Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
NO HAY duda en nuestra mente tocante a dónde estamos en este instante, y nosotros, por
supuesto, sabemos cómo llegamos aquí. También estamos muy conscientes del tiempo en relación
con los sucesos en que personalmente hemos estado envueltos. Sabemos, por ejemplo, dónde
estuvimos y lo que hicimos hace una hora, hace un día, hace una semana. La mayoría de nosotros
sabemos cuántos años tenemos, y podemos relatar con bastante exactitud algunos de los grandes
acontecimientos de nuestra vida.
2 Pero, ¿qué hay del pasado lejano antes de nuestro tiempo? ¿Qué sabemos acerca de fechas
y sucesos que no forman parte de nuestra experiencia personal? Por ejemplo, ¿sabemos en qué
año nació Jesús o, de más importancia, la fecha de su muerte? Después de todo, él fue el mayor
hombre que jamás ha andado en esta Tierra. ¿Sabemos en qué año destruyeron los babilonios a
Jerusalén? Esa fecha en particular es sumamente importante si hemos de entender por qué ciertos
acontecimientos han sucedido en nuestra vida. ¿Dónde nos hallamos hoy en la corriente del
tiempo? ¿Sabemos que el sexto año a partir de ahora concluirá el año 6.000 desde que Adán fue
creado? Y si vivimos hasta ese año de 1975, ¿qué debemos esperar que suceda?
3Estas ciertamente son preguntas interesantes e importantes, pero, ¿dónde podemos hallar
respuestas verídicas a ellas? Puesto que los sucesos que acontecieron mucho antes de que
naciéramos tienen una gran relación con estos asuntos, ¿cómo podemos conseguir los hechos?
¿En qué registros escritos del pasado podemos confiar como basados en hechos y como
verdaderos?
4 La persona honrada que busca la verdad no debe sentirse obstaculizada en su búsqueda de
respuestas a estas preguntas, pensando que es una empresa desesperanzada. En realidad tiene a
su disposición el libro más antiguo de historia y, de más importancia, un libro en el que puede
confiar y depender como la autoridad suprema, un libro mediante el cual se puede medir y juzgar
todo otro testimonio. Afortunadamente, este documento histórico ahora está traducido al idioma
que puede leer el inquiridor. Este libro es la Santa Biblia, la Palabra inspirada y sagrada de Jehová
Dios. Solo Jehová conoce tanto el fin como el principio.—Isa. 46:10.
5 Los historiadores seglares que se remontan en el tiempo para hablarnos del pasado lejano,
pero que desdeñosamente pasan por alto el registro de la Biblia, están obligados a llenar las
brechas entre uno y otro de sus escasos hallazgos arqueológicos fragmentarios con tradiciones
indignas de confianza, cálculos fantásticos y absoluta conjetura. Por otra parte, los investigadores
honrados, y hay muchos de ellos, reconocen el valor verdaderamente genuino de la Biblia como
testimonio intachable, confirmado por todos los descubrimientos que han sido desenterrados.
Puesta a prueba, la Biblia de veras ha probado su valor como el más completo registro de sucesos
antiguos y como un libro de exactitud genuina. Por lo tanto estamos equipados, con este libro de
verídicas fechas históricas a la mano, para contar hasta la creación de Adán con poca dificultad,
llenando las brechas de la historia seglar con datos confiables. Lo que es más, podemos hacerlo
rápidamente y con poco esfuerzo.
CAMBIOS EN LOS CALENDARIOS
6 Hoy medimos el tiempo con el calendario gregoriano, pero este medio de medir tiene menos
de 400 años de edad. Fue el papa Gregorio XIII, quien, en 1582, suprimió el calendario juliano, que
para aquel año estaba en desacuerdo con el Sol por unos diez días. Para corregir la discrepancia
el papa ordenó que se le quitaran diez días al mes de octubre. De modo que el 5 de octubre fue
hecho el 15 de octubre de 1582. El calendario actual es tan exacto que solo hay aproximadamente
26,3 segundos de diferencia entre él y el verdadero año solar, y esta diferencia aumenta a la muy
pequeña proporción de 0,53 segundos cada siglo. Esa es una diferencia de menos de nueve
minutos cada cien mil años, menos de un día cada dieciséis millones de años.
7El calendario juliano, que fue reemplazado por el calendario gregoriano, fue instituido por Julio
César en 46 a. de la E.C., que se conoce como “el año de la confusión.” Esto se debió a que en
aquel tiempo los calendarios más viejos estaban adelantados por unos tres meses al horario del
Sol, lo que hizo necesario que el año 46 a. de la E.C. tuviera 445 días para que el Sol pudiera
alcanzar al calendario, por decirlo así.
