Está en la página 1de 11

Estudio de la Roca Soporte de las Pinturas Rupestres

de la Cueva de Altamira

1 1 ?
F. J . VALLE - J. S. MOYA - A. CENDRERO

RESUMEN: Se describen las características geológicas principales del nivel de calcarenitas


donde se encuentra la Cueva de Altamira, así como ciertos caracteres de la superficie de
la roca soporte de las pinturas. Se presentan los resultados de los análisis químico, di-
fractométrico y petrográfico de dicha roca, que ponen de manifiesto la presencia de con-
centraciones de montmorillonita irregularmente distribuidas en la misma. Se señala que
las variaciones de volumen de dicho mineral como resultado de los cambios de humedad
relativa de la Cueva (.producidos por la presencia de visitantes) han podido ser la causa
de la desescamación de la misma, con el consiguiente desprendimiento de la pintura.

ABSTRACT: The main geological features of the site in which the Cave of Altamira is loca-
ted are described, as well as certain features of the rock surface on which the Palaeolithic
paintings were applied. The results of the ¿hemic. J, X-ray and pétrographie analyses of
the rock are given. These analysis show the presence of small, irregularly distributed con-
centrations of montmorillonite in the rock. It is proposed that the volume changes expe-
rienced by the montmorillonite as a result of the variations of relative humidity in the
cave, produced by the presence of visitors, have caused certain parts of the rock (and the
paint over it) to flake off.

I. INTRODUCCIÓN 1.1. Rasgos Geológicos

El objetivo fundamental de este trabajo consiste La Cueva de Altamira se halla enclavada en un


en el estudio de la roca caliza que constituye el so- nivel de calizas del Cenomanense medio-superior,
porte de las pinturas magdalanienses (Paleolítico situado en la zona occidental del sinclinal de Santi-
Superior) de la Sala de Polícromos de la Cueva de llana del Mar (figura 1). Las capas presentan en es-
Altamira, en orden a aportar nuevos datos que con- te punto una dirección N. 10° E. y un buzamien-
tribuyan a definir las causas del deterioro que sufren to de 10o-12° E. La sucesión estratigráfica del Ceno-
en la actualidad dichas pinturas y, en su caso, a se- manense existente en esta zona, que iba sido des-
ñalar posibles soluciones tendentes a reducir o a crita, entre otros, por MENGAUD (1920), M.O.P.
eliminar el mismo. (1971) e I.G.M.E. (1976), es la siguiente:
El estudio, de carácter parcial y preliminar, se
ha enfocado hacia el análisis textural, químico y Muro: cal'zas y calcarenitas albenses.
mineralógico de la roca que constituye el techo de 1. 150 m. de arcillas pizarrosas, limolitas y
la Sala de Policromos. areniscas delgadas.

1 2
Instituto de Cerámica y Vidrio, C.S.I.C. Departamento de Geología, Facultad de Ciencias,
Universidad de Santander.
Z1.PHYRVS, XXVIII-XXIX, 1978
6 F. J. Valle, J. S. Moya y A. Cendrero

2. 25 m. de calizas tableadas. cavidades de unos milímetros (ocasionalmente cen-


3. 35 m. de areniscas finas y limolitas con in- tímetros) de diámetro cubiertas por un pequeño de-
tercalaciones arcillosas (Este nivel, debido pósito de arcillas y óxidos de hierro. Los tramos
a la presencia de materiales arcillosos, cons- calizos están separados,_por. niveles arcillosos o limo-
tituye un lecho bastante impermeable). líticos de 3 a 10 cm. de espesor, de color pardo
4. 60 m. de calizas tableadas. amarillento y en algunos casos por niveles margoso-

0 100 200 m

FIG. 1. Esquema geológico de la zona de Altamira. 1) margas y calizas margosas turonenses; 2) calcarenitas tableadas;
3) areniscas finas y limolitas con intercalaciones arcillosas; 4) calizas tableadas; 5) arcillas pizarrosas, limolitas y areniscas.

