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¿Cómo se transmite el VIH?

El VIH se encuentra en la sangre, el líquido preseminal, el semen, los fluidos vaginales y


la leche materna. El VIH se transmite a través del contacto de estos fluidos con las
mucosas o el torrente sanguíneo de otra persona.
Las vías de transmisión comprobadas son pocas y bien definidas:
– Vía sexual: por relaciones sexuales vaginales, anales u orales, entre personas del
mismo o diferente sexo sin protección. El paso del virus en las relaciones sexuales
se realiza a través de las lesiones o heridas microscópicas que se producen durante
la penetración y otras prácticas sexuales, por donde los fluidos de quien tiene el
virus ingresan al cuerpo de la pareja. El 90% de las transmisiones de VIH se
producen por vía sexual. Aunque en menor medida, el sexo oral también es una
práctica de riesgo, por lo que debe practicarse con un campo de látex.
– Vía sanguínea: por contacto con sangre al compartir jeringas o canutos para el
uso de drogas o cualquier otro elemento cortante o punzante. Aunque en Argentina
ya no se conocen casos, puede transmitirse a través de la transfusión de sangre no
controlada.
– Vía perinatal o vertical: de la persona gestante al hijo durante el embarazo, el
parto y la lactancia. Es la principal vía de transmisión del VIH en niños. De no
recibir el tratamiento y atención médica adecuada, una persona con VIH tiene un
30% de posibilidades de dar a luz a un bebé con VIH. Con tratamiento y atención
médica, el riesgo de transmisión del virus al bebé es casi nulo.

¿Cómo no se transmite?
Tan importante como saber de qué manera se transmite el virus, es saber qué conductas
o prácticas no lo hacen. Tener relaciones sexuales utilizando preservativo, un estornudo,
la picadura de un mosquito, compartir la vajilla o los mismos servicios higiénicos o la
depilación con cera, no transmiten el virus. La saliva, las lágrimas, el sudor, el aire y el
agua, al igual que los alimentos no son vehículos de transmisión.
Tampoco lo son el practicar deportes, besar, abrazar, dar la mano, jugar, trabajar o
estudiar, compartir duchas o piscinas e intercambiar ropa con personas con VIH. Quien
recibe una transfusión de sangre debidamente controlada, no corre riesgos. La Ley
Nacional de sida exige el control de toda sangre a transfundir. Todo procedimiento que
incluya riesgo de corte o punción (pinchazo) debe ser efectuado con material descartable
o esterilizado.

¿Cómo se previene?
– Vía sexual: se previene con el uso del preservativo de manera correcta y
consistente, es decir, durante toda la relación sexual ya sea vaginal, anal u oral.
Cualquier otro método anticonceptivo no previene el VIH.
– Vía sanguínea: se previene evitando el contacto con sangre. Para eso, es
necesario no intercambiar o compartir agujas ni jeringas. En el caso de que se
consuman drogas de manera inyectable, usar una nueva jeringa cada vez. También
se sugiere controlar que todo procedimiento que incluya algún corte o punción
(pinchazo) sea realizado con material descartable o esterilizado, como es el caso
del dentista, manicura, tatuajes o prácticas médicas. Por último, evitar el contacto
con sangre o utilizar guantes de látex.
– Vía perinatal o vertical: se previene controlando los embarazos. Se recomienda
que toda mujer embarazada se realice el análisis de VIH durante el primer
trimestre. Si el resultado es positivo, se debe comenzar el tratamiento, seguir las
indicaciones médicas y suspender la lactancia materna. Así, las posibilidades de
transmitir el virus al bebé son casi nulas. Es recomendable que la pareja también
se realice el test, y en el caso que sea positivo usen preservativo para evitar la
infección de la persona embarazada y su posterior transmisión al bebé.