8Si los sucesos registrados en la Biblia se hubieran fechado según el calendario juliano u otros
calendarios precedentes, sería un asunto bastante sencillo convertir tales fechas al calendario
gregoriano. Pero no sucede así. La Biblia habla de períodos y acontecimientos particulares y a
menudo no relacionados, y éstos están fechados de sus propias maneras especiales,
independientes unos de otros. A veces están fechados según el principio del reinado de cierto rey
(Neh. 2:1; Est. 1:1-3; Dan. 9:1, 2; Luc. 3:1), o por una victoria militar o por la destrucción de una
gran nación (1 Rey. 6:1; Eze. 1:1, 2; 8:1; 20:1; 40:1), o están fechados en relación con un
acontecimiento insólito como el diluvio del día de Noé. (Gén. 9:28, 29) La tarea difícil, entonces, es
determinar cuándo se produjeron estos acontecimientos bíblicos si se miden con nuestro
calendario del día presente.
9 Se pudiera ilustrar el problema con el siguiente relato. Un viajero inglés, que visitaba un lugar
histórico en el continente europeo, salió una mañana de su hotel y lentamente caminó por el
bosque, deteniéndose brevemente en los sitios pintorescos y en los estanques refrescantes a lo
largo del camino. Por la tarde cruzó un arroyo y siguió la senda hasta el otro lado de la montaña.
Hacia el fin del día se le ocurrió la pregunta de cuánto había viajado. Recordó que más temprano
durante el día las distancias entre los lugares donde se detenía estaban marcadas claramente en
metros en los letreros de los postes, pero después de haber cruzado el puente no encontró más
letreros.
10 Para saber la distancia que había viajado, no bastaba con que nuestro viajero regresara y
tradujera de metros a pies las distancias registradas en la parte temprana de su viaje. Primero
tenía que medir hacia atrás desde su posición del momento, al otro lado de la montaña y a través
del puente, hasta el último letrero. Una vez que se determinara esta distancia, el resto sería
comparativamente fácil, si simplemente confiaba en las cifras de los letreros.
11 Así también sucede al determinar dónde está la humanidad en la senda del tiempo; no se
resolverá el problema simplemente traduciendo calendarios antiguos a los sistemas del día actual.
Uno primero tiene que medir el tiempo hacia atrás hasta el otro lado de la brecha que separa al
presente del antiguo registro bíblico del pasado, hasta un punto estacionario de la historia, hasta
una fecha fija del pasado, hasta una fecha absoluta, si así se quiere decir. Tal fecha tiene que ser
una en que los acontecimientos históricos sagrados y seglares coincidan y se enlacen en acuerdo
perfecto con los métodos actuales de medir las distancias del tiempo. Con tal fecha determinada
en relación con el medio de medir gregoriano sabremos cuánto tiempo ha pasado desde ese punto
y dónde estamos en la actualidad. Entonces desde ese punto cardinal también podemos medir
hacia adelante o hacia atrás para fechar otros sucesos de la historia bíblica aunque originalmente
se fechaban según un sistema diferente.
LA FECHA ABSOLUTA DE 539 A. DE LA E.C.
12 Una de esas fechas fijas o absolutas está relacionada con los acontecimientos registrados en
el capítulo cinco de Daniel, versículos uno al treinta y uno. Eso tiene que ver con el tiempo en que
los medos y los persas bajo Ciro el Grande desbarataron el festín notorio de Belsasar, tomaron la
ciudad de Babilonia y derribaron el Tercer Imperio Mundial. Ese año fue 539 a. de la E.C. en el
calendario gregoriano, cuatro años después de haber comenzado la era budista en la India.
13 El fijar 539 a. de la E.C. como el año en que sucedió este acontecimiento histórico se basa en
un documento de piedra que se conoce como la Crónica de Nabonido (Nabunaid). Este importante
hallazgo se descubrió en ruinas cerca de la ciudad de Bagdad en 1879, y ahora se conserva en el
Museo Británico. Sidney Smith publicó una traducción de este hallazgo en Babylonian Historical
Texts Relating to the Capture and Downfall of Babylon, Londres, 1924. El documento dice en parte:
14 “En el mes de Tashritu [Tisri, 7.o mes hebreo], cuando Ciro atacó al ejército de Akkad en Opis
en el Tigris, se sublevaron los habitantes de Akkad, pero él (Nabonido) degolló a los habitantes
confusos. El día 14, Sippar fue capturada sin batalla. Nabonido huyó. El día 16 [11-12 de octubre
de 539 a. de la E.C., calendario juliano, o 5-6 de octubre, calendario gregoriano] Gobryas (Ugbaru),
el gobernador de Gutium. y el ejército de Ciro entraron en Babilonia sin batalla. Después Nabonido
fue arrestado en Babilonia cuando regresó (allí). . . . En el mes de Arahshamnu [Hesván, 8.o mes
hebreo], el día 3 [28-29 de octubre, calendario juliano], Ciro entró en Babilonia, ramitas verdes
fueron extendidas enfrente de él... el estado de ‘Paz’ (Sulmu) se impuso en la ciudad.”—Ancient
Near Eastern Texts Relating to the Old Testament (Princeton; 1955), James B. Pritchard, pág. 306.
