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INDICE

1. FILOSOFIA DEL AMOR………………………………………………………………….PAG.

1.1 ANTECEDENTES HISTORICOS SOBRE EL TERMINO AMOR: 3

1.2 PERSPECTIVA FILOSÓFICA DE ALGUNOS AUTORES 5

1.3 ¿QUÉ ES EL AMOR? 9

1.4 INTERACCIÓN DE INDIVIDUOS 9

1.5 EL AMOR DIALÉCTICO 10

1.6 AMOR MATERIALISTA 12

1.7 EL BESO, SIMBOLO DE AMOR 13

1.8 LAS MANIFESTACIONES DEL AMOR 14

A. AMOR AUTOPERSONAL 14
B. AMOR INCONDICIONAÑ 14
C. AMOR FILIAL 14
D. AMOR FRATERNAL 14
E. AMOR ROMANTICO 14
F. AMOR CONFLUENTE 14
G. AMOR SEXUAL 14
H. AMOR PLATONICO 15
I. AMOR A LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS 16
J. AMOR HACIA ALGO ABSTRACTO O INANIMADO 16
K. AMOR HACIA UN DIOS O UNA DEIDA 16
L. AMOR UNIVERSAL 16
2. FILOSOFIA DEL SEXO 17

2.1 DEFINICION 17

2.2 VALORES COMPLENTARIOS 20

2.3 SEXUALIDAD Y PERSONA 22


3. FILOSOFIA DE LA AMISTAD 23

3.1 LA FILOSOFIA DE LA AMISTAD SEGÚN ARISTOTELES 23

3.2 CLASES DE AMISTAD 24

A. LA PRIMERA CLASE ES LA AMISTAD PERFECTA 25


B. LA SEGUNDA CLASE DE AMISTAD ES LA DE AQUELLOS POR INTERES

3.3 LA AMISTAD CRISTIANA 26

3.4 LA FILOSOFIA DE LA AMISTAD DE SANTO TOMAS DE AQUINO 28

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FILOSOFIA DEL AMOR, DE LAS AMISTAD Y DEL SEXO

1. FILOSOFIA DEL AMOR

1.1. ANTECEDENTES HISTORICOS SOBRE EL TERMINO AMOR :

El primer filósofo que utilizó la idea del amor con un sentido metafísico fue
Empédocles, quien consideraba el amor y la lucha como principios opuestos de
unión y separación de los elementos del universo.

Pero fue con Platón que el amor tuvo un significado tan central y complejo que
lo llevó a describir, clasificar y referirse a él en todas sus obras.

En “El Sofista” lo considera un modo de caza y en “Fedro” una locura, un


poderoso dios.

En “Leyes”, Platón dice que puede haber tres clases de amor: el del cuerpo, el
del alma y la mezcla de ambos; y que en general el amor puede ser legítimo o
bueno e ilegítimo o malo. El amor malo no es el del cuerpo sino el que se siente
cuando no importa el alma ni la luz que producen las ideas en el cuerpo.

El cuerpo debe amar con el alma. El amante puede ver en el cuerpo el reflejo
del alma de su amado, valores que no pueden ver los que no aman. El amor
para Platón siempre es amor a algo y es un fluctuar entre el tener y el no tener.

El amante aspira hacia lo amado y el acto de amor engendra en la belleza. El


amor a las cosas o a las personas singulares es un reflejo del amor a la belleza
absoluta, o sea a la idea en sí de lo bello (Banquete)El amor verdadero y puro
permite que el alma pueda contemplar lo ideal y eterno.

Plotino nos dice que el amor es del alma a la inteligencia y hace que la realidad
perciba su fuente (Enéadas).

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En el Cristianismo el amor adquiere singular importancia. San Clemente, por
ejemplo, de la Escuela de Alejandría, al igual que otros pensadores de esa
época, parece haber reducido lo divino, todo ser y la perfección al amor.

San Agustín considera como un amor personal (divino y humano) a la caridad,


que siempre es buena, en cambio el amor puede ser bueno o malo, salvo el
amor a Dios que siempre es un bien. El amor al prójimo es bueno cuando es
por amor a Dios y malo cuando es una tendencia solamente humana.

Para Sigmund Freud, el amor es el instinto de vida (eros), las pulsiones de


conservación y sexuales que se oponen al instinto de muerte (tánatos),
pulsiones de destrucción, la tendencia a regresar al estado inorgánico e
inanimado.

Freud descubrió en el mito de Narciso, que fue condenado a enamorarse de su


propia imagen reflejada en las aguas de un estanque, por haber rechazado el
amor de Eco; la formulación clásica del amor y el culto a sí mismo, el placer de
la propia interioridad que hace que una persona se encierre en el egocentrismo
y en la indiferencia hacia los demás y de lo cual es necesario salir para poder
tener una vida plena.

Para Sartre, la emoción es una manera de ser de la conciencia, una función


irrealizante, irracional, que forma parte de lo mágico. El otro, con su mirada, nos
define, nos cosifica, nos quita la libertad; y el entendimiento humano es
imposible.

Bertrand Russell piensa que la verdadera felicidad solo se consigue saliendo de


uno mismo, abandonando el ego y solidarizándose con los demás; teniendo
intereses que sean lo más amplios posibles y relaciones basadas en la amistad
y no en la hostilidad. Sólo cuando se sale de sí mismo y la preocupación se
centra en los otros es cuando se comienza a entender que es posible
perpetuarse a través de las influencias y las obras realizadas, el amor hacia los

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hijos, la ayuda a los amigos, las obras de arte, las acciones solidarias y todo lo
que se realiza por amor a los demás.

Para Ortega y Gasset el amor hacia alguien en particular nace de lo más


profundo de la personalidad anímica, es la preferencia más íntima y arcana que
forma parte del carácter individual. La belleza que atrae es raro que coincida
con la belleza que enamora, porque no suele transformarse en interés
verdadero y amoroso entusiasmo; se la puede admirar pero no se la ama.

1.2. PERSPECTIVA FILOSÓFICA DE ALGUNOS AUTORES:

Si la actitud del amor ha de formar parte, en algún momento, de las


descripciones que siguen las tendencias de la ciencia experimental, deberá
definirse de manera tal que pueda ser observada y cuantificada con cierta
precisión.

a) Baruch de Spinoza (Ámsterdam, 24 de noviembre de 1632 – La Haya, 21


de febrero de 1677) fue un filósofo holandés, de origen judío-portugués,
heredero crítico del cartesianismo. Fue considerado unos de los tres
grandes racionalistas de la filosofía del siglo XVII, junto con el francés René
Descartes y el alemán Gottfried Leibniz. Spinoza estableció una definición
que puede cuadrar con los requerimientos de las ciencias humanas y
sociales. Escribió al respecto:

La definición de Spinoza, en la que la actitud del amor implica compartir


alegrías y tristezas de otras personas, no difiere esencialmente de la
definición bíblica del amor, ya que el mandamiento sugiere “compartir las
alegrías y tristezas de los demás como si fuesen propias,” tal el “amarás a
tu prójimo como a ti mismo.”

No sólo esta definición se refiere a aspectos observables y contrastables


con la realidad, sino que también presenta aspectos cuantificables, ya que
indica que en mayor o menor medida serán compartidos los afectos,

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mientras mayor o menor sean la alegría o la tristeza asociada a la persona
amada.

