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1 - La regla del nahual de cinco puntas

Al poder invisible, intangible e incognoscible, origen de todos los


poderes que rigen lo ignoto y lo inteligible se le conoce como Cero. Se
le llama así por las cualidades de permutación y catálisis inmutables
que lo caracterizan. Cero al ensoñarse, vio que estaba hecho de formas
y funciones. Sus formas son estructuras perceptibles que oscilan en un
movimiento perpetuo. Asemejan el serpentear de una serpiente. Por
eso, a la permutación oscilatoria inmutable de Cero se le llama la
serpiente. Sus funciones son poderes activadores y están conscientes de
ser. Perciben y ensueñan. Se les llama el águila porque asemejan un ave
falconiforme con sus alas extendidas, el pico abierto y las garras
dobladas, que desde las alturas lo ve todo con mirada penetrante.

El águila es el activador de la catálisis inmutable de Cero. Su actividad


genera potenciales invariantes e inversores directamente proporcionales
a sí misma conocidos como conciencias.

A la activación del águila se le llama vida o ensueño. Las conciencias


somos el ensueño del águila y las realidades cotidianas son el ensueño
de las conciencias.

La serpiente al oscilar genera una compresión-cohesión de la


perceptibilidad de Cero y a la vez una disolución-desintegración del
perceptor perceptivo de Cero.

A la permutación-oscilación de la serpiente se le llama realimentación


inercial inherente o muerte. Las conciencias somos el alimento de la
serpiente anabólicamente y del águila catabólicamente.

A la primera conciencia que Cero ensoñó, le decimos el águila. A las


conciencias que ensueña el águila se les nombra la luz y éstas se
categorizan o conjuntan perceptivamente por su opacidad, por su brillo
o por su fulgor; también por su claridad y por su resplandor. Asimismo,
por su luminosidad y por su radiación, por su esplendor, por lo
refulgente o por su lustre, lo fúlgido y sobre todo por las emanaciones
caloríficas de su fuego interno.

Cero para gobernar a las conciencias las dotó de la serpiente


inescrutable, de las reglas inexorables y del don de la perpetuidad del
fuego interno, que aunque inextricable es también inextinguible e
inexhaustible.

El águila es el plural de Cero. La pluralidad es el resultado de la


actividad catalítica de Cero. La primera reacción de los potenciales
invariantes e inversores directamente proporcionales a sí misma,
conocidos como conciencias, fue su reproducción. Después, fue la
desintegración de los potenciales para la realimentación de la
serpiente. Bicondicional de la sustentación pluriforme de Cero.

La serpiente es el singular de Cero. La singularidad es el resultado de la


densidad permutante de Cero. La primera reacción de las estructuras
perceptibles fue su maleabilidad. Después, fue la desintegración
inercial inherente o muerte, para la realimentación del águila. Unívoca
de la sustentación unitaria de Cero.

Al águila que nos ensueña se le llama Aura Negra, ya que al vislumbrarla


parece un zopilote de color negro mate, intenso y absorbente. Parece
respirar por la base del pico a través de sendos orificios nasales muy
juntos, que dan la impresión de no tener separación ósea. Una mancha
bermellón oscuro con tonalidades escarlata y carmesí aparece como un
largo y grueso cuello que termina en una cabeza achatada con dos
penetrantes oquedades de un grana recóndito por donde irradian sus
múltiples efluvios. Es negra porque casi en su totalidad alberga
conciencias opacas. En número de seiscientos sesenta y seis son
compuestos silícicos. Como el silicio, el silicato, el sílex y la sílice y
extrañas conciencias carborundas y siliconas y otras de silano y siloxano
que pululan en estado gaseoso.

Las conciencias luminosas son carbónicas y se dan en número de ocho:


turba, lignito, hulla, antracita, carboxilo, carbonilo, magnetita y
actinotita. Tienen una configuración energética ovoide, dividida
longitudinalmente, lo que las hace verse como silicuas. En el
compartimiento derecho tienen una concavidad del tamaño de un puño
de color glauco. Es el punto de alineamiento. Las conciencias lo alinean
y lo encajan en las emanaciones de Aura Negra, para que al percibir, les
permita la concreción de la realidad cotidiana donde escogieron fijar su
atención.

