El silencio es la ausencia total del sonido. También significa abstención de
hablar, en el ámbito de la comunicación humana. Y, sin embargo, que no haya sonido alguno no siempre quiere decir que no haya comunicación. El silencio ayuda en pausas reflexivas que sirven para tener más claridad de los actos. El silencio es igual de importante que el sonido, porque sin sonido no se podrían hacer silencios. En la música, por ejemplo, sin silencio las canciones serían muy rápidas y no habría tiempo para que respirara quien la está interpretando. Generalmente, el silencio sirve de pausa reflexiva tras una comunicación, para ayudar a valorar el mensaje. Más allá de la simple puntuación, el silencio puede utilizarse con una intención dramática, puesto que el silencio revaloriza los sonidos anteriores y posteriores. Así pues, el silencio puede ser silencio objetivo y silencio subjetivo.
Silencio objetivo: Es la ausencia de sonido, sin más connotaciones.
Silencio subjetivo: Es el silencio utilizado con una intención dramática.
Generalmente percibimos el silencio como algo incómodo y utilizamos
frases ”se quedó mudo” o ”se hizo un silencio” como si fuera algo malo. Acostumbrados a tener que dar respuestas más que a generar preguntas, no solemos tomarnos el tiempo necesario para reflexionar antes de tomar decisiones y luego nos arrepentimos. Sin embargo, el silencio no es solamente la ausencia de sonido sino que es donde nace y creamos el lenguaje..es donde tenemos todas las oportunidades de generar una nueva realidad, de hacer algo diferente con lo que nos pasa y con quienes trabajamos.
Las 3 cosas que no te dijeron del Silencio y aumentarán la efectividad en tu
liderazgo:
1. El Silencio le da significado a nuestras conversaciones
Cuando escuchamos música, lo que da sentido en sí, no es el sonido, si no
las pausas que hacen que ese sonido adquiera significado. Lo mismo ocurre con el lenguaje. Cambiando el lugar de nuestros silencios, cambiamos el significado de nuestro mensaje. ¿Sos consciente a la hora de comunicar de la importancia del silencio? ¿Esperas a que el otro termine de hablar o lo Interrumpis porque ya crees tener la respuesta?
2. La libertad de mantenerse en silencio para escucharnos a nosotros
mismos
Así como la libertad de expresión nos alienta a decir lo que pensamos, la
libertad de mantenernos en silencio nos permite escucharnos a nosotros mismos, a reflexionar sobre nuestras ideas y pensamientos más íntimos antes de actuar. ¿Te tomás el tiempo para reflexionar sobre lo que te están preguntando antes de responder? ¿Prestás atención a tus intuiciones? ¿Te escuchás a vos mismo antes de entender a los demás? La comunicación auténtica sólo se puede producir cuando hay silencio. Practica esto a la hora de conversar con los demás. Permitiles que reflexionen sobre lo que tienen para decirte, dales tiempo para pensar antes de exigirles una respuesta. Podemos re-convertir nuestras palabras en el silencio.
3. Llamate al silencio una vez al día
Plagados de fórmulas mágicas y respuestas envasadas en una sociedad
cortoplacista, no nos detemos a generamos las preguntas que nos abran las posibilidades de cambiar el status quo y hacer algo distinto, nuevo o mejor. Queremos solucionar las cosas rápido sin entender la causa que generó el problema. El liderazgo es una constante búsqueda, no una respuesta determinada…¿Cuándo es tu momento de mayor conciencia? ¿Cuando lográs aquietar tu mente y concentrarte mejor?¿Antes de arrancar el día?¿Por la noche antes de irte a dormir o después de hacer actividad física? Lo importante es que detectes en qué momento tomás las mejores decisiones, las más sabias y que empieces a generarte esos espacios con mayor frecuencia, idealmente una vez al día. Destina unos minutos a hacer algún ejercicio de respiración o relajación profunda para conectarte con vos mismo y profundizar este momento.