De la definición mencionada, Spinoza extrae algunas conclusiones


inmediatas, tales como los sentimientos que surgen hacia un tercero. Según
sus propias palabras:
Si imaginamos que alguien afecta de alegría a la cosa que amamos,
seremos afectados de amor hacia él. Si imaginamos, por el contrario, que
la afecta de tristeza, seremos, por el contrario, afectados también de odio
contra él.

Observamos, en esta expresión, que el odio aparece como una actitud


opuesta al amor, como una tendencia a intercambiar los papeles de tristeza
y alegría como afectos compartidos.

b) Para Gottfried Wilhelm Leibniz, (1 de julio de 1646 – Hannover, 14 de


noviembre de 1716) fue un filósofo, matemático, jurista, bibliotecario y
político alemán), la felicidad es al hombre lo que la perfección es a los entes,
y esa felicidad radica fundamentalmente en el amor. El amor a Dios, según
el filósofo, debe ser con ternura, y debe tener el ardor combinado con la luz.
Así pues, la perfección humana consiste en amor luminoso, un amor en el
que se combina la ternura con la razón.

El amor romántico es más fuerte que el impulso sexual. Promueve el


apareo, pero ante todo, promueve el deseo de consecución de un nexo
emocional (queremos que nuestra pareja nos llame por teléfono, que se
acuerde de nosotros, queremos agradarla y deseamos que ambos
tengamos los mismos gustos). Una de las características principales del
amor romántico, además del deseo de contacto sexual, es el de
exclusividad sexual. Cuando tenemos relaciones sexuales con alguien y no
lo amamos, no nos importa realmente si también las tiene con otros. Pero
cuando nos enamoramos, pasamos a ser realmente posesivos, algo que en
la comunidad científica llaman “vigilancia de la pareja.” Por ello, el amor
romántico es un arma de doble filo, pues dependiendo del desenlace de la

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relación, puede derivar en una gran felicidad o una gran tristeza, la cual a
su vez puede llevar, en casos extremos, al suicidio y/o al asesinato.

El amor y el odio son muy parecidos, con la indiferencia como el opuesto de


ambos. Normalmente hacemos ambas cosas: amamos y odiamos al mismo
tiempo a la persona. De hecho, el amor y el odio tienen muchas cosas en
común: cuando odiamos, concentramos nuestra atención tanto como
cuando amamos; cuando amamos o cuando odiamos, nos obsesiona
pensar en ello, tenemos una gran cantidad de energía y nos cuesta comer
y dormir.

 CUPIDO

La figura de Cupido en forma de niño alado es una imagen recurrente.


En el caso del amor romántico, suele representarse con un arco y unas
flechas, las cuales, a menudo con los ojos vendados, dispara sobre las
personas, produciéndoles así el enamoramiento.

El origen de Cupido se remonta a la mitología romana, si bien su figura


ya existía en la mitología griega bajo el nombre de Eros, el dios
primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo,
venerado también como un dios de la fertilidad. A partir del
Renacimiento, la figura de Cupido llegó a confundirse con los
querubines, confusión que perdura en la actualidad. Tanto los cupidos y
ángeles pueden encontrarse en el arte religioso desde la década de
1420 en Italia, desde finales del siglo XVI en los Países Bajos y
Alemania, desde el período manierista y el Renacimiento tardío en
Francia, y a lo largo del Barroco en frescos de techos. Los han
representado tantos artistas que presentar la lista de estos sería poco
útil, aunque entre los más conocidos se encuentran el escultor Donatello
y el pintor Rafael; dos Cupidos en actitud curiosa y relajada que
aparecen a los pies de su Madonna Sixtina son reproducidos con
frecuencia. Actualmente son un motivo muy utilizado como

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representación del amor en imágenes destinadas a la mercadotecnia;
tal es el caso de muchas postales de San Valentín.

 CORAZÓN

El símbolo del corazón es el que más frecuentemente se relaciona con


el amor. Cuando aparece atravesado por la flecha de Cupido, simboliza
el amor romántico, y es la forma común en la que las parejas
adolescentes lo dibujan en los más variados lugares para dejar
constancia de su amor. También se hace alusión al corazón real o al
pecho de los amantes como fuente y receptáculo del amor. Y son
comunes expresiones como “partir” o “romper el corazón” como
sinónimo de crear desamor, “robar el corazón” como sinónimo de
producir enamoramiento, “abrir el corazón” como sinónimo de ofrecer
amor, y una larga lista con significados en los que los elementos
comunes son el amor y el alma.

El origen del corazón del amor parece ser incierto, y existen diversas
teorías. Algunos afirman que la forma actual del símbolo surgió
simplemente de burdos intentos de dibujar un corazón humano real.,
Los antiguos, entre ellos Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.), quien fué un
filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido
una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más
de dos milenios, creían el órgano del corazón ser el contenedor de todas
las pasiones. Un importante erudito sobre la iconografía del corazón
sostiene que la imprecisa descripción anatómica que hizo el filósofo,
como un órgano de tres cámaras con la parte superior redondeada y la
inferior puntiaguda, pudo haber inspirado a los artistas medievales a la
hora de crear lo que hoy conocemos como la “forma de corazón.” A su
vez, la tradición medieval del amor cortés pudo haber reforzado la
asociación del símbolo con el amor romántico.

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Los corazones proliferaron cuando el intercambio de postales de San
Valentín ganó popularidad en Inglaterra en el siglo XVII. En un principio,
las cartas eran simples, pero los victorianos hicieron que fuesen más
elaboradas, empleando el símbolo del corazón en conjunción con cintas
y lazos.

Actualmente, el símbolo está extendido por todo el mundo civilizado, y


puede encontrarse en los más diversos ámbitos, lugares y momentos,
incluyendo los naipes de diversas barajas, como la inglesa, la francesa
o la bávara, tapices, pinturas, y como elemento decorativo en objetos
cotidianos.

1.3. ¿QUÉ ES EL AMOR?

Basándonos en que el punto 1 es cierto, cuando estamos frente a una


determinada situación podemos separar los elementos que la componen. Por
ejemplo si vemos una película y decimos que nos encantó, será por la
actuación, la dirección, producción, efectos visuales y sonoros, la historia, el
guion, es decir que si nos gusta todo ello entonces podríamos decir que "yo amo
a esa película" o "me encanta esa película". Preferimos decir amor a ideas o
personas, en algunos casos "amo a mi guitarra", "amo a mi computadora", etc.
Por lo general se dice en ideas a "amo a la ciencia", "por amor al arte", "por
amor a la vida". Entonces el amor sucede cuando un determinado objeto es
presenciado, y procesado, por nuestra personalidad y son separadas sus
propiedades. Cada propiedad despierta un sentimiento y la combinación de
dichos sentimientos producen al amor. Se puede decir que la combinación de
las propiedades, que forman al objeto, es lo que despierta al amor.

1.4. INTERACCIÓN DE INDIVIDUOS

Todos los individuos pertenecientes a una sociedad tienen relaciones o


interactúan. Las interacciones pueden nivelarse según la influencia de uno
hacia otro: el nivel más bajo es el odio, le sigue la ignorancia, después
la tolerancia, luego el respeto, casi en la cima el amor, y el más alto que es el

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fanatismo. Cuando el nivel de interacción es más bajo, más las personas tienen
necesidad de alejarse y cuando es más alto, más las personas tienen necesidad
de acercarse entre ellas.
Pero supongamos que la persona #1 se relaciona con la persona #2. La #1
tolera a la #2, ¿y la #2 también tolera a la #1? Claro que no, no es necesario
que las dos personas tengan el mismo nivel de interacción. Siempre los dos
individuos tendrán diferente nivel de interacción y en algunos casos será igual.

