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Antioquia bajo el federalismo

El Estado Soberano de Antioquia en 1863.

Universidad de Antioquia a mediados del siglo XIX.

Al volver los conservadores al poder en 1855, el Congreso aprobó la reunificación de Antioquia. La nueva provincia
expidió una nueva constitución ese mismo año, y el año siguiente los representantes antioqueños en el Congreso, en
su mayoría conservadores, lograron la aprobación de una Acto Adicional a la Constitución para crear el Estado de
Antioquia el 11 de Junio de 1856. La tendencia al federalismo fue confirmada por la Constitución de 1858, la cual
cambió el nombre del país a Confederación Granadina y adoptó el régimen federal. En 1863, el federalismo se acentuó
con la Constitución de Rionegro, que adoptó el nombre de Estados Unidos de Colombia y dio a los Estados el carácter
de soberanos.

El 27 de enero de 1863 se expidió la Constitución Política del Estado Soberano de Antioquia. Entre sus rasgos
destacados, en ella se establece de nuevo la uni-cameralidad de la Asamblea del Estado, la cual se componía de 30
diputados, nombrados por los municipios. Aprobada la Constitución de Rionegro en mayo de ese año, se aprobó una
nueva constitución de Antioquia el 29 de mayo, por un gobierno liberal presidido por Pascual Bravo. Los
conservadores, descontentos con medidas como la expropiación de los bienes de manos muertas y el control de la
Iglesia por parte del estado, se lanzaron a una nueva revuelta, que terminó el 4 de enero de 1864 con el triunfo
conservador y la muerte del gobernador en la batalla de El Cascajo. Desde entonces, hasta 1877, los conservadores,
orientados por Pedro Justo Berrío, mantuvieron el control del Estado, y desarrollaron una política muy activa de apoyo
a la educación, las vías públicas y el desarrollo económico.

Los liberales recuperaron el poder en 1877, como consecuencia de la guerra civil de 1876 lanzada por los
conservadores, descontentos con las reformas educativas liberales, contra el gobierno nacional. Una nueva
constitución liberal reemplazó la de 1864, y los liberales lograron mantener el poder hasta 1886.16

[editar] Antioquia durante la regeneración

"La victoriosa alianza entre los conservadores y los independientes se plasmó en 1885-1886 con un proyecto estatal
que tuvo como bases la centralización política del país, la descentralización administrativa, la organización de un
ejército único y nacional, el mantenimiento del Banco Nacional y del papel moneda y la relación concordataria entre la
Iglesia y el Estado".17

Una vez aprobada la Constitución de 1886, el Consejo Nacional de Delegatarios nombró como Presidente de la
República para un período de seis años (1886-1892) a Rafael Núñez.

El gobierno de Antioquia se reorganizó una vez culminada la guerra de 1885 y en los comienzos de la Regeneración
(1886-1891). El 7 de septiembre de 1886 se proclamó a Marceliano Vélez como gobernador del departamento de
Antioquia.

La actitud global de los grupos dirigentes antioqueños una vez iniciada la regeneración consistió en apoyar el régimen
político nacional, pero manteniendo su distancia con respecto a las políticas económicas del gobierno central. Por ello
la búsqueda de exenciones frente a estas políticas se constituyó en un elemento básico para entender los factores de
conciliación y conflicto entre la región antioqueña y el gobierno nacional.

[editar] El comercio

Desde mediados del siglo XIX comienza a manifestarse en Antioquia un importante desarrollo comercial, reflejo, entre
otras causas, de la expansión que se daba en la minería, del auge de la ganadería comercial y de la colonización
antioqueña del sur de su territorio y de otras regiones. Tanto la población minera y los centros dependientes de las
minas -como Remedios, Segovia y Titiribí, entre otros-, así como las zonas de colonización, se iban transformando en
importantes mercados para los comerciantes.

[editar] El ferrocarril de Antioquia

Artículo principal: Ferrocarril de Antioquia

Estación Central del Ferrocarril de Antioquia. Plaza de Cisneros, Medellín.

La empresa del ferrocarril antioqueño comienza oficialmente el 14 de febrero de 1874 con la firma del contrato para la
construcción de una vía ferroviaria que comunicaría a Medellín con Puerto Berrío. Sin embargo, la construcción del
primer riel no se llevó a cabo hasta el 29 de octubre de 1875, debido a los brotes de revolución en la costa Atlántica a
mediados de julio, que paralizó la navegación por el río Magdalena, y de paso la entrada de los materiales necesarios
para la construcción de la vía. La primera carga de materiales llegó a Puerto Berrío el 20 de julio de 1875 y el 7 de
mayo de 1876 llegó la primera locomotora.

