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Tsunami

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Para otros usos de este término, véase Tsunami (desambiguación).

Esquema de un tsunami

Animación de un tsunami

Play media
Simulación de un tsunami

Efectos de un tsunami

Un tsunami1 (del japonés 津 [tsu], «puerto o bahía», y 波 [nami], «ola»)2 es un evento


complejo que involucra un grupo de olas en un cuerpo de agua de gran energía y de tamaño
variable que se producen cuando algún fenómeno extraordinario, por ejemplo, un
maremoto, erupción volcánica, u otra explosión subacuática (incluidas detonaciones,
deslizamientos de terreno, desprendimientos de hielo glaciar, impacto de meteoritos y otros
eventos) desplaza verticalmente una gran masa de agua.3 A diferencia de las olas oceánicas
normales producidas por el viento, o las mareas, que son generadas por la atracción
gravitatoria del Sol y la Luna, un tsunami es generado por el desplazamiento de agua.

Este tipo de olas desplazan una cantidad de agua muy superior a las olas superficiales
producidas por el viento. Se calcula que el 90% de estos fenómenos son provocados por
terremotos, en cuyo caso reciben el nombre más correcto y preciso de «tsunamis
tectónicos». La energía de un maremoto depende de su altura, de su longitud de onda y de
la longitud de su frente. La energía total descargada sobre una zona costera también
dependerá de la cantidad de picos que lleve el tren de ondas.4 Es frecuente que un tsunami
que viaja grandes distancias, disminuya la altura de sus olas, pero siempre mantendrá una
velocidad determinada por la profundidad sobre la cual el tsunami se desplaza.
Normalmente, en el caso de los tsunamis tectónicos, la altura de la onda de tsunami en
aguas profundas es del orden de 1.0 metros, pero la longitud de onda puede alcanzar
algunos cientos de kilómetros. Esto es lo que permite que aun cuando la altura en océano
abierto sea muy baja, esta altura crezca en forma abrupta al disminuir la profundidad, con
lo cual, al disminuir la velocidad de la parte delantera del tsunami, necesariamente crezca la
altura por transformación de energía cinética en energía potencial. De esta forma una masa
de agua de algunos metros de altura puede arrasar a su paso hacia el interior.

Índice
 1 Causas y fenomenología
o 1.1 Física de los tsunamis tectónicos
o 1.2 Dispersión de la energía debido al alargamiento del frente de onda
o 1.3 Tsunamis con otros orígenes
 2 Tsunamis en el pasado
o 2.1 Isla Santorini (1650 a. C.)
o 2.2 Golfo de Cádiz
o 2.3 Tsunami de Alejandría (365 d. C.)
o 2.4 Valparaíso (1730)
o 2.5 Callao (1746)
o 2.6 Lisboa (1755)
o 2.7 Krakatoa (1883)
o 2.8 Mesina (1908)
o 2.9 Océano Pacífico (1946)
o 2.10 Alaska (1958)
o 2.11 Valdivia (1960)
o 2.12 Colombia (1979)
o 2.13 Nicaragua (1992)
o 2.14 Hokkaido (1993)
o 2.15 Océano Índico (2004)
o 2.16 Chile Central y Sur (2010)
o 2.17 Japón (2011)
o 2.18 Indonesia (2018)
o 2.19 Erupción del Anak Krakatoa (2018)
 3 Sistemas de alerta
 4 Prevención
o 4.1 Las barreras naturales
 5 Diferencias entre tsunamis y marejadas
 6 Véase también
 7 Referencias
 8 Enlaces externos
Causas y fenomenología
Antiguamente, el término tsunami se utilizaba para referirse a las olas producidas por
huracanes y temporales que podían entrar tierra adentro, pero estas no dejaban de ser olas
superficiales producidas por el viento. Tampoco se debe confundir con la ola producida por
la marea conocida como macareo. Este es un fenómeno regular y mucho más lento, aunque
en algunos lugares estrechos y de fuerte desnivel pueden generarse fuertes corrientes.

La mayoría de los tsunamis son originados por terremotos de gran magnitud bajo la
superficie acuática. Para que se origine un tsunami, el fondo marino debe ser movido de
manera abrupta en sentido vertical, de modo que una gran masa de agua del océano sea
impulsada fuera de su equilibrio normal. Cuando esta masa de agua trata de recuperar su
equilibrio genera olas. El tamaño del tsunami estará determinado por la magnitud de la
deformación vertical del fondo marino entre otros parámetros como la profundidad del
lecho marino. No todos los terremotos bajo la superficie acuática generan tsunamis, sino
solo aquellos de gran magnitud, con hipocentro en el punto de profundidad adecuado.

Un tsunami tectónico producido en un fondo oceánico de 5 km de profundidad desplazará


toda la columna de agua desde el fondo hasta la superficie. El desplazamiento vertical
puede ser tan solo de centímetros; pero, si se produce a la suficiente profundidad, la
velocidad será muy alta y la energía transmitida a la onda será enorme. Aun así, en alta mar
la ola pasa casi desapercibida, ya que queda camuflada entre las olas superficiales. Sin
embargo, destacan en la quietud del fondo marino, el cual se agita en toda su profundidad.

La zona más afectada por este tipo de fenómenos es el océano Pacífico, debido a que en él
se encuentra la zona de sismos más activa del planeta, el cinturón de fuego. Por ello, es el
único océano con un sistema de alertas verdaderamente eficaz.