Siempre la sociedad ha estado interesada en que todos tengamos el mismo


nivel de interacción, es decir que si la persona #1 odia a la #2 entonces la #2
debería también hacerlo. Pero sabemos que no es así, la #1 puede odiar a la
#2 y la #2 puede amar a la #1. En el caso de que las dos personas tengan el
mismo nivel de interacción ya se le puede asignar un nombre de pares. En el
caso de si los dos se odian, son enemigos; si los dos se respetan pueden ser
amigos; si los dos se aman pueden ser novios o amantes. Llegamos en
conclusión que si la persona #1 ama a la dos y la #2 no ama a la #1 entonces
no son novios.

La razón por la cual la sociedad ha estado interesada en que las dos personas
tengan el mismo nivel de interacción es porque quieren llegar a hacer amigos o
novios. Una chica, obsesionadamente, esta buscando un novio. Ve a un chico
y ella dice que lo ama. Luego se da cuenta de que el chico tiene novia y piensa
que no vale la pena amarlo. Si yo estoy interesado en buscar una novia, claro
que no vale la pena pero la idea no es si yo quiero que ella sea mi novia, la idea
es que yo la amo, ¿y porque no puedo amarla? El amor no tiene el fin de que
yo "me arregle" con ella, sino que yo la ame. Como lo dije, no es necesario que
los dos tengan el mismo nivel de interacción.

1.5. EL AMOR DIALÉCTICO

El amor dialéctico apuesta a la sinceridad, el respeto a la pareja, la tolerancia y


el razonamiento. Este se diferencia del amor liberal porque apuesta a ser menos
materialista que el liberal. Cuando digo materialista contra todas
las acciones como el sexo. No es lo mismo necesidad sexual que amor, son dos

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cosas diferentes. Nietzsche lo plantea así, la comparo con necesidades
biológicas, la sexual con la alimenticia. Cuando comemos satisfacemos la
necesidad de comer, pero el gusto de esa comida no influye mucho en la parte
alimenticia, porque hay comidas que a nadie le gusta pero de todos modos
alimenta. El caso del sexo es similar, no es lo mismo amor que sexo. Pero al
tratar a una persona como objeto sexual no la trato como persona, y esto me
hace egocéntrico sin que me importe lo que le pase o como considero a la otra.
Pero el amor liberal toma a la persona como cuerpo y mente, el dialéctico la
persona es la mente.

El problema entre amor dialéctico y liberal es que son tan perfectos que los dos
quedan como opcional e irían acorde a los gustos de cada uno. Los dos
apuestan a mejorar nuestros sentimientos, pero el amor dialéctico esta más
dirigido al valor humano como persona, y el liberal defendiendo los derechos de
cada uno de nosotros como personas libres. Por eso sostengo una teoría de
que existe una unión de las mejores partes aplicadas del amor dialéctico al amor
liberal, un amor diferente, llagar al "amor real".

El amor real busca la defensa de nuestros valores, el ser libres con


una libertad que debe ser moral, respetando a los demás. Como amantes
reales debemos estar contra la voluntad del otro, es un enfrentamiento entre
opresores y oprimidos. Es una lucha del derecho de libertad, quien se la merece
y quien no. Pero esta es la solución que yo pienso, lo que busco es este amor
real.

El amor puro, el cual yo defino como irracional, el de sentimiento, el que solo


nos desvía hacia un mundo contradictorio ya que tiene una filosofía
contradictoria, es el que todos vemos todos los días de todos los años de
nuestra vida. Este amor nos hace "creer" que amamos a las personas, teniendo
siempre en cuenta que deben amarnos. Como es algo tan lindo, se ve como
algo tan feo a la vez. Es como la cerveza, talvez será rica pero mucha es
peligrosa. Es un amor completamente antisocial, que restringe a la actividad
humana a solo el amor, a que este sea el núcleo de nuestras vidas.

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Ahora lo que propongo en este punto es que el amor puro es un sentimiento
antisocial, corruptor, que solo piensa en lo que queremos y no en lo que
debemos hacer. El amor real busca que el hombre se forme como tal, no como
un títere, manejado por otras cosas, sino que sea algo libre, que tenga dignidad,
que se sepa valorar al hombre y a la mujer como amantes, llegar al punto del
verdadero amor.

1.6. AMOR MATERIALISTA

La influencia superficial hacia nuestros sentimientos es (lamentablemente) el


primer síntoma de amor que nosotros creemos. En realidad lo que es superficial
son las necesidades básicas sexuales. El amor liberal, que existe en nuestra
sociedad y esta bien, apuesta al libre sexo y es bastante superficial. Pues claro
que el liberal no tiene el toque mágico del dialéctico. Puede decirse que el amor
materialista es el tipo de amor que vemos y que decimos que es falso. Pero es
un amor, un amor casi erróneo.

Por ejemplo yo me enamoro de una chica que tiene un auto y una gran casa, y
me enamoro porque la chica tiene esos objetos. En el amor liberal esto esté
bien, es más se puede decir que el amor materialista es parte del amor liberal.
El amor puro también acepta este tipo de amor.

En el dialéctico el amor materialista no es muy del todo verdadero. Si


empezamos a pensar, si le quitamos a la chica su auto sigue siendo la misma,
siempre fue la misma pero creíamos que antes era otra y ahora no tiene ese
valor. Y si nos ponemos a pensar, si ella no me agrada ahora porque no tiene
su auto, significa que fui un egocéntrico que estaba interesado por un objeto
que me satisfacía a mí. Nosotros nos estamos enamorando de la persona, no
de sus objetos. El amor materialista piensa que los objetos son parte de la
persona amada, y luego el amor hacia esta persona es similar al amor de los
objetos que la rodea. Y se considera que se ama a la persona por lo que tiene,
aunque no la amo por lo que tiene, sino por lo que es, y hay una diferencia entre
ser y tener.

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Pero el problema es si en realidad amamos a la persona que esta rodeada por
objetos. Si creemos que la persona es de una manera con esos objetos es
porque lo sentimos, y los sentimientos nos engañan en eso, y si pensamos
vemos que nos enamoramos de sus objetos.

Scout McCloud estudio la reacción de las personas frente a objetos que utilizan.
Como por ejemplo cuando nos ponemos un gorro, cuando usamos lentes, un
lápiz, estamos simulando tener extremidades, objetos que son parte de
nosotros. Pero en realidad no lo son, todo es generado por nuestros malditos
sentimientos que nos engañan como lo dijo Nietzsche. Nuestros puntos débiles
son los sentimientos, y hay que estar atentos en como los atacan y defenderlos
con el razonamiento.

1.7. EL BESO, SÍMBOLO DE AMOR

No dijimos cuando una relación de novios se llega a arreglar. Ahora un beso lo


vale todo, nunca en una relación va a faltar el beso. Se utiliza el beso para
simbolizar al amor que le entregamos a una persona. ¿Acaso el beso es amor?
Hay personas que no pueden besar a su pareja por determinadas razones y
hay otros que no quieren (como yo). No solo quiero criticar al beso, sino a todo
acto relacionado con él.

