Está en la página 1de 107

COLEGIO DE ESTUDIOS DE POSGRADO

DE LA CIUDAD DE MÉXICO

ANTOLOGÍA

DESARROLLO
HUMANO II

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 1 de 107


ÍNDICE PÁG

OBJETIVO DE LA ASIGNATURA 3

1. LA PUBERTAD Y LA ADOLESCENCIA 3
1.1 Desarrollo físico 3
1.2 Desarrollo intelectual 9
1.3 Desarrollo social y emocional 20

2. ADULTEZ TEMPRANA 28
2.1 La adultez dentro del desarrollo vital humano 28
2.2 Las principales factores que determinan el periodo del adulto joven 29
2.3 Las variables físicas en la adultez temprana 29
2.4 Los factores cognitivos en el adulto joven 30
2.5 Los aspectos psicológicos y sociales en la juventud 31
2.6 La propia etapa de vida y de las características personales 32
2.7 La educación en la vida del adulto joven 36

3. ADULTEZ INTERMEDIA 38
3.1 El desarrollo físico en el adulto intermedio 38
3.2 Los aspectos cognitivos en el adulto maduro 41
3.3 Las variables psico-sociales en la adultez media 48
3.4 Las tareas del desarrollo del adulto medio. 62
3.5 Las características del adulto intermedio en relación con otras edades 66
3.6 Calidad de vida del adulto intermedio en los distintos países 68
3.7 La educación en la vida del adulto intermedio 72

4. ADULTEZ TARDÍA 75
4.1 Las características físicas en la tercera edad 75
4.2 Teorías sobre el envejecimiento 79
4.3 Los aspectos cognitivos en el adulto tardío 80
4.4 El adulto tardío y sus aspectos psico-sociales 82
4.5 La educación en la vida del adulto tardío 85

5. LA SENECTUD 86
5.1 Senectud: curiosidad y respeto por la vida de los ancianos en los
distintos países. 86
5.2 Adaptación y conciencia del propio ser dentro de la propia familia 91
5.3 Intereses y grupos de apoyo 94
5.4 Las actividades recreativas y de aprendizaje 97
5.5 Las diferencias de actitudes hacia la muerte en diferentes culturas 98

BIBLIOGRAFÍA 104

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 2 de 107


OBJETIVO GENERAL DE LA ASIGNATURA:

Al término del curso, el alumno analizará las principales características de las etapas
del desarrollo en el ser humano en su etapa adulta, a fin de interpretar los procesos
cognitivos de cada una de ellas y su relación con el aprendizaje.

1. LA PUBERTAD Y LA ADOLESCENCIA

1.1 Desarrollo físico

El termino pubertad proviene del latin pubere que significa pubis con vello. Es un
proceso biológico en el que se produce el desarrollo de los caracteres sexuales
secundarios, la maduración completa de las gónadas y glándulas suprarrenales, así
como la adquisición del pico de masa ósea, grasa y muscular y se logra la talla
adulta. La definición de pubertad obedece a criterios estadísticos, es decir, si la
aparición de los caracteres sexuales secundarios se encuentran dentro del intervalo
de +-2,5 DE (desviación estándar) para sexo y población de referencia. Se considera
inicio pubertal normal a la aparición de telarquia entre los 8-13 años en las niñas y el
aumento del tamaño testicular entre los 9-14 años en los niños.

Adolescencia procede de la palabra latina “adolescere”, del verbo adolecer


y en castellano tiene dos significados: tener cierta imperfección o defecto y también
crecimiento y maduración. Es el periodo de tránsito entre la infancia y la edad
adulta. Se acompaña de intensos cambios físicos, psicológicos, emocionales y
sociales; se inicia con la pubertad (aspecto puramente orgánico), terminando
alrededor de la segunda década de la vida, cuando se completa el crecimiento y
desarrollo físico y la maduración psicosocial. La OMS (2017), considera adolescencia
entre los 10 y 19 años y juventud al periodo entre los 19 y 25 años de edad. La
SAHM (Sociedad Americana de Salud y Medicina de la Adolescencia) la sitúa entre los
10-21 años. Distinguiendo 3 fases que se solapan entre sí:

 adolescencia inicial (10-14 años)


 media (15-17 años)
 tardía (18-21 años).

Cabe mencionar que «Adolescencia» es un término no bien delimitado


respecto de otros conceptos como «pubertad» o «juventud». La distinción
impúber/púber no se superpone en todas las épocas o culturas con la distinción
infancia/adolescencia, aunque la distinción entre impúber e infancia sí se superpone,
aproximadamente, en extensión. En algunas sociedades, la pubertad no clausura la
etapa adolescente, mientras que en otras, determinadas ceremonias ligadas a la
adolescencia, sobre todo tratándose de chicas, uno tienen comienzo antes incluso del

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 3 de 107


inicio de la pubertad (Schlegel y Barry, 1991; Bueno, 1998). Una dificultad similar se
presenta respecto de la noción de «juventud». Se toma como referencia las
concepciones que entienden la etapa adolescente como el periodo de transición hacia
el estado adulto. En aquellas sociedades donde la salida de la adolescencia no da
paso inmediato a un estado de plena adultez, se hablaría entonces de un periodo de
juventud o de adulto joven, de duración más o menos variable (Schlegel y Barry,
1991; Arnett y Taber, 1994).

Se pretende entonces centrarse en las diversas concepciones existentes


sobre el periodo de transición, descartando aquellas propuestas que abordan
cuestiones relativas a la juventud Sin embargo, no desconocemos que desde un
punto de vista teórico general se ha atribuido la responsabilidad analítica de la
adolescencia a las disciplinas psicobiológicas; siendo otras disciplinas de las ciencias
sociales —en especial la sociología, la historia, la educación y los estudios
culturales— más proclives al uso de la categoría de juventud, enfatizando la
construcción social, histórica, cultural y relacional de las nociones en las diferentes
épocas y procesos históricos. Por lo cual se respeta el criterio de los diferentes
autores y a las concepciones que se refieren a la «juventud», o indistintamente a
«juventud» y «adolescencia», se entiende de dichas.

Remata Antonio Alonso Concheiro (2006, p. 182) serían constitutivas de


la adolescencia como etapa de transición al estado adulto. Efectivamente como lo
señala (Dávila 2014), La misma noción de infancia nos remite a este considerando, y
sus dinámicas de paso desde la infancia a la denominada edad adulta o adultez. El
intersticio entre ambos estadios es lo que se suele concebir como el campo de
estudio y conceptualización de la adolescencia y juventud, con delimitaciones en
ambas no del todo claras, que en muchos aspectos se superponen, y dependiendo de
los enfoques utilizados para esos efectos (Dávila, 2004:31).

En sociedades tradicionalistas son comunes los rituales que marcan que un


niño alcanza la mayoría de edad. Y en las sociedades modernas, el paso de la niñez a
la adultez no se distingue por el por un único suceso, sino por un largo periodo
conocido como adolescencia, una transición del desarrollo que implica cambios,
físicos cognitivos, emocionales y económicos. Un cambio físico importante es el
inicio de la pubertad, el proceso que lleva a la madurez sexual o fertilidad, es decir,
la capacidad para reproducirse. Tradicionalmente se creía que la adolescencia y la
pubertad empezaban al mismo tiempo, alrededor de los 13 años, en algunas
sociedades occidentales los médicos han comprobado que los cambios puberales
tienen lugar mucho antes de los 10 años. La adolescencia abarca aproximadamente
el lapso entre los 11 y 19 o 20 años.

Construcción y búsqueda de identidad Entre las varias definiciones sobre la


adolescencia, quizás la de Erik Erikson (1972) destaque más la parte de búsqueda de

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 4 de 107


identidad, la identidad del yo —quiénes somos, cómo nos adecuamos a la sociedad y
qué queremos hacer en la vida—, entre los 12 y los 20 años de edad. Se crea un
sentimiento de continuidad, cohesión interior, sentido de seguridad y adecuación,
organización en el tiempo y en el espacio, apreciación emocional, intercambio
interpersonal, enfrentamiento a diversas situaciones, aprendizaje sobre la vida,
interés sexual, integración al grupo de pares, valoración y participación social,
desarrollo profesional, además de autoimagen social (Erikson, 1972, 1974, 1983).

Hoy se habla de incluso tres etapas adolescentes. Más o menos, son las
siguientes: pubertad, con cambios físicos y temperamentales entre los:

 11 y los 12 años; un tiempo de asilamiento o de íntima compartición con


el grupo de pares.
 13 a los 15 años, y adolescencia tardía o final.
 16 y los 18. Virginia Satir remarca la importancia de descargar energía en
esta fase de grandes cambios, cuando todo parece nuevo «y la gente tiene
que volver a conocer a quienes le rodean» (2002: 327).

En todo caso, se trata de un período de cambios, biológico y social, psicológico,


físico, sexual y cultural, en el cual se presenta el pensamiento abstracto, la
autonomía y la decisión. El joven, a veces, expresa afectos como en la infancia y, en
ocasiones, los reprime como se acostumbra a hacer en la adultez. Básicamente, se
trata de cambios fisiológicos, desarrollo cognitivo, desarrollo moral, desarrollo social
y de personalidad (Papalia y Wendkos, 2001).

Para la OMS, es el grupo etario entre los 10 y los 19 años, y, en varias


sociedades occidentales, se considera el tránsito entre la infancia y la edad adulta.
Adolescencia: Época de la vida en la cual tiene lugar el empuje de crecimiento
puberal y el desarrollo de las características sexuales, así como la adquisición de
nuevas habilidades sociales, cognitivas y emocionales. Autoestima, autonomía,
valores e identidad se van afirmando en este proceso. La adolescencia ofrece
oportunidades para crecer, no sólo en relación con las dimensiones físicas sino
también en la competencia cognoscitiva y social, la autonomía, la autoestima y la
intimidad. Los jóvenes que tienen relaciones de apoyo con los padres escuela y la
comunidad tienden a desarrollarse de una maneras más saludable y positiva
(Youngblade et al., 2007). Sin embargo, los adolescentes estadounidenses enfrentan
hoy peligros para su bienestar físico y mental que incluye altas tasas de mortalidad
por accidentes, homicidios y suicidios (Eaton et al., 2008) las conductas de riesgo
pueden reflejar inmadurez del cerebro del adolescente.

En esta etapa, los cambios físicos son importantes, puesto que causan
movimiento en las jóvenes y los jóvenes adolescentes. No es que sean un problema
en sí, pero se trata de aceptarlos, sobrellevarlos y adaptarse. Los cambios

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 5 de 107


relacionados con la pubertad son, quizás, los más destacados, porque acarrean
inquietudes sobre su imagen, entre otras cosas. Aumenta la conciencia corporal, las
preocupaciones sobre la fuerza y el atractivo, se siente ira, vacío, también excitación
sexual. Varias son las perturbaciones o los desconciertos notados. Por otro lado, es
una aventura hacia lo nuevo (McConville, 2009).

Los cambios biológicos de la pubertad, que señalan el final de la niñez,


incluyen un rápido crecimiento de estatura y peso, cambios proporciones y formas
corporales y la adquisición de la madurez sexual. Estos impresionantes cambios
físicos forma parte de un largo y complejo proceso de maduración que empezó antes
del nacimiento y sus ramificaciones psicológicas continúan en la adultez.
La pubertad es resultado de la mayor producción de hormonas relacionadas con el
sexo y tiene lugar en dos etapas:

 Adrenarquia maduración de las glándulas suprarrenales.


 Gonodarquia maduración de los testículos y ovarios

Hacen mención Susman y Rogol (2004), que alrededor de los siete u ocho
años, las glándulas surprarrenales, localizadas sobre los riñones. Secretan niveles
gradualmente crecientes de andrógenos, sobre todo dehidroepiandrosterona (DHEA),
que participa en el crecimiento del vello público, axilar y facial, así como en un
crecimiento corporal más rápido, mayor grasa en la piel y en el desarrollo del olor
corporal. A los 10 años, los niveles DHEA son 10 veces mayores de lo que eran entre
las edades de uno y cuatro años (McClintock y Herdt, 1996).

Hay una ráfaga de actividades hormonales parece depender de que se


alcance la cantidad critica de grasa corporal que se necesita para la reproducción
exitosa. Por consiguiente las niñas con un porcentaje más alto de grasa corporal en
la niñez temprana y las que experimentan un aumento de peso inusual entre los
cinco y nueve años suelen mostrar un desarrollo puberal más temprano (Davison,
Susman y Birch, 2003, Lee et., 2007) algunos estudios sugirieron que la que la
acumulación de leptima, una hormona que se encuentra en el torrente sanguíneo
relacionada con la obesidad, puede estimular el hipotálamo, el cual envía la señal a
la hipófisis, que a su vez la remite a las glándulas sexuales que incrementan su
secreción de hormonas (Chehab, Mounzih, Lu ylim, 1997; Clémemt et al., 1998;
ORahilly, 1998; Strobel, Camoin, Ozata y Strosberg, 1998; Susan y Rgol, 2004). Los
científicos han identificado en el cromosoma 19 un gen, GPR54, esencial para que
ocurra este desarrollo (Seminara et al., 2003).

Algunas investigaciones atribuyen la mayor emocionalidad y mal humor de


la adolescencia temprana a esos desarrollos hormonales. En realidad emociones
negativas como la aflicción y la hostilidad, así como los síntomas de depresión que

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 6 de 107


muestran las niñas, tienden a aumentar a medida que progresa la pubertad (Susman
y Rogol 2004).

 (El grado de desarrollo puberal) y en su aparición esos cambios se


observaran más de cerca, de acuerdo a la convivencia con
adolescentes.

Son variaciones similares en el estatus puberal, por lo que se presentan en las


siguientes tablas. 1, 2, 3.
Tabla 1
Cambios Fisiológicos en la Adolescencia
Características femeninas Edad en que aparece por primera vez
Crecimiento de los senos 6-13 años
Crecimiento del vello púbico 6-14 años
Crecimiento corporal 9.5- 14.5
Menarquia 10-16.5
Aparición del vello axilar Alrededor de 2 años después de la
aparición del vello púbico
Mayor actividad de las glándulas Más o menos al mismo tiempo que la
productoras de gras y sudor (lo que aparición del vello axilar.
puede generar acné)
(Tabla de características, propuesta por Papalia)

Tabla 2
Características masculinas Edad en que aparece por primera vez
Crecimiento de los testículos y el escroto 9-13.5
Crecimiento del vello púbico 12-16
Crecimiento corporal 10.5-16
Crecimiento del pene, la próstata y las 11-14.5
vesículas seminales
Cambio de voz Más o menos al mismo tiempo que el
crecimiento del pene
Primera eyaculación del semen Alrededor de 1 año después del inicio del
crecimiento del pene
Aparición del vello facial y axilar Alrededor de 2 años después de la
aparición del vello púbico
Mayor actividad de las glándulas Más o menos al mismo tiempo que la
productoras de grasa y sudor (lo que aparición del vello axilar
puede generar acné)
(Tabla de características, propuesta por Papalia)

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 7 de 107


Tabla 3
Características sexuales secundarias

Niñas Niños

Senos Vello púbico


Vello púbico Vello axilar
Vello axilar Desarrollo muscular
Cambios en la voz Vello facial
Cambios en la piel Cambios den la voz
Mayor anchura y profundidad de la pelvis Cambios en la piel
Desarrollo muscular Ensanchamiento de los hombros
(Tabla de características, propuesta por Papalia)

El estirón del crecimiento adolescente implica un aumento de la estatura peso


y crecimiento muscular y óseo que ocurre durante la pubertad; en las niñas en
general comienza a los nueve y medio y catorce y medio años. Usualmente alrededor
de los 10 años, y en los niños a los 10 y medio y a los 16 años y por lo general a los
12 y 13, suelen durar alrededor de dos años; poco después de que termina, el joven
alcanza la madurez sexual. Tanto la hormona del crecimiento como las hormonas
sexuales andrógenos y estrógenos contribuyen a este patrón normal del crecimiento
puberal (Susman y Rogol 2004).

El crecimiento de niños y niñas es diferente lo cual se manifiesta no sólo en las


tasas de crecimiento sino también en la forma en que se produce. Un niño se hace
más grande en general de sus hombros son más anchos, sus piernas más largas en
relación al tronco sus antebrazos son más largos en relación a la parte superior del
brazo y a su estatura. La pelvis de la niña se ensancha para facilitar la maternidad y
bajo su piel se acumula dos veces más rápido que en los varones (Susman y Rogol
2004). Signos de la madurez sexual: La primera espermaquia puede ocurrir a los 13
años, un niño puede despertar y encontrar una mancha húmeda o seca y endurecida
en las sabanas. El resultado de una emisión nocturna, es decir una eyaculación
involuntaria o conocido como sueño húmedo, la mayoría de las emisiones tiene
conexiones con un sueño erótico. La madurez sexual en las niñas es la menstruación,
el desprendimiento mensual del tejido del revestimiento del útero. La primera
menstruación llamada menarquia ocurre como consecuencia del desarrollo femenino.

La adolescencia se inicia por unos cambios corporales que se recogen bajo el


concepto de pubertad. Unos cambios neuroendocrinológicos que ponen en marcha
unas modificaciones corporales que culminarán en la consolidación de un cuerpo
adulto. Estos cambios se pueden concretar en dos ámbitos:

1. Los cambios anatómico-estructurales consistentes en los desarrollos de los


caracteres sexuales secundarios: corresponden al tamaño, masa muscular, ósea...

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 8 de 107


2. Los cambios funcionales: se desarrolla la capacidad de procrear, de
reproducción, iniciándose con la aparición del período menstrual y la primera emisión
seminal.

Estos cambios tienen dos consecuencias de amplia resonancia emocional: la


pérdida del cuerpo infantil, que conlleva la necesidad de elaboración del duelo
consiguiente, y la renovación y el estreno que supone la adquisición de un cuerpo
nuevo, con posibilidades y funciones también nuevas. Es decir, la pérdida de lo
conocido, el cuerpo infantil, para pasar a estrenar un cuerpo nuevo que se desconoce
y teme. Como ante cualquier cambio, frente a lo nuevo y desconocido, el
adolescente puede reaccionar aferrándose al cuerpo infantil y los logros obtenidos
porque es algo que ya conoce y domina, negando el desarrollo y su crecimiento. Pero
también puede reaccionar ante lo nuevo y que estrena: verificando, probando y
comprobando su idoneidad a fin de poderse acomodar a las experiencias y
posibilidades que el cuerpo proporciona. Por eso en muchas ocasiones busca los
medios que le faciliten un control sobre su cuerpo, principalmente a través de la
gimnasia, actividades deportivas, etc. El adolescente siente el cuerpo como algo
extraño a él, que le viene impuesto, ajeno a su voluntad y control. El cuerpo
proporciona unas referencias espaciales nuevas que hacen sentir al adolescente
como un ciego en medio de unas dimensiones espaciales que han cambiado, le han
cambiado las medidas. Puede aparecer una torpeza psicomotórica en su respuesta a
estímulos súbitos porque carece de las pautas aprendidas al no estar familiarizado.

El adolescente se siente invadido por un cuerpo que siente ajeno, que no


controla ni puede guiar y que supone la pérdida dolorosa del cuerpo de la infancia,
pérdida que es vivida de forma irreversible e irrectificable, viéndose obligado a
aceptarse en un nuevo cuerpo que aún no acaba de ser elegido.
Todo ello le hace temer su inadecuación, tanto en su evolución y capacidades
psicomotoras, como en su función sexual. Así se compara con los demás. Necesita
saber si es normal o no, qué piensan los demás de él. Necesita diferenciarse de los
demás en las pirámides de edad, busca su reaseguramiento con los de su edad, se
burla de las discapacidades de los demás en la medida en que suponen una amenaza
para la propia integridad y normalidad. Vigila, observa y sigue atentamente cada uno
de los cambios que se producen en su cuerpo. Como consecuencia de su estudio
minucioso pueden aparecer ansiedades hipocondríacas, dismorfofóbicas; como los
cambios son nuevos y extraños proporcionan la base de los sentimientos de
extrañeza y de despersonalización.

1.2 Desarrollo Intelectual

Cambios cognoscitivos Empiezan a razonar y a anticipar, es decir, desarrollan el


pensamiento abstracto. De ahí deriva la formación de la identidad. Se consideran
seres independientes y también piensan lo que quieren para su futuro. Se preguntan
quiénes y se observan en los diferentes roles que desempeñan. Estos cambios van
de la mano de las variaciones emocionales y, por supuesto, de conducta.

En nuestra cultura son muchas las características que se le atribuyen al


período de la adolescencia, algunas de ellas fundamentadas en investigaciones y

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 9 de 107


otras que provienen del conocimiento popular, sin embargo pareciera no ser del
dominio público el cambio que se produce en esta etapa del ciclo vital en relación
con el desarrollo cognoscitivo. El inicio de la pubertad y la entrada en la adolescencia
coinciden con el ingreso de estos jóvenes a la tercera etapa de la educación básica,
donde el contenido de las diferentes materias comienza a alejarse de lo concreto
para introducirse en aspectos progresivamente más abstractos, hecho que se
corresponde con un cambio cualitativo de las estructuras cognoscitivas del ser
humano, que nos pone en presencia de un pensamiento hipotético-deductivo, el cual
permite al adolescente apropiarse de los conocimientos de este nivel educativo.

Las Teorizaciones de Piaget e Inhelder son puntos obligados cuando


tratamos de entender los grandes cambios intelectuales de los adolescentes, por ello
que se analizan los aportes de Vygotski en el área de ambas teorías. Es importante
acotar que autores neopiagetianos y cognitivistas que trabajan con procesamiento de
la información han realizado importantes aportes. La pertinencia hacer referencia de
ellos. Lo que aporta la Epistemología Genética Posiblemente el trabajo que mayor
impacto haya tenido en el área es el de Inhelder & Piaget, que bajo el título De la
lógica del niño a la lógica del adolescente (1955 – 1972) y que se ha citado de
manera más o menos extensa, en casi cualquier trabajo relacionado con el tema,
que haya visto la luz desde ese entonces hasta la actualidad. Inhelder & Piaget
(1955-1972) describen en su obra una serie de tareas experimentales y las formas
de respuestas que ante dichas tareas exhiben sujetos con edades comprendidas
entre 5 y 16 años de edad.

Al describir el comportamiento y el razonamiento aducido por los


diferentes sujetos ante estas tareas, que implican básicamente problemas derivados
de la física newtoniana, los autores pretendieron comprobar, experimentalmente, el
pasaje del pensamiento concreto del niño al pensamiento formal del adolescente y
demostrar que existen diferencias cualitativas entre los dos tipos de pensamiento.

Los autores describen los diferentes estadios encontrados en cada uno de


los problemas estudiados, para luego contrastar las formas lógicas de resolución
asumidas en las diferentes edades. De este modo vemos que, tal como es típico en
la mayoría de las proposiciones de la teoría piagetiana, se formaliza el modo de
funcionamiento intelectual del sujeto mediante modelos lógicos. Algunas de las
situaciones propuestas a las personas fueron, entre otras: la determinación de los
factores que influyen en la oscilación de un péndulo, la caída de los cuerpos sobre un
plano inclinado, la proyección de sombras, las posibles explicaciones acerca de la
flotación de los mismos, combinaciones de cuerpos químicos incoloros o coloreados;
en todos los casos el método empleado fue el usual en la escuela de Ginebra: el
lógico crítico piagetiano, sin embargo vale la pena acotar aquí una precisión realizada
por Carretero (1985), ya que de ella se desprenden algunas de las críticas realizadas

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 10 de 107


a las teorizaciones que sobre esta etapa hicieron inicialmente los autores, y que
posiblemente incidieron en las reformulaciones expresadas por Piaget (1970).

Afirma Carretero (1985): “... en ningún caso se les pedía a los sujetos las
razones físicas o científicas en general, que explicaran la tarea, sino que,
simplemente, se utilizaba dicha tarea para determinar si el sujeto poseía una
determinada habilidad o estrategia. Es decir, se hacía caso omiso del contenido del
problema y se tenía en cuenta solamente cómo razonaba el sujeto sobre su
estructura. Se explica y describen los aspectos funcionales y estructurales que
caracterizan el pensamiento formal, para la teoría piagetiana, y cómo estas
características van a generar un nuevo tipo de equilibrio de las estructuras
cognoscitivas. Debe tenerse en cuenta que los autores, en la obra citada, afirman
que el período de las operaciones formales se inicia entre los 11 y 12 años para
consolidarse entre los 14 y los 15. Características del pensamiento formal según
Inhelder y Piaget (1955-1972)

Las características del pensamiento de la etapa, comenzando por las de


tipo funcional, no sin antes recordar, que la teoría piagetiana considera que el
funcionamiento intelectual presenta una constancia a lo largo del ciclo mental del
individuo. Es así como la epistemología genética afirma la existencia de las
invariantes funcionales en el desarrollo cognoscitivo: para que se lleve a cabo un
proceso de adaptación al medio, dos sub-procesos actuarán en forma dialéctica, la
asimilación incorporando información externa a la estructura cognitiva y esta última
acomodándose para incorporar la información, todo ello de acuerdo al nivel de
desarrollo cognoscitivo del individuo. Mediante un incesante juego de asimilaciones y
acomodaciones la estructura alcanzará estados de equilibrio más estables que
producen cambios cualitativos en dicha estructura. Obviamente estos cambios
estructurales nos ponen en presencia de los, actualmente muy controvertidos,
estadios piagetianos.

Como sabemos Piaget, a través de sus numerosas obras, ha caracterizado


sus estadios por poseer una estructura de conjunto, que responde a modelos lógicos.
Lo real es un sub conjunto de lo posible En el período de las operaciones concretas,
lo posible es concebido como una prolongación directa de lo real, es decir, debe
partir de problemas que estén conformados por elementos que el niño tenga ante sí
y de allí concebirá posibles situaciones adicionales. Esto sucede así debido a la falta,
en el pensamiento, de instrumentos de coordinación general entre las agrupaciones
operatorias concretas; por tanto, para el niño con un pensamiento operatorio
concreto se impondrá una forma de equilibrio aún restringido. En el pensamiento
formal se va a producir una inversión de sentido entre lo real y lo posible, donde
será lo real lo que esté subordinado a lo posible.
El adolescente, concibe a los hechos como el sector de las realizaciones
efectivas en el interior de un universo de transformaciones posibles... (Inhelder &

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 11 de 107


Piaget, 1955-1972, p. 213), incluso el sujeto solamente admitirá y se explicará esos
hechos después de verificarlos dentro del conjunto de las posibles hipótesis que
guardan compatibilidad con la situación dada. Explican los autores, que el sujeto que
ha construido un pensamiento formal no se limita a contemplar solamente las
relaciones aparentes entre los elementos que conforman un problema, sino que
busca englobar esas relaciones con el conjunto de relaciones que conciba como
posibles, con el objeto de evitar que posteriormente nuevos hechos resulten
contradictorios. Las relaciones que no son obvias, sino posibles, deben ser deducidas
por el sujeto mediante operaciones lógicas de pensamiento, y pueden considerarse
virtuales y que no intervienen efectivamente en la situación considerada. Sin
embargo, para concebir lo posible el pensamiento formal tendrá a su disposición una
variedad de operaciones virtuales que son condición necesaria para lograr un
equilibrio que es a la vez móvil y más estable.

Carácter hipotético deductivo Es precisamente la existencia de


multiplicidad de operaciones virtuales en cada situación específica, lo que lleva al
sujeto a plantearse hipótesis, para decidir cuáles de ellas someter a prueba y luego
ver si se confirma o no. Sin embargo, el sujeto de esta etapa tiene la capacidad de
probar simultánea o sucesivamente varias de las hipótesis planteadas, aplicando
para ello un razonamiento deductivo que le llevará a dilucidar las verdaderas
consecuencias de las acciones que ha efectuado sobre la realidad. Como vemos, la
deducción en esta etapa no contempla solamente las realidades percibidas, sino que
se refiere también a enunciados hipotéticos: la deducción consiste entonces en
vincular entre si esas presuposiciones extrayendo sus consecuencias necesarias
incluso cuando su verdad experimental no vaya más allá de lo posible. (Inhelder &
Piaget, 1955- 1972, p. 214) Para realizar una comprobación sistemática de las
variables implicadas en una situación problemática, el sujeto que ha consolidado su
pensamiento formal cuenta con el esquema de control de variables que le lleva a
aplicar la estrategia de ir variando sistemáticamente un factor del problema,
mientras mantiene constantes los restantes factores.

Esta capacidad del sujeto de las operaciones formales avanzadas, no la


han desarrollado totalmente los sujetos del sub estadio de las operaciones formales
incipientes (11-13 años), ya que estos, si bien se formulan hipótesis no las
comprueban adecuadamente, debido a que no aíslan los factores entre sí, ni llegan a
combinarlos de todas las maneras posibles. (Inhelder & Piaget, 1955-1972,
Carretero, 1985; Carretero & León 2002).
El carácter proposicional La propiedad más aparente que presenta el
pensamiento formal es su capacidad de operar sobre proposiciones verbales y no
solo directamente sobre objetos, como lo hace el niño del período anterior. Afirman
Inhelder & Piaget (1955 – 1972), que es suficiente traducir en proposiciones una
operación concreta, sin proporcionar para su resolución objetos manipulables que
sirvan de soporte a esta operación, para que solo pueda ser resuelta en el nivel

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 12 de 107


formal. Sin embargo, se podrán obtener razonamientos correctos de enunciados
verbales simples, que correspondan a representaciones concretas, a partir de los 7 u
8 años. Significa esto que en el nivel formal a la lógica de clases y relaciones, que
afecta a los objetos, se le superpone una nueva propiedad: la lógica de las
proposiciones, que funcionalmente permite al sujeto un número muy superior de
posibilidades operatorias, las cuales se van a manifestar tanto en presencia de
dispositivos experimentales, como ante problemas propuestos verbalmente Ya el
sujeto no realizará sus operaciones mentales directamente sobre los datos de la
realidad sino que convertirá esas operaciones directas (o de primer orden) en
proposiciones y operará sobre ellas; según los autores realizarán de esta manera
operaciones de segundo orden. Lo característico de la lógica de las proposiciones es
ser una lógica de todas las posibles combinaciones del pensamiento, mediante el
empleo de sus nuevas posibilidades operatorias: disyunciones, implicaciones,
exclusiones y otras operaciones lógicas de clases y relaciones.

Antes de ocuparnos en describir las características que los autores


atribuyen a la estructura intelectual del período formal, citamos a continuación dos
párrafos de la obra que nos ocupa, que dejan ver el potencial que contiene este tipo
de pensamiento y las complejas posibilidades que brinda al sujeto en su tarea de
construir conocimientos: ... en un estado de equilibrio mental no solo las operaciones
realmente ejecutadas son las que desempeñan su papel en el desenvolvimiento de
los actos del pensamiento, sino también el conjunto de las operaciones posibles en
tanto orientan la búsqueda hacia la clausura de la deducción, puesto que, en este
caso, el sujeto es quien deduce y puesto que las operaciones posibles forman parte
del mismo sistema deductivo que las operaciones reales efectuadas por este sujeto.

Desde el punto de vista de la psicología aplicada ello equivale a decir que


no solo hay que evaluar a un sujeto por lo que realmente hace sino también por lo
que podría hacer en otras situaciones, vale decir, por su potencial o sus aptitudes.
(Inhelder & Piaget, 1955-1972, p.226)

Características estructurales del pensamiento formal Al enfrentar la tarea


de analizar las estructuras operatorias que están en juego en el pensamiento formal,
Inhelder & Piaget (1955-1972) hacen algunas observaciones acerca de los
instrumentos lógico – matemáticos que emplean en dicho análisis, Al respecto,
explican que toman como modelo las estructuras matemáticas generales expuestas
por los hermanos Bourbaki, quienes afirman que tres tipos de estructuras
fundamentales pueden combinarse en formas múltiples para explicar cualquier otra
estructura, independientemente del dominio particular de la estructura a explicar;
estas estructuras son:
a) estructuras topológicas, referidas a lo continuo y que no interesan en el
caso de estructuras psicológicas
b) estructuras algebraicas cuyo prototipo es el grupo

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 13 de 107


c) estructuras de orden, una de cuyas formas principales la constituye el
reticulado.
El modelo de estas estructuras básicas permite la comparación del
pensamiento operacional concreto con el pensamiento formal y la comprobación de
cómo las estructuras más complejas pueden construirse a partir de las simples.
Las estructuras de conjunto, del nivel de las operaciones concretas, constituyen
sistemas de encadenamientos simples o múltiples, pero sin combinatoria que se
encargue de vincular a todos los elementos presentes, por lo tanto no alcanzan la
estructura de reticulado; además, presentan una reversibilidad que consiste en una
inversión o en una reciprocidad, pero independientes entre sí; además el autor,
toma en cuenta la diversificación de las aptitudes con la edad encontraremos
diferencias individuales considerables entre sujetos de las mismas edades cuando se
llega a la adolescencia.

Encontramos así sujetos que más dotados para la física y otros para la
literatura u otros campos del saber. Por tanto, todos los sujetos normales llegaban a
las operaciones y estructuras formales, si no entre los 11 y 15 años, si entre los 15 y
20, pero lo hacían en terrenos diferentes, dependiendo de sus aptitudes y de sus
profesiones. Esta revisión de su teoría permite ver la influencia social como factor
primordial para alcanzar la etapa que nos ocupa y como la transmisión cultural,
entendida como interacciones del sujeto dentro del sistema educativo formal, se
constituyen en un facilitador, o entorpecedor del desarrollo cognoscitivo en este
período crucial de la vida de los individuos.

Sin la escuela, en sus niveles más avanzados, el adolescente no alcanzará


seguramente la compleja estructura de pensamiento que lo capacita para la solución
de problemas abstractos y que caracteriza al estadio de las operaciones formales,
sobre todo tomando en cuenta que la educación escolar guarda una alta relación con
la clase social del individuo. Al respecto se centra en algunas investigaciones
(Peluflo, 1966 & 1967, Schimid – Kitsikis, 1977, Carretero, 1981 y 1982, Douglas &
Wong, 1977, Lauderdan – Bendavid, 1977, Greenfield, 1976, Carretero, 1985) donde
se pone de manifiesto que un nivel educativo y cultural similar al de la clase media
de países desarrollados resulta importante para la adquisición del pensamiento
formal. Este mismo autor hace una exhaustiva revisión de las críticas surgidas en
relación con aspectos no contemplados o expuestos con poca profundidad, por la
teoría piagetiana al estudiar la etapa de las operaciones formales; por ejemplo: la
familiaridad con la tarea a resolver, las concepciones previas equivocadas, la
influencia de los estilos cognitivos del sujeto, el papel preponderante del lenguaje, el
nivel de dificultad de la tarea, entre otros. Se remite al lector, al artículo de
Carretero (1985) para lograr información al respecto.

