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El juego en los niños

Gracias al juego los menores integran su mundo afectivo, social y cognitivo, al tiempo que
perfeccionan sus habilidades. Por medio de esta capacidad para jugar, éstos descubren y
comprenden diversas situaciones de su mundo, aprenden roles, ensayan soluciones y
manipulan los objetos dándoles características propias que corresponden a sus deseos. En el
juego, los niños incorporan elementos de tipo mágico que les permiten crear su propio mundo
y tener control sobre su cuerpo, lo que facilita la integración de su esquema corporal a partir
del conocimiento de sí mismo y de los otros. El juego es una de las actividades más
importantes en la vida del niño, con él desarrolla su creatividad, su capacidad para construir
y reconstruir, su expresión artística y su lenguaje. En otras palabras, el juego es el ingrediente
fundamental de la vida que sazona y enriquece el conocimiento del entorno y de sí mismo
para que se vaya consolidando una adecuada autoestima y autorregulación afectiva.

Décadas de descubrimientos han documentado que el juego tiene un papel crucial en el


óptimo crecimiento y aprendizaje. La Asociación de la Educación Internacional de Niños
propone que el juego es una conducta dinámica, activa y constructiva, que forma parte
integral y esencial de un crecimiento, desarrollo y aprendizaje saludables en todas las edades,
ámbitos y culturas. El cerebro se desarrolla rápidamente en los primeros años de vida de los
niños. El crecimiento cognitivo avanza a gran velocidad desde el nacimiento hasta la edad de
5 años, y el juego es un
elemento importante de ese desarrollo.
El juego y el desarrollo infantil
En la actividad lúdica se forman más intensamente las cualidades psíquicas y las
características de la personalidad en desarrollo de los niños. Los preescolares necesitan
parecerse a los adultos, sentirse como ellos y dado que no pueden lograrlo realmente, recurren
a la actividad simbólica, al juego de roles. Buscan a otros niños y niñas para relacionarse,
compartir sus experiencias, se esfuerzan para acoplar y no ser desplazados o ignorados. Es
así como esta aparente manera de distraerse se convierte en la actividad fundamental para su
desarrollo psicológico.

En la edad preescolar aún no está desarrollada la voluntad (esfera psicológica que permite al
hombre trazarse objetivos conscientes, regularse conscientemente y hacer esfuerzos para
lograrlos), sin embargo, el juego influye en la formación de los fenómenos psíquicos
voluntarios (memoria, percepción y atención espontáneas). Las propias condiciones del juego
le exigen que se concentre en los objetos, en los demás niños, en el contenido de las acciones
y el argumento. Si no quiere prestar atención a lo que se requiere de él o ella en una situación
lúdica precisa, si no recuerda las condiciones del juego, simplemente, el resto de sus
compañeros lo expulsan del mismo. La necesidad de comunicación, de estímulo emocional
lo mueve hacia una concentración y memorización orientadas a un fin determinado.

La creación de situaciones lúdicas y de las acciones de ésta ejerce una influencia constante
en el desarrollo intelectual del preescolar. Sobre la base de las acciones con los objetos-
sustitutos, aprende a pensar acerca del objeto real. Gradualmente, las acciones lúdicas con
los objetos se van abreviando; aprende a pensar acerca del objeto y actuar con él, lo cual
favorece que el pensamiento pase al plano de la representación; es decir, al pensamiento
visual en imágenes.

El juego del niño implica un abanico amplio de conductas, cogniciones y emociones. Al


jugar, el niño se va evaluando: “qué tan bueno soy para brincar, para que me elijan los demás
en algún juego, para ganar, para representar un papel, para ayudar a otros, para poner las
reglas de un juego”; y si él no lo hace, el entorno se encarga de hacerle evidente el valor que
tiene. El juego permite que el niño se integre con sus compañeros, que aprenda a trabajar en
equipo, haciéndole sentir que es apreciado y que pertenece a un grupo; le ayuda, además, a
darse cuenta de sus habilidades personales (físicas y cognitivas), de poder manejar su cuerpo
y controlarlo con mayor destreza El juego facilita la expresión y control de emociones pues
permite expresar sentimientos, experimentar soluciones alternativas, separar y valorar
experiencias dolorosas y placenteras. Durante el juego, el niño expresa y conoce su
personalidad pues se da cuenta de su dinamismo, carácter, sentimientos, deseos y
necesidades, del mismo modo puede comprender y atender los deseos, creencias y
sentimientos de los demás, favoreciendo su capacidad empática.
La psicología y el desarrollo humano

Una de las características más llamativas del ser humano es su naturaleza cambiante, ya que
a lo largo de su ciclo vital este va mostrando un desarrollo significativo relacionado a sus
habilidades físicas, cognitivas y sociales que alcanza picos y declives en diversas etapas de
la vida. Este dinamismo ha causado que la ciencia dedique gran parte de su esfuerzo en
comprender los mecanismos que subyacen detrás de este fenómeno, con el fin de develar las
herramientas y limitaciones con las que contamos como especie para mejorar nuestra calidad
de vida.

