leung había editado la misma a su conveniencia, para tergiversar
las declaraciones de Montagnier haciendo parecer que hubiese dicho cosas que en realidad no
quiso decir. En la actualidad la entrevista completa está disponible de manera pública en internet,
y en ella se observan las mismas afirmaciones tajantes del premio nobel, sin edición alguna.

Leung: Hace un rato nos comentó sobre el estrés oxidativo. ¿Es el tratamiento contra este mal una
de las mejores formas para luchar contra la epidemia del SIDA en África?

Montagnier: Creo que es una de las formas para lograr bajar las cifras de transmisión. Yo creo que
podemos estar expuestos al VIH muchas veces sin resultar crónicamente infectados. Nuestro sistema
inmunológico va a eliminar el virus dentro de unas semanas si tenemos un buen sistema
inmunológico. Este es el problema de los africanos; 10 su nutrición no es muy equilibrada. Presentan
estrés oxidativo, incluso si no están infectados con el VIH; entonces su sistema inmunológico ya no
funciona bien, por lo que están propensos a que el VIH entre en el cuerpo y persista. Entonces hay
muchas simples medidas nutricionales para disminuir la transmisión, que no sea la vacuna: Consumir
antioxidantes, medidas higiénicas, luchar contra otras infecciones. Estas medidas no son
espectaculares, pero podrían disminuir en forma considerable la epidemia al nivel en que se
encuentra en los países occidentales.

Leung: Si tienes un buen sistema inmunológico, ¿entonces tu cuerpo puede eliminar en forma natural
el VIH?

Montagnier: Sí.

Leung: Oh, interesante. ¿Cree que deberíamos promover los antioxidantes y cosas de esa naturaleza
en África más que los antiretrovirales (drogas para tratar el SIDA)?

Montagnier: Deberíamos promover más una combinación de medidas; Antioxidantes, consejería


nutricional, nutrición, luchar contra otras infecciones: malaria, tuberculosis, parasitosis, lombrices.
La educación de todas maneras, higiene genital para mujeres y hombres también. Medidas muy
simples que no son muy caras pero que podrían lograr mucho. Y esta es mi preocupación sobre
muchos actos espectaculares que se han hecho para obtener fondos globales para comprar drogas.
El tipo de medidas de las que hablo no están financiadas para nada. En realidad depende del
gobierno local que tome una decisión sobre esto, pero el gobierno local acepta los consejos de
consejeros científicos de instituciones de inteligencia, y no reciben este tipo de consejos muy seguido.

Leung: Bueno, no hay mucho dinero en la nutrición ¿verdad? No es lucrativo.

Montagnier: Así es, no es lucrativo. El agua es muy importante, el agua es clave.

Leung: Ahora, una cosa que usted dijo, estaba hablando del hecho de que si uno tiene un buen
sistema inmunológico, es posible eliminar el VIH en forma natural.

Montagnier: (Asienta con la cabeza)


9

Leung: Si un africano pobre que ha sido infectado por el virus fortifica su sistema inmunológico, ¿es
posible que elimine en forma natural el VIH?

Montagnier: Yo pienso que sí.

Leung: Ese es un punto importante.

Montagnier: Es conocimiento importante que está completamente desechado. La gente siempre


piensa en las drogas, y la vacuna. Entonces este es un mensaje que puede ser diferente de lo que has
oído antes, ¿no?

Leung: Sí, es un poco diferente.


10

Luc Montagnier, Premio Nobel de Medicina por haber descubierto el virus del VIH. En el
documental “House of Numbers” de Brent Leung afirma que el sistema inmunológico de una
persona saludable puede acabar con el virus en cuestión de semanas.
11

IV La disidencia

Ya conocemos el planteamiento de Luc Montagnier con respecto a lo que actualmente se conoce


como SIDA, un planteamiento que coloca en jaque todo lo que hasta ahora se nos ha dicho sobre
este tema. Pero Montagnier no es el único científico, y de hecho no es el único "premio Nobel"
que se ha revelado contra la versión oficialmente establecida sobre el SIDA.

