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Krampus: un demonio por Navidad

Por Valeria Marcon


Este artículo pertenece a mi blog
www.valeriamarcon.wordpress.com

Si crees que la Navidad ha sido siempre algo hogareño,


lleno de luz, de alegría y de buenos deseos, te equivocas.
¡Hay una infinidad de bichos y demonios que llegan justo
en esta época del año para llevarse a aquellos que se han
portado mal! Cada lugar tiene sus propios Anti-Santa y te
aseguro que son muy terroríficos. Pero yo me voy a
centrar en uno que me llamó mucho la atención: el
Krampus.
El Krampus es el opuesto a Santa Claus o San Nicolás. Es
como el ying y el yang. ¿Recuerdas que siempre que
puedo hago referencia a la coincidencia de los opuestos?
Pues aquí tienes al santo y al demonio. Santa Claus
premia a los niños buenos y Krampus castiga a los niños
malos.
Una amiga mía me mostró unas fotos donde se celebra La
Noche de Krampus o Krampusnacht, antes de la llegada de
San Nicolás, el 6 de diciembre. Esta festividad pagana se
ha mantenido en el tiempo, a pesar de haber sido prohibida
por la Iglesia Católica durante la Guerra Civil austríaca en
1934 y perseguida por el régimen de Engelbert Dollfuss.
En la Segunda Guerra Mundial, los fascistas veían a este
demonio como algo vil, ya que lo consideraban una
creación de los socialdemócratas. De risa, ¿verdad? Más
adelante volveré sobre este asunto, porque tiene mucha
miga.

Ahora bien, te preguntarás, ¿qué es el Krampus y de dónde


procede? Prepárate para viajar en El Tren de lo
Paranormal y abrígate bien porque vamos a recorrer
Austria y Alemania para visitar a este demonio por
Navidad. También visitaremos algunas zonas de Castilla
y León donde apareció alguna que otra criatura
sobrenatural. Ya lo sabes, si te has portado bien no tienes
nada que temer. Si te has portado mal…

El origen del demonio de la Navidad

La Navidad está asociada al Cristianismo, pero el solsticio


de invierno se celebraba mucho antes, porque no era una
fiesta cristiana. Era una fiesta pagana. Y el Krampus
aparecía en aquellos lugares donde estas tradiciones
continuaban arraigadas y que no estaban bajo la influencia
del Cristianismo. En este caso, el norte de Europa.
Como bien sabes, la Navidad conmemora el nacimiento de
Jesucristo el 24 de diciembre y se extiende hasta la
adoración de Jesús por los Reyes Mago —Epifanía— el 6
de enero. Esos días tenían una gran connotación a nivel
mágico-religioso: son días de transición entre el fin de una
etapa y el comienzo de otra. Las tradiciones hablaban de
criaturas oscuras, poco amables y más bien muy
aterradoras que aprovechaban ese momento para salir de
su mundo sobrenatural.
El Krampus era una de estas criaturas demoníacas que
salía a través de las puertas del inframundo para cometer
sus tropelías. Su origen es difuso porque se remonta a la
era precristiana y solo aparecía en una determinada época
del año. En concreto, el 5 de diciembre.
Se le relaciona con seres oscuros que vivían en las
montañas o en las cuevas —asociadas estas al infierno.
¿No crees que es evidente la lucha entre la luz y la
oscuridad, justo en el momento en que comienzan los días
en que el sol ilumina menos y las noches son más largas?

¿Qué es el Krampus?