Física de los tsunamis tectónicos

No existe un límite claro respecto de la magnitud necesaria de un sismo como para generar
un tsunami. Los elementos determinantes para que ocurra un tsunami son la magnitud del
sismo originador, la profundidad del hipocentro y la morfología de las placas tectónicas
involucradas. Esto hace que para algunos lugares del planeta se requieran grandes sismos
para generar un tsunami, en tanto que para otros baste con de sismos de menor magnitud.
En otros términos, la geología local, la magnitud y la profundidad focal son parte de los
elementos que definen la ocurrencia o no de un tsunami de origen tectónico.4

La velocidad de las olas puede determinarse a través de la ecuación:

donde D es la profundidad del agua que está directamente sobre el sismo y g, la gravedad
terrestre (9,8 m/s²).5
A las profundidades típicas de 4-5 km las olas viajarán a velocidades en torno a los 600
kilómetros por hora o más. Su amplitud superficial o altura de la cresta H puede ser
pequeña, pero la masa de agua que agitan es enorme, y por ello su velocidad es tan grande;
y no solo eso, pues la distancia entre picos (longitud de onda) también lo es. Es habitual
que la longitud de onda de la cadena de olas de un tsunami sea de 100 km, 200 km o más.

Cuando la ola entra en aguas poco profundas, se ralentiza y aumenta su amplitud (altura).

El intervalo de tiempo entre cresta y cresta (período de la onda) puede durar desde menos
de diez minutos hasta media hora o más. Cuando la ola entra en la plataforma continental,
la disminución drástica de profundidad hace que la velocidad de la ola disminuya y
empiece a aumentar su altura. Al llegar a la costa, la velocidad habrá decrecido hasta unos
50 kilómetros por hora, mientras que la altura ya será de unos 3 a 30 m, dependiendo del
tipo de relieve que se encuentre. La distancia entre crestas (longitud de onda L) también se
estrechará cerca de la costa.

Debido a que la onda se propaga en toda la columna de agua, desde la superficie hasta el
fondo, se puede hacer la aproximación a la teoría lineal de la hidrodinámica. Así, el flujo de
energía E se calcula como:

siendo 'd' la densidad del fluido.

La teoría lineal predice que las olas conservarán su energía mientras no rompan en la costa.
La disipación de la energía cerca de la costa dependerá, de las características del relieve
marino. La manera como se disipa dicha energía antes de romper depende de la relación
H/h. Una vez que llega a tierra, la forma en que la ola rompe depende de la relación H/L.
Como L siempre es mucho mayor que H, las olas romperán como lo hacen las olas bajas y
planas. Esta forma de disipar la energía es poco eficiente, y lleva a la ola adentrarse en
tierra como una gran marea.4

A la llegada a la costa la altura aumentará, pero seguirá teniendo forma de onda plana. Se
puede decir que hay un trasvase de energía de velocidad a amplitud. La ola se frena pero
gana altura. Pero la amplitud no es suficiente para explicar el poder destructor de la ola.
Incluso en un tsunami de menos de 5 m los efectos pueden ser devastadores. La ola arrastra
una masa de agua mucho mayor que cualquier ola convencional, por lo que el primer
impacto del frente de la onda viene seguido del empuje del resto de la masa de agua
perturbada que presiona, haciendo que el mar se adentre mucho en tierra. Por ello, la
mayoría de los tsunamis tectónicos se asemejan a una poderosa riada, en la cual es el mar el
que inunda a la tierra, y lo hace a gran velocidad.

Antes de su llegada, el mar acostumbra a retirarse de la costa, que en caso de fondos


relativamente planos, puede llegar a varios centenares de metros, como una rápida marea
baja. Desde entonces hasta que llega la ola principal pueden pasar de 5 a 10 minutos, como
también existen casos en los que han transcurrido horas para que la marejada llegue a tierra.
A veces, antes de llegar la cadena principal de olas del tsunami, que realmente arrasará la
zona, pueden aparecer «micro tsunamis» de aviso. Así ocurrió el 26 de diciembre de 2004
en las costas de Sri Lanka donde, minutos antes de la llegada de la ola fuerte, pequeños
tsunamis entraron unos cincuenta metros playa adentro, provocando el desconcierto entre
los bañistas antes de que se les echara encima la ola mayor. Según testimonios, «se vieron
rápidas y sucesivas mareas bajas y altas, luego el mar se retiró por completo y solo se sintió
el estruendo atronador de la gran ola que venía».

En la animación del tsunami del Índico de 2004 se puede observar cómo la onda se curva
por los extremos y cómo Bangladés apenas sufre sus efectos, mientras que Sri Lanka, en la
dirección de la zona central de la ola, la recibe de lleno.

Debido a que la energía de los tsunamis tectónicos es casi constante, pueden llegar a cruzar
océanos y afectar a costas muy alejadas del lugar del suceso. La trayectoria de las ondas
puede modificarse por las variaciones del relieve abisal, fenómeno que no ocurre con las
olas superficiales. En los tsunamis tectónicos, dado que se producen debido al
desplazamiento vertical de una falla, la onda que generan suele ser un tanto especial. Su
frente de onda es recto en casi toda su extensión. Solo en los extremos se va diluyendo la
energía al curvarse. La energía se concentra, pues, en un frente de onda recto, lo que hace
que las zonas situadas justo en la dirección de la falla se vean relativamente poco afectadas,
en contraste con las zonas que quedan barridas de lleno por la ola, aunque estas se sitúen
mucho más lejos. El peculiar frente de onda es lo que hace que la ola no pierda energía por
simple dispersión geométrica, sobre todo en su zona más central. El fenómeno es parecido a
una onda encajonada en un canal o río. La onda, al no poder dispersarse, mantiene
constante su energía. En un tsunami existe, cierta dispersión pero, sobre todo, en las zonas
más alejadas del centro del frente de onda recto.
Dispersión de la energía debido al alargamiento del frente de onda

Hay quienes sostienen6 que los tsunamis son ejemplos de un tipo especial de ondas no
lineales denominadas solitones.

