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En general son cuadros muy severos que alteran la globalidad de los menores afectados y
prácticamente los incapacita tanto comunicativa como socialmente. Estas alteraciones van más
allá de los menores afectados involucrando a toda la dinámica familiar.
Dentro de los Trastornos Generalizados del Desarrollo se encuentra el autismo, también mal
llamado "autismo infantil" (el autismo continúa en la adolescencia y en la adultez) que
constituye una de las patologías más devastadoras, por su inicio silencioso e insidioso y su
predominio en el tiempo, conocidas de nuestra era.
Intentaremos esbozar una visión sintética y concreta de este síndrome, mencionando sus
posibles bases causales, sus síntomas, su progresión en el tiempo y sus distintas variaciones
en la gravedad.
Trastorno Autista.
Trastorno de Rett
Trastorno Desintegrativo de la Niñez.
Trastorno de Asperger.
Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado (PDDNOS).
Centraremos el presente artículo en la patología autista o mejor dicho en el trastorno de
espectro autista.
Definición.
Prevalencia.
En 1991 se realizó en Suecia un estudio que implicaba niños entre los 7 a 16 años con
síndrome de Asperger. Se encontraron 36 por cada 10.000 con este síndrome.
También se calcula que los niños que manifiestan conductas parecidas al autismo se sitúan
entre 15 y 20 casos pos cada 10.000.
En síntesis la prevalencia del autismo se sitúa entre 2 (Alemania) y 16 (Japón) por cada 10.000
nacidos vivos.
Finalmente, el número de niños con autismo triplica al del número de niñas. Sin embargo, la
alteración se presenta con mayor severidad en niñas que en niños.
SINDROME DE ASPERGER
Las personas con Síndrome de Asperger (SA) no poseen esta habilidad, no son empáticas; se
puede decir que tienen una especie de "ceguera emocional". Para las personas más
severamente afectadas puede resultar imposible incluso reconocer el significado de una
sonrisa o, en el peor de los casos, simplemente no ver en cualquier otro gesto facial, corporal o
cualquier otro matiz de comunicación indirecta.
Del mismo modo, el control voluntario de la mímica facial puede estar comprometido. Es
frecuente que las sonrisas "voluntarias" en las fotografías familiares sean una colección de
muecas sin gracia. Por el contrario, las sonrisas espontáneas suelen ser normales. Las personas
con Síndrome de Asperger en general son incapaces de "leer entre líneas", es decir, se les
escapan las implicaciones ocultas en lo que una persona dice de forma directa y verbal.
Es importante notar, sin embargo, que debido a que es un trastorno con severidad variable,
algunos pacientes se aproximan a un nivel de normalidad en sus habilidades de comprensión e
interpretación de las señales no verbales. Encuentran particularmente abrumador el contacto
ocular y por lo tanto con frecuencia lo evitan. Esta falta de contacto ocular puede llevar a
mayores dificultades para interpretar emociones ajenas o en la forma como lo interpretan los
demás.
Por lo general se suele pensar que las personas afectadas por síntomas autísticos son
superdotadas. Sin embargo, y como sucede en el síndrome de Asperger, lo que ocurre es que
el cerebro afectado se concentra intensamente en temas específicos, lo cual puede ser
interpretado como una cualidad especial. De hecho, esta impresión errónea acerca de la
capacidad intelectual ha sido probada en estudios epidemiológicos recientes que demuestran
que los individuos con síndrome de Asperger no se diferencian del resto en lo que respecta a
su cociente intelectual.
En términos generales son atraídos por cosas ordenadas. Cuando estos intereses coinciden
con una tarea útil desde el ámbito material o social, el individuo con Asperger puede lograr
una vida ampliamente productiva. En la carrera por dominar su interés, los individuos con
Asperger a menudo manifiestan un razonamiento extremadamente sofisticado, una gran
concentración y una memoria casi perfecta.
Esto es, el niño no comprende el sentido figurado de la pregunta o no puede inferir lo que la
maestra quiere decir a partir de su tono de voz, postura o expresión facial. Ante tanta
perplejidad, el niño podría responder con una frase totalmente sin relación a lo que se está
hablando (como por ejemplo, "¿Sabe que mi padre se ha comprado una computadora
nueva?"). Ante esto, y la falta de detección del Síndrome de Asperger, desgraciadamente la
maestra podría concluir que el niño es arrogante, insubordinado o "raro".
