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EN EL LABORATORIO CLÍNICO
Ed Cont Lab Clín; 13: 33-48
2009-2010
HORMONA PARATIROIDEA. FORMAS MOLECULARES Y
UTILIDAD DIAGNÓSTICA
Juan Antonio Lillo Muñoz; Mirian Olea Carrasco
U.G.D. Laboratorio. Hospital Regional Universitario Carlos Haya. Málaga.
INTRODUCCIÓN
La parathormona u hormona paratiroidea (PTH) es una hormona secretada por la glándula pa-
ratiroides. Interviene como uno de los reguladores más importantes en la homeostasis calcio/
fosforo extracelular, siendo fundamental en un gran número de procesos fisiológicos. La PTH
actúa tradicionalmente sobre sus órganos dianas (hueso y riñón) a través de la activación del
receptor PTHR1, que aumenta la concentración de calcio iónico extracelular y activa la vita-
mina D a través de la alfa-1hidroxilasa, que incrementa la reabsorción de calcio intestinal. Sin
embargo, el descubrimiento del receptor CPTHR y de sus ligandos, los fragmentos C-PTH, abre
un nuevo campo de conocimiento en la fisiología y fisiopatología de la PTH. La idea de que los
péptidos C-PTH eran “biológicamente inactivos” se ha sustituido por el reconocimiento de sus
acciones biológicas (in vivo y/o in vitro).
La PTH es una hormona polipeptídica de 84 aminoácidos (aa) cuyo peso molecular es de 9500
daltons, compuesta por un fragmento amino-terminal (1-34 aa) y otro carboxi-terminal (50-84
aa). Está codificada por un sólo gen situado en el brazo corto del cromosoma 11 (11p15), y es
secretada por la glándula paratiroides en respuesta a una disminución en los niveles de calcio
iónico extracelular, con una vida media “in vivo” muy corta, de 2 a 4 minutos.
Es sintetizada a nivel ribosomal en las células principales paratiroideas a partir de una molécula
precursora de 115 aa, la pre-proPTH molécula, de vida media corta (< 1 min), que posterior-
mente pasa al retículo endoplásmico rugoso, donde sufre la pérdida de un segmento de 25
aa en su extremo N-terminal (péptido señal) para formar la prohormona (proPTH) de 90 aa.
La proPTH pasa al aparato de Golgi, donde tiene lugar una nueva hidrólisis, con pérdida de
los 6 primeros aminoácidos, generándose la hormona PTH. La PTH sintetizada se almacena en
vesículas y gránulos secretores que se funden con la membrana celular para su secreción en
respuesta a la hipocalcemia, y es a este nivel y por la acción de las proteasas captesinas B y H,
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NOMENCLATURA
• La PTH 1-84 (PTH entera, CAP cyclase activating PTH). Está constituida por la secuencia po-
lipeptídica completa de 84 aa. Para su correcta actividad es necesaria la secuencia amino-
terminal, constituida por los primeros 34 aminoácidos; la región 25 a 34 es la causante
fundamental de su fijación al receptor.
• Los No 1-84 PTH (PTH truncados N-terminal o CIP cyclase inhibiting PTH). Estos fragmentos
son los más largos, y han perdido una serie de aminoácidos en algún lugar del segmento
comprendido entre los aminoácidos 1 al 34, comenzando su extremo N-terminal en las
posiciones 4, 7, 8, 10 y 15; siendo el fragmento 7-84 el más abundante.
• Los fragmentos C-terminales son aquellos a los que les falta el segmento 1-34, y su estructura
N-terminal empieza en la posición 34, 37, 41 o 43 que son los más frecuentes, y en menor
medida la 35 o 38.
Tanto los fragmentos No 1-84 PTH como los fragmentos C-terminales se pueden englobar
dentro de los fragmentos carboxi-terminales o C-PTH que son todos aquellos que en su es-
tructura molecular conservan la porción C-terminal y les falta una serie de aminoácidos en
la porción N-terminal.
