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A. AMOR AUTOPERSONAL 14
B. AMOR INCONDICIONAÑ 14
C. AMOR FILIAL 14
D. AMOR FRATERNAL 14
E. AMOR ROMANTICO 14
F. AMOR CONFLUENTE 14
G. AMOR SEXUAL 14
H. AMOR PLATONICO 15
I. AMOR A LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS 16
J. AMOR HACIA ALGO ABSTRACTO O INANIMADO 16
K. AMOR HACIA UN DIOS O UNA DEIDA 16
L. AMOR UNIVERSAL 16
2. FILOSOFIA DEL SEXO 17
2.1 DEFINICION 17
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FILOSOFIA DEL AMOR, DE LAS AMISTAD Y DEL SEXO
El primer filósofo que utilizó la idea del amor con un sentido metafísico fue
Empédocles, quien consideraba el amor y la lucha como principios opuestos de
unión y separación de los elementos del universo.
Pero fue con Platón que el amor tuvo un significado tan central y complejo que
lo llevó a describir, clasificar y referirse a él en todas sus obras.
En “Leyes”, Platón dice que puede haber tres clases de amor: el del cuerpo, el
del alma y la mezcla de ambos; y que en general el amor puede ser legítimo o
bueno e ilegítimo o malo. El amor malo no es el del cuerpo sino el que se siente
cuando no importa el alma ni la luz que producen las ideas en el cuerpo.
El cuerpo debe amar con el alma. El amante puede ver en el cuerpo el reflejo
del alma de su amado, valores que no pueden ver los que no aman. El amor
para Platón siempre es amor a algo y es un fluctuar entre el tener y el no tener.
Plotino nos dice que el amor es del alma a la inteligencia y hace que la realidad
perciba su fuente (Enéadas).
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En el Cristianismo el amor adquiere singular importancia. San Clemente, por
ejemplo, de la Escuela de Alejandría, al igual que otros pensadores de esa
época, parece haber reducido lo divino, todo ser y la perfección al amor.
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hijos, la ayuda a los amigos, las obras de arte, las acciones solidarias y todo lo
que se realiza por amor a los demás.
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mientras mayor o menor sean la alegría o la tristeza asociada a la persona
amada.
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relación, puede derivar en una gran felicidad o una gran tristeza, la cual a
su vez puede llevar, en casos extremos, al suicidio y/o al asesinato.
CUPIDO
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representación del amor en imágenes destinadas a la mercadotecnia;
tal es el caso de muchas postales de San Valentín.
CORAZÓN
El origen del corazón del amor parece ser incierto, y existen diversas
teorías. Algunos afirman que la forma actual del símbolo surgió
simplemente de burdos intentos de dibujar un corazón humano real.,
Los antiguos, entre ellos Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.), quien fué un
filósofo, lógico y científico de la Antigua Grecia cuyas ideas han ejercido
una enorme influencia sobre la historia intelectual de Occidente por más
de dos milenios, creían el órgano del corazón ser el contenedor de todas
las pasiones. Un importante erudito sobre la iconografía del corazón
sostiene que la imprecisa descripción anatómica que hizo el filósofo,
como un órgano de tres cámaras con la parte superior redondeada y la
inferior puntiaguda, pudo haber inspirado a los artistas medievales a la
hora de crear lo que hoy conocemos como la “forma de corazón.” A su
vez, la tradición medieval del amor cortés pudo haber reforzado la
asociación del símbolo con el amor romántico.
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Los corazones proliferaron cuando el intercambio de postales de San
Valentín ganó popularidad en Inglaterra en el siglo XVII. En un principio,
las cartas eran simples, pero los victorianos hicieron que fuesen más
elaboradas, empleando el símbolo del corazón en conjunción con cintas
y lazos.
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fanatismo. Cuando el nivel de interacción es más bajo, más las personas tienen
necesidad de alejarse y cuando es más alto, más las personas tienen necesidad
de acercarse entre ellas.