Del total de estos seiscientos setenta y cuatro tipos de conciencias,


Aura Negra ensueña a tres con los que perpetúa la conciencia del estar
consciente de ser y con ellos se reproduce. A estos tres tipos de
conciencia se les conoce como el nahual de tres puntas, el nahual de
cuatro puntas y el nahual de cinco puntas.

Cada tipo de conciencia tiene su propia regla dentro de la gran regla.


Cada tipo de nahual tiene también su propia regla específica. El nahual
de tres puntas tiene tres compartimientos y dos puntos de encaje. El
nahual de cuatro puntas tiene cuatro compartimientos y tres puntos de
encaje. El nahual de cinco puntas tiene cinco compartimientos y cinco
puntos de encaje.
Aura Negra perpetúa las conciencias que alimentan a la serpiente en su
fuego interior con los nahuales de tres puntas y con los nahuales de
cuatro puntas. La perpetuación de la especie, de las águilas, plural de
Cero, se lleva a cabo con los nahuales de cinco puntas

En cada realidad cotidiana de la densidad infinita de Aura Negra, existe


un linaje de nahuales guardianes en espera del nahual de cinco puntas.
En Hexápoda están organizados en el linaje de la búsqueda del punto de
encaje artificial. Entre todos esperan formar al nahual pentagonal con
sus cinco lados o caras, al que han llamado Aura Ámbar.

Aura Negra ensueña fijando con sus cinco puntos de encaje grandes
racimos de emanaciones. La parte de su ensueño que desgrana a la
tierra o Hexápoda, a su universo y a sus conciencias comprende
cuarenta y ocho grandes racimos. Cuarenta pertenecen a la serpiente y
ocho al águila. De los ocho pertenecientes al águila, Aura Negra escogió
uno para aglomerar sus conciencias carbónicas y siete para aglomerar a
sus conciencias silícicas. Los cuarenta racimos donde habitan las
cápsulas de las conciencias propiedad de la serpiente, intercalados con
los ocho del águila, se fijan en cinco niveles de densidad infinita
llamados atenciones: cuatro exteriores y una interior.

La primera atención es el cosmos, parte egocéntrica y social del águila


cuya administración tiene solidez, consistencia y resistencia. Su
magnitud está limitada a las partículas oscitrónicas. Quarks positivos de
aceleración ordinaria fija.

La segunda atención es una realidad alterna, de consistencia blanda y


fofa, a cuya descripción se accede a través del ensueño. Su magnitud
está limitada a las partículas estatitrónicas. Quarks negativos a mayor
aceleración de expansión.

La tercera atención es una realidad energética cuya cohesión es


esponjosa y muy porosa. Se accede a ella a través del ensueño del
cuerpo energético. Su magnitud está limitada por las partículas
positivas retrotrónicas y por antileptones desacelerados en cuantas
retráctiles.

La cuarta atención -aquí comienza la introspección del águila- es el


interior completo del águila y abarca las otras tres atenciones
anteriores. Una involución matemática. El nahual de cinco puntas es la
introspección total del águila con sus valores intrínsecos captados. La
realidad energética del águila es intersticial, de interacción interpolar y
hodógrafa. Es una constante histéresis energética. Su estabilidad radica
en emisiones de radiación taquipsíquica. Es la diacinesis. Los comandos,
las conciencias, las emanaciones o efluvios y las funciones son
emisiones, y todas forman el ensueño del águila, creando grandes
paredes o membranas divisorias anulares. El ensueño es fotógeno y
polarizador. Se ingresa en él a través del consciente de ser de la
totalidad de la conciencia. Su magnitud está limitada a la protomateria
y a la protoantimateria.