El creciente número de personalidades del ámbito científico que se han venido pronunciando
contra la versión establecida sobre el SIDA, ha dado origen a todo un movimiento de índole global
conocido como la “Disidencia”.

"Si hay alguna evidencia de que el VIH causa el sida, deben existir documentos científicos que de
manera singular o colectivamente demuestren ese hecho, al menos con una elevada probabilidad.
No existen tales documentos". La frase anterior pertenece a Kary Mullis. 11

Kary Mullis fue el ganador del Premio Nobel de Química en 1993, por si fuera poco es, nada más y
nada menos el inventor de la Prueba de Carga Viral, uno de los tipos de exámenes generalmente
utilizados para la detección del virus del VIH. Irónicamente, Kary Mullis ha denunciado infinidad de
veces que la prueba de carga viral inventada por él no sirve para detectar el virus del VIH. Y aún
más, según Kary Mullis el virus del VIH no tiene nada que ver con el SIDA.

Otro destacado científico disidente de la teoría oficial del SIDA es Peter Duesberg.

Peter Duesberg es un virólogo alemán, con un amplio currículum de logros científicos, entre los
que destaca haber sido el primero en aislar un gen cancerígeno. De hecho, Duesberg era serio
candidato para obtener un premio nobel, hasta que comenzó a declarar públicamente su opinión
sobre el VIH. Peter Duesberg forma parte de la corriente de la disidencia que no solo afirma que el
SIDA no es una enfermedad mortal, sino que incluso afirma que el virus del VIH no existe, esta
corriente es conocida como el “Negacionismo”.

Bajo el liderazgo de Duesberg surge el “Grupo de Replanteamiento de la Hipótesis VIH-Sida”,


grupo conformado por más de 400 científicos de todo el mundo que forman parte del movimiento
disidente. El “Grupo de Replanteamiento de la Hipótesis VIH-Sida” tiene su sede central en
California, específicamente en la Universidad de California Berkeley, San Francisco. Uno de sus
miembros es el Dr. Roberto Giraldo, medico colombiano especialista en medicina interna, con
énfasis en enfermedades infecciosas e inmunología, graduado en la Universidad de Antioquia,
Colombia. Giraldo es conocido por sus videos y conferencias en los cuales afirma que el SIDA no es
una enfermedad contagiosa provocada por un virus, sino una enfermedad toxico nutricional que
surge a partir del estrés oxidativo.

En la disidencia no solo hacen vida personalidades del mundo de la ciencia, sino también un
creciente número de personas que manifiestan haber sido diagnosticados como seropositivos y
gozar de perfecta salud e incluso, muchos dan negativo al trascurso de los años. Uno de ellos es
Carlos Gutiérrez, Coordinador de la Asociación Civil CORDIVEN, organización sin fines de lucro con
sede en Venezuela, conformada por disidentes en su mayoría diagnosticados seropositivos.
12

Gutiérrez dio positivo en el año 2000, fue recetado con antiretrovirales, y al observar un severo
deterioro en su salud detuvo el consumo de los mismos, llevando una vida completamente normal
desde entonces. En el año 2010 se realizó una prueba en el mismo laboratorio en el que se la
había realizado diez años antes, y el resultado fue negativo.

En palabras de Gutiérrez: “Tenemos contacto con personas que no salen públicamente por temor
al escarnio público, por la presión social, porque temen que los puedan botar de sus trabajos. Y
por esa razón tengo que amparar su identidad”.12

Los científicos de la disidencia denuncian que apenas plantean su divergencia en torno a la versión
impuesta sobre el SIDA inmediatamente se activa el aparataje mediático mundial tildándolos de
locos o brujos, y son execrados de cualquier tipo de financiamiento para investigación alguna, razón
por la cual muchos prefieren guardar silencio.

