Está en la página 1de 10

El perdón como un camino de

misericordia
[cycloneslider id=”el-perdon-como-un-camino-de-
misericordia-slider”]

Que tema tan especial el de esta noche. Compartimos la


siguiente anécdota:
Un catequista le había contado a sus niños de catecismo la
parábola del hijo pródigo. Después les pidió que redactasen
un resumen. Uno de los niños escribió lo siguiente:
Un hombre tenía dos hijos pero el más joven no estaba a
gusto en casa y un día se fue lejos llevándose todo el
dinero. Pero en cierto momento este dinero se acabó y
entonces el muchacho decidió volver a casa porque no tenía
ni siquiera algo para comer. Cuando estaba por llegar, su
padre lo vió y muy contento tomó un buen bastón y corrió a
su encuentro. Por el camino encontró al otro hijo, el
bueno, que le preguntó donde iba tan rápidamente con ese
bastón.
Le dijo:
– ha vuelto el desdichado de tu hermano. Después de lo que
ha hecho se merece unos cuantos bastonazos.
-¿Quieres que te ayude papá?
– Claro, responde el padre
Así entre los dos lo molieron a bastonazos. Al final el
padre llamó a un sirviente y le dijo que matase el cordero
más gordo y que diese una gran fiesta porque al fin se
había sacado las ganas de castigar aquel hijo que se había
portado tan mal.
Aunque parezca raro esto es lo que había escrito un niño
sobre la parábola del hijo pródigo. Podemos decir una mente
fantasiosa o un niño distraído. Resulta ser que este hombre
catequista asegura que el niño era muy aplicado. Vemos que
es un caso clásico de rechazo intelectual o una distorsión
perceptiva. La mente del niño no podía aceptar lo que el
evangelio nos propone y lo ve como algo absurdo. Aquel
padre que perdona no es creíble y tampoco es creíble que
ese hijo se arrepienta. Por eso que tiene razón el otro
hermano lamentándose. Este niño había ajustado el final de
la historia dándole un resultado más normal y más conforme
a los criterios de justicia de una sociedad que está
errando en el sentido del perdón y no cree en aquel que se
arrepiente y que ha sustituido la gratuidad por la
revancha. El perdón no nos resulta fácil y espontáneo y a
menudo queda en como un deseo o un esfuerzo
Esta noche junto al Padre Tomás Pastorino queremos bucear
en este punto, el perdón como un camino de misericordia. El
padre Tomás Pastorino es párroco de la parroquia San
Francisco de Asís del barrio Las Flores de la ciudad de
Córdoba, egresado también de la Escuela para Formadores,
María Madre de los Consagrados, cuya misión es la de ayudar
a los formadores de personas, él es asesor diocesano de la
Liga de Madres de Familia en Córdoba y consiliario de la
provincia sur de los equipos de Nuestra Señora.

Padre Tomás: el perdón es una de las cosas que humanamente


nos cuesta mucho . Nos salta por los poros aquello de ojo
por ojo y diente por diente, pero hay algo distintivo del
cristiano es el perdón, lo vemos en Jesús en el momento
supremo, Padre perdónalos porque no saben lo que hacen

Cristian Romano : ubicamos este tema en este tiempo de


cuaresma donde estamos llamados a dejarnos reconciliar.

PT: es el tiempo para hacer el ejercicio, el esfuerzo, el


trabajo. Dios nos regala un tiempo especial para trabajar
interiormente. Estamos acostumbrados a cuidar el cuerpo, la
silueta, la figura externa. Entonces vamos al gimnasio, a
la nutricionista, para la dieta del cuerpo y Dios nos
ofrece algo para la dieta del espíritu para esa otra parte
de nuestra vida que no la vemos tanto con los ojos del
cuerpo sino que lo vemos con los ojos del alma. Ponernos en
línea , sacarnos esos quilos de más que tenemos,
protestamos pero están allí son esas actitudes y gestos que
van en contra de lo que nosotros queremos y de lo que Dios
nos propone aquí está este tiempo que Jesús nos ofrece para
volver a la casa del Padre , para poder ponernos en forma y
sacarnos estos limites que tenemos , que si queremos hacer
el esfuerzo y nos proponemos todos los días, como con el
ejercicio físico logro después de un tiempo y de un proceso
tener la destreza buscada, así también en el aspecto
espiritual.
El tema del perdón es uno de los elementos claves en la
vida del cristiano donde mayor ejercicio tenemos que hacer
.Aquí entran varias cosas a nivel humano que si no las
tengo en cuenta me van a jugar una mala pasada. El demonio
va aprovechar para que en la confusión el gane y nosotros
con aquello de San Pablo ‘todo el bien que quiero termino
no haciéndolo y el mal que no quiero termino haciéndolo’.
Es un tiempo de gracia, un regalo que Dios nos hace , para
que junto con su gracia y nuestro trabajo podamos lograr
esa transformación.

