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Fecha: 26 de junio, 2009

"Los Trastornos Generalizados del Desarrollo son, en


general, cuadros muy severos que alteran la globalidad
de los menores afectados y prácticamente los incapacita
tanto comunicativa como socialmente."
Fuente: Portal psicológico

Dentro de la gama de patologías que afectan a la población infantil se


encuentran los "Trastornos Generalizados del Desarrollo" que se
encuentran en un número nada de despreciable en nuestros niños.

En general son cuadros muy severos que alteran la globalidad de los menores afectados y
prácticamente los incapacita tanto comunicativa como socialmente. Estas alteraciones van más
allá de los menores afectados involucrando a toda la dinámica familiar.

Dentro de los Trastornos Generalizados del Desarrollo se encuentra el autismo, también mal
llamado "autismo infantil" (el autismo continúa en la adolescencia y en la adultez) que
constituye una de las patologías más devastadoras, por su inicio silencioso e insidioso y su
predominio en el tiempo, conocidas de nuestra era.
Intentaremos esbozar una visión sintética y concreta de este síndrome, mencionando sus
posibles bases causales, sus síntomas, su progresión en el tiempo y sus distintas variaciones
en la gravedad.

Definición de Trastornos Generalizados del Desarrollo.

La denominación de Trastorno Generalizado del Desarrollo se comenzó a utilizar en 1980


para describir una serie de trastornos caracterizados por déficit en la interacción social, en las
actividades del pensamiento y en las habilidades comunicativas. El concepto Trastornos
Generalizados del Desarrollo es una categoría donde se agrupan distintas patologías, por lo
cual no se la debe utilizar como etiqueta diagnóstica sin especificar de que cuadro se trata.
Clasificación PDD según DSM-IV.

El Manual Estadístico y Diagnóstico de Trastornos Mentales de 1994 (DSM-IV) identifica cinco


patologías bajo el rótulo Trastornos Generalizados del Desarrollo:

Trastorno Autista.
Trastorno de Rett
Trastorno Desintegrativo de la Niñez.
Trastorno de Asperger.
Trastorno Generalizado del Desarrollo No Especificado (PDDNOS).
Centraremos el presente artículo en la patología autista o mejor dicho en el trastorno de
espectro autista.

Definición.

El autismo es un trastorno del desarrollo, heterogéneo, con muchos subtipos. Es un continuo


de diferentes dimensiones (espectro autista) y no una categoría bien definida, que se presenta
con distinta severidad en distintos cuadros del desarrollo.

Prevalencia.

En 1966 se realizó un estudio epidemiológico en el Reino Unido (Víctor Lotter) en el cual en


una población de 78.000 niños de 8 a 10 años encontró que 4,5/10.000 presentaban cuadros
semejantes al de kanner.
En 1990 un estudio epidemiológico realizado en España encontró una frecuencia similar a la
encontrada en el Reino Unido. Sin embargo, a principios de los años ochenta se ha planteado
la posibilidad de que la frecuencia del autismo varíe en los distintos grupos étnicos. Por ejemplo
en Japón aparecen cifras anormalmente altas. Lo anterior puede implicar la incidencia de
factores genéticos en la aparición del cuadro.

En 1991 se realizó en Suecia un estudio que implicaba niños entre los 7 a 16 años con
síndrome de Asperger. Se encontraron 36 por cada 10.000 con este síndrome.

También se calcula que los niños que manifiestan conductas parecidas al autismo se sitúan
entre 15 y 20 casos pos cada 10.000.

En síntesis la prevalencia del autismo se sitúa entre 2 (Alemania) y 16 (Japón) por cada 10.000
nacidos vivos.

Finalmente, el número de niños con autismo triplica al del número de niñas. Sin embargo, la
alteración se presenta con mayor severidad en niñas que en niños.

