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Ruta de las naves españolas hasta Abtao. El mapa solo muestra la costa de tierra firme, sin los bajos,
rocas escasamente sumergidas, variaciones debido a las mareas ni las corrientes producidas. Las
naves peninsulares eligieron el derrotero del sur debido a la falta de cartas de navegación para el canal
de Chacao.
Caricatura aparecida en El Museo Universal del 2 de diciembre de 1866 que se burla de chilenos y
peruanos, a quienes muestra asustados y descalzos durante el combate de Abtao.
La flota chileno-peruana se componía 4 naves de guerra y dos vapores, todos al mando del
capitán peruano Manuel Villar Olivera, ya que Williams Rebolledo y su Esmeralda había
partido hacia Ancud en busca de víveres y carbón dos días antes. Además, disponían de una
serie de baterías en tierra montadas con los cañones rescatados de la Amazonas, que había
encallado a su llegada a la zona. En este combate los vapores no tendrían participación en el
combate ya que la Lautaro había sido varada y el Antonio Varas fue llevado al norte de la línea
de combate. las baterías de tierra tampoco participarían debido a la poca distancia que tenían.
Las naves españolas, advertidas de los peligros de navegación, debían maniobrar con
extremo cuidado sin cartas de navegación ni conocimiento de la zona. En las primeras horas
del 7 de febrero, los vigías aliados anunciaron la presencia de un buque que luego fue
identificado como una de las fragatas españolas, que de manera precavida reconocía la zona
en que se encontraban las naves aliadas, las cuales formaron una línea en forma de herradura
cubriendo con sus cañones los dos accesos a la ensenada.
El combate comenzó a las 15:30 horas y se prolongó por dos horas en que se intercambiaron
en conjunto unos 2000 disparos a aproximadamente 1500 m de distancia, con la única
excepción de un corto combate entre la Covadonga y la Blanca que se combatieron separadas
el istmo de la isla. Ninguna de las naves recibió daños considerables. Las fragatas españolas
no se animaron a acercarse por temor a resultar varadas en una zona que desconocían,
mientras que las naves aliadas -dada su inferioridad material- se mantuvieron al amparo del
canal.
Las bajas españolas fueron de seis heridos y tres contusos. En la escuadra aliada los
historiadores discrepan sobre el número de bajas. Las cifras de muertos oscilan entre dos y
doce y los heridos entre uno y una veintena.35
Manteniéndose a poca máquina, los buques europeos esperaron toda la noche algún
movimiento de la escuadra aliada, realizando algún disparo, pero sin obtener respuesta. Al
amanecer las fragatas volvieron a la entrada de la rada, permaneciendo allí hasta las nueve
de la mañana. Al ver que los barcos chileno-peruanos no se movían, se decidió regresar a
Valparaíso para reunirse con el resto de la escuadra española.
La historiografía aliada considera el combate de Abtao como una victoria estratégica por
considerar que las fragatas españolas se retiraron sin cumplir su misión.5:51 Aun así, los
historiadores peruanos conceden mayor importancia al combate que sus colegas chilenos y se
muestran más críticos con la ausencia de Williams Rebolledo que estos últimos.5:51 Por su
parte, para la prensa europea se trató de una victoria española, y en particular la española
ridiculizó a la flota aliada por su débil defensa, ya que no se presentó al combate.[cita requerida]
Al arribo de Williams Rebolledo y la Esmeralda, la flota aliada buscó una mejor posición en el
estuario de Huito, situado al frente y a poca distancia de las islas de Calbuco. Tras tener
noticias del combate, el brigadier Méndez Núñez decidiría salir él mismo en busca de las
naves aliadas al mando de la fragata blindada Numancia y la Blanca para destruir
definitivamente las fuerzas aliadas. Ante la imposibilidad de acercarse a su enemigo por la
cantidad de islas, islotes, bajos, corrientes y las constantes nieblas de Chiloé, sin disponer
de cartas náuticas, el marino español optó por regresar a puerto, pues consideró que era un
grave riesgo exponer sus barcos estérilmente. Al pasar por la bahía de Arauco en su regreso a
Valparaíso, las naves españolas sorprendieron y capturaron al vapor chileno Paquete del
Maule que llevaba a bordo una tripulación de 126 hombres, entre oficiales, tropas y
marineros.36