CR: cuantas cosas se venden en televisión , por ejemplo


para bajar la pancita , ya en una semanita , ya, pero sobre
este tema no. El perdón tiene un proceso y un tiempo que lo
vamos a ir desarrollando.

PT:: hay que ponerse en camino y darle paso al paso que


corresponde en cada momento pero tengo que hacerlo
voluntariamente, cada cosa que hago se lo entrego al Señor.

CR: La consigna para hoy es: ¿que me motiva a no querer


perdonar y que motiva a querer perdonar?

PT: recordemos que es hay un pedido de Jesús a liberarnos,


a tratar esos nudos que tenemos en el corazón, para que
siendo libres con esta gracia Dios, el nos muestra el
camino , podamos caminar detrás de El

CR: dejarse reconciliar es lo que nos proponía la primer


lectura en el miércoles de cenizas. Dejarnos reconciliar
forma parte de la reconciliación con el hermano, con Dios y
conmigo mismo, también con la vida , con aquello que ha
ocurrido y no lo esperaba, con lo cual mi corazón está
enojado, triste y mal.
Las falsas ideas sobre el perdón, el perdón no es olvidar.
Yo me olvido y ya está, con eso creo que perdoné. ¿por qué
el olvido no es perdonar?

PT: Porque el hombre tiene una capacidad que es la memoria.


Yo no me puedo olvidar lo que me ha pasado. Puede ser que
no lo tenga el recuerdo concientemente, pero el inconciente
lo tiene registrado. Los sicólogos hablan de la memoria
emotiva y es la que va a recordar todas las cosas lindas y
feas que nos han pasado a lo largo de toda la vida. A veces
podemos buscar concientemente un hecho, pero a veces es el
inconciente el que lo maneja y los recuerdos van
apareciendo. Lo importante sería que concientemente,
libremente, vaya trabajando eso que me pasó y no quede mal
acomodado, desordenado. Si lo puedo ordenar puedo encontrar
la paz que necesito, que en definitiva es lo que me va a
permitir vivir en armonía

CR: olvidar no me garantiza que haya perdonado

PT: no. Olvidar no puedo. Para perdonar debo hacerlo


voluntariamente y libremente. Tengo que tomar una decisión
para perdonar.

CR: otra de las falsas ideas es no querer reconocer daños,


ni asumir ni aceptar o bien minimizar.

PT:: muchas veces lo que hacemos es reprimir y tapar y esto


no suele jugar una mala pasada. Esto que no estoy manejando
en algún momento puede saltar por otro lado. Puedo tener
una reacción no como yo hubiera querido tener. Puedo
aguantar pero el día que vaso rebasó , me sacó de las
casillas y esa reacción es producto de todo lo yo no he
reconocido y no le he tenido en cuenta.

CR:: Padre ¿el perdonar es una obligación, está impuesto?


Yo leo la palabra que me dice que debo perdonar. Siento una
obligación.

PT: Tiene que haber un decisión libre, mía, libre sino no


tiene sentido. Me pueden obligar y esto puede ser por un
tiempo. Lo cual me va a traer consecuencias negativas ya
que no voy a encontrar esa paz y ese orden interna que
necesito para poder dar ese paso adelante.

CR: el perdonar es una decisión libre., amen de cómo me


sienta.

PT: son dos cosas distintas. Me voy a sentir mal y herido


por el mal que he recibido pero eso no me va a impedir
hacer el esfuerzo de dar ese paso adelante para poder
perdonar al otro y llegar a la verdadera reconciliación,
llegar a esa paz interior que tengo que tener.

CR: Es un acto libre y de la voluntad, pero por más que yo


diga voy a perdonar, ¿es mágico el perdón.?

PT: No. Es un proceso que tengo que hacer, que dura incluso
toda la vida. El texto del evangelio dice que debemos
perdonar 70 veces 7 es decir siempre, porque la memoria me
va a traer los recuerdos malos de la ofensa que he
recibido. Aquí voy a tener que perdonar nuevamente. Es un
ejercicio constante que debo ir haciendo sobre las ofensas
que he recibido.

CR: es un proceso y un aprendizaje. También la gracia de


Dios va a actuando

PT: Es gracia de Dios y tarea del hombre, sin estas dos


cosas es imposible hacerlo.

CR: A veces uno perdona y quiere que la cosa vuelva como


antes.