Techo: margas y calizas margosas grises, turo- arenosos groseramente nodulosos. Este tramo está
nenses. muy carstificado y su nivel de base local se sitúa
El tramo de caliza en el cual se hallan enclava- en el nivel (3) de areniscas, limolitas y árenlas.
das las cuevas, presenta un espesor de unos 60 m. La cavidad que constituye ¿a Sala de Polícromos
y está formado por capas de calcarenitas compactas, de la Cueva de Altamira es una cavidad de desplo-
de color pardo claro o beige, de 20 a 100 cm de me, formada por el hundimiento de grandes lajas de
espesor (generalmente 30-50 cm). Algunas capaí> los estratos calizas descritos más arriba, de tal mo-
son ligeramente cavernosas y presentan pequeñas do que el techo sobre el que se encuentran las pin-
Estudio de la Roca Soporte de las Pinturas Rupestre de la Cueva de Altamira 7

turas corresponde a la cara inferior de uno de di- De especial interés en relación con los datos
chos estratos. Dicha superficie de estratificación pre- que se presentan más adelante en este trabajo es la
senta estructuras de deformación por carga, que constatación de que en ciertas zonas la pintura ha
constituyen las protuberancias de las cuales se sir- desaparecido de la superficie por un proceso de des-
vió el hombre paleolítico para conseguir esa mag- escamación, bien por la la caída de escamillas del
nífica impresión de relieve y de vida que muestran pigmento aplicado sobre la roca, bien por despren-
las pinturas adaptando sus contornos a aquéllas. dimiento de escamas aligo mayores de la roca misma.
El nivel que se sitúa inmediatamente bajo este es- Estas escamas pueden alcanzar dimensiones de va-
trato, observable en la pared N. de la Sala, es una rios centímetros y en algunos casos se observa en
capa de 3-20 om de espesor, deformada por las es- la «cicatriz» dejada por ellas la presencia de pe-
tructuras reseñadas y de naturaleza margoso-limo- queñas manchas parduzcas, de unas fracciones de
lítica. milímetro, formadas por concentraciones de mate-
rial arcilloso (figura 2).

1.2. Carácter de la superficie pintada

Un examen de la superficie de estratificación so-


bre la que se hallan las pinturas pone de manifiesto
que ésta presenta numerosas irregularidades de pe-
queño tamaño, especialmente pequeñas cavidades
de unos milímetros o, más comúnmente, de unas
fracciones de milímetro, en ocasiones limpias pero
a veces con un pequeño depósito de arcillas en el
fondo de las mismas. Aunque la superficie de la roca
está en general limpia, hay zonas en las que se en-
cuentra cubierta de una ligera película de arcillas,
probablemente, como las anteriormente menciona-
das, procedentes de la disolución de las calizas, de FIG. 2. Fotografía de una de las zonas del techo donde
las que quedan como residuo insoluble. Otro tipo se observa la desescamación de la roca. Nótese la presencia
de pequeñas concentraciones (aproximadamente 1 mm. de
de irregularidad de pequeña escala que se observa diámetro) de arcillas.
en la superficie de la roca es la producida por la
presencia de pequeños cristales de calcita deposita-
dos en distintas épocas desde la formación de la
cueva. Aunque la mayoría de esos depósitos de cal- IL DATOS EXPERIMENTALES
cita son anteriores a las pinturas, en algunos casos
son posteriores a éstas, asentándose sobre ellas, e Con el fin de dilucidar los factores texturales o
incluso se han observado deoósitos relativamente composicionales de la roca que pudieran influir en
importantes sobre superficies artificiales construidas el deterioro de las pinturas se tomó una muestra de
en 1960. la cara inferior del estrato sobre el que se asientan
La pintura aplicada sobre esta superficie rugosa éstas, el cual se siguió lateralmente hasta una sala
e irregular, presenta muy diversos grados de conser- contigua, de modo que el muestreo pudiera efec-
vación según las zonas, dependiendo —entre otras tuarse en un punto que no presentase ningún ries-
cosas— de que éstas tengan mayor o menor núme- go para la conservación de la cueva. Hemos de ad-
ro de pequeñas protuberancias o cavidades, del ma- vertir, en relación con los resultados que presenta-
yor o menor desarrollo de los depósitos de calcita mos, que una muestra no permite caracterizar de
y del mayor o menor grado de humedad existente forma suficientemente representativa la composición
en la superficie de la roca. En ciertas zonas que pre- del estrato, especialmente si se tiene en cuenta
sentan un grado de humedad elevado que da lugar que las variaciones laterales dentro del mismo pue-
a que se produzca un cierto flujo y goteo de agua, den dar lugar a que la composición de la roca en
la pintura ha desaparecido por efecto de lavado. la zona cubierta por las pinturas sea diferente de la
8 F. J. Valle, J. S. Moya y A. Cendrero