Kary Mullis, ganador del Premio Nobel de Química en 1993, e inventor de la Prueba de Carga Viral,
uno de los tests utilizados para detectar el virus del VIH. Según Mullis no existen estudios
concluyentes que demuestren relación entre el virus del VIH y el desarrollo del Sida.
13

Peter Duesberg, virólogo alemán. Impulsor del “Grupo de Replanteamiento de la Hipótesis VIH-
Sida”. Duesberg fue el primer científico que logró aislar un gen cancerígeno.
14

Carlos Gutiérrez, disidente venezolano, miembro de la Asociación Civil CORDIVEN. Fue declarado
seropositivo en el año 2000 luego de realizarse una prueba. Durante años consumió los
antiretrovirales, pero tras observar una desmejora notable en su salud detuvo el consumo de
estos. En el año 2010 se realizó otra prueba en el mismo laboratorio en el que había dado positivo
diez años atrás, siendo el resultado negativo en esta oportunidad.
15

V El Sida se cura

Los cofactores

Un punto en el que existe amplio consenso en la disidencia contra el SIDA es que para que una
persona desarrolle inmunodeficiencia, más que el virus del VIH lo fundamental es la existencia de
uno o varios cofactores. Lo que varía en unos u otros grupos de la disidencia es el nivel de
importancia que se le otorga a estos cofactores, ya que para algunos científicos la existencia del
virus conjuntamente con los cofactores desencadenan la inmunodeficiencia, pero para otros lo
que importa no es el virus sino la existencia de dichos cofactores.

Estos denominados cofactores, son, de hecho, inmunodepresores, es decir, todos causan una baja
en el funcionamiento del sistema inmunológico. Entre los principales cofactores podemos
mencionar: el consumo frecuente de cigarrillo, el stress, el consumo frecuente de alcohol, el
consumo frecuente de drogas, no dormir lo suficiente, mala alimentación, exposición a sustancias
químicas como fertilizantes, el sexo anal (sin protección debido a los gérmenes) , y mala higiene.

Todos estos factores son señalados como inmunodepresores, lo cual facilita el desarrollo de
enfermedades, sobre todo las denominadas enfermedades “oportunistas” etiquetadas como SIDA
en las estadísticas que anualmente publica la OMS. La disidencia mantiene -con casos exitosos en
la mano- que si una persona no posee ninguno de estos cofactores, esa persona no desarrollará
SIDA y si lo tiene puede librarse de él.

La mayoría de estos cofactores son reversibles sin la necesidad de tener que ingerir grandes
medicamentes, con una buena alimentación rica en frutas, vegetales, verduras y hortalizas, una
vida equilibrada sin excesos, y descansar la cantidad de horas apropiadas al día es suficiente para
recuperar y mantener un estado de salud óptimo.

Mención especial merecen la adicción tanto al alcohol como a las drogas, por su estrecha relación
con los decesos por SIDA en los Estados Unidos, Europa y América Latina. De hecho, los primeros
casos de SIDA son registrados en el año 1981, en el marco de cierto tipo de fiestas vinculadas a la
comunidad gay de Norteamérica. Por esta razón uno de los primeros nombres empleados para
denominar lo que hoy se conoce como SIDA fue “GRID” que es la abreviación de “Gay-related
immune deficiency” cuya traducción al castellano es: “Inmunodeficiencia asociada a la
homosexualidad”. Con este término asociado a la comunidad gay, algunos científicos pretendieron
establecer una vinculación directa entre la orientación sexual de esta comunidad y la existencia de
un nuevo virus, cuando en realidad se trataba de las sustancias que les comercializaban en dichas
fiestas. En la actualidad, está científicamente demostrada la relación existente entre la droga
conocida como “Poppers” y la enfermedad denominada “Sarcoma de Kaposi”, que fue
precisamente una enfermedad involucrada en los primeros casos de SIDA. El “Popper” era una
sustancia estimulante de alto nivel de consumo en las fiestas de la comunidad gay de los Estados
Unidos, sobre todo en aquella época de los años 70 y comienzos de los 80, un consumo sostenido
a través de importantes campañas publicitarias.
16

Un estudio realizado en el Centro Sanitario Sandoval de Madrid, el cual es un ente especializado


en infecciones de transmisión sexual, arrojó que de 1.629 pacientes diagnosticados seropositivos
entre 2007 y 2012, el 71% de ellos manifestó haber consumido algún tipo de droga.13

