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Redacción

El redactor es la persona que desarrolla un contenido escrito producto de


un raciocinio; un escritor, un profesional de este tema, que toma en cuenta todos
los requisitos de la escritura y de la composición correcta. En contextos, es una
categoría profesional dentro de los medios de comunicación y de difusión.
Etimológicamente, redactar (del latín redactum, supino de redigĕre),12
significa compilar las ideas en un texto. En un sentido más preciso consiste
en expresar por escrito los pensamientos o conocimientos ordenados con
anterioridad.
Además, redacción es la acción de escribir correctamente argumentando una serie
de ideas o pensamientos que además de tener relación entre sí, tienen una
respectiva sucesión para llegar a una conclusión final o desenlace.
Importancia
Cuando nacemos, lo hacemos formando parte de lo que es definido como
un Grupo Social Primario como lo es nuestra Familia, la encargada no solo de
brindarnos el Abrigo, la Alimentación y los Cuidados necesarios, sino también
proporcionándonos los distintos estímulos que permiten el desarrollo de
nuestras Facultades Cognitivas que nos permiten relacionarnos correctamente
con el mundo que nos rodea además de con otros individuos.
Este desarrollo del intelecto es la que permite formar nuestra Capacidad
Comunicativa, comprendiendo en forma general que todo proceso
de Comunicación parte de un extremo que es el Emisor, que es quien la inicia
enviando un Mensaje cuyo contenido es la esencia de lo que se busca transmitir,
a través de la correcta Vía de Comunicación que es el medio por el cual éste se
propagará.

Organización

Una vez que tienes el tema y los datos de aquello sobre lo que vas a escribir y la
estructura en la que vas a organizarlo, solo te mencionaré algunos
consejos importantes que tendrás que cumplir a lo largo del texto (tranquilo porque,
los iremos explicando con más detalle en las próximas publicaciones sobre
redacción):
–Para los trabajos académicos o textos enfocados al mundo laboral, utiliza
oraciones sencillas y cortas (si no se te exige lo contrario). De esta manera, el
lector no se perderá y seguirá interesado en lo que está leyendo.
–En relación con lo anterior, ¡cuidado con las comas! Las comas son necesarias,
sí, pero hay que saber utilizarlas y no ponerlas porque, se nos haga más bonito el
texto. Ya te explicaré sobre ellas más adelante, pero, por el momento, ni te excedas
ni carezcas de ellas.
–Organiza la propia estructura que has escogido en párrafos. No machaques al
lector con grandes concentraciones de texto que puedan agotarle, ni tampoco des
a tu discurso un aspecto de esquema.
-¡La ortografía! No presentes faltas de ortografía o todo el trabajo que has puesto
en organizar y estructurar tu texto se irá por la borda. No hay nada peor que leer un
texto plagado de faltas de ortografía y carente de tildes. Si un lector detecta estos
errores, desconfiará y dejará de leer lo que has escrito, por muy interesante que
sea.
–Utiliza marcadores discursivos para que la estructura de tu texto tenga cohesión.
La idea es que tu discurso no quede como las instrucciones de un tamagotchi o el
prospecto de un medicamento. El texto debe fluir y marcadores como “en primer
lugar, asimismo, luego, además, al final, etc”, enriquecen y consiguen que el texto
sea agradable a ojos del lector.

Partes de la redacción
De forma resumida y objetiva, la redacción consta de tres partes.
Introducción.
Desarrollo.
Conclusión.
Pero, ¿cómo es cada una de ellas? ¿Qué es necesario que tengan cada una de
las partes? Veamos, separadamente.
Introducción
¿Qué es la introducción sino el acto de introducir? Entonces, veamos: introducir es
hacer entrar, establecerse. No es de extrañar que el principio del texto tenga ese
nombre, ya que es responsable de hacer que el lector quiera adentrarse, fijar los
ojos y leer la parte que resta del texto. La introducción debe presentar la idea
principal (oración principal) que se discutirá no sólo en el primer párrafo, sino en
todo el texto. Por ser el primer contacto que el lector tiene con el escrito, la forma
en que la introducción es dispuesta es muy importante. Se debe explorar el
objetivo del texto en oraciones que atraigan a la audiencia. Significativo es no
prolongar demasiado esta etapa, tres líneas pueden ser suficientes. Recuerda que
el texto comienza con la introducción, en la primera fila. Por tanto, escoge un título
cuando la producción sea concluida, pues no hay cómo saber con exactitud todo
el desarrollo y final.
Desarrollo
Es llamado «cuerpo de texto», donde la temática es abordada y como su nombre
indica, desarrollado. Después de introducir el tema, es hora de hablar de ello,
mediante la exposición de los argumentos. Es necesario que las ideas sean claras
y ejemplificadas, si fuera necesario. En esta etapa, evitar la repetición de palabras
o frases que tienen el mismo significado. También evitar periodos muy largos,
pues tienden a hacer de la lectura un conjunto aburrido y monótono. Además,
puede hacer que el escritor se pierda en medio de los propios argumentos. Es
aconsejable no demostrar más de lo que se sabe sobre un determinado asunto,
pues podrían cometer errores de las repeticiones de ideas, expuesto arriba. Y no
es necesario «marear la perdiz» una vez que la calidad resulta esencial, más que
la cantidad de argumentos o el número de líneas. A veces 18 a 22 líneas de
desarrollo pueden ser suficientes.
Conclusión
Concluir es acabar, finalizar. Por lo tanto, es el resultado final del mensaje.
Muchos no dan importancia a esta fase, pero sin ella el texto queda vago, sin
rumbo, sin su moraleja. En un párrafo, la conclusión debe recoger las ideas
planteadas en el texto, sin embargo, con un posicionamiento por parte del escritor
o una solución para un problema dado. Se debe evitar el clásico cierre con
«Concluimos que», «Concluyo que», «Finalizando», «Resumiendo» o
equivalentes en la conclusión porque no es necesario que el escritor avise que va
a terminar el texto, dado que esta etapa debe ser percibida por el lector y no
indicada.

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