• Recientemente se ha descubierto otro fragmento denominado amino-PTH (N-PTH o PTH
atípica), que tiene una secuencia de aminoácidos similar a la molécula completa (1-84) pero
presenta una fosforilación en la serina del aminoácido 17. Es una molécula sintetizada por
la glándula paratiroides y no se produce durante el metabolismo periférico de la PTH. No
está clara su función, y se cuestiona si la molécula es biológicamente activa. Existen publi-
caciones que la relacionan con el aumento del remodelado óseo e hipercalcemia severa en
pacientes con carcinoma paratiroideo o hiperparatiroidismo severo.
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(IL1, IL2, IL6), factor de crecimiento de los fibroblastos (TGF-alfa, TGF beta), factores de necro-
sis tumoral y la osteoprogesterina.
La relación entre la secreción PTH y la concentración de calcio extracelular sigue una función
sigmoidea. Un descenso en la calcemia dentro del rango fisiológico se traduce en una gran
estimulación de la secreción de PTH. Si la hipocalcemia es prolongada, además se produce un
aumento de su RNA mensajero, mecanismo estimulador de la proliferación celular. En situa-
ciones de hiperparatiroidismo secundario severo se necesitan niveles de calcio más altos de lo
normal para inhibir la secreción de PTH. Esto ocurre porque la curva sigmoidal está desplazada
hacia la derecha. El «set point» de la curva PTH-calcio es el nivel de calcio sérico necesario para
disminuir a un 50 % la máxima secreción de PTH. Este valor es representativo de la relación
PTH-calcio y clásicamente se ha considerado que está aumentado en el hiperparatiroidismo
secundario. Figura 1
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Figura 1. Secreción de PTH en función de la concentración de calcio extracelular. El punto señala el «set point»
(Nefrología. Vol. XV. Suplemento 1, 1995).
A nivel de las paratiroides la estimulación del VDR por el calcitriol regula la expresión del gen
de la PTH, inhibiendo la trascripción y síntesis del RNAm del gen de la pre-proPTH. Como resul-
tado se produce una inhibición en la síntesis de PTH, proliferación de las células paratiroideas,
e inhibición de la expresión CaSR. Además, es capaz de inhibir indirectamente la secreción de
PTH aumentando la absorción de calcio en el intestino, y estimulando la resorción de los de-
pósitos óseos de calcio.
Entre otros factores que intervienen en la regulación de la secreción de PTH, el aluminio es ca-
paz de inhibirla y además, podría intervenir en la regulación de los receptores CaSR y VDR. Los
fármacos calciomiméticos aumentan la sensibilidad del CaSR al calcio disminuyendo la secre-
ción de PTH, y también ejerce su efecto sobre VDR aumentando su expresión y disminuyendo
por tanto la síntesis de PTH.
RECEPTORES DE LA PTH
La PTH ejerce su acción sobre sus órganos diana mediante la unión a receptores específicos. El
PTHR1 ha sido el receptor más estudiado de los identificados hasta la fecha. Se trata de una
glicoproteína de membrana con un peso molecular de 60 a 80 KDa, y pertenece al grupo de
receptores de membrana ligados a las proteínas G. Fue identificado por el equipo de H. Jupp-
ner en Boston y clonado por primera vez en 1992. Se expresa fundamentalmente en riñón y
hueso, aunque se encuentra presente en variedad de tejidos, como pulmón, hígado y vasos
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En 1995 Usdin y cols. lograron aislar un nuevo receptor relacionado con el PTHR1 al que se
le llamo receptor PTHR2. Este receptor se expresa en áreas del sistema nervioso central (hi-
potalámica, límbica y especialmente en la médula espinal), y en otros tejidos como páncreas,
testículo y placenta. A diferencia del PTHR1 no se expresa en hueso ni riñón y es activado por
la 1-84 PTH y por el 1-34 PTH pero no por el PTHrP. Su principal ligando es el neuropéptido
tuberoinfundibular de 39 aa (TIP 39), cuya función fisiológica no se conoce con precisión pero
parece estar relacionada con la respuesta a estímulos dolorosos. Por otro lado, se le atribuye
un papel de inhibidor natural de la PTH, principalmente el fragmento 7-39 TIP, el cual se fija al
PTHR1 sin activarlo pero bloqueando la acción de la PTH.