Pero supongamos que la persona #1 se relaciona con la persona #2. La #1
tolera a la #2, ¿y la #2 también tolera a la #1? Claro que no, no es necesario
que las dos personas tengan el mismo nivel de interacción. Siempre los dos
individuos tendrán diferente nivel de interacción y en algunos casos será igual.
La razón por la cual la sociedad ha estado interesada en que las dos personas
tengan el mismo nivel de interacción es porque quieren llegar a hacer amigos o
novios. Una chica, obsesionadamente, esta buscando un novio. Ve a un chico
y ella dice que lo ama. Luego se da cuenta de que el chico tiene novia y piensa
que no vale la pena amarlo. Si yo estoy interesado en buscar una novia, claro
que no vale la pena pero la idea no es si yo quiero que ella sea mi novia, la idea
es que yo la amo, ¿y porque no puedo amarla? El amor no tiene el fin de que
yo "me arregle" con ella, sino que yo la ame. Como lo dije, no es necesario que
los dos tengan el mismo nivel de interacción.
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cosas diferentes. Nietzsche lo plantea así, la comparo con necesidades
biológicas, la sexual con la alimenticia. Cuando comemos satisfacemos la
necesidad de comer, pero el gusto de esa comida no influye mucho en la parte
alimenticia, porque hay comidas que a nadie le gusta pero de todos modos
alimenta. El caso del sexo es similar, no es lo mismo amor que sexo. Pero al
tratar a una persona como objeto sexual no la trato como persona, y esto me
hace egocéntrico sin que me importe lo que le pase o como considero a la otra.
Pero el amor liberal toma a la persona como cuerpo y mente, el dialéctico la
persona es la mente.
El problema entre amor dialéctico y liberal es que son tan perfectos que los dos
quedan como opcional e irían acorde a los gustos de cada uno. Los dos
apuestan a mejorar nuestros sentimientos, pero el amor dialéctico esta más
dirigido al valor humano como persona, y el liberal defendiendo los derechos de
cada uno de nosotros como personas libres. Por eso sostengo una teoría de
que existe una unión de las mejores partes aplicadas del amor dialéctico al amor
liberal, un amor diferente, llagar al "amor real".
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Ahora lo que propongo en este punto es que el amor puro es un sentimiento
antisocial, corruptor, que solo piensa en lo que queremos y no en lo que
debemos hacer. El amor real busca que el hombre se forme como tal, no como
un títere, manejado por otras cosas, sino que sea algo libre, que tenga dignidad,
que se sepa valorar al hombre y a la mujer como amantes, llegar al punto del
verdadero amor.
Por ejemplo yo me enamoro de una chica que tiene un auto y una gran casa, y
me enamoro porque la chica tiene esos objetos. En el amor liberal esto esté
bien, es más se puede decir que el amor materialista es parte del amor liberal.
El amor puro también acepta este tipo de amor.
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Pero el problema es si en realidad amamos a la persona que esta rodeada por
objetos. Si creemos que la persona es de una manera con esos objetos es
porque lo sentimos, y los sentimientos nos engañan en eso, y si pensamos
vemos que nos enamoramos de sus objetos.
Scout McCloud estudio la reacción de las personas frente a objetos que utilizan.
Como por ejemplo cuando nos ponemos un gorro, cuando usamos lentes, un
lápiz, estamos simulando tener extremidades, objetos que son parte de
nosotros. Pero en realidad no lo son, todo es generado por nuestros malditos
sentimientos que nos engañan como lo dijo Nietzsche. Nuestros puntos débiles
son los sentimientos, y hay que estar atentos en como los atacan y defenderlos
con el razonamiento.
Podría decirse que hay dos tipos de besos que conocemos los adolescentes por
los nombres de "pico" y "el de verdad". El pico es simplemente con los labios
cerrando la boca. El de verdad es cuando los labios de las dos bocas son
abiertos, se juntan y luego las lenguas toman contacto como los labios. Se cree
que es "de verdad" porque se siente diferente al pico. El pico parece ser más
emotivo, pero en realidad no es nada porque no sentís nada. Solo para esas
mentes locas por la pasión se emocionan por tal acción.