El pensamiento adolescente, según Vygotski Al revisar las obras del autor


ruso, entre ellas se encontró al Paidología del adolescente (1931-1996), donde el

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 14 de 107


teórico refleja sus concepciones generales sobre el desarrollo en esta etapa de ciclo
vital del individuo. Como se ve reflejado en el título de la obra, el interés del autor es
primeramente de tipo educativo; de hecho inicialmente es editada, en 1931, por el
Instituto Central de Perfeccionamiento Pedagógico como un curso de enseñanza a
distancia. Es posteriormente en sus Obras completas para maestros cuando Vygotski
recopila los capítulos que tratan, específicamente sobre el desarrollo psicológico en la
etapa adolescente. Esta es denominada indistintamente por él de esa manera, o
edad de transición, o período de maduración sexual, entendiendo estas
categorizaciones como el paso de la infancia a la adultez. Lo primero que llama la
atención en los escritos del autor es el ver su amplísimo conocimiento de los teóricos
extranjeros que en esa época investigaban y teorizaban sobre el tema, y
fundamentándose prioritariamente en ellos trata de confirmar sus puntos de vista
personales.
Es así como crítica la concepción de autores como Büler, Giese y
Rubinshtein, en relación a considerar que los cambios psíquicos que caracterizan el
período de la adolescencia se producen en la esfera emocional, mientras que
consideraban que en el área intelectual, si bien se da un incremente, un crecimiento
y se hace menos concreto, no surgen operaciones intelectuales nuevas. Por el
contrario para Vygotski el adolescente es considerado ante todo como un ser
pensante.
Así resume el autor su crítica: “El hecho de que las funciones psíquicas
superiores no fueran una simple continuación de las funciones elementales, ni
tampoco su conjunción mecánica, sino una formación psíquica cualitativamente
nueva que se atiene en su desarrollo a leyes especiales, a regulaciones totalmente
distintas, no ha llegado aún a ser patrimonio de la psicología infantil (Vygotski, 1931
– 1996, p. 53) Además de la crítica, observamos en la cita anterior la concepción
vigotskiana acerca del desarrollo cognoscitivo en el adolescente, cabe agregar, como
aspecto de vital importancia que, si bien el autor contempla en ese proceso el
desarrollo orgánico general del individuo, da importancia prioritaria al desarrollo
histórico cultural de éste y considera las funciones psíquicas superiores como
producto del desarrollo histórico de la humanidad. Siendo así, existe una unidad
indisoluble entre la estructura y la función, donde a cada paso nuevo en el desarrollo
de contenidos del pensamiento se adquirirán nuevos mecanismos de conducta, que
permitirían el paso a una etapa superior de operaciones intelectuales.

Considera Vygotski que el aspecto clave para caracterizar el pensamiento


adolescente es la capacidad de asimilar (por primera vez) el proceso de formación de
conceptos, lo cual permitirá al sujeto, de esta edad de transición, apropiarse del
“pensamiento en conceptos” y su paso a una nueva y superior forma de actividad
intelectual; es esa forma de pensamiento verbal lógico la única que permite al sujeto
la expresión correcta del conocimiento científico.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 15 de 107


Para demostrar su tesis Vygotski (1931 – 1996), al estudiar el desarrollo
del pensamiento, recurrió a un método por él llamado, de los cortes genéticos,
donde estudia y describe las particularidades de la conducta en una sucesión de
edades de las personas, comprendiendo estas ... como un momento determinado,
orgánicamente imprescindible, en el complejo y continuo proceso del desarrollo (p.
61). Para estudiar el proceso del desarrollo de la formación de conceptos, Vygotski
(1934 – 1993) usa un experimento que califica como método de la doble
estimulación funcional, explicando que en él analiza el desarrollo y funcionamiento
de los procesos psicológicos superiores mediante dos series de estímulos. Una de las
series actúa como objeto y es hacia ese objeto donde va dirigida la actividad del
evaluado. Los estímulos de la otra serie tienen la función de signos que permiten
organizar la actividad. Para las pruebas de formación de conceptos que realiza junto
con uno de sus colaboradores (Sájarov, 1930, Vygotski, 1934 – 1993)

Se emplearon 22 piezas de madera cuyo color, peso, forma y tamaño


variaba de la siguiente manera: cinco colores, cinco formas, dos grosores y dos
tamaños. En la base de cada una de las figuras se encuentra escrita (de modo que el
individuo no lo vea) una de las siguientes palabras sin sentido: LAG, BIK, MUR, CEV.

Sin tomar en cuenta la forma, ni el color:


 LAG estaba escrito en las figuras grandes y gruesas
 BIK en todas las grandes y delgadas
 MUR en las pequeñas y gruesas
 CEV en las pequeñas y delgadas.

Ante las piezas mezcladas el examinado voltea una, la muestra al sujeto, lee su
nombre y le pide que escoja otra u otras que crea puedan pertenecer al mismo tipo.
Luego el examinador voltea las piezas incorrectas y anima al sujeto a continuar
dejando, en cada intento, las piezas mal seleccionadas boca arriba. Así el sujeto
adquiere las bases para descubrir las características de las figuras a las cuales se
refieren las palabras sin sentido. El sujeto entonces completará la tarea agrupando
las figuras de todos los cuatro tipos (colores, forma, tamaño y grosor), bajo las
palabras sin sentido. Tomando en cuenta la naturaleza de los grupos que construye
y los procedimientos que emplea, se puede inferir si el sujeto ha usado el
pensamiento conceptual para abordar la solución del problema.

Al trabajar con una muestra de más de 300 personas, donde figuraron


niños, adolescentes y adultos sanos, además de individuos con patologías en el área
intelectual, Vygotski (1934 – 1993) formuló como principal conclusión el siguiente
principio: El desarrollo de los procesos que pueden dar lugar más tarde a la
formación de conceptos tiene sus raíces en la primera infancia, pero aquellas
funciones intelectuales cuya combinación constituye el fundamento psíquico del
proceso de formación de los conceptos maduran, se forman y se desarrollan sólo al

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 16 de 107


llegar a la edad de la pubertad (p. 130) Aclara el autor que ya en edades muy
tempranas se encuentran formaciones intelectuales parecidas a los verdaderos
conceptos, que pueden cumplir funciones análogas en la resolución de tareas
semejantes, pero dichas formaciones varían considerablemente en cuanto a su
naturaleza psicológica, composición, estructura y modo de actuar. El elemento
fundamental para alcanzar la formación de conceptos a través del largo proceso que
esto comporta, es el uso funcional de las palabras, o algún otro signo, en calidad de
medios, que dirijan activamente la atención y permitan analizar y destacar los
atributos, abstraerlos y sintetizarlos. En este complejo proceso intervienen
interactivamente todas las funciones intelectuales básicas (asociación, atención,
combinación de juicios e ideas, representación, inferencia), formando parte de una
síntesis nueva, donde cada proceso participante adquiere su verdadero valor
funcional.

El determinante esencial que obliga al sujeto a dar el paso decisivo en el


desarrollo del pensamiento adolescente está claramente identificado en esta teoría,
considerándose que aspectos externos al sujeto juegan ese papel: (...) donde el
medio no presenta al adolescente las tareas adecuadas, no le plantea exigencias
nuevas, no despierta ni estimula el desarrollo de su intelecto mediante nuevas
metas, el pensamiento del adolescente no despliega todas sus posibilidades, no llega
a alcanzar las formas superiores o las alcanza con gran retraso. (Vygotski, 1934 –
1993, p. 133).

Piaget – Vygotski: dos concepciones de un mismo proceso Una vez


expuestas las concepciones de Piaget & Inhelder y de Vygotski, sobre el desarrollo
intelectual en el período de la adolescencia, vale la pena intentar un breve análisis
sobre ambas. Vemos que existe un consenso entre estos autores al considerar, en
contra de la corriente conductual que imperaba para la época en que escriben, que el
pensamiento adolescente va a tomar características mentales de etapas anteriores,
pero las combinará mediante nuevos procesos lógicos internos para constituirse en
una nueva forma de pensamiento, que poseerá características diferentes y que será
la que imperará en la persona de allí en adelante.

Si bien las tareas experimentales de Piaget & Inhelder y Vygotski varían,


ya que los primeros investigan sobre construcción de conceptos físicos y
matemáticos y el último propone tareas sobre construcción de conceptos lingüísticos,
podemos ver que en ambos casos se trata de resolver problemas que implican el
funcionamiento de un pensamiento reversible de tipo hipotético deductivo. Solo en
esta etapa la persona podrá contemplar las múltiples variables que comporta un
problema, de forma simultánea; será ese pensamiento lógico que Piaget (1970)
califica de formal y Vygotski refiere como conceptos en acción (1931 – 1996, p. 82)
el que permite al individuo acceder a la ciencia. La consideración de estructuras de
tipo matemático que subyacen al pensamiento lógico formal y que facilitan el

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 17 de 107


desarrollo lingüístico proporcional diferencia el modelo explicativo de Inhelder &
Piaget (1955 – 1972) del de Vygotski (1931 – 1996 y 1934 – 1993) donde el
lenguaje es propuesto como el mediador que permite el alcance del estadio más alto
del pensamiento y su definitiva socialización.

Sin embargo, cuando las explicaciones surgen de campo diferentes: la


lógica y la matemática, en el modelo piagetiano y el lenguaje, en el de Vygotski, las
tareas experimentales de donde se desprenden sus explicaciones guardan gran
parecido en relación a los procesos de pensamiento necesarios para la resolución de
los problemas que exigen, hasta el punto que podemos afirmar que la tarea de
formación de conceptos es una compleja tarea de clasificación, donde los hallazgos
suelen ser semejantes a los expuestos por Piaget & Inhelder (1941 – 1982) y
posteriormente por Moreno & Sartre (1980) en sus investigaciones sobre las
nociones clasificatorias. Claramente vemos en las formas adolescentes de resolución
del problema propuesto por Vygotski, la aplicación de uno de los esquemas
operacionales formales que encuentran Inhelder & Piaget (1955 – 1972); nos
referimos a las operaciones combinatorias, donde el sujeto evidencia su capacidad
de realizar combinaciones y permutaciones usando un procedimiento sistemático.

Resulta evidente que, con referencia al papel que juega el lenguaje en el


alcance de las operaciones mentales del adolescente, se evidencia clara diferencia en
la posición teórica de ambos autores, ya que Piaget no se pronuncia claramente
respecto al tema y, por lo contrario, de algunas afirmaciones que encontramos en la
obra De la lógica del niño a la lógica del adolescente (Inhelder & Piaget, 1955 –
1972) parece concedérsele un papel secundario en el desarrollo del pensamiento
formal: Lo característico de la lógica de las proposiciones, a pesar de las apariencias
y de la opinión corriente, no reside en el hecho de ser una lógica verbal: se trata
ante todo de una lógica de todas las combinaciones posibles del pensamiento ya
surjan éstas a propósito de problemas experimentales o a propósito de cuestiones
puramente verbales (p. 215) Para Vygotski, en cambio es el lenguaje un factor
primordial del pensamiento adolescente, hasta el punto de considerar que en la
etapa adolescente ... el pensamiento lógico está constituido por los propios
conceptos en acción, en funcionamiento. (Vygotski, 1931 – 1996, p.82). Aún más
importante que el lenguaje, considerado aisladamente, es para Vygotski (1931 –
1996 y 1934 – 1993) el factor social, considerado como totalidad.

Es la historia cultural del individuo la que va a facilitar su arribo al


pensamiento en conceptos y con ello su dominio del pensamiento lógico; afirma el
autor que es en esta etapa cuando la influencia que ejerce el medio sobre el
desarrollo del pensamiento, cobra mayor significado. Así lo expresa Vygotski (1931 –
1996): Por el nivel de desarrollo intelectual se diferencian ahora cada vez más los
habitantes de la ciudad y del campo, el niño y la niña, los niños que proceden de
distintos estratos sociales y clases. Es evidente que a esa edad los factores sociales

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 18 de 107


influyen directamente sobre el proceso de desarrollo del pensamiento (p. 105).
También Piaget concede importancia a los factores sociales del desarrollo
adolescente y dentro de estos prioriza la educación. Considera que estos factores, en
el período formal, van a ser aún más importantes que los factores neurológicos, pero
el desarrollo siempre contemplará la interacción recíproca de ambos. Desde este
proceso circular, característico de los intercambios entre el sistema nervioso y la
sociedad, se desprenden dos consecuencias. La primera es que las estructuras
formales no son ni formas innatas o a priori del entendimiento, que se inscribirían de
antemano en el sistema nervioso, ni representaciones colectivas que existen ya
todas elaboradas fuera y por encima de los individuos.

La segunda consecuencia es que entre el sistema nervioso y la sociedad


existe la actividad individual, vale decir el conjunto de las experiencias y ejercicios
realizados por el individuo para adaptarse a la vez al mundo físico y al social
(Inhelder & Piaget, 1955, 1972, p. 284) Respecto a esta influencia social en la
construcción de conocimientos, es sabido que Piaget ha recibido numerosas críticas
(Hamlyn, 1977, Russell, 1978, Rotman, 1977, Vuyk, 1985). Dichas críticas
argumentan, en líneas generales que el psicólogo ginebrino subestima la importancia
del entorno social como factor determinante del desarrollo cognoscitivo y aunque
escapa a nuestro propósito el análisis de este problema nos parece interesante, para
cerrar este aparte, consignar un párrafo donde Vygotski (1931 – 1966) expresa su
lectura personal de la importancia que Piaget concede a los factores sociales en el
desarrollo del pensamiento. Piaget ha demostrado el inmenso papel que desempeñan
los factores sociales (expresión usada por él) en el desarrollo de la estructura y de
las funciones del pensamiento infantil, cómo el razonamiento lógico del niño se
desarrolla bajo la influencia directa de la controversia, de la discusión que aparece
en el colectivo infantil; tan solo entonces, cuándo surge la necesidad social de probar
la certeza del propio pensamiento, de argumentarlo, motivarlo, empieza el niño a
razonar por sí mismo, a utilizar tales operaciones (p. 90). Ante la evidencia de la
preponderancia que presentan los factores sociales en el desarrollo cognoscitivo,
queremos cerrar este trabajo con una corta reflexión sobre estos y la prosecución
educativa de los adolescentes dentro del sistema educativo formal: resulta evidente
que múltiples aspectos del macrosistema social, (que asumimos puede ser
semejante al de otros países latinoamericanos) dan como resultado vivencias
diametralmente diferentes entre los distintos niveles socioeconómicos de estas
sociedades, hasta el punto que pudiéramos hablar de entornos culturales claramente
diferenciables (sobre todo cuando se contrastan los niveles denominados por Méndez
Castellano y Méndez (1986) clases alta y media alta con la clase obrera y marginal).

La historia cultural de las personas que se crían dentro de los niveles


sociales altos resulta generalmente muy estimulante, desde el punto de vista
cognoscitivo, mientras que en el grupo, cada vez creciente, de personas que
experimentan, día a día, lo que se ha llamado la cultura de la pobreza, los retos

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 19 de 107


intelectuales que coloca la educación ante el sujeto pueden considerarse
insuficientes, e incluso cercenantes del avance intelectual de los adolescentes.
Tocaría pues a la educación formal compensar los déficits que comporta la
cotidianidad de estas personas, pero hay investigaciones (Bronfenmayer &
Casanova, 1986, Morles, 1994, Colina, Faroh & Prato, 2000) que evidencian lo
contrario.

1.3 Desarrollo social y emocional

Como refiere Bisquerra (2009), la educación emocional constituye un proceso


educativo continuo y permanente, cuyo propósito es potenciar el desarrollo de las
competencias emocionales, como elemento esencial del desarrollo humano, a fin de
capacitarle para la vida, incrementando su bienestar personal y social.

De hecho, el logro de objetivos académicos a menudo requiere, además


del empleo de estrategias cognitivas, del manejo y regulación de cambiantes estados
emocionales. Los factores emocionales pueden influir por tanto de manera positiva o
negativa en el desarrollo de los recursos cognitivos, así como en los procesos de
enseñanza aprendizaje y en el logro académico (Marina & Pellicer, 2015; Paoloni,
2014; Schutz & Pekrun, 2007). Tal como señalan Fernández-Berrocal y Extremera
(2003, p. 107) “las emociones y los pensamientos se encuentran fusionados
sólidamente, y si sabemos utilizar las emociones al servicio del pensamiento, nos
ayudan a razonar de forma más inteligente y tomar mejores decisiones”. Las
emociones, en línea con la investigación actual sobre tal tópico, pueden definirse
como los “procesos psíquicos que permiten detectar acontecimientos importantes
para nuestra vida y que nos preparan para responder ante ellos de la manera más
adecuada y rápida posible” (Fernández-Abascal, 2015, p. 9)

Así, las emociones son reacciones complejas en las que están involucrados
tanto la mente como el cuerpo; constituyen un proceso adaptativo que brinda
respuestas fisiológicas y de comportamiento, guiando a la persona hacia una
respuesta deseable o previendo ante un peligro potencial Fernández-Abascal,
(2015). De modo que, un mismo suceso puede generar emociones diferentes en
distintas personas, siendo la capacidad de identificar las emociones un elemento
fundamental para el conocimiento personal. Además, considerando que las
emociones definen en gran medida nuestras actuaciones, es vital considerar el
control y la regulación de las mismas, mediante un análisis más pausado de la
situación acorde con un contexto particular Caruana & Gomis, 2014; Oliva & Flores,
(2015), a fin de realizar un proceso de toma de decisiones con responsabilidad.
En el contexto escolar, la ausencia de un desarrollo sistemático de
habilidades emocionales, dentro del marco de las competencias académicas, dejan al
descubierto la falta de congruencia que se vive en materia de educación y
socialización de niños y jóvenes. La situación actual de nuestra sociedad ha

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 20 de 107


demostrado que no ha sido suficiente con atender exclusivamente las capacidades
lingüísticas y lógicas en la educación formal o elaborar programas aislados que
intentan desarrollar capacidades para convivir pacíficamente en sociedad. Así, los
índices elevados de fracaso escolar, el abandono de los estudios y el incursionar en
situaciones de riesgo, entre otros, son provocados por situaciones emocionales
negativas, como la apatía, el estrés, la depresión, etc., lo cual está relacionado con
un desequilibrio emocional que no está siendo atendido por la educación formal.

Esta situación se acentúa en la transición de la niñez a la adolescencia,


donde tienen lugar profundos cambios físicos y emocionales que suelen ser difíciles
para los que la viven. Aunados a las nuevas dinámicas y estructuras familiares que
en ocasiones propician desencuentros padres e hijos, lo que se suma a las crecientes
demandas a las que los chicos se encuentran sometidos en ambientes académicos
cada vez más competitivos, Martínez González, (2009); esta situación puede ser
potencialmente estresante y provocar inestabilidad emocional. En esta etapa de
emociones intensas, muchas conductas de riesgo responden a la incapacidad de los
pre-adolescentes para afrontar demandas y preocupaciones (Ruvalcaba, Salazar &
Gallegos, 2012). Si partimos de la idea de que el ambiente familiar y el escolar son
los que más influyen en el desarrollo del individuo y en su proceso educativo, resulta
necesaria la colaboración coordinada de estos actores en la formación de los pre-
adolescentes; ya que la carencia del trabajo conjunto entre las familias y el sector
educativo puede provocar que nuestra sociedad genere seres humanos frustrados,
violentos e irresponsables; víctimas de adicciones, inseguridad, enfermedades, e
incluso la muerte. De ahí que resulte fundamental fortalecer la inteligencia emocional
de los niños, mediante el desarrollo de competencias emocionales que faciliten sus
procesos afectivos hacia una vida adulta con equilibrio y satisfacción.

Competencia emocional La competencia emocional, o competencias


emocionales (CE), son un constructo tan amplio que aún es un tema de debate entre
los expertos para definirlo y delimitarlo (Bisquerra, 2009), centrándose la mayoría de
las definiciones en los procesos involucrados.

La concepción de Bisquerra sobre dicho constructo. De acuerdo con este


autor las CE son “el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes
necesarias para comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos
emocionales” (Bisquerra, 2005, p. 22). En este mismo sentido, Ibarrola (2011)
menciona como competencias emocionales las siguientes:

 Conocimiento de las propias emociones (autoconciencia): capacidad de


reconocer un sentimiento en el mismo momento en el que aparece.
 Capacidad de controlar las emociones (autocontrol): controlar la
expresión de nuestros sentimientos y emociones, y adecuarlos al momento y
al lugar.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 21 de 107


 Capacidad de motivarse a sí mismo (automotivación): las personas que
tienen esta habilidad suelen ser más eficaces; se fijan metas, mantienen el
esfuerzo y la perseverancia.
 Reconocimiento de las emociones ajenas (empatía): entender lo que
sienten las otras personas, incluyendo aquellas con las cuales no
simpatizamos.
 Control de las relaciones (destreza social): implica dirigir a las personas,
sabiendo relacionarse con ellas y hacer algo en común, es decir, entenderse
con los demás.

Cabe señalar que estas competencias no son cualidades innatas, sino


habilidades aprendidas, cada una de las cuales aporta una herramienta básica para
potenciar la eficacia. La carencia de las aptitudes anteriores se denominan
actualmente como analfabetismo emocional (Ibarrola, 2011). A partir de los
planteamientos anteriores se pone de manifiesto que se trata de un constructo
compuesto de múltiples procesos, donde la interacción entre la persona y el
ambiente está presente. Así como la importancia de adquirir competencias
emocionales, siendo que a través de su dominio el individuo puede tener una mayor
adaptación al contexto. Además de tener aplicaciones educativas directas, ya que
tiene como objetivo contribuir tanto al aprendizaje como al desarrollo integral de
individuo (Bisquerra, 2009).

La educación emocional (EE) es un tema relativamente reciente en el que


aún se estudian programas, se definen objetivos, contenidos, estrategias de
intervención, etc. La EE se considera, en palabras de Bisquerra (2012b, p. 90), como
“un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo
de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo integral de
la persona con objeto de capacitarle para la vida. Todo ello tiene como finalidad
aumentar el bienestar personal y social”.

De manera más precisa, la EE comprende el conocimiento de las propias


emociones, como un aspecto importante del autoconcepto; la identificación de las
emociones de los demás, que facilite las relaciones interpersonales; el desarrollo de
habilidades para controlar y canalizar apropiadamente las emociones, a fin de
prevenir los efectos perjudiciales de las emociones negativas; como la ira, el miedo,
el estrés, la depresión (Bisquerra, 2007).

Bisquerra et al. (2013) afirman como finalidad de la educación emocional


el bienestar de la persona, donde es importante tener presente a la regulación de las
emociones negativas y a la potenciación de las positivas para lograr dicho bienestar.
En esta misma línea Marina (2005, p.27) señala que se trata, además, de “un saber
instrumental que ha de encuadrarse en un marco ético que indique los fines y debe

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 22 de 107


prolongarse en una educación de virtudes que permita realizar los valores
fundamentales”.
A partir de estos referentes, la EE ofrece beneficios que se pueden ver
reflejados en múltiples situaciones, tales como: una comunicación efectiva, la
resolución de conflictos, la toma de decisiones responsable y la prevención de
drogadicción, alcoholismo, violencia, anorexia, entre otros; situaciones donde
particularmente los pre-adolescentes son muy vulnerables.

Ibarrola (2011) propone una alfabetización emocional, como sinónimo de


educación emocional, enfatizando la gran incidencia de las emociones en los
procesos de aprendizaje. Afirma que se requiere trabajar en el desarrollo de ciertas
características que reflejan una inteligencia emocional tales como: poseer un buen
nivel de autoestima; aprender más y mejor; presentar menos problemas de
conducta; sentirse bien consigo mismos; ser positivos y optimistas; tener la
capacidad de entender los sentimientos de los demás; resistir la presión social y la
de sus compañeros; tolerancia a la frustración; resolver conflictos adecuadamente y;
ser más felices y saludables.

Durante la transición de la infancia a la adolescencia, como ya


mencionamos, se producen importantes cambios en la vida de los niños en la
búsqueda de la consolidación de su personalidad. Los ámbitos de decisión en esta
etapa del desarrollo se incrementan, siendo académicos, personales, familiares,
sociales, sexuales, etc. Los pre-adolescentes se preguntan sobre cómo compaginar
los deberes con la diversión, qué hacer con el tiempo libre, como hablar de sus
problemas personales, etc.; múltiples preguntas que se relacionan con la diversidad
de cambios, pudiendo ser potencialmente estresantes y provocar inestabilidad
emocional. Es evidente que “resuelven” sus problemas y deciden en forma diferente
a los adultos, sin embargo, en ocasiones parece que no reflexionan sobre estos
aspectos y no consideran las consecuencias de sus acciones.

Estudios realizados sobre el cerebro muestran que las acciones en la etapa


pre-adolescente y adolescente son guiadas más por la amígdala y menos por la
corteza frontal, lo que repercute al momento de tomar decisiones y resolver
problemas (Davidson, 2012). De igual forma, con base en el estado del desarrollo
del cerebro tienden a actuar impulsivamente, mal interpretar las señales
emocionales y sociales, envolverse en toda clase de conflictos y participar en
comportamientos peligrosos y arriesgados (Rodríguez-Pousada, 2014). De ahí la
importancia de estar conscientes de estos procesos biológicos y de los estados
emocionales por los que atraviesan los niños, a fin de que permitan entender,
anticipar y educar el comportamiento de los chicos, y por consecuencia a hacerlos
responsables de sus propias acciones.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 23 de 107


El responsabilizarse de las decisiones que se toman es un proceso
complejo, que supone un aprendizaje a lo largo de toda la vida y en el que
intervienen diversos factores tanto cognitivos como emocionales. Implica una
adaptación personal y social a la nueva situación; se han de describir sentimientos y
emociones y evitar los que sean negativos; se ha de evitar la impulsividad como la
inhibición (autocontrol), los cuales son procesos continuos que requieren un
aprendizaje permanente (Álvarez & Rodríguez, 2006). Cabe señalar, que existen
obstáculos o bloqueos psicológicos que provocan perjuicios en el proceso de toma de
decisiones, entre ellos podemos mencionar (Rubin, 1986, citado en Villoria, 2004):

a) la incapacidad para sentir y expresar sentimientos y emociones


b) la evasión de los problemas y la ansiedad con el fin de evitar sufrimiento
c) la carencia de una escala de valores:
d) falta de confianza en sí mismo
e) desesperanza, depresión y ansiedad
f) dependencia de los demás y necesidad de agradar
g) búsqueda obsesiva de reconocimiento
h) perfeccionismo y afán por tenerlo todo
i) auto-reproches por exigencias desmedidas
j) ceguera ante diversas opciones.

Estos aspectos sugieren trabajar en el desarrollo de habilidades en los pre-


adolescentes que permitan conocer y entender las emociones, adquirir la habilidad
para controlar y dirigir sus impulsos y estados de ánimo, desarrollar su capacidad
para enfrentar el fracaso y la habilidad para el manejo y construcción de redes
sociales, entre otros. El saber afrontar los procesos de toma de decisiones con
responsabilidad, hacer uso de la libertad y asumir riesgos, abre una pauta para la
educación para la vida. Con base en lo anteriormente señalado, y en relevancia a la
necesidad de que los pre-adolescentes aprendan a tomar decisiones, bajo el
esquema de una regulación de las emociones y siguiendo sus propios principios, los
cuales deben estar en consonancia con sus valores. Como han demostrado
investigaciones previas (Bisquerra, 2012a), una persona con competencias
emocionales se encuentra más preparada para tomar mejores decisiones y no
sucumbir ante situaciones de riesgo, así como para el desarrollo de habilidades
sociales.
Desarrollar en primer término las habilidades para conocer los estados
emocionales y hacer consciencia de éstos mismos en los pre-adolecentes, les
ayudará a identificar sus propias necesidades y deseos, y promoverá que se
conozcan mejor. De igual forma, entrenar la regulación de las emociones, dará
oportunidad de que los preadolescentes manejen su reacción emocional, ya sea
positiva o negativa, enfocada a resolver sus necesidades (Ruiz-Aranda et al., 2014).
Asimismo, el desarrollo de algunas competencias emocionales, como la claridad y
reparación emocional, guardan una relación positiva con la autoestima y la

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 24 de 107


satisfacción con la vida (Oliva & Flores, 2015). De ahí que, educar emocionalmente
es intentar potenciar todas las cualidades emocionales del ser humano, de tal forma
que, la relación consigo mismo y con los demás lo haga tomar decisiones que lo
lleven a sentirse pleno y feliz.

En todas las formas de cultura, la familia fue y es el pilar de formación de


la sociedad. El seno familiar es el espacio donde el niño pasa de la dependencia
infantil a la independencia y vida adulta. Para facilitar este proceso, la familia, salvo
aberraciones, crea el ámbito de contención, ayudándolo a aprender a cuidarse, tener
confianza en sí mismo, ser capaz de tomar decisiones y de aceptar o rechazar
influencias ajenas, así como ir adquiriendo valores, normas de conducta y
aprendiendo a adaptarse a la cultura y sociedad (Bernal & Sandoval, 2013). Así, la
familia se entiende como un contexto social, educativo y de aprendizaje, que puede
contribuir, de darse las condiciones adecuadas, al desarrollo humano y personal de
todos sus integrantes, contribuyendo también al desarrollo social a través de la
educación. De modo que, el contexto familiar es una oportunidad idónea para el
desarrollo de competencias emocionales (Bisquerra, 2012a).

Recordemos que muchos problemas de conducta se presentan


especialmente en la transición de la infancia a la adolescencia, siendo algunos
factores que predisponen esta intensa emotividad de los chicos en esta etapa: la
desorganización en la estructura familiar, las relaciones familiares desfavorables y
los lazos inseguros con los padres, situaciones que provocan que los chicos se
sientan inadaptados. Es por ello que, el tipo de disciplina que ejercen los padres, sus
relaciones interpersonales, las discusiones familiares entre hermanos, etc.,
proporcionan a niños y adolescentes importantes lecciones de resolución de
conflictos, conformidad, cooperación, competencia y de oportunidades para aprender
como influir en la conducta de los demás. De esta forma, los padres constituyen un
factor importante el desarrollo de competencias emocionales, y puede hacerlo
actuando directamente sobre sus hijos o de manera indirecta a través de la
observación y el modelado (Martí, 2008).

Pese a que las últimas décadas se ha venido manifestando una ruptura


entre padres e hijos durante la adolescencia, los padres continúan siendo una
importante fuente de apoyo para sus hijos. A medida que los chicos van ganando
independencia y autonomía, su fuente de apoyo emocional y social inicia su traslado
hacia su grupo de amigos, su grupo de iguales (Oliva, Parra & Sánchez, 2002;
Papalia et al., 2012). Oliva et al. (2002) señalan que las relaciones de los
adolescentes con sus iguales favorecen su ajuste psicológico, así como las buenas
relaciones con sus compañeros están relacionadas con una autoestima alta. De igual
forma, indican que, una buena relación familiar, basada en el afecto, la comunicación
y el respeto por la individualidad con supervisión, tendrá efectos positivos sobre el
desarrollo y el ajuste del adolescente. Dicho apoyo parental produce una autoestima

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 25 de 107


alta, mayor satisfacción vital, menor malestar psicológico, un mejor ajuste escolar y
mayor estabilidad en sus relaciones afectivas (Azpiazu, Esnaola & Sarasa, 2015;
Oliva et al. 2002). Diversos estudios demuestran que, los niños que establecieron
una relación segura de apego con sus padres durante su primera infancia,
desarrollan una actitud básica de confianza en sí mismos durante la adolescencia, de
tal forma que los lleva a establecer relaciones sociales basadas en una autoestima
alta y seguros de sí mismos (Oliva et al. 2002, Papalia et al., 2012).

Las relaciones con sus iguales son positivas y creativas, generalizan los
comportamientos adquiridos en el seno familiar, por lo que los adolescentes se
desarrollan en ambientes saludables que favorecen tanto su desarrollo emocional
como social. De igual forma, existe la posibilidad de que estas buenas relaciones
sociales entre iguales ejerzan el efecto contrario, lo que sucede cuando los
adolescentes carecen de relaciones familiares no favorables a su desarrollo
emocional y social. Al no contar con los vínculos parentales basados en el afecto, la
comunicación y el respeto, los adolescentes buscan el apego entre sus iguales, con
ausencia de seguridad en sí mismos y carentes, en muchas de las ocasiones, de una
autoestima sana (Azpiazu et al., 2015; Oliva et al. 2002). Todas estas características
y algunas circunstancias más influyen, de manera interrelacionada, en el proceso de
madurez emocional o desarrollo de competencias emocionales de los pre-
adolescentes.

De ahí que la familia requiere adaptarse de manera flexible a los cambios


vitales, ajustando límites y normas, y reestructurando roles y responsabilidades. En
este sentido, el proceso de tomar decisiones con responsabilidad, los valores morales
que los padres de familia fomentan representan un marco de referencia vital; son
una brújula que sirve para tomar decisiones. En este proceso de toma de decisiones,
la responsabilidad como valor básico en la familia, juega un papel primordial, ya que
consiste en cumplir las obligaciones y compromisos adquiridos, es asumir las
consecuencias de los propios actos, sean buenos o malos. Para poder descubrir los
valores morales y vivirlos, los pre-adolescentes necesitan, en principio, saber pensar
y tener un control emocional y desarrollar competencias emocionales que les hagan
vivir en plenitud (Marina & Pellicer, 2015).

Ya que tener un control emocional y desarrollar competencias


emocionales, como hemos mencionado, es saber identificar los propios sentimientos
y los sentimientos de los demás, es saber controlar los impulsos, las emociones que
nos hacen tomar decisiones no acertadas que pudieran impactar negativamente en
un futuro. Es importante señalar que los múltiples y acelerados cambios en los
países industrializados han provocado importantes transformaciones en la vida
familiar, que es importante considerar de cara al desarrollo emocional de los
preadolescentes.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 26 de 107


Algunos de éstos han surgido como resultado de la incorporación de la
mujer al mercado laboral, la reducción del número de miembros en la familia y la
convivencia doméstica de varias generaciones, entre otros. Lo anterior ha generado
que las redes familiares, sean uno de los principales recursos para el cuidado de
niños y adolescentes, sobre todo en países donde los servicios formales del Estado
no están lo suficientemente desarrollados, como es el caso de España (Tobío, 2008).
De modo que, la toma de decisiones a favor de los preadolescentes con frecuencia
recae en los abuelos u otros familiares que cuidan de ellos en la vida cotidiana, lo
que hace necesario plantear nuevas estrategias de participación y de apoyo con una
visión comunitaria (Rodríguez-Álvarez, 2015).

En este momento de cambios educativos a nivel mundial, es una buena


oportunidad para reflexionar y tomar consciencia sobre la inclusión de las habilidades
emocionales de forma explícita en el currículum escolar, tendiente a lograr un
desarrollo integral de los alumnos, mediante la adquisición de competencias
relacionadas con el saber estar y el saber ser. Dado que la educación formal cumple
varias funciones encaminadas a satisfacer necesidades de la sociedad, siendo una de
ellas la formación de personas libres y capaces de colaborar en la construcción de
una ciudadanía democrática (Martínez-Martín, 2011). Como hemos señalado, la EE
es una innovación educativa que responde a necesidades sociales no atendidas en
las materias académicas ordinarias.

El propósito de la EE, en concordancia con Bisquerra (2007), es el


desarrollo de competencias emocionales en todos los contextos: conciencia
emocional, regulación emocional, autogestión, inteligencia interpersonal, habilidades
para la vida y bienestar. La enseñanza de CE depende de la práctica, entrenamiento
y perfeccionamiento, y no tanto de la instrucción verbal (Fernández-Berrocal &
Extremera, 2011). Por lo que, lo esencial es ejercitar y practicar las capacidades
emocionales convirtiéndolas en una parte más del repertorio emocional, en este caso
del pre-adolescente.

