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¿Qué es la gonorrea?
La gonorrea es una enfermedad de transmisión sexual (ETS), causada por la
Neisseria gonorrhoeae, una bacteria que puede crecer y multiplicarse fácilmente
en áreas húmedas y tibias del aparato reproductivo, incluidos el cuello uterino (la
abertura de la matriz), el útero (matriz) y las trompas de Falopio (también
llamadas oviductos) en la mujer, y en la uretra (conducto urinario) en la mujer y el
hombre. Esta bacteria también puede crecer en la boca, la garganta, los ojos y el
ano.
¿Qué tan común es la gonorrea?
La gonorrea es una enfermedad infecciosa muy común. Los CDC calculan que más
de 700,000 personas en los
EE. UU. contraen infecciones nuevas de gonorrea al año.
¿Cómo se contrae la gonorrea?
La gonorrea se transmite por contacto con el pene, la vagina, la boca o el ano. No es
necesario que haya una eyaculación para transmitir o contraer la gonorrea. La
gonorrea también puede transmitirse de madre a hijo durante el parto.
Las personas que han tenido gonorrea y han sido tratadas pueden infectarse de
nuevo si tienen contacto sexual con una persona que tiene la enfermedad.
¿Quién está expuesto al riesgo de contraer la gonorrea?
Toda persona sexualmente activa puede infectarse con gonorrea. En los Estados
Unidos, las tasas más altas de infección se registran en adolescentes sexualmente
activos, adultos jóvenes y afroamericanos.
¿Cuáles son los signos y síntomas de la gonorrea?
Aun cuando es probable que muchos hombres con gonorrea no tengan ningún
síntoma, en algunos aparecerán signos o síntomas de dos a cinco días después de
contraer la infección. Algunos síntomas pueden tardar hasta 30 días en aparecer.
Entre los signos y síntomas se encuentran la sensación de ardor al orinar y una
secreción blanca, amarilla o verde del pene. Algunas veces a los hombres con
gonorrea les duelen los testículos o se les inflaman.
La mayoría de las mujeres con gonorrea no tienen síntomas y, si los tienen, éstos
son leves. Incluso cuando tienen síntomas, pueden ser tan poco específicos que se
confunden con los síntomas de una infección vaginal o de cistitis. Entre los
primeros signos y síntomas en las mujeres se encuentran una sensación de dolor o
ardor al orinar, aumento del flujo vaginal y hemorragia vaginal entre períodos. Las
mujeres con gonorrea están expuestas al riesgo de tener graves complicaciones por
la infección, independientemente de la presencia o gravedad de los síntomas.
Entre los síntomas de infección rectal, tanto en hombres como en mujeres, puede
haber secreción, picazón, dolor y sangrado en el ano y dolor al defecar. También es
probable que la infección rectal no esté acompañada de síntomas. Las infecciones
de la garganta puede que provoquen dolor de garganta, pero por lo general no
presentan ningún síntoma.
¿Cuáles son las complicaciones de la gonorrea?
Cuando la gonorrea no se trata, puede ocasionar problemas de salud graves y
permanentes tanto en hombres como en mujeres.
En las mujeres, la gonorrea es una causa frecuente de enfermedad inflamatoria
pélvica (EIP). Anualmente, cerca de un millón de mujeres en los Estados Unidos
contraen EIP. Los síntomas pueden ser bastante leves o muy graves e incluir dolor
abdominal y fiebre. Si la EIP no se trata, puede provocar abscesos internos
(pústulas llenas de pus difíciles de curar) y dolor pélvico crónico prolongado. Esta
enfermedad también puede causar daños a las trompas de Falopio y producir
infertilidad o aumentar el riesgo de un embarazo ectópico. El embarazo ectópico es
una afección potencialmente mortal en la cual un óvulo fecundado crece fuera del
útero, usualmente en una trompa de Falopio.