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vagina, a su vez en el beso de verdad también toman contacto dos órganos, las
dos lenguas. Y es por eso que se le bautiza como el beso de verdad, porque
también se cree que con hacer el amor se esta pasando todo el verdadero amor,
el amor que no se puede explicar ni en palabras. Nunca podremos saber cuanto
nos ama el otro, no sabemos lo que piensa, pero sabemos más como pensamos
nosotros, y de eso nos debemos preocupar. Por eso considero que debería
existir el sexo libre y las prostitutas, así generan ingresos a lanación con sus
tentadores cuerpos. Y ya hable de la confusión de sexo y amor, como en el sexo
sentimos esa sensación tremenda, se cree que es amor. Y el amor no tiene
nada que ver con el estímulo sexual.
B) AMOR INCONDICIONAL:
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Es el amor compasivo, altruista, que se profesa sin esperar nada a cambio.
El amor espiritual, predicado por las diferentes religiones, es el amor
incondicional. El amor maternal, o amor de madre a hijo, se reconoce
también como amor de este tipo, y por tradición, se considera motivado por
un fuerte instinto que lo hace especialmente intenso; no obstante, hay
también quien cuestiona la existencia de dicho instinto.
C) AMOR FILIAL:
Entre hijos y padres (y, por extensión, entre descendientes y ancestros).
D) AMOR FRATERNAL:
En su sentido estricto, es el afecto entre hermanos, aunque puede
extenderse a otros parientes exceptuados los padres y los descendientes.
Nace de un sentimiento profundo de gratitud y reconocimiento a la familia,
y se manifiesta por emociones que apuntan a la convivencia, la colaboración
y la identificación de cada sujeto dentro de una estructura de parentesco.
Desde el punto de vista del psicoanálisis, el fraternal es, al igual que el amor
filial, sublimado, ya que está fundado en la interdicción del incesto.
E) AMOR ROMÁNTICO:
Nace en la expectativa de que un ser humano cercano colme a uno de
satisfacción y felicidad existencial. Este sentimiento idealiza en cierto grado
a la persona objeto de dicha expectativa.
F) AMOR CONFLUENTE:
Amor entre personas capaces de establecer relaciones de pareja. Aparece
por oposición al amor romántico: no tiene que ser único, no tiene que ser
para siempre, no supone una entrega incondicional, etc.
G) AMOR SEXUAL:
Incluye el amor romántico y el amor confluente. El deseo sexual, es
diferente del amor romántico y del afecto. Desde el punto de vista de la
psicología humanista, el amor romántico y el amor interpersonal en general
está relacionado en gran medida con la autoestima.
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H) AMOR PLATÓNICO:
Con propiedad, es un concepto filosófico que consiste en la elevación de la
manifestación de una idea hasta su contemplación, que varía desde la
apariencia de la belleza hasta el conocimiento puro y desinteresado de su
esencia. Para Platón, (428 a. C./427 a. C. – 347 a. C.) quien fue un filósofo
griego, alumno de Sócrates y maestro de Aristóteles, de familia noble y
aristocrática, el verdadero amor es el que nace de la sabiduría, es decir, del
conocimiento. Vulgarmente, se conoce como una forma de amor en que no
hay un elemento sexual o éste se da de forma mental, imaginativa o
idealística y no de forma física.
L) AMOR UNIVERSAL:
Amor espiritual que, según diferentes religiones, todas las personas pueden
llegar a profesar al medio natural y que los grandes místicos experimentan
como expresión del nirvana, éxtasis o iluminación, estados de conexión
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absoluta con el universo o con Dios. Es una manifestación sublime en la
que se eclipsan o confluyen el resto de las manifestaciones.
2.1. DEFINICION :
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Para profundizar en qué es lo masculino y lo femenino es preciso preguntarse
qué es la sexualidad y, en concreto, la sexualidad humana, porque existe el
riesgo muy extendido de confundir sexualidad con genitalidad.