El conocimiento y control de las emociones, como hemos visto, permite


una mejor respuesta cognitiva y práctica para tomar decisiones con responsabilidad.
En el contexto educativo, este proceso se trabaja generalmente a partir de la
Educación Secundaria Obligatoria, y es a través de una orientación vocacional y
profesional donde se ejerce. Sin embargo, es clara la necesidad de contemplar en el
currículum, desde etapas educativas anteriores, el desarrollo de CE, ya que ésta es
una tarea diaria inexcusable a lo largo de toda la vida y la vocación no aparece como
algo natural y espontáneo sino que se inicia en la infancia, se configura en la
adolescencia y se define en la adultez.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 27 de 107


2. ADULTEZ TEMPRANA

2.1 La adultez dentro del desarrollo vital humano

El principio epigenético afirma que “todo ser vivo tiene un plano básico de
desarrollo, y es a partir de este plano que se agregan las partes, teniendo cada una
de ellas su propio tiempo de ascensión, maduración y ejercicio, hasta que todas
hayan surgido para formar un todo en funcionamiento” Erickson Este principio
según Erickson, se aplica en los tres procesos complementarios:

a) en el proceso biológico de la organización de los sistemas de órganos que


constituyen un cuerpo (soma)
b) en el proceso psíquico que organiza la experiencia individual a través de la
síntesis del yo (psique)
c) en el proceso social de la organización cultural e interdependencia de las personas
(ethos).
El principio epigenético presupone que la persona se desarrolla de acuerdo
con etapas estructuralmente organizadas y conforme a sus disposiciones y
capacidades internas; y la sociedad interactúa en la formación de la personalidad en
cuanto a los aspectos de las relaciones sociales significativas, así como en los
principios relaciona del desarrollo del ciclo completo de la vida de la persona
humana, -extendiéndolo en el tiempo, de la infancia a la vejez, y en los contenidos,
el psicosexual y el psicosocial, organizados en ocho estadíos. Cada estadío integra el
nivel somático, psíquico y ético-social y el principio epigenético; comprende un
conjunto integrado de estructuras operacionales que constituyen los procesos
psicosexuales y psicosociales de una persona en un momento dado. Los estadíos son
jerárquicos, esto es, integran las cualidades y las limitaciones de los estadíos
anteriores; el modelo epigenético de Erikson es también un modelo ontogenético.
Los estadíos son procesales y en continuo desarrollo, implicando la transformación
de las estructuras operacionales como un todo, en la dirección de la mayor
diferenciación interna, complejidad, flexibilidad y estabilidad.

La crisis según Erikson: comprende el paso de un estadío a otro, como un


proceso progresivo de cambio de las estructuras operacionales, o un proceso de
estancamiento (o regresivo) en el mismo, manteniendo las estructuras
operacionales. Comprende, también, la relación dialéctica entre las fuerzas sintónicas
(virtudes o potencialidades) y las distónicas (defectos o vulnerabilidad) de cada
estadío. De la resolución positiva de la crisis dialéctica emerge una fuerza, virtud o
potencialidad, específica para aquella fase. De su no resolución emerge una
patología, un defecto o fragilidad específica para aquel estadío. Las fuerzas
sintónicas y distónicas pasan a hacer parte de la vida de la persona, influenciando la
formación de los principios de orden social y las ritualizaciones (vinculantes o

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 28 de 107


desvinculantes) así como todos los contenidos y procesos afectivos, cognitivos y
comportamentales de la persona, asociados a su interacción social y profesional.

Estadío: intimidad versus aislamiento: amor Joven Adulto: de 20 a 30


años La madurez psicosexual del adolescente tiene su culminación en lo que la
psiconálisis llama momento de la genitalidad, que consiste en la capacidad de
desarrollar una relación sexual saludable, con un partícipe amado del otro sexo, con
quien pueda y quiera compartir con confianza mutua y regular, los ciclos de vida de
procreación, de trabajo y ocio, a fin de asegurar a la descendencia futura unas
mejores condiciones de vida y de trabajo. La intimidad es la fuerza sintónica que
lleva al joven adulto a confiar en alguien como compañero en el amor y en el
trabajo, integrarse en afiliaciones sociales concretas y desarrollar la fuerza ética
necesaria para ser fiel a esos lazos, al mismo tiempo que imponen sacrificios y
compromisos significativos. El reverso de esta situación es el aislamiento afectivo, el
distanciamiento o la exclusividad que se expresa en el individualismo y egocentrismo
sexual y psicosocial, individual o los dos. Un justo equilibrio entre la intimidad y el
aislamiento fortalece la capacidad de la realización del amor y el ejercicio
profesional. Los principios relacionados de orden social que nacen de este contenido
se expresan en las relaciones sociales de integración y compromisos en instituciones
y asociaciones culturales, políticas, deportivas y religiosas.

2.2 Los principales factores que determinan el periodo del adulto joven

Arnett (2000) define como adultez emergente a la etapa de transición


entre la adolescencia y la edad adulta temprana en las sociedades industrializadas
avanzadas, cuyos límites cronológicos estarían entre los 18 y los 25 años de edad,
aunque puede extenderse hasta los 30 años. Son los jóvenes que han dejado la
dependencia de la niñez y la adolescencia, pero aún no han asumido las
responsabilidades propias de la adultez. Como dice Gould (en G. Craig, 1988), en
esta etapa los jóvenes van cambiando su concepción del mundo y de sí mismos,
deben abandonar la “identidad adolescente”, rechazan el control de los padres y
deciden ir creando una nueva identidad que no sea como la de sus adultos-padres.
Se trataría de una identidad propia de “joven para siempre”, con las ventajas de ser
adulto con libertad y autonomía para decidir por sí mismo sobre “sus asuntos”, pero
sin las obligaciones, compromisos y responsabilidades adultas.

2.3 Las variables físicas en la adultez temprana

Inicialmente el concepto de sujeto “adulto” hace referencia a la dimensión


biológica, donde adulto y maduro biológico son conceptos equiparables: se refieren a
un individuo que ha terminado de crecer o de desarrollarse. Principalmente la
madurez biológica haría referencia a la plenitud de las capacidades físicas y a la
capacidad de procrear. En cambio desde un punto de vista psicológico la madurez

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 29 de 107


implica la plenitud de las funciones intelectuales y afectivas, que a su vez están
encaminadas a la procreación (en sentido amplio del término: procreación biológica,
laboral, social). La madurez biológica no coincide con madurez psicológica en las
sociedades avanzadas. En la infancia y la adolescencia los sujetos normales son en
parte maduros y en parte inmaduros. La madurez psicológica representa en cada
momento la capacidad aprender, adaptarse al medio y de resolver con éxito las
tareas del desarrollo. (Papalia, 1997).

En la adultez joven la fuerza, la energía y la resistencia se hallan en su mejor


momento. El máximo desarrollo muscular se alcanza alrededor de los 25 a 30 años,
luego se produce una pérdida gradual. Los sentidos alcanzan su mayor desarrollo: la
agudeza visual es máxima a los 20 años, decayendo alrededor de los 40 años por
propensión a la presbicia; la pérdida gradual de la capacidad auditiva empieza antes
de los 25 años; el gusto, el olfato y la sensibilidad al dolor y al calor comienza a
disminuir cerca de los 45 años (Rice, 1997). En esta etapa también se produce el
nacimiento de los hijos, ya que tanto hombres como mujeres se encuentran en su
punto máximo de fertilidad (Papalia, 1997).

Los adultos jóvenes se enferman con menos facilidad que los niños, y si
sucede, lo superan rápidamente. Los motivos de hospitalización son los partos, los
accidentes y enfermedades de los aparatos genitourinarios. En esta etapa la causa
principal de muerte son los accidentes, luego el cáncer, enfermedades del corazón, el
suicidio y el Sida.

Existen siete hábitos básicos importantes relacionados directamente con la


salud: desayunar, comer a horas regulares, comer moderadamente, hacer ejercicio,
dormir 7 u 8 horas en la noche, no fumar y beber moderadamente (Rice, 1997).

En esta etapa la dieta es muy importante, ya que "lo que las personas comen
determina su apariencia física, como se sienten y, probablemente, que
enfermedades pueden sufrir" (Rice, 1997, p.448). La pérdida de peso y el sobrepeso
están relacionados con muertes por enfermedades coronarias, a su vez, el colesterol
produce estrechamiento de vasos sanguíneos lo que pude producir un paro cardíaco.

La actividad física ayuda en el mantenimiento del peso, tonificación de los


músculos, fortalecimiento del corazón y pulmones, protege contra ataques cardíacos,
cáncer y osteoporosis, alivia ansiedad y depresión. El fumar y el beber en exceso
están estrechamente relacionados con problemas de tipo cardíaco, gastrointestinal y
cáncer. "El abuso de alcohol es la principal causa de los accidentes automovilísticos
fatales"(Rice, 1997, p.451). La salud puede verse influenciada por diversos factores
como son: los factores socioeconómicos, la educación y el género (Rice, 1997).

2.4 Los factores cognitivos en el adulto joven

Una forma de pensamiento del adulto joven, es el que algunos teóricos, han
denominado, pensamiento dialéctico, en el cual, cada idea o tesis implica su idea
opuesta o antítesis. El pensamiento dialéctico consiste en la capacidad de considerar
puntos de vista opuestos en forma simultánea, aceptando la existencia de
contradicciones. Este tipo de pensamiento permite la integración entre las creencias

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 30 de 107


y experiencias con las inconsistencias y contradicciones descubiertas, favoreciendo
así la evolución de nuevos puntos de vista, los cuales necesitan ser actualizados
constantemente. El pensador dialéctico posee conocimientos y valores, y se
compromete con ellos, pero reconoce que éstos cambiarán, ya que la premisa
unificadora del pensamiento dialéctico es que la única verdad universal es el cambio
mismo.

Los adultos que alcanzan el pensamiento dialéctico se caracterizan porque son


más sensibles a las contradicciones, aprecian más las opiniones contrarias y que han
aprendido a vivir con ellas. (F. Phillips Rice, 1997, págs.533-534).

Otros teóricos se han referido a este mismo período, como el del pensamiento
posformal, una etapa que va más allá de las operaciones formales planteadas por
Piaget. Este pensamiento posformal tiene tres elementos básicos: relativismo,
contradicción y síntesis. El adulto que alcanza el pensamiento posformal es capaz de
sintetizar pensamientos contradictorios, emociones y experiencias dentro de un
contexto más amplio. No necesita elegir entre alternativas porque es capaz de
integrarlas. (Hoffman, 1996. Pág. 123).

Shaie plantea un modelo de desarrollo cognitivo donde identifica cinco etapas


por las que pasa la gente para adquirir conocimiento, luego lo aplica a su vida. Este
modelo incluye las siguientes etapas: etapa de adquisición (de la infancia a la
adolescencia), etapa de logro (desde el final de la adolescencia a los 30 años), etapa
de responsabilidad (final de los 30 hasta inicio de los 60), etapa ejecutiva (también
tiene lugar durante los 30 a 40 años), etapa reintegrativa (vejez). Según el modelo
de Shaie el adulto joven se encuentra en las etapas de logro, de responsabilidad y
ejecutiva.

 Etapa de logro: el individuo reconoce la necesidad de aplicar el conocimiento


adquirido durante la etapa anterior para alcanzar metas a largo plazo.

 Etapa de responsabilidad: el individuo utiliza sus capacidades cognitivas en el


cuidado de su familia, personas de su trabajo y comunidad.

 Etapa ejecutiva: desarrollan la habilidad de aplicar el conocimiento complejo


en distintos niveles, por ejemplo: Instituciones Académicas, Iglesia, Gobierno,
entre otras. (F. Phillips Rice, 1997, pág.534).

2.5 Los aspectos psicológicos y sociales en la juventud

El joven se siente en un momento de plenitud vital, autónoma para tomar decisiones


sobre lo que hace, piensa, con quién está y cómo quiere orientar su vida laboral. La
autonomía personal está limitada en tanto en cuanto no tiene recursos ni medios
para vivir de forma independiente de sus padres. Aunque este no siempre es el
problema principal, pues sus padres pueden ceder de sus ventajas para que el hijo
se sienta a gusto en la “cohabitación” y sin presionarle para que tome decisiones de
independencia que pueden hacer daño a ambas partes.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 31 de 107


Torres y Zacarés (2004) destacan con razón que en la adultez emergente
la madurez psicológica no se basa en criterios psicosociales más o menos normativos
sino en otros criterios marcadores de inicio de la adultez:
 Finalización de la madurez biológica
 Mayoría de edad legal y derecho al voto
 Comportamientos de cierta independencia como la obtención del carnet de
conducir, poseer un coche propio, viajar o pasar vacaciones con amigos aparte
de la familia

Criterios psicológicos o cualidades de carácter (Arnett, 1998) que son


subjetivos e individuales pero que contribuyen al “sentirse adulto” en ausencia de
otros factores y roles sociales asociados directamente con la adultez.

Según K. Schaie y S. Willis “la madurez psicológica de la adultez es


función de la habilidad del individuo para equilibrar dos necesidades opuestas”: La
independencia y la intimidad (Schaie y Willis, 2003, pág. 41). En la edad adulta
cabe esperar que el individuo haya alcanzado el máximo de competencias
psicológicas para la adaptación al medio, para la convivencia, para ser productivo y
disfrutar de una vida plena. Tanto durante la adultez emergente y como en la
adultez temprana se produce una evidente desfase entre la madurez biológica y la
dependencia familiar, entre la capacidad subjetiva y los deseos de independencia y la
demora en la asunción de responsabilidad

2.6 La propia etapa de vida y de las características personales

La independencia (personal, económica, afectiva) está asociada a los


nuevos roles que caracterizan la adultez temprana: separarse de los padres,
obtención de empleo, la vivienda propia, el matrimonio, la paternidad, lo cual
conlleva la adquisición de altas tasas de responsabilidad y compromisos personales y
sociales. En este caso de la intimidad también aparece una cierta paradoja entre el
deseo de relaciones afectivas íntimas y el miedo a perder la tan buscada
independencia a causa de una relación con compromisos. Transitoriamente el joven
resuelve esta contradicción independizándose subjetivamente de sus padres,
evitando el compromiso expreso con su pareja y compaginando su relación de pareja
con las relaciones de amistad más amplia, aún muy importante para él.

Los aspectos psicológicos y sociales en la juventud son terminados como


indicadores que influyen en el adulto joven o emergente, como las propias etapas de
su vida, de cada ser que habita en cualquier contexto o ciudad, por lo que se
determina que son un reflejo ante la sociedad expresada en su accionar por medio
de conductas que dejan ver el comportamiento del sujeto no importando el género,
de esta manera se explican los aspectos sociales desde diferentes posturas teóricas
como a continuación veras en las siguientes tablas:

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 32 de 107


Tabla 1
AMOR:

Rice (1993), divide al amor en cinco elementos

Amor romántico: ternura o apasionamiento, sentimientos intensos.


Amor erótico: atracción sexual, sexo y amor son interdependientes; una relación
sexual satisfactoria fortalece el amor de pareja

Amor dependiente: mutua dependencia, que en casos extremos podría llegar a


transformarse en obsesión o comportamiento neurótico.

Amor filial: basado en compañía o interés común

Amor altruista: interés y preocupación genuina, dar y recibir son mutuos

Sternberg (1986), propone tres elementos en el amor


Intimidad, pasión y compromiso; de cuya combinación resultan ocho tipos de
relaciones: ausencia de amor; gusto por el otro; apasionamiento; amor vacío,
romántico, de compañía, ilusorio y finalmente un equilibrio de los tres elementos.

Elaboración propia

SOLTERIA

Stein (1981), plantea cuatro tipologías de solteros: voluntarios temporales o


estables e involuntarios temporales o estables.

Ventajas de la soltería: Mayores oportunidades de


autodesarrollo, satisfacción y desarrollo
personal; conocer gente distinta;
independencia y autosuficiencia
económica; mayor experiencia sexual;
libertad y control sobre la propia vida;
expansión y cambio de carácter.

Desventajas de la soltería: Soledad y falta de compañía; penurias


económicas; incomodidad en ciertas
situaciones sociales; frustración sexual;
presión por prejuicios, entre otros.

Profesional, social, individualista, activista, pasivo o de apoyo, son algunos de los


estilos de vida que un soltero podría adoptar.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 33 de 107


Elaboración propia

COHABITACION

Algunos estudios indican que durante el estado de cohabitación, se presenta mayor


agresión física que en el matrimonio. No existe evidencia de que la cohabitación
prematrimonial, discrimine en relación a la compatibilidad necesaria para el
matrimonio. La desilusión posmatrimonial, se presenta antes en parejas que han
cohabitado

Elaboración propia

MATRIMONIO
La calidad de la vida matrimonial tiene fuerte incidencia en la felicidad y satisfacción
de los individuos. El ciclo familiar se divide en etapas que reflejan los cambios
ocurridos.

Entre las tareas de ajuste matrimonial se presentan los siguientes planos:


satisfacción y apoyo emocional; ajustes sexuales; hábitos personales; roles
sexuales; intereses materiales; trabajo, empleo y logros; vida social; familia;
decisiones; conflictos y resolución de problemas; moral, valores e ideologías

Elaboración propia

DIVORCIO A continuación se presentan algunos de


los problemas más dañinos para una
relación matrimonial: comunicación;
expectativas irreales sobre el matrimonio
o el cónyuge; problemas de roles;
ausencia de amor y demostraciones de
cariño; alcoholismo; sexualidad
disfuncional; relaciones extramaritales,
entre otros.

Inicial, intermedia y final. Esta última se


caracteriza por el deseo se finalizar el
Los procesos de desafecto pueden llevar matrimonio. Entre las alternativas al
Kersten (1990), plantea que el desafecto divorcio se encuentran: terapia
se presenta en tres etapas: matrimonial, mejoramiento de la relación
o separación. Los ajustes posteriores al
divorcio son: superar el trauma
emocional; manejo de las actitudes de la
sociedad; soledad; adecuación social,
sexual y financiera; contacto con el
cónyuge, entre otros.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 34 de 107


Elaboración propia

SEXUALIDAD:
El adulto joven debe lograr:

 Independencia.
 Competencia.
 Responsabilidad e igualdad en relación con su sexualidad.
 Determinar el estilo de vida que llevará, en esta tarea debe tomar decisiones
relacionadas con:

 Tipo de relación sexual (informal, formal, recreativa).


 Forma de expresión de su sexualidad (heterosexual, homosexual,
bisexual).
 Contraer o no matrimonio.
 Tener o no un hijo.
 Mantener relaciones extramatrimoniales (7mo. año), entre otras.

En relación a la actividad sexual en solteros, podemos destacar:

 Cambio de actitud en torno al tema de las relaciones prematrimoniales;


permisividad.
 No existe temor para hablar del tema.
 Las mujeres jóvenes que sostienen relaciones prematrimoniales, entablan
relaciones afectivas y sin promiscuidad.

Con respecto de la actividad sexual en el matrimonio:

 Existe poca información al respecto.


 Frecuencia de relaciones es mayor durante el primer año de casados.
 La actividad sexual de este primer período permite hacer una proyección hacia
la actividad futura.
 La mayor parte de hombres y mujeres, encuentran que hay placer en sus
relaciones sexuales dentro del matrimonio, a diferencia del pasado. Esto es
producto de la disminución de la actitud que lo consideraba como algo maligno
o tabú. Ahora, es concebida como normal, saludable y placentera.
 Otro factor que ha contribuido a vivir la experiencia sexual satisfactoriamente
dentro del matrimonio, es la mayor información de que se dispone, la
seguridad de los métodos anticonceptivos y las disposiciones legales en torno
al aborto. Todo esto libera a la pareja del temor al embarazo (no deseado).

La actividad sexual extramarital se destaca por lo siguiente:

 Ocurre normalmente después de los primeros años de casados, al acabarse la


novedad y lo excitante de la relación conyugal, entrando en: aburrimiento;
enojo con el otro; deseo de recuperar la alegría perdida; búsqueda de una
relación más vital y deseo de liberación sexual.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 35 de 107


 La medición objetiva de esta realidad resulta compleja y poco fiable, dado que
no se puede evaluar la franqueza con que hablan las personas de sus prácticas
sexuales
 Aumento en relación al pasado, del número de personas que efectúan estas
prácticas, y se presenta también una disminución en la edad de comienzo de
éstas.

2.7 La educación en la vida del adulto joven

Desde 1920, se han promovido en México diversos programas dirigidos a las


poblaciones marginales, tanto urbanas como rurales. Las áreas que se han tocado
han sido diferentes e incluyen los campos de la agricultura, salud, organización,
producción, capacitación para el autoempleo, alfabetización, educación básica y
vivienda. El desarrollo de la educación de adultos ha sido incesante y la importancia
que se le ha dado ha variado dependiendo de los diferentes contextos sociales,
económicos y políticos; desde el énfasis puesto en las campañas de alfabetización,
los programas de extensión agrícola y el desarrollo rural durante los años cuarenta y
cincuenta, hasta la emergencia de la educación técnica agrícola e industrial a inicios
de la década de los sesenta.

El desarrollo de la educación de jóvenes y adultos ha corrido paralelo a la


formalización del campo educativo a través de la creación de instituciones que han
puesto en práctica diferentes programas. La formulación en 1975 de la Ley Nacional
de Educación para los Adultos y posteriormente en 1981 la creación del Instituto
Nacional para la Educación de los Adultos, como instituto líder en este campo,
constituyen de hecho momentos de definición del estado mexicano respecto de esta
área educativa. Para nuestro propósito interesa destacar dentro de los programas de
educación de adultos el amplio campo de la capacitación para las actividades
domésticas y el autoempleo, ubicado en México dentro de los programas de
educación comunitaria (incluye a las Misiones Culturales), y que a lo largo de los
años han mantenido una presencia constante. Este campo es desarrollado por un
gran número de instituciones que se encuentran vinculadas con diversos sectores,
tales como el Instituto Nacional Indigenista (INI), el Instituto Nacional para la
Educación de los Adultos (INEA), el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el
programa de Misiones Culturales (MC), la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el
Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

Los rasgos de estas prácticas educativas las ubican más bien en el campo
de la educación no formal: su independencia de las instituciones responsables del
sistema educativo formal (en el caso del DIF o el IMSS los programas dependen del
sector salud); no cuentan con una infraestructura propia (talleres, salones de clase);
el alcance de los cursos es limitado y se concentra más en el dominio de habilidades
básicas que no alcanzan el nivel de especialidad; el nivel académico de los
profesores y el programa curricular son inferiores al de instituciones como los

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 36 de 107


Centros de Capacitación Técnica Industrial (CECATI); la intensidad de los cursos es
menor y la marginalidad de los servicios que se proporcionan (en cuanto a calidad,
materiales, pago de salarios) es significativa en estos programas. El universo de
población que atienden es muy amplio y se constituye por población joven y adulta.

Ante la diversidad de opciones que se presentan frente a la educación superior y la


experiencia universitaria es difícil de generalizar. La universidad contiene estudiantes
de diversas clases.

La época universitaria puede ser una etapa de búsqueda intelectual y


crecimiento personal, ésta ofrece la posibilidad de moldear una nueva identidad
personal. Los universitarios pueden presentar una crisis de identidad que originan
serios problemas (abuso de drogas y alcohol, desórdenes alimenticios, suicidio), pero
generalmente fomenta un desarrollo saludable. Las diversas áreas de estudio que se
presentan enseñan diferentes habilidades para razonar y esto puede ayudar a las
personas a enfrentar de manera distinta la incertidumbre que se les presenta ante la
vida. Es necesario que la educación se enfoque en diversas áreas, ya que una
educación limitada a un área puede restringir el desarrollo intelectual potencial de las
personas. Los retos sociales e intelectuales de la universidad conducen a un
crecimiento moral y cognitivo.

A medida que los estudiantes se enfrentan con una variedad de ideas,


aprenden que existen diversos puntos de vista que pueden coexistir. También se dan
cuenta que el conocimiento y los valores son relativos, reconocen que cada individuo
tiene su propio sistema de valores. Al definir su propio sistema de valores logran
afirmar su identidad. En cuanto a las diferencias de género en los logros académicos,
en la actualidad es más probable que las mujeres accedan a la educación superior y
alcancen títulos importantes. En cuanto al abandono de la universidad, se puede
decir que cerca de la mitad de las personas que inician una carrera nunca se
gradúan, esto se debe a diversos factores como el matrimonio; los cambios
ocupacionales o insatisfacción con la universidad.

Con relación al trabajo, influye en muchos aspectos del desarrollo tanto físicos,
intelectuales, emocionales y sociales. En general, los sujetos menores de cuarenta
están pasando por un proceso de consolidación de su carrera, se sienten menos
satisfechos con su trabajo que como lo estarán más adelantes, se involucran menos
con su trabajo y es más probable que cambien de empleo. Los trabajadores jóvenes
se preocupan más por lo interesante que pueda ser su trabajo y por las posibilidades
de desarrollo que pueda presentar. Hoy en día la elección de profesión está muy
poco limitada por el género y al igual que los hombres, las mujeres, trabajan para
ganar dinero, lograr reconocimiento y para satisfacer sus necesidades personales.
Aunque se han visto diferencias entre los sueldos que tienen los hombres con los de
las mujeres (que son menores) cada día se hacen más equitativos. El trabajo puede
ser fuente de stress y satisfacción. También influirá sobre las relaciones
interpersonales y sobre el desarrollo de la personalidad.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 37 de 107


3. ADULTEZ INTERMEDIA

3.1. El desarrollo físico en el adulto intermedio

La edad adulta media, es un término relativamente nuevo y debe su creación a la


longevidad y estilos de vida cada vez más diferentes en las personas. Al abarcar el
periodo de vida que comprende de los 40-45 años hasta los 60 años, se espera que
el adulto medio haya vivido experiencias como el matrimonio y la paternidad, y se
esté preparando para otros como la jubilación o soledad por la viudez e incluso
separación marital. Los cambios físicos al inicio de esta etapa tienden a ser
imperceptibles, pero se Irán acentuando conforme pasen los años, sobre todo
cuando llega la menopausia con sus efectos orgánicos y emocionales; la percepción
de la misma afortunadamente hoy ha cambiado, por lo que se percibe como una
característica más de la edad media. Los malos hábitos y el descuido en lo que a
salud se refiere, pueden empezar a cobrar la factura con enfermedades que se
vuelven crónicas, sin descartar, por supuesto, las que se habrán de desarrollar en
esta etapa y que de no recibir tratamiento adecuado y oportuno, pueden ser causa
de muerte. Vivir en la ciudad o el campo, se considera un factor importante en la
salud física y emocional, ya que la vida silvestre tiende a ser más relajante y segura,
aunque carezca de los beneficios de la ciudad, como los servicios médicos, la
diversión y el bienestar en general.

CAMBIOS FÍSICOS La edad adulta intermedia abarca de 40 o 45 años


hasta los 65, esperando que al inicio de ella se estén realizado diferentes actividades
y experiencias, como trabajo, matrimonio y crianza, y que al final de la misma se
vivan igualmente sus repercusiones, es decir, la jubilación, ser abuelos y, a veces, la
viudez. Los estilos de vida personal y profesional han cambiado los roles, de tal
forma que no es raro que un persona tenga a su primer hijo a los 40 años, mientras
que otros ya son abuelos, o que se jubilen a los 50 años, en tanto que otros lo hagan
hasta los 70 años de edad. Los cambios físicos son apenas perceptibles hasta que
aparecen deficiencias sensoriales, en la capacidad sexual y reproductora entre otras.
En relación con la vista, la presbicia, miopía y disminución en la agudeza visual son
muy comunes; con respecto al oído ocurre una disminución de la capacidad de
sonidos con frecuencia más alta, conocida como presbiacucia El sentido del gusto
también presenta cambios, ya que las papilas gustativas pierden sensibilidad, por lo
que algunos alimentos se perciben como insípidos. La sensibilidad al tacto
disminuye después de los 45 años y al dolor después de los 50, lo cual puede
agravarse ante enfermedades como la diabetes. En esta etapa se experimenta una
pérdida en la resistencia por una baja en la tasa del metabolismo basal, es decir, la
cantidad de energía que se gasta para mantener las funciones vitales. Algunos
cambios visibles y generalizados son los siguientes:

 La piel se torna menos tersa y uniforme.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 38 de 107


 El cabello se encanecerse y adelgaza.
 Se gana peso y pierde estatura.
 Al absorber menos calcio, la densidad de los huesos disminuye.
 Las articulaciones pueden ser menos flexibles.

Un tema aparte lo constituye la sexualidad, presentándose el evento biológico más


importante en la vida de mujeres y hombres: la menopausia y el climaterio.

 La menopausia es la cesación de la menstruación y por consecuencia la


incapacidad para concebir hijos, lo que típicamente se presenta alrededor de
los 48 y los 52 años. La reducción de hormona femenina, es decir, estrógenos,
son sofocos, “accesos repentinos de calor” (sensación repentina de calor en
todo el cuerpo debido a la expansión y contracción de los vasos sanguíneos),
dolor muscular, sequedad y ardor vaginal, dolor de cabeza, insomnio, fatiga,
aumento de peso, trastornos urinarios y resfriados. (Centro Nacional de
Información sobre la Salud de la Mujer).

La administración de una terapia hormonal de remplazo puede disminuir


estos síntomas de forma eficiente. Aunque el hombre puede ser padre a edades muy
avanzadas, se produce cierta disminución en la fertilidad, en la frecuencia del
orgasmo, y un aumento en la impotencia, además de tener fluctuaciones cíclicas en
la producción de hormonas, lo que se llama andropausia.

 La andropausia es un síndrome caracterizado por síntomas y signos


atribuibles a una disponibilidad reducida de andrógenos que ocurre en el
hombre, relacionado con el envejecimiento. (Tremblay, R.; Morales, A.,
Canadian practice recommendations for screening, monitoring and treating
men affected by andropause or partial androgen deficiency, pp. 213-218.) Se
estima que 39% de los hombres a los 40 años contra 67% a los 70 años,
experimentan disfunción eréctil. Un porcentaje muy bajo, aproximadamente
5% de la población masculina, presenta síntomas como depresión, fatiga,
inadaptación sexual y molestias físicas, difícilmente definibles. (Papalia, F.
Diane., Wendkos, O. Sally. Psicología. p. 483.)

SALUD Existen algunos factores que influyen de manera indirecta en el


estado general de salud, como en la edad adulta media, a saber: la pobreza, las
influencias en cuanto a género, los factores étnicos y los hábitos adquiridos en las
etapas anteriores. Los hábitos negativos e irresponsabilidad como el consumo de
cigarros, alcohol, drogas y mantener un estilo de vida sedentario con poca actividad
física, son una causa directa en la incidencia de enfermedades en la adultez mayor.
Los síntomas físicos más comunes, a veces como reflejo de alguna enfermedad, son
el dolor de cabeza, de estómago y la tensión muscular junto con la fatiga, los

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 39 de 107


síntomas psicológicos asociados de igual forma son nerviosismo, ansiedad, tensión,
ira, irritabilidad y depresión.

Las enfermedades físicas y emocionales más comunes de la edad media


son el asma, la bronquitis, la diabetes, el cáncer (de mamas, útero, próstata),
desórdenes nerviosos y mentales (irritación o depresión), artritis, reumatismo, los
deterioros de la vista y oído. Se presenta un mal funcionamiento en los sistemas
circulatorio, digestivo y genito-urinario; sin embargo, muchos de los síntomas o
enfermedades, ya se padecen desde el inicio de la edad adulta temprana. Un
problema de salud significativo en la edad intermedia es la presión sanguínea alta,
también conocida como hipertensión, el cual predispone a ataques del corazón,
afectando a uno de cinco adultos. Las tres principales causas que conducen a la
muerte entre los 35 y los 54 años son el cáncer, enfermedades del hígado, ataques
al corazón y accidentes; entre los 55 y 64 años, las causas son el cáncer y las
enfermedades del corazón.
(Tomado de http://cuentame.inegi.gob.mx/poblacion/defunciones, INEGI, 2009.)

En general, los estudios actuales indican que el desarrollo de las


capacidades visuales y auditivas decrecen en la edad adulta, a partir de los 40 años
(Fozard y Gordon Salant, 2001). Los cambios causados por la edad en la anatomía y
fisiología del sistema auditivo influyen directamente en la capacidad auditiva
individual. La presbiacusia (pérdida del oído en la zona de las altas frecuencias) es la
dificultad auditiva que se observa más frecuentemente en las personas mayores,
mientras que las frecuencias bajas se perciben relativamente bien. A edades
avanzadas, también suele aparecer el zumbido. Este suele manifestarse junto a la
presbiacusia ocasionada por la exposición a un ruido excesivo.

La reducción de la capacidad visual acontece, en general, en más de la mitad


de las personas mayores de 75 años. Pueden sobrevenir cambios en la sensibilidad
para los contrastes (cerca de un 6% de reducción anual, a partir de los 65 años), en
la adaptación a la oscuridad, en la percepción de colores o en las capacidades y
habilidades de acomodación. Con el envejecimiento, el cristalino adquiere espesor,
perdiendo plasticidad y capacidad de acomodación (presbiopía). Normalmente, no
puede acomodarse a los objetos que están muy lejos o muy cerca. También se
produce una disminución del tamaño de la pupila (miosis), y esta responde más
lentamente, disminuyendo la capacidad del ojo para ajustarse a los cambios
repentinos de luz. Además, suele aumentar la frecuencia de las cataratas, glaucoma
y degeneración macular.

Las conductas motoras se vuelven más lentas, aunque existen grandes


variaciones. En la investigación sobre tiempos sencillos de reacción, se consigna un
25% más de lentitud en las personas mayores de 65 años, en comparación con
personas más jóvenes (Ketcham y Stelmach, 2001). Las mediciones del equilibrio
muestran que la inestabilidad aumenta y con ella la mayor probabilidad de una
caída. También disminuye el empleo de las informaciones propioceptivas, es decir,
sobre la situación del cuerpo en el espacio. Estos efectos podrían producirse por una

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 40 de 107


innervación más lenta o una disminución de las fuerzas musculares necesarias para
mantener la estabilidad.

Deterioro físico: la fortaleza y tonicidad muscular, así como el tiempo de reacción,


disminuyen en el adulto; esto puede ser compensado conductualmente, debido a que
estos cambios no son significativos (Hofmann, 1996).

Sexualidad: En los hombres, no se produce una pérdida significativa en la


capacidad reproductiva, pero sí una disminución en la velocidad de respuesta sexual.
En las mujeres, el principal cambio en esta edad sería la menopausia, la que supone
el fin de la capacidad reproductiva, junto a molestias de menor intensidad; no se
produciría una pérdida en la respuesta sexual. (Hofmann, 1996)

3.2 Los aspectos cognitivos en el adulto maduro

Uno de los principios del desarrollo señala que los cambios evolutivos y sucesivos
siguen un patrón de desarrollo en cada etapa de la vida, y que una vez que las
características de éste patrón se han alcanzado, según la etapa de vida a la que
corresponda, no tendrá ninguna involución; más bien tenderá a mantenerse por un
Periodo, para luego descender. Cuando se trata de cognición, el ser humano se
convierte en un aprendiz de tiempo completo y de por vida, ya que aprender de
manera natural está vinculado a los sentidos y a las experiencias cotidianas; si el
aprendizaje se relaciona con conocimientos científicos, retornar a las aulas es una
opción que muchas personas de la edad adulta intermedia están considerando, ya
sea para iniciar o concluir una carrera, para actualizarse en las nuevas tecnologías o
porque sus trabajos así lo requieren. Mantenerse activo cognoscitivamente, permite
estar en contacto con el mundo físico e inmediato, así como con el mundo intelectual
interno, aportando contenidos culturales, científicos y ocupacionales, que puedan
aplicarse en alguna actividad laboral o recreativa; durante la vida profesional,
cuando llegue la jubilación o el desempleo.

Tener un repertorio de conocimientos y habilidades, reduce el estrés que


surge ante la incertidumbre de ser desempleado o empleado poco valorado, de tal
manera que se eviten las consecuencias físicas o psicológicas como respuesta del
organismo ante situaciones que no se pueden controlar o evitar. Al finalizar la edad
adulta intermedia, es decir a los 60 o 65 años, el fin de la vida laboral está también
por llegar, debido a procesos de jubilación y a la edad misma, los cuales marcan el
cierre de la vida productiva en el ámbito institucional de esta etapa; sin embargo,
siempre habrá otras actividades que proporcionen la misma satisfacción al permitir
que la persona retirada que ya no pertenece a una estructura laboral, se sienta
productiva y útil, tanto para la familia y como para la sociedad, al aplicar sabiamente
lo aprendido durante las etapas anteriores, pero sobre todo al contribuir con su
crecimiento intelectual.