La quinta atención es el intersticio exterior donde moran las águilas y


las serpientes. Es el ensueño de Cero. Inmensurables cúmulos insitos de
águilas imbricadas, colgando y meciéndose de las serpientes forman el
ensueño de Cero. El ensueño es taxativo al punto donde encaja la
percepción en el cuerpo energético de la conciencia y el puente, entre
la micro y macro conciencia paralela, en la lateral de Cero. Su magnitud
es infinita de lugar. El tiempo y el espacio forman el interior de cada
lugar.
El nahual de cinco puntas ha sido compelido por el águila, Aura Negra, a
compilar, recopilar y a reconstituir el conocimiento interno de ella
misma, depositado en sus cinco compartimientos, con el propósito de
desarrollar la volición del poder. Para esto le entregó la regla específica
y dieciocho acertijos que sólo pueden resolverse con la voluntad dirigida
a la abrasión de la serpiente y al traspaso del ensueño.

3 - La consecución de la totalidad de uno mismo

...El seguimiento consciente de la regla por parte de una conciencia,


reditúa en la práctica, en el movimiento del punto de encaje a
voluntad. Esta praxis desarrolla la voluntad o fuerza impulsora y
retractora del punto de encaje. La regla exige la práctica paradójica de
cinco rutinas seriadas y repetitivas: física, mental, ensoñadora, volitiva
individual y volitiva colectiva.

El cuerpo físico, la parte sólida de la energía del capullo luminoso, debe


incorporarse al resto de sus partes, disminuyendo su oscilación
vibratoria. Los perceptores siguieron el aspecto sólido de la regla, con
un sistema de resistencia progresiva de alta intensidad de empujones y
jalones, llamado quanimec, al que yo denominé arbitrariamente
corpofilia. Muy parecido a los deportes de la halterofilia, en
combinación con los levantamientos de poder y el fisicoculturismo.
Variando el enfoque vibrátil y la intensidad, en relación al aspecto
lúdico y atlético actual.
...El cuerpo físico se debía trabajar tres días sí, un día no: tres días sí,
dos días no y se repetía el ciclo. Un día se trabajaba la parte inferior
del cuerpo, comenzando por los pies y las pantorrillas, enseguida las
corvas, los muslos y los glúteos, para finalizar con la parte baja del
abdomen. Otro día tocaba a la parte trasera del cuerpo, espalda alta,
media y baja, seguida de los trapecios, cuello, deltoides posteriores,
tríceps y antebrazos. El tercer día se trabajaba el pecho, deltoides
frontales y laterales, los bíceps, los antebrazos y el abdomen alto.
Siempre en ese riguroso orden.

Don Chema me aseguró que los movimientos que cada capullo luminoso
a de ejecutar y la intensidad de los mismos, a la larga, es un designio
del espíritu o fuerza que todo lo permea. Sin embargo, me dijo, existen
movimientos básicos de donde todos debemos partir. Continuó
diciéndome que los designios son la causa fundamental de los actos de
los perceptores. Un perceptor, me dijo, ya no actúa como los otros
seres, por impulsos emocionales impetuosos. Los designios lo guían y le
indican cómo, dónde y por qué actuar. Esto se debe a que el capullo se
torna uno, con el poder del espíritu. Al igual que una gota de agua que
cae al océano, pero que a diferencia de las demás no se desintegra en
esa vastedad de agua, sino que estando en el océano, conserva su forma
y función individual. Es una gotita particular y a la vez es todo el
océano. Está consciente de sus dos naturalezas y usa el poder para
desplazarse a voluntad en esa inmensidad cada vez que lo intenta. Los
movimientos con pesos adicionales desarrollan la conciencia del ser y
del estar consciente de los designios. La intensidad de su ejecución
desarrolla el poder de percibirlos y seguirlos sin cuestionamiento
alguno. La constante repetición seriada de estos, desarrolla el impulso
de la voluntad y el intento para volar en pos de la perpetuidad de la
conciencia individual en forma independiente.