El fenómeno físico 7 de los solitones fue descrito, en el siglo XIX, por J. S. Russell en
canales de agua7 de poca profundidad, y son observables también en otros lugares. Al
respecto se ha expresado que:

...en ríos (de varios metros de altura: mascaret del río Sena o bore del río Severn ) y en
estrechos (como en la pycnoclina del estrecho de Gibraltar, donde pueden alcanzar hasta
cien metros de amplitud aunque sean apenas perceptibles en la superficie del mar) o en el
océano (maremoto es una ola gigantesca en un puerto que ocurre como etapa final de una
onda solitaria que ha recorrido de tres a cuatro mil kilómetros a unos ochocientos
kilómetros por hora, por ejemplo de Alaska a Hawái).8

Tsunamis con otros orígenes

Existen otros mecanismos generadores de tsunamis menos corrientes que también pueden
producirse por erupciones volcánicas, deslizamientos de tierra, meteoritos, explosiones
submarinas y de origen meteorológico conocidos como meteotsunami9. Estos fenómenos
pueden producir olas enormes, mucho más altas que las de los tsunamis corrientes. De
todas estas causas alternativas, la más común es la de los deslizamientos de tierra
producidos por erupciones volcánicas explosivas, que pueden hundir islas o montañas
enteras en el mar en cuestión de segundos. También existe la posibilidad de
desprendimientos naturales tanto en la superficie como debajo de ella. Este tipo de
maremotos difieren drásticamente de los maremotos tectónicos.

En primer lugar, la cantidad de energía que interviene. Está el terremoto del océano Índico
de 2004, con una energía desarrollada de unos 32.000 MT. Solo una pequeña fracción de
esta se traspasará al maremoto. Por el contrario, un ejemplo clásico de este tipo de tsunamis
es la explosión del volcán Krakatoa, cuya erupción generó una energía de 300 MT. Sin
embargo, se midió una altitud en las olas de hasta 50 m, muy superior a la de las medidas
por los tsunamis del océano Índico. La razón de estas diferencias estriba en varios factores.
Por una parte, el mayor rendimiento en la generación de las olas por parte de este tipo de
fenómenos, menos energéticos pero que transmiten gran parte de su energía al mar. En un
seísmo (o sismo), la mayor parte de la energía se invierte en mover las placas. Pero, aun así,
la energía de los maremotos tectónicos sigue siendo mucho mayor que la de los mega
maremotos. Otra de las causas es el hecho de que un maremoto tectónico distribuye su
energía a lo largo de una superficie de agua mucho mayor, mientras que los mega
maremotos parten de un suceso muy puntual y localizado. En muchos casos, los mega
maremotos también sufren una mayor dispersión geométrica, debido justamente a la
extrema localización del fenómeno. Además, suelen producirse en aguas relativamente
poco profundas de la plataforma continental. El resultado es una ola con mucha energía en
amplitud superficial, pero de poca profundidad y menor velocidad. Este tipo de fenómenos
son increíblemente destructivos en las costas cercanas al desastre, pero se diluyen con
rapidez. Esa disipación de la energía no solo se da por una mayor dispersión geométrica,
sino también porque no suelen ser olas profundas, lo cual conlleva turbulencias entre la
parte que oscila y la que no. Eso comporta que su energía disminuya bastante durante el
trayecto.

Recreación gráfica de un maremoto aproximándose a la costa

El ejemplo típico de megatsunami es el causado por la caída de un meteorito en el océano.


Este evento produciría ondas curvas de gran amplitud inicial, bastante superficiales, que sí
tendrían dispersión geométrica y disipación por turbulencia, por lo que, a grandes
distancias, quizá los efectos no serían tan dañinos. Una vez más los efectos estarían
localizados, sobre todo, en las zonas cercanas al impacto. El efecto es exactamente el
mismo que el de lanzar una piedra a un estanque. Evidentemente, si el meteorito fuera lo
suficientemente grande, daría igual cuán alejado se encontrara el continente del impacto,
pues las olas lo arrasarían de todas formas con una energía inimaginable. Tsunamis
apocalípticos de esa magnitud debieron producirse hace 65 millones de años cuando un
meteorito cayó en la actual península de Yucatán. Este mecanismo generador es, sin duda,
el más raro de todos; de hecho, no se tienen registros históricos de ninguna ola causada por
un impacto.4

Algunos geólogos especulan que un mega tsunami podría producirse en un futuro próximo
(en términos geológicos) cuando se produzca un deslizamiento en el volcán de la parte
inferior de la isla de La Palma, en las islas Canarias (cumbre Vieja). Sin embargo, aunque
existe esa posibilidad (de hecho algunos valles de Canarias, como el de Güímar, en
Tenerife, o el del Golfo, en El Hierro, se formaron por episodios geológicos de este tipo),
no parece que eso pueda ocurrir a corto plazo.

Tsunamis en el pasado
Se conservan muchas descripciones de olas catastróficas en la Antigüedad, especialmente
en la zona mediterránea.

Isla Santorini (1650 a. C.)

Artículo principal: Erupción minoica

Algunos autores afirman que la leyenda de la Atlántida está basada en la dramática


desaparición de la civilización minoica que habitaba en Creta en el siglo XVI a. C. Según
esta hipótesis, las olas que generó la explosión de la isla volcánica de Santorini destruyeron
al completo la ciudad de Teras, que se situaba en ella y que era el principal puerto
comercial de los minoicos. Dichas olas habrían llegado a Creta con 100 o 150 m de altura,
asolando puertos importantes de la costa norte de la isla, como los de Cnosos.
Supuestamente, gran parte de su flota quedó destruida y sus cultivos malogrados por el
agua de mar y la nube de cenizas. Los años de hambruna que siguieron debilitaron al
gobierno central, y la repentina debilidad de los antaño poderosos cretenses los dejó a
merced de las invasiones. La explosión de Santorini pudo ser muy superior a la del volcán
Krakatoa.