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Durante mucho tiempo se había pensado que los fragmentos C-terminales carecían de acti-
vidad al no unirse al receptor PTHR1.Tanto los fragmentos C-PTH como la 1-84 PTH pueden
regular el comportamiento de osteoclastos clonados que genéticamente carecen de receptores
PTHR1, esto proporciona la evidencia necesaria para establecer la presencia en estas células
de un tipo de receptor independiente con especificidad para la región C-terminal, el receptor
CPTHR. En la actualidad este receptor no ha sido clonado, se ha identificado en riñón y princi-
palmente a nivel óseo (osteocitos, osteoblastos y en células progenitoras de los osteoclastos).
Interacciona con los péptidos truncados y los clásicos carboxi-terminales, siendo importante
para su activación los residuos 19-38. La secuencia Leu24-Arg25-Lys26-Lys27 contribuye a la
afinidad de la PTH por este receptor.
Los fragmentos C-PTH circulantes exceden a los de 1-84 PTH al menos de 3 a 10 veces, y qui-
zás más, dependiendo de la función renal y de la concentración del calcio sérico. Además, los
fragmentos más largos se ligan al receptor CPTHR con la misma afinidad que la PTH, conside-
rándose los ligandos fisiológicos principales de este receptor.
La glándula paratiroidea secreta tanto 1-84 PTH como fragmentos C-terminales, y es la concen-
tración de calcio la que va a regular esta secreción. En situaciones de hipocalcemia el cociente
C-PTH/PTH 1-84 baja, mientras que en hipercalcemia se invierte a favor de los fragmentos C-
PTH. Por tanto, va a existir una gran heterogeneidad de moléculas de PTH circulantes que van
a actuar sobre sus órganos dianas mediante la activación de sus receptores específicos (PTHR1
y CPTHR), o bien son metabolizados en el hígado o riñón para su posterior eliminación.
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exactamente iguales a los secretados por la glándula paratiroides. Por tanto, el hígado se pue-
de considerar el principal productor de fragmentos C-PTH circulantes, procedentes del meta-
bolismo periférico de la PTH, sin que quede demostrado que dependa de la concentración de
calcio iónico extracelular como ocurre con la secreción por la glándula paratiroidea. La porción
N-terminal de la hormona es degradada localmente por las células de Kupffer, y por tanto, no
reaparecen de nuevo en la circulación.
Figura 3. Estimación de los porcentajes de los fragmentos de PTH circulantes (Kidney International (2006)
70, 240–243).
La PTH intacta actúa a nivel de sus órganos dianas, y es a través de la activación del receptor
PTHR1 el responsable de las acciones clásicas de la hormona.
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- A nivel del hueso la PTH estimula la resorción ósea. Activa los receptores PTHR1 de los
osteoblastos y de las células estromales que generan un aumento en la producción del RANKL
(Ligando del Receptor del Activador del Factor Nuclear Kappa-B), del factor de estimulación
de colonias de macrófagos (M-CSF) y posiblemente de otras citoquinas (IL-1, IL-6, y TNF-alfa),
que tienen como objetivo reducir la producción de la proteína antirresortiva, la osteoprotegeri-
na (OPG o factor de inhibición de la osteoclastogénesis). El receptor RANK (Receptor Activador
de NF-kB) se expresa en células de la estirpe macrófago-monocítica,preosteoclastos, células T y
B, células dendríticas, fibroblastos y osteoclastos maduros. Su activación promueve la diferen-
ciación de los precursores del osteoclasto y estimulan la actividad resortiva de los osteoclastos
diferenciados maduros (osteoclastogénesis). Figura 4.
Figura 4. Acción de la PTH a nivel óseo. (Harrison. Principios de Medicina Interna. 17th Edición)
Los niveles elevados de PTH aumentan RANKL y disminuyen la expresión de OPG por los
osteoblastos, por tanto aumenta el cociente RANKL/OPG, produciendo un efecto catabólico
en el hueso que favorece la diferenciación, el aumento y la activación de los osteoclastos. Sin
embargo, concentraciones de PTH intermitentes no parecen alterar el cociente RANKL/OPG,
lo cual podría explicar la disparidad de efectos de la PTH sobre el hueso. Este efecto anabólico
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El acoplamiento entre la formación y la resorción ósea (remodelado normal) permite que estos
dos pasos se realicen de forma escalonada y acoplada de tal manera que la formación de os-
teoclastos precede a la proliferación y la diferenciación de osteoblastos.