La vinculación existente entre el consumo frecuente de drogas y alcohol con fallecimientos


etiquetados como SIDA es tan alta en el mundo occidental que pocos casos existen de fallecidos
por SIDA que se tuviese conocimiento de que fuesen personas con hábitos sanos de vida. Si usted
tiene alguna duda sobre esta afirmación, haga un ejercicio de memoria en este momento para
recordar todas aquellas personas (famosas o no) que usted haya sabido que murieron a causa de
SIDA, recuerde ahora también, cuántas de estas personas tenían adicciones al alcohol y a las
drogas, y cuantas de estas personas tenían una estilo de vida sano y saludable, y en base a estos
números saque usted sus propias conclusiones.

El aspecto Psicológico

La Psiconeuroinmunologia es una rama de la medicina en la que trabajan de manera articulada


diferentes especialidades científicas, a saber: la psicología, la psiquiatría, la neurociencia, la
fisiología, la farmacología, la biología molecular, la endocrinología, la inmunología, y la
reumatología entre otras.

Experimentos científicos realizados en el marco de la Psiconeuroinmunologia han demostrado la


incidencia de elementos como el estado ánimo, las emociones, el estrés, y los pensamientos en la
aparición, desarrollo, tratamiento y cura de las enfermedades. No estamos hablando de una forma
de terapia alternativa, la Psiconeuroinmunologia es una rama de la medicina, que en los últimos
años ha venido ganando terreno en base a la demostración científica.

Si las emociones y los pensamientos tienen incidencia real en el desarrollo o cura de


enfermedades tal y como ha sido demostrado, imagínese usted lo que ocurre cuando -después de
décadas de bombardeo a través de todos los medios de comunicación diciendo que el SIDA es una
enfermedad mortal e incurable- alguien asiste al médico y este le informa que ha dado positivo en
un test de VIH: tenga usted o no VIH puede estar seguro que sus defensas se van bajar hasta el
mínimo, y aunque suene como una especie de chiste, en una situación como esta una persona
puede literalmente morirse de miedo, a raíz de la baja en las defensas que le puede provocar un
golpe emocional de esta magnitud. No son pocas las historias de personas que hasta se suicidaron
cuando les diagnosticaron como seropositivos, de manera que el aspecto psicológico resulta
fundamental en el éxito que alguien puede tener o no en términos del desarrollo de un estado de
inmunodeficiencia.

¿De cuantas muertes es culpable la medicina convencional controlada por las grandes
farmacéuticas trasnacionales? ¿Cuántos pacientes diagnosticados con VIH se hubiesen salvado si
en lugar de decirles que tenían una enfermedad incurable les hubiesen dicho que había
posibilidades de salvarse?

Ciertamente, en los últimos años el discurso de la medicina convencional se ha flexibilizado, y


ahora le dicen al paciente que puede vivir durante años… Pero siempre y cuando tome los
medicamentos químicos producidos por las trasnacionales, y eso forma parte de lo que se debe
analizar, porque existe un importante número de testimonios de quienes afirman haber
sobrevivido precisamente por haber dejado de tomar dichos medicamentos.
17

Inmunidad al VIH

Pero lo cierto es que el ser humano puede curarse del SIDA. Prueba de eso es la cantidad de
testimonios de gente que fue diagnosticada hace décadas y llevan una vida perfectamente normal
sin tomar ningún tratamiento.

Un testimonio muy conocido es el de Manuel Garrido, médico español, quien trastocado psico-
emocionalmente luego de dar positivo en un test de sida, se entrega a una vida de excesos
esperando lo peor, sin tomar medicamento alguno, pero al cabo de 5 años se realiza exámenes
médicos, y los mismos le arrojan que después de todo lo que ha hecho se encuentra en perfecto
estado. En ese momento comienza a dudar de la teoría oficial sobre el SIDA, en la actualidad es un
reconocido activista de la disidencia a nivel mundial, de notoria influencia en los países de habla
hispana.

De igual manera la organización sin fines de lucro “Movimiento Nacional para el Replanteamiento
Científico del SIDA” tiene un importante trabajo en países como Perú, México y Argentina, con un
significativo número de personas diagnosticadas seropositivas que llevan una vida completamente
normal, en muchos casos sin ingerir los tratamientos recetados por la industria farmacéutica.