SINDROME DE ASPERGER

"Los niños con Síndrome de Asperger


manifiestan un razonamiento
extremadamente sofisticado, una gran
concentración y una memoria casi perfecta."

Fuente: Portal psicológico

Las personas neurotípicas o sin Asperger poseen un sofisticado


sentido de reconocimiento de los estados emocionales ajenos (empatía). La mayoría de las
personas son capaces de asociar información acerca de los estados cognitivos y emocionales
de otras personas basándose en pistas otorgadas por el entorno y el lenguaje corporal de la
otra persona.

Las personas con Síndrome de Asperger (SA) no poseen esta habilidad, no son empáticas; se
puede decir que tienen una especie de "ceguera emocional". Para las personas más
severamente afectadas puede resultar imposible incluso reconocer el significado de una
sonrisa o, en el peor de los casos, simplemente no ver en cualquier otro gesto facial, corporal o
cualquier otro matiz de comunicación indirecta.

Del mismo modo, el control voluntario de la mímica facial puede estar comprometido. Es
frecuente que las sonrisas "voluntarias" en las fotografías familiares sean una colección de
muecas sin gracia. Por el contrario, las sonrisas espontáneas suelen ser normales. Las personas
con Síndrome de Asperger en general son incapaces de "leer entre líneas", es decir, se les
escapan las implicaciones ocultas en lo que una persona dice de forma directa y verbal.

Es importante notar, sin embargo, que debido a que es un trastorno con severidad variable,
algunos pacientes se aproximan a un nivel de normalidad en sus habilidades de comprensión e
interpretación de las señales no verbales. Encuentran particularmente abrumador el contacto
ocular y por lo tanto con frecuencia lo evitan. Esta falta de contacto ocular puede llevar a
mayores dificultades para interpretar emociones ajenas o en la forma como lo interpretan los
demás.
Por lo general se suele pensar que las personas afectadas por síntomas autísticos son
superdotadas. Sin embargo, y como sucede en el síndrome de Asperger, lo que ocurre es que
el cerebro afectado se concentra intensamente en temas específicos, lo cual puede ser
interpretado como una cualidad especial. De hecho, esta impresión errónea acerca de la
capacidad intelectual ha sido probada en estudios epidemiológicos recientes que demuestran
que los individuos con síndrome de Asperger no se diferencian del resto en lo que respecta a
su cociente intelectual.

Un paciente afectado por el Síndrome de Asperger puede, por ejemplo, encontrarse


obsesionado por los dinosaurios; otro con la construcción de maquetas, etc. Intereses
particularmente comunes entre pacientes son los medios de transporte (por ejemplo los
trenes) y las computadoras, tal vez debido a los aspectos de la física, lógica y causa-efecto que
comparten estos ámbitos, los cuales no requieren de una interacción social (recuérdese que
carecen de empatía, se hallan menos dotados en el ámbito social). Es por ello que Hans
Asperger llamó a sus jóvenes pacientes "pequeños profesores", debido a que pacientes de tan
solo trece años de edad conocían su área de interés con la profesionalidad de un profesor
universitario.

En términos generales son atraídos por cosas ordenadas. Cuando estos intereses coinciden
con una tarea útil desde el ámbito material o social, el individuo con Asperger puede lograr
una vida ampliamente productiva. En la carrera por dominar su interés, los individuos con
Asperger a menudo manifiestan un razonamiento extremadamente sofisticado, una gran
concentración y una memoria casi perfecta.

Estas circunstancias conllevan numerosos problemas durante la infancia y la vida adulta.


Cuando una maestra pregunta a un niño con Asperger que ha olvidado su trabajo escolar
"¿Qué pasa, tu perro se comió tus deberes?", el niño con Asperger permanecerá silencioso
tratando de decidir si debe explicar a su maestra que él no tiene perro y que además los perros
no comen papel.

