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DEBATE / DEBATE 133

SALUD COLECTIVA, Buenos Aires, 4(2):133-142, Mayo - Agosto, 2008


Del nonato al póstumo.
Apuntes biopolíticos en salud colectiva

From the unborn to the posthumous.


Biopolitical notes on collective health

Gregorio Kaminsky1

1Doctor en Filosofía, RESUMEN Este trabajo plantea una serie de interrogantes sobre la cambiante economía
Universidad de Buenos Aires
(UBA). Profesor titular de
de relaciones entre la vida y la muerte. Para ello analiza el modo en que las políticas de
Psicología Social-Institucional, salud colectiva se desarrollaron en el marco del nacimiento de los estados nacionales. La
Facultad de Ciencias Sociales,
UBA. Profesor titular del tematización del bienestar de la población en términos de salus populi es inexplicable
Departamento de Planificación desligada del surgimiento de los dispositivos biopolíticos, los cuales tenían (y tienen) un
y Políticas Públicas,
Universidad Nacional de alcance más amplio.
Lanús, Argentina. Un análisis tal debe ofrecer una crítica, en el sentido fuerte, de una multiplicidad de sabe-
jujak@arnet.com.ar
res: policía, estadística, higienismo, sanitarismo; y no solo las extremidades de la euge-
nesia y el racismo. Esa crítica abre la pregunta de si es posible una biopolítica afirmativa
que haga posible la potenciación de la subjetividad, individual o colectiva.
PALABRAS CLAVE Bienestar Social; Políticas Públicas; Estado; Salud Pública; Población.

ABSTRACT This paper poses a series of questions about the changing economy of
relations between life and death. It analyzes how collective health policies were developed
in the framework of the emergence of national states. The thematization of people's
welfare in terms of salus populi cannot be explained in isolation from the emergence
of biopolitical devices, which had (and still have) a broader scope.
Such analysis should offer criticism, in the strong sense of the word, of multiple
aspects: surveillance, statistics, hygienism, sanitarism; and not just the extremes -eugenics
and racism. This criticism poses the question of whether affirmative biopolitics streng-
thening individual or collective subjectivity is possible.
KEY WORDS Welfare; Public Policies; State; Public Health; Population.
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"Nadie sabe lo que puede un cuerpo" de la nueva belleza del mundo global, vociferan-
Baruch Spinoza tes de los paradigmas de salud indiferenciada de
cuerpos vivientes, en el mejor de los casos: cuer-
pitos gentiles, territorios de tránsito de almidona-
UNO dos con chafalonías de estetoscopio, bonanzas
protésicas de salud individualista –cuando ya no
hay individualismo que valga– discursos conspi-
Vivimos en el mundo que no respondió cuos, hipocresías altisonantes, viejos cinismos,
la pregunta fundamental del siglo XX: ¿por qué iniquidades prepagas, epifanías del neoliberalis-
más bien el ser y no la nada? mo en las denominadas, políticas de salud.
Están a la vista, éstos son tiempos de Así como el objeto trascendente del cui-
experiencias lacerantes, y los esfuerzos de los dado poblacional se trueca en visión de merca-
estados soberanos son exageradamente modera- do, es esta misma visión la que retraduce la
dos ante la ignominia. demanda social en una política rabiosamente
La geografía del mundo ha devenido un antiestatalista, en un Estado mercantil de compra-
campo progresivo de exterminio de todo el orden venta de la salud ciudadana.
vital. ¿Cuál es la mirada adecuada que, al presen- Los valiosos enfoques reformistas –más
te, pinte de cuerpo entero las urgencias públicas? ideológicos que epidemiológicos– recolocan su
Las cuestiones de la salud pública han interpelación de la salud ciudadana reponiendo a
perdido la centralidad de planes y estrategias que la comunidad en el centro, en punto de partida y
supieron tener, otrora, en los Estados-nación. finalidad, fundados en capacidades de participa-
Vale la pena repasar algunas preguntas que se ción ante los problemas sanitarios.
interroguen acerca del pasaje de la vocación Es una propuesta que aspira, frágil aun-
sanitaria descentralizadora, hacia la ex centrali- que bienintencionada, a un espacio entendido
dad de la ecuación salud-enfermedad, y ver el como una unidad políticamente diferenciada de
trazo de tornasoles en los territorios sociopolíti- los ámbitos formales, masivos y con indigencias
cos, realmente existentes. de todo tipo, institutos de aplicación de planes de
A la luz de estos escenarios, donde los prevención y control sanitario, a los que definen
optimismos son moneda casi inexistente, ¿de qué como ámbitos de proximidad de problemas de
hablamos cuando hablamos de salud? De la pre- salud poblacional a escala local (1).