El Krampus, en algunas leyendas tiene la apariencia de un


sátiro de la mitología griega, pero si te fijas bien es en
realidad una criatura demoníaca.
Según Stefanie A. Babb, en They Do What? A Cultural
Encyclopedia of Extraordinary and Exotic Customs from
around the World, «se lo describe como peludo, parecido
a una cabra con pezuñas y cuernos, generalmente de color
negro o marrón, y con una lengua larga y puntiaguda.
Algunas leyendas lo hacen portando cadenas y campanas
que da vueltas para amamantar a los niños. Sus pezuñas y
cola larga también son rasgos notables, así como el
paquete de ramitas de abedul que maneja con vigor hacia
los niños traviesos».
En el folklore germánico pagano, el Krampus era una
criatura que vivía en el desierto europeo. Cuentas las
leyendas que estaba relacionado con los hombres salvajes
que provenían de los Alpes de la Europa Central. Lo más
sorprendente es que sus connotaciones son mucho más
oscuras, ya que aparecían en historias acerca de íncubos
masculinos. Estos demonios mantenían relaciones
sexuales con las mujeres mientras dormían, lo que hace
pensar en que dichas leyendas estaban basadas en los ritos
de fertilidad antiguos.
Según Maurice Bruce (1958) en su artículo «The Krampus
in Styria», en la revista Folklore, «parece haber pocas
dudas acerca de su verdadera identidad, es una
reminiscencia del Dios Astado de las brujas que tan bien
se ha preservado. El abedul (aparte de su simbolismo
fálico) podría tener una conexión con los ritos de
iniciación de ciertos aquelarres, ritos de sacrificios en los
que se practicaba la flagelación como una forma de
burlarse de la muerte. Las cadenas podrían haber sido
introducidas en un intento cristiano de “atar al Diablo”,
pero de nuevo, podría ser un vestigio de ritos de iniciación
paganos».
Como ves, gracias al Cristianismo, el Krampus se
convirtió en el opuesto de San Nicolás y en algunos casos
se pensó en que era su hermano gemelo, pero con el
cabello y la tez oscuros. Mientras que San Nicolás premia
con regalos a los pequeños que se han portado bien, el
Krampus los castigaba de una manera horrenda: les
quitaba los regalos que habían recibido, los asustaba con
los ruidos de sus cadenas y de sus campanas oxidadas, los
azotaba con las ramas de abedul y los secuestraba en una
cesta o saco. Como colofón final, se los llevaba a su
guarida en el infierno para devorarlos como su cena
navideña.
También se dice que este demonio de la Navidad se lo
lleva solo una noche para atormentarlos en el inframundo.
¿Te imaginas al Krampus bajando por la chimenea en
lugar del regordete y bonachón Papá Noel?
Según Gergely Kolba en su artículo «La historia del
terrible compañero de Papá Noel: el Krampus», del Daily
News Hungary, «En Alemania, hay documentos escritos
del siglo XVI que describen a estas criaturas demoníacas
con cuernos como aparecen desde su lugar escondido en la
madrugada del 6 de diciembre. No es de extrañar que la
tradición de Krampuses provenga de países alemanes,
especialmente de Austria. Los otros países europeos
tomaron la tradición de Krampus de estos países. Sin
embargo, hay una pequeña diferencia: es Papá Noel quien
siempre está acompañado por Krampus, y mientras que él
solo trata con los niños de buen comportamiento, su
compañero trata con los niños de mal comportamiento».

Los nombres del demonio de la Navidad

Se cree que es hijo de Hel, diosa que gobierna el


inframundo, en la mitología nórdica. Este demonio de la
Navidad es conocido con muchos nombres. Al diablo en
general se le menciona siempre de muchas maneras y
Krampus, como buen demonio que es, no podía ser una
excepción. Si quieres saber más acerca del diablo y sus
nombres, te sugiero que leas mi post dedicado a este
asunto. Te vas a sorprender.
Stefanie A. Babb explica que los nombres de Krampus
dependen en gran medida de la región de Europa. El
origen de su nombre proviene de krampen en alemán, que
significa «garra». En Austria se le conoce como
Klaubauf. En el sur de Alemania, igual que al diablo,
como Bartl o Bartel, Niglobartl y Wubartl. «Fuera de
Austria las criaturas relacionadas van por Pelzebock y
Gumphinckel. Por ejemplo, en el sur de Alemania,
Krampus se llama Pelznicke; en Hungría se le conoce
como Krampusz; en Eslovenia se llama Parkelj; y en la
República Checa se le conoce como el Cert. Un general,
las regiones del sur central de los Alpes lo llaman
Badalisc».

