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del 3 de gener al 9 de febrer 2020 www.parroquialavilavella.

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S a g r a d a F a milia - La V ila vella

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CELEBRACIONES E INTENCIONES

Lunes 3 Martes 4 Miércoles Jueves 6


San Blas, obispo y A las 9:30h 5 Santos Pablo Miki y
mártir Misa en sfgr. Santa Águeda, compañeros mártires.
A las 9:30 Misa en de Enrique virgen y mártir A las 9:30h Misa en Acc. de
sfgr. de Maria Pilar Recatalá, gr. a Santa Lucía por sus
Manuel y A las 19h
Carreguí Guinot (1er devotos.
Vicenta Misa en Acc.
Aniver.), Benjamín y
Carratalá. de Gr. A Santa A las 16h Novena a Nuestra
Eva Maria.
Águeda Señora de Lourdes (1)

Viernes 7 Sábado 8 Domingo 9


A las 16h Novena a V Domingo del Tiempo Ordinario
A las 19:00h Misa
Nuestra Señora de
en sfgr. de María A las 7:00 Canto y Rosario Aurora.
Lourdes (3)
Carreguí, María
A las 8:00 Misa en sfgr. de Pascual,
Vicent Darás, A las 19:00h Misa
Dolores, Benjamín y Dolores; Juanita Vicent,
Carmen Ferrandis. en sfgr. de Abelardo
Enrique Monlleó y Florencio Caballer.
Badenes Contreras;
A las 16h Novena a A las 11:00 Misa pro populo. Después de la
Matilde Cuesta,
Nuestra Señora de Misa, los 7 Domingos de San José. A
Jose Mª y María
Lourdes (2)
Carratalá; Ramón, continuación, presentación de la nueva Junta
A las 21:30 Rezo Dolores, Juan de la Purísima.
del Rosario por la Ramon Monlleó A las 16h Novena a Nuestra Señora de
paz. Sales. Lourdes (4)
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¿POR QUÉ TIENE QUE EXISTIR EL


INFIERNO?
Como ya no estamos en Navidad y aun falta un mes
para la Cuaresma, alguno se puede dormir. Para que no
pase saco a la palestra un tema de esos que produce
insomnio: el infierno.

La existencia de este sitio molesta muchísimo, y se


ha intentado negar desde muchas partes. Pero si lees la
Sagrada Escritura te lo vas a encontrar hasta en la sopa.
Y no solo en el Antiguo Testamento, el Señor habla de él a diestro y siniestro.
De las 38 parábolas que explica, 21 tienen una advertencia sobre el Infierno.

La típica objeción: Pero, si Dios es amor ¿por qué existe?.

Brevemente. El infierno existe porque Dios respeta nuestra libertad. Dios


nos ha hecho libres y nuestra libertad es absolutamente necesaria si tenemos
que amar. Supongamos que un joven desea que una chica le ame.
Supongamos que encuentra una poción mágica para echarle en la bebida. Y
¡zas!, nada más ingerirla... ¡ella le “ama”! ¿Es un amor real? No, es un efecto
químico. El amor debe ser entregado libremente. El sí del amor solo tiene
sentido si somos libres para decir que no. Dios nos invita a amarle. Tiene que
existir el Infierno porque tiene que existir una alternativa real al Cielo. Dios no
nos obliga a amarle ni a ir al Cielo con Él.

Pero, dirás, ¿acaso no todo el mundo quiere ir al Cielo?.

Si, pero suele ser un “cielo” tal y como ellos lo definen, no el Cielo real.
Muchas personas entienden el cielo egocéntricamente: un lugar donde serán
felices según sus propios términos, donde tendrán en abundancia solo lo que
les agrada. Pero eso no es el Cielo. El Cielo real es el Reino de Dios en plenitud.
Aunque todos quieren ir a un “cielo” tal y como ellos lo definen, no todo el
mundo quiere vivir en el Reino de Dios en plenitud.

Por ponerte algún ejemplo, algunas características del Reino de Dios (con
todas las limitaciones que tiene hablar del Cielo).

El Reino de Dios es un reino de misericordia y de perdón. No todo el


mundo quiere mostrar misericordia y perdón. Algunos prefieren la venganza.
Otros son partidarios de la justicia más severa. Algunos prefieren aferrarse a su
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rabia y alimentar resentimiento e intolerancia. Es más, no


todo el mundo quiere recibir misericordia y perdón.
Posiblemente hay quien no puede explicarse por qué
alguien tendría necesidad de perdonarles, ¡dado que son
ellos quienes tienen la razón! Recordad al hijo mayor en la
Parábola del Hijo Pródigo. En vez de incorporarse a la fiesta
como le suplicaba su padre, rechaza entrar porque ese
miserable hermano suyo está dentro. Él no piensa perdonar
ni amar a su hermano como lo hace el padre. De esta forma, se excluye a sí
mismo de la fiesta. A pesar de la súplica de su padre, él no pasará por el
perdón y la misericordia. Para él, la fiesta no es en absoluto una fiesta. Del
mismo modo, el Cielo no será “cielo” para quienes rechacen la gracia de
perdonar y de amar a sus enemigos y a quienes les han hecho daño.