Golfo de Cádiz

Los investigadores Antonio Rodríguez Ramírez y Juan Antonio Morales González , de los
Departamentos de Geodinámica-Paleontología y Geología de la Facultad de Ciencias
Experimentales de la Universidad de Huelva, han estudiado abundantes restos de tsunamis
en el golfo de Cádiz. Estos estudios se han centrado en el estuario del Tinto-Odiel y en el
del Guadalquivir. Las evidencias más antiguas corresponden al Guadalquivir con un
episodio del 1500-2000 años antes de nuestra era, afectando a áreas que distan más de
15 km de la costa. En el estuario del Tinto-Odiel aparecen depósitos sedimentarios
relacionados con tsunamis históricos del 382-395, 881, 1531 y 1755.

En el 218 a. C. y 210 a. C. hubo un tsunami en la península ibérica.10 Se tomó el golfo de


Cádiz como objeto de estudio principal y se ha llegado a la conclusión de que hubo una
gigantesca ruptura de estratos. Un tsunami se hace reconocible por los destrozos
impresionantes de los que quedan restos detectables siglos después; estos desastres
ambientales de transformación del paisaje costero a través de la paleogeografía se puede
reconstruir. Las ondas de tsunami llegan a zonas donde no llega habitualmente el agua
marina y esos restos son los que prueban esas catástrofes. Esta se ha registrado en el
estuario del Guadalquivir y en el área de Doñana. Luego el estudio se ha ampliado a la
costa atlántica y se ha comparado con las consecuencias paleogeográficas producidas en el
gran tsunami y terremoto de Lisboa de 1755.

Este estudio nos señala que existen zonas predispuestas a que haya tsunamis, es decir a
sufrir esta expulsión de energía por parte de la naturaleza.11

Tsunami de Alejandría (365 d. C.)

El historiador Amiano Marcelino describió con todo detalle el tsunami que tuvo lugar en
Alejandría y devastó la metrópoli y las orillas del Mediterráneo oriental el 21 de julio del
365.12

Valparaíso (1730)

Artículo principal: Terremoto de Valparaíso de 1730

El 8 de julio a las 04:45 toda el área central de Chile fue remecida por un fuerte terremoto
que causó daños en Valparaíso, La Serena, Coquimbo, Illapel, Petorca y Tiltil. El tsunami
resultante afectó alrededor de 1000 km de costa. Por primera vez en su historia, el puerto de
Valparaíso fue inundado y severamente dañado. En las partes bajas de El Almendral todas
las casas, fortificaciones y bodegas fueron destruidas por la inundación. 13También inundó
el sector cubierto hoy en día por la avenida Argentina, llegando hasta los pies de Santos
Ossa.14

El terremoto y tsunami de 1730 inundó Valparaíso, arrasó Concepción, hizo retroceder las
aguas del río Valdivia e incluso llegó a Perú. El tsunami también cruzó el Océano Pacífico
hasta Japón, donde inundó casas y campos de arroz en la península de Oshika en Sendai.14

Callao (1746)

Artículo principal: Terremoto de Lima de 1746

El 28 de octubre de 1746 ocurrió un fuerte terremoto en toda la costa central del Perú, que
tuvo su epicentro en el mar frente a Lima y el Callao, El fuerte sismo fue causado por el
proceso normal de subducción de la Placa de Nazca bajo la Placa Sudamericana. Unos
treinta minutos después del sismo se produjo un tsunami con olas de 10 a 15 metros de
altura que inundaron y destruyeron el Puerto del Callao. Casi todos los habitantes de la
ciudad que en esa época era de unos 5000 aproximadamente perecieron en este desastre.
Puesto que el agua avanzó cerca de 1 legua o 5.57 km tierra adentro, aun alcanzó a aquellos
que trataban de huir hacia Lima. solo 200 personas lograron salvarse aferrándose a objetos
de madera y fueron lanzados entre el área de la costa y la isla San Lorenzo, a una distancia
de hasta 8 km. De los 23 barcos anclados en el puerto, 19 se hundieron y 4 fueron llevados
tierra adentro.

Cuando el mar retrocedió la mayoría de las casas y edificios fueron arrancados de sus
cimientos y llevados por las aguas, además dejaron expuestos los cadáveres, algunos
desechos, resultado de la violencia de las aguas. Una gran parte de las murallas de la
ciudad, incluyendo la puerta, fueron arrastradas también. A eso de las 04:00 del día
siguiente, el Callao fue nuevamente inundado por otra ola. La máxima altura de inundación
fue estimada en 24 metros, en el área de la costa verde. El maremoto llegó hasta
Concepción (Chile); y en Acapulco (México),

Después de la tragedia, el mar nunca volvió a su límite anterior, es decir, gran parte del
Callao se hundió.

Lisboa (1755)
Terremoto de Lisboa de 1755

El denominado terremoto de Lisboa de 1755, ocurrido el 1 de noviembre de dicho año,15 y


al que se ha atribuido una magnitud de 9 en la escala de Richter (no comprobada ya que no
existían sismógrafos en la época), tuvo su epicentro en la falla Azores-Gibraltar, a 37° de
latitud Norte y 10° de longitud Oeste (a 800 km al suroeste de la punta sur de Portugal).
Además de destruir Lisboa y hacer temblar el suelo hasta Alemania,16 el terremoto produjo
un gran maremoto que afectó a todas las costas atlánticas. Entre treinta minutos y una hora
después de producirse el sismo, olas de entre 6 y 20 metros sobre el puerto de Lisboa y
sobre ciudades del suroeste de la península ibérica mataron a millares de personas y
destruyeron poblaciones. Más de un millar de personas perecieron solamente en Ayamonte
y otras tantas en Cádiz; numerosas poblaciones en el Algarve resultaron destruidas y las
costas de Marruecos y Huelva quedaron gravemente afectadas. Antes de la llegada de las
enormes olas, las aguas del estuario del Tajo se retiraron hacia el mar, mostrando
mercancías y cascos de barcos olvidados que yacían en el lecho del puerto.1718 Las olas se
propagaron, entre otros lugares, hasta las costas de Martinica, Barbados, América del Sur y
Finlandia.19