Población de máximo riesgo

Modo de transmisión Infecciones por 100 exposiciones

Hombre -> mujer, sexo vaginal no protegido 0,1 – 0,2

Mujer -> hombre, sexo vaginal no protegido 0,033 – 0,1

Sexo anal no protegido 0,5 – 3,0

Pinchazo con aguja contaminada 0,3

Transmisión madre -> hijo, sin tratamiento AR 13 – 48

Exposición a productos sanguíneos 90 – 100

Enfermedades Relacionadas
El VIH está asociado a la aparición de un número variable de otras enfermedades, que
pueden ser más leves y pasajeras o más graves y duraderas. Conocer bajo qué condiciones
suelen manifestarse y cómo te ayudará a tomar decisiones sobre su prevención y
tratamiento.
Candidiasis
La candidiasis o micosis candidiásica es una enfermedad causada por el hongo Candida
albicans. Se trata de una infección oportunistas, puesto que se manifiesta y progresa
cuando el sistema inmune está muy deteriorado por el avance de la infección por VIH.
Las infecciones oportunistas pueden estar causadas por distintos tipos de
microorganismos como virus, bacterias, hongos y parásitos.
Cáncer cervical
Las lesiones precancerosas de cuello uterino son las precursoras del cáncer cervical y la
infección por el virus del Papiloma humano (VPH) es el factor de riesgo más importante
para su desarrollo. El cáncer cervical está considerado oficialmente una enfermedad
definitoria de SIDA.
Citomegalovirus (CMV)
Habitualmente conocida como CMV, se trata de una infección causada por un virus de
tipo herpético, perteneciente a la familia del virus de herpes zoster (causante de varicela
y de lesiones por herpes) y del herpes simple I (causante de las úlceras bucales).
Criptosporidiosis y otras infecciones intestinales
Cryptosporidium parvum, Isospora belli, Microsporidia, Cyclospora, Giardia lamblia, son
algunos de los nombres de los parásitos que pueden infectar el intestino de personas con
VIH. Sus síntomas principales son la diarrea y la pérdida de peso y se consideran
infecciones oportunistas, puesto que se manifiestan y progresan de forma más agresiva
cuando el sistema inmune está muy deteriorado por el avance de la infección por VIH.
En general, las infecciones oportunistas pueden estar causadas por distintos tipos de
microorganismos como virus, bacterias, hongos y parásitos.
Demencia asociada a SIDA
La demencia asociada a SIDA es una alteración neurológica y un síndrome que tiene una
característica que la hace diferente a otras enfermedades relacionadas con el VIH.
Enfermedad cardiaca
Cuando la lipodistrofia y los cambios metabólicos relacionados con la terapia combinada
ganaron un reconocimiento más amplio, se produjo una preocupación inicial de que estos
síntomas, especialmente el aumento de colesterol y triglicéridos pudieran llevar a un
riesgo mayor de ataque cardiaco o apoplejía.
Herpes Zóster
El herpes zóster (también conocido como 'culebrilla') es una infección causada por el
mismo virus de la varicela, que pertenece a la familia de los virus herpes. Se llama virus
de la varicela zóster (VVZ) o virus del herpes humano tipo 3 (VHH-3)
Histoplasmosis
La histoplasmosis es una enfermedad causada por un hongo llamado Histoplasma
capsulatum, que es común en el centro-sur de EE UU, América del Sur, África Central,
sureste asiático y Australia, pero muy raro en España u otros países de Europa. Este hongo
se encuentra en tierras infectadas por excrementos de pájaros y otros materiales orgánicos.
Leucoencefalopatía multifocal progresiva
La leucoenfalopatía multifocal progresiva (LMP) es una enfermedad del sistema nervioso
central (SNC) cuyo resultado es la destrucción de la funda que cubre los nervios. Esta
dolencia afecta a cerca de un 4% de las personas con SIDA.
Linfoma no de Hodgkin
El Linfoma no de Hodgkin (LNH) es un tipo de cáncer del sistema linfático. Dado que el
sistema linfático se extiende por todo el cuerpo, este tipo de cáncer puede desarrollarse
en cualquier parte del mismo. El LNH se distingue de otros cánceres linfáticos por las
células a las que afecta. Se clasifica como un cáncer definitorio de SIDA.
Mycobacterium Avium Complex (MAC)
Mycobacterium avium y Mycobacterium intracelular son dos tipos de bacterias muy
similares y que, usualmente, se describen como Mycobacterium Avium Complex (MAC).
Neumonía bacteriana
La neumonía bacteriana es una enfermedad común entre las personas con VIH y bajos
recuentos de CD4. Se trata de una infección de las vías respiratorias y puede ser causada
por varios tipos de bacteria. La neumonía por Streptococcus y por Haemophilus
influenzae son las más comunes.
Neumonía por pneumocistis
La Neumonía por pneumocistis (o PCP) es una infección pulmonar causada por el
microorganismo Pneumocystis jiroveci (antes llamado Pneumocystis carinii), un hongo
que abunda en el medioambiente. Está incluida en la categoría de infecciones
oportunistas, puesto que se manifiesta y progresa cuando el sistema inmune está muy
deteriorado por el avance de la infección por VIH.
Sarcoma de Kaposi
El sarcoma de Kaposi es un tipo de cáncer de origen viral que se cree ocasionado por el
virus del herpes humano 8 (VHH-8). Tradicionalmente se ha asociado a inmunosupresión
por VIH y se clasifica entre las enfermedades oportunistas que definen oficialmente el
estadio de SIDA.
Sífilis
Es una infección de transmisión sexual (ITS) causada por una bacteria llamada
Treponema pallidum. Se la consideraba una enfermedad casi erradicada en España hasta
el año 2000, pero actualmente hay un brote bastante importante de esta dolencia tanto en
la población general como en las personas con VIH.