Las acciones de la PTH consideradas como “no clásicas” se deben a la activación del receptor
CPTHR por los fragmentos C-PTH, que ejerce efectos biológicos antagónicos a los que se les
atribuye a la 1-84 PTH cuando actúa sobre el receptor PTHR1. A nivel óseo se va a inhibir la
resorción ósea, promoviendo la apoptosis del osteocito, e inhibiendo la velocidad de remode-
lación ósea. Esto sugiere la posibilidad de un mecanismo fisiológico de feed-back negativo que
podría frenar la salida de calcio del hueso cuando no es necesario, ejerciendo un efecto protec-
tor y regulador fisiológico de la reserva esquelética del calcio, evitando la resorción y favoreciendo
la formación ósea en situación de hiper o normocalcemia, que es cuando los fragmentos C-
PTH están en mayor proporción.
A nivel renal, disminuye la reabsorción renal de fósforo, aumentando el fosfato sérico, sugirien-
do una entrada de calcio y fósforo en el hueso, con la consiguiente disminución de la calcemia.
Tabla 1.
Desde el punto de vista metodológico el primer ensayo inmunoquímico utilizado para la cuan-
tificación de PTH sérica fue descrito por Yalow y Berson en 1963. Emplearon técnicas de ra-
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dioinmunoanálisis (RIA) que utilizaba un único anticuerpo dirigido contra la región media o
carboxi-terminal de la molécula de PTH. Estos ensayos denominados de 1ª generación detec-
taban tanto 1-84 PTH, como una serie de fragmentos C-terminales, el No 1-84 PTH, e incluso
el amino-PTH. Estos ensayos generaban una sobreestimación del valor de PTH, principalmente
en situación de insuficiencia renal.
A pesar de este diseño, estos ensayos pueden presentar reacción cruzada con péptidos de ca-
dena larga procedentes de la región amino-terminal y que se metabolizan en algunos estadios
de la insuficiencia renal. Para intentar solucionar este problema aparecieron los ensayos de 3ª
generación o PTH entera o Bio-intacta PTH, cuya diferencia fundamental con los de 2ª genera-
ción radica en el anticuerpo de detección, que va dirigido contra los primeros aminoácidos de
la molécula de PTH (1-4) o (1-5). Estos ensayos detectan la PTH-intacta y el N-terminal, pero
no los No-1-84 PTH y los C-PTH (Tabla 2).
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La determinación de la PTH tiene varias utilidades desde el punto de vista clínico. Principal-
mente como prueba diagnóstica en el estudio etiológico de determinadas patologías que cursan
con alteración en la concentración de calcio, y de alteraciones óseas-metabólicas como el hiper-
paratiroidismo 1º (HPTP), osteoporosis y déficit de vitamina D. La concentración de PTH sérica
debe ser interpretada conjuntamente con la concentración sérica de calcio. El diagnóstico del
HPTP, tercera endocrinopatía más frecuente, con una incidencia anual del 0,2 % en personas
mayores de 60 años, debe ser sospechado en aquellos pacientes que presentan hipercalcemia
y la PTH sérica superior a la normalidad.
Hasta la fecha, dos publicaciones han comparado la sensibilidad de los ensayos de 2ª y 3ª ge-
neración para el diagnóstico de HPTP. Carnevale y cols. en su estudio con 39 pacientes encon-
traron que el 59%, el 82% y el 77% tenían una concentración de PTH superior a lo normal con
los ensayos IRMA de DiaSorin, PTH total de Scantibodies (ambos de 2ª generación) y el ensayo
de PTH entera (3ª generación), respectivamente. En otra publicación más reciente, con una
serie de 145 pacientes hiperparatiroideos operados se comparan dos ensayos de 2ª generación
(el PTH de Scantibodies y la PTH intacta del Instituto de Nichols) con dos de 3ª generación
(ensayo de la PTH entera de Scantibodies y el de Bio Intact del Instituto de Nichols), donde se
observó que el 93.8%, 97.3%, 84.2% y 89.0% respectivamente de los pacientes presentaron
una PTH elevada. Por tanto, es importante señalar como conclusión que existe una gran varia-
bilidad analítica entre los distintos ensayos, y que los de 3ª generación no mejoran la sensibili-
dad diagnóstica de los ensayos de 2ª generación para la detección de HPT primario.
