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Metaforas Niños PDF
Metaforas Niños PDF
ISSN: 0327-6716
racp@aigle.org.ar
Fundación Aiglé
Argentina
Resumen
REVISTA ARGENTINA
Vol. XVI 3 NOVIEMBRE 2007 DE CLINICA PSICOLOGICA
IMPLEMENTACIÓN DE METÁFORAS EN LA TERAPIA COGNITIVA CON NIÑOS 241
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tarlo? ¿Cómo te dás cuenta que la mecha está en- los pensamientos como teorías cuestionables a un
cendida? ¿Qué hacés para que no explote?” nivel más abstracto.
Termómetro: Es otra metáfora adecuada para Detective de pensamientos: Friedberg y Mc Clure
medir diferentes grados de activación emocional y propusieron esta modalidad lúdica como una forma
evaluar la dificultad del afrontamiento (Kendall, entretenida de poner a prueba “teorías mentales”
1992). Es una versión simplificada de la escala de (Friedberg y Mc Clure, 2002). Necesariamente, al in-
unidades subjetivas de ansiedad. Permite estable- terpretarla ensayan el modo de razonamiento hipo-
cer el grado de miedo que le provoca determinada tético-deductivo en la búsqueda de pistas y pruebas
situación, y consensuar con nuestros pacientes dife- para los pensamientos y creencias disfuncionales que
rentes niveles en las jerarquías de exposición gra- los afectan, “¿Qué pistas tengo de que mis compa-
duada. ñeros no me quieren?”
Periodista de encuestas: “¿Cuántos de mis ami-
- Técnicas de reestructuración cognitiva gos piensan lo mismo?”, puede ser una forma atrac-
¿Cómo hacer más sencillo y atractivo el auto cues- tiva para cotejar las creencias disfuncionales con al-
tionamiento cognitivo y la búsqueda de formas al- ternativas adaptativas a partir de saludables repor-
ternativas para pensar las situaciones? Las metáfo- tajes.
ras e imágenes no solo constituyen un puente para Agrandar la lupa: Distorsiones cognitivas como
la comprensión en la comunicación interpersonal. la abstracción selectiva o la minimización impiden
Apuntan también a transformar en actividades lúdi- tomar en cuenta aspectos importantes de las situa-
cas y estimulantes las propuestas terapéuticas. Se ciones problemáticas. Jugar con “zooms” y “lupas”
desarrollan a continuación dos grupos de ejercicios, que ayudan al paciente a “enfocar” pensamientos,
correspondientes a los períodos operatorio concre- conductas e interacciones que se habían descarta-
to (7 a 11 años) y operatorio formal (11 años en de- do, permiten tomar en cuenta factores o circunstan-
lante) del desarrollo evolutivo (Piaget y Inhelder, cias que favorecen formas más adaptativas de pro-
1993): cesamiento, “¿Qué había pasado antes que tu mamá
1) El cuestionamiento socrático y el razonamien- te rete? ¿Te animás a poner la lupa ahí? ¿Qué vés?”
to deductivo constituyen sofisticaciones que exce-
den las capacidades lógicas propias de la etapas pre- - Técnicas de relajación
operatoria, estadío intuitivo (4 a 7 años) y operato- Diferentes técnicas comportamentales de autorre-
ria concreta (7 a 11 aproximadamente). En estos pe- gulación emocional pueden transformarse en recur-
ríodos suele ser más viable tratar las imágenes men- sos divertidos que los niños pueden utilizar en cir-
tales y auto verbalizaciones disfuncionales a la ma- cunstancias de afrontamiento.
nera de objetos presentes y concretos. Transformar
Respiración de la tortuguita: Shapiro propone
al pensamiento en una “cosa” maleable y manipula-
esta metáfora, con la cual se entrena al niño para
ble abre caminos para la modificación cognitiva:
que regule el ritmo de la respiración profunda acor-
Zaping mental: Imaginar, por ejemplo, que se de a los pasos que da una tortuga (Shapiro, 2000).
posee un control remoto para cambiar la forma de
Freezer del enojo: Una vez que los pacientes re-
pensar una misma situación. “Desde ahora podés
conocen las señales de la activación emocional dis-
contar con una serie de botones para alternar tu for-
funcional, podemos entrenarlos en la producción de
ma de pensar: Canal 1, el de las malas noticias (pen-
auto verbalizaciones y otras estrategias que “enfríen
samientos negativos o catastróficos). Canal 2, el de
la calentura”.
las buenas noticias (pensamientos alternativos).
El refugio: (imaginería) Resulta útil que los pacien-
Títeres mentales, el diablito y el angelito: La bús-
tes ubiquen situaciones y lugares reales o imagina-
queda de alternativas para pensar una situación pro-
rios que los ayuden a regular sus emociones. Refu-
blemática se incorpora en forma más fácil y placen-
gios ideales de algunos chicos: La playa, de vacacio-
tera cuando el paciente puede imaginar dos o más
nes; solo en mi cuarto, mirando las estrellas.
personajes que interpretan un diálogo interno, “El
diablo dice no voy a poder. El angelito dice: si prue-
bo no pierdo nada” - Técnicas de exposición
Transformar el afrontamiento gradual de aquello
2) A fines de la segunda infancia y/o en la pre
que los niños temen, en un desafío de característi-
adolescencia (10-11 años, este rango varía de acuer-
cas deportivas y/o competitivas aumenta la motiva-
do a las capacidades intelectuales y el entorno so-
ción para realizar una de las tareas más difíciles que
ciocultural del niño) esto es, en los albores del pen-
pueden ser propuestas en la terapia.
samiento formal, muchos chicos pueden desarrollar
una verdadera “actitud científica”, logrando tratar a La escalera del valiente: Diseñar conjuntamente
una escalera para graduar los pasos de una jerarquía
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de exposición ayuda al niño a comprender la idea del persona fofa y lenta con “los guantes de
afrontamiento gradual y progresivo, fomentando la diversión” y anota las diversas activi-
ideas de “avance” y “crecimiento” a medida que sube dades placenteras que podría realizar (fi-
cada peldaño. gura 1 ).