INTELIGENCIA Y COGNICIÓN Una característica particular de la edad adulta


media es el interés que tiene la persona en resolver los problemas que se le

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 41 de 107


presentan, constituyendo, por tanto, el mayor auge de la inteligencia práctica.
Se ha encontrado en esta etapa, que no todos los sujetos son capaces de
resolver problemas de alto nivel cognitivo, lo cual contradice en parte la teoría
de Piaget, quien afirma que desde la adolescencia ya se tienen desarrollados
diferentes tipos de pensamiento y otras habilidades, como el razonamiento
inductivo, las relaciones espaciales, el vocabulario y la memoria verbal; esto
no es una generalización, pero en algunos casos se puede retornar a estadios
anteriores.

“Las operaciones formales aportan al pensamiento un poder completamente


nuevo, que equivale a desligarlo y liberarlo de lo real para permitirle edificar a
voluntad reflexiones y teorías”. (Piaget, Jean, Psicología y epistemología, p. 98 )

En la edad adulta intermedia, los estudios psicométricos revelan que los


adultos tienen una capacidad intelectual alta, misma que poseían desde etapas
anteriores y que la inteligencia cristalizada es la que posee una mayor presencia a
diferencia de la inteligencia fluida. La inteligencia fluida es la facultad de aplicar la
capacidad mental a problemas nuevos que requieren poco o ningún conocimiento
previo, e implica la relación entre percepciones, formación de conceptos e
inferencias, tendiendo a declinar con la edad; la cristalizada, es la capacidad para
recordar y emplear información adquirida durante toda la vida, por lo general son
habilidades que dependen de la educación y la experiencia cultural; ésta se mantiene
e incluso mejoran con la edad. (Cloninger, Susan, C., Teorías de la personalidad, p.
242.)
Características distintivas de la cognición adulta:

 El pensamiento adulto es divergente, acepta la contradicción como aspecto


básico de la realidad.

 El pensamiento adulto es metasistemático, pudiendo observar la realidad


en términos, lógicos, relativos y contradictorios.
 El pensamiento adulto es contextualizado, ya que al existir cambios en la
vida cotidiana, no puede basarse únicamente en principios universales.

 El pensamiento adulto es dialéctico, ya que el pensador postformal percibe


la realidad como un sistema estructurado en cambio, evolución y
transformación. (Martin, G. Víctor A. “Más allá de Piaget: cognición adulta y
educación”, en Revista Interuniversitaria, vol. II, p. 143.)

Según el modelo de K. Warner Schaie, corresponde a la edad adulta


intermedia el estadio de la responsabilidad, que comprende de los 30 a 60 años, y
está relacionado con los problemas de la vida práctica y con los de la vida familiar.
Se ha observado que en esta etapa existe una interacción cognitivo contextual en la

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 42 de 107


que influyen diferentes factores, como la edad cronológica, el momento histórico en
que le ha tocado vivir y la experiencia individual de cada sujeto (como el trabajo y la
lectura).

Las teorías limitadas a un campo específico suelen aparecer mejor


formuladas e investigadas. No intentan explicar el envejecimiento psicosocial en toda
su extensión, sino que se circunscriben a un campo parcial del desarrollo de la edad
adulta. En la teoría de la Common-Cause (Baltes y Lindenberger, 1997), se
investigan las relaciones entre las distintas edades y diversas funciones, porque se
basan en una causa común. Lindenberger & Baltes (1994) pudieron demostrar que,
tras la introducción de funciones sensoriales como variable mediadora entre la edad
y el rendimiento cognitivo, la edad no ejercía efecto directo alguno sobre el
rendimiento cognitivo. Las diferencias individuales en las funciones sensoriales
ofrecían una covarianza del 93% con las diferencias de edad, en relación al
rendimiento cognitivo. Esto significa que, teniendo en cuenta las diferencias
individuales, en las funciones sensoriales prácticamente no existen diferencias de
edad substanciales en la capacidad del rendimiento cognitivo, lo que avalaría la
hipótesis de la “Common-Cause”. Baltes y Lindenberger (1997) proponen la teoría de
la Diferenciación, con la que no todos los autores están de acuerdo. Según esta
hipótesis, los rendimientos y resultados en las tareas cognitivas y en los tests
sensomotóricos tienden a converger con el paso de la edad.

El fundamento de todo ello se busca en la interdependencia de la


psicología y la fisiología. Esta interdependencia postula que la diferenciación
neuronal de las estructuras cognitivas corre pareja con las funciones psicológicas.
Esta interdependencia psicofísica se va debilitando en la edad adulta y los influjos de
la experiencia y el entorno adquieren un mayor protagonismo; por tanto, ya no sería
tan influyente y, en consecuencia, el desarrollo sensomotor aparecería cada vez más
independiente del cognitivo (Diferenciación).

Pero esto solo sucede hasta que llega una edad más elevada o la vejez. En
estas edades superiores, los procesos psicológicos, sobre todo, los cognitivos,
vuelven a estar muy relacionados con los procesos fisiológicos (degenerativos). En
consecuencia, tiene lugar una inflexión del desarrollo anterior (De diferenciación).
Esta hipótesis se ha visto corroborada hasta ahora en el campo cognitivo. Las
investigaciones muestran un aumento, en consonancia con las distintas edades, de
las correlaciones entre las variables cognitivas y sensoriales (Salthouse, Hancock,
Meinz & Hambrick, 1996). Mientras que la mayoría de estos resultados se apoyaban
en datos transversales, últimamente aparecen datos basados en exámenes
longitudinales con la ayuda del Seattle Longitudinal Study (Maitland, Intrieri, Schaie
y Willis, 2000) y del Victoria Longitudinal Study (Hultsch, Hertzog, Dixon y Small,
1998).

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 43 de 107


La capacidad cognitiva es uno de los recursos centrales y quizá mejor
investigados en las personas mayores. Los recursos cognitivos se dividen en una
serie de subprocesos y solo una observación bien diferenciada puede aclarar los
fenómenos de su desarrollo. En el ámbito de la inteligencia, existen grandes
diferencias interindividuales. Un estudio pionero en el desarrollo de la inteligencia
adulta que sigue proporcionando nuevos datos es el “Seattle Longitudinal Study”
(Schaie, 1996). Se presenta e investiga el desarrollo cognitivo, a través de distintas
dimensiones intelectuales. Schaie pudo demostrar con sus mediciones los cambios
debidos a la edad en las cinco capacidades primarias de la inteligencia (pensamiento
inductivo, orientación espacial, habilidad numérica, capacidad verbal y fluidez
verbal).
La variabilidad y diferenciación que aparecen en las dimensiones
intelectuales llevan de la mano a la cuestión de si existe algún ámbito en las
capacidades que pueda alcanzar un alto rendimiento en la edad adulta y la vejez.
Ello condujo a investigar otros aspectos de la inteligencia, como la “sabiduría” o la
“inteligencia práctica”.
La inteligencia práctica se refiere a las tareas necesarias para una vida
autónoma, por ejemplo, la interpretación de mapas, planes de viaje, instrucciones de
las recetas médicas o la declaración de la renta. Efectivamente, en estos aspectos
aparece una gran estabilidad en la edad adulta. Las personas mayores son
equiparables en esto a las más jóvenes. Quizá la razón de ello se encuentre en que
se trata de tareas relativamente sencillas que no necesitan de la totalidad de los
recursos intelectuales. Por otra parte, los valores medios en el descenso y limitación
de la inteligencia práctica se deben sin duda al mayor número de personas dementes
que aumenta con la edad.

Staudinger y Baltes (1996) definen la sabiduría como el conocimiento


experto en las cuestiones vitales. Una persona sería sabia, según esta definición,
cuando tiene un mayor conocimiento de los hechos al dirimir situaciones conflictivas,
cuando domina mejores estrategias ante las consecuencias de una toma de
decisiones, cuando considera todos los aspectos del entorno estableciendo
prioridades o cuando reconoce las inseguridades de la vida para poder salvarlas.
También en esto ha podido demostrarse que en los grupos de edad entre los 20 y los
89 años no existe ningún efecto achacable a la edad. Las personas mayores se
equiparan a los jóvenes en la solución de problemas, a base de la sabiduría. La
investigación de la memoria tiene una larga tradición parecida a la de la inteligencia.
La memoria constituye una premisa central para formarse la identidad y la
autonomía, convirtiéndose así, a lo largo de todas sus dimensiones, en algo decisivo
para las personas adultas. Desde el punto de vista psicológico general, pueden
distinguirse en ella diversos aspectos que suelen resumirse en memorizar, almacenar
y recordar informaciones y experiencias.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 44 de 107


 La memoria procedimental se dirige a aprender y recordar habilidades
cognitivas o motoras, como conducir un coche, contar, deletrear o leer. Estas
habilidades poseen un fuerte componente de automatismos y no exigen
recordar explícitamente el momento en que fueron adquiridas. Por eso, se
habla también de procesos implícitos de memoria, en oposición a los procesos
explícitos (“Recall” y “Recognition”) tan necesarios para recordar la
información. Curiosamente, en el rendimiento de los procesos implícitos no
surgen cambios con la edad (Park y Schwarz, 2000).

 La memoria primaria intenta recordar las informaciones presentadas de


una vez. El hecho de su limitada capacidad explicaría por qué se recuerdan
mejor las últimas palabras escuchadas de una lista y no las primeras
(Recency-Effekt). En este tipo de memoria existen diferencias mínimas
debidas a la edad. Por el contrario, la diferencia de edad juega un gran papel
en la memoria de trabajo necesaria para recordar y elaborar simultáneamente
las informaciones. En la práctica, esto quiere decir que no existiría ningún
problema con el aumento de la edad para recordar un número de teléfono;
pero si se tratase de tener presente ese número y a la vez elaborar
simultáneamente otras informaciones, la edad podría ser determinante.

 La memoria episódica concierne a la capacidad de recordar los


acontecimientos autobiográficos recientes. Esto se investiga por medio de la
libre reproducción de listados de palabras, frases, historietas o imágenes.
Efectivamente, los resultados correlacionan con los cambios de edad. Estos
cambios son mayores en comparación con otros tests de memoria, como los
de memoria procedimental o semántica. Las diferencias de edad aumentan
con las dificultades para elaborar la información. Si se ofrece un apoyo para
esa elaboración, las personas mayores se benefician en mayor grado que los
jóvenes.

 La memoria semántica se refiere a la capacidad de poder recordar un


conocimiento objetivo. En relación, por ejemplo, con los conocimientos
generales –un subtest de un muy extendido test de inteligencia para adultos-
apenas aparecen diferencias, en relación con la edad o, en todo caso, se
decantan a favor de las personas mayores. De todas formas, las dificultades
para recordar nombres de personas son características de las personas
mayores que las consideran como una problemática típica de la edad. Esto
quizá se deba al hecho de que hablando de conocimientos generales, si no se
recuerda un término o una palabra, siempre puede ser sustituida por otra;
algo imposible, al tratarse de los nombres de las personas.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 45 de 107


 La memoria espacial presenta también diferencias, cuando se habla de
entornos que resultan familiares. Las personas mayores, por lo general, se
orientan bien en un entorno, aunque no sean capaces de describirlo
verbalmente. La memoria autobiográfica atañe a los recuerdos de los
acontecimientos vividos. Es típico que las personas mayores recuerden con
exactitud las circunstancias de su niñez que para ellas permanecen intactas.
Generalmente, suelen ser acontecimientos muy concretos y marcados. Llama
la atención que los recuerdos más frecuentes estén datados entre los 10 y los
30 años. Quizá estos recuerdos están unidos a contenidos emocionales. Si se
toman en consideración acontecimientos sin ninguna relación personal, tanto
los jóvenes como los mayores recuerdan las cosas peor, cuanto más
distanciadas están en el tiempo.

 La memoria prospectiva, es decir, la capacidad de recordar que uno debe


poner en práctica lo que tenía intención de hacer se convierte en uno de los
problemas diarios más comunes (Kliegel y Martin, 2003). Este hecho es, en
esencia, independiente de la edad y de la situación vital de una persona. Sin
embargo, tratándose de los mayores, estas tareas típicas diarias les acarrean
diversos problemas con resultados negativos para su situación particular o su
salud, por ejemplo, para la toma de medicamentos o las visitas al médico
(Park, Hertzog, Kidder, Morrell y Mayhorn, 1997). A pesar de que los datos
empíricos al respecto suelen ser contradictorios, aparecen indicios de un
receso de la memoria prospectiva en la vejez. Huppert, Johnson y Nickson
(2000) investigaron, en uno de los estudios más populosos, a 11.956 personas
de 65 años y mayores sobre la memoria prospectiva, con la ayuda de un
screening. Solo un 54% de los participantes pudieron solucionar las tareas con
éxito. Los análisis del efecto “edad” demostraron una caída clara y lineal del
rendimiento con el aumento de la edad.

Los autores del estudio encontraron también una clara relación de la


memoria prospectiva con la sintomatología demencial. Teniendo en consideración las
variables demográficas más relevantes (sexo, formación, estatus socioeconómico,
etc…), las personas diagnosticadas con demencia débil presentaban un 88% de
riesgo acusado de no poder superar las tareas de memoria prospectiva. Otro campo
bastante estudiado es el del aprendizaje. Las personas mayores pueden aprender
con éxito diversas habilidades, pero deben dedicar a ello más tiempo, quizá por una
escasa formación anterior.

En los aprendizajes verbales, como la adquisición de un nuevo idioma o de


nuevas asociaciones entre nombres y rostros, se detecta que las personas mayores
asocian, por ejemplo, los pares de palabras, pero con un mayor esfuerzo y un tempo
más lento. También aparece la importancia de las condiciones del propio contexto
del aprendizaje. Las diferencias de rendimiento entre las distintas edades suele ser

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 46 de 107


menor, cuando los sujetos pueden elegir por sí mismos los tiempos de trabajo o de
respuesta. No existen, por tanto, fronteras para el aprendizaje, si bien cambian con
la edad las condiciones de un aprendizaje efectivo. Al mismo tiempo, conviene tener
en cuenta las posibilidades de los potenciales insuficientemente desarrollados. Al hilo
de lo expuesto hasta el momento, también podría hablarse de la parte positiva de las
capacidades cognitivas en la edad adulta y la vejez.

El desarrollo no corre por libre, sino que cabe influir en él de manera


activa y preventiva. Desde el punto de vista de la modificabilidad o plasticidad del
rendimiento cognitivo en edades adelantadas, uno puede preguntarse hasta dónde
se puede actualizar o mejorar el rendimiento intelectual y de la memoria con el
entrenamiento. En el estudio ADEPT (Adult Development and Enrichment Project)
(Baltes y Willis, 1982), se cuestionó, si podrían mejorarse algunas capacidades
primarias con el entrenamiento. Con un training en estrategias de cinco de horas de
duración pudieron conseguirse progresos significativos en los campos entrenados,
pero sin ningún transfer a otros ámbitos, resultando así ser específicos. Las mejoras
permanecían todavía diez meses después. En una investigación posterior con el
mismo training, se estudió, si las personas que habían manifestado un descenso de
al menos un punto en una de las capacidades primarias podrían equilibrar
parcialmente esa pérdida con un nuevo training. Es lo que sucedió a unas dos
terceras partes de los sujetos. Es más. Un 40% de ellos recuperó el rendimiento
alcanzado 14 años atrás. El seguimiento, siete años más tarde, demostró la
superioridad del grupo entrenado y la repetición del training mejoró todavía más su
ventaja. Como se ve.

Pero siguiendo con esta cuestión, cabe preguntarse: ¿puede aumentar


todavía el rendimiento en las personas que han alcanzado ya un nivel relativamente
alto? El Programa “Autonomía en la edad adulta” (SIMA; Oswald, Hagen, Rupprecht
y Gunzelmann, 2003) intentó dar una respuesta. Con una muestra inicial de 375
sujetos entre 77 y 93 años, sin daños cognitivos, y su correspondiente grupo de
control se estudió el efecto de un training de memoria (20 sesiones) en combinación
con otro motórico (22 sesiones). Los participantes mejoraron en varios ámbitos
entrenados, por ejemplo, en la atención y en el tempo para la elaboración de la
información. Sin embargo, no se observó ningún transfer en los campos no
entrenados. En los continuos seguimientos anuales, se demostró que muchos de los
sujetos seguían manteniendo los niveles adquiridos en el training. Finalmente y en
este mismo contexto, puede ser interesante saber, si el rendimiento de las personas
mayores puede alcanzar los mismos niveles de la época de su juventud.

Para ello se trabaja con el método “Testing the Limits”, en el que los
sujetos ejercitan una y otra vez una habilidad, hasta que dejan de observarse
nuevos progresos. En un estudio de Kliegl, Smith y Baltes (1989) en que se
entrenaba (20 sesiones) la reproducción de listados pudo demostrarse que las

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 47 de 107


personas mayores conseguían mejoras masivas, superando a los sujetos no
entrenados. Esto indicaría que la falta de ejercicio podría considerarse como una
causa fundamental de los cambios observados, en relación con la edad. Por otro
lado, las mejoras de las personas más jóvenes eran superiores a las de las personas
mayores, lo que volvería a apoyar la gran importancia del ejercicio de capacidades y
habilidades. No obstante, aun contando con todos estos datos, que siguen siendo
necesarias otras muchas más explicaciones para las diferencias entre las distintas
edades, una y otra vez constatadas., un entrenamiento adecuado puede recuperar
buena parte de las pérdidas.

En la adultez media disminuirían los puntajes de CI, en el "llamado patrón


clásico de envejecimiento"; de todos modos, la inteligencia se mantendría estable,
ya que disminuirían ciertas capacidades básicas que podrían compensarse
conductualmente, habría un aumento en la motivación y la compensación de
pérdidas por rapidez debido a la especialización selectiva. El estilo de vida
determinaría el mayor o menor deterioro de la cognición (situaciones de estrés,
enfermedades cardiovasculares y nivel de ejercicio, por ejemplo).

3.3 Las variables psico-sociales en la adultez media

Erikson reinterpretó las fases psicosexuales elaboradas por Freud 4,5 y enfatizó,
según Engler los aspectos sociales de cada una de ellas en cuatro aspectos
principales:

a) incrementó el entendimiento del ‘yo’ como una fuerza intensa, vital y positiva,
como una capacidad organizadora del individuo con poder de reconciliar las fuerzas
sintónicas y las distónicas, así como de solucionar las crisis que surgen del contexto
genético, cultural e histórico de cada individuo;

b) explicitó profundamente las etapas de desarrollo psicosexual de Freud, integrando


la dimensión social y el desarrollo psicosocial;

c) extendió el concepto de desarrollo de la personalidad para el ciclo completo de la


vida, de la infancia a la vejez;

d) exploró el impacto de la cultura, de la sociedad y de la historia en el desarrollo de


la personalidad, intentando ilustrar este estudio como una presentación de historias
de personas importantes.

En la formulación de la teoría del desarrollo psicosocial de Erikson, Cloninger,


destaca los siguientes aspectos:

a) Diferencias individuales: los individuos difieren en cuanto a las fuerzas internas;


hombres y mujeres presentan diferencias de la personalidad debidas a las diferencias
biológicas.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 48 de 107


b) Adaptación y ajustamiento: un ‘yo’ fuerte es la llave para la salud mental; deriva
de una buena resolución de las ocho fases de desarrollo del ‘yo’, con predominancia
de las fuerzas positivas sobre las negativas (confianza sobre desconfianza, etc);

c) Procesos cognitivos: el inconsciente es una fuerza importante en la formación de


la personalidad; la experiencia es influenciada por modalidades biológicas que se
expresan por medio de símbolos y juegos.

d) Sociedad: modela la forma con que las personas se desenvuelven (de ahí el
término ‘desarrollo psicosocial’); las instituciones culturales dan soporte a las fuerzas
del ‘yo’ (la religión da sustentación a la confianza y a la esperanza, etc).

E) Influencias biológicas: los factores biológicos son determinantes en la formación


de la personalidad; las diferencias de sexo en la personalidad son fuertemente
influenciadas por las diferencias del ‘aparato genital’.

f) Desarrollo del niño: se hace a lo largo de cuatro fases psicosociales, cada una de
ellas contiene una crisis que desarrolla una fuerza específica del ‘yo’.

g) Desarrollo del adulto: los adolescentes y los adultos se desarrollan a lo largo de


otras cuatro fases psicosociales; también ahí cada fase envuelve una crisis y
desarrolla una fuerza específica del ‘yo’.

Basado en la experiencia humana y en los estudios antropológicos, Erikson7 dice que


la existencia de un ser humano depende, en todos los momentos, de tres procesos
de organización complementarios:

a) el proceso biológico: que envuelve la organización jerárquica de los sistemas


biológicos, orgánicos y el desarrollo fisiológico – el soma;

b) el proceso psíquico: que envuelve las experiencias individuales en síntesis del ‘yo’,
los procesos psíquicos y la experiencia personal y relacional – la psique;

c) el proceso ético-social: que envuelve la organización cultural, ética y espiritual de


las personas y de la sociedad, expresada en principios y valores de orden social – el
ethos.

En cualquier abordaje clínico, formativo o educacional, estos procesos están


integrados unos con otros, facilitando que por diferentes métodos puedan ser
estudiados como tensión somática, psíquica o social”. El principio epigenético El
principio epigenético afirma que “todo ser vivo tiene un plano básico de desarrollo, y
es a partir de este plano que se agregan las partes, teniendo cada una de ellas su
propio tiempo de ascensión, maduración y ejercicio, hasta que todas hayan surgido
para formar un todo en funcionamiento”.8-9 Este principio según el autor10-11 se
aplica en los tres procesos complementarios:

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 49 de 107


a) en el proceso biológico de la organización de los sistemas de órganos que
constituyen un cuerpo (soma);

b) en el proceso psíquico que organiza la experiencia individual a través de la


síntesis del yo (psique);

c) en el proceso social de la organización cultural e interdependencia de las personas


(ethos). Más adelante, el principio epigenético presupone que la persona se
desarrolla de acuerdo con etapas estructuralmente organizadas y conforme a sus
disposiciones y capacidades internas; y la sociedad interactúa en la formación de la
personalidad en cuanto a los aspectos de las relaciones sociales significativas, así
como en los principios relacionados de orden social y en las ritualizaciones
vinculantes o desvinculantes.

Estadío psicosocial La perspectiva de Erikson 12-14 fue organizar una visión


del desarrollo del ciclo completo de la vida de la persona humana, -extendiéndolo en
el tiempo, de la infancia a la vejez, y en los contenidos, el psicosexual y el
psicosocial-, organizados en ocho estadíos. Cada estadío integra el nivel somático,
psíquico y ético-social y el principio epigenético; comprende un conjunto integrado
de estructuras operacionales que constituyen los procesos psicosexuales y
psicosociales de una persona en un momento dado. Los estadíos son jerárquicos,
esto es, integran las cualidades y las limitaciones de los estadíos anteriores; el
modelo epigenético de Erikson es también un modelo ontogenético. Los estadíos son
procesales y en continuo desarrollo, implicando la transformación de las estructuras
operacionales como un todo, en la dirección de la mayor diferenciación interna,
complejidad, flexibilidad y estabilidad.

Crisis La crisis según Erikson15-17 comprende el paso de un estadío a otro,


como un proceso progresivo de cambio de las estructuras operacionales, o un
proceso de estancamiento (o regresivo) en el mismo, manteniendo las estructuras
operacionales. Comprende, también, la relación dialéctica entre las fuerzas sintónicas
(virtudes o potencialidades) y las distónicas (defectos o vulnerabilidad) de cada
estadío. De la resolución positiva de la crisis dialéctica emerge una fuerza, virtud o
potencialidad, específica para aquella fase. De su no resolución emerge una
patología, un defecto o fragilidad específica para aquel estadío. Las fuerzas
sintónicas y distónicas pasan a hacer parte de la vida de la persona, influenciando la
formación de los principios de orden social y las ritualizaciones (vinculantes o
desvinculantes) así como todos los contenidos y procesos afectivos, cognitivos y
comportamentales de la persona, asociados a su interacción social y profesional.
Contenido de cada estadío Para cada estadío, Erikson 19,20 atribuye una
característica central básica y una crisis básica psicosocial dialéctica. Cada estadío
tiene una potencialidad sintónica específica 20 para superar el potencial de su
antítesis. Las fuerzas se contraponen dialécticamente, de forma que la resolución de
cada crisis resulta en la emergencia de fuerza básica o cualidad. A su vez, la fuerza

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 50 de 107


simpática también presenta una contradicción antipática que permanece como
constante amenaza para la persona y para el orden social.

En el curso de la historia, la humanidad trata de universalizar las tendencias


humanas simpáticas en ritualizaciones específicas para cada edad y adecuarlas a los
estadíos. Pero siempre que el ‘yo y el ethos’ pierden su interconexión viable, estas
ritualizaciones amenazan en transformarse en ritualismos. En este sentido, hay una
afinidad dinámica entre las perturbaciones nucleares individuales y los ritualismos
sociales Por tanto, cada ser humano recibe e internaliza la lógica y la fuerza de los
principios de orden social y desarrolla la prontitud para seguirlos y transmitirlos en
condiciones favorables, o de vivenciarlos como crisis individualmente no resueltas, o
como una patología social de la descomposición ritualista.

La tabla 1 representa el Ciclo Completo de la Vida, que es una visión general de los
estadíos psicosociales. Las columnas muestran los aspectos abordados por la teoría,
en cuanto a que las líneas (de la tabla) representan los estadíos de desarrollo. Las
edades son flexibles para cada estadío atendiendo, principalmente, al desarrollo
psicosexual y psicosocial de la persona.

Columna A: estadíos y modos de desarrollo psicosexuales; Columna

B: estadíos psicosociales;

Columna C: representa lo social en expansión para cada estadío, iniciando con la


madre, hasta el ‘género humano’ como un todo;

Columna D: la resolución de la crisis existencial termina en la emergencia de la


potencialidad y de una fuerza básica, o cualidad de la persona, de la esperanza (I) a
sabiduría (VIII);

Columna E: a su vez, dialécticamente, la fuerza sintónica (simpática) se opone a una


fuerza distónica (antipática), de pereza, de desamor que va desde la desconfianza y
el retraimiento (I) a la desesperanza y el desdén (VIII);

Columna F: las fuerzas sintónicas potenciales de la persona y de la sociedad


“influencian los modos y costumbres, actitudes e ideas morales, ética, estilo y visión
del mundo, tecnologías, filosofía de la vida. Influencian sistemas religiosos y son
transmitidos en la vida cotidiana a través de ritualizaciones específicas para cada
edad y adecuadas a cada estadío”.

Columna G: relación de las ritualizaciones vinculantes – integrantes, como


internalización y vivencia de las fuerzas sintónicas (Instituciones); e

Columna H: representa las ritualizaciones de las fuerzas distónicas (Sistemas


Sociales).

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 51 de 107


Los estadíos psicosociales Erikson describe los estadíos psicosociales del Ciclo
Completo de la Vida en diversas obras, destacándose: Infancia y Juventud (1971),
Identidad, Juventud y Crisis (1987), Un Modo de ver Las Cosas (1994) y el Ciclo
Completo de la vida (1998). Aquí presentamos una síntesis de cada uno de los
estadíos psicosociales. Estadío: confianza versus desconfianza - esperanza Niño de 0
a 12-18 meses. El modo psicosexual del niño comprende la asimilación de los
patrones somáticos, mentales y sociales por el sistema sensorio motor, oral y
respiratorio, mediante los cuales el niño aprende a recibir y a aceptar lo que le es
dado para conseguir ser donante. La confianza básica como fuerza fundamental de
esta etapa, nace de la certeza interior y de la sensación de bienestar en lo físico
(sistema digestivo, respiratorio y circulatorio), en el psíquico (ser acogido, recibido y
amado) que nace de la uniformidad, fidelidad y cualidad en el abastecimiento de la
alimentación, atención y afecto proporcionados principalmente por la madre. La
desconfianza básica se desarrolla en la medida en que no encuentra respuestas a las
anteriores necesidades, dándole una sensación de abandono, aislamiento, separación
y confusión existencial sobre si, sobre los otros y sobre el significado de la vida.
Cierta desconfianza es inevitable y significativa desde el punto de vista personal y
social de la niñez, para la formación de la prudencia y de la actitud crítica. De la
resolución positiva de la antítesis de la confianza versus desconfianza emerge la
esperanza, como sentido y significado para la continuidad de la vida.

Esta fuerza de la esperanza es el fundamento ontogenético que nutre la niñez


de una confianza interior de que la vida tiene sentido y que puede enfrentarla: “Yo
soy la esperanza de tener y de dar”. La consistencia, la cualidad y la fidelidad de los
ritos, de los gestos, de las rutinas diarias y de los tiempos (ritualizaciones)
proporcionarán, más adelante un significado físico y afectivo, un significado de
trascendencia personal, filantrópico-social y espiritual de la vida, sentimiento básico
para la formación de la experiencia religiosa. Las ritualizaciones vinculantes al
sistema religioso se organizan por el estable- cimiento y sostenimiento en el tiempo
de las relaciones significativas de confianza y de esperanza entre el niño y,
especialmente, con la madre. La idolatría nace cuando las relaciones de mutualidad
son marcadas por rituales estereotipados y vacíos de significados afectivos y de
sentido de vida. 20-22 Estadío: autonomía versus vergüenza y duda – Autonomía
Infancia: de 2 a 3 años Es este el período de la maduración muscular – aprendizaje
de la autonomía física; del aprendizaje higiénico – del sistema retentivo y
eliminativo; y del aprendizaje de la verbalización – de la capacidad de expresión oral.
El ejercicio de estos aprendizajes se vuelve la fuente ontogenética para el desarrollo
de la autonomía, esto es, de la auto-expresión de la libertad física, de locomoción y
verbal; bien como de la heteronimia, esto es, de la capacidad de recibir orientación y
ayuda de los otros. Mientras tanto, un excesivo sentimiento de autoconfianza y la
pérdida del autocontrol pueden hacer surgir la vergüenza y la duda, como
imposibilidad de ejercitarse en su desarrollo psicomotor, entrenamiento higiénico y
verbalización; y sentirse desprotegida, incapaz e insegura de sí y de sus cualidades y
competencias.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 52 de 107


El justo equilibrio de estas fuerzas es importante para la formación de la
consciencia moral, del sentido de justicia, de la ley y del orden, además de un sabio
equilibrio entre las experiencias de amor u odio, cooperación o aislamiento,
autonomía o heteronomía; de los comportamientos solidarios, altruistas o
egocéntricos hostiles y compulsivos. La virtud que nace de la resolución positiva de
la dialéctica autonomía versus vergüenza y duda son la voluntad de de aprender, de
discernir y decidir, en términos de autonomía física, cognitiva y afectiva, de tal forma
que el contenido de esta experiencia puede ser expresada como: “Yo soy lo que
puedo querer libremente”. La presencia de los padres (padre y madre) es
fundamental en esta etapa para el ejercicio del aprendizaje de la autonomía y de la
auto-expresión para la superación de la vergüenza, de la duda y del legalismo, en la
formación de la deseo y del sentido de la ley y del orden. Este período de
ritualización de la infancia corresponde, dentro del ciclo vital, a la formación del
proceso judiciario – de la justicia, de la ley y del orden.

El ritualismo desvirtuado, tanto permisivo como rígido, conduce al legalismo,


tanto permisivo como rígido. 23-26 Estadío: iniciativa versus culpa y miedo -
propósito Edad Preescolar: de 3 a 5 años La dimensión psicosexual de la edad
preescolar corresponde al descubrimiento y al aprendizaje sexual (masculino y
femenino), la mayor capacidad locomotora y el perfeccionamiento del lenguaje.
Estas capacidades predisponen al niño para iniciarse en la realidad o en la fantasía,
en el aprendizaje psicosexual (identidad de género y respectivas funciones sociales y
complejo de Edipo), en el aprendizaje cognitivo (forma lógica preoperacional y
comportamental) y afectivo (expresión de sentimientos). La fuerza distónica de esta
etapa es el sentimiento de culpa que nace del fracaso en el aprendizaje psicosexual,
cognitivo y comportamental; y el miedo de enfrentarse a los otros en el aprendizaje
psicosexual, psicomotor, escolar o en otra actividad. El justo equilibrio entre la
fuerza sintónica de la iniciativa y la culpa y el miedo es significativo para la
formación de la consciencia moral, a partir de los principios y valores internalizados
en los procesos de aprendizaje, en la iniciación del aprendizaje escolar, de la
inserción social, a través de los prototipos ideales representados por sus padres,
adultos significativos y la sociedad. Ahora la presencia de la tríada familiar es
necesaria para la formación de la capacidad de separación afectiva, de dar y recibir
afecto a una tercera persona, incluyendo la resolución del Complejo de Edipo. La
virtud que surge de la resolución positiva de esta crisis es el propósito, el deseo de
ser, de hacer y de convivir, sintetizado en la expresión: “Yo soy lo que puedo
imaginar que seré”. El arte dramático y el jugar se vuelven el palco de las
ritualizaciones de las experiencias existenciales de la niñez, en los roles y funciones
sociales, bien como del aprendizaje de los significados dialécticos de las crisis
psicosociales para la formación de su consciencia moral. El moralismo será la palabra
para designar la internalización de las normas sociales cuando es la forma inhibidora
y culposa. Esta ritualización se expresa en tres niveles diferentes en la expresión de
jugar: en la autoesfera: esto es las sensaciones del propio cuerpo; en la microesfera:
aquello que corresponde a la esfera de los juguetes y en la macroesfera: los actos

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 53 de 107


que corresponden a las relaciones con los otros. 27-30 Estadío: industria versus
inferioridad - competencia Edad Escolar - Latencia: de 5-6 a 11-13 años En el
período de la latencia diminuyen los intereses por la sexualidad personal y social,
acentuándose los intereses por el grupo del mismo sexo. La niñez desarrolla el
sentido de la industria, para el aprendizaje cognitivo, para la iniciación científica y
tecnológica; para la formación del futuro profesional, la productividad y la
creatividad.

Ella es capaz de acoger instrucciones sistemáticas de los adultos en la familia,


en la escuela y en la sociedad; tiene condiciones para observar los ritos, normas,
leyes, sistematizaciones y organizaciones para realizar y dividir tareas,
responsabilidades y compromisos. Es el inicio de la edad escolar y del aprendizaje
sistemático. Es función de los padres y de los profesores ayudar a que los niños se
desarrollen sus competencias con perfección y fidelidad, con autonomía, libertad y
creatividad. La fuerza dialéctica es el sentimiento de inadecuación o de inferioridad
existencial, sentimiento de incapacidad en el aprendizaje cognitivo, comportamental
y productividad. De la resolución de esta crisis nace la competencia personal y
profesional para la iniciación científica-tecnológica y la futura identidad profesional,
expresada en la frase: “Yo soy el que puedo aprender para realizar un trabajo”.