El ferrocarril de Antioquia hace parte de la historia colombiana en un punto álgido en su desarrollo económico. El primer
objetivo de las vías era la masificación y mejoramiento de la economía minera presente en la zona. El crecimiento del
tren y la visión de los gobernantes para el cultivo del café, permitió que este último comenzara a crecer y empezara a
darle una razón de ser más al ferrocarril de Antioquia. Es el tren quien ayuda a que la región se convierta en una de las
más rentables del país, gracias al comercio exterior del café, producto con gran aceptación extranjera y uno de los
ejemplos más claros de la política de especialización regional.

Sin embargo, durante la Guerra de los Mil Días se suspendió el servicio férreo por tres años, fueron incendiados
algunos vagones y con la misma suerte corrieron las estaciones y las vías de acceso al tren que poco a poco estaban
siendo destruidas, levantadas y demolidas.

[editar] Siglo XX

[editar] La segregación del departamento de Caldas

Segregación del Departamento de Caldas y agregación de la zona de Urabá, en 1905.

Antioquia dividida en cuatro departamentos, en 1908.

Restauración definitiva del Departamento de Antioquia en 1910.

La Guerra de los mil días había dejado al país en condiciones lamentables en su economía, y tanto la situación política
como la social hacían necesaria la adopción de medidas de reanimación de regiones que pedían nuevas formas de
administración y manejo de sus recursos. Antes de la larga confrontación civil, y como consecuencia de la
centralización que prevaleció en la Constitución de 1886, el manejo desde el gobierno central provocó reacciones que
se exteriorizaron en las intervenciones del General Rafael Uribe Uribe, en el Parlamento, y en documentos públicos en
los que el caudillo liberal hizo propuestas específicas para una nueva conformación político administrativa de Colombia.

En un documento titulado “División territorial”, expuso razones de fondo para promover la segregación de los estados
del Cauca, Antioquia, Tolima y Magdalena. Era lógico que sus propuestas salieran derrotadas en el Congreso, puesto
que se trataba del único representante de la oposición que tenía asiento en el legislativo. Las razones políticas llevaron
en consecuencia, a que sus planteamientos sólo tuvieran concreción pasada la guerra.

El General Rafael Reyes fue elegido Presidente de la República y se inició el denominado “Quinquenio” en el que con
poderes dictatoriales gobernó al país y tomó decisiones trascendentales. Entre las realizaciones planteadas por Uribe a
finales del siglo, dictó las leyes que justo antes de 1910 dieron origen a los departamentos de Caldas, Huila y Atlántico.

Los respectivos territorios salieron de los Estados del Cauca, Antioquia, Tolima y Magdalena. La decisión de Reyes,
cuya visión de estado debe reconocerse, fue correcta. Las nuevas divisiones demostraron a la postre que obedecían,
no a caprichos, sino a condiciones sentidas que se ordenaban en la lógica social, económica y política de la República.

Caldas fue el amortiguador para suavizar las tensas relaciones que existían entre Antioquia y el Cauca, enfrentadas por
procesos políticos y por la animadversión de sus caudillos, cada uno en procura de dominar el país y controlar el
Estado. Surgió entonces una región pujante, fruto de la colonización antioqueña, que le imprimió vigor y sentido de
empresa y de la influencia intelectual del Cauca, el cual abrió las puertas de sus centros académicos a los hijos de
esos colonizadores.

[editar] La industria

El territorio montañoso y escarpado contribuyó a que Antioquia desde épocas remotas se especializara en productos
diferentes a la agricultura y a que desarrollara estrategias económicas muy creativas.

Café, la consolidación de la economía nacional.

Sólo durante el siglo XX el café permitió utilizar buena parte de estas montañas de clima medio y ellas se convierten en
un modo de vida para numerosas familias. Sin embargo, aunque pobre en tierras planas y fértiles, la región tenía oro
en mustios (aluviones auríferos) y en sus vetas. Esta circunstancia, junto a su localización en el interior del país, lejos
del mar y con dificultades para comunicarla, la hicieron muy dependiente de bienes alimenticios y manufacturados que
se producían en otras regiones.

En efecto, la producción de oro, el comercio y el contacto con las zonas mineras fueron de gran importancia para la
futura industrialización de la región. Con la temprana crisis de la esclavitud en Antioquia (1781), los esclavos se
convirtieron en mineros independientes pobres (mazamorreros), productores de oro. Ellos enriquecieron a los
comerciantes abastecedores de víveres a los que se llamaban rescatantes, quienes acumularon grandes fortunas o
capitales que invirtieron en tierras (rurales y urbanas), ganado, café y finalmente en industrias.