Podría decirse que hay dos tipos de besos que conocemos los adolescentes por
los nombres de "pico" y "el de verdad". El pico es simplemente con los labios
cerrando la boca. El de verdad es cuando los labios de las dos bocas son
abiertos, se juntan y luego las lenguas toman contacto como los labios. Se cree
que es "de verdad" porque se siente diferente al pico. El pico parece ser más
emotivo, pero en realidad no es nada porque no sentís nada. Solo para esas
mentes locas por la pasión se emocionan por tal acción.

Pero lo que si en verdad es algo apasionado es el beso de verdad, ya se siente


la sexualidad en un nivel alto como cuando hacemos el amor. Es mas considero
al beso de verdad como un acto sexual. No solo los sexólogos lo consideran, si
comparamos cuando se hace el amor toman contacto dos órganos, el pene y la

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vagina, a su vez en el beso de verdad también toman contacto dos órganos, las
dos lenguas. Y es por eso que se le bautiza como el beso de verdad, porque
también se cree que con hacer el amor se esta pasando todo el verdadero amor,
el amor que no se puede explicar ni en palabras. Nunca podremos saber cuanto
nos ama el otro, no sabemos lo que piensa, pero sabemos más como pensamos
nosotros, y de eso nos debemos preocupar. Por eso considero que debería
existir el sexo libre y las prostitutas, así generan ingresos a lanación con sus
tentadores cuerpos. Y ya hable de la confusión de sexo y amor, como en el sexo
sentimos esa sensación tremenda, se cree que es amor. Y el amor no tiene
nada que ver con el estímulo sexual.

1.8. LAS MANIFESTACIONES DEL AMOR

En las relaciones de la persona con su medio, el amor se ha clasificado en


diferentes manifestaciones; en virtud de ello, pueden aparecer una o más de las
siguientes:

A) AMOR AUTO PERSONAL:


El amor propio, amor compasivo, es desde el punto de vista de la psicología
humanista, el sano amor hacia uno mismo. Aparece situado como
prerrequisito de la autoestima y, en cierto contexto, como sinónimo de ésta.
Es algo positivo para el desarrollo personal e indispensable para las buenas
relaciones interpersonales, y no debe confundirse con el narcisismo, que
conlleva egocentrismo y que coincide con una autoestima baja. Para el
budismo, que califica al ego como una mera ilusión de nuestra mente, el
amor real, amor compasivo, sólo existe cuando se dirige hacia otra persona,
y no hacia uno mismo. Para el psicoanálisis, que de forma completamente
opuesta al budismo, califica al ego como la única realidad, el amor auto-
personal siempre es narcisismo, que puede ser, a su vez, saludable o no
saludable.

B) AMOR INCONDICIONAL:

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Es el amor compasivo, altruista, que se profesa sin esperar nada a cambio.
El amor espiritual, predicado por las diferentes religiones, es el amor
incondicional. El amor maternal, o amor de madre a hijo, se reconoce
también como amor de este tipo, y por tradición, se considera motivado por
un fuerte instinto que lo hace especialmente intenso; no obstante, hay
también quien cuestiona la existencia de dicho instinto.

C) AMOR FILIAL:
Entre hijos y padres (y, por extensión, entre descendientes y ancestros).
D) AMOR FRATERNAL:
En su sentido estricto, es el afecto entre hermanos, aunque puede
extenderse a otros parientes exceptuados los padres y los descendientes.
Nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia,
y se manifiesta por emociones que apuntan a la convivencia, la colaboración
y la identificación de cada sujeto dentro de una estructura de parentesco.
Desde el punto de vista del psicoanálisis, el fraternal es, al igual que el amor
filial, sublimado, ya que está fundado en la interdicción del incesto.

E) AMOR ROMÁNTICO:
Nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de
satisfacción y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado
a la persona objeto de dicha expectativa.

F) AMOR CONFLUENTE:
Amor entre personas capaces de establecer relaciones de pareja. Aparece
por oposición al amor romántico: no tiene que ser único, no tiene que ser
para siempre, no supone una entrega incondicional, etc.

G) AMOR SEXUAL:
Incluye el amor romántico y el amor confluente. El deseo sexual, es
diferente del amor romántico y del afecto. Desde el punto de vista de la
psicología humanista, el amor romántico y el amor interpersonal en general
está relacionado en gran medida con la autoestima.

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H) AMOR PLATÓNICO:
Con propiedad, es un concepto filosófico que consiste en la elevación de la
manifestación de una idea hasta su contemplación, que varía desde la
apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su
esencia. Para Platón, (428 a. C./427 a. C. – 347 a. C.) quien fue un filósofo
griego, alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles, de familia noble y
aristocrática, el verdadero amor es el que nace de la sabiduría, es decir, del
conocimiento. Vulgarmente, se conoce como una forma de amor en que no
hay un elemento sexual o éste se da de forma mental, imaginativa o
idealística y no de forma física.

I) AMOR A LOS ANIMALES Y A LAS PLANTAS:


Nace de un sentimiento protector.

J) AMOR HACIA ALGO ABSTRACTO O INANIMADO:


A un objeto físico, una idea, una meta, a la patria (patriotismo), al lugar de
nacimiento, al honor, a la independencia (integridad). Puede considerarse
amor platónico en su sentido filosófico. El patriotismo puede ir asociado a la
heroicidad, en cuyo caso constituye un comportamiento de altruismo
respecto a su grupo, que en esencia es un comportamiento de egoísmo
respecto a otro grupo en la medida en que no se considera al otro grupo de
la misma condición.

K) AMOR HACIA UN DIOS O UNA DEIDAD (DEVOCIÓN):


Suele nacer de la educación recibida desde la infancia, y se basa en la fe.
Se considera a Dios como la fuente de todo amor. En la mayoría de los
casos, existe la creencia de que, tras la muerte, Dios premiará de alguna
forma a las personas que la correspondiente religión considere virtuosas.

L) AMOR UNIVERSAL:
Amor espiritual que, según diferentes religiones, todas las personas pueden
llegar a profesar al medio natural y que los grandes místicos experimentan
como expresión del nirvana, éxtasis o iluminación, estados de conexión

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absoluta con el universo o con Dios. Es una manifestación sublime en la
que se eclipsan o confluyen el resto de las manifestaciones.

En palabras de Helen Fisher, (nacida en 1945) quien es una profesora de


antropología e investigadora del comportamiento humano en la Universidad
Rutgers, y ha estudiado el amor romántico (atracción interpersonal) desde un
punto de vista científico durante alrededor de 30 años:

El amor es el resultado de reacciones químicas, y el conocimiento de tal hecho


no es óbice para su disfrute: Yo tengo que decirles que sí, que todo es química.
Cada vez que producimos un pensamiento, o tenemos una motivación, o
experimentamos una emoción, siempre se trata de química. Sin embargo, es
posible conocer todos y cada uno de los ingredientes de un pastel de chocolate,
y que aún nos guste sentarnos y comerlo. De la misma manera, podemos
conocer toda la química que hay detrás del amor romántico –todavía no la
conocemos toda, pero estamos empezando a conocerla en parte- y aun así ser
capaces de captar toda su enorme magia. ~Helen Fisher, en una entrevista.
El Amor es un anhelo apacible de dar, de compartir y comunicar al otro el
cúmulo de sentimientos buenos, atesorados desde el comienzo de la vida.
Es importante tener presente que el amor no ata, no encadena, más bien da
alas de libertad para que el otro vuele tan alto como lo necesite. Y también
saberse unido al ser amado con energías invisibles, y disfrutar así los logros al
mismo tiempo para hacer florecer el amor.
Cuanta mayor libertad y respeto se otorguen uno al otro, más cercanos estarán,
más correspondidos, y mejor se definirá el compromiso.
El amor es ave inquieta de libertad, y no se puede encarcelar porque se muere.
Sin embargo, siempre se quedará allí si se le alimenta de ternuras.