Documentales que ofrecen testimonios de este tipo abundan en internet, a los cuales puede
accederse de manera pública y gratuita. Uno de ellos es “La Gran mentira del SIDA”, 14 allí
diagnosticados seropositivos de todo el mundo ofrecen sus testimonio de cómo han llevado una
vida perfectamente normal sin haber ingerido los medicamentos recetados por las farmacéuticas,
o luego de haber detenido su consumo.

Más llamativo aun es el caso de diagnosticados seropositivos, que durante años han llevado una
vida conyugal sin protección con su pareja (en muchos casos porque no habían sido
diagnosticados) y sin embargo esta da negativo en los test del vih.

Otro caso que fue difícil de esconder para la prensa internacional fue el de las mujeres africanas
dedicadas a la prostitución, en países como Kenya, las cuales han demostrado ser inmunes al VIH.
Estos casos están documentados y son objeto de investigación por parte de diversos grupos
científicos.

Pero si existe un caso inocultable sobre los infectados de VIH que luego se curan, es uno que dada
su trascendencia ha pasado (o lo han hecho pasar) por debajo de la mesa. Se trata de Magic
Johnson, mítica figura del basketbol, estrella de la NBA con los Angeles Lakers y miembro del
famoso “Dream Team” que representó a los Estados Unidos. En 1991 Johnson conmocionó al
mundo anunciando que había contraído el virus del VIH, el impacto de la noticia se acrecentó
durante la época, dado en ese mismo año Freddy Mercury fallecía, según anunciaban las agencias
de noticias, a causa del mismo virus. Se sabe que durante los años que siguieron Johnson fue
imagen publicitaria de medicamentos antiretrovirales recetados para pacientes con SIDA. Hoy,
décadas después de aquel anuncio, los exámenes de VIH en la sangre de Johnson dan negativo: no
existen rastros de VIH. El caso de Johnson alusivo al SIDA fue abordado de forma burlesca en la
satírica serie de dibujos animados estadounidense South Park, en un irónico capitulo que tiene
como protagonista a Magic Johnson afirmando que su secreto para curarse del VIH es tener
mucho dinero.
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Otro afamado personaje estadounidense relacionado con este tipo de noticias es el actor Charlie
Sheen, quien en el año 2015 anunció que había sido diagnosticado como portador del VIH cuatro
años atrás, para luego notificar en el año 2016 que se había curado gracias al uso de un novedoso
medicamento.

El ruido generado por esta clase de noticias y declaraciones sin duda ha generado la reacción de
las trasnacionales farmacéuticas, que ante la imposibilidad de negar la existencia de tales casos, ha
optado por desarrollar teorías que intenten explicar el porqué.

A medida que va pasando el tiempo, y surgen nuevos testimonios que ponen en jaque la versión
oficial del sida, el lobby farmacéutico va estirando y flexibilizando todo lo que anteriormente había
establecido, hasta el punto de aceptar que en efecto hay quienes pueden ser inmunes al VIH, e
incluso aceptar que hay casos de personas que se han curado de inmunodeficiencia.

Primero fue a finales del siglo pasado, con las noticias que informaban sobre el descubrimiento de
un porcentaje de seres humanos que es inmune al sida. Posteriormente los estudios que tratarían
de explicar, la razón por la cual es posible que exista ese porcentaje. A partir de allí han venido
apareciendo noticias sobre posibles vacunas exitosas contra el sida o experimentos triunfantes
contra el virus. También estuvo al famoso caso del hombre que se curó tras un trasplante de
medula, y ya hasta se ha anunciado la producción de embriones humanos totalmente inmunes al
sida en China. Basta con hacer una pequeña investigación en los portales de búsqueda de internet
y encontraremos material informativo que de manera borrosa nos va dejando saber que curarse
del SIDA es posible.
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Magic Johnson, estrella de los Angeles Lakers y del recordado Dream Team de los Estados Unidos.
Diagnosticado seropositivo en 1991, hoy no existen rastros del virus del VIH en su organismo.
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Pese al cerco comunicacional del lobby farmacéutico las noticias sobre casos de inmunidad contra
el VIH vienen apareciendo desde la década de los 90.