El aprendizaje y el ejercicio de estas habilidades y el ejercicio del ethos


tecnológico de la cultura desarrollan en el niño el sentimiento de capacitación,
competencia y de participación en el proceso productivo de la sociedad, anticipando
el perfil de futuro profesional. Cuando el niño ejecuta estas habilidades
exclusivamente por el valor de la formalidad técnica, sacrificando el sentido lúdico y
la fuerza de la imaginación, puede desarrollar una actitud formalista en relación a las
actividades profesionales, volviéndose esclavo de los procesos tecnológicos y
burocráticos. Aquello que debería ser un momento de placer y de alegría, unido al
sentimiento de realización personal e integración social, acaba siendo un proceso
desintegrante y formalista. 31-34 Estadío: identidad versus confusión de roles –
fidelidad y fe Adolescencia: de 12 a 20 años El período de la pubertad y de la
adolescencia se inicia con la combinación del crecimiento rápido del cuerpo y de la
madurez psicosexual, que despierta intereses por la sexualidad y formación de la
identidad sexual. La integración psicosexual y psicosocial de esta etapa tiene la
función de la formación de la identidad personal en los siguientes aspectos:

a) identidad psicosexual por el ejercicio del sentimiento de confianza y lealtad


con quien pueda compartir amor, como compañeros de vida

b) la identificación ideológica por la asunción de un conjunto de valores, que


son expresados en un sistema ideológico o en un sistema político

c) la identidad psicosocial por la inserción en movimientos o asociaciones de


tipo social

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 54 de 107


d) la identidad profesional por la selección de una profesión en la cual poder
dedicar sus energías y capacidades de trabajo y crecer profesionalmente;

e) la identidad cultural y religiosa en la que se consolida su experiencia


cultural y religiosa, además de fortalecer el sentido espiritual de la vida. La fuerza
distónica es la confusión de identidad, de roles, la inseguridad y la incertidumbre en
la formación de la identidad. La relación social significativa es la formación de grupo
de iguales, por el cual el adolescente busca la sintonía e identificación afectiva,
cognitiva y comportamental con aquellos con los cuales puede establecer relaciones
autodefinitorias; superar la confusión de roles; establecer relaciones de confianza,
estabilidad y fidelidad; consolidar las formas ideológicas o las doctrinas totalitarias y
enfrentar la realidad de la industrialización y globalización. La fuerza específica que
nace de la constancia en la construcción de la identidad es la fidelidad y la fe.

La fidelidad es la solidificación y asunción de los contenidos y proceso de su


identidad, una vez establecida como proyecto de vida, son resumidos en la frase:
“Yo soy el que puedo creer fielmente.” un justo equilibrio -entre la formación de la
identidad y la confusión- alimenta la búsqueda constante de nuevos estadíos de
perfeccionamiento del amor, de la profesión, de la cultura y de la fe. Este proceso
puede extenderse a través del tiempo previsto.

El principio del orden social elaborado en la adolescencia es la orden


ideológica, una visión de mundo, de sociedad, de cultura y de fe como fundamento
teórico de la cosmovisión personal. Las instituciones, detentoras de las ideologías
culturales, políticas y religiosas, tienen la función importante de inspirar a los
adolescentes en la formación de su proyecto de vida, profesional e institucional. En
el afán de superar su confusión el adolescente puede unirse a formas ideológicas
totalitarias por las cuales se deja atraer.35-38 Estadío: intimidad versus aislamiento
– amor Joven Adulto: de 20 a 30 años La madurez psicosexual del adolescente tiene
su culminación en lo que la psiconálisis llama momento de la genitalidad, que
consiste en la capacidad de desarrollar una relación sexual saludable, con un
partícipe amado del otro sexo, con quien pueda y quiera compartir con confianza
mutua y regular, los ciclos de vida de procreación, de trabajo y ocio, a fin de
asegurar a la descendencia futura unas mejores condiciones de vida y de trabajo. La
intimidad es la fuerza sintónica que lleva al joven adulto a confiar en alguien como
compañero en el amor y en el trabajo, integrarse en afiliaciones sociales concretas y
desarrollar la fuerza ética necesaria para ser fiel a esos lazos, al mismo tiempo que
imponen sacrificios y compromisos significativos.

El reverso de esta situación es el aislamiento afectivo, el distanciamiento o la


exclusividad que se expresa en el individualismo y egocentrismo sexual y psicosocial,
individual o los dos. Un justo equilibrio entre la intimidad y el aislamiento fortalece la
capacidad de la realización del amor y el ejercicio profesional. Los principios
relacionados de orden social que nacen de este contenido se expresan en las
relaciones sociales de integración y compromisos en instituciones y asociaciones

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 55 de 107


culturales, políticas, deportivas y religiosas. La virtud sincrónica que emerge de la
resolución de la intimidad por el aislamiento es el amor y la oblatividad, como
dedicación y donación a los otros y a sociedad. La fuerza del amor transforma la
expresión de la dialéctica de los estadíos anteriores del “yo soy” a “nosotros somos”,
así expresa: “Nosotros somos lo que amamos”, el nosotros, nuestros hijos, nuestro
trabajo y las asociaciones a las que pertenecemos. La capacidad de amar y trabajar
se transforma en corrientes de asociaciones de solidaridad (ritualizaciones
integrantes), en cuanto que los sistemas elitistas (ritualizaciones desintegrantes) se
forman a partir del aislamiento afectivo y social, del cultivo del narcisismo y de los
grupos esnobistas. 39-42 Estadío: generatividad versus estancamiento – cuidado y
celo Adulto: de 30 a 50 años En este estadío, la prevalencia del modo psicosexual es
la cualidad de la generatividad que es, fundamentalmente, el cuidado y la inversión
en la formación y la educación de las nuevas generaciones, de los propios hijos, los
hijos de los otros y de la sociedad. La crisis psicosocial del adulto se caracteriza por
el conflicto de la generatividad versus el estancamiento.

Después de la paternidad (maternidad) el impulso generativo incluye la


capacidad de la productividad, el desarrollo de nuevos productos por el trabajo, por
la ciencia y tecnología; y la creatividad, esto es, la generación de nuevas ideas para
el bienestar de las nuevas generaciones. Esta dialéctica representa la fuerza de
generación y de desarrollo de la vida humana o a su extinción, por eso ella se
vuelve, para cada persona, la más esencial y significativa cualificación, determinando
su experiencia de vida o de muerte. Es importante la superación de esta dialéctica
para que la persona sea capaz de amar y trabajar para el bien de los otros, más
delante de aquellos de su círculo familiar. La virtud propia de ese período es el
cuidado y el amor, este sentimiento de responsabilidad que transciende la atención a
la propia familia y trabajo. Un sentimiento de responsabilidad universal para todos
los hijos y por todo producto del trabajo humano. De la resolución de la crisis de la
generatividad nace la experiencia de la caridad: la virtud de cuidado y celo. Es la
capacidad de donación de sí en el amor y en el trabajo, en beneficio de los otros y de
los valores universales de la humanidad, expresados en la frase: “Yo soy el que
cuido y celo”. Siempre que la fuerza generativa fracasa surge un sentimiento de
estancamiento, depresión, de narcisismo que imposibilitan la eficiencia y eficacia del
amor (vida matrimonial) y del trabajo (profesión).

El estancamiento representa una regresión psicosocial y la necesidad obsesiva


de pseudo-intimidad, acompañada de sentimientos de infecundidad personal y social,
sentimiento percibido en la incapacidad de generar, de producir y de criar. El rechazo
es un sentimiento de aislamiento y alejamiento de los otros, puede percibir las
personas, los grupos, las culturas, naciones y la misma humanidad como una
amenaza para ellos, el que puede conducir a las personas, los grupos y las naciones
a que se odien y se destruyan mutuamente. Cuando el rechazo social es inhibido se
puede volver contra la propia persona, como auto-rechazo. Los principios de orden
social ligados al cuidado y celo son las corrientes de educación y tradición, que

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 56 de 107


preconizan la necesidad de la crear y desarrollar instituciones que puedan garantizar
la calidad de vida de las nuevas generaciones, dándoles continuidad y consistencia.
El ritualismo, potencialmente intransigente de la edad adulta, puede transformarse
en autoritarismo, por el uso exagerado del poder generativo al imponerse en la vida
familiar, en la vida profesional o por la imposición de las ideologías en los procesos
psicosociales. 43-46 Estadío: integridad versus desespero - sabiduría Vejez: después
de los 50 años El trazo sintónico de este estadío es el de la integridad. En ella, los
modos y los sentidos anteriores son resignificados a la luz de los valores y de las
experiencias de ese momento, sean los sanos o los patológicos. La suma de los
modos psicosexuales tiene un significado integrador. La palabra que mejor expresa
ese momento es integridad, que significa:

a) la aceptación de sí, de su historia personal, de su proceso psicosexual y


psicosocial

b) la integración emocional de la confianza, de la autonomía y demás fuerzas


sintónicas

c) la vivencia del amor universal, como experiencia que resume su vida y su


trabajo

d) una convicción de su propio estilo e historia de vida, como contribución


significativa a la humanidad

e) una confianza en sí y nosotros, especialmente en las nuevas generaciones,


las cuales se sienten tranquilos para presentarse como modelo por la vida vivida y
por la muerte que tienen que enfrentar. La falta o la pérdida de esa integración o de
sus elementos se manifiestan por el sentimiento de desespero, con la ausencia de
sus valores. La palabra clave para expresar esta fuerza básica es sabiduría, que
recuerda el saber acumulado durante toda la vida, la capacidad de juicio maduro y
justo, y la comprensión de los significados de la vida y la forma de ver, mirar y
recordar las experiencias vividas, así como de escuchar, oír y recordar todos los sus
significados, que se expresa en esta síntesis:

“Yo soy el que sobrevive en mí”. La falta, la pérdida o la debilidad de la


integración se presentan por el temor a la muerte, por la desesperanza, por el
desespero y por el desdén. La ritualización que culmina la vida humana y da
sustento a la sabiduría y a la filosofía, que mantienen el significado esencial e
integrador de la vida, de los sentimientos, de las ideas y de los comportamientos y
da esperanza en la sabiduría. Contraponiendo a los sistemas filosóficos y religiosos,
el ritualismo desvinculante de este estadío es el dogmatismo. Basado en el poder
totalizante, que puede transformarse en dogmatismo coercitivo. 47-50

El diagrama epigenético del Adulto El Diagrama Epigenético del Adulto es


elaborado a partir de los contenidos de la obra Ciclo Completo de la Vida (1998),
presentado por Erikson a la luz del Diagrama epigenético del adolescente en

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 57 de 107


Identidad, Juventud y Crisis (1987). El diagrama “presenta una doble entrada, como
dice Erikson, significando una secuencia de fases y un gradual desarrollo de las
partes que la componen; en otras palabras formaliza una progresión en el tiempo de
una diferenciación en las partes. Esto indica (1) que cada item de la personalidad
vital a ser examinada se relaciona sistemáticamente con todos los otros y que todos
ellos dependen del desarrollo adecuado en la secuencia propia de cada item; y (2)
que cada item existe, en alguna forma, antes de la llegada normal de ‘su’ tiempo
decisivo y crítico. 6 La tabla 2 presenta el Diagrama Epigenético del Adulto que
describe las dimensiones del adulto, observando el principio epigenético a lo largo de
los estadíos psicosociales.

El diagrama muestra la progresión, en el tiempo y en el desarrollo personal,


las características individuales de cada estadío, vistas en la horizontal (línea - VII –
Adulto), y vertical (columna 7). El adulto siente y ve integrado el conflicto de la
confianza versus desconfianza (1er Estadío) básico en la consolidación de su
confianza y esperanza en el amor, en la constitución de una familia, en la realización
de un trabajo (profesión) que escoge y ejerce, y en la asunción de una vivencia
religiosa. A su vez, las fuerzas distónicas pueden prevalecer en el proceso de
desarrollo y configurar los elementos de carencia afectiva, inseguridad personal y
profesional y la vivencia religiosa formalizada en idolatría. Cuando el conflicto
autonomía versus vergüenza y duda, (2o Estadío) el adulto alcanza un grado de
autonomía y de libertad, fortalecido por la voluntad, mediante la Ley y el Orden, que
le posibilitan actuar basado en los principios éticos universales, superando el
juzgamiento moral orientado para el castigo o la recompensa. También supera el
legalismo en la orientación de las normas y juicios. Puede, todavía, permanecer bajo
el yugo de la heteronimia, actuando siempre por coerción o recompensa, apenas
para buscar recompensa o evitar los castigos. El adulto tiene fortalecida su profesión
como un propósito deseado y elaborado durante su proyecto de formación personal y
profesional, solidificando el ejercicio de la iniciativa versus culpa y miedo, (3er
Estadío) iniciado en los años preescolares o en las experiencias lúdicas como niño.
Continúa su proceso de establecimiento de esas cualidades, superando los problemas
y ansiedades propias del proceso dialéctico presente en este estadío. Como adulto,
busca siempre más el consenso en los procesos decisorios y en los juzgamientos
morales, transcendiendo los moralismos insertados tanto en la formación del niño y
del joven, como en la relación social comunal. Como adulto se presenta como un
profesional cualificado y eficiente en sus métodos y prácticas pedagógicas. Hace las
relaciones interpersonales con cuidado para superar el hedonismo instrumental y los
formalismos ritualistas, que reflejan su hacer presente, tanto en la vida personal
como social. Ejercitándose en el empleo de las tecnologías educacionales, puede
superar la inercia ligada a los sentimientos de inferioridad específicos de este
momento de la vida. Esos elementos garantizan la superación del conflicto industria
versus inferioridad (4o Estadío) para mostrar la competencia profesional. La
identidad envuelve, esencialmente, las dimensiones de la identidad sexual, la
profesional y religiosa, cuya plenitud de cierta forma nunca se llega a alcanzar. La

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 58 de 107


superación de la dialéctica identidad versus confusión de roles, (5º Estadío) en el
adulto, se realizase en la fidelidad de los valores del amor, vivenciados en la
experiencia afectiva madura, en la cualificación de la misión, profesionalmente
asumida, y en la experiencia de fe, comunitariamente participada. Siempre,
permanecen elementos de confusión teórica y vivencial de estos contenidos. En los
aspectos de fe, muchos de ellos son ritualizados en fanatismos religiosos, regresivos
y complacientes. El ejercicio de la búsqueda del consenso en los procesos
ideológicos, filosóficos, sociales y religiosos, basados siempre en la verdad y en la
ley, puede ayudar en la internalización de los valores propios de este momento
personal y social, tan importante para la persona y con efectos significativos para la
humanidad. Una vez alcanzada la madurez y la identidad, la persona normalmente
actúa, también con una individualidad propia, única y personal, síntesis de su propia
historia consciente e inconsciente. Asumir esa individualidad es necesario para la
vivencia de la intimidad afectiva, expresada en la intimidad sexual en un estado de
donación mutua, sin proyecciones y otros mecanismos de defensa. La experiencia de
intimidad se percibe, también, en la capacidad de amor universal, que es la
expresión mayor que ser el humano puede desarrollar. Esta lucha es permanente
contra el aislamiento afectivo y el rechazo, que pueden llegar, algunas veces, a
configurarse en expresiones de odio a sí mismo y a los otros, personalmente en las
dolencias psicosomáticas, y socialmente en las guerras. Ese conflicto de la intimidad
versus aislamiento (6o Estadío) en la busca del amor tal vez sea el más central de la
vida humana, con el empeño de las más profundas energías, tanto para vivirlo como
para contraponer la fuerza del desamor. El conflicto de generatividad versus
estancamiento (7o Estadío) tiene su contenido de estadío adulto. Potencialmente
consiste en la capacidad de procrear, generar vidas nuevas y de dar continuidad a
especie.

También significa ser capaz de generar bienes culturales, sociales, en ciencia y


tecnología, asumidos en vista de valores universales y transcendentes. Pueden, sin
embargo, significar un sacramento de derrota y vulnerabilidad cuando no consiguen
soportar y superar las exigencias que la vida impone. El cuidado puede significar una
exagerada complacencia para suplir las carencias afectivas, bien como la
productividad puede esconder una necesidad de afirmación generada por la
inferioridad inconsciente. El uso del poder, tanto profesional como institucional,
puede ser ejercido como un servicio, mas también puede representar una forma de
superar la incapacidad de productividad, por el autoritarismo exagerado. Un rito
puede esconder un poder a servicio de las inconsistencias inconscientes. La síntesis
final de la vida está en la integridad que se confronta con la desesperanza, (8º
Estadío) sobresaliendo la sabiduría como forma de ver y sentir la vida. Será la
mirada feliz del anciano que contempla la vida, el mundo, la realidad con un sentido
de plenitud y sacralidad. Todo muestra una forma trascendente de ser, sentir y
considerar el pasado y el presente, porque un futuro nuevo se presenta. No vivido
aún, más sentido por el significado encontrado en la historia de vida. Como todo es
procesal, acumulativo, interdependiente, la vida puede no tener esa síntesis, ser

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 59 de 107


desesperadamente no deseada, pues trae, en su contenido, todos los elementos
distónicos y ritualizaciones desintegrantes. Crisis entre la confianza e la desconfianza
genera la esperanza. La resolución de la crisis entre la autonomía e la vergüenza,
genera la voluntad. Y así se sigue hasta la sabiduría que nace de la resolución
positiva de la crisis entre integridad e el desespero. Ahora sabemos que cada fuerza
tenía su propio período de crisis, de aparecer y desarrollarse, en un momento
específico de la vida, las experiencias preparan el camino para la emergencia de la
fuerza siguiente y de la experiencia posterior puede, hasta cierto punto, ayudar en la
resolución de las crisis que las preceden. Así cada crisis está ligada con las otras
tanto en el sentido prospectivo como retrospectivo. También tienen efectos sobre
otros contenidos de los estadíos psicosociales, tanto sobre las fuerzas como sobre los
defectos. Otra consecuencia que transcurre en la resolución positiva de las crisis
básicas es la capacidad de establecer relaciones positivas con otras personas desde
los miembros de su familia (estadíos 1, 2 y 3) y con otros miembros de grupos
sociales y del trabajo (estadíos 4 a 6), además de la sociedad y la humanidad como
un todo (estadíos 7 y 8). Estas relaciones establecidas de forma consistente son
importantes para poder construir relaciones de cooperación, participación e
integración. Volviéndose así semillas de los valores de amor, de la fraternidad y de la
solidaridad entre los hombres. Tres fuerzas surgen como ejes en la vida de las
personas, que emergen de los estadíos cruciales de la vida humana: la esperanza,
en la infancia, a partir de la antítesis entre la confianza x desconfianza; la fidelidad y
la fe, en la adolescencia, a partir de la superación de la dialéctica de la identidad por
confusión de identidad; el amor en la vida adulta, como síntesis existencial de la
superación de la generatividad por estancamiento. De su eficacia depende la calidad
de vida de las personas y de la sociedad en el tiempo y en la eternidad

Paternidad: Según Hofmann, existen diversos tipos de paternidad de acuerdo


a la etapa en que se encuentre la familia dentro de su ciclo. Los padres con hijos
pequeños de clase media se abocan a ellos. Los padres de adolescentes sufren
conflictos familiares esporádicos, ya que éstos buscan acercarse a sus hijos cuando
ellos están en plena fase de autonomía y búsqueda de identidad. El síndrome del
nido vacío se presenta generalmente en las madres cuyos hijos han abandonado el
hogar demasiado pronto, porque éstas están demasiado involucradas con ellos, pero
en la mayoría de los casos las mujeres lo acogen bien, y lo ven como una instancia
de libertad, propicia para una nueva intimidad en su matrimonio.(Hofmann, 1996)

Matrimonio: Silvestre (1996) afirma que existe un reforzamiento de la pareja


en la edad adulta, producto de la libertad que otorga el alejamiento de los hijos, la
renovación de intereses sexuales, un aumento en la intimidad y una valoración de la
relación en base a lo invertido en ella. Las personas casadas tienden mayores niveles
de salud física y mental que los solteros y divorciados, aunque parece ser más
satisfactorio para los hombres que para las mujeres. La naturaleza de los conflictos
maritales cambia con los años: de los 40 a los 50 predominarían los relacionados con
la crianza de los hijos, en tanto que después de los 50 predominan los problemas de
comunicación en la pareja y los de la distribución de tiempo y de actividades de ocio

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 60 de 107


(Silvestre, 1996). Las relaciones extraconyugales son relativamente comunes
durante esta etapa. (Hoffmann, 1996)

Divorcio: Según Hoffmann (1996), la mayoría de los divorcios que se


producen en esta etapa se deberían a la no aceptación de los cambios de roles
matrimoniales por parte de un integrante de la pareja o por acontecimientos
sorpresivos. El volver a casarse es más común en los hombres que en las mujeres.

Relación con padres mayores: El adulto medio comúnmente debe cuidar a


dos generaciones: sus padres y sus hijos. Esto puede generar, en muchos de estos y
especialmente en las mujeres, una situación de "presión en el ciclo de
vida"(Hoffmann, 1996)

Los abuelos: A esta edad la gente comienza a convertirse en abuelo. Los


abuelos influyen sobre sus nietos como cuidadores, compañeros de juego,
historiadores familiares, consejeros, modelo de rol y como intermediarios entre
nietos e hijos.(Hofmann, 1996)

Laboral: En esta edad, se llega a la llamada etapa de mantenimiento (Super,


1962), en la que disminuye la tendencia a aventurarse laboralmente, prefiriéndose la
seguridad que otorgan las áreas conocidas y en las que mejor se ha desempeñado.
Puede ser un período de satisfacción o frustración, dependiendo de la existencia de
un establecimiento afortunado o desafortunado. En ambos casos, existe un conflicto
de valores entre seguir esforzándose y la opción de descansar y disfrutar de lo que
se ha logrado, trabajando sólo para conservarlo.

Las mujeres, por su parte, tienden a cultivar los talentos que quedaron a
medio terminar (Sheehy, 1984); muchas de ellas se comprometen fuertemente
en lo laboral, especialmente las que recién se incorporan al mundo laboral o las
que sus hijos ya se han marchado de casa.(Hofmann, 1996).

 Crisis de la mitad de la vida: Crisis de la personalidad que se produciría entre


los 35 y los 45 años, en la cual se produce una evaluación de la vida en base a
la comparación entre las metas fijadas y los logros.
 Establecimiento afortunado: Tipo de establecimiento laboral en que se
encuentra una ocupación que entrega satisfacción y tranquilidad, que puede
proyectarse al área social y familiar. Cada cambio es gradual y
esperado.(Super, 1962)
 Establecimiento desafortunado: Tipo de establecimiento que se produciría
cuando la persona no ingresa en una ocupación adecuada, lo que produciría
frustración y aislamiento en la adultez media.(Super, 1962)
 Generatividad: en la teoría de las etapas psicosociales de Erikson, consiste en
el deseo de ser más productivo y creativo en beneficio de la sociedad que se
produce en el adulto medio; ya no se valora la propia persona en función de
los estándares de la industria, sino en cuanto se puede aportar a la sociedad.
También se puede producir un cambio en la profesión, ya sea como cambio de
carrera o de rubro; esto puede traer complicaciones en la seguridad,
especialmente en lo financiero. (Sheehy, 1984)

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 61 de 107


 Inteligencia cristalizada: Capacidad de utilizar de manera práctica los
conocimientos adquiridos gracias a la experiencia.
 Inteligencia fluida: Capacidad del individuo para utilizar y procesar información
nueva y abstracta.
 Menopausia: Es el cese definitivo de la menstruación que ocurre entre los 43 y
los 50 años, que termina con la capacidad reproductiva de la mujer (Hofmann,
1996)
 Patrón clásico de envejecimiento: Disminución de los puntajes de CI presente
en los adultos de mediana edad, producto de la disminución de la inteligencia
fluida(Hofmann, 1996)
 Presión del ciclo de vida: Estrés que sufren los adultos de edad media al tener
que ayudar, simultáneamente, a sus hijos y a sus padres. (Hofmann, 1996)

3.4 Las tareas del desarrollo del adulto medio

Teorías de crisis normativa El trasfondo de las teorías, de momento se centra en la


teoría ya clásica de Havighurst (1948/1972). La concepción de Havighurst se
extiende a lo largo de toda la vida y formula para cada fase vital unas tareas
características de desarrollo.

Estas nacen del juego entre el desarrollo biológico, el contexto histórico-


social, la personalidad de cada uno y las metas individuales. Para la fase de la edad
adulta establece unas tareas típicas del proceso de envejecimiento, de las
correspondientes pérdidas y de la proximidad del fallecimiento. La tarea general será
la adaptación a un cuerpo que se deteriora, y las pérdidas, por ejemplo, de la pareja
deben compensarse con mejores contactos sociales con los propios hijos y otros
familiares o amigos. Otra adaptación esencial, según Havighurst, se refiere a la
jubilación y su consecuente descenso de recursos económicos.

Los procesos que pueden iniciarse para alcanzar las metas pueden ser la
ampliación de las actividades de ocio o el ajuste de las disposiciones financieras. El
contexto histórico-social obliga a la tarea de adaptarse a los cambios de edad y de
reafirmarse en la pertenencia al grupo de personas mayores. Todo ello debe
acompañarse de una gran flexibilidad en los cambios de roles a desempeñar. Esto se
consigue, con frecuencia, potenciando los roles familiares, por ejemplo, el rol de
abuelos.
Otra concepción que tematiza directamente el desarrollo de la edad adulta
es la de Peck (1959, 1968), que establece cuatro etapas para la adultez y tres para
la senectud. Al explicar los retos especiales de la vida adulta, Peck propone cuatro
problemas o conflictos del desarrollo adulto:

 Aprecio de la sabiduría frente al aprecio de la fuerza física. A medida que


empiezan a deteriorarse la resistencia y la salud, las personas deben canalizar
gran parte de su energía de las actividades físicas hacia las mentales.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 62 de 107


 Socialización frente a sexualización en las relaciones humanas. Es otro
ajuste impuesto por las restricciones sociales y por los cambios biológicos. Los
cambios físicos pueden obligar a redefinir las relaciones con miembros de
ambos sexos, a dar prioridad a la camaradería sobre la intimidad sexual o la
competitividad.

 Flexibilidad emotiva frente a empobrecimiento emotivo. La flexibilidad


emotiva es el origen de varios ajustes que se hacen en la madurez, cuando las
familias se separan, cuando los amigos se marchan y los antiguos intereses
dejan de ser el centro de la vida.

 Flexibilidad frente a rigidez mental. El individuo debe luchar contra la


tendencia a obstinarse en sus hábitos o a desconfiar demasiado de las nuevas
ideas. La rigidez mental es la tendencia a dejarse dominar por las experiencias
y los juicios anteriores, a decidir, por ejemplo, que “Toda mi vida he
rechazado la política, de modo que no veo por qué deba cambiar de opinión
ahora”.

 Peck, por otra parte, fija tres tareas principales para el envejecimiento:

1. Transcendencia corporal frente a preocupación por el cuerpo. Teniendo en


cuenta el más que previsible riesgo de enfermar a esta edad y la disminución
del rendimiento físico, es obligado “transcender” los problemas físico-
corporales, es decir, centrar las metas vitales en el rendimiento mental y
espiritual, y en las relaciones sociales.
2. Diferenciación del ego frente a preocupación por el trabajo. Al llegar la
jubilación y abandono del puesto de trabajo, la persona mayor debe valorarse
a sí misma, a través de actividades independientes de su anterior vida laboral
y de las características positivas adquiridas en su personalidad.
3. Transcendencia del ego frente a preocupación por el ego.

El temor a la propia muerte debe verse sobreseído por las aportaciones


personales a cualquier nivel: aportaciones por medio de los hijos y del legado
material o cultural para las futuras generaciones. Las tareas de desarrollos niveles.
La persona pasa de un periodo a otro por unas fases de transición de cinco años de
duración cada una, combinando las diversas estructuras. En el desarrollo humano,
por tanto, se dan fases relativamente estables, en las que se construyen las
estructuras y fases de transición, en las que se cambian. Levinson habla de la
preadultez, la adultez temprana (17-45 años), la adultez intermedia (40-65 años) y
la adultez tardía (de los 60 años en adelante). También menciona la última fase, la
ancianidad (a partir de los 80 años), pero no explica su estructura. Las fases
superiores parecen ser las menos estudiadas por Levinson. La transición de los 50
años suele implicar una nueva modificación de la estructura. Sin embargo, el final de

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 63 de 107


la adultez (55-60 años) viene a ser una fase consolidada que ayuda a revisar toda la
vida pasada. En la psicología del desarrollo de la edad adulta son frecuentes, como
se ve, las teorías caracterizadas por las etapas vitales. Algunos autores las describen
como transiciones.

Gould (1972, 1978), por ejemplo, habla de siete transiciones, desde los
16-18 años, hasta los 50-60 años. Vaillant (1977) habla de tareas fundamentales
para una buena adaptación, divididas según las edades de “establecimiento”,
“consolidación” y “transición”. Keagan (1982) elabora varias teorías evolutivas y
propone seis fases de desarrollo (incorporativa, impulsiva, imperial, interpersonal,
institucional e interindividual) que avanzan no tanto en función de la edad
cronológica, cuanto en función del significado que se concede al entorno.
Curiosamente distingue entre planteamientos masculinos y femeninos, para
enfrentar las distintas fases.

Muchas de estas teorías de crisis normativa se basan en las ocho famosas


etapas de Erikson (1950, 1968) que él llamaba las “ocho edades del hombre”. La
literatura moderna sobre la psicología del desarrollo de la edad adulta parece querer
ir olvidando al varias veces mencionado Erikson, pero creemos que siempre habrá
que tenerlo presente. No en vano, él fue quien amplió las etapas de Freud hasta
ocho, cambiando su modelo psicosexual por otro psicosocial y abriendo el camino
para el estudio del ciclo vital que tanto juego ha dado desde entonces.

Erikson (1950, 1968, 1985) explica el desarrollo humano, desde la infancia


a la senectud, como una búsqueda de la identidad personal, a través de ocho
etapas. La resolución positiva de cada etapa es de capital importancia para poder
acceder a las etapas siguientes. El conflicto propicia el paso de una etapa a otra
superior. Si esa “crisis” no se resuelve de forma satisfactoria, continúa demandando
energía y causando dificultades. Por tanto, toda personalidad sana debe resolver la
crisis de forma adecuada. La naturaleza de cada crisis es diferente y se caracteriza
por una bipolarización (positiva-negativa).o no sólo indican las metas que la persona
debe perseguir, sino también aquellas que debe pasar por alto, llegada cierta edad.
Mientras que las metas “adaptadas” a la edad se ven reforzadas y apoyadas
socialmente, las metas “inadecuadas” quedan rechazadas y privadas del apoyo
instrumental necesario.

A semejanza de las etapas de Erikson, ninguno de los conflictos de Peck se


restringe a la madurez ni a la vejez. Las decisiones tomadas en los primeros años de
vida sientan las bases de las soluciones en los años de la adultez y las personas
maduras comienzan ya a resolver los desafíos que se les presentarán en la senectud.
Peck, por otra parte, fija tres tareas principales para el envejecimiento:

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 64 de 107


1. Transcendencia corporal frente a preocupación por el cuerpo. Teniendo en
cuenta el más que previsible riesgo de enfermar a esta edad y la disminución
del rendimiento físico, es obligado “transcender” los problemas físico-
corporales, es decir, centrar las metas vitales en el rendimiento mental y
espiritual, y en las relaciones sociales.
2. Diferenciación del ego frente a preocupación por el trabajo. Al llegar la
jubilación y abandono del puesto de trabajo, la persona mayor debe valorarse
a sí misma, a través de actividades independientes de su anterior vida laboral
y de las características positivas adquiridas en su personalidad.
3. Transcendencia del ego frente a preocupación por el ego. El temor a la
propia muerte debe verse sobreseído por las aportaciones personales a
cualquier nivel: aportaciones por medio de los hijos y del legado material o
cultural para las futuras generaciones.

Las tareas de desarrollo no sólo indican las metas que la persona debe
perseguir, sino también aquellas que debe pasar por alto, llegada cierta edad.
Mientras que las metas “adaptadas” a la edad se ven reforzadas y apoyadas
socialmente, las metas “inadecuadas” quedan rechazadas y privadas del apoyo
instrumental necesario.

Loevinger (1976), atendiendo a la noción psicoanalítica del yo y a las tesis


morales de Kohlberg, elabora otra teoría que puede ser considerada como una
profundización teórica y empírica de los postulados de Erikson. Como todos los
autores evolutivos, considera al “yo” como el integrador del desarrollo personal. En
su teoría describe el desarrollo como un escenario de siete etapas que transcurren
desde lo presocial (infancia) a lo integrado (madurez), pasando por la etapa
impulsiva, la autoprotectiva, el conformismo, la etapa de la conciencia y la fase de la
autonomía. Cada etapa tiene sus propias preocupaciones, su estilo personal y su
manera de pensar y resolver los problemas.

Hay que destacar que la teoría de Loevinger sobre la “mitad de la vida”,


que según el investigador se produce entre los 40-45 años, abre el paso a la adultez
intermedia. En este período, los sujetos se interrogan sobre distintos aspectos y
valores de su propia vida, lo que les altera emocionalmente.

A lo largo de la vida aparecen cuatro periodos de 20 a 25 años cada uno


diversos niveles. La persona pasa de un periodo a otro por unas fases de transición
de cinco años de duración cada una, combinando las diversas estructuras. En el
desarrollo humano, por tanto, se dan fases relativamente estables, en las que se
construyen las estructuras y fases de transición, en las que se cambian.

Levinson habla de la preadultez, la adultez temprana (17-45 años), la


adultez intermedia (40-65 años) y la adultez tardía (de los 60 años en adelante).

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 65 de 107


También menciona la última fase, la ancianidad (a partir de los 80 años), pero no
explica su estructura. Las fases superiores parecen ser las menos estudiadas por
Levinson. La transición de los 50 años suele implicar una nueva modificación de la
estructura. Sin embargo, el final de la adultez (55-60 años) viene a ser una fase
consolidada que ayuda a revisar toda la vida pasada.

En la psicología del desarrollo de la edad adulta son frecuentes, como se


ve, las teorías caracterizadas por las etapas vitales. Algunos autores las describen
como transiciones. Gould (1972, 1978), por ejemplo, habla de siete transiciones,
desde los 16-18 años, hasta los 50-60 años. Vaillant (1977) habla de tareas
fundamentales para una buena adaptación, divididas según las edades de
“establecimiento”, “consolidación” y “transición”. Keagan (1982) elabora varias
teorías evolutivas y propone seis fases de desarrollo (incorporativa, impulsiva,
imperial, interpersonal, institucional e interindividual) que avanzan no tanto en
función de la edad cronológica, cuanto en función del significado que se concede al
entorno. Curiosamente distingue entre planteamientos masculinos y femeninos, para
enfrentar las distintas fases.

Muchas de estas teorías de crisis normativa se basan en las ocho famosas


etapas de Erikson (1950, 1968) que él llamaba las “ocho edades del hombre”. La
literatura moderna sobre la psicología del desarrollo de la edad adulta parece querer
ir olvidando al varias veces mencionado Erikson, pero creemos que siempre habrá
que tenerlo presente. No en vano, él fue quien amplió las etapas de Freud hasta
ocho, cambiando su modelo psicosexual por otro psicosocial y abriendo el camino
para el estudio del ciclo vital que tanto juego ha dado desde entonces.

Erikson (1950, 1968, 1985) explica el desarrollo humano, desde la infancia


a la senectud, como una búsqueda de la identidad personal, a través de ocho etapas.
La resolución positiva de cada etapa es de capital importancia para poder acceder a
las etapas siguientes. El conflicto propicia el paso de una etapa a otra superior. Si
esa “crisis” no se resuelve de forma satisfactoria, continúa demandando energía y
causando dificultades. Por tanto, toda personalidad sana debe resolver la crisis de
forma adecuada. La naturaleza de cada crisis es diferente y se caracteriza por una
bipolarización (positiva-negativa).