PT: Es imposible, porque ese gesto, ese hecho de vida no lo


puedo borrar. Lo he vivido yo y la otra persona . Debo
trabajar para madurar y crecer. Descubrir que la otra
persona tiene este límite, me provocó este daño pero yo a
pesar de esto la sigo queriendo y amando

CR: perdonar no significa sentirse como antes de la ofensa


sino que vamos por algo mejor

PT: tengo que reconocer lo que voy sintiendo y viviendo.


Animarme a reconocerlo para encausarlo y darle una
direccionalidad por donde yo quiera. Dios me da la
capacidad para encausar positivamente lo que estoy
sintiendo. Es lo que hizo Jesús en la cruz , en el momento
más duro , antes de morir le dijo al Padre: ‘Padre
perdónalos porque no saben lo que hacen’ . Aquí Jesús nos
enseña como llegar al perdón.

CR: perdonar no es olvidar, no es negar. Perdonar es más


que un acto de voluntad, no es una obligación , no
significa sentirse como antes de la ofensa . Perdonar al
otro no significa solo disculparlo , tampoco pasarle toda
la responsabilidad a Dios. Quien tiene que perdonar es cada
uno.

PT: es un compromiso nuestro, es un cambio de actitud


interior, es como voy a mirar al otro.
CR: el perdón termina siendo un nuevo nacimiento

PT: es un nuevo nacimiento. Es un punto y aparte y dar


vuelta la hoja que Dios nos invita hacer para tener una
vida nueva. Es una Pascua, de la muerte a la vida. Muero a
lo mío, a lo que yo quisiera hacer para hacer aquello que
Jesús me propone . Quizás no lo entienda hoy pero más
adelante sí. ¿En qué tiempo? . Dios no tiene tiempo. El nos
invita a meternos en ese no tener tiempo.
En el testimonio de la hermana decía no puedo perdonar . La
pregunta es : ¿no puedo perdonar o no quiero perdonar? Si
somos sinceros nos vamos a dar cuenta que no quiero
perdonar porque el dolor es muy grande y me han hecho mucho
daño. Mientras no resolvamos esto nuestro corazón va estar
inquieto y no va tener paz , va a tener esa intranquilidad
que sólo nos la vamos a sacar cuando demos es paso del
perdón. Cuesta perdonar pero es un proceso, regalate el
tiempo que Dios te regala para perdonar , Dios te ofrece un
tiempo para que vayas haciendo un proceso día a día. Un
paso después del otro. No puedo subir del primer escalón al
décimo. Hace falta mi trabajo y mi esfuerzo para dejar de
lado algunas cosas mías. Cuidado con ponerle la
responsabilidad que es mía al otro. No basta con rezar y
pedir a Dios, es un proceso que debo ir haciendo, que en
algunos casos necesitemos ayuda externa , lo puedo trabajar
con mi confesor o con mi guía espiritual. Este proceso no
se hace de un día para el otro. El hijo pródigo para
reconocer su estado pasó un tiempo. Tuvo que estar junto a
los chanchos para darse cuenta adonde había caído y que
tenía que volver a la casa de Padre. Elaboró y pensó ese
discurso para el Padre . En esta parábola vemos que hay un
tiempo, un proceso , cosas que tenemos que vivir.

CR: ¿Qué pasos tengo tomar para perdonar? ¿Hay algún


caminito ?
PT: hay un caminito y esto se desprende de lo que nos dice
Jesús en el evangelio. Debo perdonar 70 veces 7 o sea
siempre. Hay un autor contemporáneo llamado Amadeo Cencini
cuyo libro es Vivir reconciliados . En este libro podemos
encontrar como hacer este proceso del perdón, de donde tomo
cuatro elementos claves para el proceso del perdón y lograr
así esa paz interior.