que aquí se describe. No obstante, pensamos que Calcita como componente mayoritario y cuarzo como
los datos obtenidos son suficientemente ilustrativos componente minoritario. Se ha observado la pre-
y que proporcionan ya indicaciones importantes so- sencia del pico correspondiente al espaciado d =
bre una de las posibles causas del deterioro de las 3,24 Á que puede corresponder con el de máxima
pinturas de Altamira. intensidad de la microclina (figura 3).
Sobre la muestra recogida se han hedho las si- El cuarzo libre que se encuentra en la roca se
guientes determinaciones: determinó cuantitativamente, previa obtención de

C = calcita
r z feldespato
Q - OÍ- c u a r z o

42 38 34 30 26 22
< 2 0
FIG. 3. Espectro de difracción de la roca.

II. 1 Análisis por difracción de Rayos X


una recta de calibrado a partir de mezclas de COsCa
Por medio de un equipo Philips de difracción, puro y cuarzo a en distintos porcentajes, tomando
con radicación Ka del cobre, se ha obtenido el es- como base la línea (101) del cuarzo. El resultado
pectro de difracción de la roca y se han podido obtenido fue el siguiente: contenido en cuarzo
identificar los siguientes componentes mineralógicos: a = 2,1 % ± 0,2 %.
Estudio de la Roca Soporte de las Pinturas Rupestre de la Cueva de Altamira 9

II.2 Análisis químico Los óxidos alcalinos se han determinado por fo-
tometría de llama; el óxido de hierro por espectro-
Los resultados del análisis químico de la roca metría de absorción atómica y fotocolorimetría con
soporte se expresan a continuación en forma de ácido sulfosalicílico; el óxido de magnesio por es-
óxidos. pectometría de absorción atómica y por complexo-
metría. Finalmente, la sílice se ha determinado por
Contenido en humedad a 110°C 0,22 % gravimetría, previa una doble insolubilización clor-
Pérdida por calcinación 110o-1100°C... 41,26% hídrica y posteriormente purificación fluorhídrica.
Sílice (Si0 2 ) 3,59%
Oxido de hierro (Fe20s) 1,51 %
Oxido de aluminio (AI2O3) 0,62% II.3 Obtención del residuo
Oxido de calcio (CaO) 51,81 %
Oxido de magnesio (MgO) 0,77 % Con objeto de poder identificar y analizar con
Oxido de sodio (Na 2 0) 0,09% más detalle ios minerales minoritarios que constitu-
Oxido de potasio (K2O) 0,13 % yen la roca se procedió a obtener un concentrado de

1500-
• Acético 5/0
o
o 3%
u
a.
1000
"O

w
c
cu
500

100 200 300 ¿00 500

crrr de disolución
FIG. 4. Respuesta de la muestra ante distintos tipos de tratamiento con ácido acético