3.5 Las características del adulto intermedio en relación con otras edades

A lo largo de la vida, aparecen cuatro periodos de 20 a 25 años cada uno con


diversos niveles. La persona pasa de un periodo a otro por unas fases de transición
de cinco años de duración cada una, combinando las diversas estructuras. En el
desarrollo humano, por tanto, se dan fases relativamente estables, en las que se
construyen las estructuras y fases de transición, en las que se cambian. Levinson
habla de la preadultez, la adultez temprana (17-45 años), la adultez intermedia (40-

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 66 de 107


65 años) y la adultez tardía (de los 60 años en adelante). También menciona la
última fase, la ancianidad (a partir de los 80 años), pero no explica su estructura.
Las fases superiores parecen ser las menos estudiadas por Levinson. La transición de
los 50 años suele implicar una nueva modificación de la estructura. Sin embargo, el
final de la adultez (55-60 años) viene a ser una fase consolidada que ayuda a revisar
toda la vida pasada.
En la psicología del desarrollo de la edad adulta son frecuentes, como se
ve, las teorías caracterizadas por las etapas vitales. Algunos autores las describen
como transiciones. Gould (1972, 1978), por ejemplo, habla de siete transiciones,
desde los 16-18 años, hasta los 50-60 años. Vaillant (1977) habla de tareas
fundamentales para una buena adaptación, divididas según las edades de
“establecimiento”, “consolidación” y “transición”. Keagan (1982) elabora varias
teorías evolutivas y propone seis fases de desarrollo (incorporativa, impulsiva,
imperial, interpersonal, institucional e interindividual) que avanzan no tanto en
función de la edad cronológica, cuanto en función del significado que se concede al
entorno. Curiosamente distingue entre planteamientos masculinos y femeninos, para
enfrentar las distintas fases. Muchas de estas teorías de crisis normativa se basan en
las ocho famosas etapas de Erikson (1950, 1968) que él llamaba las “ocho edades
del hombre”. La literatura moderna sobre la psicología del desarrollo de la edad
adulta parece querer ir olvidando al varias veces mencionado Erikson, pero creemos
que siempre habrá que tenerlo presente. No en vano, él fue quien amplió las etapas
de Freud hasta ocho, cambiando su modelo psicosexual por otro psicosocial y
abriendo el camino para el estudio del ciclo vital que tanto juego ha dado desde
entonces. Erikson (1950, 1968, 1985) explica el desarrollo humano, desde la infancia
a la senectud, como una búsqueda de la identidad personal, a través de ocho etapas.
La resolución positiva de cada etapa es de capital importancia para poder acceder a
las etapas siguientes. El conflicto propicia el paso de una etapa a otra superior. Si
esa “crisis” no se resuelve de forma satisfactoria, continúa demandando energía y
causando dificultades. Por tanto, toda personalidad sana debe resolver la crisis de
forma adecuada. La naturaleza de cada crisis es diferente y se caracteriza por una
bipolarización (positiva-negativa). De acuerdo con Erikson, el problema fundamental
que se encara en la adultez es el de la generatividad frente al estancamiento.
Respecto a la generatividad, Erikson afirma que operamos dentro de tres dominios:

• El procreativo, que consiste en dar y en responder a las necesidades de la


siguiente generación.

• El productivo, que consiste en integrar el trabajo a la vida familiar y cuidar a la


siguiente generación.

• El creativo, que consiste en hacer aportaciones a la sociedad en gran escala. La


alternativa de ambos sexos es el estancamiento y el sentido de ensimismamiento y
de tedio.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 67 de 107


Algunos no perciben el valor de ayudar a la siguiente generación y tienen
sentimientos recurrentes de llevar una vida insatisfactoria. Alcanzan pocos logros o
rebajan los que han obtenido. En la última etapa de la vida, con la octava crisis de
integridad del yo frente a desesperación, la contradicción se expresa entre el deseo
de envejecer satisfactoriamente y la ansiedad que producen los pensamientos de
pérdida de autonomía y muerte. Durante este período se analizan los estadios
anteriores, metas, objetivos fijados, alcanzados y no logrados, etc. El individuo entra
así en un proceso filosófico orientado hacia la espiritualidad, las relaciones sociales y
la búsqueda del envejecimiento satisfactorio (sabiduría), que según Erikson muy
pocos individuos llegan a experimentar del todo. Mencionaremos, para concluir este
apartado, una última teoría que adecua la investigación a todo el desarrollo humano
y se basa en el concepto de la psicología de los ciclos vitales (Baltes, 1990; Thomae,
1979).
Esta concepción asume el continuo proceso de cambio y estabilidad de la
persona desde el nacimiento hasta la muerte. En ella se considera que la variabilidad
interindividual de los sucesivos cambios adquiere un mayor significado normativo
con la edad. Tres tesis caracterizan esta concepción (Thomae, 1979):

1. En cada etapa de la vida pueden observarse cambios psíquicos; también en la


edad joven y madura.

2. Al mismo tiempo, en cada etapa, aún en la niñez y la juventud, aparece una


constante de la conducta y la experiencia.

3. La variabilidad interindividual en la conducta y la experiencia queda demostrada


en cada una de las etapas vitales. En una posterior ampliación, Baltes propuso siete
principios para su psicología del desarrollo del ciclo vital, de los que sólo
mencionaremos los cuatro más importantes (Baltes, Lindenberger y Staudinger,
1998)

3.6 Calidad de vida del adulto intermedio en los distintos países

Calidad de vida y envejecimiento El concepto de Calidad de Vida aparece en los años


setenta como alternativa a los criterios estrictamente economicistas y cuantitativos
empleados en los informes sociales o estudios de nivel de vida. Concebido de
manera integral, incluye no solamente los elementos objetivos, sino también
aquellas condiciones y factores que emanan de la percepción subjetiva de las
personas y/o comunidades. Con base en el enfoque ecológico, la Calidad de Vida es
definida como un concepto multidimensional en el que se compenetran elementos
objetivos y subjetivos, individuales y colectivos (Glatzer y Zapf, 1984; Arnold, 1991).

La calidad de vida ha sido conceptualizada tanto a un nivel macro (social)


como micro (individual) (Veenhoven, 2000). Así, estudiar la calidad de vida de una

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 68 de 107


comunidad significa analizar no sólo las condiciones físicas y objetivas, sino las
experiencias subjetivas y las percepciones que los individuos tienen de su existencia
en su hábitat o entorno. Implica evaluar cómo viven los individuos, qué expectativas
de transformación tienen de aquellas condiciones y cuál es el grado de satisfacción
que ellos consiguen (García-Viniegras, 2008).

Por otra parte, la necesidad de explicar el complejo proceso del


envejecimiento ha producido modelos teóricos desde varias disciplinas, como la
Biología, la Psicología y las ciencias sociales. En el marco de estas últimas, las
interpretaciones teóricas provenientes de la Antropología ofrecen herramientas para
el estudio de la relación entre el proceso de envejecimiento y el contexto en el cual
viven las personas, con especial énfasis en la realidad urbana. Algunas de las
principales contribuciones en este ámbito abordan la influencia del contexto cultural
en el proceso de envejecimiento y el rol que cumple el contexto socio-cultural en
determinar la experiencia de la propia edad (Schaie, 2001).

Otros aportes provienen de la gerontología ambiental. Diversos estudios


señalan que la vida personal y el envejecimiento están invariablemente ligados a
determinadas condiciones ambientales. Según el modelo ecológico del
envejecimiento, la calidad de vida de las personas mayores está fuertemente
relacionada con el ambiente en el que habitan y en el que desarrollan sus vidas
cotidianas (Lawton y Nahemow, 1973; Peace et al., 2011). Laws (1997) destaca la
importancia que tienen las prácticas espaciales en el proceso de construcción de la
identidad etaria y de inserción social de los adultos mayores, recordando que su
apropiación territorial, así como las redes sociales a las que tienen acceso, se
constituyen a través de su relación con el territorio y el espacio, siendo producto de
una constante dialéctica y de un proceso de negociación continuo.

El estudio de la relación entre recursos ambientales y el mantenimiento de


la autonomía y el bienestar de las personas mayores apunta además a la
complementariedad entre aspectos objetivos y subjetivos de la calidad de vida (Wahl
y Lang, 2004; Wahl et al., 2007). Aplicando el concepto de Calidad de Vida al estudio
de las condiciones de vida de las personas mayores, Lawton (1983; 1991)

Define cuatro componentes de la calidad de vida que han sido abordados por el
estudio: competencias conductuales, medio ambiente, bienestar psicológico y calidad
de vida percibida del estudio que Chambers (1997; 1997a) define para evaluar el
bienestar3 de las personas en los países en desarrollo, se determinaron cinco
campos de acuerdo con los dominios primordiales en los que las personas
desarrollan su vida. Para cada campo se diseñó un conjunto de indicadores y sub-
indicadores por considerar en la evaluación y medición de la Calidad de Vida de las
personas mayores, quedando estructurados en la forma que se presenta. Los
indicadores y sub-indicadores de Calidad de Vida.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 69 de 107


Calidad de vida (Campos indicadores y sub-indicadores de calidad de vida)

Campos Indicadores Subi-ndicadores


Estado de salud Enfermedad física mental
Nivel de salud
Uso del tiempo libre
Campo humano habilidades, Apoyo efectivo Hijos, nietos , pareja y amigos
conocimientos. Capacidades Privacidad personal
laborales y salud Percepción de discriminación en razón de
la edad
Expectativas del futuro
Evaluación de la experiencia de vida
Participación en organizaciones Junta de vecinos de madres,
partido, político, club de adulto
mayor, grupo religioso, clubes
deportivos, fiestas de barrio,
reuniones sociales grupos de
música o baile, otras
organizaciones
Apoyo que brinda a los demás
Percepción de su barrio Pobre/no pobre, feo/bonito,
ideal para vivir/no ideal para
vivir seguro/inseguro
Factores de seguridad del barrio
Consideración de sus opiniones Municipalidad, organizaciones
comunitarias, barrio, vivienda
Opinión respecto de sus vecinos Conflictos, amistosos, solidarios
Contaminación Calidad del aire, contaminación
acústica, basura, ruidos,
animales callejeros, insectos
Higiene ambiental Garrapatas, ratones, perros
callejeros, palomas, gatos
callejeros, insectos
Vulnerabilidad ante catástrofes Temporales, sismos, aluviones,
derrumbes, inundaciones y
desbordes
Calidad de los servicios del barrio Limpieza de calles, iluminación
de calles, recolección de basura,
desagües, servicio de bombero,
servicio policial, mantención de
las vías públicas, posta más
cercana, consultorio más
cercano
Necesidades del barrio Locomoción, áreas verdes,
centros de salud, centros
deportivos, culturales y
comerciales
Ingreso familiar
Percepción de situación eco Posibilidad de darse gustos,
nómica posibilidad de ahorrar, manejo
del propio dinero,
independencia, económica,
antes y después de haber
jubilado o de haber cumplido los
60 años

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 70 de 107


El análisis de los aspectos que más afectan la calidad de vida de los adultos mayores
remite a históricas distorsiones del sistema político-institucional que desconoce las
necesidades específicas de dicho grupo etario. Pese a que se reconoce un incremento
de la atención de las autoridades hacia los problemas relacionados con el
envejecimiento, las personas mayores detectan áreas prioritarias que no han sido
todavía consideradas como objeto de intervención específica. En este sentido, la
insuficiencia del sistema previsional es considerado uno de los principales obstáculos
para un envejecimiento positivo. Asimismo, los datos permiten inferir acerca de otros
aspectos que, si bien afectan a la población en su conjunto, tienen efectos que
gravan más sobre los sectores sociales más vulnerables, entre los cuales figuran los
adultos mayores. Éstos son la falta de seguridad del espacio urbano (social y ante
catástrofes), las carencias de la infraestructura y el equipamiento urbano (vial,
peatonal, servicios básicos), la insalubridad ambiental y un sistema de transporte
público ineficiente e inadecuado a las limitaciones físicas y económicas de la
población mayor.

Entre los factores que contribuyen a construir una percepción positiva de


la condición etaria de los adultos mayores y de sus expectativas de futuro, la
relación de arraigo con el barrio y la ciudad ocupa especial relevancia. A tal
propósito, el barrio parece garantizar aquella sociabilidad indispensable para la
construcción de redes sociales y de apoyo mutuo, estableciéndose una correlación
positiva entre apropiación territorial y percepción satisfactoria de la vejez. Sobre la
base de los resultados de la investigación, es posible señalar algunas de las áreas
prioritarias que las políticas públicas deberían enfrentar para mejorar las condiciones
de vida de las personas mayores. Éstas remiten a las siguientes líneas de acción:
promover un sistema de previsión social que garantice la satisfacción de las
necesidades de los adultos mayores y su autonomía económica; dotar a la ciudad de
infraestructura y entornos seguros y adecuados a las necesidades de este grupo
etario y desarrollar medidas específicas para facilitar la movilidad de las personas
mayores.

Todo ello incentivaría una mayor participación de los adultos mayores en


el espacio público, redundando en su reconocimiento como sujetos activos y en su
inserción social. Por último, es importante señalar que los indicadores de calidad de
vida, basados simultáneamente en datos objetivos de condiciones de vida y en la
percepción y evaluación subjetiva de las mismas, muestran su validez como recursos
para la planificación urbana, aportando información relevante para la promoción de
una ciudad mayormente inclusiva.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 71 de 107


3.7 La educación en la vida del adulto intermedio

En julio de 1997 se llevó a cabo en Hamburgo la Quinta Conferencia


Internacional de Educación de las Personas Adultas, organizada por la UNESCO y en
particular por el Instituto de la UNESCO para la Educación, el centro especializado en
política e investigación sobre el aprendizaje de personas adultas. La atendieron
aproximadamente 1500 delegados de todas las regiones del mundo, con
representantes de 140 estados miembros y alrededor de 400 ONG. Además del
trabajo de las comisiones y de las sesiones plenarias que debatieron sobre los
documentos oficiales de la Conferencia, La Declaración de Hamburgo y La Agenda
para el Futuro, hubo 33 grupos de trabajo organizados en torno a los temas y
subtemas de la Conferencia.

En todo el mundo, tanto en los países industrializados como en los países en


vías de desarrollo, está cambiando la estructura de la población; en la actualidad se
puede contar con vivir mucho más de lo que se vivía hace 50 años. Como
consecuencia, existe una creciente demanda de educación de personas adultas, así
como de otros servicios sociales; se ha reconocido que la educación puede jugar un
papel vital al permitir le a las personas de edad seguir siendo independientes,
mantenerse al tanto de las transformaciones de la sociedad y vivir una vida más
plena. Este folleto destaca los principales temas que trató el grupo de trabajo ‘La
educación de adultos y las personas de edad’ que se llevó a cabo en la Quinta
Conferencia Internacional de Educación de las Personas Adultas’ en Hamburgo en
julio de 1997.

El propósito de este grupo de trabajo fue discutir temas relacionados con las
necesidades y demandas educativas de las personas mayores, examinar las actuales
políticas de educación para la gente de edad en varios países y regiones del mundo,
así como planear futuros enfoques y actividades a nivel regional e internacional. El
grupo de trabajo – el primero sobre este tema nunca antes tratado en la Conferencia
– también fijó su atención en proyectos especiales de educación para la gente de
edad y en la extensa problemática de cómo lograr que los gobiernos se vuelvan más
conscientes de las necesidades educativas de las personas de edad. Antes de la
conferencia fue presentada una guía de discusión sobre ‘La educación y las personas
mayores’ en una reunión organizada por la Asociación Europea de Educación de
Adultos (EAEA). El grupo de trabajo en sí fue presidido por Lesley Hart, ‘Senior
Studies Institute´, Universidad de Strathclyde, Escocia; Huib Hinnekint, ‘Centrum
voor Andragogisch Onderzoek’, Bélgica y Alex Withnall, Universidad de Keele.

El panel de ponentes estuvo formado por: Nelly Schwarz, Consejo de


Educación de Adultos de América Latina, (CEAAL-ANOS, Chile); Alistair
Dentro de la educación de personas adultas, es importante basarse en los
aspectos positivos del proceso de envejecimiento, en la participación y experiencia

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 72 de 107


de la gente de más edad y su potencial para desarrollarse y para vivir una vejez
plena. La educación de personas adultas puede contribuir mucho apoyando un
envejecimiento activo y próspero. Se han tenido experiencias positivas en lugares en
donde las personas de edad toman parte en los programas educativos. Las personas
de edad poseen un conjunto de habilidades de aprendizaje de sus experiencias
previas y no son educandos menos activos o menos motivados que la gente joven.
Los estudios que se han hecho sobre la capacidad de aprendizaje demuestran que no
existe ninguna disminución importante en la capacidad de aprendizaje antes de los
75 años.

La mayoría de las personas de edad puede lograr altos niveles de capacidad


intelectual. Su capacidad para aprender no disminuye, ni necesariamente permanece
estática. En algunos casos incluso puede aumentar la capacidad para aprender. La
enfermedad a veces puede ser un obstáculo para el aprendizaje, pero esto no
necesariamente siempre tiene que ser el caso. Actualmente la mayoría de las
personas de edad se encuentra bastante bien de salud; y ciertas dificultades, tales
como los problemas de la vista, pueden superarse con bastante facilidad. Los
programas de alfabetización para las personas de edad son, de hecho, una manera
interesante de aclarar la frecuente suposición errónea con respecto a la capacidad de
aprendizaje de las personas mayores, dado que han demostrado que los
participantes de edad son tan constantes en su aprendizaje como sus condiscípulos
más jóvenes y que obtienen el mismo éxito.

Al diseñarse e implementarse los programas, es necesario que se apliquen los


nuevos conceptos del envejecimiento activo y próspero, así como la imagen positiva
acerca de las personas de edad y sus contribuciones a la sociedad. Tiene que
reconocerse el potencial creativo de los ciudadanos de más edad, su capacidad para
aprender y para participar en nuevas actividades, su entusiasmo y su voluntad de
contribuir al mejoramiento de su calidad de vida. Los ciudadanos de edad son una
fuerza positiva dentro de la comunidad.

Es insuficiente el simple suministro de acceso a la educación. Las personas de


edad necesitan programas de aprendizaje específico, distinto a las oportunidades de
educación abiertas destinadas a ciudadanos más jóvenes. La enseñanza no debe ser
sólo para los participantes de más edad, sino también con y mediante su
participación. El hecho de que a las personas mayores con frecuencia se les
considere dependientes y faltas de iniciativa y determinación, puede conducir a que
los programas de educación se conciban de manera condescendiente, de arriba a
abajo, sin dar a los educandos ninguna oportunidad de fijar sus propias prioridades y
tomar sus propias decisiones. No es raro que las propias personas de edad tengan
tal imagen de sí mismas. Muchos tienen poca fe en su propia capacidad de
aprendizaje y consideran que se les tiene que enseñar de manera muy estructurada.
A pesar de tales dificultades, las personas de edad están más motivadas que

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 73 de 107


desmotivadas para aprender. Tienen ideas muy claras de lo que quieren aprender y
de cómo quieren aprenderlo, expresando a menudo sus necesidades. Algunas incluso
toman la iniciativa de fijar sus propias estructuras de aprendizaje.

El aprendizaje no sólo se lleva a cabo en salones de clases u otros contextos


formales, sino bajo muchas y variadas condiciones. La cantidad de aprendizaje
informal del cual la mayoría de la gente es partícipe – aprendizaje organizado por los
propios individuos, sin estructura y a título individual – es mucho mayor que la
cantidad de aprendizaje que se obtiene a través de la educación formal. Sobre todo
las personas de edad tienen acumulado un número de horas de aprendizaje informal
imposible de contabilizar. Una pregunta importante es si tal aprendizaje previo
puede ser reconocido y contabilizado, y cómo se reconoce y contabiliza cuando la
gente quiere inscribirse en programas más formales. El reconocer el aprendizaje
previo también significa reconocer la riqueza y la sabiduría de las experiencias
vividas por las personas de edad. No basta con que a las personas mayores se les
brinde acceso a los servicios existentes: es igualmente importante crear entornos
educativos que reconozcan y apoyen todo tipo de aprendizaje y todo tipo de
experiencia previa.

Rumbo a una Sociedad de Todas las Edades es el subtítulo oficial del Año
Internacional de las Personas de Edad proclamado por las Naciones Unidas (1999).
Tal como hizo hincapié el grupo de trabajo, tal lema es verdaderamente muy
apropiado y muy requerido. La gente de edad tiene mucho que decir y debe
permitírsele tener voz y voto continuo en la sociedad. Ya es hora de que se deje de
marginar a las generaciones de más edad y de que se valoren sus experiencias y
sabiduría. La educación juega una parte importante en este proceso, permitiendo le
a las personas de edad no sólo alcanzar sus propias aspiraciones de aprendizaje,
sino también compartir sus experiencias con otros y contribuir con sus habilidades a
sus comunidades. Tenemos que encaminar nuestros esfuerzos para que se supere la
imagen que se tiene de la gente mayor como personas distintas y diferentes al resto
de la sociedad. Las personas de edad son parte de la sociedad, una parte de la cual
las generaciones más jóvenes tienen mucho que aprender. Es decisivo afirmar que el
derecho a la educación es un derecho humano para todos.

La educación para la gente de edad tiene que convertirse en un compromiso


por parte del Estado y de toda institución. El Estado tiene la responsabilidad de
proporcionar educación para los ciudadanos de edad. La educación de adultos para la
población de edad debe convertirse en una prioridad de los gobiernos. El
compromiso para lograr la meta ‘Educación para Todos en el Año 2000’ significa que
tienen que crearse políticas que incluyan a las personas de edad. El sector de la
educación de personas adultas tiene que recibir más apoyo del gobierno. Los
gobiernos no deben retraerse de su responsabilidad de proporcionar educación para
sus ciudadanos de edad. Los recursos disponibles tienen que invertirse en

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 74 de 107


oportunidades de aprendizaje para las personas de edad, aparte de la educación
primaria y capacitación profesional. Además de incluir a las personas en edad de tra-
bajar, los cursos de alfabetización subvencionados por el Estado deben de incluir a
las personas de edad. Las personas no deben de volverse superfluas a causa de la
edad. El acceso a los programas de recapacitación profesional no se debe negar a las
personas de edad avanzada. Las empresas no deben de argumentar que es inútil
capacitar a los trabajadores próximos a alcanzar su edad de jubilación.

Las personas de edad deben tener el derecho de tomar decisiones en cuanto a


su propio aprendizaje. La educación que pretende capacitar a la gente de edad para
la acción y autonomía, a fin de que siga siendo creativa e independiente, no puede
simplemente asumir que puede satisfacer las necesidades de las personas mayores y
les niegue el derecho a escoger qué y cómo quieren aprender. Tales programas
tienen que basarse en los recursos, la creatividad y la experiencia de las personas de
edad. Se tiene que estimular el aprendizaje entre y sobre las diferentes culturas y
grupos de habitantes, así como entre las diferentes generaciones. Tenemos que
estar conscientes de la eterna tendencia de excluir a las personas de edad de las
oportunidades educación

4.- ADULTEZ TARDÍA

4.1 Las características físicas en la tercera edad

A los 65 años se considera que ha llegado la edad adulta tardía, última etapa del
ciclo de la vida y con ello el arribo de una serie de cambios que revelan a la vejez
como una etapa, y al envejecimiento como un proceso de vida continúo que se ha
recorrido. El término longevidad se aplica a la especie humana en general, no a un
individuo en particular, y se considera como el tiempo máximo de vida que se espera
viva el ser humano en promedio. De modo popular, se dice que es la esperanza de
vida que tiene una generación con respecto a la anterior, y que debido a factores
diversos ha aumentado en los últimos años. La esperanza de vida de los mexicanos
llegó a los 75.2 años de edad en el 2004, según información del Consejo Nacional de
Población (CONAPO), y está a un año, es decir, 76 para ubicarse en el rango de edad
de los países desarrollados. En el caso de las mujeres, éstas se encuentran entre 5 y
10 % por arriba de los hombres.45 Se destacan dos aspectos importantes en
relación a la longevidad, la salud y la higiene, más que la genética; sin embargo, el
envejecimiento es un proceso universal e inevitable.

El envejecimiento se define como el resultado o suma de todas las


alteraciones que produce el organismo con el paso del tiempo, conduciendo a
variaciones funcionales y a la muerte, hincándose en el momento en que concluye el
desarrollo, siendo esto algo relativo, ya que puede iniciar a los 30 o 40 años, cuando
empieza a declinar la vitalidad. No todos los individuos envejecen al mismo tiempo,

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 75 de 107


ni todos los órganos, ni todos los sistemas del mismo individuo lo hacen a la vez.
Dependerá de diversos factores, como la raza, el tipo de alimentación, las
enfermedades, las condiciones ambientales, los contaminantes y los trastornos
psicológicos, entre otros factores tales como el estrés o la depresión, por mencionar
solo algunos, pues depende de cada contexto en particular.

Existen marcadores biológicos o biomarcadores para el envejecimiento que


permiten determinar la edad real (biológica, no cronológica) de un individuo. Debido
a que el tiempo absoluto es sólo un concepto relativo de envejecimiento que
depende fundamentalmente de las especies y del bienestar de los grupos. La
determinación de la edad biológica de un individuo es un proceso multifactorial y
requiere no sólo una prueba sino un conjunto de ellas. Por lo que es necesario
considerar los siguientes marcadores:
 Los antropométricos (por ejemplo, el índice de masa corporal, el cual
decrece con la edad).

 Marcadores psicológicos, como la capacidad de reaccionar a estímulos


sensoriales o de resolver mentalmente operaciones matemáticas.

 Marcadores fisiológicos, como la capacidad vital o marcadores bioquímicos,


como la tasa de HDL-colesterol o los valores de glutatión en sangre.

Diversas teorías han explicado por qué envejece el cuerpo, entre las que
destacan el desgaste de órganos y tejidos, la liberación de radicales libres,
autoinmunes, neuroendocrina, del error genético o de la programación celular;
abarcando cada una de ellas algún aspecto que incide en la salud y el
envejecimiento.

En general, los cambios tísicos de la edad adulta tardía, son observables,


cuantificables y difíciles de ocultar, porque se presentan en los sistemas, órganos y
sentidos, (Papalia, Diane. Wendkos, Sally, Psicología, pp. 491-493) a saber:

 Vista: hipermetropía estable a los 60 años, dificultades para percibir la


profundidad, el color y los cambios abruptos de la luz; sensibilidad a la luz
intensa y ceguera nocturna, cataratas, áreas nubosas y opacas que causan
visión borrosa, ceguera o glaucoma.

 Oído: dificultades para escuchar sonidos de alta frecuencia, pérdida


moderada o grave del oído, desorientación espacial y pérdida de equilibrio.

 Gusto: se pierden papilas gustativas y el bulbo olfativo, la gente come


menos y a menudo está desnutrida.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 76 de 107


 Fuerza: disminuye claramente y se limita a ciertas actividades; la
coordinación puede volverse “torpe”, pues la persona necesita más tiempo
para reaccionar a un estímulo (el procesamiento de la información es lento).

 Piel: se vuelve más pálida y manchada, adopta una textura parecida al


pergamino, las varices son comunes.

 Cabello: se torna más delgado y de color gris-blanco, canicie y calvicie.

 Estatura: disminuye porque los discos de la columna se atrofian, existe


encorvamiento por osteoporosis, jorobamiento, la composición de los huesos
cambia, originando probabilidad de fractura.

 Sueño: se tiende a despertar durante la noche y a presentar dificultad


para volver a dormir; sueños ligeros y menos periodos de sueño profundo y
reposo.

Cambios hormonales: disminución de estrógenos, testosterona, hormona tiroidea e


insulinita. Atrofia de órganos sexuales.

 Disminución de la masa magra (masa compuesta por músculos, sin grasa).

 Aumento de la proporción de grasa en el organismo.

 Incremento del contenido de lipofuscina (pigmento) en las células, entre


más lipofuscina más vieja la célula.

 Desprotección de las células viejas frente a la acción nociva de las


moléculas reactivas de oxígeno.

 Dificultan para el mantenimiento de la homeostasia, típica perturbación de


los organismos envejecidos.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como un


estado de equilibrio u homeostasis, en los aspectos físico, psicológico y social. No
solamente la ausencia de enfermedades; algunas instituciones han incluido el
aspecto espiritual y trascendente. En general, muchos adultos tienen buena salud al
inicio de la etapa, “las personas mayores que trabajan solo han tenido, de media,
cuatro o cinco ausencias de trabajo en un año, índice similar en trabajadores más
jóvenes.” (Papalia, Diane, Wendkos, Sally, Psicología, p. 492)

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 77 de 107


La mayoría de los adultos mayores acuden al médico en una proporción de
seis a cinco en relación con los jóvenes, lo cual revela dos cosas: una, que los
adultos mayores están en condiciones de salud favorables, o que los jóvenes se
están deteriorando físicamente más rápido. En un organismo envejecido existe una
mayor susceptibilidad a las enfermedades de diversa índole, una respuesta clásica a
esto, es que el sistema inmunológico se encuentra muy debilitado. Algunas de las
enfermedades que se asocian con la vejez, son las crónicas, las que han sido
adquiridas aproximadamente a los 30 años, como la artritis, diabetes, enfermedades
cardiacas, reumatismo o lesiones ortopédicas; el mal de parkinson es un caso
relativamente nuevo en esta edad. Las afecciones agudas como los resfriados y las
gripes, son menos comunes en la vejez, pero una de éstas no atendida o mal
cuidada, pude degenerar en una bronquitis; lo mismo ocurre con las osteopatías que
desembocan en fracturas, o las metabólicas, como la diabetes, que a su vez altera el
funcionamiento de los riñones y los sentidos, así como la hipertensión, que puede
llevar a infartos o derrames cerebrales. Podría hacerse una relación de todas estas
enfermedades y en todos los casos se encontraría siempre un antecedente, lo que
lleva a considerar que debe existir una prevención, que incluya plan de cuidados,
alimentación, ejercicios, higiene, entretenimiento y ocio.

La conceptualización de salud incluye al aspecto psicológico, lo que


significa un equilibrio entre las diferentes funciones del pensamiento, de las
emociones, sentimientos y las formas conductuales de expresarlas. Las
enfermedades y trastornos mentales más comunes, son los siguientes: delirio,
depresión, demencia senil, ideación suicida, esquizofrenia, Alzheimer, trastorno de
ansiedad, fobias, trastorno por intoxicación, trastorno somatomorfo y trastorno de
pánico. (Pichot, P., López-Ibor, J. J., Valdés, M., A, Manual diagnóstico y estadístico
de los trastornos mentales, pp. 181, 323, 457)

Las tendencias actuales en cuanto a preservación y conservación de la salud, están


haciendo uso de todos los recursos disponibles para aumentar la longevidad, no sólo
en cantidad, sino en calidad, esto incluye:

 Alimentación sana y adecuada a la edad y requerimientos del adulto


mayor.

Ejercicio guiado por especialistas.


 Terapias psicológicas, ocupacionales, risoterapia y logoterapia
 Tratamientos médicos, geriátricos y gerontológicos.
 Uso de casas de descanso.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 78 de 107


4.2 Teorías sobre el envejecimiento

Teorías sobre el envejecimiento

Erickson David Levinson Jung Karen Horney, Rogers

Corresponde Las personas que La Con su teoría de la El concepto


la edad no se han individuació neurosis, expresa de vivencia
adulta tardía evaluado n y que ésta es una existencial
con la octava continuamente y trascendenci forma de hacer en la edad
fase del modificado sus a son dos más llevadera la adulta tardía
desarrollo estructuras de elementos vida como una corresponde
psicosocial: vida, pueden básicos en el manera de control a vivir en el
integridad del llegar a ser desarrollo interpersonal y aquí y ahora,
yo frente a la desesperadament saludable de adaptación. como una
desesperació e temerosas de la la madurez, Estableció 10 tendencia a
n. La muerte; de modo ya que en patrones de mantenerse
integración es contrario, esta etapa necesidades: en contacto
la quienes han puede surgir con la
culminación aceptado su vida, el verdadero Neuróticas, de las realidad, sin
de las siete pueden admitir yo mediante cuales las insistir en
etapas de manera más el equilibrio siguientes vivir en el
anteriores, fácil, la o integración corresponden a la pasado ni en
habiendo inevitabilidad de de las partes edad adulta tardía. el futuro; el
obtenido la muerte. La en conflicto Necesidad primero se
éxito en cada etapa de la de la neurótica de ha ido y el
una de ellas: integración no personalidad afecto y último ni
implica amor significa que a la , incluyendo aprobación, siquiera
al yo persona adulta aquéllas no indiscriminadament existe. El
humano, mayor, no le reconocidas e se busca otro
aceptando la preocupen los o aceptadas. complacer a los postulado de
vida que se problemas de la Al hacerlo, demás y ser Rogers, es la
ha llevado, sociedad y que la gente querido por ellos. tendencia
sin deudas en algún cambia su actualizante,
pendientes momento no le preocupació Necesidad como
por lo que no provoquen n hacia su neurótica de capacidad
pudo o debió desesperación al yo interno y poder, de control latente o
hacer. Las darse cuenta que lo espiritual, sobre los demás, manifiesta,
personas que no puede hacer renunciando de omnipotencia. de
llegan a esta nada por cambiar a la imagen Usualmente comprenders
etapa, sin el estado de de la acompañada de un e a sí mismo
aceptar lo cosas. juventud y rechazo por la y de resolver
forma en que reconociend debilidad, y una sus
han vivido, o su fuerte creencia en problemas

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 79 de 107


pueden caer mortalidad. los propios poderes de modo
en la racionales. suficiente
desesperació para lograr
n al Necesidad de la
percatarse admiración satisfacción
que no tienen personal, algunas y la eficacia
tiempo para personas están necesaria.
realizar los desesperadas en
cambios y ser admiradas; su
hacer las miedo se centra en
cosas bien, no ser nadie, no
porque no se ser importante y
puede no tener sentido
empezar de sus acciones.
nuevo. Necesidad
neurótica de
autosuficiencia e
independencia; la
persona siente que
no debería
necesitar de nadie
nunca, por lo que
tiende a rechazar
la ayuda y a
comprometerse en
una relación
afectiva.

(Elaboración propia)

4.3 Los aspectos cognitivos en el adulto tardío

Una forma de evidenciar el declive en la capacidad intelectual, en la edad adulta


tardía, es mediante los test de inteligencia. Hay casos en los que se han encontrado
índices menores del CI; esto se atribuye al deterioro neurológico, a las limitaciones
físicas-sensoriales, a los factores psicológicos (actitud derrotista), a la inadecuación
de las tareas, a la discontinuidad en la actividad intelectual y al descenso terminal.
“No se puede hablar de una disminución de la inteligencia. Lo que se modifica es
únicamente la rapidez de la capacidad de reorientación y combinación”. (Alfons, A,
Envejecer bien: un estímulo ético-teológico, p. 33)
Los adultos tardíos son capaces de aprender destrezas nuevas, siempre
que se les dé el tiempo necesario para hacerlo (ya que requieren mayor tiempo que
un joven), que se les estimule y tenga la paciencia suficiente para hacerlo. Debido a

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 80 de 107


que el mayor decremento se presenta en la incapacidad operacional de la memoria a
corto plazo, especialmente en la utilización de estrategias de codificación,
organización y recuperación de la información, que hace más difícil el aprendizaje en
la resolución de problemas, se han creado programas de entrenamiento que ayudan
y posibilitan el procesamiento de la información, reducen las diferencias en recordar
e invierten los declives en las habilidades de inteligencia fluida.