gunta por el ser y la nada, es posible que este Más allá de un parcial o total rechazo
nuevo siglo la invierta y repregunte: ¿por qué a la intervención del Estado, la dimensión
más bien la nada mortificante y no el ser multipli- comunitaria parece consistir en una tendencia a
cador de vida? mitad de camino de las lógicas sanitarias territo-
riales, en una deriva a escala local de experien-
cias nutridas de valores convivenciales, una
DOS organización estable caracterizada por lazos de
solidaridad y el esfuerzo por la restitución del
humanismo a la medicina.
Es sabido que los dispositivos de plani- A mitad de camino, decimos, porque
ficación, organización, formación, fiscalización, la escala local-comunitaria de la institución
etc., de la salud pública, forman parte de los sanitaria, los lazos de convivencia solidaria en
Estados nacionales, pero sus impactos ya pertene- sus prácticas, la adhesión a valores humanistas
cen a estrategias de escala internacional. Las ten- occidentales, etc., solo pueden aspirar a un res-
dencias de globalización –tan benefactoras, tan guardo (¿refugio?) biopolítico en tiempos de
brutales– en los dispositivos de su ejercicio far- posthumanidad (2,3).
macológico-sanitario, suscitan el, –posiblemente La discusión en torno a las formas de
peor– registro de los estatutos de época. incorporación de la comunidad (4) no se ha efec-
Inherencia de apetecibles culturas neoli- tuado sobre la base de distinciones actualizadas.
berales, crudo realismo de empresas diseñadoras Es común observar generalizaciones cuando se
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apela a la optimización del sistema primario de registros aislables, atomizados, que enfrentan
atención, modelos que adoptan un discurso auto- –chocan– en vértigo un sesgo individualizante,
nómico y local de prevención, pero que ya cono- mercantilizado, deseado por muchísimos otros
cen sus módicos alcances y resultados como pro- sectores de la mismísima sociedad.
nósticos alcanzables pero conservadores. Exaltaciones de vidas rentables, bajos
Lo cierto es que todas las experiencias costos de cuerpos exultantes, garbosos, apeteci-
comunitarias no pueden, aunque lo deseen, estar bles, erectos, resplandecientes, almas adelgaza-
aisladas de los escenarios nacionales y horizon- das, interpretadas, medicalizadas...
tes internacionales. No apreciamos una actualiza-
ción de esos escenarios y horizontes en las
urgencias sanitarias. TRES
La sociedad civil del mundo actual es
una gran fábrica, una máquina de fuerza laboral
que ocupa un lazo social mal anudado; máquina Entonces, salud colectiva no puede sig-
sórdida y deteriorada, pero que luce cada vez nificar más que un pleonasmo. Salud colectiva,
más resplandeciente. Concentración de la rique- ante todo consiste en un guiño significante, un
za, bellezas esculpidas hasta de la miseria, ilusio- acto retórico, una redundancia.
nes gozosas de redención a crédito, espera de Su lógica no trata de realidades causa-
tiempos siempre venideros, ubérrimos, imposi- les, ni tampoco de efectos, sino de modos de
bles, embobados por escenas ominosas, desde la registro de lo individual en lo colectivo, la
niña violada por el preboste, hasta el aburrimien- dimensión colectiva de la salud, más una apues-
to contable de las docenas de muertos iraquíes ta ideológica que una distinción conceptual.
diarios, ejército de ocupación de desocupados, Denominamos dispositivo biopolítico,
desconcentración del trabajo concentrado en al estatuto que registra la doble inmanencia de la
promesas de vida estetizada… salud en lo colectivo y lo colectivo en la salud.