El Reino de Dios es un reino de pureza. Dios es muy claro con nosotros


diciéndonos que Su Reino valora la castidad. Para los no casados, eso significa
la abstinencia de mantener relaciones (y mucho mas). Para los casados, eso
significa una absoluta fidelidad mutua (y mucho mas). Cosas como la
pornografía, las actitudes obscenas y la inmodestia están excluidas del Reino.
Muchas personas hoy no prefieren la castidad. Prefieren ser impúdicas e
inmodestas. Muchos celebran la fornicación como una especie de liberación de
las normas “represivas”. A muchas personas les gusta consumir pornografía y
no quieren trabas a su conducta sexual. Una cosa es caer por debilidad en
alguna de estas materias, y otra muy distinta insistir en que no hay nada malo
en ese comportamiento.

El Reino de Dios es un reino litúrgico. Todas las descripciones del Cielo


insisten en la liturgia. Se cantan himnos. Se alaba a Dios. En unos momentos se
está de pie, en otros sentado, en otros de rodillas. Hay velas, incienso y amplias
túnicas. Se abre, se lee y se venera un manuscrito o libro. Hay un Cordero en
un altar a modo de trono. Ni idea de cómo será, pero de fondo todo se parece
mucho a la misa, pero… muchos no están interesados en estas cosas. Se
mantienen a distancia porque dicen que es “aburrido”. Eso de alabar a Dios…
Quizás la palabra de Dios y sus contenidos no les interesan o no concuerdan
con sus preferencias morales. Tener a Dios como centro en vez de ellos mismos
no les resulta atractivo.

La cuestión es ésta: si el Cielo no lo diseñamos nosotros; si el Cielo –el


Reino de Dios real– es un reino con todas estas características, entonces ¿no
parece claro que realmente hay muchos que no quieren ir al Cielo? Todo el
mundo quiere ir a un “cielo” diseñado por él, pero no todo el mundo quiere vivir
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en el Reino de los Cielos real. Dios no obligará a nadie


a vivir en el Cielo si él no quiere vivir allí. Él no
obligará a nadie a amarle, ni a amar lo que Él ama, ni a
amar a quien Él ama. Somos libres de optar o no por
su Reino.

O aceptamos el Cielo tal cual es o ipso facto


optamos por vivir lejos de él y de Dios. Por eso tiene que existir el Infierno. No
es un lugar agradable, pero supongo que lo más triste de las almas del Infierno
es que nunca serían felices en el Cielo. Es trágico no ser feliz en ninguna parte.

Vale, mossèn, pero ¿por qué tiene que ser para siempre?

Esto es un poco mas misterioso (pero no menos real). En este mundo


siempre podemos cambiar de mentalidad, por lo que nos parece extraño. Pero
llegará un día en que nuestras decisiones quedarán fijas para siempre.

Los que son mas mayores dicen que cuando vamos cumpliendo años, nos
vamos asentando cada vez mas en nuestras costumbres, cada vez es mas
difícil cambiar. Quizá esto sea una especie de anticipo del momento en que
nuestras decisiones se fijen para siempre, que ya no cambien. Los Padres de la
Iglesia empleaban una imagen de la cerámica para enseñarnos esto. Pensemos
en la arcilla húmeda en una rueda de alfarero. Mientras la arcilla esté húmeda y
disponible sobre la rueda, puede ser moldeada y vuelta a moldear, pero una vez
que se mete en el horno o en el fuego, su forma queda fijada para siempre.

Cuando comparecemos ante Dios, nuestra forma fundamental queda fijada


para siempre, nuestras decisiones serán definitivas. Esto nos resulta misterioso
y solo lo entendemos vagamente, pero dado que el Cielo y el Infierno son
eternos, parece que ese estado fijado para siempre es nuestro futuro.

Esto es lo mejor que se puede decir sobre el tema: el Infierno tiene que
existir. Es por el respeto que Dios nos tiene. Es por nuestra libertad y nuestro
llamamiento a amar. Es por el Cielo real. Es sobre lo que realmente queremos
en nuestro final. Sabemos lo que Dios quiere: salvarnos. Lo que realmente
está en cuestión es lo que queremos nosotros.

ESTA SEMANA
Habrá despacho parroquial como habitualmente, pero el sacerdote no
estará. Tampoco habrá Exposición del Santísimo el jueves.

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