La muestra fue preparada para el análisis, cal- los mismos por eliminación del mineral mayoritario
cinándola previamente, para así convertir el cuarzo calcita.
libre y el pequeño porcentaje de fracción arcillosa Se han seguido dos procedimientos para eliminar
en silicato cálcico, más fácilmente atacable por los la calcita. El primero, con ácido clorhídrico diluido
ácidos. El ataque se llevó a cabo con ácido clorhí- 0,2N, no da buenos resultados debido a que, aunque
drico diluido 1:1. en efecto el ácido clorhídrico elimina totalmente la
10 F. ]. Valle, J. S. Moya y A. Cendrero

calcita se ha comprobado mediante R-X que distor- de la roca original, teniendo en cuenta que el óxido
siona las redes de los restantes componentes, lle- de titanio (no apreciado en la roca madre) fue de-
gando incluso a destruir prácticamente la fracción terminado por fotocolorimetría con agua oxigenada.
arcillosa.
El segundo procedimiento consiste en someter
la muestra a una serie de tratamientos con ácido acé-
II.5 Análisis por difracción de R-X del residuo
tico diluido. Se han empleado concentraciones de
este ácido del 3,4 y 5 % y diferentes porciones del
En la figura 5 se exponen los difractogramas co-
mismo. Los resultados obtenidos se representan rrespondientes al residuo sin tratar, al de su agrega-
gráficamente en la figura 4. De la observación de la do orientado con agua y al del agregado con glice-
mencionada gráfica se deduce que el volumen ideal rina.
para la eliminación del CO.sCa es el de 300 ce. pa-
ra una muestra de 5 g. y una concentración de ácido En el difractograma del residuo sin tratar se
del 5 %. La temperatura a la que se llevó a cabo observa un pico a 7, 13 Â, que en principio puede
el ataque fue de 85 ± 2°C. corresponder con una caolinita o con una clorita,
un pico a 4,98 A que puede pertenecer a una mica y
Es de hacer notar, por ser de importancia en to-
dos picos anchos mal definidos que por su forma
do el trabajo, que en la solución obtenida dei ataque
deben corresponder con un mineral desordenado de
acético se observó la presencia de hierro por espec-
baja cristalinidad. Estos picos se pueden asignar a los
trofotometría. Tiene explicación esta presencia, ya
espaciados 4,48 A y 2,56 A que se corresponden
que la mayor parte del hierro se encuentra en la
estrechamente con las bandas (h k O) de una mont-
muestra en forma de geles amorfos de hidróxido
morillonita.
férrico, fácilmente atacables y solubles incluso para
el ácido acético a 5 % de concentración. En el agregado orientado con agua se observa
Los residuos así obtenidos se analizaron por di- un claro crecimiento de los picos básales, y aparece
fracción de rayos X, y el correspondiente al ataque el pico basal de la illita correspondiente a 10,2 A,
con solución de acético al 5 % se eligió para rea- así como una banda cuyo máximo se sitúa en los
lizar el estudio de determinación de los compo- 15,9 A. El plano correspondiente a esta banda en el
nentes minoritarios, por ser el de más corto tiempo agregado con glicerina se ha expandido, el pico se
de tratamiento. agudiza y se sitúa en los 17,7 A ; típico de un mine-
ral de la serie de la montmorillonita, tratado en
estas condiciones. Por tanto, se pone de manifiesto
la presencia de illita y montrnorillonita en la mues-
II.4 Análisis químico del residuo
tra.
Se indican a continuación los resultados obteni- Hemos de destacar que el hierro que contiene
dos del análisis químico del mencionado residuo ex- la muestra ha de encontrarse en formas poco crista-
presados en óxidos: lizadas (lo que ya suponíamos al realizar el ataque
con AcH al 5 %). En alguno de los residuos se ha
Pérdida por calcinación a 1100°C 8,55% podido apreciar bandas muy mal definidas que se
Sílice (Si0 2 ) 58,69 % pueden asignar al mineral hematites (a -Fe2Os).
Oxido de hierro (Fe 2 0 3 ) 9,80 % Tampoco se descarta que parte de este hierro se
Oxido de titanio (Ti0 2 ) 0,58% encuentre en forma de hidróxido tipo goetita. Esto
Oxido de aluminio (AI2O3) 15,49 % confirmaría el relativamente bajo porcentaje de hie-
Oxido de calcio (CaO) 1,51 % rro eff el -residuo y la aparición del mismo en los es-
Oxido de magnesio (MgO) 1,43 % tratos acéticos de los tratamientos de la roca madre
Oxido de sodio (NazO) 0,06% original.
Oxido de potasio (K 2 0) 3,12 % La duda que puede existir en torno a la asig-
La muestra en este caso fue disgregada con nación del pico de 7,13 A ; se ha resuelto mediante la
COsNa2 y los métodos para determinar los corres- observación directa del residuo por medio de un
pondientes óxidos fueron los mismos que en el caso microscopio electrónico de barrido. En la micrografía
Estudio de la Roca Soporte de las Pinturas Rupestre de la Cueva de Altamira 11

