10/1/2020 Phytophthora: un enemigo en el suelo

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Phytophthora: un enemigo en el suelo

Con síntomas poco claros al comienzo de la infección, este Oomycota ataca a la gran
mayoría de los frutales, produciendo la muerte del árbol. Es por esto que los expertos
llaman a controlar de manera preventiva su aparición.
Jueves, 17 de marzo de 2016 a las 8:30

Daniela San Martín N.

Considerado erróneamente como un hongo, este Oomycota, del Reino Chromista, presenta cerca de
setenta especies y subespecies distintas que atacan a gran cantidad de cultivos hortícolas, forestales y
frutales. Su nombre griego significa “destructor de plantas” y tiene efectos extremadamente dañinos.
Por la generalidad de sus síntomas, en la gran mayoría de los casos se descubre de manera tardía,
cuando ya no existe solución para revertir su daño, causando incluso la muerte de arboles y
repercutiendo su ataque directamente en el bolsillo de los productores afectados.

Existen variadas especies de Phytophthora descritas, dentro de las cuales destaca la Phytophthora
cinnamomi, la principal causante de la muerte de muchos frutales susceptibles a su ataque en Chile. Y
es que gracias a su rápida diseminación es casi imposible evitar su presencia en los huertos frutales.

“Phytophthora utiliza como medio de transporte el agua, es decir, que con una lámina de agua
presente en el suelo es capaz de desplazarse, encontrar el tejido vegetal y provocar la infección”,
explica Rodrigo Herrera, Ingeniero Agrónomo, Fitopatólogo y consultor privado.

Phytophthora forma una estructura similar a un pequeño saco llamado esporangio. En su interior, el
esporangio transporta una gran cantidad de estructuras reproductivas asexuales llamadas zoosporas.
Estas últimas poseen flagelos que le permiten movilizarse a través de la película de agua y alcanzar el
tejido que colonizarán.

Una vez que la zoospora llegó al tejido vegetal, se enquista y comienza a germinar, penetrando las
células. Al romperlas, forma un tapón dentro de los haces vasculares –sistema de conducción de la
planta–, y provoca una necrosis del tejido, muy característica del ataque. “Por lo general, en el cuello
del árbol se ve una mancha pardo oscura, producto de la necrosis y el taponeo de los haces vasculares,
se observa una mancha húmeda en la corteza que sube desde el cuello de la planta, si se descalza el
árbol, se observa una coloración pardo oscura bajo la corteza. Muchas veces también cuando está más
avanzado se forman cancros y exudados de goma y termina matando el árbol”, agrega Herrera.

Este tapón que se produce al interior de los haces vasculares de

la planta, también produce otro síntoma característico: el
Paz Millas:
aspecto de “árbol seco”. Es decir, escaso crecimiento del follaje, “Realizar un control o
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hojas de color amarillento y en el largo tiempo, escaso manejo de Phytophthora

crecimiento en altura y grosor de la planta, en general, un una vez que ha comenzado
aspecto muy similar al de una con falta de agua. Todo esto la infección es realmente
debido a que la planta no puede transportar los nutrientes de complicado, con poca
efectividad y muy caro por
manera efectiva a través del sistema conductor. Árboles con
lo demás.”
estas características suelen presentarse primero en las zonas del
predio donde es común que se acumule el agua después de una
lluvia.

Y es que Phytophthora, considerada dentro de las especies invasoras más dañinas del mundo por la
Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, puede penetrar el tejido vegetal y
establecer la infección en un hospedero susceptible en tan solo 24 horas. Y, una vez que ataca,
controlarla es muy complejo.

"Realizar un control o manejo de Phytophthora una vez que ha comenzado la infección es realmente
complicado, con poca efectividad y muy caro por lo demás. Es por esto que en la mayoría de los casos
se procede a arrancar los arboles infectados”, indica Paz Millas, investigadora y fitopatóloga de INIA
Quilamapu.

Otra herramienta de este Oomycota para asegurar su prevalencia y que complica aún más su control,
es la formación de una espora de resistencia de origen sexual, llamada oospora. “Esta estructura le
permite permanecer en el suelo durante mucho tiempo, hasta que entre en contacto con la humedad y
la temperatura que necesita, por lo que es muy probable que el inoculo esté presente durante mucho
tiempo en predios que fueron infectados”, dice Herrera.