Como consecuencia de la disminución en memoria e inteligencia, se ven


afectadas otras funciones mentales como la creatividad, percepción, sensación o
imaginación. Nancy Denney afirma que las personas mantienen las habilidades
ejercidas (o utilizadas) mientras que suelen mostrar una decadencia en las no
ejercitadas, de ahí que quien pasó su vida sin detenerse a mirar y analizar, en esta
etapa de la vida no desarrollará la capacidad de observación y análisis, por ejemplo.
(Mencionada en Eugene, A. Lovelace, El envejecimiento y la cognición, los procesos
mentales, autoconciencia e intervención, USA, Elsevier publicaciones)

La sabiduría como conocimiento pragmático, permite que el adulto mayor


posea un gran desarrollo de la comprensión por medio de la experiencia y la
capacidad para aplicarla en asuntos importantes.

Según Paul Baltes, la sabiduría presenta cinco características:

1. La persona que tiene vastos conocimientos declarativos: posee estrategias


prácticas y teóricas para problemas concretos mediante la abstracción de
los conocimientos adquiridos.
2. Conocimientos procedimentales.
3. La vida es un contexto de aspectos interrelacionados. Las personas se
relacionan unas con otras. El otro se relaciona con muchas otras cosas.
4. La persona sabia es consciente de que los juicios y los conocimientos son
relativos, según los problemas de la vida. Nunca se encuentran con dos
problemas iguales.
5. La persona sabia tiene una conciencia que en último término, por mucho
que sepa, siempre tiene incertidumbre, no puede hacer predicciones. Hay
que asumir que las decisiones son riesgos y tiene que saberse equivocar.
(Baltes, Paul, B., “Psicología evolutiva del ciclo vital. Algunas observaciones
convergentes sobre historia y teoría.” En: Marchesi, A., Carretero, M.,
Palacios, J. (comps.) Psicología Evolutiva 1: Teorías y métodos, Madrid,
Alianza, 1983)

El deterioro de las facultades intelectuales puede ser algo previo a la muerte,


ya que antes de que esto ocurra, se puede presentar la caída terminal que ha sido
explicada como “disminución repentina y acusada de las destrezas intelectuales unos

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 81 de 107


pocos meses/años antes de la muerte”. (Stuart, H. I. Psicología del envejecimiento,
p. 253)

4.4 El adulto tardío sus los aspectos psico-sociales

En la actualidad, la perspectiva gerontológica con respecto a la familia, incluye


como prioridad, además de la educación de los hijos o la economía, a asuntos que
tienen que ver con la madurez y la vejez de los miembros de la familia, la viudez, el
apoyo familiar al envejecido y las relaciones y nexos que se tienen que continuar.
Una persona mayor que vive con su familia, está más estimulada, es más alegre y
dinámica que aquélla que vive sola o que está internada en un asilo o residencia
para mayores. De hecho, las personas mayores que viven solas son las que más
alteraciones psíquicas sufren y las que más expuestas están a las enfermedades, a la
depresión y a los síntomas neuróticos. (Rodríguez, Carrajo, Manuel, Sociología de los
mayores, p. 97)
Es probable que los padres de edad avanzada se depriman cuando por
enfermedad, carencia económica o cualquier otro motivo se ven en la necesidad de
depender de la ayuda de los hijos, la dependencia puede ser desmoralizante, pues
los padres no desean ser una carga para los hijos, ni agotar los recursos de éstos.
Los padres también pueden deprimirse si sienten que sus hijos no los cuidan.
(Papalia, Diane., Wendkos, Sally. y Feldman, D., Desarrollo humano, p. 703)

Los conflictos también tienen lugar por las diferencias de opinión, por la
brecha generacional existente entre unos y otros. Stassen y Thompson observaron
que esta situación lleva a que, en muchas ocasiones, las relaciones entre las
distintas generaciones sean superficiales, puesto que a ambas les preocupa no
entrometerse en la vida del otro. (Stassen, Berger Kahleen; Thompson Ross,
Psicología del desarrollo: Adultez y vejez, p. 220)

En la cultura iberoamericana lo más identificable en la relación familia –tercera


edad, es el rol de la abuelidad. (Orosa Fraíz T., La Tercera edad y la familia. Una
mirada desde el adulto mayor, La Habana: Centro Félix Varela; 2003)

La buena relación que se establece entre nietos y abuelos constituye una


experiencia positiva, es una fuente de renovación y vitalidad, pudiendo sentirse
orgullosos de los logros de los nietos, como alguna vez lo fueron de los hijos; lo
funcional de la relación, en parte, se debe a que los abuelos no tienen obligaciones,
responsabilidades ni conflictos. Otro aspecto relacionado con la vejez es la viudez;
debido a que la expectativa de vida de las mujeres es mayor que la de los hombres,
son éstas las que por lo regular tienden a quedar viudas.

Algunos autores mencionan que las mujeres superan de mejor forma la


pérdida de su pareja debido a que el contexto sociocultural les permite expresar

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 82 de 107


abiertamente sus emociones y buscar el apoyo de sus familiares y amigos, en tanto
que los hombres vivencian la viudez con mucho mayor soledad, debido a que por lo
regular no expresan sus sentimientos y se les dificulta buscar y aceptar ayuda. Como
consecuencia, de la jubilación y viudez, el tiempo libre es una constante en los
adultos tardíos, que tendrá que invertirse en algunas actividades, como juegos,
paseos, voluntariados sociales, participación en clubs para los mayores, etc., que
despierten en ellos la ilusión que los haga sentirse estimulados y, sobre todo,
miembros de un grupo social.

Relaciones Personales. Es importante que las personas de edad avanzada


cuenten, por lo menos, con un amigo, pues esto les permitirá no perder contacto con
la sociedad y ajustarse mejor a los cambios sufridos por la pérdida del rol laboral.
Aquéllos que tienen un círculo activo de amigos son más felices y saludables,
realizan más actividades en grupo y mantienen relaciones que los ayudan a
amortiguar el impacto del estrés en la salud física y mental. Las personas que
pueden confiar sus sentimientos y pensamientos y pueden hablar acerca de sus
preocupaciones y sufrimientos con amigos, enfrentan mejor los cambios y las crisis
del envejecimiento. (Papalia, Diane, Desarrollo humano, p. 703)

La intimidad es otro beneficio importante de la amistad para las personas de


edad avanzada que necesitan sentirse valorados y queridos a pesar de las pérdidas
físicas o de otro tipo. (Papalia, Diane, Desarrollo humano, p. 703)

Vinculado con la amistad se presenta la sexualidad, y aunque existe un declive


natural de la actividad sexual en los adultos, como consecuencia de los cambios
fisiológicos que tienen lugar en esta etapa, esto no significa que la actividad y el
interés sexuales desaparezcan. El declive sexual es consecuencia de un proceso
biológico, pero también es cierto que es una construcción sociocultural, ya que no es
bien aceptado que los adultos tardíos expresen su sexualidad, lo que lleva a
reprimirla, para no ser objeto de críticas o bromas. Al hablar de sexualidad en esta
etapa, se hace referencia al erotismo (afecto, las caricias, las palabras, etcétera), y
no sólo a la relación sexual que implica el coito, pero sobre todo se refiere a la
compañía de un cuerpo al dormir. Una relación poco analizada, pero que existe e
incluso se sugiere terapéuticamente, es la que se establece con una mascota; en el
caso de una persona de edad avanzada, la posible aparición de la temida melancolía,
ya sea por la viudez o por la imposibilidad de ser cuidado por su familia, puede
hacerse más llevadera con una mascota; un perro o un gato proporciona cariño,
compañía y mantiene entretenido, e incluso ejercitará al dueño.

LA MUERTE La muerte es un suceso que se presenta, independiente de la


edad, nivel socioeconómico o status que se tenga, puesto que, como dice la doctora
Elizabeth Kubler.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 83 de 107


“se trata de un acontecimiento puramente humano, de la misma manera que
lo es el proceso natural de un nacimiento”. (Kubler, Ross Elizabeth, La muerte un
amanecer, p.11)
El término muerte es la cesación de las funciones orgánicas y eso le ocurre a
todo ser vivo desde los animales hasta el ser humano; pero el ingrediente de la
conciencia hace de la muerte en el ser humano, un fenómeno complejo, pues no se
trata solamente de un hecho físico sino de un fenómeno biológico, social y
psicológico, por lo que el significado humano de la muerte debe considerarse en
estos tres aspectos. Algunas características de la muerte como cese de las funciones
físicas son las siguientes:
 Paradójica: para entender la muerte hay que entender la vida.
 Cotidiana: sucede a diario, en cualquier lugar.
 Natural: es parte del ciclo vital.
 Indeterminable: nadie sabe cómo, cuándo y dónde.
 Universal: todos los seres vivos, mueren.
 Única: toda persona tiene su propia muerte.
 Es un proceso: se inicia desde el nacimiento.
 Ucrónica: fuera de todo tiempo, nunca es tiempo para morir.
 Solitaria: al morir cada quien se va solo.
 Incomparable: no se puede comparar con otra muerte.

Existen, sin embargo, diferentes tipos de muerte, siendo posible que coexistan
dos o más al mismo tiempo, antes de que llegue la física. Se considera que el adulto
mayor está experimentando una muerte emocional cuando ha dejado de vincularse
con otros, de sentir, emocionarse y establecer nuevos nexos, aun cuando la familia y
amigos estén presentes. La muerte intelectual puede ocurrir cuando se deja de
aprender o se considera que ya se sabe lo suficiente para las actividades que realiza
y los años que le quedan por vivir. La muerte social ocurre cuando las relaciones con
otras personas que no pertenecen a la familia, ha dejado de existir, por lo que se
mantienen aislados del mundo, experimentando incluso temor ante los extraños. En
cuanto a la espiritualidad, puede presentarse también una pérdida en la fe, en las
creencias y la trascendencia, lo que genera preocupación y ansiedad, ante la
incertidumbre acerca de lo que ocurrirá al momento de morir.
El Instituto Mexicano de Tanatología señala que la mejor forma de disminuir
el sufrimiento ante la muerte cercana, es mediante un proceso de toma de
conciencia, que permita que la persona mayor o el paciente, se desahogue. Para
lograrlo, se trabaja con los siguientes aspectos:
1. La aceptación de la muerte inminente. Ayudar a comprender su naturaleza,
de tal modo que viva positivamente la última etapa de su vida.
2. Adueñamiento de la propia muerte. Que la persona resuelva sus problemas,
que exprese su voluntad, que considere su muerte como parte de su crecimiento
como ser humano.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 84 de 107


3. Aprovechamiento del tiempo que quede de vida. Considerar el último
tiempo como una oportunidad para lograr, en la medida de lo posible, concretar
sueños, anhelos, objetivos.
4. Encontrar un sentido a la propia vida. (Instituto Mexicano de Tanatología;
¿Cómo enfrentar la muerte?, México, Trillas, 2006

4.5 La educación en la vida del adulto tardío

Después de los 65 años de vida, pensar en estudiar formalmente requiere contar con
los recursos económicos y con las instituciones que oferten áreas de formación para
adultos, como son el Instituto Nacional para la Educación den los Adultos (INEA), y
en los estados, la Universidad para la Tercera Edad, así como los Centros de
Capacitación para el Trabajo Industrial (CECATI). La educación no formal se ha visto
favorecida con la presencia de los medios de comunicación, hoy también de
educación e instrucción, a través de publicaciones para adultos, programas
televisivos, uso de internet, audiolibros, etcétera.

La educación como proceso integral, puede tener algunos vacíos ya que la


escuela, familia, sociedad e instituciones formadoras no pueden atenderlos de
manera eficiente, enfocándose la mayoría de la veces al aspecto cognitivo; la edad
adulta tardía es quizá la etapa de vida con la oportunidad para lograr ese equilibrio,
para aprender por placer y tal vez para prepararse para el retiro laboral total. Es así
que la transición que habrá de ocurrir entre el trabajo y el momento del retiro puede
significar un cambio trascendente en la vida del adulto mayor; como ya se ha
mencionado supone perder o reducir los ingresos e independencia economía, pero es
importante la perdida de la identidad profesional, el status social, compañerismo y
estructura cotidiana del tiempo y actividades.
Existen tres momentos de jubilación:

1) Temprana: antes de los 65 años, debido a una mala salud, no querer trabajar
más o por despido.

2) En su momento: 65 años, implica mala salud o aspectos legales.

3) Tardía: más de 65 años, y corresponde a quien tiene un negocio o requiere


recursos económicos.

En cualquier caso, supone un cambio brusco de la actividad a la inactividad


y aunque se considera un proceso continuo del cual se está enterado, no deja de ser
impactante, por tal razón se plantea como una serie de etapas que van preparando
para cuando esto llegue finalmente. En los años de 1970, Atchley propuso las
siguientes fases: (Mencionado en: Meléndez, Juan C., “Percepción de relaciones

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 85 de 107


sociales en la tercera edad”, Geriátrika: Revista Iberoamericana de Geriatría y
Gerontología, 15(1), pp. 18-22, 1999)

 Fase de prejubilación: la persona se plantea expectativas sobre cómo será


la jubilación y establece objetivos más o menos alcanzables.
 Fase de luna de miel: en la que se intenta hacer todo lo que se deseó y no
se pudo cuando se trabajaba.
 Fase de desencanto: al no cumplirse las expectativas y no encontrar
actividades satisfactorias.
 Fase de reorientación: en la que se empiezan a formar expectativas más
realistas sobre la jubilación.
 Fase de estabilización: consigue un ajuste entre las percepciones y la
realidad.

La actitud con la cual la persona enfrenta el momento del retiro, ayudará a


transcurrir por la etapas de forma más fácil y tranquila, por ejemplo, una actitud
positiva permite visualizar y aprovechar las ventajas de estar libre de obligaciones
laborales. Aunque las actitudes hacia la jubilación son muy variadas, se pueden
ubicar cinco: rechazo, aceptación, liberación, oportunidad y ambivalencia. (Tomado
de: Agulló Tomás, Ma. Silveria, Mayores, actitud y trabajo en el proceso de
envejecimiento y jubilación: una aproximación psicosociológica, Madrid, Universidad
Complutense de Madrid, servicio de publicaciones, 2003)

De las actitudes positivas depende en gran medida que la salud física y


emocional no decaiga tras el retiro, que se disfrute esta nueva etapa y se aproveche
mejor el tiempo libre; que exista bienestar en general. Todas las personas mayores
son supervivientes, es un premio que no todos los detractores jóvenes vivirán lo
suficiente para proclamarse de sí mismos, éste es el único hecho que describe a una
persona mayor. (Stuart, Hamilton, I., Psicología del envejecimiento, p. 224)

5.- LA SENECTUD

5.1 Senectud: curiosidad y respeto por la vida de los ancianos en los


distintos países.

De Beauvoir Simone (De Beauvoir, Simone. Óp. Cit. pp.130-131, 133) , al hacer un análisis
sobre la vejez en el pensamiento de Platón y de Aristóteles, menciona que ―estos
dos grandes filósofos llegaron a conclusiones opuestas: Platón se relaciona más con
opciones políticas cuando escribió la Republica era muy joven cuando la escribió,
Platón pone en boca de Céfalo un elogio de la vejez: ―en la misma medida que se
debilitan los otros placeres—los de la vida corporal— aumentan en cuanto a las cosas
del espíritu, mis necesidades y mis alegrías‖ y Sócrates añade que uno se instruye

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 86 de 107


en contacto con los viejos. Céfalo; comenta, la vejez hace nacer en nosotros un
sentimiento de paz y aberración. Estableciendo el valor de la vejez, Platón concluye:

"Los viejos deben ordenar, los jóvenes obedecer".

A los 80 años Platón (Platón, según cita de De Beauvoir, Simone. Óp. Cit.
pp.130-131, 133. Cfr. Diálogos de Platón) vuelve largamente sobre la cuestión en
las leyes, insiste en varias oportunidades, en las obligaciones de los hijos con
respecto a los viejos padres. ―No podemos poseer objeto de culto más digno de
respeto que un padre o un abuelo, una madre o una abuela abrumados de vejez.

La filosofía de Aristóteles dice: “El alma en él, no es el puro intelecto,


hasta los animales tienen una y está en relación necesaria con el cuerpo Es preciso
que el cuerpo permanezca intacto para que la vejez sea feliz: “una bella vejez es la
que tiene la lentitud de la edad pero sin invalidez. Depende al mismo tiempo de las
ventajas corporales que se tengan, pero también al azar (escribe en la Retórica)
.Aristóteles aparta a los viejos del gobierno, tanto por razones psicológicas, como
por sus concepciones sociales, "No podemos tener una política que mantenga en
buen orden y que esta sea anciana”

Cicerón, en razón del tema discutido dice al respecto: "En la extrema


miseria, la vejez no puede ser soportable ni siquiera para un sabio", admite Cicerón.
Pero los míseros no son senadores y de estos se trata. Cicerón quiere demostrar que
la edad lejos de descalificarlos, aumenta sus aptitudes. Para ello finge dar la palabra
a Catón un viejo que todavía a sus 80 años estaba en posesión de todas sus
facultades. La vejez tiene mala fama reconoce catón, pero es por causa de perjuicios
que se dedicara a destruir.”

La vejez en la filosofía Europea Sin lugar a dudas es en Europa,


comúnmente llamado - el viejo continente- , como la cuna de los grandes escritores
que tratan sobre la vejez y toman esta figura para enriquecer grandes obras
literarias, así como cuestiones filosóficas, no solo escribiendo sobre su persona sino
también porque eran el fundamento de grandes enseñanzas, y hasta nuestros días
en Europa existe un gran porcentaje de Adultos Mayores, contrario al continente
americano, los eventos históricos de conquista y descubrimiento de los europeos a
América hicieron posible que de ellos tomáramos muchas cosas filosóficas, así como
sistemas jurídicos, aspectos doctrinarios y formas de pensar de tipo espiritual. A este
respecto la autora y escritora francesa Simone De Beauvoir, escribe lo siguiente:
―En cuanto al cristianismo de la sociedad este heredo ideológicamente el
pensamiento antiguo-- ya que tenia de la vejez una imagen muy sobria. El
cristianismo asumía en principio la tradición del decálogo que ordenaba honrar a los
padres (De Beauvoir Simone. Óp. Cit. pp. 150-151)

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 87 de 107


Durante el bajo imperio y la alta edad media, los viejos estuvieron casi
excluidos de la vida pública; los jóvenes manejaban al mundo la única excepción que
hubo es que en el siglo VII Gindasvinto fue elegido rey a los 79 años, Carlo Magno
reino hasta los 72 años. Hasta los papas en esa época eran en su mayoría jóvenes,
era una sociedad fuerte en esta época, ya que se trabajaba mucho y se peleaba, los
héroes son hombres muy fuertes. Las relaciones de los nobles viejos y jóvenes de la
sociedad feudal son notorias (….). El buen caballero es un
buen atleta, el cuerpo bien hecho, dotado de un vigoroso apetito, amante de la
guerra, la caza , los torneos, este tipo de hombre era el que sobresalía en esta
época(...) Hasta el siglo XVIII o XIX en que aparece la burguesía.

Solo el adulto es considerado. Durante este periodo los jóvenes


continuaban dirigiendo al mundo. A partir de Barba Roja que gobernó hasta los 68
en el siglo XII- el jefe supremo del Imperio Germánico fue siempre un hombre en la
fuerza de la edad.9 Notaremos que en esta época de la historia la guerra y las
grandes batallas era lo que prevalecía, la dominación, repartición y ocupación de
territorios prevalecía a través de las armas, así se consolidaba y se consolido el
continente europeo en el pasado, el presente y el futuro.

En 1265 Felipe de Novara habla de los cuatro tiempos de la edad del


hombre, cada uno se compone de dos periodos de 10 años. "La vida de los viejos no
es más que trabajo y dolor y concluye que después de los 80 no queda más que
desear la muerte. La edad media como la antigüedad acaricio el sueño de una
victoria sobre la vejez. La idea de rejuvenecimiento la ha obsesionado, tal es así que
hay varias fantasías de rejuvenecer, como el lago mágico que rejuvenece a los que
se sumergen en él, otra la fuente de la juventud etc. La historia de la vejez, no
puede quedar al margen del presente estudio, quizá la mayoría de los seres
humanos no quisieran llegar a viejos, pero de acuerdo a las leyes físicas, así como a
las ciencias biológicas, somos seres vivientes racionales que nacemos, crecemos, nos
desarrollamos y que necesariamente tenemos que morir, nuestro transito sobre el
planeta tierra está determinado, la prueba está en la historia de la senectud, grandes
hombres en este periodo considerado como tal, dan testimonio de ello, la existencia
del hombre en el pasado ha dejado antecedentes muy interesantes y que de ello
tomamos ejemplo de su valentía y de sus conocimientos, al descubrir a través de la
medicina como retrasar el envejecimiento, se ha logrado mucho bajo este aspecto
sin embargo tales logros son temporales, el ser humano se obsesiona tanto que
pierde de vista su relación con su creador (Dios) el único que puede darnos vida
eterna. Bien sabemos que el utilizar la frase de un ―sabio anciano‖ a la edad de 42
años, era precisamente por el gran reconocimiento que en esa época se le daba a la
vejez, y si el personaje de Carlos V, tenía liderazgo y conocimiento acumulado a esa
edad, bien le valía tal reconocimiento.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 88 de 107


En Venecia, Dante considera a la vejez como pesimista. Compara la línea
de la vida humana con un arco que sube de la tierra al cielo... el cenit se sitúa a los
35 años, de los 45 a 70 es el tiempo de la vejez.

Desde el antiguo Egipto hasta el renacimiento, el tema de la vejez ha sido


tratado casi de manera estereotipada. Las mismas comparaciones, los mismos
objetivos. Es el invierno de la vida. La blancura del pelo, de la barba, evoca la nieve,
el hielo. Estos estereotipos se perpetúan en parte porque el viejo sufre un destino
biológico inmutable. Si algo queremos conocer de la vejez no hay otra autora como
Simone De Beauvoir la que explica en términos claros y precisos en cualquiera de
sus innumerables obras sobre el tema expuesto, sin embargo, en cualquier parte del
mundo la vejez siempre tendrá dos caras una como los grandes hombres de respeto
y admiración y otra como un cuerpo físico, que cae en un estado deplorable, débil y
marginado por la familia y por la sociedad, así como por el Estado que lo coloca en
situación de vulnerabilidad al no existir la suficiente legislación penitenciaria sobre la
dignidad del mismo al interior de tales Instituciones y tanto en la antigüedad como
en el presente siempre nos enfrentaremos al mismo panorama, las circunstancias de
hoy nos obligan a legislar sus derechos sobre su persona, hace siglos existía la
indigencia y la falta de dignidad para tales personas, con la única diferencia de que
en esta época contemporánea la situación de la vejez ha aumentado como producto
de la gran explosión demográfica en México y en el mundo.

En el siglo XVIII en toda Europa la población se rejuvenece, gracias a una


higiene mejor... el mejoramiento de las condiciones materiales, favoreció la
longevidad. Muy raros antes de 1749, los hombres de 80 años y aun los centenarios
se multiplicaron. Pero ese progreso solo se mantenía en las clases privilegiadas, en
estas clases los hombres de edad se beneficiaron del salimiento general de las
costumbres. Gracias a los procesos técnicos, la vida material se hizo en Europa más
confortable y menos fatigosa...los sexagenarios intervienen en la vida social, iban al
teatro, frecuentaban los salones etc.

En Francia de 1789 a julio de 1790 en todas las fiestas de la federación se


rendía honores a los viejos. En la fiesta del 10 de agosto de 1793, 86 ancianos
llevaron los estandartes de los 80 departamentos.

En el siglo XIX Europa se transforma, los cambios que se producen tienen


una influencia considerable en las condiciones de los viejos y en la idea que la
sociedad se hace de la vejez, se produce en casi todos los países un extraordinario
empuje demográfico, toda la población europea aumenta, el número de viejos
aumenta. Este aumento unido al progreso de la ciencia, conduce a reemplazar los
mitos de la vejez por un verdadero conocimiento y este saber permite que la
medicina cure y cuide a las gentes de edad. En este siglo los viejos son explotados,
solo unos cuantos viejos son privilegiados, viejos obreros reducidos a la indigencia y

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 89 de 107


al vagabundeo, viejos campesinos tratados como bestias. Los ancianos pobres se
situaban en lo más bajo de la escala social.

En el siglo XIX al cual hace referencia la autora Simone De Beauvoir en


nada ha cambiado la condición de los ancianos, en cualquier parte del mundo lo
antes citado se sigue dando así en América como en Europa, simplemente lo que nos
diferencia son las estadísticas sobre los mismos, es un hecho muy notorio que en
América y especialmente en México, tal condición prevalece más en cuanto a la
indigencia y descuido de nuestros ancianos,

En 188016, en Alemania, Jacobo Grimm pronuncio un discurso sobre la


vejez que se hizo célebre y que concluye así: "Creo haber dado pruebas en apoyo de
la opinión de que la vejez no representa una simple decadencia de la virilidad; sino
que lleva en si su propia potencia que se manifiesta con arreglo a las leyes y
condiciones propias. Es el momento de una paz y una calma que no han existido
antes y a ese estado han de corresponder efectos particulares. No es mucha la
diferencia de tiempo del año 1880 a nuestros días, si en ese entonces se reconocía a
la vejez, inclusive siglos atrás, consideramos que en este siglo XX tiene mucho auge
tal reconocimiento de este sector de la población, desde las legislaciones propias de
cada país, así como los documentos, figuras o declaraciones emitidos por las
Naciones Unidas, de reconocimiento a la vejez en materia de derechos humanos y
dignidad humana, así como de organismos e instituciones privadas como la
Federación Internacional de la Vejez por mencionar solo algunos.

Aspectos Históricos de la Vejez en el México Prehispánico El hacer un viaje


al pasado para tratar el tema de la vejez, sin que en esa época se les conociera
como Adultos Mayores, es simplemente para darnos cuenta de cómo el anciano toma
importancia en la historia de nuestro México antiguo, y fortalecer así mismo su
persona en el presente trabajo desarrollado, existen innumerables historiadores que
hablan sobre el tema, como el que hicieron posible publicar los colaboradores de la
página electrónica en consulta, tal es así que los mismos se apoyan en el gran
historiador mexicano López Agustín que habla de la vejez en el México prehispánico
en estos términos:

En México en la época prehispánica se reconoce la senectud o vejez y se le


denomina ―huehueyotl, y a las personas que alcanzaban esta etapa o condición se
les reconocía como ―huehuetain (reverenciado anciano) o ―llamatzin (reverenciada
anciana). Así mismo se apoyaba a los sobrevivientes de la guerra, a los que padecían
enfermedades o a los que perdían en trabajo a quienes se les llamaba ―meuques‖
otorgándoles una pensión. Por otro lado, se reconocía a la longevidad máxima de
104 años como Huehueriliztli (Página electrónica consultada ―La Vejez en México en
la Época Prehispánica‖ Publicado por: webvejez,blogspot.mx/2011/10/la-vejez-en-
mexico-en-mexico-en-la.html) (cumplimiento de la vejez).

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 90 de 107


De acuerdo con Lopez-Agustin (1996)18 ―también se distinguía entre
quienes llegaban a la ancianidad en pleno uso de sus facultades mentales y los que
se habían convertido en una carga social. (…) De las mujeres ancianas se resaltaba
su papel positivo para la cohesión familiar, la dirección que ejercían sobre las
mujeres de la casa por lo que respecta a su manejo y el de las labores manuales y
su papel como símbolos del linaje. (…) Un concepto importante es el denominado
―atadura de años‖ que abarcaba los 52 años, cuya tradición prehispánica establecía
que quienes llegaban a la ―atadura de años, iniciaban el ciclo de la vejez, la cual
podía prolongarse en casos excepcionales hasta los 104 años y recibían el nombre de
―huehueriliztli (cumplimiento de la vejez). El atado de manos se establecía cuando
el nombre del día del calendario solar y el lunar volvían a coincidir cada 52 años por
lo tanto, vivir 104 años, implicaba haber recorrido dos veces ese lapso y de esta
manera se reforzaba el tonalli, una de sus entidades anímicas.

(¿Quién es?) López Austin, Alfredo (Ciudad Juárez, Chihuahua; 1936).


Historiador mexicano. Es uno de los más connotados estudiosos del México
precolombino, experto en cosmovisión mesoamericana y en los pueblos indígenas de
México. Es investigador emérito del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y profesor de Cosmovisión
Mesoamericana en la Facultad de Filosofía y Letras de la misma universidad (…).
Página electrónica consultada con el título de: ― Dr. Alfredo López Agustín

5.2 Adaptación y conciencia del propio ser dentro de la propia familia

Para las presentes generaciones de jubilados, cuando han sido trabajadores en


activo, han tenido jornadas laborales prolongadas y por tanto con escaso tiempo
libre; tanto para el descanso como para otras actividades. Moragas (1.998:237)
afirma que cuando llegan a la jubilación, el tiempo libre es excesivo y puede
convertirse en un peso como lo fue en la etapa anterior el trabajo. Por ello, el tiempo
libre, si no se llena de actividades con significado para el sujeto, puede ser una
pesada carga.

El autopercibir positivamente su estado actual tiene que mucho que ver con
poder ocupar en gran medida los espacios de ocio que durante la vejez adquieren
gran relevancia y quedan de manifiesto en expresiones tales como “estar ocupado”,
“no quedarse en casa encerrado”, que traen aparejados sentimientos de bienestar
tanto físico como psíquico. La permanente actividad en tareas libremente elegidas y
dirigidas a su propio bienestar junto al placer de disfrutar del tiempo libre en labores
de aprendizaje, creación, recreación, solidaridad... les permiten, por un lado,
redefinir su lugar social, no a partir de un mero entretenimiento para matar el
tiempo sino desde un lugar responsable y comprometido que les da acceso a tener
proyectos, tener futuro. -“Esto me brotó de adentro, sentí la necesidad de colaborar,
participar. Quise siempre la satisfacción personal, que es fuente de estímulos y da
continuidad a la vida”. ( Elsa, 78 años). Por otro lado, esta elección que les permite
según el decir de ellos, “ tener algo en la cabeza para pensar”, ocurre en un
momento de la vida en el que es necesario compensar pérdidas con ganancias

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 91 de 107


puesto que el individuo asiste a vivir su retiro del trabajo, la jubilación, los hijos que
se independizaron, las muertes cercanas, el cuerpo que cambia, las canas, las
arrugas...Cambios en lo biológico que el cuerpo denuncia y que traen aparejados
cambios psicológicos importantes y que implican espacios vacíos necesarios de llenar
para no caer en la enfermedad o el aislamiento social. Estos espacios se llenan,

Siguiendo a Viguera (1999),”incorporando nuevas conductas que permitan, a


través de un estado de bienestar, desarrollar una vida activa y plena que preserve y
fortalezca su salud física y psíquica.” Todo comienza por uno mismo. Desde los
testimonios vertidos se puede inferir que la participación social significativa es una
estrategia de afrontamiento válida para encarar esta etapa con optimismo y vigor,
puesto que a través de ella se pueden re-definir metas que contribuyen a disfrutar
de la vida, a tener ganas de seguir viviendo y asumir nuevos roles sociales que les
permiten ser protagonistas de su propio envejecimiento, porque como dice Hegel
“cuando el hombre actúa sobre la naturaleza para cambiarla, cambia su propia
naturaleza...”. Motivaciones para la participación social significativa. “Quién tiene un
por qué para vivir, encontrará, casi siempre el cómo”.

F. Nietzsche Para lograr un envejecimiento saludable es necesario que las


personas encaren intencionalmente su proceso de envejecer y dentro de los
márgenes fijados por el contexto social, envejecer bien o mal, dependerá en gran
medida de los mismos sujetos que envejecen y de las ofertas que existan dentro del
contexto socio-cultural en el que están insertos. Considerando que el escenario
socio-cultural actual brinda pocos o casi ningún espacio de participación social
genuino para el adulto mayor de este principio de milenio, es muy importante la
construcción de sus propios espacios, donde desarrollen y refuercen sus habilidades
y capacidades en vista de mejorar su vida cotidiana y elaborar un proyecto de vida
saludable, que mantenga y o eleve su autoestima y fortalezca los lazos sociales con
sus pares, familiares y su comunidad.

• Necesidad de logro: Considerada por Murray (1.938) como una de las 20


necesidades básicas del individuo, se define como un conjunto de deseos asociados
con solucionar cualquier dificultad, dominar, manipular u organizar ideas, objetos
físicos o personas, competir con los demás y superarlos y conseguir una alta
autoestima. Esta necesidad, posiblemente atemperada por los años vividos y la
experiencia incorporada a través de los mismos, es representativa de aquellos
adultos mayores que han ejercido durante sus años jóvenes roles más activos. Aquí
nuevamente tenemos una cuestión de género. Son los hombres, los que a través de
sus expresiones manifiestan más claramente esta necesidad, posiblemente porque
durante el desarrollo de su vida activa desempeñaron roles productivos, proveedores
de recursos económicos. -“También he incorporado aquí al centro mi experiencia ¿no
cierto?, mi experiencia de tantos años de actividad. Porque nosotros desde nuestro
empleo de policías ¿no? Hacemos acción social. También el orgullo de haber
participado, de haber colaborado con la gente.”. Manuel (70 años). -“El motivo...
cuando a uno lo que le gusta es trabajar para uno y todos los demás. Conseguir
cosas, conseguir mejoras. Mejorar dentro de lo que uno es. Luchar para mejorar".(
Ernesto 81 años). Lo presentado hasta aquí intenta señalar algunos de los múltiples
motivos que impulsan a los adultos mayores a dedicar parte de su tiempo libre en
actividades de participación social, que los lleven a incorporarse a espacios más allá
de su entorno familiar. Seguramente y como se señaló de este capítulo, estudios

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 92 de 107


más amplios arrojarán mayor información que amplíe y enriquezca este aspecto
psico-social de la vida en la tercera edad, en el que entran en juego
condicionamientos individuales y sociales. De lo que sí es posible dar cuenta desde
este trabajo de investigación es que, impulsados por razones que tengan que ver con
su historia personal y/o su contexto socio- cultural, todos y cada uno de ellos se han
erigido como protagonistas en este proceso de envejecer, que les permite ocupar un
espacio y este espacio es testimonio de que quién lo ocupa existe verdaderamente. -
“Tengo un entretenimiento, tanto mi señora como yo. Usted sabe que aquí ¡nos
olvidamos de tantas cosas! ”. (Carlos, 78 años). -“Y...como jubilado tengo algo para
hacer, porque no se puede estar parado en la casa. Hay que tener alguna
responsabilidad, hacer alguna cosa” (Luis, 69 años) -“Es una actividad” (Olga, 69
años). -“Es una distracción.”(Ángel, 65 años) -“Hacer algo distinto” (Alicia, 75 años)
-“Es vivir” (Ortello, 80 años) -“Y pienso que son esas cosas que se llevan adentro
¿viste?...” (Adela, 76 años).

La participación social desarrollada a partir de su experiencia en los Centros de


Jubilados y Pensionados y puesta de manifiesto en la cotidianidad de sus vidas, les
brinda la posibilidad de concretar esfuerzos para recuperar potencialidades y
reelaborar su autoconcepto, posicionándolos como individuos útiles y vitales. Es la
puerta a la posibilidad de actuar y participar en la sociedad, concretando proyectos
que les permiten sentirse aptos para la vida, capaces y valiosos, requisito
fundamental para un envejecimiento satisfactorio así como un ordenador de tiempos
y espacios que actúan como sostén en otros momentos donde invade la soledad, la
tristeza y el dolor. Desde esta mirada, la frase “se envejece como se ha vivido” deja
de tener vigencia puesto que si bien las formas en las cuales ha transcurrido la
existencia condicionan el envejecer, de ninguna manera lo determinan (Zolotow;
2002:112).