Fruto de este afán son las ciencias del desarrollo, que pueden definirse como un campo de
estudio compuesto por disciplinas como la psicología, la psiquiatría, la sociología, la
antropología, la genética, la pedagogía, la biología y la medicina, cuyo objetivo central se
encuentra en el estudio científico de los procesos sistemáticos de cambio y estabilidad de las
personas. Según kathleen Berger, estas ciencias del desarrollo humano buscan la
comprensión de cómo y por qué las personas cambian o se mantienen iguales a lo largo del
tiempo. Esta definición posee 3 puntos fundamentales que valen la pena destacar:

1. El estudio del desarrollo es una ciencia basada en teorías, datos, análisis y


pensamiento crítico. Su objetivo es comprender el cómo y el por qué, es decir,
descubrir los procesos de desarrollo y sus motivos. La utilización del método
científico significa que los científicos del desarrollo formulan preguntas cruciales y
buscan respuestas precisas.
2. La ciencia del desarrollo estudia a todas las clases de personas, de cualquier edad,
etnia o nacionalidad; teniendo como dificultad la descripción de las generalidades y
las diferencias de un modo que distingan y unifiquen a todos los seres humanos.
3. El estudio del cambio a través del tiempo. El estudio del desarrollo humano implica
todas las modificaciones que se producen en el ciclo vital humano, desde el
nacimiento hasta la muerte.

Dentro de esta definición, la autora destaca que el desarrollo puede describirse mediante
dos palabras clave: continuidad y discontinuidad, refiriéndose a la continuidad como a las
características que permanecen estables a lo largo del tiempo, y a la discontinuidad como a
las características que parecían ser muy diferentes a las que se poseían antes. Al constituirse
como un campo de estudio, las ciencias del desarrollo tienen como objetivo la descripción,
explicación, predicción, predicción e intervención en el ciclo vital humano Papalia y
Feldman, en su libro “El desarrollo Humano” dan un ejemplo breve y conciso sobre este
punto:

“Para poder describir cuándo dicen su primera palabra los niños o qué tan amplio es su
vocabulario a determinada edad, los científicos sociales observan grupos numerosos de niños
y establecen normas, o promedios, de las conductas en diversas edades. Luego, tratan de
explicar cómo adquieren el lenguaje los niños y por qué algunos aprenden a hablar más tarde
de lo usual. Este conocimiento puede hacer posible predecir el comportamiento futuro, como
la probabilidad de que un niño tenga problemas graves del lenguaje. Por último, comprender
la adquisición del lenguaje sirve para intervenir en el desarrollo; por ejemplo, para dar a un
niño terapia de lenguaje.”

Aquí se evidencia la importancia del estudio del desarrollo humano en la sociedad actual,
ya que mediante los avances logrados en esta área han podido lograr avances en los métodos
educativos, de crianza, de salubridad y en las políticas sociales.

El desarrollo de ciclo vital.

Uno de los conceptos clave de esta disciplina es el desarrollo del ciclo vital, el cual
conceptualiza al desarrollo humano como un proceso que dura toda la vida y que puede ser
estudiado científicamente. Los científicos del desarrollo estudian los procesos de cambios y
estabilidad en todos los ámbitos y etapas del desarrollo del ciclo vital humano. De esta
manera, cuando se hace referencia a los ámbitos del desarrollo, se habla del desarrollo físico,
cognitivo y psicosocial del individuo como 3 factores interrelacionados en su evolución y
desarrollo; mientras que al hablar de las etapas del ciclo vital se alude al constructo social
que separa el ciclo vital en diversas etapas según sean aceptadas y descritas en una sociedad
determinada en función a los cambios graduales registrados en el ser humano a lo largo de
su vida, para este artículo tomaremos en cuenta las etapas descritas por Papalia y Feldman,
por ser las más utilizadas en el campo de investigación del desarrollo humano. Esta división
categoriza el ciclo vital en:

1. Etapa prenatal (de la concepción al nacimiento)


2. Infancia (Nacimiento a los 3 años)
3. Niñez temprana (de los 3 a los 6 años)
4. Niñez media (de los 6 a los 11 años)
5. Adolescencia (de los 11 a alrededor de los 20 años)
6. Adultez temprana (de los 20 a los 40 años)
7. Adultez media (de los 40 a los 65 años)
8. Adultez tardía (de los 65 años en adelante)

Cada una de estas etapas del ciclo vital poseen características a destacar que serán tratadas
a fondo en futuros artículos, junto con otros puntos relacionados a este tema, ya que las
ciencias del desarrollo son un campo vasto e interesante de información importante sobre la
vida y el desarrollo del ser humano que nos continúa ayudando como especie y sociedad a
construir una comprensión más sólida de nuestra naturaleza y una mejor calidad de vida.

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