Krakatoa (1883)

El 27 de agosto de 1883 a las diez y cinco (hora local),20 la descomunal explosión del
Krakatoa, que hizo desaparecer al citado volcán junto con aproximadamente el 45% de la
isla que lo albergaba, produjo una ola de entre 15 y 42 metros de altura, según las zonas,21
que acabó con la vida de aproximadamente 20.000 personas.22

La unión de magma oscuro con magma claro en el centro del volcán fue lo que originó
dicha explosión. Pero no solo las olas mataron ese día. Enormes coladas piroclásticas
viajaron incluso sobre el fondo marino y emergieron en las costas más cercanas de Java y
Sumatra, haciendo hervir el agua y arrasando todo lo que encontraban a su paso. Asimismo,
la explosión emitió a la estratosfera gran cantidad de aerosoles, que provocaron una bajada
global de las temperaturas. Además, hubo una serie de erupciones que volvieron a formar
un volcán, que recibió el nombre de Anak Krakatoa, es decir, ‘el hijo del Krakatoa’.

Mesina (1908)

En la madrugada del 28 de diciembre de 190823 se produjo un terrible terremoto en las


regiones de Sicilia y de Calabria, en el sur de Italia. Fue acompañado de un tsunami que
arrasó completamente la ciudad de Mesina, en Sicilia.24 La ciudad quedó totalmente
destruida y tuvo que ser levantada de nuevo en el mismo lugar. Se calcula que murieron
cerca de 70.000 personas en la catástrofe (200.000 según estimaciones de la época).15 La
ciudad contaba entonces con unos 150.000 habitantes. También la ciudad de Regio de
Calabria, situada al otro lado del estrecho de Mesina, sufrió importantes consecuencias.
Fallecieron unas 15.000 personas, sobre una población total de 45.000 habitantes.

Océano Pacífico (1946)


Un terremoto en el océano Pacífico provocó un maremoto que acabó con 165 vidas en
Hawái y Alaska. Este maremoto hizo que los estados de la zona del Pacífico creasen un
sistema de alertas, que entró en funcionamiento en 1949.

Alaska (1958)

Artículo principal: Tsunami de bahía Lituya

El 9 de julio de 1958, en la bahía Lituya, al noreste del golfo de Alaska, un fuerte sismo, de
8,3 grados en la escala de Richter, hizo que se derrumbara prácticamente una montaña
entera, generando una pared de agua que se elevó sobre los 580 metros, convirtiéndose en
la ola más grande de la que se tenga registro, llegando a calificarse el suceso de
megatsunami.

Valdivia (1960)

Artículo principal: Terremoto de Valdivia de 1960

Vista de una calle en el centro de Valdivia tras el maremoto del 22 de mayo de 1960

El terremoto de Valdivia (también llamado el Gran Terremoto de Chile), ocurrido el 22 de


mayo de 1960, es el sismo de mayor magnitud registrado hasta ahora por sismógrafos a
nivel mundial. Se produjo a las 15:11 (hora local), tuvo una magnitud de 9,5 en la escala de
Richter y una intensidad de XI a XII en la escala de Mercalli, y afectó al sur de Chile. Su
epicentro se localizó en Valdivia, a los 39,5º de latitud sur y a 74,5º de longitud oeste; el
hipocentro se localizó a 35 km de profundidad, aproximadamente 700 km al sur de
Santiago. El sismo causó un maremoto que se propagó por el océano Pacífico y devastó
Hilo a 10 000 km del epicentro, como también las regiones costeras de Sudamérica. El
número total de víctimas fatales causadas por la combinación de terremoto y maremoto se
estima en 3000.

En los minutos posteriores un maremoto arrasó lo poco que quedaba en pie. El mar se
recogió por algunos minutos y luego una gran ola se levantó acabando a su paso con casas,
animales, puentes, botes y, por supuesto, muchas vidas humanas. Cuando el mar se recogió
varios metros, la gente pensó que el peligro había pasado y en vez de alejarse caminaron
hacia las playas, recogiendo pescados, moluscos y otros residuos marinos. Para el momento
en que se percataron de la gran ola, ya era demasiado tarde.25

Como consecuencia del terremoto se originó un tsunami que arrasó con algunos lugares de
las costas de Japón (142 muertes y daños por 50 millones de dólares), Hawái
(61 fallecimientos y 75 millones de dólares en daños), Filipinas (32 víctimas y
desaparecidos). La costa oeste de Estados Unidos también registró un maremoto, que
provocó daños por más de medio millón de dólares estadounidenses.

Colombia (1979)

Artículo principal: Terremoto de Colombia de 1979

Un terremoto importante de magnitud 8,1 grados Richter ocurrió a las 02:59:43 (UTC) el
12 de diciembre de 1979 a lo largo de la costa pacífica de Colombia y el Ecuador. El
terremoto y tsunami asociado fueron responsables de la destrucción de por lo menos seis
municipios de pesca y de la muerte de centenares de personas en el departamento de Nariño
en Colombia. El terremoto se sintió en Bogotá, Pereira, Cali, Popayán, Buenaventura,
Medellín y otras ciudades y partes importantes en Colombia, y en Guayaquil, Esmeraldas,
Quito y otras partes de Ecuador. El tsunami de Tumaco causó, al romper contra la costa,
gran destrucción en la ciudad de Tumaco y las poblaciones de El Charco, San Juan,
Mosquera y Salahonda en el Pacífico colombiano. Este fenómeno dejó un saldo de
259 muertos, 798 heridos y 95 desaparecidos.