En los hombres, la gonorrea puede provocar epididimitis, una afección dolorosa de
los conductos de los testículos que si no se trata puede provocar infertilidad.
La gonorrea puede propagarse a la sangre y a las articulaciones. Esta afección
puede ser potencialmente mortal. Además, las personas con gonorrea pueden
infectarse más fácilmente con el VIH, el virus que causa el SIDA. Las personas
infectadas por el VIH que tienen gonorrea pueden transmitir el VIH con mayor
facilidad que las personas que no tienen gonorrea.
¿Qué efectos tiene la gonorrea en la mujer embarazada y en
su bebé?
Embarazo y ETS
Si una mujer embarazada tiene gonorrea, es probable que le transmita la infección
a su bebé cuando éste pasa por la vía de parto durante el nacimiento. Esto puede
provocar ceguera, infección en las articulaciones y una infección sanguínea
potencialmente mortal en el bebé. Tratar la gonorrea tan pronto como se detecta en
la mujer embarazada reducirá el riesgo de estas complicaciones. Se aconseja que las
mujeres embarazadas vean a un proveedor de atención médica para que las
examinen y les hagan las pruebas y el tratamiento necesarios.
¿Cómo se diagnostica la gonorrea?
Existen varias pruebas de laboratorio para diagnosticar la gonorrea. Un médico o
una enfermera puede tomar una muestra de las partes del cuerpo que pudieran
estar infectadas (cuello uterino, uretra, recto o garganta) y enviarla a un laboratorio
para que se analice. Con un sencillo análisis de una muestra de orina se puede
diagnosticar la gonorrea presente en el cuello uterino o en la uretra. Una prueba
rápida de laboratorio que pueden realizar algunas clínicas y consultorios médicos
es la prueba de tinción de Gram. Mediante esta prueba se analiza una muestra de la
uretra o del cuello uterino permite al médico visualizar la bacteria en el
microscopio. El examen de las muestras de uretra es más eficaz en los hombres que
en las mujeres.
¿Cuál es el tratamiento de la gonorrea?
Existen varios antibióticos con los que se puede tratar exitosamente la gonorrea en
adolescentes y adultos. Sin embargo, ha estado aumentando el número de cepas de
gonorrea resistentes a los medicamentos en muchas partes del mundo, incluidos
los Estados Unidos, por lo que el tratamiento de la gonorrea es cada vez más difícil.
Dado que muchas personas con gonorrea también tienen clamidia, otra ETS, se
suele recetar antibióticos para tratar ambas infecciones al mismo tiempo. Se
recomienda que las personas con gonorrea también se hagan pruebas para detectar
otras ETS.
Para curar la gonorrea, es necesario tomar todos los medicamentos que han sido
recetados. Si bien los medicamentos detendrán la infección, no repararán ninguna
lesión permanente que haya dejado la enfermedad. Las personas que han tenido
gonorrea y se han curado, pueden contraer nuevamente la enfermedad si tienen
contacto sexual con personas infectadas con gonorrea. Si los síntomas en una
persona persisten después del tratamiento, ésta debe regresar al médico para que la
evalúen nuevamente.
¿Cómo puede prevenirse la gonorrea?
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Herpes
¿Qué es el herpes?
El herpes es una de las enfermedades de transmisión sexual más comunes en
los EE.UU. Es una infección causada por dos virus diferentes pero
estrechamente relacionados. Ambos son muy fáciles de contraer, tienen
síntomas similares y pueden ocurrir en diferentes partes del cuerpo. Cuando
la infección está en la boca, se la llama herpes oral. Cuando está en o cerca
de los órganos sexuales, se la llama herpes genital.
¿Qué es la sífilis?
La sífilis es una enfermedad de transmisión sexual (ETS) causada por la bacteria
Treponema pallidum. A menudo se le ha llamado “la gran imitadora” porque
muchos de sus signos y síntomas no se distinguen fácilmente de otras
enfermedades.
¿Qué tan frecuente es la sífilis?