La sustitución de la potestad del poder Medicina, al conjunto de saberes del cuerpo indi-
de la plaza pública, en beneficio de la privatiza- vidual-colectivo, operados con dispositivos de
ción existencial, opera el reemplazo (¿servidum- biopoder. Salud, alude a los discursos biopolíti-
bre voluntaria?) de las expresiones de vida ciuda- cos en torno del cuerpo individual-colectivo.
dana. Parecen llegados los tiempos de inviabili- Cuerpo, remite a la realidad biopolítica de la
dad de los diversos modos de medicalización, población. Cuerpo-salud-medicina, conectivo
con los procedimientos realmente existentes. La ontológico entre el cuerpo político de la salud y
difusión de la variable "individual-medicamento- el orden colectivo de lo político (5).
sa", diseminada –de arriba abajo– en todo el teji- Como todo paradigma teórico-político,
do social, incluso en los organismos públicos, ya el de biopolítica no es un concepto simple, en
no tiene mucho más que fines propagandísticos virtud de que remite a problemáticas localizadas
de otros tiempos y otros mundos. en relación con otros conceptos, incluso contra-
Aún cuando sus impactos no se advier- dictorios entre sí (a).
ten con toda facilidad, los problemas de la salud
pública impactan en la totalidad de los usos y
costumbres que rubrican los movimientos del CUATRO
habitus, el cuidado de los cuerpos como entida-
des de consumo productivo.
No se nos escapa que muchos sectores La médica representa otra de las tantas
exigen, a escala de su salud, un mayor cuidado caras expuestas, visibles (la policial, la religiosa,
del cuerpo poblacional, una acción pública más etc.) de la máquina de administración de los
dedicada y sostenida, que ejerza efectivamente el cuerpos y las vidas (6).
derecho que les pertenece por el sólo atributo de Biopolíticas del habitus, de la vida habi-
ser ciudadanos. Sin embargo, el cuerpo social que tual, que se prodigan en ghettos, no-lugares, movi-
reclama mayores cuidados dispone solamente de mientos de arraigo y desarraigo, desplazamientos
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de miserables, perseguidos políticos y raciales, CINCO


migraciones, exilios que acarrean –todos y cada
uno– sus propias epidemiologías nacionales hacia
mundos concentracionarios (7). El gobierno, como registro de biopoder
Es verdad que aún persisten otros pro- soberano, no se refiere solo a estructuras políti-
cesos y modos del habitus, de la mundanidad cas o a la dirección de los Estados; más bien
del mundo, que han hecho posible sostener designa formas –apaciguadas o no– en que son
algunas libertades en los problemas de la vida: dirigidas las conductas de los individuos o de
dar y ofrecer, recibir y ofrendar; pero lo huma- los grupos: el gobierno de los niños, de las fami-
no mismo ya ha sido arrojado a los modos bru- lias, de las comunidades, de las almas, de los
tales de la vida sin más, como cuestión de espe- enfermos... (10).
cie, género, raza, anonadamiento del poder ser Gobernar, en este sentido, es adminis-
mediante el ser del poder (8). tración de conflictos, regulación de confrontacio-
Se trata de una biopolítica en tiempo nes, dirección de adversarios, articulación de vín-
presente, de las amenazas a lo humano como un culos, recomposición de lazos, como también la
ser vivo-muerto, por desaparición. Una moderni- estructuración de campos posibles de acción
dad expandida y global ejecuta el control de las entre los actores sociales, unos respecto de otros.
vidas pobladas, de las muertes estadísticas, como El ejercicio del poder soberano consiste en guiar
una encuestolatría mediatizada. conductas, orientar o reorientar sus fines y valo-
Es la vida habitual, en la que toda exis- res, y disponerlas con el propósito de obtener
tencia debe estar acompañada de inexistencia, el resultados –territorio, población– en el cuerpo
ser de no ser, y ya lo dicen palabras desapareci- propio de los ciudadanos (11).
das: todo lo que existe, además, no existe. En este sentido, ¿qué significa asegurar
La vida y la muerte constituyen los un sentido jurídico a la vida, sino la traducción,
actos límites de una voluntad política que bajo una forma legal –coactiva o no– de resulta-
encarna simultáneamente subjetividad y políti- dos de prácticas instituidas de un biopoder? Un
ca, promoción de vida y administración de grave problema se plantea cuando el acto de
muerte, en la que se juegan derechos tales gobernar queda enmarcado en los dos extremos
como los de fecundar y reproducir, de planifi- biopolíticos: el gobierno del principio y del
car y distribuir, de curar y enfermar y, decisiva- final de la vida. El nacimiento y la muerte se
mente, de nacer y morir. verán agotados, desde su perspectiva jurídica y
Se ha reiterado que el derecho de sanitaria, si no se advierte la expansión de dis-
vida, sobre la vida, de sobrevida, de sobrevi- positivos con evidentes implicaciones en la
vencia, no puede ser formulado con una pura existencia humana. Ejemplos de la dialéctica
esencia naturalizada. La vida no puede ser for- principio-fin son los anacronismos discursivos
mulada como esencia porque, sencillamente, respecto de las manipulaciones genéticas y la
ella no es esencial (9). intensificación de polémicas inútiles activadas
La vida es existencia social, índice de por las innovaciones tecnológicas.