Nicaragua (1992)

Un terremoto ocurrido en las costas del pacífico de Nicaragua, de entre 7,2 y 7,8 grados en
la escala de Richter, el 2 de septiembre de 1992, provocó un tsunami con olas de hasta 10
metros de altura, que azotó gran parte de la costa del Pacífico de este país, provocando más
de 170 muertos y afectando a más de 40.000 personas, en al menos una veintena de
comunidades, entre ellas San Juan del Sur. 26

Hokkaido (1993)

Un tsunami imprevisto ocurrió a lo largo de la costa de Hokkaido en Japón, como


consecuencia de un terremoto, el 12 de julio de 1993. Como resultado, 202 personas de la
pequeña isla de Okushiri perdieron la vida, y centenares resultaron heridas. Este maremoto
provocó que algunas oficinas cayeran en quiebra, las olas adquirieron una altura de 31
metros, pero solo atacó a esta isla.

Océano Índico (2004)

Artículo principal: Terremoto del océano Índico de 2004


Animación del tsunami de 2004 en Indonesia

Tsunami provocado por el terremoto del océano Índico de 2004 en Tailandia.

Hasta la fecha, el tsunami más devastador ocurrió el 26 de diciembre de 2004 en el océano


Índico, con un número de víctimas directamente atribuidas al tsunami de aproximadamente
280.000 personas. Las zonas más afectadas fueron Indonesia y Tailandia, aunque los
efectos destructores alcanzaron zonas situadas a miles de kilómetros: Malasia, Bangladés,
India, Sri Lanka, las Maldivas e incluso Somalia, en el este de África. Esto dio lugar a la
mayor catástrofe natural ocurrida desde el Krakatoa, en parte debido a la falta de sistemas
de alerta temprana en la zona, quizás como consecuencia de la poca frecuencia de este tipo
de sucesos en esta región.

El terremoto fue de 9,1 grados: el tercero más poderoso tras el terremoto de Alaska (9,2) y
de Valdivia (Chile) de 1960 (9,5). En Banda Aceh formó una pared de agua de 10 o 18 m
de altura penetrando en la isla 1 o 3 km desde la costa al interior; solo en la isla de Sumatra
murieron 228.440 personas o más. Sucesivas olas llegaron a Tailandia, con olas de 15
metros que mataron a 5.388 personas; en la India murieron 10.744 personas y en Sri Lanka,
hubo 30.959 víctimas. Este tremendo tsunami fue debido además de a su gran magnitud
(9,1), a que el epicentro estuvo solo a 9 km de profundidad, y a que la rotura de la placa
tectónica fue de 1.600 km de longitud (600 km más que en el terremoto de Chile de 1960).

Chile Central y Sur (2010)

Artículo principal: Terremoto de Chile de 2010

El terremoto de Chile de 2010 fue un fuerte sismo ocurrido a las 3:34:17 hora local (UTC-
3), del 27 de febrero de 2010, que alcanzó una magnitud de 8,8 MW de acuerdo al Servicio
Sismológico de Chile y al Servicio Geológico de Estados Unidos. El epicentro se ubicó en
la costa frente a la localidad de Cobquecura, aproximadamente 150 km al noroeste de
Concepción y a 63 km al suroeste de Cauquenes, y a 47,4 km de profundidad bajo la
corteza terrestre.

Un fuerte tsunami impactó las costas chilenas como producto del terremoto, destruyendo
varias localidades ya devastadas por el impacto telúrico. El Archipiélago de Juan
Fernández, pese a no sentir el sismo, fue impactado por las marejadas que arrasaron con su
único poblado, San Juan Bautista, en la Isla Robinson Crusoe. La alerta de tsunami
generada para el océano Pacífico se extendió posteriormente a 53 países ubicados a lo largo
de gran parte de su cuenca, llegando a Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, la
Antártida, Nueva Zelanda, la Polinesia Francesa y las costas de Hawái.

El sismo es considerado como el segundo más fuerte en la historia del país y uno de los
diez más fuertes registrados por la humanidad. solo es superado a nivel nacional por el
cataclismo del terremoto de Valdivia de 1960, el de mayor intensidad registrado mediante
sismómetros. El sismo chileno fue 31 veces más fuerte y liberó cerca de 178 veces más
energía que el devastador terremoto de Haití ocurrido el mes anterior. La energía liberada
fue cercana a 100 000 bombas atómicas como la liberada en Hiroshima en 1945.

Anexo:Tsunami del terremoto de Chile de 2010

Japón (2011)

Artículo principal: Terremoto y tsunami de Japón de 2011

Vista de Sendai, inundada tras el terremoto y el posterior tsunami.

Play media
Animación del maremoto de Japón 2011, realizada por el NOAA

El 11 de marzo de 2011 un terremoto magnitud 9.0 en la escala de Richter golpeó Japón.

Tras el sismo se generó una alerta de maremoto (tsunami) para la costa pacífica del Japón y
otros países, incluidos Nueva Zelanda, Australia, Rusia, Guam, Filipinas, Indonesia, Papúa
Nueva Guinea, Nauru, Hawái, islas Marianas del Norte, Estados Unidos, Taiwán, América
Central, México y las costas de América del Sur, especialmente Colombia, Ecuador, Perú y
Chile.27 La alerta de tsunami emitida por el Japón fue la más grave en su escala local de
alerta, lo que implica que se esperaba una ola de 10 metros de altura. La agencia de noticias
Kyodo informó que un tsunami de 4 m de altura había golpeado la Prefectura de Iwate en
Japón. Se observó un tsunami de 10 metros de altura en el aeropuerto de Sendai, en la
prefectura de Miyagi,28 que quedó inundado, con olas que barrieron coches y edificios a
medida que se adentraban en tierra.29

Se habrían detectado, horas más tarde, alrededor de 105 réplicas del terremoto, una alerta
máxima nuclear y 1.000 veces más radiación de lo que producía el Japón mismo debido a
los incendios ocasionados en una planta atómica. Se temía más tarde una posible fuga
radiactiva.