En los Estados Unidos, las autoridades de salud registraron más de 36,000 casos
de sífilis en el 2006, de los cuales 9,756 eran de sífilis primaria y secundaria.
Asimismo, la mitad de todos los casos de sífilis primaria y secundaria en el 2006 se
reportaron en 20 condados y 2 ciudades, y en su mayoría correspondían a personas
de 20 a 39 años de edad. La incidencia más alta de sífilis primaria y secundaria se
registró en mujeres de 20 a 24 años de edad y en hombres de 35 a 39 años. Los
casos de sífilis congénita reportados en recién nacidos aumentaron de 339 casos
nuevos en el 2005 a 349 en el 2006.
Entre el 2005 y el 2006, el número de casos reportados de sífilis primaria y
secundaria aumentó en un 11.8%. Entre el 2000 y el 2006 las tasas de sífilis
primaria y secundaria en hombres se incrementaron anualmente de 2.6 a 5.7,
mientras que en las mujeres esto mismo ocurrió entre el 2004 y el 2006. En el
2006, el 64% de los casos reportados de sífilis primaria y secundaria
correspondieron a hombres que tienen relaciones sexuales con hombres (HSH).
¿Cómo se contrae la sífilis?
La sífilis se pasa de una persona a otra a través del contacto directo con una úlcera
sifilítica. Las úlceras aparecen principalmente en los genitales externos, la vagina,
el ano o el recto. También pueden salir en los labios y en la boca. La transmisión de
la bacteria ocurre durante las relaciones sexuales vaginales, anales u orales. Las
mujeres embarazadas que tienen esta enfermedad pueden pasársela a los bebés que
llevan en el vientre. La sífilis no se propaga por el contacto con los inodoros, las
manijas de las puertas, las piscinas, las bañeras normales o de hidromasaje, ni por
compartir ropa o cubiertos.
¿Cuáles son los signos y síntomas?
Muchas personas que tienen sífilis no presentan síntomas durante años, pero aun
así enfrentan el riesgo de tener complicaciones en la fase avanzada si no se tratan la
enfermedad. Las personas que están en la fase primaria o secundaria de la
enfermedad transmiten la infección aunque muchas veces las úlceras sifilíticas no
se puedan reconocer. Por lo tanto, las personas que no saben que están infectadas
pueden contagiar la enfermedad.
Fase primaria: La fase primaria de la sífilis suele estar marcada por la aparición
de una sola úlcera (llamada chancro), pero puede que haya muchas. El tiempo que
transcurre entre la infección por sífilis y la aparición del primer síntoma puede
variar de 10 a 90 días (con un promedio de 21 días). Por lo general, el chancro es
firme, redondo, pequeño e indoloro. Aparece en el sitio por donde la sífilis entró al
organismo. El chancro dura de 3 a 6 semanas y desaparece sin ser tratado. Sin
embargo, si no se administra el tratamiento adecuado la infección avanza a la fase
secundaria.
Fase secundaria: La fase secundaria se caracteriza por erupciones en la piel y
lesiones en las membranas mucosas. Esta fase suele comenzar con la aparición de
una erupción de la piel en una o más áreas del cuerpo, que por lo general no
produce picazón. Las erupciones de la piel asociadas a la sífilis secundaria pueden
aparecer cuando el chancro se está curando o varias semanas después de que se
haya curado. La erupción característica de la sífilis secundaria puede tomar el
aspecto de puntos rugosos, de color rojo o marrón rojizo, tanto en la palma de las
manos como en la planta de los pies. Sin embargo, en otras partes del cuerpo
también pueden aparecer erupciones de aspecto distinto, o que son similares a las
causadas por otras enfermedades. Algunas veces, las erupciones asociadas a la
sífilis secundaria son tan leves que pasan desapercibidas. Además, puede que se
presenten otros síntomas durante la fase secundaria de la sífilis, como fiebre,
inflamación de los ganglios linfáticos, dolor de garganta, caída del cabello en
algunas áreas, dolor de cabeza, pérdida de peso, dolores musculares y fatiga. Los
signos y síntomas de la sífilis secundaria desaparecen aun si no son tratados, pero
si no se administra tratamiento la infección progresará a la fase latente y
posiblemente hasta la última fase de la enfermedad.