2. FILOSOFIA DEL SEXO

2.1. DEFINICION :

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Para profundizar en qué es lo masculino y lo femenino es preciso preguntarse
qué es la sexualidad y, en concreto, la sexualidad humana, porque existe el
riesgo muy extendido de confundir sexualidad con genitalidad.

Para empezar quiero recoger la distinción lingüística, posible en el castellano,


que hace Julián Marías: la diferencia entre los adjetivos «sexual» y «sexuado».
Con palabras de Marías: «La actividad sexual es una limitada provincia de
nuestra vida, muy importante pero limitada, que no comienza con nuestro
nacimiento y suele terminar antes de nuestra muerte, fundada en la condición
sexuada de la vida humana en general, que afecta a la integridad de ella, en
todo tiempo y en todas sus dimensiones»

La sexualidad, por tanto, entendida como condición sexuada, no se reduce


simplemente a una actividad concreta que requiere unos órganos específicos,
sino que abarca toda la modalización que hace que el varón y la mujer sean
iguales y distintos en todas las facetas de su ser, desde el tono de voz hasta la
manera de andar.

Como ya se ha dicho, en el s. XIX la sexualidad se puso en el centro de la


antropología. El primer autor que lo hizo fue Feuerbach. Después lo trató Freud.
Pero sus posturas son diferentes. Para Feuerbach «La carne y la sangre son
nada sin el oxígeno de la diferencia sexual. La diferencia sexual no es ninguna
diferencia superficial o simplemente limitada a determinadas partes del cuerpo.
Es una diferencia esencial y penetra hasta los tuétanos. La esencia del varón
es la masculinidad y la esencia de la mujer, la feminidad. Por muy espiritual e
hiperfísico que sea el varón, éste permanece siempre varón. Y, lo mismo la
mujer, permanece siempre mujer»26. Y termina diciendo «La personalidad es,
por lo tanto, nada sin diferencia de sexo; la personalidad se diferencia
esencialmente en personalidad masculina y femenina»

Freud, por su parte, presenta una visión reductiva de la sexualidad. En palabras


de Julián Marías «cuando, a fines del siglo XIX, y por obra principal de Freud,
el sexo adquirió carta de ciudadanía en la comprensión del hombre, el
naturalismo de la Filosofía que servía de supuesto a la interpretación freudiana

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del hombre y a la teoría del psicoanálisis enturbió el descomunal acierto,
absolutamente genial, de poner el sexo en el centro de la Antropología (...). El
error concomitante fue lo que podríamos llamar la interpretación «sexual» (y no
sexuada) del sexo, el tomar la parte por el todo... pues hasta las
determinaciones propiamente sexuales del hombre no son inteligibles sino
desde esa previa condición sexuada envolvente»

Dos son, por tanto las concepciones de la sexualidad, que se pueden distinguir
por esos vocablos de sexualidad y condición sexuada. Aquí me adhiero a la
postura de Feuerbach que la toma como condición sexuada, envolvente de
todas las dimensiones humanas.

Esta diferencia entre sexualidad y condición sexuada pone de frente también la


distinción entre sexualidad humana y sexualidad animal32. En la biología, por
sexualidad se entiende una función que cumple dos objetivos: la reproducción
y el intercambio genético (como es sabido en especies inferiores hay
reproducción sin sexualidad y por tanto sin intercambio genético).

Pues bien, en la actividad sexual del ser humano se incluye un factor específico
que es la comunicación, que tiene muchos aspectos: el enamoramiento, el
amor, el reconocimiento del otro como persona, la creación de relaciones
familiares que suponen lazos estables. Paternidad, maternidad, filiación,
conyugalidad, son lazos que aspiran a durar y pueden durar toda la vida. Esas
relaciones, que dan sentido a la existencia humana, están imbricadas con la
sexualidad. Así, una de las características más profundas de la persona es el
afán de amar y ser amado. Pues bien, no es lo mismo que me quiera mi madre,
que la persona que he elegido para compartir mi vida. La sexualidad humana
cumple los mismos objetivos que la animal: intercambio genético y la
reproducción. Pero además tiene otras dimensiones desconocidas en el mundo
animal: todo aquello que tiene que ver con la comunicación y con el amor.

La sexualidad en uno de sus aspectos es fuente de placer, pero no sólo eso: es


fuente de los lazos más profundos que unen a las personas. Tiene un aspecto
unitivo y un aspecto procreador, es fuente de vida, de una vida que surge, que

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está llamada a surgir, como fruto del amor. Es, en definitiva un modo de
contribuir al bien de los demás, porque es bien sabido que tanto la maternidad
como la paternidad, que son diferentes, no consisten fundamentalmente en el
acto biológico de engendrar una nueva vida sino en la multitud de acciones que
contribuyen a ayudar a las personas a crecer como tales, a la transmisión de
unos valores, a amarlas más que a uno mismo.

Hoy es claro, no hace falta poner ejemplos, asistimos, sin embargo, a una
trivialización del sexo. El aspecto unitivo, el procreador, el placer, los lazos
familiares, actualmente disociados, son aspectos que deben armonizarse en la
profunda unidad a la que está llamada la persona humana. Quizá por esto, hoy
más que nunca se busca una profundización antropológica en la dignidad de la
persona, que como ya dijo Kant no debe ser usada nunca como medio, sino
siempre como un fin.

2.2. VALORES COMPLEMENTARIOS

En algunas ocasiones se ha intentado dividir el mundo en dos esferas una


femenina y otra masculina, como dos mitades polares. Ante esto hay que decir
que las cualidades, las virtudes, son individuales. Tener buen o mal oído, buena
o mala voz no depende de ser varón o mujer. Por otra parte puede haber
varones con una gran intuición y mujeres con destreza técnica. Las cualidades
son individuales y las virtudes pertenecen a naturaleza humana, que es la
misma para los dos sexos. Por ello no se puede hacer una distribución de
virtudes y cualidades propias de cada sexo, diciendo por ej. que a la mujer le
corresponde la ternura y al varón la fortaleza. La mujer demuestra
habitualmente, sobre todo ante el dolor, una mayor fortaleza que muchos
varones. Por otra parte, los varones, sobre todo a partir de los 35 años -al menos
es lo que afirman los psiquiatras-, desarrollan una gran ternura. Las virtudes
son humanas y ha de desarrollarlas cada persona, ya sea varón o mujer. No
está ahí por tanto, la diferencia entre masculinidad y feminidad. En ese sentido
descubrió Jung que cada sexo era complementario dentro de sí mismo. En
efecto, Jung advirtió que los sexos no son sólo complementarios entre ellos,
sino en el interior de cada uno: y hablaba de que cada varón tiene su «anima»

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-su parte femenina-33 y como contrapartida cada mujer su «animus» -su parte
masculina. En este sentido son interesantes los comentarios que hace Ortega
Y Gasset, sobre «La Gioconda», pues en su opinión, en ese cuadro Leonardo
no pintó el retrato de ninguna mujer sino la parte femenina de su alma.