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del hombre y a la teoría del psicoanálisis enturbió el descomunal acierto,
absolutamente genial, de poner el sexo en el centro de la Antropología (...). El
error concomitante fue lo que podríamos llamar la interpretación «sexual» (y no
sexuada) del sexo, el tomar la parte por el todo... pues hasta las
determinaciones propiamente sexuales del hombre no son inteligibles sino
desde esa previa condición sexuada envolvente»
Dos son, por tanto las concepciones de la sexualidad, que se pueden distinguir
por esos vocablos de sexualidad y condición sexuada. Aquí me adhiero a la
postura de Feuerbach que la toma como condición sexuada, envolvente de
todas las dimensiones humanas.
Pues bien, en la actividad sexual del ser humano se incluye un factor específico
que es la comunicación, que tiene muchos aspectos: el enamoramiento, el
amor, el reconocimiento del otro como persona, la creación de relaciones
familiares que suponen lazos estables. Paternidad, maternidad, filiación,
conyugalidad, son lazos que aspiran a durar y pueden durar toda la vida. Esas
relaciones, que dan sentido a la existencia humana, están imbricadas con la
sexualidad. Así, una de las características más profundas de la persona es el
afán de amar y ser amado. Pues bien, no es lo mismo que me quiera mi madre,
que la persona que he elegido para compartir mi vida. La sexualidad humana
cumple los mismos objetivos que la animal: intercambio genético y la
reproducción. Pero además tiene otras dimensiones desconocidas en el mundo
animal: todo aquello que tiene que ver con la comunicación y con el amor.
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está llamada a surgir, como fruto del amor. Es, en definitiva un modo de
contribuir al bien de los demás, porque es bien sabido que tanto la maternidad
como la paternidad, que son diferentes, no consisten fundamentalmente en el
acto biológico de engendrar una nueva vida sino en la multitud de acciones que
contribuyen a ayudar a las personas a crecer como tales, a la transmisión de
unos valores, a amarlas más que a uno mismo.
Hoy es claro, no hace falta poner ejemplos, asistimos, sin embargo, a una
trivialización del sexo. El aspecto unitivo, el procreador, el placer, los lazos
familiares, actualmente disociados, son aspectos que deben armonizarse en la
profunda unidad a la que está llamada la persona humana. Quizá por esto, hoy
más que nunca se busca una profundización antropológica en la dignidad de la
persona, que como ya dijo Kant no debe ser usada nunca como medio, sino
siempre como un fin.
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-su parte femenina-33 y como contrapartida cada mujer su «animus» -su parte
masculina. En este sentido son interesantes los comentarios que hace Ortega
Y Gasset, sobre «La Gioconda», pues en su opinión, en ese cuadro Leonardo
no pintó el retrato de ninguna mujer sino la parte femenina de su alma.
Tengo ante mis ojos una larga lista titulada valores de la complementariedad,
entresacada de varios autores y también de la observación. Así los empresarios
dicen que Los varones tienen mayor capacidad para hacer proyectos y las
mujeres para valorarlos, Ballesteros hace un elenco mayor. Relaciona:
VARON - MUJER
La exactitud La analogía
Lo superficial Lo profundo
El análisis La síntesis
El discurso La intuición
La competencia La cooperación
Lo productivo Lo reproductivo
Pensamiento por pasos Pensamiento en red
La línea/el cubo El círculo/la esfera
VARON - MUJER
Inventar Mantener
Lo abstracto Lo concreto
La norma La flexibilidad
La justicia La misericordia
Lo cuantitativo Lo cualitativo
El concepto El símbolo
La especialización La visión de conjunto
La expresión La interpretación
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Todos estos valores se resumen diciendo que los varones tienen una mayor
habilidad para dominar las cosas y para manejar ideas abstractas y las mujeres
una mayor facilidad para el conocimiento y el trato con las personas y
ordinariamente las mujeres aprenden los de la izquierda de los varones y ellos
aprenden de ellas los de la segunda columna, los que humanizan la vida. Ante
esta variedad, quizá determinada por el pequeño tanto por ciento de diferencia
en el funcionamiento del cerebro, y en la combinación de las hormonas, si los
valores son humanos, una persona ya sea varón o mujer, ha de tener un
equilibrio entre cada par de valores complementarios.