que se muestra en la figura 6 se puede observar un Cuarzo a 32,5%


cristal hexagonal con hábito cristalino propio de la Feldespato 5-10 %
caolinita. FeáOs 10%
Fracción arcilla 45%

II.6 Consideraciones sobre los datos analíticos


Estos datos están obtenidos a partir del análisis
En definitiva, este residuo está constituido de químico, análisis racional, difracción de R-X y por-
ia siguiente forma: centaje del residuo, que es de 6,46 %.

Q
Q = «-cuarzo ^=caolin¡(o
Q
fv^- montmorillomta p- feldespato

I = ¡lita C= calcita

~J
F M
K
^mK^ WwWu/ ^\UMA^( IUOUMWJJAAHIKWW^^

AGREGADO CON AGUA

^ ^ I W U A M*AAA W Vv«W^v«)tu^ri^j^My^ VU.VWM.IKAM*' ^e

AGREGADO CON GLICERINA

mM^\}P
J
%J))Wk '**A)J^)^^M-*^
M
J
30 26 22 18 U 10 6 2
— 29
FIG. 5. Difractogramas del residuo sin tratar, de su agregado orientado con agua y del agregado orientado con glicerina.
12 F. } . Valle, J. S. Moya y A. Cendrero

Estos valores llevados a la roca original nos dan Los intraclastos son en muchos casos de micrita
los siguientes porcentajes: con un porcentaje elevado de elementos terrígenos,
especialmente cuarzo subanguloso-subredondeado,
COgCa 93% con bordes corroídos, y también arcillas (figura 7).
Cuarzo a 2% Se ven igualmente laminillas de moscovita alteradas
Fe 2 03 1,5% (probablemente illita), pero no hemos encontrado
Feldespato 0,5% granos de feldespato potásico, lo cuail no es de ex-
Arcilla 3% trañar dado el pequeño porcentaje obtenido en el
análisis por Rayos X. Con frecuencia los elementos
La fracción arcilla estará constituida por los terrígenos presentan una laminación o microestra-
siguientes minerales: tificación muy bien definida, con alineación de los
Montmorillonita (como mayoritario) granos de cuarzo. En algunos de los intraclastos
lili tas observados el contenido de elementos terrígenos
Caolinita alcanza el 20 %.

II.7 Análisis petrográfico

El estudio de la caliza por medio de sección del-


gada pone de manifiesto que se trata de una intra-
biosparita (Folk, 1959) o una «packstone» {Dun-
ham, 1962) en la cual aparecen como componentes
aloquímicos restos de fósiles subredondeados (bra-
quiópodos, pelecípodos, espículas de equínidos, fo-
raminíferos, etc.) e intraclastos micríticos o de
biomicrita, también subredondeados. Aunque pre-
domina el cemento esparítíco, existe una cantidad
apreciable de matriz micrítica (15-35 %), la cual pa-
rece haberse depositado en los intersticios entre las
partículas aloquímicas después de la sedimentación
FIG. 7. Microfotografía de una sección delgada de la roca,
de éstas en un medio agitado. El depósito de este en la que se observa, en el centro, un intraclasto micrítico
fango micrítico representaría el paso a una etapa de con material arcilloso y granos de cuarzo detrítico. Otros
intraclastos menores y restos de fósiles rodean al anterior.
menor energía en el medio. El conjunto está unido por cemento esparítíco limpio.