sentido del camino del sujeto al ciudadano. La El jurista encuadra la vida en un esque-
esencialidad de la vida humana pertenece a su ma codificado bajo la regla lineal, segmentaria y
existencia social. Las inscripciones históricas de vital, y capitula etapas basadas en el ser por
las existencias sociales han marcado (roturado, venir, en el nacer, en el existente imputable o
flagelado) producciones de vida tales como el inimputable, y en la falta relativa o absoluta de
dejar vivir y el hacer morir (5). ser. El derecho se entiende como el soporte vin-
En tiempos despóticos, y con faltas culante del Estado entre el nonato y el póstumo.
brutales de simetría con la muerte, la vida revis- ¿Cómo definir, pues, el aparente desco-
te un carácter de tipo residual; la muerte es lo nocimiento de las estrategias biopolíticas
dominante y la vida es lo que resta, si sobrevi- –mucho más transversales que segmentarias–
ve. La vida, así definida, es lo sobreviviente de experimentadas en la historia política de
la muerte. Occidente? Tiempos, por caso, de poder despótico
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o democrático, devenidos potestades biopolíticas gobernaron las prácticas criminales y médicas,
de vida. Negación o afirmación del hacer ser, del por lo que deben ser abordadas con categorías
poder nacer, crecer, morir… diferentes, en la vía de un conjunto de procedi-
¿Qué ha acontecido en el orden históri- mientos disciplinarios y estrategias de control.
co sanitario y en las políticas públicas de salud, Docilidad del cuerpo-especie, modela-
con el registro encuadrado en un organismo indi- do por mecánicas de lo viviente, una administra-
vidual que nace, crece, se desarrolla y muere? ción de los tratamientos poblacionales y regula-
En el marco de esta racionalidad médi- ciones demográficas de los nacimientos, mortali-
co-criminal gubernamental, de esta manera dad, higiene, salud pública, vacunación, procre-
intencionada, fetichizada de la vida, los disposi- ación, duración de la vida, longevidad, exáme-
tivos de biopoder orientan sus prácticas según nes, estadísticas, epidemias, enfermedades, etc.
cuatro direcciones: biología, información, finan- La organización del poder sobre la vida
zas y seguridad. Es en cada una de estas direc- organiza la puesta en acto de nuevas disciplinas
ciones donde aparecen los grandes problemas del cuerpo, conocimientos embebidos en suaves
de la recalificación de las formas de vida y las tecnologías, reguladores de tipos de consumo,
inercias correspondientes a la producción de mediante intervenciones sanitarias orientadas a la
nuevas subjetividades. producción docilizante de los cuerpos individua-
les-colectivos.
Es el soporte de los procesos biológicos
SEIS mediante técnicas anátomo-bio-políticas y ya no
sus representaciones e instituciones, aquello que
muestra el biopoder fundante de las fuerzas polí-
Nadie como un sanitarista puede com- ticas de la sociedad.
prender que los modos de vida se multiplican de Naturalmente, la sexualidad es un cen-
forma más rizomática que arborescente. tro de operaciones biopolíticas de enorme vigor
La mirada biopolítica pone de relieve biológico. Como con las prácticas de procreación,
los mecanismos para modelar cuerpos cada vez y con los lenguajes anacrónicos propios de cam-
más dóciles políticamente y útiles productiva- pañas de moralización decimonónicas, los discur-
mente. Operadores correctivos de disciplinas y sos sobre la sexualidad han señalado los controles
conocimientos constituidos (biología-salud, dere- e intervenciones colectivas a escala microfísica, y
cho-seguridad, comunicación-información…), exámenes médicos con procedimientos minúscu-
sus redimensionamientos tienen como destinata- los y meticulosos. Los saberes del sexo contribu-
rio –primero y último– al cuerpo múltiple y yen a la microfísica del poder en toda la vida de
colectivo de la población. la especie: cuerpo biológico, cuerpo animal, cuer-
Se trata de una vasta renovación del po humano, cuerpo colectivo… (5).
punto de partida, que constituye la irrupción teó-
rico-tecnológica de una nueva visibilidad de lo
viviente, dentro del horizonte de la acción social SIETE
y de la construcción de las preguntas por el poder
y su funcionamiento.