Finalmente el tsunami azotó las costas de Hawái y toda la costa sudamericana con daños
mínimos gracias a los sistemas de alerta temprana liderados por el Centro de Alerta de
Tsunamis del Pacífico.

Indonesia (2018)

Artículo principal: Terremoto de Célebes de 2018

Fue un tsunami causado por un sismo de magnitud 7,0 en la escala de Richter. Registrado el
día viernes 28 de septiembre del año 2018. Dejando un total de 1995 fallecidos. ´

Erupción del Anak Krakatoa (2018)

Artículo principal: Tsunami del estrecho de la Sonda de 2018

En Indonesia, el 22 de diciembre de 2018, el volcán Anak Krakatoa entró en erupción,


provocando un tsunami que dejó más de 400 fallecidos.

Sistemas de alerta
Instrumento que avisa a la población en caso de inminente maremoto, en una playa de
Concepción, Chile.

Muchas ciudades alrededor del Pacífico, sobre todo en México, Perú, Japón, Ecuador,
Estados Unidos y Chile disponen de sistemas de alarma y planes de evacuación en caso de
tsunamis. Diversos institutos sismológicos de diferentes partes del mundo se dedican a la
previsión de tsunamis, y la evolución de éstos es monitorizada por satélites. El primer
sistema, bastante rudimentario, para alertar de la llegada de un tsunami fue puesto a prueba
en Hawái en los años veinte. Posteriormente se desarrollaron sistemas más avanzados
debido a los tsunamis del 1 de abril de 1946 y el 23 de mayo de 1960, que causaron una
gran destrucción en Hilo (Hawái). Los Estados Unidos crearon el Centro de Alerta de
Tsunamis del Pacífico (Pacific Tsunami Warning Center) en 1949, que pasó a formar parte
de una red mundial de datos y prevención en 1965.

Señal que avisa del peligro de tsunami, en la península de Seward (Alaska).


Señal de evacuación en la isla Ko Phi Phi Don, Tailandia

Uno de los sistemas para la prevención de tsunamis es el proyecto CREST (Consolidated


Reporting of Earthquakes and Seaquakes) (Información Consolidada sobre Terremotos y
Maremotos), que es utilizado en la costa noroeste estadounidense (Cascadia), en Alaska y
en Hawái por el Servicio Geológico de los Estados Unidos, la National Oceanic and
Atmospheric Administration (la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de
EE. UU.), la red sismográfica del noreste del Pacífico y otras tres redes sísmicas
universitarias.

La predicción de tsunamis sigue siendo poco precisa. Aunque se puede calcular el epicentro
de un gran terremoto subacuático y el tiempo que puede tardar en llegar un tsunami, es casi
imposible saber si ha habido grandes movimientos del suelo marino, que son los que
producen tsunamis. Como resultado de todo esto, es muy común que se produzcan alarmas
falsas. Además, ninguno de estos sistemas sirve de protección contra un tsunami
imprevisto.
Señal que indica zona de amenaza ante un tsunami en la península de Cavancha en Iquique,
Chile.

A pesar de todo, los sistemas de alerta no son eficaces en todos los casos. En ocasiones el
terremoto generador puede tener su epicentro muy cerca de la costa, por lo que el lapso
entre el sismo y la llegada de la ola será muy reducido. En este caso, las consecuencias son
devastadoras, debido a que no se cuenta con tiempo suficiente para evacuar la zona y el
terremoto por sí mismo ya ha generado una cierta destrucción y caos previo, lo que hace
que resulte muy difícil organizar una evacuación ordenada. Este fue el caso del tsunami del
año 2004 pues, aun contando con un sistema adecuado de alerta en el océano Índico, quizá
la evacuación no habría sido lo suficientemente rápida.

Prevención
Las barreras naturales

Un informe publicado por el PNUE sugiere que el tsunami del 26 de diciembre de 2004
provocó menos daños en las zonas en que existían barreras naturales, como los manglares,
los arrecifes coralinos o la vegetación costera. Un estudio japonés sobre este tsunami en Sri
Lanka estableció, con ayuda de una modelización sobre imágenes satelitales, los
parámetros de resistencia costera en función de las diferentes clases de árboles.30

Diferencias entre tsunamis y marejadas


Las marejadas se producen habitualmente por la acción del viento sobre la superficie del
agua, sus olas suelen presentar una ritmicidad de 20 segundos, y suelen propagarse unos
150 m tierra adentro, como máximo total, tal y como observamos en los temporales o
huracanes. De hecho, la propagación se ve limitada por la distancia, de modo que va
perdiendo intensidad al alejarnos del lugar donde el viento la está generando.
Un tsunami, en cambio, presenta un comportamiento opuesto, ya que el brusco movimiento
del agua desde la profundidad genera un efecto de «latigazo» hacia la superficie, el cual es
capaz de lograr olas de magnitud impensable. Los análisis matemáticos indican que la
velocidad es igual a la raíz cuadrada del producto del potencial gravitatorio (9,8 m/s²) por la
profundidad. Para tener una idea, tomemos la profundidad habitual del océano Pacífico, que
es de 4000 m. Esto daría una ola que podría moverse a unos 200 m/s, o sea, a 700 km/h. Y,
como las olas pierden su fuerza en relación inversa a su tamaño, al tener 4000 m puede
viajar a miles de kilómetros de distancia sin perder mucha fuerza.

solo cuando llegan a la costa comienzan a perder velocidad, al disminuir la profundidad del
océano. La altura de las olas, sin embargo, puede incrementarse hasta superar los 30 metros
(lo habitual es una altura de 6 o 7 m). Los maremotos son olas que, al llegar a la costa, no
rompen. Al contrario, un maremoto solo se manifiesta por una subida y bajada del nivel del
mar de las dimensiones indicadas. Su efecto destructivo radica en la importantísima
movilización de agua y las corrientes que ello conlleva, haciendo en la práctica un río de
toda la costa, además de las olas 'normales' que siguen propagándose encima del maremoto
y arrasando, a su paso, con lo poco que haya podido resistir la corriente.