Diagnóstico de laboratorio
No existen síntomas iniciales que puedan hacer sospechar a una persona que se ha
infectado con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). Para comprobarlo, es
necesario realizar un examen de sangre específico, denominado Prueba de Anticuerpos al
VIH (que es gratuita, inocua y confidencial). Si la prueba es positiva indica que la persona
tiene el virus, pero eso no significa que haya desarrollado la enfermedad, ni que
necesariamente vaya a desarrollarla. Hay muchas personas que están infectadas sin
saberlo, de ahí la importancia de un diagnóstico precoz, que evitaría nuevos contagios.
Hay que tener en cuenta también que, aunque la prueba es muy sensible y capaz de
detectar cantidades muy pequeñas de anticuerpos, si el resultado es positivo, es necesario
realizar una segunda prueba para confirmar la infección.
Aunque se trate de una decisión personal, si tienes cualquier duda es conveniente que te
sometas a esta prueba, no sólo para evitar transmitir el virus a otras personas, sino para
que el médico pueda valorar cuándo empezar con el tratamiento, ya que su efectividad
aumenta si se inicia en el momento oportuno.

¿Qué técnicas se emplean para detectar la infección por el VIH?


En la mayoría de los casos se usan técnicas inmunoenzimáticas (EIA, ELISA) en una
muestra de sangre. En caso de que el resultado sea positivo, con la misma muestra de
sangre extraída se realiza una técnica más específica para confirmar el resultado, siendo
el Western Blot el método más empleado.
El VIH también puede determinarse por métodos directos que incluyen el cultivo vírico,
la determinación del antígeno p24 en plasma o suero y la demostración de genoma vírico
mediante técnicas de biología molecular (PCR). Estos métodos se reservan para
situaciones especiales: estudios de variabilidad genética, diagnóstico de recién nacidos,
screening de donantes, seguimiento de pacientes VIH positivos, etcétera.
En algunos países, como España, ya existen test autodiagnósticos rápidos y fiables que se
venden en las farmacias sin necesidad de receta.

TRATAMIENTO
No hay cura conocida para el sida. Ningún tratamiento elimina por completo el virus del
organismo. Sin embargo, sí hay disponibles tratamientos del sida que ayudan a mantener
el recuento de CD4 alto y mejoran la calidad de vida de los pacientes.
Es muy utilizada la terapia antirretroviral altamente activa (HAART en inglés o TARGA
en español). Se trata de una combinación de varios fármacos antirretrovirales, cuya
finalidad es impedir que se multiplique el virus. Consigue reducir el número de partículas
de VIH en la sangre, y permite que el conteo de CD4 permanezca alto, lo que conduce a
mejorar y prolongar la vida del paciente. Aunque hay que tener presente que el paciente
puede seguir transmitiendo el virus.
Esta terapia tiene sus inconvenientes, y es que pueden aparecer los efectos secundarios
específicos de cada uno de los fármacos que componen la terapia. Entre los más comunes:
náuseas, dolor de cabeza, debilidad, malestar general, y acumulación de grasa en la
espalda y en el abdomen. Cuando se utilizan durante un tiempo prolongado aumentan el
riesgo de que el paciente sufra un ataque cardíaco.
El médico que prescriba este tratamiento tiene que hacer un seguimiento al paciente para
valorar estos posibles efectos secundarios y, cada tres meses, solicitar análisis de sangre
para medir los conteos de CD4 y la carga viral del VIH.
Otro inconveniente de esta terapia es que el VIH se puede hacer resistente al tratamiento,
por lo que sería preciso cambiar la combinación, y sustituir unos fármacos por otros.
Actualmente se dispone de pruebas genéticas capaces de determinar si una cepa de VIH
es resistente a un fármaco concreto, lo que puede ayudar a seleccionar la mejor
combinación de medicamentos posible para cada persona, y modificar así el tratamiento
farmacológico cuando este comienza a fallar.
En el caso de que se trate de una mujer embarazada, el tratamiento debería incluir
zidovudina (AZT), desde el comienzo del 2º trimestre hasta el final del embarazo y el
parto. El bebé también debe ser tratado durante las seis primeras semanas de vida.
Otros fármacos usados son: lamivudina o nevirapina.
Es muy beneficioso para los enfermos de sida mantener una buena nutrición, ya que es
frecuente observar deficiencias de cinc, selenio, cobre, vitamina B6 y vitamina B12. El
hecho de mantener unos niveles correctos de nutrientes les proporcionará una mejora en
la función del sistema inmunitario, así como el mantenimiento del peso corporal, lo que
mejorará la respuesta al tratamiento.

BIBLIOGRAFIA
 Temas de Bacteriología y Virología Médica. 3º Edición. 2008 Oficina
del Libro FEFMUR
 Fields Virology. David M. Knipe and Peter M. Howley. Fifth edition.
Lippincott Williams and Wilkins. 2007.
 HIV/AIDS epidemiology, pathogenesis, prevention, and treatment.
Lancet. 2006 Aug 5 ;368(9534):489-504.
 The challenge of HIV-1 subtype diversity. Taylor BS, Sobieszczyk
ME, McCutchan FE, Hammer SM. N Engl J Med. 2008 Apr 10;
358(15):1590-602.

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