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Cap- 6

Al comienzo se inicia recordando la última sesión de Marina con su terapeuta, en la


que ella le da a conocer que está enamorada de él y que comprende las
imposibilidades de la situación.

El capítulo en sí comienza cuando el terapeuta se encuentra con el problema del


baño descompuesto, el cual es el baño que utilizan los pacientes de su consulta, y
el lío que esto le trae, puesto que a él no le gusta que los pacientes utilicen el baño
de la casa.

La sesión de Marina es el día lunes a las 9 am, durante la sesión ella le narra al
terapeuta que, junto a su pareja, han tomado la decisión de contraer matrimonio y
que él y su esposa están invitados. Al terapeuta le llama la atención que la decisión
la han tomado el día anterior, y –considerando la sesión anterior- él le pregunta si
es que ella no estaría tomando una especie de atajo, resolviendo drásticamente su
vida amorosa a través de un compromiso. A través de una analogía con el buceo,
él le explica a Marina que al ir muy rápido a la superficie, sus pulmones corren el
peligro de estallar, ella le manifiesta una serie de ideas relacionadas a él siendo
atendido de emergencia en allá donde ella trabaja, ante lo que él le recuerda que
es ella la que está corriendo peligro. A raíz de lo anterior deciden cambiar un poco
el tema y llevar a cabo una sesión más alegre.

Comienzan a hablar sobre una velada que compartió Marina y su pareja en casa de
unos amigos. Allí estaba Natalia, amiga de Andrés, la pareja de Marina. La describe
como una mujer atractiva, que atrae mucho a los hombres, pero que ha cambiado
el último tiempo. Andrés le ha hablado mucho de ella y mientras Natalia
amamantaba a su hijo él estaba embobado mirando la escena. Para Marina ella
está venida a menos, con toda su polera empapada de leche y sus pezones negros,
por lo que le llama mucho la atención la reacción de Andrés, quien la miraba como
un científico que examina a un animal. El terapeuta le llama la atención sobre la
domesticación que ha sufrido Natalia. Ante lo cual Marina le expresa sus
sentimientos respecto a convertirse en una mujer ausente al expresar su sexualidad,
ante lo cual el terapeuta le indica que a veces, la sexualidad sirve para esconder
nuestros miedos.

Luego de divagar entre algunos temas, Marina relata el momento en que acepta la
proposición de matrimonio que le hizo Andrés. Marina le pregunta al analista si cree
que alguien mediocre en la cama puede ser buen analista, ante lo que vuelven a la
pregunta por el sí que ella le dio a Andrés. Marina le dice que aceptó casarse con
Andrés porque él, el analista, le dijo que no a ella, cuando le confesó su
enamoramiento. El terapeuta le pregunta que es lo ideal en su fantasea. Ella le
expresa que no es una fantasía, que ella está enamorada de él como tal vez nunca
más se vuelva a enamorar.

El terapeuta la lleva a una historia que ella narro con anterioridad. Durante un
verano, a los 15 años, Marina fue a vivir con un matrimonio mucho más joven y vivo
que sus padres. Durante la narración el terapeuta va dirigiendo la atención respecto
a cómo Marina fue estableciendo un vínculo particular y especial con David –el novio
en aquel matrimonio- al punto de querer a David “Todo para mí”. Consignando a
David como un salvavidas respecto a lo que el padre de Marina era en aquel
entonces. Asimismo, en esta ocasión el terapeuta le indica que él estaría siendo un
refugio ante la relación que ella tiene con Andrés, siendo él –el terapeuta- la
alternativa a Andrés, diciendo que lo que ocurre en este caso es muy parecido a lo
que ocurrió en aquel verano, indicando que él no es una opción real, pero sí un lugar
donde ella se puede escapar.

Ante esta explicación, Marina recalca que ella no quiere ser adoptada por él, sino
que quiere que él le haga el amor. El terapeuta responde preguntando ¿Qué te haga
el amor o que te salve? Inmediatamente después Marina expresa su necesidad de
ir al baño, ante lo cual el terapeuta se precipita a indicarle que está averiado, Marina
le dice que no importa que puede pasar al baño de la casa, pero él le dice que no,
que tan solo quedan unos minutos, agregando que prefiere que los pacientes
utilicen el baño del consultorio. Ante esta situación el terapeuta decide terminar la
sesión con diez minutos de anticipación. Marina, con un tono especial, le pregunta
si es porque no quiere que su esposa la vea o que ella vea a su esposa, luego
acepta la situación y vuelve a sentarse. Luego, ante la intención de interpretar la
situación del baño, Marina le dice al terapeuta que deje de interpretar, y le expresa
que lo que más le molesta es que sin importar lo que ella diga o haga, para él “Acá
no pasa nada”, convirtiéndola a ella en una adolescente que no hay que tomar en
serio. Luego le expresa que cuando ella lo vio por primera vez vio a un hombre
muerto y quiso agarrar su corazón con las manos, abrazarlo. El terapeuta indica que
la sesión debe terminar y Marina dice que quiere abrazarlo, pero es cobarde y no
puede, y que le gustaría que el tampoco fuese cobarde y la abrazara, antes de salir
le pregunta si él quiere que ella se case o no con Andrés, ante lo cual el terapeuta
guarda silencio y Marina se retira de la consulta.

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