Fases latente y terciaria: La fase latente (oculta) de la sífilis comienza con la
desaparición de los síntomas de las fases primaria y secundaria. Sin tratamiento, la
persona infectada seguirá teniendo sífilis aun cuando no presente signos o
síntomas ya que la infección permanece en el cuerpo. Esta fase latente puede durar
años. En el 15% de las personas que no reciben tratamiento para la sífilis, la
enfermedad puede avanzar hasta las fases latente y terciaria, que pueden aparecer
de 10 a 20 años después de haberse adquirido la infección. En esta fase avanzada la
sífilis puede afectar posteriormente órganos internos como el cerebro, los nervios,
los ojos, el corazón, los vasos sanguíneos, el hígado, los huesos y las articulaciones.
Los signos y síntomas de la fase terciaria de la sífilis incluyen dificultad para
coordinar los movimientos musculares, parálisis, entumecimiento, ceguera gradual
y demencia. El daño puede ser grave y causar la muerte.
¿Qué efectos tiene la sífilis en la mujer embarazada y en su
bebé?
Embarazo y ETS
La bacteria de la sífilis puede infectar al bebé durante el embarazo. Dependiendo de
cuánto tiempo una mujer embarazada ha estado infectada, puede enfrentar un alto
riesgo de tener un bebé que nazca muerto o de dar a luz un bebé que muere poco
después de haber nacido. Un bebé infectado puede que nazca sin los signos y
síntomas de la enfermedad. Sin embargo, si no es sometido a tratamiento de
inmediato, el bebé puede presentar serios problemas al cabo de unas cuantas
semanas. Si estos bebés no reciben tratamiento, pueden sufrir de retraso en el
desarrollo, convulsiones o morir.
¿Cómo se diagnostica la sífilis?
Algunos médicos pueden diagnosticar la sífilis mediante el análisis de una muestra
líquida del chancro (la úlcera infecciosa) en un microscopio especial llamado
microscopio de campo oscuro. Si las bacterias de la sífilis están presentes en la
úlcera, se observarán en el microscopio.
Otra manera de determinar si una persona tiene sífilis es mediante un análisis de sangre.
Poco después de que una persona se infecta comienza a producir anticuerpos contra la
sífilis que pueden ser detectados mediante una prueba de sangre segura, precisa y
económica. El cuerpo presentará niveles bajos de anticuerpos en la sangre durante meses o
incluso años después de que se haya completado el tratamiento de la enfermedad. Dado
que la sífilis no tratada en una mujer embarazada puede infectar y posiblemente provocar
la muerte de su bebé, toda mujer embarazada debe hacerse un análisis de sangre para
detectar la sífilis.
¿Cómo se relaciona la sífilis con el VIH?
Las úlceras genitales (chancros) producidas por la sífilis hacen que sea más fácil
contraer la infección por el VIH y transmitirla por vía sexual. Se calcula que el
riesgo de contraer la infección por el VIH es 2 a 5 veces mayor cuando la persona
expuesta al virus tiene sífilis.
Las ETS ulcerosas que producen llagas, úlceras o rupturas de la piel o de las
membranas mucosas, tales como la sífilis, rompen las barreras que protegen contra
las infecciones. Las úlceras genitales producidas por la sífilis pueden sangrar
fácilmente y cuando entran en contacto con la mucosa bucal o rectal durante la
relación sexual aumentan las probabilidades de infección y la susceptibilidad al
VIH. El tener otras ETS también puede ser un factor importante para predecir una
posible infección por el VIH, ya que las ETS son un marcador de las conductas
asociadas a la transmisión del VIH.