Para ello la solución no está en “imitar” al sexo contrario: eso conduce a una
falsa feminización o masculinización de la sociedad. Se trata de APRENDER
del sexo opuesto, cosa que es tan natural en la familia sobre todo donde hay
hermanos y hermanas.
«La función del sexo, que en cierto sentido es "constitutivo de la persona" (no
sólo "atributo de la persona"), demuestra lo profundamente que el hombre, con
toda su soledad espiritual, con la unicidad e irrepetibilidad propia de la persona,
está constituido por el cuerpo como "él" o "ella"»
Esta andadura requiere en primer lugar repasar qué sea eso de la persona. La
persona no es substancia, a pesar de la definición de Boecio41, con la que
Santo Tomás empieza su discurso, concepción que se va transformando a
medida que el aquinate supera la filosofía aristotélica. En su origen, los
Capadocios, elaboradores de esa noción, la describían como hipóstasis o
subsistencia, que no es lo mismo que substancia. El latín, para distinguirla la
substancia, tradujo hipóstasis con el término persona, que en griego significaba
“máscara”. Boecio, sin embargo perdió esa diferencia en su conocida definición.
Pues bien, a partir del momento en el que Santo Tomás descubre la distinción
entre esse-essentia, la verdadera diferencia entre las cosas y las personas se
sitúa a nivel transcendental, es decir, a nivel del «esse»42. Por ello, la posición
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de santo Tomás sobre la persona que reconoce como «lo más noble y digno
que existe en la naturaleza»43 se transforma llegando a describirla como
«subsistente espiritual»
La persona está constituida por un núcleo interior del cual nacen sus acciones,
del cual ella es propietaria, y nadie más (excepto Dios) tiene derecho de
propiedad sobre ella. La persona es dueña de sí, tiene derecho a la
autodeterminación, y nadie puede poseerla a menos que se entregue. Ahí
radica su dignidad. Una característica de ese ser personal es que es inteligente
y que es libre. Llamado a conocer la verdad y a que la verdad sea la guía de la
libertad.
3. FILOSOFÍA DE LA AMISTAD
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principio, que se trata de una virtud o que va acompañada de virtud, y estima
que es lo más necesario) para la vida. Sin amigos nadie querría vivir, aunque
poseyera los demás bienes, porque la prosperidad no sirve de nada si se está
privado de la posibilidad de hacer el bien, la cual se ejercita, sobre todo,
respecto de los amigos. Asimismo, en los infortunios se considera a los amigos
como único refugio. Resumo los pasajes en que Aristóteles precisa estas
dimensiones de la amistad:
“La presencia de los amigos en la buena fortuna lleva a pasar el tiempo
agradablemente y a tener conciencia de que los amigos gozan con nuestro bien.
Por eso debemos invitarlos a nuestras alegrías porque es noble hacer bien a
otros, y rehuir invitarlos a participar en nuestros infortunios, pues los males se
deben compartir lo menos posible. Con todo, debemos llamarlos a nuestro lado
cuando han de sernos de ayuda, y recíprocamente está bien acudir de buena
voluntad a los que pasan alguna adversidad aunque no nos llamen, porque es
propio del amigo hacer bien, sobre todo a los que lo necesitan y no lo han
pedido, lo cual es para ambos más virtuoso. De todos modos, no es noble estar
ansioso de recibir favores, por más que igualmente hemos de evitar ser
displicentes por rechazarlos”.
“Los amigos se necesitan en la prosperidad y en el infortunio, puesto que el
desgraciado necesita bienhechores, y el afortunado personas a quienes hacer
bien. Es absurdo hacer al hombre dichoso solitario, porque nadie querría poseer
todas las cosas a condición de estar sólo. Por tanto, el hombre feliz necesita
amigos” .