Políticas del saber de la vida, sobre la Giorgio Agamben ha trazado el hilo con-
vida, su formulación radical será el acceso del ductor que liga los modelos biopolítico y jurídico-
poder en toda vida: del cuerpo biológico al político en los paradigmas de soberanía, a través de
cuerpo colectivo; una anátomo-política de los lo que denomina un estado de excepción (12).
cuerpos (1). Observa que, al calor de las luchas del
El derecho de vida y muerte tiende a siglo pasado, el concepto mismo de biopolítica
desplazarse hacia las exigencias de una adminis- adquirió mayores alcances, en virtud de los cua-
tración global de vida/muerte, complemento de les se han complicado las distinciones entre
un poder ejercido para administrarlas, controlar- racionalidad política, gobierno de las poblacio-
las y regularlas, un replanteo de las pautas que nes y sociedad normalizadora.
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Propone un paso radical al ofrecido externo-interno del derecho ha entrado en una


por Michel Foucault, consistente en la inexcusa- zona de irreductible indiferenciación. Excepción,
ble redefinición cognoscitiva del estudio de los solo restaría la pregunta esencial que se interroga
procesos coexistentes de subjetivación en los por el acto fundacional de la relación exclusión-
fenómenos políticos. Alude, sin más, a los gran- inclusión de la vida en la política.
des estados totalitarios del siglo XX y la criminal Esa conducción se caracteriza por la
realidad de los campos de concentración y su revocación inmediata de las interdicciones del
carácter mortífero. poder soberano, en beneficio de los procesos
Agamben radicaliza el análisis de los donadores de vida fronterizos, más allá de las
procesos de normalización y control que regulan cuales la vida deja de ser políticamente pertinen-
los cuerpos individuales-colectivos, y que desde te. Su expansión, su pasaje, excede el horizonte
su operación local se propaga hacia la totalidad autoritario que conocemos por dictaduras; se
de la supervivencia de los hombres. El campo, trata de procedimientos brutales, tanatopolíticos.
territorio diseminado del horror absoluto, exige La más mortífera administración de las
esa redefinición. La vida del campo desnuda el formas tecnológicas de biopoder, se encuentra
ser que ha sostenido el destino occidental. entre los procedimientos racistas en la sociedad
La nuda vida del sobreviviente, agoni- y el Estado.
zante, paradigma de la muerte en Occidente, Racista, dicho brevemente, es la moda-
sintetiza los discursos relativos a los temas fun- lidad brutal bajo la cual se introduce la separa-
dados en el desdén por la vida y la impunidad ción entre aquello que debe vivir y lo que debe
de la muerte (7). morir. Lo que se puede dejar vivir bajo control
La vida no es objeto de protección, y el absoluto y lo que se debe exterminar.
análisis de las formas de exclusión (por ejemplo, El racismo cumple la función de esta-
sanitarias) no discrimina la vulnerabilidad del blecer una relación intrínseca entre nuestra vida
cuerpo de hombres y poblaciones. y la muerte del otro. La muerte del otro devenida
Una perspectiva tan antigua como la de presupuesto de vida de un pueblo y su territorio,
los estados de excepción soberana, oscila entre la condición que salvaguarda, según fundamen-
un estatuto polémico de producción del poder, y tos míticos, argumentos de salud y pureza vital
un estatuto positivo, ambiguo y ambivalente de para el exterminio de la raza infecciosa (13).
un modo de vida político. La raza y el racismo constituyen la
De este modo, las políticas de la ominosa condición, dice Foucault, de la acepta-
modernidad no hacen otra cosa que continuar ción colectiva del homicidio, el permanente
pero invertir la tarea de los griegos en la articu- reaseguro de la muerte en una frenética econo-
lación entre vida (lo viviente) y existencia polí- mía tanato-bio-política.
tica (el logos). Al situar a la vida biológica en el El gobierno de poblaciones enteras bajo
centro de sus cálculos, el Estado moderno no la dirección de los acontecimientos genéricos de
hizo otra cosa que volver a sacar a la luz el vín- la vida y de la muerte constituye la mayor trage-
culo inmemorial que une al poder con la vida: dia biopolítica de la humanidad.