Tengo ante mis ojos una larga lista titulada valores de la complementariedad,
entresacada de varios autores y también de la observación. Así los empresarios
dicen que Los varones tienen mayor capacidad para hacer proyectos y las
mujeres para valorarlos, Ballesteros hace un elenco mayor. Relaciona:

VARON - MUJER
La exactitud La analogía
Lo superficial Lo profundo
El análisis La síntesis
El discurso La intuición
La competencia La cooperación
Lo productivo Lo reproductivo
Pensamiento por pasos Pensamiento en red
La línea/el cubo El círculo/la esfera

Los primeros corresponden a la masculinidad y los segundos a la feminidad.


Mediante la observación se puede elaborar un gran elenco de valores
complementarios:

VARON - MUJER
Inventar Mantener
Lo abstracto Lo concreto
La norma La flexibilidad
La justicia La misericordia
Lo cuantitativo Lo cualitativo
El concepto El símbolo
La especialización La visión de conjunto
La expresión La interpretación

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Todos estos valores se resumen diciendo que los varones tienen una mayor
habilidad para dominar las cosas y para manejar ideas abstractas y las mujeres
una mayor facilidad para el conocimiento y el trato con las personas y
ordinariamente las mujeres aprenden los de la izquierda de los varones y ellos
aprenden de ellas los de la segunda columna, los que humanizan la vida. Ante
esta variedad, quizá determinada por el pequeño tanto por ciento de diferencia
en el funcionamiento del cerebro, y en la combinación de las hormonas, si los
valores son humanos, una persona ya sea varón o mujer, ha de tener un
equilibrio entre cada par de valores complementarios.

Para ello la solución no está en “imitar” al sexo contrario: eso conduce a una
falsa feminización o masculinización de la sociedad. Se trata de APRENDER
del sexo opuesto, cosa que es tan natural en la familia sobre todo donde hay
hermanos y hermanas.

2.3. SEXUALIDAD Y PERSONA

«La función del sexo, que en cierto sentido es "constitutivo de la persona" (no
sólo "atributo de la persona"), demuestra lo profundamente que el hombre, con
toda su soledad espiritual, con la unicidad e irrepetibilidad propia de la persona,
está constituido por el cuerpo como "él" o "ella"»

Esta andadura requiere en primer lugar repasar qué sea eso de la persona. La
persona no es substancia, a pesar de la definición de Boecio41, con la que
Santo Tomás empieza su discurso, concepción que se va transformando a
medida que el aquinate supera la filosofía aristotélica. En su origen, los
Capadocios, elaboradores de esa noción, la describían como hipóstasis o
subsistencia, que no es lo mismo que substancia. El latín, para distinguirla la
substancia, tradujo hipóstasis con el término persona, que en griego significaba
“máscara”. Boecio, sin embargo perdió esa diferencia en su conocida definición.
Pues bien, a partir del momento en el que Santo Tomás descubre la distinción
entre esse-essentia, la verdadera diferencia entre las cosas y las personas se
sitúa a nivel transcendental, es decir, a nivel del «esse»42. Por ello, la posición

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de santo Tomás sobre la persona que reconoce como «lo más noble y digno
que existe en la naturaleza»43 se transforma llegando a describirla como
«subsistente espiritual»

La persona está constituida por un núcleo interior del cual nacen sus acciones,
del cual ella es propietaria, y nadie más (excepto Dios) tiene derecho de
propiedad sobre ella. La persona es dueña de sí, tiene derecho a la
autodeterminación, y nadie puede poseerla a menos que se entregue. Ahí
radica su dignidad. Una característica de ese ser personal es que es inteligente
y que es libre. Llamado a conocer la verdad y a que la verdad sea la guía de la
libertad.

3. FILOSOFÍA DE LA AMISTAD

En la filosofía clásica la distinción entre la inteligencia y la voluntad se toma de la


distinta intencionalidad de sus actos. La intencionalidad de los actos intelectuales
es por semejanza, mientras que la de los actos voluntarios apunta a lo otro. Según
la semejanza se conoce la verdad, y según la alteridad se tiende al bien. Los bienes
se dividen en medios y fines. No es inconveniente admitir que los medios son cosas,
por más que sea preferible decir que son obras producidas por la acción, que es un
acto voluntario. Queda por determinar qué se entiende por bienes finales. A mi juicio,
el bien que tienen razón de fin es la persona; por lo pronto, las personas humanas.
Por eso no tiene nada de extraño que la ética aristotélica conceda especial atención
a la virtud de la amistad. Platón se ocupa de la amistad en el diálogo Lisis, y
desarrolla su teoría del amor en el Banquete. En el Lisis, Sócrates dice que la
amistad descansa en el amor y se regula por la virtud. El amor de amistad debe ser
recíproco, por lo que lleva consigo correlación de libertades: hay que velar por el
bien del amigo. Expondré a continuación el sentido ético de la amistad y la
relacionaré con el amor cristiano.

3.1. LA FILOSOFIA DE LA AMISTAD SEGÚN ARISTOTELES

Aristóteles dedica los libros VIII y IX de la Ética a Nicómaco al estudio de la


amistad ( philia – al menos una vez habla de ágape – ). Afirma, desde el

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principio, que se trata de una virtud o que va acompañada de virtud, y estima
que es lo más necesario) para la vida. Sin amigos nadie querría vivir, aunque
poseyera los demás bienes, porque la prosperidad no sirve de nada si se está
privado de la posibilidad de hacer el bien, la cual se ejercita, sobre todo,
respecto de los amigos. Asimismo, en los infortunios se considera a los amigos
como único refugio. Resumo los pasajes en que Aristóteles precisa estas
dimensiones de la amistad:
“La presencia de los amigos en la buena fortuna lleva a pasar el tiempo
agradablemente y a tener conciencia de que los amigos gozan con nuestro bien.
Por eso debemos invitarlos a nuestras alegrías porque es noble hacer bien a
otros, y rehuir invitarlos a participar en nuestros infortunios, pues los males se
deben compartir lo menos posible. Con todo, debemos llamarlos a nuestro lado
cuando han de sernos de ayuda, y recíprocamente está bien acudir de buena
voluntad a los que pasan alguna adversidad aunque no nos llamen, porque es
propio del amigo hacer bien, sobre todo a los que lo necesitan y no lo han
pedido, lo cual es para ambos más virtuoso. De todos modos, no es noble estar
ansioso de recibir favores, por más que igualmente hemos de evitar ser
displicentes por rechazarlos”.
“Los amigos se necesitan en la prosperidad y en el infortunio, puesto que el
desgraciado necesita bienhechores, y el afortunado personas a quienes hacer
bien. Es absurdo hacer al hombre dichoso solitario, porque nadie querría poseer
todas las cosas a condición de estar sólo. Por tanto, el hombre feliz necesita
amigos” .
Los hombres, aun siendo justos, necesitan la amistad; y los hombres justos son
los más capaces de amistad. La amistad es, además de necesaria, bella. Por
eso se alaba a los que aman a sus amigos, e incluso se equiparan los hombres
buenos a los amistosos. A continuación, Aristóteles expone tres clases de
amistad. En cada una de ellas se da la reciprocidad; sin algún tipo de
reciprocidad, la amistad es imposible. Por eso sería ridículo desear el bien del
vino; sólo se desea que se conserve para tenerlo. Ha de tenerse en cuenta que
el vino es un bien medial.

