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Ética en las profesiones

La ingeniera ambiental y sanitaria surge como profesión de la necesidad misma de remediar los impactos
negativos que ha causado el hombre a los recursos naturales del planeta, así como, de querer evitar la
transmisión de enfermedades infecciosas en las comunidades a causa del consumo de agua cruda, el
inadecuado manejo de residuos sólidos, y evitar el riesgo de contaminación por parte de las empresas .
Dicho esto, el perfil de un ingeniero ambiental debe acomodarse a ciertas características que le permitan
ejercer su profesión con el mejor compromiso, por tanto, dicha persona debe tener una alta capacidad de
decisión, competencias comunicativas, aplicar sus conocimientos de manera ética y crítica, llevando a
cabo la ejecución de operaciones, procesos y tecnologías que permitan dar solución a problemáticas
medio ambientales y de salud pública.

En este sentido, es importante resaltar que debe prevalecer la responsabilidad y coherencia a la hora de
decidir formarse en dicha profesión, tener en claro que las aptitudes y habilidades que se posean deben ir
en concordancia con el perfil de la profesión, dé no ser así, se perdería el sentido y el enfoque de la
profesión. Con enfoque nos referimos específicamente al poder comprender el porqué del ejercicio de la
ingeniera ambiental, es decir entender que existen unas necesidades de la sociedad que se deben
satisfacer, en adición a la presencia de problemáticas ambientales que deben ser solucionadas por la
supervivencia misma del planeta y del ser humano.

Es así como, el ingeniero ambiental y sanitario debe desarrollar durante su formación un liderazgo social,
e involucrarse con actores clave que de alguna u otra manera el ejercicio de sus actividades signifique un
riesgo de contaminación al medio ambiente. Siendo de gran importancia no solamente dar solución a las
problemáticas generadas si no, prevenirlas, lo anterior por medio de la transmisión de conocimientos y
generación de una conciencia colectiva por el cuidado del medio ambiente. De manera que, el ejercicio de
la profesión del ingeniero ambiental aporta al mejoramiento de la calidad de vida de las comunidades
representado en la descontaminación de sus cuerpos de agua, adecuado manejo de los residuos sólidos,
calidad del aire y aprovechamiento de los recursos de forma sostenible.

Adicionalmente, se destaca que la transmisión de conocimientos no se presenta en una sola dirección, las
comunidades y actores clave aportan al enriquecimiento personal y cultural del profesional, saberes que
van siendo aprendidos durante el ejercicio de la profesión y que de alguna u otra forma permiten
diferenciarlo de otras profesiones. Así cómo es posible diferenciarlo de otras profesiones , el ingeniero
ambiental también debe estar en la capacidad de integrar sus saberes en equipos multidisciplinares de
trabajo, dado que el campo de acción del ingeniero ambiental y sanitario es muy amplio involucrándose en
áreas como la industria, empresas públicas y privadas, así como organismos internacionales. También en
empresas consultoras y de asesoría en el área ambiental.

Finalmente, y no menos importante el carácter del ingeniero ambiental y sanitario se ha visto enmarcado
por el desarrollo de condiciones como la racionalidad científica, es decir que el ingeniero ambiental a la
hora de enfrentarse ante una problemática se apoya en conceptos de las matemáticas y las ciencias
naturales para realizar juicios de valor basado en su capacidad de análisis, de igual forma, dicho juicio de
valor debe ir en concurrencia con un sentido de responsabilidad y pertencenencia que den fe de la
consagración que se tiene por la profesión, y por el bien común e intereses de una sociedad. Para llevar
a cabo su deber, el profesional debe estar preparado y tener certificado del mismo, pero cabe aclarar que
el título profesional no define su quehacer, este debe durante su formación desarrollar ciertas habilidades
que le permitirán estar en la vanguardia ante un mercado dinámico y exigente.

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