Los hombres, aun siendo justos, necesitan la amistad; y los hombres justos son
los más capaces de amistad. La amistad es, además de necesaria, bella. Por
eso se alaba a los que aman a sus amigos, e incluso se equiparan los hombres
buenos a los amistosos. A continuación, Aristóteles expone tres clases de
amistad. En cada una de ellas se da la reciprocidad; sin algún tipo de
reciprocidad, la amistad es imposible. Por eso sería ridículo desear el bien del
vino; sólo se desea que se conserve para tenerlo. Ha de tenerse en cuenta que
el vino es un bien medial.
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Que se da entre los hombres buenos e iguales en virtud, ya que éstos
quieren el bien el uno del otro en cuanto que son buenos, y son buenos en
sí mismos. Esta clase de amistad es la más permanente. Con todo, estas
amistades son raras porque tales hombres son pocos y, además, requieren
trato, pues sin él, no cabe el conocimiento mutuo. El deseo de amistad surge
rápidamente, pero la amistad no.
En la primera clase de amistad se defiende al amigo de las acusaciones,
porque no es fácil creer lo que otro diga de un amigo, a quien uno mismo
ha tratado durante mucho tiempo. Además, en los buenos se da la confianza
mutua y la imposibilidad de agraviarse, y los demás requisitos de la
verdadera amistad. En cambio, en los otros tipos de amistad hay una
mezcla con algún mal, por lo que, en rigor, lo son sólo por analogía.
La virtud del amigo consiste en querer. Por eso los aduladores no son
verdaderos amigos, ni tampoco los que buscan el propio provecho. Como
el querer es una actividad, la amistad es más excelente en los seres
humanos más activos.
ARISTOTELES.-
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A partir de aquí, Aristóteles examina de qué manera los distintos regímenes
políticos favorecen o degradan la amistad. Por otra parte, al hombre bueno
su intelecto le proporciona en abundancia la contemplación. Por eso, el
hombre bueno es concorde con sus amigos y busca su compañía, pero
también puede pasar algún tiempo consigo en tanto que contempla, aunque
después, por la efusión que comporta la amistad, se lo comunique al amigo.
La esencia de la amistad reside en el compartir, en el conversar y en el
compenetrarse. En ella el hombre se encuentra en la misma relación
respecto al amigo que consigo mismo. Por eso Aristóteles sostiene que el
amigo es otro yo, idea que repite Cicerón. Son incompatibles con la amistad
la adulación, la zalamería y el servilismo, pues son contrarios al amor a la
verdad.
En definitiva, la amistad se cifra en un crecimiento moral que es facilitado
por las acciones conjuntas a las que ordena. Los actos de esta virtud
consisten en cooperar. La cooperación implica la igualdad, que es
característica de la amistad: la intención de otro se incrementa en tanto que
es común, de manera que los amigos se ayudan en dicha tarea, y no sólo
en remediar las situaciones desgraciadas.
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Contrasta con el sentido pagano de la amistad, que era exclusivista: se amaba
al amigo y se odiaba al enemigo. También para Aristóteles los amigos son
pocos. A esto conviene añadir que Aristóteles no ve que se pueda ser amigo de
Dios, porque la amistad es entre iguales. De ahí concluye que el amigo no
quiere para el amigo los bienes mayores, porque si el amigo se endiosara
dejaría de serlo.
El Evangelio de la caridad sorprendió a los paganos, pues lleva consigo la
hermandad de espíritu de acuerdo con la filiación divina. Sin embargo, la
caridad cristiana, que eleva la amistad, debe recoger también las características
que le son propias.
Tomás de Aquino sostiene que la amistad es una virtud. Conoce muy bien la
Ética a Nicómaco, a la que comenta pausadamente de un modo casi literal, pero
sostiene también que la amistad y la caridad son diferentes. Por eso, en la Suma
Teológica, en rigor, no se habla de la amistad sino de la caridad
Las virtudes aristotélicas tienden a la felicidad natural. En cambio, el hombre
cristiano persigue la felicidad perfecta, la cual no es posible sin el respaldo del
amor de caridad.