Las fallas presentes en las costas del océano Pacífico, donde las placas tectónicas se
introducen bruscamente bajo la placa continental, provocan un fenómeno llamado
subducción, lo que genera maremotos con frecuencia. Derrumbes y erupciones volcánicas
submarinas pueden provocar fenómenos similares.

La energía de los tsunamis se mantiene más o menos constante durante su desplazamiento,


de modo que, al llegar a zonas de menor profundidad, por haber menos agua que desplazar,
la altura del tsunami se incrementa de manera formidable. Un maremoto que mar adentro se
sintió como una ola no perceptible, debido a su larga longitud de onda puede, al llegar a la
costa, destruir hasta kilómetros tierra adentro. Las turbulencias que produce en el fondo del
mar arrastran rocas y arena, lo que provoca daño erosivo en las playas que puede alterar la
geografía durante muchos años.

Japón, por su ubicación geográfica, es el país más golpeado por los tsunamis.31

Véase también
 Alerta de tsunami
 Deslizamientos de Storegga - Tsunami por deslizamiento de tierra
 Tsunami de bahía Lituya - Tsunami por deslizamiento de tierra
 Meteotsunami o Rissaga
 Energía marina
 Volcán Krakatoa
 Megatsunami
 Ola
 Onda sísmica
 Tectónica de placas
 Terremoto del océano Índico de 2004
 Tsunami de bahía Lituya
 Escala Douglas (para la medición de la altura del oleaje)
 Portal:Ciencias de la Tierra

Referencias
1.

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670-4189-7. Consultado el 22 de mayo de 2017.
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(ayuda)
  Barbara Ferreira (17 de abril de 2011). «When icebergs capsize, tsunamis may ensue».
Nature. Consultado el 27 de abril de 2011.
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Madrid. Consultado el 6 de febrero de 2019.
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exclusivamente estética». Universitat de València. Consultado el 6 de febrero de 2019.
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  / InnovaPress 15-03-2011. Expertos de la UHU demuestan científicamente la
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  «250 aniversario del terremoto de Lisboa; sus efectos en Almansa»

 Archivado el 13 de abril de 2009 en la Wayback Machine., artículo en el sitio


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  «Los geólogos alertan del riesgo de tsunamis en Cádiz y Huelva, aunque no en el


Mediterráneo», artículo del 26 de agosto de 1988 en el periódico español La Vanguardia,
página 10.]
  Artículo «El fenómeno marítimo del 30 de junio», artículo en el periódico español La
Vanguardia, edición del 3 de julio de 1897, página 4.
  Artículo del 2 de septiembre de 1883 sobre la catástrofe del Krakatoa en el periódico
español La Vanguardia, página 10.
  Artículo del 10 de junio de 1884 sobre la catástrofe del Krakatoa en el periódico
español La Vanguardia, páginas 3 y 4.
  Artículo «El desastre de la Martinica». Periódico español La Vanguardia, edición del
14 de mayo de 1902, página 5.
  «Terremoto en Calabria». Noticia del 29 de diciembre de 1980 en el periódico español
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  «Los terremotos en Italia». Noticia del 30 de diciembre de 1908. Periódico español La
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  Pedro Varela. «El Maremoto de Valdivia - Chile». Consultado el 3 de enero de 2014.
  http://web-geofisica.ineter.gob.ni/tsunami/tsu-nic92.html
  «Alerta de Tsunami en Hawái». Servicio Meteorológico Nacional. 11 de marzo de
2011. Archivado desde el original el 11 de marzo de 2011. Consultado el 11 de marzo de
2011.
  «Se observa un tsunami de 10 metros en el área cercana a Sendai, en la Prefectura de
Miyagi». The Mainichi Daily News. 11 de marzo de 2011. Archivado desde el original el
12 de marzo de 2011. Consultado el 11 de marzo de 2011.
  «Terremoto de magnitud 8,9 provoca un tsunami masivo». Herald Sun (Associated
Press). Consultado el 11 de marzo de 2011.
  El bosque detiene los tsunamis, una modelización con imágenes satelitales [1]

31.  Diego (11 de mayo de 2018). «Definición de Maremotos - ¿Qué es? Significado y
concepto actualizado». definicionesde.org. Consultado el 6 de febrero de 2019.

Enlaces externos
 Wikimedia Commons alberga una galería multimedia sobre Tsunami.
 Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre tsunami.
 El-Mundo.es (animación de la formación de un maremoto en diario El Mundo, en
2000).
 Snet.gob.sv (Servicio Nacional de Estudios Territoriales, de El Salvador).
 Geophys.Washington.edu (animación de un maremoto generada mediante
simulación numérica).
 NOAA.gov (National Oceanic and Atmospheric Administration).
 surfandturf.biz (foro: el terremoto de 1755).
 Prh.Noaa.gov (Pacific Tsunami Warning Centre).
 coronelcity.cl («Historia de los maremotos en Concepción, actual ciudad de
Penco»),
 tsunamiwave.info (International Tsunami Information Centre).
 tsun.sscc.ru (Tsunami Laboratoy of Novosibirsk).
 ElMundo.es (completo informe sobre el tsunami de diciembre de 2004 en
Indonesia).
 MareNostrum.org (preguntas y respuestas sobre los tsunamis).
 Shoa.cl (Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de Chile).
 MappingInteractivo.com (Maremotos en Nicaragua).
 Recopilación de noticias periodísticas sobre los últimos tsunamis en EFEverde

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