También se observan óxidos e hidróxidos de


hierro, que se presentan, al parecer, en forma
amorfa o criptocristalina, aunque ocasionalmente se
ven algunos granos con contornos geométricos bien
m definidos. Los óxidos e hidróxidos de hierro se pre-
sentan sobre todo en los bordes de intraclastos mi-
críticos recristalizados o en los ¡límites intergranula-
res dentro de los mismos, lo que sugiere una expul-
sión y concentración producida durante el proceso
de recristalización.
En resumen, parece que la deposición inicial de
limos calizos junto con arcillas y limos terrígenos
dio lugar a un material que, sin llegar a consolidarse,
Microfotografía de cristal de caolinita por medio
fue posteriormente removido y arrastrado a otro lu-
de microscopio electrónico. gar de la cuenca en donde se depositó junto con
Estudio de la Roca Soporte de las Pinturas Rupestre de la Cueva de Altamira 13

restos fósiles, en un medio de más alta energía. Con ticamente inactivo (en la zona de la Sala de Poli-
posterioridad, en condiciones de más tranquilidad, cromos) en el cual la variación de los distintos pa-
se depositó en los intersticios el fango micrítico, rámetros que controlan el equilibrio en el sistema
esta vez limpio y sin elementos terrígenos. C02-CaO-H20 (temperatura, grado de humedad,
Los materiales terrígenos (entre ellos la arcilla presión parcial de CO2) fue seguramente muy li-
montmorillonítica) se encuentran por tanto concen- gera.
trados en algunos de los intraclastos, donde pueden El deterioro experimentado por las pinturas
alcanzar proporciones relativamente elevadas. con posterioridad a su descubrimiento, puesto de
Como se ve, los datos petrográficos coinciden manifiesto sin lugar a dudas por los testimonios
con los obtenidos por medio de análisis ¡químico y fotográficos existentes y que ha dado lugar a una
difractométrico y ponen de manifiesto que la roca justificada alarma, es debido a la aparición de nue-
estudiada se depositó en un medio marino de poca vos agentes, ajenos al sistema original en equili-
profundidad y de energía relativamente alta (lo cual brio, los cuales han incidido sobre algunos de los
está también de acuerdo con los rasgos geológicos parámetros mencionados, dando lugar a oscilaciones
descritos), en el cual existía un cierto aporte de ma- en los mismos que de alguna forma han afectado a
terial detrítico de grano fino representado por el la estabilidad física de las pinturas o del soporte de
cuarzo y (en menor grado) mica observados así co- las mismas.
mo, probablemente, por parte de las arcillas, princi- Los resultados obtenidos en el presente estudio
palmente la montmorillonita. La montmorillonita no ponen de manifiesto la existencia de una cierta can-
se forma en general por la alteración de micas o-fel- tidad de montmorillonita en la caliza sobre la que
despato en medio- marino (DEER, HOWIE y Zuss- se encuentran las pinturas. Aunque la cantidad total
MAN, 1962) si bien un medio alcalino, rico en Ca, no es grande (menos de 3 %) la irregular distribu-
como el que nos ocupa sería en principio adecuado cictfi de esta montmorillonita en la roca hace que
para la aparición de dicho tipo de arcilla. El origen existan zonas de la misma que contienen proporcio-
más frecuente de las montmorillonitas es por al- nes superiores al 10 % y posiblemente bastante más
teración de rocas ígneas básicas. Dichas rocas apa- en algunos puntos.
recen en el Trías y el Paleozoico de zonas próximas, La montmorillonita es un silicato de estructura
pero con los datos actuales no podemos afirmar si laminar, del grupo de las llamadas «arcillas hincha-
constituían o no parte del área fuente de los mate- bles». La separación entre las capas laminares, es
riales depositados en la cuenca cenomanense, aunque decir, la posición de las reflexiones (001), está in-
es muy probable que así fuera. fluenciada por los siguientes factores :
La caolinita y la illita seguramente proceden de
la alteración de feldespatos y moscovita. Las lamini- 1. Iones de cambio presentes
llas de mica alterada descritas están casi con certeza 2. Naturaleza del líquido absorbido por el
constituidas por illita. Parte de este mineral pudiera mineral
proceder también de la transformación de la mont- 3. Cantidad de líquido presente
morillonita en el medio marino por absorción de K. 4. Naturaleza de la propia montmorillonita
5. Reacciones químicas a las cuales pueda ha-
ber estado sometido el mineral.
III. DISCUSIÓN DE LOS RESULTADOS
En el sistema de la cueva el agua es sin duda el
Antes de su descubrimiento, el recinto donde factor que puede desempeñar un papel primordial en
se encuentran ubicadas las pinturas constituía, con la expansión y contracción de las láminas de mont-
toda probabilidad, un sistema en equilibrio desde el morillonita. Las ¡moléculas de agua son absorbidas
punto de vista termodinâmico. El buen estado de en forma de capas monomoleoulares entre las lámi-
conservación de las pinturas en el momento de ser nas de la montmorillonita (BRADLEY et al., 1937;
descubiertas, pone de manifiesto que durante apro- DEER, H O W I E y ZUSSMAN, 1962) pudiendo llegar
ximadamente 20.000 años las variaciones que tuvie- a absorber hasta cuatro capas de agua interlaminar.
ron lugar en este sistema debieron ser mínimas. Es La absorción y pérdida de agua interlaminar
decir, nos encontramos con un aparato kárstico prác- puede originar variaciones del espaciado basal
14 F. J. Valle, ]. S. Moya y A. Cendrero