Los perceptores complementaban estos ejercicios con la ingestión de


plantas de poder, utilizando primordialmente las raíces, flores y
semillas. Con éstas, incrementaban la agudeza mental y la masa
muscular. Aquí, don Chema me hizo una observación. Me dijo que en el
uso de las plantas estriba una de las diferencias entre brujos y
perceptores. Los brujos usan plantas de poder que decrecen la agudeza
mental y la masa muscular debido a que incrementan la esfera del
cuerpo energético y los perceptores usan otro tipo de plantas de poder
que equilibran los cuerpos o esferas interiores, incrementándolos todos
al mismo tiempo. Los brujos son engendrados por inorgánicos sombras y
los perceptores por inorgánicos receptores.
En su alimentación diaria nunca faltaba suero de leche, requesón, miel
de abeja, aceite de pescado, pescado, jugo de nopal, carne seca molida
de diferentes animales y un polvo hecho de esteroles y flavones
vegetales, aminoácidos, carbohidratos y vitaminas y minerales
concentrados. Por lo demás don Chema comía de todo excepto trigo,
café, leche entera, cerdo y azúcares refinados o productos que los
contuvieran.

Los movimientos al incrementar su intensidad, aceleran por presión-


tensión, la salida del cuerpo energético, al desplazar el punto de encaje
del cuerpo físico hacia el energético...

...Existe toda una tradición relacionada con el desarrollo y


mantenimiento óptimo de las esferas interiores en el linaje de los
guardianes protectores del nahual pentagonal, muy larga de enumerar,
así como de la ingestión de alimentos tan vital para los desplazamientos
y cambios del punto de encaje. El cuerpo físico en particular funciona
molecularmente con energía perceptora, donde cada reacción químico-
eléctrica debe concordar con la siguiente y con la anterior. El flujo de
energía fluye al estar los canales bioenergéticos abiertos. Es una
cuestión programática y no estética o atlética. Estas dos últimas se dan
por sí mismas como ganancias adicionales. En la segunda atención un
cuerpo debilitado o descuidado tiende a fraccionarse y a desintegrarse
por falta de cohesión y de control. Un cuerpo fuerte al desintegrarse
mantiene el control para integrarse nuevamente en otra atención.

En los últimos años he visto el desarrollo del deporte del


fisicoculturismo. El desarrollo del cuerpo físico es el logro supremo de
un capullo luminoso en la primera atención. Es la base para viajar a
otras atenciones. La humanidad parece que se encamina nuevamente al
conocimiento silencioso, a través del desarrollo de cada una de sus
partes físicas. Poco a poco todo se junta hasta lograr integrar un todo.

La presión-tensión de la sobrecarga progresiva en puntos específicos del


cuerpo físico afloja el punto de encaje. El cual en su lugar, pero
aflojado, puede ser deslizado y movido hacia atrás. Sin este movimiento
reversible no es posible revivir a plenitud los ensueños. La retrospección
del ensueño es el movimiento hacia atrás del punto de encaje colectivo
alineado al punto de encaje del cuerpo energético, mientras el punto
de encaje del cuerpo físico está estático. De esta manera la
retrospección es absoluta y completa. Al revivirla se encienden nuevos
filamentos en el capullo. La luminosidad que se desprende de ellos lleva
la vieja nueva experiencia vivida exactamente por segunda ocasión. La
serpiente escoge lo que más le place para entregárselo al águila como
sustento. La razón se pierde y el conocimiento del silencioso brotar de
la vida se gana para retenerlo por siempre.

Otro de los aspectos físicos de la corpofilia es el de los movimientos de


estiramiento de los músculos y de las articulaciones. Y se complementa
finalmente con la absoluta cesación del pensamiento. Detener la
generación del pensamiento y la comunicación interior constante. Todo
conlleva al momento en que el punto de encaje se mueva y cambie
nuestra percepción. En ese instante el cuerpo físico debe de estar
preparado para soportar la nueva tensión o sucumbirá. El cuerpo
energético deberá ser capaz de tomar el estado consciente de la
totalidad de sí mismo y soportar las enormes presiones de la segunda
atención, donde la compactación de la energía es aún mas dura que la
de la primera atención. De no ser así, el capullo luminoso se colapsa y
es desintegrado por la contracción de la serpiente...