El torneo contra los miedos: Decatlones y “tor-
neos de karate mental” (Freeman, Epston y Lobovits,
2001) le dan un sentido más competitivo a la exposi-
ción, pudiendo entregarse premios y reconocimien-
tos a medida que se cumple cada etapa, “Te ganaste
Figura 1. Santiago (8 años) usa sus “Guantes
un cinturón amarillo ¿Qué tendrías que hacer para
llegar al naranja?” de la Diversión” contra el aburrimiento.
La hinchada de… (nombre del paciente): Imagi-
nar una tribuna que lo alienta puede ser una expe-
riencia de refuerzo para el paciente que se expone.
Algunos autores recomiendan el uso de “power
cards”, que consisten en tarjetas que funcionan como
ayuda memoria de los enunciados de auto-afronta-
miento. Sebastián, por ejemplo, fanático de Boca
bajó de Internet imágenes de la hinchada de su club
y en ellas escribía los cánticos de aliento que ésta le
brindaba para recordarle que pare y piense antes de
actuar.
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cual se repasó el funcionamiento del T.O.C y las téc- para hacer frente al “Bicho loco”. Se cerró el trata-
nicas trabajadas. Finalmente se anotó en una hoja miento dejando abierta la posibilidad de volver a con-
las estrategias de su “botiquín de primeros auxilios” sultar en otro momento si fuera necesario.
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ese hombre” contestó sin dudar: “¡¡¡Este es un va- Se definió entonces que “había llegado el momen-
liente!!!”. Mientras el terapeuta dibujaba una esca- to de dar un paso más para acceder al escalón más
lera al costado del dibujo Julián interrumpió afirman- difícil”. En cuanto se bajó el mensaje con firmeza,
do: “¡¡¡Y esa es la escalera que tiene que subir!!!”. Julián comenzó a exponerse exhibiendo mayor tole-
El segundo paso fue establecer un orden jerár- rancia. Se utilizaron también estrategias de desfoca-
quico y gradual de los niveles de exposición a los lización y distracción, como diferentes juegos, pro-
cuales se afrontaría el pequeño. Dichos pasos toma- gramas de TV, etc. durante el tiempo que la madre se
ron la forma de “los sucesivos escalones de la esca- encontraba fuera de la casa. Al cuarto día que la mamá
lera del valiente”. salió, Julián ya no dio muestras de gran preocupa-
ción.
El plan se diseñó de la siguiente manera:
En la siguiente entrevista conjunta, el niño asen-
• Primer escalón: quedarse quince minutos solo
tía contento cuando se le preguntaba si se sentía or-
en el entrenamiento.
gulloso de ser “El hombre de la casa mientras mamá
• Segundo escalón: quedarse solo, media hora,
va de compras”.
en el entrenamiento mientras papá va a jugar al te-
Cuando los papás pudieron dejarlo solo en entre-
nis en el mismo club.
namiento, en el colegio y en los cumpleaños, y salir
• Tercer escalón: quedarse solo, cuarenta minu-
de la casa quince o veinte minutos incluso sin que
tos, en el cumpleaños de un compañero. Julián se diera cuenta, se determinó que se habían
De allí en más, los diferentes escalones señala- alcanzado los resultados pactados para el proceso
rían un peldaño más en su valentía (quedarse con la terapéutico.
hermanita en casa mientras la mamá sale de com- Habían pasado tres meses de tratamiento. Se
pras, primero cinco minutos, luego diez, etc.). acordó realizar una última entrevista de prevención
El proceso no fue lineal en su evolución. de recaídas y de cierre.
Las primeras dos sesiones de exposición, Julián En la misma, se le hizo entrega a Julián de un últi-
se negaba a realizarla. mo autito y de un diploma que lo acreditó como
Se le concedió el tiempo que necesitara para pre- “Hombre de la casa experto en valentía”.
pararse para el entrenamiento, haciendo foco en la
metáfora de la montaña del miedo. Al mismo tiempo
se incluyeron “premios a la valentía” que se acorda- Figura 3. Julián (6 años) nos muestra qué se
ron con los padres. Julián aceptó de buen grado el siente al llegar al segundo escalón en la
desafío de ganarse un autito cada tres escalones. “Escalera del Valiente”.
La consigna fue “no apurarse; sólo avisar a los
papás cuando se sintiera preparado y tuviera ganas
de ganarse los primeros autitos”.
El desafío motivó a Julián para realizar sus prime-
ras exposiciones. Los primeros 3 escalones no fue-
ron difíciles. Cuando Julián se quedó solo con sus
amiguitos en el cumpleaños de su compañero Facun-
do, se ganó el primer juguete.
A medida que Julián acrecentaba sus logros, se
dibujaba a sí mismo orgulloso en el escalón corres-
pondiente con leyendas ilustrativas (figura 3).
Durante todo el proceso se estimuló a Julián a que
utilizara las historietas que creaban durante las se-
siones y que recurriera a la “respiración de la tortu-
ga” cada vez que aumentara su nerviosismo.
Habiendo alcanzado los 6 primeros pasos esta-
blecidos para la exposición, se acordó con los pa-
dres ajustar la medida en que se “cedía ante los te-
mores” de Julián.
Las salidas de la madre representaban los esca-
lones más difíciles de alcanzar. Las primeras veces
que la mamá salía “5 minutos a comprar pan”, Julián
se angustiaba e intentaba detenerla.
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