Con todo, la caridad no puede dejar de lado la amistad; ante todo, porque
Jesucristo nos hizo sus amigos. Por ser la caridad enteramente universal, pues
hay que amar también a los enemigos, no se confunde con la amistad humana,
a no ser como mera disposición, pues no cabe ser amigo de todos. Ahora bien,
si se prescinde por completo de la amistad y se reduce el amor de los cristianos
a la fraternidad, ésta puede perder operatividad y resultar insulsa.
Aunque esta apreciación no sea propia de los paganos antiguos, ha sido
formulada por los críticos modernos del cristianismo. Cuando la caridad se
enfría, suele incurrir en rigidez, y pierde su jugo vital o se reduce al sentimiento
de filantropía. La filantropía se dirige a la humanidad en general, es decir, a una
abstracción. Por eso está sujeta a crisis, como se advierte en los moralistas
escoceses desde David Hume, y también en Augusto Comte. Ante estos casos,
a la crítica moderna no le falta razón. Sin embargo, está dirigida a una caricatura
de la verdadera caridad.
Por lo pronto, la caridad cristiana apunta al destino eterno del hombre y no sólo
a la felicidad en esta vida. Pero, además, perfecciona la amistad humana. Esto
se desprende de la descripción que hace San Pablo de esta virtud: “la caridad
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es longánime, es benigna; no es envidiosa, no es jactanciosa, no se hincha; no
es descortés, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa mal; no se alegra de la
injusticia, se complace en la verdad; todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera,
todo lo tolera”
Glosando este texto, cabe decir que son dimensiones de la amistad la fidelidad
y la lealtad; tales dimensiones manifiestan su constancia. A ellas hay que añadir
la sinceridad, el respeto, la generosidad y el afecto. La sinceridad es hablar sin
rodeos y con confianza, así como disentir sin hipocresía y abrir libremente el
propio interior: esto se llama franqueza. La generosidad lleva consigo el no
reparar en los pequeños defectos que todos tenemos, y conduce a conceder un
amplio crédito al amigo.
La veracidad también es una dimensión de la amistad, que la vincula con la
libertad, y es incompatible con la constricción. Pero al amigo no se le deja sólo
si incurre en errores de cierta gravedad, sino que se le corrige. En este sentido
la amistad tiene un valor pedagógico. En efecto, el amigo es otro yo. La
corrección es una apelación a la sindéresis del amigo, cuya luz es incompatible
con los errores graves, sobre todo en el orden del querer. En suma, corregir al
amigo es una muestra de la elevación de la prudencia y de la justicia como
virtudes que acompañan a la amistad.
La prudencia es correctora de los actos voluntarios que miran a los medios. Por
su parte, la corrección justa tiene carácter penal. En cambio, la corrección
amistosa intenta directamente restablecer la limpidez de la conducta del amigo.
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época fueron muy liberales son hoy fundamento de la doctrina oficial católica.
Fue un hombre de una vastísima inteligencia y cultura y uno de los más grandes
estudiosos de Aristóteles, de quien recibió una gran influencia.
Santo Tomás fue el pensador que más estudió la amistad como pilar de la
sociedad, relacionándola con la vida social, con el trabajo, con la justicia, y con
las demás virtudes. Sólo en el Aquinate puede decirse que hay toda una teoría
sistemática de la amistad, una filosofía de la amistad desde la mayoría de sus
ángulos y aspectos importantes. De este se narra en las crónicas el sincero
aprecio que tuvo con su prójimo y su gran sentido de la amistad, lo que
seguramente formó parte de la santidad que lo caracterizó. Paseaba por los
campos y alrededores de París con sus discípulos de la universidad, departía
amistosamente con sus compañeros frailes del convento, a tal punto que,
debido a su sencillez y humildad, decían que daba gusto vivir con él. Su gran
amistad con San Alberto Magno, que fue su maestro, era notable, pero más
notable aún fue su amistad con su discípulo, amanuense y secretario Fray
Reginaldo de Priverno, quien prácticamente lo cuidó durante sus últimos años
y se encargó de relatar los rasgos mas humanos y conmovedores de este monje
santo, sumido al parecer en las más profundas especulaciones.