El cuerpo luminoso: El cuerpo mental es el producto del punto de


encaje fijado en la posición del cuerpo energético. Es la parte volátil
del cuerpo luminoso que nos permite organizar la energía sólida que
rodea al cuerpo físico. La regla no lo contempla en la totalidad, por
esto, la rutina y la práctica paradójica lo lleva poco a poco a su
desaparición, dejando en su lugar el conocimiento natural y silencioso
de la energía estipulado en la regla. La pérdida de este cuerpo es la
ganancia del cuerpo luminoso, ya que éste último verá y pensará cuando
el primero desaparezca. Es la visión cerrada de una realidad contra la
visión total de todas las realidades. Su disolución comienza con el
aniquilamiento del ego y sus partes: la importancia de poseer, de ser,
de ordenar, de ser obedecido y de ser obediente. Finalmente se aniquila
el significado del habla y de la ofensa que provoca, constantemente al
ego. Para lograrlo entra en juego la abstinencia sexual únicamente en
los periodos de alta luminosidad, el contacto con orgánicos
elementales, con inorgánicos luminosos o sombras y las caminatas
nocturnas en cerros o montañas.

El cuerpo de ensueño es la parte de la totalidad cuya característica


natural es la propiedad de disminuir o aumentar su constante oscilatoria
vibrátil, lo que le permite interactuar en los estados de vigilia de los
diferentes estados atencionales. Se accede a esta parte del capullo
fijando el punto de encaje en el estado de vigilia, para despertar en el
ensueño. La técnica utilizada amplía el estado de vigilia a los anteriores
estados del ensueño. Se fija la atención en un ensueño hasta entrar en
él. Logrando esto, varias veces, el cuerpo de ensueño comienza a
"gatear" en los ensueños en vigilia. El rango de visión del capullo se
amplía, comenzando a ver cosas que antes ni veía, hasta enderezarse y
caminar.

El cuerpo volitivo individual es la parte paralela del cuerpo físico; queda


un arco frente al otro, sin importar la posición del observador frente a
la esfera luminosa. Es la parte izquierda del capullo luminoso. La parte
complementaria de la conciencia total de la luminosidad. Es accesible
al estado de vigilia al ampliar el rango ensoñado del observador. Estas
técnicas fueron las que más tarde convirtieron el punto de encaje de
Hexápoda, el colectivo, en la magia, hechicería o brujería. Antecedente
directo del endurecimiento de la parte sólida de la energía, conocida
hoy como ciencia y tecnología. La única manera de integrar la vigilia a
este cuerpo es con la repetitiva entonación de su estado oscilatorio
vibrátil, entonado por el cuerpo físico. El cuerpo de ensueño debe
acudir al cuerpo volitivo individual, recibir el sonido propio de éste y
regresar al cuerpo físico a entregárselo. La entonación del sonido del
punto de encaje colectivo, al alcance de todas las conciencias, permite
la reducción individual para alcanzar una de sus partes. Esta
reverberación es la esencia del conocimiento silencioso. El pulsar del
corazón del gran capullo mayor.

El cuerpo volitivo colectivo es la membrana exterior de la esfera


consciente. Refleja a la energía en su expansión. Como punto de
encaje, es el anillo que cubre el interior del capullo. Un anillo móvil en
expansión circular constante, cuya velocidad crea a la membrana
aparente exterior del capullo. Es la última parte en ser alcanzada por la
vigilia del capullo. Estas cinco partes componen las conciencias; sus
compartimientos, sean dos, tres o cuatro, forman su interior. La
concentración de los compartimentos en el centro de la conciencia
formando un núcleo, confluye con la fusión de los cinco cuerpos en ese
mismo núcleo, aunque en diferente lugar. Así se alcanza la percepción
total y el ingreso a la tercera atención. La saturación de las actividades
de las otras cuatro partes lleva consecuentemente a la recuperación de
esta parte y con ello a la inserción nuclear de todas las partes del
capullo luminoso...