(001) de 0 a 16 Â dando lugar a expansiones y con- Es indudable que, independientemente de la


centraciones considerables. Las montmorillonitas cál- influencia que puedan tener otros factores, el efecto
cicas (como deben ser las que nos ocupan) son preci- descrito no se produciría si se tomaran medidas para
samente más altamente hidrata-bles que las sódicas. mantener constante la humedad relativa en el inte-
Las variaciones de la humedad relativa, según rior de la cueva, lo que eliminaría, al menos, una de
han puesto de manifiesto MOONEY et al, (1952) las causas del deterioro de las pinturas.
pueden dar lugar a cambios de volumen como los Según se ha mencionado en la introducción, este
descritos. estudio es parcial y sus conclusiones provisionales.
Las medidas de humedad relativa realizadas en Para conocer a fondo los distintos parámetros que
el interior de la cueva ( G A R C Í A LORENZO, 1970), influyen en la conservación de la cueva y las relacio-
han puesto de manifiesto que en el régimen natural nes que existen entre los mismos, sería necesario
de la misma, es decir, sin la presencia de visitantes, realizar un amplio programa de investigación inter-
la atmósfera de la cueva se encuentra saturada de disciplinar, ya iniciado en cierto modo con la crea-
vapor de agua; esto es, con una humedad relativa ción de una Comisión Técnica, que durante 1976
del 100 %. Medidas efectuadas en el año 1969, den- comenzó a llevar a cabo los trabajos encaminados a
tro de un régimen restringido de visitas, pusieron de dictaminar el estado actual de las pinturas y pro-
manifiesto una variación diaria en la humedad rela- poner las medidas oportunas para la salvaguardia
tiva del 6 %. No parece arriesgado suponer que, de las mismas. Dicha comisión, a la que pertenece-
durante el período en el que no hubo limitación al- mos, ha dejado de reunirse durante el presente año
guna en el número de visitantes, estas oscilaciones y tiene paralizados sus estudios por falta de apoyo
pudieron llegar a ser dos o tres veces superiores. económico por parte de los orfganismos competentes.
Estas variaciones en el grado de humedad rela- Si verdaderamente se desea afrontar con seriedad el
tiva del interior de la cueva, someten a la superficie problema de la conservación de Altamira, es impres-
de la roca a ciclos de evaporación-condensación que cindible que se pongan en marcha programas de
afectan sobre todo a una delgada «epidermis» sobre investigación que cuenten con la necesaria garantía
la que se asientan las pinturas y de forma más acu- de continuidad y que abarquen todo el complejo con-