Esto es, el niño no comprende el sentido figurado de la pregunta o no puede inferir lo que la
maestra quiere decir a partir de su tono de voz, postura o expresión facial. Ante tanta
perplejidad, el niño podría responder con una frase totalmente sin relación a lo que se está
hablando (como por ejemplo, "¿Sabe que mi padre se ha comprado una computadora
nueva?"). Ante esto, y la falta de detección del Síndrome de Asperger, desgraciadamente la
maestra podría concluir que el niño es arrogante, insubordinado o "raro".

Del mismo modo, el síndrome de Asperger puede también causar problemas en la interacción
social normal con los padres. Las dificultades para interpretar las sutiles pistas de la
comunicación preverbal pueden llevar al paciente a conflictos frecuentes e incluso a ser
ignorado en sus necesidades básicas. El niño o adolescente con Asperger con frecuencia se
siente confundido porque no es capaz de comprender en qué se equivoca. El resultado final de
estas interacciones frustrantes es mayor aislamiento.
AUTISMO

"Los niños con autismo parecen ser bastante sensibles en muchos


sentidos. La dificultad se presenta en la expresión de los
sentimientos, que se interpreta como una falta de los mismos."

Fuente: Portal psicológico

Aspectos cognoscitivos

Anteriormente se creía que el retraso mental se presentaba con


frecuencia en individuos autistas. Uno de los problemas de esta
determinación es que se basa en una medición del cociente intelectual (CI), la cual no es
factible ni fiable en ciertas circunstancias. También se ha propuesto que puede haber
individuos sumamente autistas que sin embargo son muy inteligentes y por lo tanto capaces
de eludir un diagnóstico de autismo. Esto hace que sea imposible hacer una determinación
exacta y generalizada acerca de las características cognitivas del fenotipo autista.

Sin embargo, se sabe que los niños superdotados tienen características que se asemejan a las
del autismo, tales como la introversión y la propensión a las alergias. Se ha documentado
también el hecho de que los niños autistas, en promedio, tienen una cantidad
desproporcionada de familiares cercanos que son ingenieros o científicos. Todo esto se suma a
la especulación controvertida de que figuras históricas como Albert Einstein e Isaac Newton, al
igual que figuras contemporáneas como Bill Gates, padezcan posiblemente algún grado de
autismo. Observaciones de esta naturaleza han llevado a la escritora autista Temple Grandin,
entre otros, a especular que ser genio en sí "puede ser una anormalidad".

Hay quienes proponen que el fenotipo autista es independiente de la inteligencia. Es decir, se


pueden encontrar autistas con cualquier nivel de inteligencia. Aquellos con inteligencia por
debajo de lo normal serían los que tienden a ser diagnosticados. Aquellos con inteligencia
normal o superior serían los que ganan notoriedad, según este punto de vista.

Rimland (1978) encontró que 10% de los autistas tienen "talentos extraordinarios" en campos
específicos (comparado con un 0,5% de la población general). Brown y Pilvang (2000) han
propuesto el concepto del "niño que esconde conocimiento" y han demostrado por medio de
cambios en las pruebas de inteligencia que los niños autistas tienen un potencial que se
esconde detrás de su comportamiento. Argumentan también que la falta de optimismo que
promueve gran parte de la literatura científica sobre el tema puede empeorar la situación del
individuo autista.

Dawson (2005), una investigadora autista, ha realizado comparaciones cognitivas entre


individuos autistas y no autistas; encontró que su rendimiento relativo en las pruebas de
Wechsler y RPM son inversos. Un estudio de la Universidad Estatal de Ohio encontró que los
autistas tienen mejor rendimiento en pruebas de memoria falsa. Happe (2001) hizo pruebas a
hermanos y padres de niños autistas y propuso que el autismo puede incluir un "estilo
cognitivo" (coherencia central débil) que confiere ventajas en el procesamiento de
información.
En la actualidad, los neuropsicólogos clínicos están llevando a cabo terapias cognitivas y
evaluación e investigación sobre la implicación del lóbulo frontal en el autismo, planteando
unas posibilidades terapeúticas muy interesantes. Por tanto, el tratamiento neuropsicológico
se plantea como necesario, siempre y cuando se pueda obtener efectividad.