¿Cuál es el tratamiento de la sífilis?
La sífilis es fácil de curar en sus fases iniciales. Si una persona ha tenido sífilis
durante menos de un año, la enfermedad se curará con una sola inyección
intramuscular de penicilina, que es un antibiótico, y si ha tenido sífilis por más de
un año, necesitará dosis adicionales. Existen otros antibióticos para tratar la sífilis
en personas que son alérgicas a la penicilina. La sífilis no puede curarse con
remedios caseros ni con medicinas que se venden sin receta médica. El tratamiento
matará la bacteria que causa la sífilis y evitará futuras lesiones, pero no remediará
las lesiones ya ocasionadas.
Ya que existe un tratamiento eficaz contra la sífilis, es importante que
periódicamente las personas se hagan las pruebas de detección de esta enfermedad
si practican conductas sexuales que las ponen a riesgo de contraer ETS.
Las personas que estén tratándose contra la sífilis deben abstenerse de tener contactos
sexuales con parejas nuevas hasta que las úlceras sifilíticas se hayan curado por completo.
Las personas que tienen sífilis deben avisar inmediatamente a sus parejas para que se
sometan a pruebas y reciban tratamiento si es necesario.
¿La sífilis es recurrente?
El hecho de que una persona haya tenido sífilis una vez no la protege de tenerla de
nuevo. Una persona puede seguir siendo susceptible a la reinfección aun cuando se
haya curado con el tratamiento. Solamente las pruebas de laboratorio pueden
confirmar si una persona tiene sífilis. Dado que las úlceras sifilíticas pueden estar
ocultas en la vagina, el recto o la boca, puede ser que una persona no se entere de
que su pareja sexual tiene sífilis. El médico le ayudará a determinar si es necesario
hacer nuevas pruebas de detección de la sífilis después de que haya concluido el
tratamiento.
¿Cómo puede prevenirse la sífilis?
La manera más segura de evitar contraer enfermedades de transmisión sexual,
incluida la sífilis, es abstenerse del contacto sexual o tener una relación estable y
mutuamente monógama con una pareja que se haya hecho las pruebas y que se
sabe que no tiene ninguna infección.
Abstenerse de consumir alcohol y drogas puede también ayudar a evitar la
transmisión de la sífilis, ya que estas actividades pueden llevar a una conducta
sexual peligrosa. Es importante que las parejas sexuales hablen entre ellas sobre si
tienen el VIH o si en el pasado han tenido otras ETS, de manera que puedan tomar
acciones preventivas.
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Las enfermedades genitales ulcerosas, como la sífilis, pueden aparecer tanto en las
áreas genitales masculinas como las femeninas que hayan estado cubiertas o
protegidas con un condón de látex, así como en áreas que no estuvieron cubiertas
durante la relación sexual. El uso correcto y habitual de los condones de látex
puede reducir el riesgo de contraer sífilis, herpes genitales y chancros, solamente si
el área infectada o el área de posible contacto está cubierta.
Los condones lubricados con espermicidas (especialmente el Nonoxynol-9 o N-9)
no son más eficaces para prevenir la transmisión de las ETS que los otros condones
lubricados. El uso de condones lubricados con N-9 no se recomienda para prevenir
la infección de las ETS o del VIH. La transmisión de una ETS, incluida la sífilis, no
puede prevenirse con lavarse los genitales, orinar o darse una ducha vaginal
después de la relación sexual. Cualquier secreción, úlcera o irritación anormal, en
particular en el área de la ingle, debe considerarse como una señal para dejar de
tener relaciones sexuales y consultar al médico de inmediato
CIE-10 B 97.7, b 95
Diseases 6032
DB
MeSH D030361
Aviso médico
Papillomavirus
Familia: Papillomaviridae
Los virus del papiloma humano (VPH o HPV del inglés human papilomavirus) son un
grupo diverso de virus ADN perteneciente a la familia de los Papillomaviridae. Como todos
los virus de esta familia, los VPH sólo establecen infecciones productivas en el epitelio
estratificado de la piel y mucosas de humanos, así como de una variedad de animales. Se
han identificado alrededor de 200 tipos diferentes de VPH, la mayoría de los cuales no
causan ningún síntoma en la mayor parte de la gente. Algunos tipos de VPH pueden causar
verrugas o condilomas, mientras otros pueden generar infecciones subclínicas, que pueden
(en una minoría de casos) dar lugar a cáncer cervical, cáncer de vulva, vagina y ano en
mujeres, o cáncer de ano y pene en hombres. [1] La mayor parte de la gente infectada por
VPH desconoce que lo está.[1] Todos los VPH se transmiten por contacto piel a piel.