CR: Un proceso humano y cristiano

PT: Esto implica nuestra mente, psiquis y espiritual. Esto


no lo puedo separar, no lo pudo dividir, ya que somos una
unidad. No se logra solo rezando sino que debo poner la
parte mía del hombre: Está la gracia de Dios y la tarea del
hombre
Primer paso : revivir el hecho histórico o actual de la
ofensa que he recibido . Esto me va a llevar a la situación
de poder recordar a la persona y circunstancia y ver que
provocó en mi esto que el otro hizo. Lo que yo considero
una ofensa. Identifico lo que me provocó. Si es algo que yo
no esperaba, es algo que yo no quiero. Si es algo que yo no
quiero, hace surgir el odio y el enojo. El odio se canaliza
a través de la venganza. Muchos cristianos dicen que no
odian, cuidado, si en una mano tengo el odio y en la otra
la venganza va a ser imposible seguir adelante en este
proceso del perdón. El odio es natural que surja, entonces,
¿que voy hacer con el odio? Voy a poner mi voluntad para
orientarlo, o lo perdono o bien se lo tiro encima a la otra
persona, o a mí o al vecino. No me quedo inmóvil ante la
ofensa. Ante el odio y la venganza me debo preguntar ¿que
quiero hacer con esto?
Aquí está involucrado mi voluntad y el corazón. El odio es
un acto premoral y no lo puedo manejar. Tengo el odio y la
venganza en la mano. Muchos dicen : yo no tengo venganza.
La venganza tiene mil y una caras y disfraces. Ponemos
razones y excusas para presentar a la venganza como lo que
debemos hacer. El demonio aprovecha para hacernos creer que
no tenemos venganza y se sale con la suya, porque nos
mantiene con la bronca adentro y nuestras acciones nos van
destruyendo y también a la otra persona. Por eso es que no
encontramos la paz interior.
Yo debo en cristiano ordenar esto que me pasó y hacer que
cambie este odio en un acto de amor. Fue lo que pasó con
Dios: el hombre peca, hace un acto de odio y Dios ¿qué le
devuelve al hombre ?, manda a su propio hijo para que salve
a la humanidad del pecado y la muerte. Jesús en la cruz nos
da la razón y el motivo, el camino, el sentido cuando dice
: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen

El segundo paso: renunciar a la venganza. Este es el punto


clave y central de todo el camino del perdón. Si esto no lo
hago bien, lo que sigue no lo voy a poder hacer y no voy a
encontrar el perdón. En esto se distingue lo cristiano del
resto de lo humano. ¿Por qué voy a renunciar a la
venganza?. Yo voy a renunciar a la venganza libre y
voluntariamente a la venganza porque Jesús me invita a
perdonar. Señor, porque tu me invitas a perdonar yo
renuncio libre y voluntariamente a esta venganza , lo pongo
en tus manos. Respondo a la invitación que Dios me hace, lo
sigo a El. Muero a lo mío, es la Pascua. El alma se
transforma , me abro de corazón verdaderamente , muero a lo
mío y le dejo el camino abierto a Dios, el que entra no es
cualquiera, es Dios con su Amor.
Hago esto por amor a Dios. El perdón es lo distintivo del
cristiano. Nadie puede perdonar sino ama a Dios. En las
primeras comunidades decían: ‘mirad como se aman’. Este fue
el testimonio que transformó la sociedad de aquella época.
¿Por qué hoy el cristiano no transforma la sociedad? .
Porque no perdonamos , no mostramos este amor
misericordioso de Dios. Buscamos devolver ojo por ojo y
diente por diente.
Tercer paso: ver al hermano como Dios lo mira. Lo mira en
su historia en su formación, en su vocación. Va a
comprender la situación de la persona. Alguien me enseñó
que el gesto que el hermano tuvo conmigo era dañino. Por
eso yo no lo hago. ¿Qué le habrá pasado a este hermano que
nadie se lo dijo y hoy el lo está haciendo? Quien primero
se daña es el que lo está haciendo. Mi posición frente al
hermano que me hizo esta ofensa, yo soy rico. Me doy cuenta
de algo que el otro no lo puede ver, no lo tiene o no lo
quiere ver. Ver al otro como Dios lo mira , no con los ojos
de la razón, Dios lo hace pasar por los ojos del corazón.
Lo mira con ese Amor de misericordia que a pesar de esta
miseria, Dios lo ama. A pesar de mi miseria , Dios me ama.
¿Me dejo abrazar por el amor misericordioso de Dios o soy
tan orgulloso que no lo permito?
Tengo que obligarme a mirar al hermano como lo mira Dios.
Dios no justifica el mal, comprende al pecador, ama al
pecador , perdona al pecador. Dios no quiere el pecado,
quiere al pecador. No quiere que el pecador siga en el
pecado, sino que lo invita al cambio, ‘vete y no peques
más’.

Cuarto paso: amar al otro como Dios lo ama. Con ese amor de
misericordia. Ese amor que surge del corazón de Jesús. A
pesar de mi miseria, de mi pecado Dios me ama. Por mi y mi
hermano , murió en la cruz y desde allí me invita a amar y
a perdonar al hermano. Cada vez que recuerde la ofensa debo
repetir estos cuatro pasos , de esta manera lograremos
transformar nuestra vida y la paz, el orden y la armonía
interior va a volver a nuestro corazón y así me voy a
liberar. El mal va a ser ocasión de bien.
Estos cuatro pasos no se hacen de un día para el otro,
lleva su tiempo. Dios te regala el tiempo para poder
hacerlo día a día. Dios te ofrece cada día estrenar el
corazón como el primero y el último día.

También podría gustarte