3.2. CLASES DE AMISTAD

A) La primera clase es la amistad perfecta.-

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Que se da entre los hombres buenos e iguales en virtud, ya que éstos
quieren el bien el uno del otro en cuanto que son buenos, y son buenos en
sí mismos. Esta clase de amistad es la más permanente. Con todo, estas
amistades son raras porque tales hombres son pocos y, además, requieren
trato, pues sin él, no cabe el conocimiento mutuo. El deseo de amistad surge
rápidamente, pero la amistad no.
En la primera clase de amistad se defiende al amigo de las acusaciones,
porque no es fácil creer lo que otro diga de un amigo, a quien uno mismo
ha tratado durante mucho tiempo. Además, en los buenos se da la confianza
mutua y la imposibilidad de agraviarse, y los demás requisitos de la
verdadera amistad. En cambio, en los otros tipos de amistad hay una
mezcla con algún mal, por lo que, en rigor, lo son sólo por analogía.
La virtud del amigo consiste en querer. Por eso los aduladores no son
verdaderos amigos, ni tampoco los que buscan el propio provecho. Como
el querer es una actividad, la amistad es más excelente en los seres
humanos más activos.

B) La segunda clase de amistad es la de aquellos que se quieren por


interés.-
Se da en la medida en que se benefician en algo los unos de los otros. La
tercera clase de amistad es la de los que se quieren por el placer. Por tanto,
en los que se quieren por interés, la amistad obedece al propio bien; y en
los que se quieren por el placer, a su propio gusto. En estos casos, la
amistad se subordina a los bienes mediales. En suma, estos dos tipos de
amistad son imperfectos, y por eso fáciles de disolver: cuando ya no son
útiles o agradables el uno para el otro, la amistad desaparece.
La reclamaciones y reproches son propias de la amistad por interés. En
cambio, en la verdadera amistad no se dan. Por eso, el que aventaja al
amigo en el beneficio prestado, no se lo echará en cara, ya que los dos
procuran el intercambio de bienes. De las dos últimas maneras pueden ser
amigos entre sí hombres malos, porque los malos no se complacen en sí
mismos si no existe la posibilidad de algún provecho o placer.

 ARISTOTELES.-

24
A partir de aquí, Aristóteles examina de qué manera los distintos regímenes
políticos favorecen o degradan la amistad. Por otra parte, al hombre bueno
su intelecto le proporciona en abundancia la contemplación. Por eso, el
hombre bueno es concorde con sus amigos y busca su compañía, pero
también puede pasar algún tiempo consigo en tanto que contempla, aunque
después, por la efusión que comporta la amistad, se lo comunique al amigo.
La esencia de la amistad reside en el compartir, en el conversar y en el
compenetrarse. En ella el hombre se encuentra en la misma relación
respecto al amigo que consigo mismo. Por eso Aristóteles sostiene que el
amigo es otro yo, idea que repite Cicerón. Son incompatibles con la amistad
la adulación, la zalamería y el servilismo, pues son contrarios al amor a la
verdad.
En definitiva, la amistad se cifra en un crecimiento moral que es facilitado
por las acciones conjuntas a las que ordena. Los actos de esta virtud
consisten en cooperar. La cooperación implica la igualdad, que es
característica de la amistad: la intención de otro se incrementa en tanto que
es común, de manera que los amigos se ayudan en dicha tarea, y no sólo
en remediar las situaciones desgraciadas.

3.3. Averiguaciones de Aristóteles.-

A) EN PRIMER LUGAR, que la verdadera amistad destaca el bien que se


encuentra en la persona humana como bien final. Al hombre se le quiere
porque es bueno, y el bien se quiere porque es humano. El hombre malo no
es capaz de amistad verdadera. Es incapaz de complacer en el bien y de
apreciarlo en otro, porque tampoco es capaz de apreciarse a sí mismo como
bueno, ya que no lo es. Su intención de otro es deficitaria porque no es
ratificada por él mismo.
B) EN SEGUNDO LUGAR, aclarada la reciprocidad de la amistad, se muestra
que la philia comporta una autophilia legítima. Si el amigo es otro yo,
también uno mismo es un yo. Las cavilaciones de Martín Buber sobre la
relación yo-tu, y de Emmanuel Levinas sobre el otro no añaden nada nuevo,
e incluso son menos equilibradas que la postura aristotélica.

3.4. LA AMISTAD CRISTIANA

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Contrasta con el sentido pagano de la amistad, que era exclusivista: se amaba
al amigo y se odiaba al enemigo. También para Aristóteles los amigos son
pocos. A esto conviene añadir que Aristóteles no ve que se pueda ser amigo de
Dios, porque la amistad es entre iguales. De ahí concluye que el amigo no
quiere para el amigo los bienes mayores, porque si el amigo se endiosara
dejaría de serlo.
El Evangelio de la caridad sorprendió a los paganos, pues lleva consigo la
hermandad de espíritu de acuerdo con la filiación divina. Sin embargo, la
caridad cristiana, que eleva la amistad, debe recoger también las características
que le son propias.
Tomás de Aquino sostiene que la amistad es una virtud. Conoce muy bien la
Ética a Nicómaco, a la que comenta pausadamente de un modo casi literal, pero
sostiene también que la amistad y la caridad son diferentes. Por eso, en la Suma
Teológica, en rigor, no se habla de la amistad sino de la caridad
Las virtudes aristotélicas tienden a la felicidad natural. En cambio, el hombre
cristiano persigue la felicidad perfecta, la cual no es posible sin el respaldo del
amor de caridad.
Con todo, la caridad no puede dejar de lado la amistad; ante todo, porque
Jesucristo nos hizo sus amigos. Por ser la caridad enteramente universal, pues
hay que amar también a los enemigos, no se confunde con la amistad humana,
a no ser como mera disposición, pues no cabe ser amigo de todos. Ahora bien,
si se prescinde por completo de la amistad y se reduce el amor de los cristianos
a la fraternidad, ésta puede perder operatividad y resultar insulsa.
Aunque esta apreciación no sea propia de los paganos antiguos, ha sido
formulada por los críticos modernos del cristianismo. Cuando la caridad se
enfría, suele incurrir en rigidez, y pierde su jugo vital o se reduce al sentimiento
de filantropía. La filantropía se dirige a la humanidad en general, es decir, a una
abstracción. Por eso está sujeta a crisis, como se advierte en los moralistas
escoceses desde David Hume, y también en Augusto Comte. Ante estos casos,
a la crítica moderna no le falta razón. Sin embargo, está dirigida a una caricatura
de la verdadera caridad.
Por lo pronto, la caridad cristiana apunta al destino eterno del hombre y no sólo
a la felicidad en esta vida. Pero, además, perfecciona la amistad humana. Esto
se desprende de la descripción que hace San Pablo de esta virtud: “la caridad

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es longánime, es benigna; no es envidiosa, no es jactanciosa, no se hincha; no
es descortés, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal; no se alegra de la
injusticia, se complace en la verdad; todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo tolera”
Glosando este texto, cabe decir que son dimensiones de la amistad la fidelidad
y la lealtad; tales dimensiones manifiestan su constancia. A ellas hay que añadir
la sinceridad, el respeto, la generosidad y el afecto. La sinceridad es hablar sin
rodeos y con confianza, así como disentir sin hipocresía y abrir libremente el
propio interior: esto se llama franqueza. La generosidad lleva consigo el no
reparar en los pequeños defectos que todos tenemos, y conduce a conceder un
amplio crédito al amigo.
La veracidad también es una dimensión de la amistad, que la vincula con la
libertad, y es incompatible con la constricción. Pero al amigo no se le deja sólo
si incurre en errores de cierta gravedad, sino que se le corrige. En este sentido
la amistad tiene un valor pedagógico. En efecto, el amigo es otro yo. La
corrección es una apelación a la sindéresis del amigo, cuya luz es incompatible
con los errores graves, sobre todo en el orden del querer. En suma, corregir al
amigo es una muestra de la elevación de la prudencia y de la justicia como
virtudes que acompañan a la amistad.
La prudencia es correctora de los actos voluntarios que miran a los medios. Por
su parte, la corrección justa tiene carácter penal. En cambio, la corrección
amistosa intenta directamente restablecer la limpidez de la conducta del amigo.