Entre treinta y cuarenta tipos de VPH se transmiten normalmente por contacto sexual e
infectan la región anogenital. Algunos tipos de VPH transmitidos por contacto sexual
pueden producir verrugas genitales. La infección persistente con algunos tipos de VPH
transmitidos sexualmente denominados de «alto riesgo» (diferentes de los que causan
verrugas) puede evolucionar y producir lesiones precancerosas y cáncer invasivo.[2] La
infección con VPH es la causa principal de casi todos los casos de cáncer cervical,[3] aunque
en la mayor parte de las infecciones con este tipo de virus no se produce ninguna patología.
En el año 2008 el médico alemán Harald zur Hausen (1936–) recibió el Premio Nobel de
Medicina por el descubrimiento de VPH como una causa de cáncer cervical.
La mayor parte de las infecciones con VPH en mujeres jóvenes son temporales, y tienen
poca importancia a largo plazo. El 70% de las infecciones desaparecen en 1 año y el 90%
en 2 años.[4] Sin embargo, cuando la infección persiste —entre el 5 y el 10 por ciento de las
mujeres infectadas— existe el riesgo de desarrollar lesiones precancerosas en el cuello del
útero (el cérvix), que puede progresar a cáncer cervical invasivo. Este proceso normalmente
lleva entre 15 y 20 años, dando muchas oportunidades a la detección y el tratamiento de las
lesiones precancerosas, a menudo con altas tasas de curación.
En los EE. UU. y otros países con recursos financieros suficientes, se utiliza el test cervical
papanicolaou (pap) para detectar células anormales que podrían degenerar en cancerosas.
Un examen cervical (inspección visual) también puede detectar verrugas y otros
crecimientos anormales, que aparecen como manchas blancas en la piel cuando se lavan
con ácido acético. Las células anormales y cancerosas pueden elimimarse con un
procedimiento simple, normalmente con un asa cauterizante o – más frecuentemente en el
mundo desarrollado – por congelación (crioterapia). Recientemente se han desarrollado
tests de ADN para detectar VPH, más sensibles que el test pap y la inspección visual. Se
están desarrollando también tests de bajo coste, adecuados para centros con pocos recursos,
lo que permitirá realizar tests de manera sistemática en lugares donde ahora no es posible
en África, Asia y Latinoamérica.
Los tests pap han reducido la incidencia y los fallecimientos por cáncer cervical en el
mundo desarrollado, pero aun así hubo 11.000 casos y 3.900 fallecimientos en EE. UU. en
el año 2008. El cáncer cervical presenta una elevada mortalidad en áreas pobres en
recursos; a nivel mundial, se producen 490.000 casos y 270.000 fallecimientos.[5] [6] Sobre
todo debido a que el test pap es difícil de mantener en centros con pocos recursos, entre el
80-85% de los fallecimientos por cancer cervical tienen lugar en los países en desarrollo.
Las vacunas VPH, Cervarix y Gardasil, que previenen la infección con los tipos de VPH
que causan el 70% del cáncer cervical (tipos 16 y 18), pueden conducir a reducciones
mayores
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