Según Tomás, junto con la experiencia del trabajo en la historia de la sociedad,
la amistad es otra de las experiencias que más nos hacen integrarnos a la vida
social, en este todo que es la comunidad política. Hay muchos grados en la
amistad (desde el amor más espiritual hasta el más carnal, desde el amor más
utilitarista hasta el más honesto, desde el de los familiares hasta el que se tiene
por los extraños), pero la simple y rudimentaria inclinación a reunirse
comunitariamente es ya un tipo de amistad o de amor entre los seres humanos.
En la linea de Aristóteles, Santo Tomás ve la amistad o el amor como una
característica del ser social. Brota del hombre como instinto de su propia
naturaleza, pero se realiza según la inteligencia y la voluntad, es decir, conforme
a la razón. La amistad no es de suyo una virtud, pero necesita de las virtudes
para darse; sólo cuando se trata de la amistad como amor de caridad, entonces
puede verse como una virtud. Cuando se quiere tener una amistad auténtica,
ésta tiene que fundarse en la virtud para ser amistad perfecta. En todo caso, la
amistad inclina a la sociabilidad y al mismo tiempo va permitiendo y orientando
la correcta vida social.
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La amistad meramente útil se dá cuando se busca al amigo por algún interés
material, como la ayuda en el trabajo, el apoyo de su poder, o la conexión con
otros que puedan producir algún beneficio. La amistad deleitable se caracteriza
por la busqueda del placer o de la compañía de la otra persona para sentir gusto
y contento, pero no se va más allá. En cambio la amistad honesta está en
función de la virtud, y, como la principal virtud en el nivel humano es la de la
justicia, esta amistad está orientada a la justicia.
La amistad está vinculada también con el trabajo y la función, porque el trabajo
crea solidaridad, y la función cierta igualdad proporcional de coordinación y
subordinación. No basta la actividad igual, pues esta puede también suscitar
enemistad, en función de la competencia; debe acompañarse de la bondad,
para que los hombres encuentren la proporcional igualdad de lo justo (que no
requiere ser igualdad en el mismo rango, antes bien, es jerárquica), ya que toda
amistad es por causa de algún bien y se apoya en alguna semejanza. La
verdadera amistad según Santo Tomás, es por el bien del otro y por el bien
común, es la amistad por antonomasia, y las otras amistades son tales por
parecerse a ésta incluyéndose aquí las amistades tanto entre individuos como
entre naciones. De este modo, la comunidad en el bien crea igualdad o
concordia de las voluntades hacia el fin, la cual es más fuerte y más perfecta
que cualquier otra igualdad. Luego, la igualdad o concordia en cuanto a la
amistad es la del bien, la de bondad o benevolencia. Porque las otras amistades
(la interesada y la de placer o de concupiscencia) también se basan en la
igualdad, pero son menos esenciales.
La amistad y la justicia, o la caridad y el derecho, son fundamento de la vida
social, por eso son indispensables para ella; pues sólo de ellos surge la paz. La
amistad está conectada en efecto a la justicia y al derecho: todo hombre tiene
derecho y deber de amar. La misma justicia no es, en el fondo, más que una
aplicación de la caridad. Justicia y caridad vienen a ser lo mismo, sólo que
desde puntos de vista diferentes.
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BIBLIOGRAFIA:
Andrés Vázquez de Prada, Estudio sobre la amistad, Rialp, Madrid, 1975, p. 68.
REQUENA SANTOS, Félix (1994), Amigos y redes sociales: elementos para una
sociología de la amistad. Madrid, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales.
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