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La mujer ideal

Con usted todo es diferente, más simple, más bello, mejor. Sin siquiera conocerla a fondo (Aunque me
mostró una vez una parte muy suya) puedo decir que es una mujer como muy pocas. No por todas las
cosas que hace usted por alguien, que hace cuando su corazón guía su camino, enceguece la mente y la
razón se suicida en el vacío de la conciencia, es absolutamente por usted. Su aura es completamente
diferente al del noventa por ciento del mundo, mientras otros desisten a la idea de amar a alguien sin
temor a lo que pueda pasar, usted se lanza de bruces hacia una infinita variedad de posibilidades que
desafortunadamente han salido mal (por lo que me ha dicho) , y es aquí donde tomo lo más lindo que
sus labios hayan pronunciado alguna vez: “A pesar de todo, no me convertí a como es el resto”.

Aquí, en la oscura cavidad del espacio nocturno yo me pregunto ¿Puede ser verdad eso? Si una entre
literalmente millones de mujeres es la mujer que pienso que es, no habrá dos en este lado del mundo.
Por más ejemplos que pueda darme o que pueda darme mi corazón me dice que no la hay, he conocido
muchas mujeres cada una con su toque artístico ya sea físico o mental, he conocido personalidades y
pensamientos que pasaron dejando alguna marca en mí y ninguno de ellos, tan profundos y llenos de
significado y verdad como muchos de los suyos.

Que si, que puede haber magia escondida por ahí, personas con un corazón increíble que se esconden a
través de máscaras de gente común, que pueden estar más cerca de lo que uno cree, pero mis ojos no
las había presenciado hasta que se cruzaron con su mirada. En parte lo entiendo, entiendo que se
resguarde detrás de alguien normal y pase y haya pasado desapercibida por mucha gente
(incluyéndome en un principio), y yo en mi ingenuidad y orgullo la dejé pasar, sin saber que en frente
tenía algo que había buscado hace ya algún tiempo. Me pregunta si espero encontrar a alguien que me
revuelque el mundo y me haga ver hasta las cosas malas de la vida como buenas, pero no se da cuenta
que me pasa cada vez que la miro a los ojos.

Sin lugar a dudas estoy loco, que más se puede esperar de alguien mentalmente inestable que se aleja
del mundo para no impregnarse una vez más con toda la maldad que una vez corrió por mi ser, pero
entre toda esa soledad, entre toda esa silenciosa y mortal nada aparece su imagen, su memoria, su
aliento y sus labios en mi mente; Y es curioso además, porque mi mala memoria me ha librado de
muchísimas cosas pero casualmente la amnesia que me acorrala día a día no desvanece ni por un
maldito minuto de mi vida los momentos en que estuvimos los dos, solos en una habitación, hablando
de cómo es la vida, de como somos nosotros, de como descubrí lo que es usted.

Yo sé que es masoquista hacer y sentir toda la revolución de sentimientos y la carga tan grande que por
mí mismo decido llevar, que no debería ni siquiera pasarlo del arco de mi conciencia a la realidad, pero
… exactamente eso, no lo puedo explicar. Intento todos los días y por todos los medios posibles no
hacerme con el delirio de quererla, con la locura de recordarla y con la estupidez que parece ser todo
esto, pero el mismo orgullo que guardé tanto tiempo intentando dejar todo eso en el rincón más
inhóspito de mi mente, es el que me estruja el corazón machacándome con pinturas manchadas de
fantasía en las que continuamente me pierdo.

¿Y si me hace la misma pregunta en cincuenta años le diré lo mismo? Diría si y un millón de veces más,
usted es una historia para contar, una novela de romance que escribir, una copa de vino que tomar, una
película que ver. Si y un millón más, para que después de tanto tiempo me crea que trasciende tiempo y
espacio el mismo sentimiento de cariño de mí hacia usted.

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