Los métodos químicos

Dentro de las opciones de tratamientos químicos existen dos compuestos activos que han sido
analizados y desarrollados para controlar la actividad de Phytophthora: metalaxil y fosetil aluminio.

Metalaxil es un fungicida sistémico y de contacto que inhibe el crecimiento del micelio y también la
formación de las zoosporas.

Por otro lado, el fosetil aluminio es un fungicida sistémico, es decir es absorbido por la planta y
transportado a través de ella por la savia. Su movilidad en la planta es tanto basipétala como
acropétala, lo que en la práctica significa que puede moverse ampliamente a través de toda la
estructura de la planta. El fosetil aluminio es un funguitóxico que interfiere en los mecanismos de
reproducción de Phytophthora y que, además, estimula la producción de fitoalexinas, sustancias
naturales de la planta que utiliza como mecanismo de defensa ante ataque de patógenos.

Ambos productos, por lo general, requieren ser aplicados en el suelo como solución, para que las raíces
queden en contacto con el químico y así absorberlo. “Aplicarlo de manera que llegue a gran parte de
las raíces es lo complicado de hacer y por ende disminuye su efectividad. Además, sus valores por lo
general son bastante altos por lo que no resulta rentable su aplicación como método curativo”, agrega
Millas.

Es por esto que los especialistas llaman a prevenir antes que curar, ya que si bien existen opciones de
tratamientos químicos que resultan parcialmente efectivos según la intensidad del ataque, también son
demasiado costosos para un plan de control a nivel de campo, debido al volumen de plantas que se
deben tratar.

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La prevención de Phytophthora y su ataque

Según ambos expertos, no existe duda que Phytophthora ataca cuando existe exceso de humedad.
Esto en la práctica indica que en suelos pesados, con mal drenaje y que se inundan con facilidad, existe
casi la certeza que las plantas serán infectadas con Phytophthora. Es por esto que se recomienda en
primera instancia mejorar el drenaje del suelo, mediante el uso de subsolado por ejemplo, para que no
exista saturación del sustrato.

“Es común que también, por un mal manejo del riego, en donde
se satura por mucho tiempo el suelo, se infecten las plantas. Por
Rodrigo Herrera:
esto, es esencial evitar toda acción que sature el suelo de agua, “Es esencial evitar toda
especialmente cuando hay días más cálidos, porque se están acción que sature el suelo
entregando las dos condiciones básicas para que Phytophthora de agua, especialmente
ataque: humedad y temperatura”, indica Herrera. cuando hay días más
cálidos, porque se están
Otro factor importante es la calidad fitosanitaria de las plantas. entregando las dos
Se trate de una nueva plantación o de un replante, siempre condiciones básicas para
existe la posibilidad de que las plantas no tengan la calidad que Phytophthora ataque,
fitosanitaria adecuada. “Me ha tocado ver ataques a plantas de humedad y temperatura.”
nogales jóvenes, en suelos arenosos que no presentan
problemas de saturación e inundación, plantaciones nuevas de 1
año, que no deberían presentar este problema, pero que efectivamente están infectadas con
Phytophthora. Esto es únicamente porque las plantas vienen infectadas desde el vivero”, explica
Herrera.

Una manera de disminuir el riesgo en replantes o bien plantaciones nuevas, es utilizar químicos como
método preventivo. “Para esto se bañan las raíces de los árboles que se van a plantar en la solución de
metalaxil o fosetil aluminio, para que una vez plantadas ya estén en contacto con el funguicida”, dice
Millas.

Una vez que el huerto se encuentra plantado es esencial evitar que el cuello de la planta entre en algún
momento en contacto con el agua, ya que en la mayoría de los frutales, la zona del cuello suele ser
más susceptible aún a la infección. Es por esto que se recomienda plantar en camellones y asegurarse
que el sistema de riego que se utilice cumpla con esta regla. “Hay que verificar que por ejemplo los
aspersores no estén rociando el cuello de la planta o que los goteros estén entregando la gota al
sustrato y no a la corteza del cuello”, agrega Millas.

En caso de haber arrancado algún árbol atacado por Phytophthora se debe proceder de manera
cuidadosa con los restos y las herramientas que hayan sido utilizadas según explica el experto. “Las
herramientas en estos casos deben ser limpiadas de restos de tierra y desinfectadas y los restos de los
árboles descartados en un lugar alejado del huerto, ya que ambos pueden ser portadores de esporas
que servirán de inoculo”, explica Rodrigo Herrera.

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