15 Sírvase notar que la Crónica de Nabonido proporciona detalles exactos en cuanto al tiempo
en que tuvieron lugar estos acontecimientos. Esto, a su vez, capacita a los doctos modernos, con
su conocimiento de astronomía, a traducir estas fechas en los términos de los calendarios juliano o
gregoriano. Explicando por qué esta Crónica no hace referencia en particular a Belsasar en
relación con la captura de Babilonia por Ciro, y también confirmando la fecha de 539, note lo que
dice el profesor Jack Finegan en Light from the Ancient Past (1959), páginas 227-229:
16 “Nabunaid [Nabonido] compartió la gobernación real con su propio hijo mayor Baltasar
doctos, tenemos bastante confianza tocante a dónde nos hallamos hoy en relación con la caída de
Babilonia hace veinticinco siglos. El 6 de octubre de 1968, marcó 2.506 años desde la caída de
aquel tercer imperio mundial. Ahora se pueden fechar con bastante exactitud otros acontecimientos
importantes que sucedieron antes de 539. Si uno acepta las fechas anotadas en la Biblia, esto
llega a ser un asunto bastante fácil, y se evitarán algunas de las trampas erróneas en las que han
caído los cronólogos tradicionales de la cristiandad.
JERUSALEN FUE DESTRUIDA EN 607 A. DE LA E.C.
20 Los que creen en el Dios de Daniel, Jehová, saben que la exactitud histórica de la Biblia
siguiente artículo, a medida que buscamos la respuesta a la pregunta provocativa: ¿Cuándo fue
creado Adán?
[Notas]
“14/VII/17”: Día 14 del 7.o mes hebreo Tisri, año 17.o del reinado de Nabonido.
Calendario juliano.
El 8.o mes hebreo Hesván.
El extender la lista sería asunto fácil, pero solo serviría para confirmar más una fecha de la cual
no se duda.
Al sumar 539 y 1968 reste 1 porque no hay año cero entre a. de la E.C. y la E.C.
Vea Darius the Mede (edición norteamericana de 1959), J. C. Whitcomb, hijo, cap. 7; y Babylonian
Problems (edición de 1923), W. H. Lane, pág. 201.
Estudios de la Universidad Brown, tomo XIX, Babylonian Chronology 626 B.C.—A.D. 75, (1956)
Parker y Dubberstein, pág. 29.
[Preguntas del estudio]
1. ¿Con qué sucesos de la historia estamos personalmente familiarizados?
2, 3. ¿Cuáles son algunas preguntas importantes acerca de los sucesos históricos del pasado?
4. ¿Qué estimulo tenemos para ayudarnos a encontrar las respuestas a nuestras preguntas?
5. ¿De qué valor es la Biblia como libro de historia?
6. ¿Cuándo se adoptó nuestro calendario actual, y cuán exacto es?
7. ¿Cuándo se empezó a usar el calendario juliano, y qué discrepancia corrigió?
8. ¿Cómo se fechaban los sucesos de que trata la Biblia, y qué problema presenta esto en
relación con nuestro calendario del día presente?
9, 10. (a) ¿Cómo se puede ilustrar el problema? (b) ¿Qué es lo primero que debe hacer nuestro
viajero para resolver su problema?
11. (a) ¿Qué, entonces, es lo primero que ha de hacerse para saber dónde nos hallamos en la
senda del tiempo? (b) ¿Qué se da a entender por una “fecha absoluta,” y de qué valor es tal
fecha?
12. ¿Qué fecha absoluta tenemos en relación con el derribo de Babilonia por Ciro?
13, 14. ¿Qué hallazgo importante sirve de base para fijar 539 a. de la E.C. como el año de la caída
de Babilonia?
15, 16. ¿Cómo se explica el hecho de que la Crónica de Nabonido no menciona a Belsasar en
relación con la caída de Babilonia?
17. ¿Qué otras autoridades confirman el día, el mes y el año de la caída de Babilonia?
18. (a) ¿Sobre qué fecha concuerdan unos veinte historiadores y comentaristas? (b) ¿Se ha
alcanzado solo recientemente este acuerdo?
19. Por eso, entonces, ¿cuánto tiempo ha pasado desde la caída de Babilonia a los persas?
20. (a) ¿Aparece el nombre “Darío” en las inscripciones cuneiformes? (b) Pero, ¿de qué estamos
seguros?
21. ¿Qué descubrimiento emocionante hizo Daniel en el primer año del reinado de Darío?
22. ¿Cuánto tiempo reinó Darío I, y quién le sucedió como rey de Babilonia?
23. (a) ¿Qué magnífica profecía estaba por cumplirse? (b) ¿Para qué fecha se hallaban de nuevo
los judíos en su patria? ¿Debido a qué desenvolvimientos rápidos?
24. De modo que, ¿cuándo comenzaron los setenta años de desolación, y cuándo terminaron?
25. ¿La respuesta a qué pregunta está relacionada con el año 607 a. de la E.C.?