6 - Los tipos de configuraciones energéticas

Los capullos ordinarios o estándar se componen de dos esferas


sobrepuestas contenidas por una membrana también esférica y éstos
son de tres tamaños. Los enanos energéticos, los más abundantes, me
comentó don Chema, no tienen ninguna esperanza. Son cual pollos en
engorda para el águila. Jamás podrán comprender la energética. No es
cuestión de educación o cultura, es cuestión de energía, me dijo. Los de
tamaño medio interactúan con las proyecciones inorgánicas y son los
líderes del punto de encaje colectivo. Lo preservan, es más, preservan a
la primera atención. Los de tamaño grande, los más escasos, son
enlaces entre la primera y la segunda atención. Los nahuales de cuatro
puntas los utilizan para formar sus grupos y en ocasiones los fusionan
para formar nahuales tetragonales. Los colectores, los escanciadores y
los voladores redondos les llamaron respectivamente (figura A). Los
nahuales de tres puntas se conforman de tres esferas sobrepuestas
(figura B). Los nahuales de cuatro puntas, con cuatro esferas forman su
cuerpo luminoso (figura C). Y los nahuales de cinco puntas con cinco
esferas (figura D). Aquí la regla dice que la parte humana del espíritu sí
se conmueve. Es lo que nos controla y lo que nosotros podemos
controlar. Para llegar al control total del punto de encaje es menester
controlar primero al espíritu (capullo luminoso).

Los nahuales de cuatro puntas tienen cuatro cuerpos: físico, energético


o doble, paralelo y proyectil. Los nahuales de cinco puntas tienen estos
mismos más el cuerpo protráctil. Los cuerpos físico, energético y
paralelo son capaces de proyectar sus dos puntos de encaje comunes. A
estas proyecciones se les llama cuerpos de ensueño. Los nahuales de
tres puntas carecen del cuerpo proyectil. Muchos de ellos buscan un ser
inorgánico para completarse. Los cilindros ordinarios o estándar, a
diferencia de los orgánicos se configuran en tres segmentos, también
cilíndricos (figura E) o cuerpos: el físico, el energético y el proyectil.
Este último es atrapado por el nahual de tres puntas, quien lo agrega a
su configuración y lo utiliza para proyectarse en la primera y en la
segunda atención, con obvios resultados (figura F).

Un nahual de tres puntas desconfigurado es una aberración energética,


dado que sus tres esferas se vuelven poliedros. Sin embargo, es algo
muy natural de ellos. Esto mismo hacen los seres inorgánicos voladores
a los capullos colectores: adherirse a ellos (figura G). Un nahual así es
más inorgánico que orgánico. Su acceso a la segunda atención queda
garantizado y su misión asegurada. Su forma retorcida es repugnante.
Esta forma inclusiva ha sido utilizada por nahuales de tres puntas y
algunos de cuatro o por voladores redondos al percatarse de su
imposibilidad de ingresar a la tercera atención. La mayoría lo ha hecho
en espera de incorporarse a otro nahual que los transporte a la tercera
atención. Es muy riesgoso y la gran mayoría finalmente perece. Un
nahual debido a su conformación energética nunca es molestado en la
segunda atención. Su fuerza es tal, comparable únicamente con uno de
los escasos nahuales inorgánicos. Esto ha conducido a muchos de ellos a
tomar inorgánicos como verdaderos esclavos. Por una magra comida
energética los utilizan para proyectarlos en otros mundos. Si perecen
son reemplazados por otros. Estas alianzas forzadas son recíprocas. Los
inorgánicos nos usan a los orgánicos colectores para alimentarse. Este
poder energético superior de los capullos nahuales nos protege de los
inorgánicos voladores en sus áreas de influencia. Donde vive un nahual
ningún inorgánico se atreve a incursionar, a menos que el nahual se lo
permita.

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