sada a la fracción arcillosa que a la caliza. La eva- junto de factores que pueden incidir en la estabilidad
poración-condensación producirá en la montmori- y pervivencia de este excepcional tesoro cultural.
llonita variaciones de volumen cuya magnitud no Por último, creemos conveniente señalar que,
es posible estimar por el momento, pero que pueden aunlque sin duda es el más conocido y espectacular,
llegar a ser considerables. Estas variaciones de vo- el caso de Altamira no es, ni mucho menos, único
lumen someterán a la caliza circundante, especial- y que otras cuevas con pinturas prehistóricas presen-
mente alrededor de las zonas de mayor concentra- tan problemas de conservación similares. Los frutos
ción de montmorillonita, a tensiones ique, dada la que se obtuvieran de un estudio profundo del caso
poca plasticidad de la caliza, pueden originar peque- de Altamira serían probablemente de gran utilidad
ñas fracturas y descascari'llamiento de la misma. para la conservación del arte prehistórico en gene-
Esta es, muy probablemente, la causa del «deses- ral.
camado» descrito al comienzo de este trabajo.

BIBLIOGRAFIA

BRADLEY, G. W.; GRIM, R. E. y CLARK, G. L.: 1937. DUNHAM, R. J.: 1962. Classification of carbonate rocks
Behaviour of montmorïïlonite on wetting. Z. Kristallog. according to depositional texture; en Classification of
97, 216-222. carbonate rocks (Ham, E. éd.); Tulsa, Okla. Amer.
BROWN, G. (éd.): 1961. The X-ray identification and crystal Assoc. Petrol. Geo!, pp. 108-121.
structures of clay minerals. Londres. 191 pp. FOLK, R. L.: 1959. Practical pétrographie classification of
DEER, W. A.; HOWIE, R. A. y ZUSSMAN, J.: 1962. Rock- limestones. Bull. Amer. Assoc. Petrol. Geol., V. 43,
forming minerals. Vol. III. Longman, Londres, 270 pp. pp. 1-38.
Estudio de la Roca Soporte de las Pinturas Rupestre de la Cueva de Altamira 15

GARCÍA LORENZO, R. y ENDÉRIZ GARCÍA, J.: (1972). La MENGAUD, L.: 1920. Recherches géologiques dans la région
conservación de las cuevas prehistóricas y las pinturas Cantabrique. Imp. Vve.-Bonnet, Toulouse. 374 pp.
ubicadas en ellas». En «Symposium Internacional de MOONEY, R. W.; KEENAM, A. G. y WOOD, L. A.: 1952.
Arte Rupestre; Santander 1970. Union Int. des Sci. Absortion of water vapour by montmorïllonite. J. Amer.,
Préhistoriques et Protohistoriques y Patronato de las Chem. Soc, 74, 1367-1374.
Cuevas prehistóricas de Santander, pp. 525-555. M. O. P.: 1971. Estudio previo de terrenos. Autopista del
I. G. M. E.: 1976. Mapa geológico de España 1:50.000, Cantábrico. Tramo: IJnquera-Santander. Ministerio de
Hoja 34, Torrelavega, segunda serie, 1.a edición. Obras Públicas, Dirección General de Carreteras. 85 pp.

También podría gustarte