VI El negocio criminal de las farmacéuticas


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Las pruebas de VIH y los falsos positivos

Cuando existe sospecha de que una persona puede estar contagiada de VIH, lo primero que le
indican al paciente es que debe realizarse los test correspondientes para determinar o no la
existencia del virus. Si da negativo el paciente queda tranquilo, pero si da positivo de inmediato se
pasa a una nueva fase, que es la medicación de una serie de productos químicos los cuales según
dicen, son los que mantendrán con vida al portador del VIH.

El canon establecido por las farmacéuticas y certificado por la Organización Mundial de la Salud es
que entre los síntomas que generan sospecha sobre un posible contagio de VIH se encuentran:
gripe, diarrea, fiebre, dolor de garganta, cefalea, erupciones y ganglios inflamados. Como se verá
ninguno de los síntomas representa algo extraordinario, de hecho, son síntomas comunes en casi
todas las afecciones que cualquier persona pueda tener en la vida cotidiana, sin que eso
represente mayor peligro. Pero una vez que existe la sospecha entonces viene el descarte: los test
o pruebas de VIH.

Sobre estas pruebas existe un hecho que de manera asombrosa es desconocido por la opinión
pública: y es que ninguna de ellas detecta el virus del VIH. Las pruebas usadas con mayor
frecuencia son el test Elisa y el Wester Blot, en ambos casos lo que detectan son anticuerpos,
anticuerpos que en muchas ocasiones pueden estar relacionados con otro tipo de virus o
enfermedades. La cantidad de falsos positivos denunciados por el uso de estas pruebas las ha
colocado en tela de juicio, ya que es públicamente conocido el hecho de que las mismas pueden
arrojar un diagnostico positivo cuando lo que detectan en realidad pueden ser anticuerpos
relacionados con virus como la gripe o la hepatitis. Hasta tal punto es conocido el alto margen de
error de las pruebas, que las mismas vienen con una etiqueta de advertencia en su empaque, en el
caso de la Elisa la etiqueta informa: “La prueba de ELISA sola no puede ser usada para el
diagnóstico del SIDA, ni siquiera cuando las muestras que reaccionan positivamente sugieran con
alta probabilidad la presencia de anticuerpos anti VIH-1", y en el caso de la Wester Blot: "No use
esta prueba como la única base para el diagnóstico de la infección VIH-1”. De igual manera en el
caso de la prueba de carga viral esta establece: "La prueba Amplicor para monitorizar al VIH-1 no
debe usarse como una prueba rastreadora ni como una prueba diagnóstica para confirmar la
presencia de la infección VIH”, en el caso de la prueba de carga viral, vale recordar que su inventor
es el Premio Nobel Química Kary Mullis, y que este ha repetido hasta la saciedad que la prueba de
carga viral no sirve para detectar el virus del VIH.

La inexactitud de esta pruebas es tal, que los criterios de las mismas varían dependiendo del país
en el que la prueba se realice, es decir, que usted puede dar positivo en Suráfrica y con
exactamente los mismos resultados ser considerado negativo Alemania porque los parámetros son
distintos en cada país, no existe un criterio estándar establecido a nivel mundial sobre lo que
constituye un resultado seropositivo. De hecho existen países como Inglaterra que han prohibido
la prueba “Wester Blot” dado su alto nivel error.

Pese a todo esto, los grandes medios contribuyen a sostener la visión generalizada de que tales
pruebas “detectan el VIH”, y el mundo cree lo que los medios dicen.
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Y a pesar de la inexactitud de esas pruebas, lo cierto es que si alguien da positivo en alguna de


ellas, inmediatamente es pasado al siguiente nivel de la cadena de negocio de las farmacéuticas:
los antiretrovirales.