Zarit menciona que son las familias las que con mayor frecuencia se encargan
del cuidado de los ancianos dependientes, durante periodos prolongados, para hacer
frente a una sociedad que envejece. El autor considera que la responsabilidad no
puede recaer sólo en la familia; por la intensidad y costo de las cargas sugiere una
responsabilidad compartida, creativa, que se consideren las necesidades de la
persona cuidada y del cuidador, por lo que es necesario realizar estudios que
conduzcan al logro de mejores estrategias de intervención.

Un estudio cualitativo de calidad de vida de los cuidadores familiares de


adultos mayores con dependencia funcional, menciona la soledad, el aislamiento
social, la sobrecarga de trabajo, el deterioro de la salud física y mental, y el olvido
de sí mismo, como consecuencia del desempeño del rol de cuidador. Existen escasos
y poco concluyentes estudios que determinan si la condición de dependencia de la
persona cuidada se relaciona en forma directa con la sobrecarga percibida por el
cuidador; al respecto Ocampo et al. Mencionan que "Zarit et al. No encontraron
asociación entre el deterioro en las Actividades Básicas Cotidianas (ABC) físicas y la
carga del cuidador".

Debido a que los cuidadores representan un recurso muy valioso para alcanzar el
bienestar de la población que cuidan y que el desempeño de este rol les puede
provocar consecuencias negativas para su salud, surge la necesidad de conocer
desde la perspectiva de quienes cuidan, cuál es el nivel de sobrecarga en el

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 93 de 107


desempeño del rol y cuáles son los factores relacionados para poder establecer
estrategias de intervención que permitan prevenir o detectar precozmente la
sobrecarga en los cuidadores familiares.

5.3 Intereses y grupos de apoyo

Los Centros de Jubilados: su alcance Analizando el desarrollo y el funcionamiento de


los Centros de Jubilados seleccionados en esta investigación, como grupo de
pertenencia, evidencian una gran capacidad de gestión, fruto de las capacitaciones
que les permiten apropiarse de herramientas básicas para la ejecución de las tareas.
Responden a las demandas propias de su grupo de pares, los que les permite asumir
un rol preponderante y a la vez, valorizar la tarea de las personas mayores de la
zona. Le otorgan al adulto mayor una identidad que lo hace, no solo parte de un
grupo, sino que lo convierten en partícipe de los frutos que se consiguen. Al tener la
oportunidad de investigar al interior de estas organizaciones de mayores, se
observan las siguientes características:

• El compromiso solidario con los socios y beneficiarios del centro.

• La responsabilidad en la ejecución de las tareas.

• La continuidad de las mismas.

• La voluntariedad de los trabajos, nadie percibe honorarios ni pagos.

• La positiva repercusión social que brindan “estos adultos mayores, viejos o


jubilados”.

Respecto a los integrantes:

• La satisfacción por la tarea que realizan.

• Desarrollo y crecimiento personal: el hecho que cada persona pueda expresar sus
opiniones, realizar acciones o tomar decisiones, le otorga una mayor
autovalorización, base para el crecimiento y desarrollo humano.

• Compromiso con la organización e integración al grupo: ayuda a mejorar el


accionar y cumplir con eficacia los objetivos que se han propuesto.
• Práctica concreta de la democracia: la participación social significativa implica
conocer y practicar una serie de normas, valores y actitudes que sirven como
aprendizaje para la vida colectiva y la participación en sociedad.

El Centro de Jubilados: su organización interna La figura del presidente de


la comisión directiva es de vital importancia en la estructura de la organización: -

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 94 de 107


“Siempre ha ocurrido lo mismo en las comisiones directivas: “que vaya el
presidente”, “el presidente lo va a ver”. Es el presidente el que tiene la iniciativa sea
como sea ¿no? Quiero decir proponer, lo plantea y juntos se decide que hacemos”
(Carlos, 78 años). -“Por supuesto, siempre tiene que haber un conductor y tiene que
ser el presidente” (Manuel, 70 años). -“A mí me dicen, vos eres el presidente, tienes
que decidir”. (Amalia, 77 años). Las comisiones directivas de los Centros de
Jubilados funcionan conforme a las capacidades de sus miembros, con una relación
ascendente de autoridad puesta en la figura del presidente. Es un cargo que implica
ejercicio de poder y quien lo asume cumple una función social de cierto
reconocimiento en su comunidad.

A pesar de visiones diferentes, al momento de ponerse de acuerdo en la


determinación de objetivos y tareas, requieren del consenso de la mayoría. El
diálogo es el primer recurso a utilizar, llegando a la votación cuando la circunstancia
así lo requiere. -“Siempre para llegar a una conclusión nos ponemos de acuerdo.
Siempre hay una mayoría ¿verdad? Siempre hay una mayoría que se respeta,
porque es muy difícil el empate ¿no? o que todos piensen igual. Entonces siempre
hay respeto.” (Elsa, 78 años). -“Y con el diálogo ¿eh? Siempre con el diálogo.”(Nelly,
67 años). - “Se habla, se discute, se trata” (Rosa, 67 años). - “Se trata de llegar a
una solución de alguna manera u otra pero llegado el caso, si tenemos que votar
porque moción vamos, lo hacemos”: (Manuel, 70 años). Siguiendo a Vargas (2003)
el Centro de Jubilados representa una práctica diaria de la libertad y democracia

Los adultos mayores inmersos en un escenario social que a partir de la


jubilación los desplazó, asignándoles un rol pasivo, se integran a sus grupos de pares
impulsados por diversos motivos propios de la condición humana. ¿Qué motivos los
impulsan a resistir a estos designios y a asumir nuevos roles a pasar de ser una
individualidad con un destino incierto a miembro de una grupalidad, planteando
objetivos y satisfaciendo necesidades en común? En términos generales, las
motivaciones son los impulsos que mantienen en acción a los seres humanos y
continuando en esta línea; explica Moragas (1998:91) que al aumentar la edad de
los sujetos disminuyen obviamente las oportunidades, por lo que cabe esperar una
disminución en las fuerzas para lograr objetivos económicamente competitivos. Pero
sin embargo, otras actividades como la académica, la profesional y/o social, las
cuales permiten una variedad de puestos y posibilidades, resultan frecuentes en el
caso de personas que mantienen una elevada motivación hasta la muerte.
Tournier (1.971) parte de un significado de vejez como apertura a nuevas
posibilidades, a partir de una reconversión de la actividad profesional o laboral en su
juventud o adultez y lo asocia con la ocupación del tiempo libre de los mayores.
Menciona además, que la actividad elegida debe ser tomada como la segunda
actividad. La primera habrá sido la de su vida laboral activa, antes de jubilarse. La
segunda actividad no será entonces un mero entretenimiento para matar el tiempo
libre, sino que permitirá cultivarse, desarrollarse, contribuir al progreso de la

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 95 de 107


humanidad, dar un sentido a la vida. Moragas (1.998:247) destaca además que las
actividades de participación social desarrolladas en la vejez otorgan la posibilidad de
relacionarse grupalmente, satisfacer la necesidad de asociación, gregarismo y
desempeño del rol social, convirtiéndose al mismo tiempo en fuente de identidad y
equilibrio personal, identificación social y desarrollo de aptitudes. Adhiriendo a lo
planteado por estos autores y desde una orientación psicosocial, luego de analizar
las expresiones vertidas por los entrevistados, se han encontrado algunas variables
que motivan la participación significativa de estos adultos mayores, a partir de los
Centros de Jubilados que los representan.

Variables que deberán ser analizadas con profundidad en estudios


posteriores, para poder ofrecer al lector resultados más acabados.

• Necesidad de afiliación: A través de ella, las personas buscan el contacto con otros
semejantes (compartir objetivos comunes, nuevos contactos sociales, necesidad de
conformar una identidad colectiva...). -“Uno sale, trata con mucha gente, cuántos
que vienen y después esto de comisión, que a veces hay algo nuevo y así...”
(Amalia, 79 años). -“Más amistades, más gente, estar entre más gente.” (Luis, 69
años) -“Es salir, compartir con gente. Yo me muero si tengo que estar encerrada en
la cocina todo el día. ¡Qué sé yo...! conversas con gente, es otra vida.” (Ada,67
años). Esta necesidad de estar en contacto con otras personas, conocer gente nueva,
tiene que ver con el deseo de continuar vinculado al mundo, manteniendo e incluso
profundizando las relaciones de afecto y amistad establecidas con las personas que
los rodean, así como establecer nuevas amistades que amplíen el espectro social que
muchas veces, con el retiro laboral, se ve disminuido.

• Altruismo: Se ha definido al altruismo como una conducta o conjunto de conductas


dirigidas a ayudar a otros, sin que la persona que lo realice espere obtener
beneficios. Trayendo a colación un dicho popular que dice “por lo general, es en la
vejez cuando el ser humano descubre que tiene dos manos: una para su auto
manejo y la otra para ayudar a los demás”, se observó que esta necesidad de ayudar
quedó expresada en el testimonio de la mayoría de los adultos mayores
entrevistados, dirigida principalmente a sus pares, focalizando aquellos que
presentan mayor vulnerabilidad socio-económica y familiar. Cabe señalar que las
mujeres expresaron sentimientos muy firmes al respecto, lo que posiblemente esté
relacionado con el rol que se les asignó y el que han desempeñado a lo largo de su
vida: rol reproductivo (valores domésticos) y oferente de servicios. -“Quedar bien
con la gente, principalmente los viejos que ¡probrecitos! vienen por un pedazo de
pan.” (Amelia, 77 años) -“Eso me brota a mí... esa inquietud que tengo de no estar
quieta y de estar como quien dice (no sé si está bien que yo lo diga) al servicio de
los demás.” (Elsa, 78 años) -“Yo me siento muy reconfortada y siento como una paz
interior cuando hago una obra de bien o ayudo a los demás...”

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 96 de 107


(Nelly, 67 años). La vejez es un período de la vida en el que la persona
tiene el tiempo, la experiencia y la sabiduría suficientes como para aportar desde el
trabajo solidario experiencias muy positivas para su comunidad y así como también
fuerzas y ganas para luchar para dejar a las nuevas generaciones un mundo mejor.
Posiblemente las palabras vertidas por Amalia (79 años) lo ejemplifiquen: -“Uno se
siente bien cuando atiende a los demás. Por lo menos uno ve que sirve de algo ¿no?”
Expresión que coloca en clara evidencia la necesidad que tiene el adulto mayor de
nuestra época de ratificar permanentemente su presencia en la sociedad a través de
acciones que demuestren que se puede ser útil, no sólo por medio del trabajo y la
producción de bienes tangibles, sino también desde un lugar diferente. Desde un
lugar donde se demuestra que el bien producido puede ser un servicio solidario
destinado a los que lo necesiten, más allá del consumo.

5.4 Las actividades recreativas y de aprendizaje

•ADULTO MAYOR SANO: Individuo que se adapta a sus disminuciones físicas y puede
compensar pérdidas con ganancias, encontrando medios en el presente para
recuperar y reorganizar su autoestima. Aquel que aún en la vejez puede descubrir
nuevas potencialidades, nuevos desafíos, nuevos amigos. (O.M.S. 1999)

•VEJEZ ACTIVA: 20 ¿Qué es una vejez activa? es una vida productiva y sana en la
familia, en la sociedad y la economía, en la que se refleja el deseo y la capacidad de
la persona de edad para mantenerse involucrada en las actividades productivas. Es
una vejez saludable que permita el compromiso continuo con la vida a la vez que
continuar contribuyendo al bienestar de la familia y de la comunidad.

•PARTICIPACION SOCIAL: Proceso social que supone el ejercicio permanente de


derechos y responsabilidades que permite poder generar alternativas de acción para
el mejoramiento de la calidad de vida. (Caplan y Keane, 1985).

•PARTICIPACION SOCIAL SIGNIFICATIVA: Proceso de interacción personal que


consiste en tomar parte activa y comprometida en una actividad conjunta, la cual es
percibida por la persona que la realiza como beneficiosa para él y para el contexto
que lo rodea. (Monchietti, Alicia 2.000)
•CALIDAD DE VIDA: Percepción que un individuo tiene de su lugar en la existencia,
en el contexto de la cultura y del sistema de valores en el que vive y en relación con
sus objetivos, sus expectativas, sus normas, sus inquietudes(OMS. The WHOQOL,
1993).

•ORGANIZACIONES SOCIALES: Sistemas sociales compuestos por individuos y


grupos sociales que mediante la utilización de recursos, desarrollan un sistema de
actividades interrelacionadas y coordinadas por el logro de un objetivo común.
(Caplan y Keane, 1985).

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 97 de 107


•CENTROS DE JUBILADOS: Organizaciones representativas de las personas mayores
de cada comunidad, sin fines de lucro. Entidades que tienen una representación, la
Comisión Directiva, que actúa en función de los intereses colectivos de los socios.
Brindan un espacio de contención afectiva, de oportunidad de continuar siendo útil a
la sociedad y a sus pares y con esto revalorizarse en lo personal, de ocupación del
tiempo libre y de virar el eje de las preocupaciones, que suelen centrarse en
cuestiones económicas y de salud. Brindan espacios de diversión y de reencuentro.
En general es el espacio que les ofrece la oportunidad de poder realizar las tareas
que en el medio no poseen (I.N.S.S.J.P, 1993:5).

“...Envejecer significa emprender algo nuevo: las circunstancias cambian y se está


obligado a un descanso forzoso o a asumir otras tareas con lucidez y decisión...”
J.W.Goethe

5.5 Las diferencias de actitudes hacia la muerte en diferentes culturas

Todos nacemos dentro de una cultura determinada, cuyas creencias vamos


incorporando a medida que crecemos en la familia, en la escuela y en las distintas
instituciones de la sociedad a la cual pertenecemos. No nacemos con conciencia de la
propia muerte ni con la representación de lo que ésta significa en el proceso de la
vida de uno mismo y de los demás. Pero a medida que vamos creciendo aprendemos
lo que la muerte significa, y nuestro conocimiento se ve condicionado por las
creencias culturales que nuestros padres, la sociedad y el grupo sociocultural al cual
pertenecemos nos trasmiten.

De adultos tenemos una representación de lo que significa la muerte, pero


no es hasta el momento en que perdemos a un ser querido que el sentimiento y el
dolor verdadero por la pérdida se hacen realidad.

Según las creencias culturales sobre los duelos existentes en las culturas de las
sociedades occidentales de corte individualista, donde hay una mayor presencia del
tipo de familia nuclear, los hijos deben cuidar más de la salud y de las reacciones
emocionales del progenitor vivo que de su propio duelo. En sociedades de este tipo,
a diferencia de lo que ocurre en las sociedades orientales, de tipo colectivista, se ve
que en general no se tiene en cuenta la variable temporal como algo necesario para
la elaboración de los duelos. Tampoco se suele brindar apoyo social al hijo o a la hija
que están en proceso de duelo por la muerte de sus padres.

En las sociedades occidentales de tipo individualista las creencias


culturales son tales como que «por la ley de la vida es esperable que los padres
ancianos mueran, y que los adultos sigan viviendo como si nada hubiese pasado»,
esperándose por ende que la reacción por la pérdida del progenitor pase lo más

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 98 de 107


rápido posible y se retorne prontamente al trabajo y a ser productivo nuevamente.
Dichas conductas son un signo de salud mental y naturalmente concuerdo con que la
vuelta al trabajo de aquél que está de duelo es un signo positivo; sin embargo, creo
que es necesario que la persona que está de duelo no oculte el vacío que siente por
la pérdida de su ser querido, refugiándose en su trabajo como forma de negar su
dolor: La muerte de uno de los padres es la pérdida más común y natural para los
adultos. Dependiendo de la edad no contraría las leyes de la naturaleza, como ocurre
con la absurda muerte de un niño, no deja el sabor de soledad y privación que
produce la viudez, no es tan impactante como la muerte de un hermano o amigo
cercano.

Además, en muchos casos es la solución para una vida de pobre calidad, o


un alivio para alguien anciano que sufre de achaques, dolencias y enfermedades
físicas, o de soledad y aislamiento porque sus amigos han muerto, o de falta de
improductividad porque nuestra sociedad carece de espacios laborales para los
viejos, o del vacío profundo de un horizonte sin tareas, todo lo cual lleva a sentirse
un estorbo familiar y social.” (Fonegra de Jaramillo, op. cit., p. 197). En distintas
sociedades occidentales se observa la creencia de que «los ancianos son un
estorbo», como así también conductas de falta de respeto y de consideración hacia
el conocimiento y la sabiduría de los mayores. En contraposición a ello, en algunas
sociedades de cultura oriental de tipo colectivista, tales como Japón, India, Tibet,
China, etc., y también en culturas de tribus de nativos indígenas de los Estados
Unidos o de algunos países de Centro o de Latinoamérica, se puede ver el respeto
por los ancianos y por la cualidad de sabiduría que se les atribuye, al mismo tiempo
que el permanente homenaje y el culto que todos le rinden a sus antepasados.

En dichas culturas se brinda apoyo emocional y social a los deudos, más


allá de lo común que sea para todas las muertes de un padre o de una madre.
Cuando muere uno de los dos progenitores, la reacción de cada hijo o hija varía
según la relación que existía con el fallecido. Para los hijos los padres son
significativos, porque conocen la historia, el pasado, el carácter y la identidad del
hijo/a construidos en el vínculo con dichas figuras parentales. Isa Jaramillo, en su
estudio De cara a la muerte (1999), señala: La gravedad del duelo por la muerte de
uno de los padres depende –como todos los duelos– de quién era para nosotros la
persona que murió, qué papel desempeñaba en nuestra vida y qué espacios ocupaba
en nuestro mundo interno, de qué forma y en qué momento del ciclo vital murió.
[...] si el progenitor que murió representaba una permanente fuente de apoyo, de
amor incondicional, o si la relación con él era dolorosa o negativa, va a determinar
que el duelo sea triste, pero apacible, o cargado de ambivalencia entre alivio y culpa;
siendo éste último más propenso a evolucionar con complicaciones. Si la muerte del
progenitor ocurre cuando el hijo está en los veinte o los treinta, coincide con un
momento en que aún subsiste algo de aquella lucha por separarse de los padres y en

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 99 de 107


que los esfuerzos vitales van dirigidos especialmente a construir un hogar y lograr
conseguir una estabilidad laboral y económica adecuada.

Pero si la muerte ocurre cuando el hijo está alrededor de los cincuenta


años, seguramente coincide con un momento más estable, debido a que en gran
parte las tareas anteriores ya se han consumado y completado. Se despejan otros
escenarios de crisis en torno al proceso personal de envejecimiento, la posible
aparición del síndrome del “nido vacío” que obliga a replantear, en la madurez, el
significado y las metas de la vida, acordes con las nuevas circunstancias,
satisfactorias y plenas por un lado, pero angustiosas y desafiantes por otro. (I.
Fonegra de Jaramillo, op. cit., p. 199).

Las creencias culturales y espirituales, tanto si están presentes como si no


lo están, si son compartidas por todos los miembros de la familia o sólo son
sostenidas por algunos, podrán ser consideradas como aquello que puede guiar a los
que sufren la pérdida de un ser querido o como fuente de conflicto o discusión entre
los familiares. La decisión sobre rituales a posteriori de la muerte, como velatorio,
entierro, cremación, el acuerdo sobre qué hacer con las cenizas del muerto, o si se
realizan misas o ceremonias religiosas recordatorias del deceso, todo esto podrá ser
objeto de discusión y de toma de decisiones en conjunto o de una sola parte de la
familia. Un tema a trabajar en el asesoramiento de la familia que sufre la pérdida de
un ser querido es la participación de los hijos menores y de los nietos en rituales y
prácticas religiosas y espirituales. En esto puede haber consenso o disenso dentro de
la familia, así como puede haber casos en los que algún integrante de la familia
desista de participar en rituales religiosos y ser mal visto por los demás miembros,
debido a que no comparte las creencias del grupo familiar, o bien por haber adherido
a creencias diferentes, que no coinciden con las de la familia de origen.

La aceptación o no del disenso en el grupo familiar en torno a valores y


creencias religiosas y espirituales dará cuenta de una mayor o menor tolerancia, o
bien de una falta de la misma dentro del seno familiar. Las creencias espirituales o
religiosas de cada miembro pueden coincidir o no con la religión y la tradición de los
ancestros y con los valores del marco cultural del cual proviene la familia. Esto no
tendrá la misma incidencia en culturas orientales de tipo colectivista –que no
aceptan dichas disidencias– que en culturas occidentales de tipo individualista, en las
que hay una mayor aceptación de las diferencias. En esto no hay homogeneidad
cultural, ya que existen diferencias entre los distintos países, culturas, subculturas y
grupos humanos. (Véase B. Young–D. Papadatou (2000): “Chilhood, death and
bereavement across cultures”, en C. Parkes– P. Laungani–B. Young (2000), Death
and Bereavement across cultures, pp. 191-205) Por todo lo antedicho, considero
importante que se tengan en cuenta las creencias religiosas y espirituales de cada
familia y de la cultura de la cual proviene ésta, para considerar la presencia o falta
de creencias en las personas que atraviesan duelos por la pérdida de seres queridos.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 100 de 107


Dichas creencias influyen sobre el modo en el que cada familia y cada miembro
dentro de la misma afrontan las circunstancias que rodean la pérdida del ser querido,
del hogar familiar y del duelo como tal.

Para el Budismo Tibetano no es conveniente que quien está muy dolorido


por la proximidad de la muerte de un ser querido esté en la misma habitación con él
cuando éste muere. Se dice que el fuerte apego emocional del familiar puede
dificultar la tarea del moribundo en el proceso de dejar la vida e ir hacia su muerte.
El maestro tibetano Sogyal Rinpoche, especialista en la tarea de acompañamiento de
enfermos terminales y de la preparación de éstos para la muerte, nos dice en su
Libro Tibetano de la vida y de la muerte:

Los maestros tibetanos aconsejan que las personas que están muy
cercanas al moribundo no deben estar presentes al lado de la cama de éste para no
provocar ningún tipo de emoción negativa en él en el momento de su muerte. A
veces es muy difícil que los familiares comprendan esto, ya que consideran esto
como un acto de desamor por parte del moribundo hacia ellos. De cualquier modo,
deben recordar y tener presente en sus mentes que la presencia de los seres
queridos en el momento de la muerte puede provocar un fuerte sentimiento de
apego en la persona moribunda, lo cual haría más difícil a éste el dejarse ir y morir.
Es extremadamente difícil no llorar cuando estamos al lado de la cama del ser amado
que está muriendo. Les aconsejo que traten de hacer todo lo mejor posible para
trabajar sobre su pena y dolor frente a la muerte de su ser querido antes de que
llegue la muerte: lloren juntos, expresen su amor, díganse adiós, pero traten de
hacer y terminar este proceso antes de que el momento de la muerte llegue. Si es
posible, es mejor que los amigos y parientes no demuestren excesivo dolor en el
momento de la muerte porque la conciencia de la persona que está muriendo se
encuentra muy vulnerable en ese momento. (Fonegra de Jaramillo, op. cit., p. 152).

La sensibilidad hacia las diferencias culturales debe prevenir asunciones


etnocéntricas de que la propia cultura o experiencia necesariamente provee una base
sólida para comprender el duelo de alguien de un contexto cultural diferente. Por
ejemplo, las culturas difieren marcadamente en cuanto a las reglas acerca de la
apertura, la intensidad y el control de la rabia y la agresión en el duelo. En algunas
culturas, los especialistas en rituales y en sistemas culturales de creencias
efectivamente suprimen o limitan la rabia del duelo. En otras culturas, la regulación
de la rabia en el duelo se logra a través del aislamiento de la persona que está en
duelo durante un sustancial período de tiempo o haciendo manifiesta la aparición del
mismo como forma de prevenir a los demás. Las culturas difieren grandemente en
cuanto al permiso de sentir y expresar agresión en el duelo. Así, asumiendo que las
formas agresivas en el duelo son transitorias o sin importancia porque no son tan
comunes en la propia cultura de uno, lo deja a uno sin preparación para poder
comprender el dolor de personas de otros grupos culturales o étnicos.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 101 de 107


En las culturas occidentales de tipo individualista existen diferencias
visibles en torno a la expresión de las emociones en los duelos. La cultura
norteamericana, por ejemplo, tiene una tendencia marcada hacia el autocontrol de
las emociones y hacia un tipo de sufrimiento en silencio. Esto marca una gran
diferencia con grupos provenientes de marcos culturales donde la expresión de las
emociones es permitida e incluso legitimada, como se puede ver en la cultura
italiana, española, griega, etc.

La tradición oriental del Budismo Tibetano, donde la ciencia está integrada


con la religión y la filosofía, postula para los hombres –en general– y para los
ancianos y enfermos terminales –en particular– la importancia de brindar ayuda a la
persona que está de duelo por la pérdida de un ser querido. Toda la comunidad
provee fuerte ayuda espiritual, emocional, y apoyo práctico a la persona que sufrió la
pérdida de un ser querido. Aquel a quien se le murió alguien amado no es dejado
nunca con un sentimiento de soledad, de pérdida ni con sensación de vulnerabilidad,
sin saber qué hacer. Cada uno en la sociedad tibetana sabe que se hace todo lo
posible, tanto por aquel que está muriendo como por el que sufrió una pérdida, de
modo que éste último pueda aceptar y sobrevivir a la muerte del ser amado. ¡Qué
distinto es en nuestra sociedad moderna, donde se ha perdido el apoyo social
existente anteriormente! Yo pienso a menudo cómo el apoyo social puede salvar y
ayudar al que está de duelo para que el dolor por la pérdida no se prolongue y se
torne tan difícil el duelo, como sucede tan a menudo en la actualidad. Los
estudiantes que trabajan conmigo como asistentes de duelo en hospicios me han
dicho que una de las causas de mayor angustia para las personas en duelo es la
creencia de que nada ni nadie puede hacer algo por aquel que ha muerto. Yo les
aconsejo que estimulen al que está en duelo a que haga algo por aquel que ha
muerto: viviendo más intensamente y dando a su muerte un sentido más profundo...
No nos dejemos morir con nuestros muertos, tratemos entonces de vivir con mayor
fuerza luego de que se éstos se hayan ido.51

En general, las creencias sirven para vivir en el mundo con un sentimiento


de mayor confianza y seguridad. En cambio, en países de América Central como El
Salvador o Nicaragua y otros de Sudamérica como Colombia, Guatemala, Brasil,
Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Paraguay, etc. –donde a partir de la década del
setenta hubo procesos políticos de dictaduras militares–, las personas no sentían que
tenían posibilidad de autodefensa ni de seguridad frente a los ataques y a la
violencia social ejercida desde el poder político. Los duelos por pérdidas de seres
queridos se agravaron por la vivencia de vulnerabilidad y de exposición al daño, de
indefensión frente a estímulos tan poderosos como los sufridos por las víctimas de la
violencia social y por los familiares de los que sufrieron desaparición forzada,
secuestro, tortura, asesinato, atentados terroristas y matanzas masivas. Los
procesos de represión social vividos en varios países latinoamericanos causaron

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 102 de 107


inmensos traumas en la población, lo que provocó un gran aumento de
enfermedades inmulógicas, cardiovasculares y cáncer.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 103 de 107


BIBLIOGRAFÍA

BÁSICA
Palacios, Jesús (2015). Paradojas del desarrollo humano. Editorial Universidad de
Sevilla
Rodrigo, María José, Palacios González, Jesús (2014). Familia y desarrollo humano.
Difusora Larousse-alianza editorial.
Said Hung, Elías (2011). Migración, desarrollo humano e internacionalización.
Universidad del Norte.

COMPLEMENTARIA

Álvarez, M. (2001). Diseño y Evaluación de Programas de Educación Emocional.


Barcelona: Cisspraxis.

Álvarez M., & Rodríguez M. L. (2006). El proceso de toma de decisiones en la


educación secundaria. Un enfoque comprensivo. Revista de Orientación Educacional,
20(38), 13-38.

Arnett, J. J. (2000). Emerging adulthood. A theory of development from the late


teens thorugh the twenties. American Psychologist, 55, 469-480

Azpiazu, L., Esnaola, I., & Sarasa, M. (2015). Capacidad predictiva del apoyo social
en la inteligencia emocional de adolescentes. European Journal of Education and
Psychology, 8(1), 23-29

Bayard, R. T. y Bayard, J. (2004). ¡Socorro! Tengo un hijo adolescente: Guía de


supervivencia para padres desesperados. Madrid: Temas de Hoy.

Bernal, A., & Sandoval, L. (2013). “Parentalidad positiva” o ser padres y madres en
la educación familiar. Estudios sobre Educación, 25, 133-149.

Bisquerra, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida.


Revista de Investigación Educativa, 21(1), 7-43.

Bisquerra, R. (2005). La educación emocional en la formación del profesorado.


Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 19(3), 95-114.

Bisquerra, R. (2007). Competencias emocionales. Barcelona: Educación XXI.

Bisquerra R. (2009). Psicopedagogía de las emociones. Madrid: Síntesis.

Bisquerra, R. (2012a) ¿Cómo educar las emociones? La inteligencia emocional en la


infancia y adolescencia.

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 104 de 107


Bronfenmayer, G. & Casanova, R. (1986). La diferencia escolar. Escolarización y
capitalismo en Venezuela. Caracas: Kapelusz. Boletim Academia Paulista de
Psicologia - Ano XXVII, nº 2/07: 148-166 166

Camps, V. (2000). Qué hay que enseñar a los hijos. Barcelona: • • Carretero, M.
(1985). El desarrollo cognitivo en la adolescencia y la juventud: Las operaciones
formales. En Carretero, M., Palacios, J. & Marchesi, A. (comps.), Psicología Evolutiva
3. Adolescencia, madurez y senectud. Madrid: Alianza.

Carretero, M. & León, J.A. (2002). Del pensamiento formal al cambio conceptual en
la adolescencia. En Palacios, J, Marchesi, A. y & Coll, C. (Comps). Desarrollo
psicológico y educación. 1 Psicología evolutiva. (2da edición). Madrid: Alianza.

Carretero, M. & León, J.A. (1990). Desarrollo cognitivo y aprendizaje en la


adolescencia. En Palacios, J., Marchesi, A, & Coll, C. (Comps.), Desarrollo psicológico
y educación, I. Psicología evolutiva. Madrid: Alianza.

Centro de Terapia y Psicología. Rogers, C. R. (2007). El proceso de convertirse en


persona. Barcelona: Paidós.

Debolsillo. Erikson, E. (1972). Sociedad y adolescencia. Buenos Aires: Paidós. —


(1974). Identidad, juventud y crisis. Buenos Aires: Paidós. — (1983). Infancia y
sociedad. Buenos Aires: Paidós.

Faber, A. y Mazlish, E. (2006). Cómo hablar para que los adolescentes escuchen y
cómo escuchar para que los adolescentes hablen. Nueva York:

Harper Collins. Fernández Poncela, A. M. (2011). «Antropología de las emociones y


teoría de los sentimientos». Versión Media [en línea], 1, julio. México: UAM.
[Consulta: 12 diciembre 2012].— (2012). La violencia del lenguaje o el lenguaje que
violenta: Equidad de género y lenguaje. México: ÍTACA/UAM. — (en prensa). «Río,
luego existo»: Humor en la educación, la terapia, para la salud y la vida. México:
ÍTACA.

Inhelder, B & Piaget, J. (1955 – 1972). De la lógica del niño a la lógica del
adolescente. Buenos Aires: Paidos.

Lizarazo, D. (2004). Íconos, figuraciones y sueños: Hermenéutica de las imágenes.


México: Siglo XXI. Martín, I. (2009). «¿Qué quieres decirme, hijo mío?: Maneras de
escuchar y que nos escuchen en esa etapa crucial de sus vidas». A Vivir, 225, 26-31.

Papalia, D. E. y Wendkos, S. (2001). Psicología. México: McGrawHill.

Papalia D.E. y Wendkos S. (2010). Desarrollo Humano, undécima edición. México:


McGrawHill.

Perls, F.; Hefferline, R. y Goodman, P. (2006). Terapia Gestalt: Excitación y


crecimiento de la personalidad humana. Madrid: Morata

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 105 de 107


Piaget, J & Inhelder B. (1966 – 1973). Psicología del niño. Madrid: Morata

Piaget, J. (1970). La evolución intelectual entre la adolescencia y la edad adulta, en


Delval, J. comp. (1978). Lecturas de Psicología del niño. Madrid: Alianza.

Pax. Schmill Herrera, V. (2003). Disciplina inteligente: Manual de estrategias


actuales para una educación en el hogar basada en valores. México: Produciones
Educación Aplicada. Searle, J. (1980). Actos de habla. Madrid: Cátedra. Simmel, G.
(2010). El conflicto: Sociología del antagonismo. Madrid:

Satir, V. (2002). Nuevas relaciones humanas en el núcleo familiar. México:

Sarafino, E.P. & Amstrong, J.W. (1988). Desarrollo del niño y del adolescente.
México: Trillas.

Sequitur. UNICEF (2002). Adolescencia: Una etapa fundamental. Nueva York. —


(2011). Estado mundial de la infancia 2011. Nueva York. Van Dijk, Teum (2001).
«El discurso como interacción en la sociedad». En: Van Dijk, Teum (comp.). El
discurso como interacción social. Barcelona: Gedisa.

Vuyk, R. (1985). Panorámica y crítica de la epistemología genética de Piaget 1965 –


1980, I. Madrid: Alianza.

Vygotski, L. S (1931 – 1996). Psicología del adolescente en Vygotski, L.S. Obras


escogidas IV. Madrid: Aprendizaje. Visor.

Vygotski, L.S (1934 – 1993). Pensamiento y Lenguaje en Vygotski, L.S. Obras


escogidas II. Madrid: Aprendizaje. Visor.

Valencia Schaie, K.W. y Willis, S.L. (2003). Psicología de la edad adulta y la vejez.
Pearson Educación. Madrid Serra, E.; Gómez, L.; Pérez-Blasco, J. Y Zacarés, J.
(1998). Hacerse adulto en familia: una oportunidad para la madurez. En M. J.
Rodrigo y J. Palacios (coords.): Familia y desarrollo humano. Págs.141-160.Alianza
Editorial. Madrid.

Torres, F. y Zacarés, J.J. (2004). La adultez emergente: ¿Una nueva fase en el ciclo
vital? IV Congreso Internacional de Psicología y Educación “Calidad Educativa·.
Almería. Abril 2004.

Zacarés, J.J. y Serra, E. (1997): La madurez personal: perspectivas desde la


psicología. Pirámide. Madrid.

REVISTAS ELECTRONICAS

Arguís, R., Bolsas, A. P., Hernández, S., & Salvador, M. M. (2012). Programa “Aulas
felices”. Psicología positiva aplicada a la Educación. Recuperado de
http://catedu.es/psicologiapositiva/Aulas%20felices.pdf

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 106 de 107


Cabrera, M. (2009). La importancia de la colaboración familia-escuela en la
educación. Revista Innovación y Experiencias Educativas, 16. Recuperado de
http://www.csicsif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_16/MARIA_
CABRERA_

Revista Iberoamericana de Educación. Recuperado de


www.rieoei.org/deloslectores/326Berrocal.pdf N. Fernández-Berrocal P., Berrios-
Martos, M. P., Extremera N., & Augusto, J. M. (2012). Inteligencia emocional: 22
años de avances empíricos. Behavioral Psychology, 1, 5-13.

González-Gómez, R. (2008). Consecuencias de educar con inteligencia emocional.


Revista Innovación y Experiencias Educativas, 2. Recuperado de
http://www.csicsif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_2/rafael_go
nz alez_CONSECUENCIAS_DE_EDUCAR_CON_INTELIGENCIA_EMOCIONAL.pdf

file:///C:/Users/MAO/Downloads/Dialnet-ElDueloPorLaMuerteDeUnSerQuerido-
5645411.pdf

Licenciatura en Ciencias de la Educación Página 107 de 107

También podría gustarte