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guiada en compañía de ustedes. Lo único que vamos a utilizar, serán estas hojas y
bolígrafos que vemos aquí, y que además les entregaré como obsequio. Me gustaría
empezar por contarles cuál es el objetivo que tengo con ésta meditación: Lo que yo me
propongo, es generar una experiencia en donde estos dos objetos se vuelvan importantes
para el resto de sus vidas. Quiero que los conserven, es lo que al final espero, que les
aquellos que ya sean padres, les pido que por favor escriban tres deseos que tengan para
sus hijos, y, para los que no lo son, por igual, les pido que escriban tres deseos para sus
hijos suponiendo que los tuvieran. Mientras escriben, y con el permiso de ustedes,
quisiera decir en voz alta algunos pensamientos respecto al tema sobre la paternidad y la
Tres condiciones más para tener en cuenta sobre lo que van a escribir:
La primera, consiste en que pueden escribir tanto como gusten, desde tres palabras o
incluso párrafos , hay suficiente hojas como pueden ver aquí sobre la mesa. Quede
Para dar por finalizadas las condiciones, les hago anticipo de lo siguiente: Me verán
caminar lentamente en torno a ustedes, con las manos apoyadas y cruzadas sobre la parte
baja de mi espalda, y la miranda perdida en el techo, que a veces, se comporta como una
hoja en blanco, y que en otras, sólo juega a ser una barrera en blanco como las demás
paredes. De este modo, sólo espero que mi presencia no se imponga como impedimento,
Pensemos, en las meditaciones que tuvieron aquellos hombres y mujeres que nos
anteceden ¿acaso tenemos que ir muy lejos para pensar en nuestros padres, en los deseos
de nuestros padres sobre nuestro futuro, mucho antes de que nosotros hubiéramos
nacido?
Pensemos, entonces, en nuestros padres y los deseos que quizás tuvieron para
nosotros, o que creemos que quizás tuvieron. Por ejemplo, están esas ilusiones y verdades
que ellos creyeron necesarias ¿qué creyeron necesario tener... saber... sentir... para poder
sobrevivir en este futuro que ellos visionaron? Ahora, quiero que meditemos sobre la
respuesta ¿qué tan realistas fueron esos anhelos de nuestros padres, adivinaron acaso lo
que realmente necesitábamos para nuestro futuro? ¿nos sentimos idénticos a sus deseos, a
la historia, de nuestra historia. Pero, y a pesar de todo ello, sabemos muy bien que
nuestros padres no fueron precisamente considerados unos sabios ¿qué podría decir hoy
nuestra tierra, respecto a las decisiones que hemos tomado? No niego que hubo padres
dando conciencia a algunos de nuestros hijos, pero ¿qué somos, ahora, y aquí?
Pensémoslo.
Por cierto, al escribir, procuren pensar en lo que sus hijos van a necesitar
aprender para un futuro. Quizás, podamos tener por verdad que requieran el aprendizaje
de un arte; o el de un deporte; o tal vez un idioma; quizás, tan sólo contar con muchísimo
dinero, pero, y a lo mejor, simplemente deba aprender que cuando su madre le llame, él
deberá ir corriendo a la cocina, a prender un cigarrillo para ella, en la hornilla del fogón
de gas. Esa misma madre le pide a su hijo que duerma en las tardes, para que cuando ella
llegue del trabajo cansada, en la noche, ambos se puedan sentar a estudiar juntos,
¿Han pensado ya en el país que en unos años vivirán sus hijos? ¿qué deberían
saber sobre éste? Y, no siendo menos importante, piensen en qué debería saber este hijo,
Pensemos, en ese padre que limpia imperfecto el ombligo de su hija que se aparta de él,
porque su niña no soporta el olor a gasolina con la cual él se baña a diario, para quitarse
la negra grasa de la cual hace emerger el pulcro alimento para ella. Tal vez ella habría de
Por último, ya que es lo último que se me ocurre, sólo piensen en aquella madre
que levanta su voz, para silenciar el piano que toca la hermana de su hijo, diría algo así
como: "Hagan silencio que Sigmund está estudiando". Años más tarde se sabrá, que éste
Terminen de escribir los deseos para el futuro de sus hijos, y háganles un favor, lancen los