Los Antiretrovirales

Los antirretrovirales son los medicamentos recetados para el tratamiento del tipo de virus
conocido como “retrovirus”. Según el consenso oficial existente sobre el SIDA, el VIH se encuentra
en la categoría de retrovirus, de ahí que los medicamentos prescritos para el tratamiento de este
síndrome sean conocidos como “antiretrovirales”. Y en la actualidad se da por hecho, que el
consumo de los denominados “cocteles” antiretrovirales puede mantener con vida a los
seropositivos, siempre y cuando mantengan su consumo en las dosis que les sean recetadas. Se
supone también que si el paciente en cuestión detiene el consumo de estos medicamentos se
expone a perder la vida con mucha mayor probabilidad.

Un dato importante es necesario tener presente cuando se aborda el tema de los antiretrovirales:
y es que son producidos por las mismas empresas que producen las pruebas para la detección del
virus.

Si algo va quedando claro cuando se investiga todo lo que ha venido ocurriendo alrededor del
SIDA, es que a estas empresas lo que en primera instancia les importa son sus ganancias
económicas. Un ejemplo de ello fue la demanda introducida por parte del gobierno de los Estados
Unidos (en representación de las farmacéuticas trasnacionales) contra el gobierno de Brasil en la
OMC, por la fabricación de estos medicamentos en versiones genéricas, acción que emprendió el
estado brasilero para poder distribuir los antiretrovirales a cientos de miles seropositivos dentro
de su territorio, muchos de los cuales no podían pagar los excesivos costos de tales medicamentos
cuando eran expendidos por estas empresas. 15

Pero lo más grave de los antiretrovirales son la cantidad de denuncias de las que son objeto, por
los graves efectos secundarios que pueden llegar provocar en la salud de quienes los consumen.

Tal es el caso del AZT, medicamento altamente toxico, conocido por haber sido el primer
antiretroviral, cuyo uso fue anunciado en 1987. No obstante, el uso del AZT se extiende a la
década de los 60, inicialmente como medicamento experimental para pacientes con Cáncer. En
aquel momento su uso tuvo que ser suspendido debido al alto nivel de toxicidad que provocaba.
Vale decir que las dosis expendidas de AZT para la época eran de 25 mg, en la actualidad las dosis
diarias recetadas a pacientes diagnosticados seropositivos han llegado a superar los 1500 mg.

Entre daños comprobados a los que se expone quien consuma el AZT se encuentran: daños
severos al hígado, dolores de cabeza, toxicidad en la sangre, fiebre, erupciones, escalofríos,
ansiedad, dolor pectoral, vómitos, frecuencia urinaria y tos.

La cantidad de daños que los antiretrovirales pueden llegar a causar en el organismo humano son
de tal magnitud, que para los científicos disidentes son precisamente los antiretrovirales los que
provocan la inmunodeficiencia y no al revés como comúnmente se nos ha dicho.
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VII El Replanteamiento del SIDA

Como se habrá podido observar, existe un alto nivel de incongruencias en la versión establecida
sobre lo que hoy se conoce como SIDA. De hecho, por muy asombroso que parezca, no existen
pruebas concluyentes que demuestren a todas luces la versión oficial del SIDA, y sin embargo, la
medicina convencional (articulada a través de la OMS, a su vez controlada por las farmacéuticas)
se maneja en función de esa versión oficial. Esto no sería tan grave si estuviésemos hablando de
algún hecho intrascendente, pero la verdad es que estamos hablando de la vida de millones de
personas, las cuales se han visto duramente alteradas por una serie de postulados médicos
instaurados, que a ciencia cierta no han sido demostrados de manera categórica por nadie.
Estamos hablando de un virus supuestamente incurable, responsable de muertes que, en el caso
de los países pobres del África ya venían aconteciendo durante décadas por causa de las mismas
enfermedades que ahora se etiquetan como SIDA, y que en el caso de Estados Unidos, América,
Latina y Europa están vinculadas de manera estrecha al consumo de drogas, alcohol y estilos de
vida poco equilibrados. ¿De cuántos suicidios es responsable el lobby corporativo farmacéutico
internacional gracias a la venta obligatoria de sus pruebas que son incapaces de detectar al virus
del VIH en cuestión? ¿De cuántos despidos son responsables? ¿De cuántos dramas personales y
familiares, muchos de cuales se hacen públicos pero otros prefieren asumir en silencio su calvario
llevando una vida de miedo, angustia y zozobra? ¿Cuántas personas han muerto a causa de la
ingesta continuada y prolongada de sustancias altamente toxicas que son recetadas en grandes
cantidades muchas de las cuales son más el daño que causan al organismo que el beneficio que
pueden traer? ¿Quién responde por todo lo que han hecho?