La Noche de Krampus, el demonio de la Navidad

Como dije anteriormente, este demonio aparece en varias


celebraciones tradicionales en el Norte de Europa, aunque
también se trasladó a Europa Central y cruzó la frontera
hasta Estados Unidos. La comunidad alemana de
Pensilvania celebra una versión híbrida de Krampus, con
reminiscencias de las tradiciones antiguas. Estas fiestas se
han modernizado y se mantienen hasta ahora.
Imagina por un momento a un montón de hombres —el
Krampus es masculino y tiene su versión femenina
llamada Frau Perchta—, vestidos con un traje hecho de
piel de oveja, pelo largo, con cuernos, dientes afilados y
portando varas de abedul y cadenas, que corren por las
calles, y asustan a niños y adultos por igual.
¡Menudo follón! El ruido y el caos, los disfraces y las
máscaras, sirven para conjurar al demonio de la Navidad,
para que sea más compasivo y no destroce los hogares con
su terrible presencia. Por este motivo, la Iglesia prohibió
por mucho tiempo estas fiestas paganas. Más adelante, las
permitieron al comprender que formaban parte de la
cultura y de las tradiciones, y que no tenían nada que ver
con la connotación cristiana de «el demonio que viene a
tentar a las buenas gentes».
En el artículo de Tanya Basu, «La historia de Krampus, el
diablo de la Navidad», para la revista National
Geographic, «Una perspectiva más moderna de la
tradición en Austria, Alemania, Hungría, Eslovenia y la
República Checa consiste en que hombres borrachos se
vistan de demonios y vaguen por las calles en un
Krampuslauf, una especie de carrera de Krampus en la que
persiguen a la gente».
Si te interesa saber qué beben, pues te diré que es un licor
dulce bautizado como Krampus schnapps. Este tipo de
«locura colectiva» es una mascarada de invierno, diferente
del carnaval, ya que con las máscaras intentan atraer o
conjurar a este demonio de la Navidad para obtener un
beneficio: si te portas bien, obtendrás regalos y tu casa
permanecerá tranquila y no le ocurrirá nada malo a tu
familia.
Las mascaradas de invierno en algunas zonas de
España
Ahora te voy a acercar a Zamora, Aliste y la zona de
Sanabria, en Ávila y en León. Aunque no lo creas, por allí
también se celebran las mascaradas de invierno con seres
grotescos y nombres igual de feos: van vestidos también
con pieles de cabra, van dando latigazos y celebran la
fertilidad de la tierra, conjuran a las tinieblas para que
regrese la luz, lo bueno y lo dadivoso.
En Zamora, por ejemplo, hay una mascarada dedicada al
Zangarrón de Sanzoles. Su origen se remonta a los ritos
agrícolas y ganaderos prerromanos. Según Alfonso
Bermejo, en su artículo «El Zangarrón de Sanzoles»,
«Como en todas las tradiciones el origen de ese rito ha
pasado de padres a hijos a través de una leyenda: La peste
se extendía por el pueblo y los lugareños pedían e
imploraban a San Esteban para que les librase de ella,
como esto no ocurría, el párroco sacó al santo en
procesión; los vecinos cansados de que el santo no
escuchase sus plegarias decidieron apedrearlo. Un vecino
no estaba de acuerdo con tales actos y se disfrazó de
personaje enmascarado asustando a las gentes y
defendiendo así al santo».
Como ves, es muy posible que también muchas de estos
demonios de la Navidad hayan surgido así: debido a la
aparición de alguien que causó mucho miedo y a partir de
allí, se le conmemora.

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