Alto y bajo funcionamiento

Un criterio común para la distinción entre autismo de alto y de bajo funcionamiento es un


cociente intelectual de más de 70-80 para aquellos que se dice que son de alto
funcionamiento, y de menos de 70-80 para aquellos que se dice que son de bajo
funcionamiento. Este criterio tiene varios problemas:

Se cree que las pruebas de cociente intelectual son inadecuadas para medir la inteligencia de
una persona autista, ya que están diseñadas para personas típicas. Es decir, estas pruebas
asumen que existe interés, entendimiento, conocimientos lingüísticos, motivación, habilidad
motriz, etc. Se conocen casos de personas autistas cuyo cociente intelectual cambia
drásticamente dentro de un periodo relativamente corto, lo cual probablemente no indica un
cambio real en el nivel de inteligencia.

La percepción de "bajo funcionamiento" por lo general se refiere a carencia de habla,


incapacidad para cuidarse de sí mismo, etc. Esto no siempre coincide con el criterio del
cociente intelectual. Existen personas autistas que carecen de habla (aunque se pueden
comunicar por escrito) con un cociente intelectual alto. Por otro lado, autistas con un cociente
intelectual bajo podrían poseer la capacidad del habla.

Los autistas varían extremadamente en sus capacidades. Una misma persona puede mostrar
características de "alto funcionamiento" y otras de "bajo funcionamiento." Por lo tanto estas
etiquetas son uni-dimensionales y su descriptividad deficiente.
Las personas autistas que son de "bajo funcionamiento" en algún área pueden desarrollarse y
volverse de "alto funcionamiento" en esa misma área. Alguien diagnosticado autista puede
volverse indistinguible de alguien diagnosticado con Síndrome de Asperger.

Otras características

Una característica que se reporta comúnmente, pero que no es necesaria para un diagnóstico,
es la de déficits sensoriales o hipersensitividad sensorial. Por ejemplo, a una persona autista
puede molestarle un ruido que a una persona no autista pasa desapercibido. En muchos casos
la molestia puede ser extrema, al grado de llevar a comportamiento violento. Por otro lado, un
autista puede tener una gran tolerancia al dolor. Algunos aseguran que no se percatan del
hambre o de otras necesidades biológicas.

En una minoría de los casos (no se conocen cifras exactas) puede haber un comportamiento
auto-dañino, por ejemplo, el de golpearse la cabeza contra una pared. Otros comportamientos
típicamente descritos son los de dar vueltas constantemente y aletear las manos.

Otros desórdenes, incluyendo el síndrome de Tourette, impedimentos en el aprendizaje y el


trastorno de déficit de atención, a menudo concurren con el autismo, pero no lo causan.
Debido a razones aún desconocidas, alrededor del 20% al 30% de las personas con autismo
también desarrollan epilepsia cuando llegan a la etapa adulta.

Algunos autistas consideran que el autismo les da ciertas ventajas. Éste es el caso del Premio
Nobel de Economía Vernon Smith, quien dice que el autismo es una "ventaja selectiva" ya que
le proporciona la habilidad para hiperconcentrarse (una habilidad también apuntada por
personas con TDAH).

La creencia común de que los autistas no tienen sentimientos no tiene una base real. De
hecho, los autistas parecen ser bastante sensibles en muchos sentidos. La dificultad se
presenta en la expresión de los sentimientos, que se interpreta como una falta de los mismos.

Los autistas suelen referirse a sus características obsesivas como "perseverancias" y en


algunos casos las consideran ventajosas. Algunos autistas cambian sus "perseverancias" con
regularidad y otros tienen una sola "perseverancia" principal de por vida.

Fuente: Portal Psicológico

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