Surgió también de allí la mano de obra requerida por la industria antioqueña. Este es un tema muy discutido porque el
proceso de industrialización coincide con el desarrollo del café en la región, y esta actividad requiere muchos brazos y
descansa en pequeñas y medianas empresas familiares (economía campesina).

Lo cierto es que la mano de obra empleada durante la primera fase, es de mujeres que constituyen excedentes de
población campesina, urbana y semi-urbana, y que contribuyen con su salario a la economía familiar enviando o
suministrando una parte o la totalidad de sus ingresos. Para los industriales tenían la ventaja de ser mano de obra
barata, pues percibían aproximadamente la mitad del salario de los hombres.

En 1923, año en que se realiza una exposición industrial en Medellín, el 73% del personal obrero de los
establecimientos industriales de Medellín y los municipios vecinos es femenino y el 27% masculino, ocupado en
labores de mantenimiento de maquinaria o en algunas labores rudas como la alimentación de los hornos en las
vidrierías.

Así, se asiste simultáneamente a un fortalecimiento y expansión de la economía campesina cafetera y a la


proletarización de un sector de la población compuesto en su mayoría por mujeres, que logran junto con los
empresarios e ingenieros poner en marcha las primeras empresas fabriles.

[editar] La crisis de 1929

Antioquia había experimentado en mayor grado el avance económico de los años veintes y para ella el contraste con la
coyuntura de la crisis de 1929 fue sin duda más violento que en otras regiones del país. Se estima que más o menos el
60% en valor de los insumos industriales colombianos en esa época eran importados. Lo mismo puede ser válido para
Antioquia, que era la que usaba casi la mitad de dichos insumos. Por lo tanto, el drástico recorte en la capacidad para
importar castigaba duramente a la naciente pero vigorosa industria.

[editar] De los años 50 en adelante

En los años cincuentas, el crecimiento relativo de la industria en Cundinamarca, el Valle del Cauca y otras regiones del
país, fue sensiblemente mayor que el de Antioquia. Por esa razón, este departamento, que en el censo industrial de
1945 ocupó el primer puesto entre los demás del país, en 1956, cuando se hizo un nuevo censo, pasó a ocupar el
segundo puesto después de Cundinamarca, tanto por el número de establecimientos, como por la fuerza laboral y el
valor agregado en industrias. Desde entonces, Antioquia ya no volvió a ocupar la primacía industrial en Colombia.

[editar] Narcotráfico y violencia

Por primera vez, después de tener Antioquia una economía en ascenso durante 150 años, se presentan en la década
de los setentas los síntomas iniciales de lo que sería la más grande crisis económica y social en su historia. Aparecen
indicadores de aumento del desempleo, y con él la criminalidad y la inseguridad general. Y aunque Colombia en su
conjunto afrontó entre 1970 y 1980 un periodo crítico en su económia, esta crisis fue no sólo mayor sino catastrófica
para Antioquia, especialmente para Medellín, que llegó a tener la tasa de desempleo más alta del país.

El sector manufacturero no sólo había perdido dinámica, sino que se mostraba incapaz para afrontar la situación
creada con los altos índices de desempleo, la recesión económica y la imposición desde el gobierno central de un
nuevo modelo de desarrollo fundamentado en las actividades financieras y de la construcción. Es entonces cuando el
contrabando, primero, y luego el narcotráfico, aparecen como alternativa para miles de personas que no tenían en el
mercado legal ninguna, o muy poca, posibilidad de encontrar empleo o de ejercer una actividad económica rentable.

Medellín va a sufrir todo el peso de la lucha entre el narcotráfico y el gobierno central en la década de los ochentas.
Aparecen el narcoterrorismo, el sicariato, las bandas delincuenciales en los barrios populares y el asesinato de jueces
y de políticos.

La muerte de Pablo Escobar, en 1993, supuso el fin del llamado Cartel de Medellín. Pero la desafortunada presencia
de la guerrilla y el paramilitarismo en la nación hace todavía difícil la consecución de una armonía comunitaria como
fuera de desear, aunque a la fecha del año 2007 se han logrado importantes progresos en tal sentido, debido a las
masivas desmovilizaciones de personal armado, a la política del gobierno denominada Seguridad Democrática y al
comienzo de la revelación de la verdad proveniente de muchos grupos criminales a instancias de una ley
mundialmente experimental conocida como Ley de Justicia y Paz.

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