3.5. LA FILOSOFÍA DE LA AMISTAD EN SANTO TOMAS DE AQUINO


“Amistad es
comportarse con el amigo
como consigo mismo”
Aristóteles
“El que teme al señor encuentra verdaderos amigos,
y como fiel es él, así lo será su amigo”
Eclesiástico 6,16s.
Santo Tomás de Aquino, considerado el filósofo y el teólogo de mayor relieve
dentro de la Filosofía Escolástica, es el gran sintetizador de la filosofía clásica
y la doctrina católica, sus planteamientos filosóficos y teológicos que en su

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época fueron muy liberales son hoy fundamento de la doctrina oficial católica.
Fue un hombre de una vastísima inteligencia y cultura y uno de los más grandes
estudiosos de Aristóteles, de quien recibió una gran influencia.
Santo Tomás fue el pensador que más estudió la amistad como pilar de la
sociedad, relacionándola con la vida social, con el trabajo, con la justicia, y con
las demás virtudes. Sólo en el Aquinate puede decirse que hay toda una teoría
sistemática de la amistad, una filosofía de la amistad desde la mayoría de sus
ángulos y aspectos importantes. De este se narra en las crónicas el sincero
aprecio que tuvo con su prójimo y su gran sentido de la amistad, lo que
seguramente formó parte de la santidad que lo caracterizó. Paseaba por los
campos y alrededores de París con sus discípulos de la universidad, departía
amistosamente con sus compañeros frailes del convento, a tal punto que,
debido a su sencillez y humildad, decían que daba gusto vivir con él. Su gran
amistad con San Alberto Magno, que fue su maestro, era notable, pero más
notable aún fue su amistad con su discípulo, amanuense y secretario Fray
Reginaldo de Priverno, quien prácticamente lo cuidó durante sus últimos años
y se encargó de relatar los rasgos mas humanos y conmovedores de este monje
santo, sumido al parecer en las más profundas especulaciones.
Según Tomás, junto con la experiencia del trabajo en la historia de la sociedad,
la amistad es otra de las experiencias que más nos hacen integrarnos a la vida
social, en este todo que es la comunidad política. Hay muchos grados en la
amistad (desde el amor más espiritual hasta el más carnal, desde el amor más
utilitarista hasta el más honesto, desde el de los familiares hasta el que se tiene
por los extraños), pero la simple y rudimentaria inclinación a reunirse
comunitariamente es ya un tipo de amistad o de amor entre los seres humanos.
En la linea de Aristóteles, Santo Tomás ve la amistad o el amor como una
característica del ser social. Brota del hombre como instinto de su propia
naturaleza, pero se realiza según la inteligencia y la voluntad, es decir, conforme
a la razón. La amistad no es de suyo una virtud, pero necesita de las virtudes
para darse; sólo cuando se trata de la amistad como amor de caridad, entonces
puede verse como una virtud. Cuando se quiere tener una amistad auténtica,
ésta tiene que fundarse en la virtud para ser amistad perfecta. En todo caso, la
amistad inclina a la sociabilidad y al mismo tiempo va permitiendo y orientando
la correcta vida social.

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La amistad meramente útil se dá cuando se busca al amigo por algún interés
material, como la ayuda en el trabajo, el apoyo de su poder, o la conexión con
otros que puedan producir algún beneficio. La amistad deleitable se caracteriza
por la busqueda del placer o de la compañía de la otra persona para sentir gusto
y contento, pero no se va más allá. En cambio la amistad honesta está en
función de la virtud, y, como la principal virtud en el nivel humano es la de la
justicia, esta amistad está orientada a la justicia.
La amistad está vinculada también con el trabajo y la función, porque el trabajo
crea solidaridad, y la función cierta igualdad proporcional de coordinación y
subordinación. No basta la actividad igual, pues esta puede también suscitar
enemistad, en función de la competencia; debe acompañarse de la bondad,
para que los hombres encuentren la proporcional igualdad de lo justo (que no
requiere ser igualdad en el mismo rango, antes bien, es jerárquica), ya que toda
amistad es por causa de algún bien y se apoya en alguna semejanza. La
verdadera amistad según Santo Tomás, es por el bien del otro y por el bien
común, es la amistad por antonomasia, y las otras amistades son tales por
parecerse a ésta incluyéndose aquí las amistades tanto entre individuos como
entre naciones. De este modo, la comunidad en el bien crea igualdad o
concordia de las voluntades hacia el fin, la cual es más fuerte y más perfecta
que cualquier otra igualdad. Luego, la igualdad o concordia en cuanto a la
amistad es la del bien, la de bondad o benevolencia. Porque las otras amistades
(la interesada y la de placer o de concupiscencia) también se basan en la
igualdad, pero son menos esenciales.
La amistad y la justicia, o la caridad y el derecho, son fundamento de la vida
social, por eso son indispensables para ella; pues sólo de ellos surge la paz. La
amistad está conectada en efecto a la justicia y al derecho: todo hombre tiene
derecho y deber de amar. La misma justicia no es, en el fondo, más que una
aplicación de la caridad. Justicia y caridad vienen a ser lo mismo, sólo que
desde puntos de vista diferentes.

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BIBLIOGRAFIA:

 “Diccionario de Filosofía”, José Ferrater Mora.


 Como se hace un comic" de Scott McCloud
 "Aforismos y otros escritos filosóficos" de Fredrich Nietzsche
 El poder del amor, ¿Le impota el sexo a la democracia?, (Trad. Carmen
Martínez), Cátedra, Madrid, 1993
 MARÍAS, Julián, Antropología metafísica, ed. Rev. de Occidente, Madrid 1970,
p. 160.
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esencia del cristianismo, ed. Trota, Madrid, 1995, p. 140.
 Cfr. ORTEGA Y GASSET, José, La Gioconda [1911], en «Obras Completas», t. I,
Alianza, Madrid 1983, pp. 553-560.
 Diccionario ideológico feminista, Ikaria, Barcelona, 1989.
 http://www.juevesfilosofico.com/el-amor/
 http://www.revista.unam.mx/vol.9/num11/art92/art92.pdf

 Andrés Vázquez de Prada, Estudio sobre la amistad, Rialp, Madrid, 1975, p. 68.

 REQUENA SANTOS, Félix (1994), Amigos y redes sociales: elementos para una
sociología de la amistad. Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales.

 DÍEZ JORGE, Elena y MUÑOZ, Francisco A. Amistad. En: LÓPEZ MARTÍNEZ,


Mario (dir.), et al. Enciclopedia de Paz y Conflictos: A-K. Editorial Universidad
de Granada,

 ADOMEIT, Klaus (1995), Aristóteles, sobre la amistad. Córdoba, Universidad de


Córdoba.

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