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damente que la No 1-84 PTH tras la paratiroidectomía, en cuyo caso el empleo de ensayos de
3ª generación resultaría más ventajoso.
Figura 6. PTH y el turnover en la Insuficiencia Renal Crónica (Kidney International (2008) 73, 674–676)
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De hecho, en 1995 la National Kidney Foundation/ Kidney Disease Outcomes Quality Initiative
(NKF/K-DOQI) recomienda utilizar los niveles de PTH intacta como guía para la terapia farma-
cológica, y mantener la PTH intacta entre 150 y 300 pg/mL en los pacientes en estadio V de
IRC. Estas recomendaciones se basaron en los estudios histomorfométricos de biopsia ósea que
se correlacionaron con las concentraciones de PTH sérica medidas con el ensayo de Nichols
Allegro (IRMA de 2ª generación).
PROBLEMAS METODOLÓGICOS
Tanta variabilidad entre los métodos también se evidencia en los datos del control de calidad
externo. Un ejemplo lo encontramos en el Control de Calidad Externo del Reino Unido, UK-
NEQAS (United Kingdom National External Quality Assessment Service), programa de calidad
internacional reconocido para la PTH. Entre los métodos más utilizados por los laboratorios
participantes se encuentran el ElecSys (38%), y el Immulite 2000 (26%). En el 2005, la UK-
NEQAS estudia la especificidad de los diferentes ensayos distribuyendo muestras enriquecidas
con péptido sintético 7-84 y midiendo el porcentaje de recuperación con los diferentes ensa-
yos. Los resultados obtenidos sugieren grandes diferencias en la especificidad y afinidad de los
anticuerpos utilizados y por tanto, no todos los ensayos miden lo mismo, ya que cada fabrican-
te desarrolla sus propios anticuerpos.
Por otro lado, existen diferentes estándares empleados para calibrar los métodos de PTH, como
son: Los sintéticos de hPTH (1-84) comercializados por la compañía Peptide Institute (Japón)
y el Instituto Bachem (Suiza), o la hPTH (1-84) recombinante producido por el Instituto Na-
cional para los Estándares y el Control Biológicos NIBSC 95/646. Estos calibradores no están
referenciados al estándar internacional valorado para la cuantificación inmunométrica de PTH,
el WHO NIBSC 79/500, lo que hace que los resultados obtenidos por los diferentes métodos no
sean transferibles entre si. La falta de homogeneidad a la hora de calibrar los distintos métodos
plantea la necesidad de usar un estandar de referencia que garantice la armonización de los
resultados.
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zado. Recientemente, el “Grupo de Estudio de las técnicas de medida de la PTH” junto con
la Sociedad Española de Nefrología, ha realizado un estudio mediante encuesta para conocer
los métodos más utilizados en España para medir PTH. Debido a la gran variedad existente, se
planteó calcular la variabilidad intermétodos y los factores de corrección que deben aplicarse
a cada método para conocer el valor de PTH que se obtendría con el original PTH intacta de
Nichol Allegro (el utilizado por las guías NKF/K-DOQ) (Figura 7).
Figura 7. Equivalencias entre los métodos de medida de PTH más utilizados en España. Nefrología (2008)
2, 123-128.
Por otro lado, existe una estrecha correlación entre los ensayos de 2ª y 3ª generación. Aunque
la K/DOQI reconoce el potencial de los ensayos de 3ª generación, recomienda en los pacien-
tes con IRC seguir midiendo la PTH con los de 2ª, hasta que se publiquen estudios definitivos
correlacionando ensayos de 3ª generación con la biopsia ósea.
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Enero 2010
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