Del mismo modo, el síndrome de Asperger puede también causar problemas en la interacción
social normal con los padres. Las dificultades para interpretar las sutiles pistas de la
comunicación preverbal pueden llevar al paciente a conflictos frecuentes e incluso a ser
ignorado en sus necesidades básicas. El niño o adolescente con Asperger con frecuencia se
siente confundido porque no es capaz de comprender en qué se equivoca. El resultado final de
estas interacciones frustrantes es mayor aislamiento.
AUTISMO
Aspectos cognoscitivos
Sin embargo, se sabe que los niños superdotados tienen características que se asemejan a las
del autismo, tales como la introversión y la propensión a las alergias. Se ha documentado
también el hecho de que los niños autistas, en promedio, tienen una cantidad
desproporcionada de familiares cercanos que son ingenieros o científicos. Todo esto se suma a
la especulación controvertida de que figuras históricas como Albert Einstein e Isaac Newton, al
igual que figuras contemporáneas como Bill Gates, padezcan posiblemente algún grado de
autismo. Observaciones de esta naturaleza han llevado a la escritora autista Temple Grandin,
entre otros, a especular que ser genio en sí "puede ser una anormalidad".
Rimland (1978) encontró que 10% de los autistas tienen "talentos extraordinarios" en campos
específicos (comparado con un 0,5% de la población general). Brown y Pilvang (2000) han
propuesto el concepto del "niño que esconde conocimiento" y han demostrado por medio de
cambios en las pruebas de inteligencia que los niños autistas tienen un potencial que se
esconde detrás de su comportamiento. Argumentan también que la falta de optimismo que
promueve gran parte de la literatura científica sobre el tema puede empeorar la situación del
individuo autista.
Se cree que las pruebas de cociente intelectual son inadecuadas para medir la inteligencia de
una persona autista, ya que están diseñadas para personas típicas. Es decir, estas pruebas
asumen que existe interés, entendimiento, conocimientos lingüísticos, motivación, habilidad
motriz, etc. Se conocen casos de personas autistas cuyo cociente intelectual cambia
drásticamente dentro de un periodo relativamente corto, lo cual probablemente no indica un
cambio real en el nivel de inteligencia.
Los autistas varían extremadamente en sus capacidades. Una misma persona puede mostrar
características de "alto funcionamiento" y otras de "bajo funcionamiento." Por lo tanto estas
etiquetas son uni-dimensionales y su descriptividad deficiente.
Las personas autistas que son de "bajo funcionamiento" en algún área pueden desarrollarse y
volverse de "alto funcionamiento" en esa misma área. Alguien diagnosticado autista puede
volverse indistinguible de alguien diagnosticado con Síndrome de Asperger.
Otras características
Una característica que se reporta comúnmente, pero que no es necesaria para un diagnóstico,
es la de déficits sensoriales o hipersensitividad sensorial. Por ejemplo, a una persona autista
puede molestarle un ruido que a una persona no autista pasa desapercibido. En muchos casos
la molestia puede ser extrema, al grado de llevar a comportamiento violento. Por otro lado, un
autista puede tener una gran tolerancia al dolor. Algunos aseguran que no se percatan del
hambre o de otras necesidades biológicas.
En una minoría de los casos (no se conocen cifras exactas) puede haber un comportamiento
auto-dañino, por ejemplo, el de golpearse la cabeza contra una pared. Otros comportamientos
típicamente descritos son los de dar vueltas constantemente y aletear las manos.
Algunos autistas consideran que el autismo les da ciertas ventajas. Éste es el caso del Premio
Nobel de Economía Vernon Smith, quien dice que el autismo es una "ventaja selectiva" ya que
le proporciona la habilidad para hiperconcentrarse (una habilidad también apuntada por
personas con TDAH).
La creencia común de que los autistas no tienen sentimientos no tiene una base real. De
hecho, los autistas parecen ser bastante sensibles en muchos sentidos. La dificultad se
presenta en la expresión de los sentimientos, que se interpreta como una falta de los mismos.