El objetivo de este trabajo en ningún caso es decirle nadie lo que deba hacer o no, la decisión
sobre si continuar o no con los tratamientos es una decisión individual. De nuestra parte, cuando
menos, lo que si sugerimos es la búsqueda de alternativas, como la naturopatía (medicina natural)
y demás expresiones de abordaje medico fundamentados en un enfoque no agresivo contra el
organismo, y sustentados en tratamientos naturales, que no producen efectos negativos en el
organismo humano, lo cual está demostrado y ha convertido la medicina natural y ancestral en
objetivo de campañas difamatorias por parte de los laboratorios comunicacionales de las grandes
corporaciones. Esto no necesariamente implica una ruptura con la medicina convencional, dado
que puede hacerse de manera conjunta y complementaria, tal como ocurre en la actualidad con el
uso de la acupuntura en centros hospitalarios de países como los Estados Unidos, China y Uganda
para el tratamiento de pacientes diagnosticados seropositivos.

Pero lo que si creemos de manera absoluta, es que es necesario un debate internacional sobre lo
que hasta ahora se conoce como SIDA. Un debate científico, abierto y transparente que esté libre
del control de las grandes trasnacionales farmacéuticas. Porque si algo queda claro es que la
versión oficial cada día luce más borrosa y errática, y pese a ello se mantiene como canon
establecido, silenciando un secreto a voces que cada día que pasa va cobrando más auge a nivel
mundial.

Es obvio que tal discusión transparente jamás será impulsada por el lobby corporativo de las
farmacéuticas, estas empresas han demostrado hasta la saciedad que para ellos solo se trata de
un lucrativo negocio, un negocio extremadamente rentable que se sostiene sobre el sufrimiento
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de millones de personas. Difícil esperar un paso adelante por parte de la OMS, dada la
determinante influencia que las mencionadas empresas ejercen dentro de dicho organismo.

De ahí que la responsabilidad recae sobre los gobiernos progresistas y revolucionarios del mundo,
sobre los movimientos sociales, y aquellas organizaciones e individualidades que día tras día
trabajan por la construcción de un mundo mejor.

Y si existe un factor fundamental sobre todo lo que se ha establecido en relación con este flagelo y
lo que en el futuro se pueda establecer, ese factor sin duda lo constituyen los medios de
comunicación en todo el mundo, los cuales en su mayoría durante décadas lo que han hecho es
implantar y sostener la versión oficial. No se trata de que ahora la ataquen, pero sí de que
informen lo que está ocurriendo. Que se informe y divulgue la cantidad de personas que
manifiestan haberse curado, muchos de ellos con el solo hecho de haber cambiado sus hábitos de
vida. La responsabilidad de los medios de comunicación es enorme en todo lo que ha sucedido, y
en todo lo que pueda suceder de ahora en adelante con el SIDA.

En los últimos años, mucho se habla sobre conspiraciones e intereses creados. En algunos casos se
trata de temas risibles, en otros no tanto. Evidentemente no puede ser risible cuando hablamos en
términos reales, de la vida de millones de personas. Que alguien haya tenido la idea de hacer
negocio con esto es verdaderamente miserable, y ese alguien existe y son las Corporaciones
Trasnacionales Farmacéuticas. Tan miserable que incluso realmente no se sabe hasta qué punto
hay error en lo que han hecho o hasta qué punto se ha actuado de manera intencional. Pero si
algo ha quedado claro, es que con el SIDA estas empresas tienen un negocio multimillonario, un
negocio que muy posiblemente es, el negocio más sucio que ha existido en la historia de la
humanidad. Es hora de que el mundo lo sepa.

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