Sinaí: de la desolación a la maravilla
Lugares como el Sinaí simbolizan los sectores más desfavorecidos de
la sociedad, como los más pobres que viven al límite de la miseria.
Paradójicamente, mientras que, por un lado, los marginados de la
sociedad se consideran desiertos abandonados, por otro lado, son
como los jardines de flores de Dios. Porque el Señor no vino para los
sanos, sino a los enfermos.
“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los
sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo
fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que
no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su
presencia” (1 Corintios 1:27-29)
El Sinaí representa el pueblo, abandonado, injusticiado e ignorado por
los hombres. ¡Justamente por eso Dios lo eligió! No apenas para
marcar la historia de un pueblo esclavo. ¡Pero sobre todo sirve como
referencia para todos los pueblos de que hay un Dios vivo que Se
preocupa por los humildes y los despreciados!
La principal característica del desierto es el abandono. Y el Dios de
Abraham, Isaac e Israel Se interesa por los abandonados, los
despreciados, los injusticiados, todos aquellos cuyas vidas no tienen
sentido.
La campaña de Sinaí es para quien está dispuesto a todo por una
respuesta. Los afligidos, los desesperados, los desamparados, los
arruinados, los perdidos, los abatidos, los lastimados, los excluidos y
todos los que se consideran desafortunados…
Sinaí: de la desolación a la maravilla
Lugares como el Sinaí simbolizan los sectores más desfavorecidos de
la sociedad, como los más pobres que viven al límite de la miseria.
Paradójicamente, mientras que, por un lado, los marginados de la
sociedad se consideran desiertos abandonados, por otro lado, son
como los jardines de flores de Dios. Porque el Señor no vino para los
sanos, sino a los enfermos.
“Sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los
sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo
fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que
no es, para deshacer lo que es, a fin de que nadie se jacte en su
presencia” (1 Corintios 1:27-29)
El Sinaí representa el pueblo, abandonado, injusticiado e ignorado por
los hombres. ¡Justamente por eso Dios lo eligió! No apenas para
marcar la historia de un pueblo esclavo. ¡Pero sobre todo sirve como
referencia para todos los pueblos de que hay un Dios vivo que Se
preocupa por los humildes y los despreciados!
La principal característica del desierto es el abandono. Y el Dios de
Abraham, Isaac e Israel Se interesa por los abandonados, los
despreciados, los injusticiados, todos aquellos cuyas vidas no tienen
sentido.
La campaña de Sinaí es para quien está dispuesto a todo por una
respuesta. Los afligidos, los desesperados, los desamparados, los
arruinados, los perdidos, los abatidos, los lastimados, los excluidos y
todos los que se consideran desafortunados…
El Monte Sinaí es el Monte de la Salvación, de la respuesta de Dios,
del cumplimiento de Sus promesas…
El Monte Sinaí no es para aventureros, ni para intentar una mejora de
vida...
Pero es para aquellos que, a pesar de no tener nada, están dispuestos
a todo por todo.
“Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo;
haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación
alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra del
Señor; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo.”
Éxodo 34.10.
El Monte Sinaí es el Monte de la Salvación, de la respuesta de Dios,
del cumplimiento de Sus promesas…
El Monte Sinaí no es para aventureros, ni para intentar una mejora de
vida...
Pero es para aquellos que, a pesar de no tener nada, están dispuestos
a todo por todo.
“Y él contestó: He aquí, yo hago pacto delante de todo tu pueblo;
haré maravillas que no han sido hechas en toda la tierra, ni en nación
alguna, y verá todo el pueblo en medio del cual estás tú, la obra del
Señor; porque será cosa tremenda la que yo haré contigo.”
Éxodo 34.10.