biopoder. Los Estados más asesinos, aquellos que
La lógica y la construcción jurídico- aplican las más brutales políticas racistas son, al
política entre vida y política, habría que buscarla mismo tiempo, los que experimentaron las mayo-
en el hecho de que la política occidental se res regulaciones biológicas. El poder disciplinario
habría constituido por medio de una inclusión- que recorrió la sociedad nazi tomó a su cargo
exclusiva y una exclusión-inclusiva, de la vida dominios enteros de registro de lo biológico,
situada como excepción de la decisión soberana tales como la procreación, el control de la natali-
y del derecho. dad y la herencia, también enfermedades y cier-
La excepción es la forma originaria del to tipo de accidentes experimentales.
derecho de vida y muerte, y constituye la gran El Estado nazi ha trocado el campo de
desesperación de nuestro tiempo: su tragedia. La vida políticamente protegida y jurídicamente
excepción se ha convertido en regla y el espacio garantizada, hacia el derecho soberano de matar
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a cualquiera: a los otros, pero también a los Roberto Esposito, filósofo italiano, sos-
suyos. El contenido de la causa nazi tiene un pro- tiene que el nazismo tiene una historia mucho
fundo carácter purificador de matar, al absoluto más amplia y larga que ese régimen mismo, y
biopoder del exterminio (8). que por lo menos recorre toda la modernidad, al
Esa excepción de vida no revela más haber llevado a su resultado extremo, paroxísti-
que la pura retórica de la función histórica del co, la forma más atroz concebida por la vida
concepto de humanidad y la imposibilidad de humana (4,9,14).
una proclamación fundamental de sus valores. Desde entonces –nunca como ahora– la
La democracia moderna, como lo es el política se practicó sobre los cuerpos inermes de
totalitarismo, también debe ser analizable en tér- poblaciones enteras, epicentros de toda política
minos de estos paradigmas. Las actuales demo- de aniquilamiento. La política democrática apare-
cracias no llegan a inscribir la vida misma en los ce cada vez más acosada por una muralla biológi-
principales programas de sus sistemas políticos. co-económica, recibe el impacto de las biotecno-
Biopoderes de rostro democrático logías y las cuestiones médico-sanitarias sobre el
ponen a la vida en cortocircuito, que pasa a ser cuerpo humano, que operan de índice privilegia-
directamente un asunto de administración sin do del funcionamiento del sistema económico.
más. En el centro mismo del problema de la ciu- Es decisivo el papel que asumieron la
dadanía y el Estado es la vida administrada, y acción y el pensamiento inmunológico, no solo
nada más, lo que está en juego, la actualización en sus aspectos biomédico y biotecnológico, sino
racionalizada de una violencia fundamental del también en el socio-cultural, fuertemente epide-
discurso de poder soberano. miológico. Si se pasa del ámbito biomédico al
En este sentido, tal como antes las expe- social, desde el cuerpo individual al cuerpo
riencias totalitarias de supervivencia tenían sede social, desde el cuerpo tecnológico al cuerpo
en el campo de concentración, el paradigma pro- político, lo inmunitario aparece en todos los
blemático de esa violencia fundamental se órdenes de la vida. Lo que cuenta es impedir,
amplía al campo productivo, en el que se expo- prevenir y combatir la difusión del contagio real
ne el cuerpo mismo de la población. y simbólico, por cualquier medio y en donde sea.
Al presentarse la vida desnuda como No es menor la observación de que la
centro de todo vínculo, se advierte que este es propia ciudadanía contribuye con su propio inte-
más que el punto de sujeción del poder, porque rés puesto en la salud, en acciones supuestamen-
se ha convertido en el objeto por excelencia del te preventivas acerca de la infección del Otro, el
orden político. mundo otro infeccioso.
La vida desnuda informa sobre meca- El problema de la exigencia inmunitaria
nismos políticos precisos, también médico-sani- es su propia inmunización, necesaria para defen-
tarios, que no pueden configurarse totalmente der nuestra vida, llevada más allá de su límite, y
dentro del espacio político. Un proceso conti- que acaba volviéndose en contra. El sistema
nuo del exterminio conduce a la caducidad de inmunitario se desencadena contra el mismo
derechos a la producción de vida; los modos del cuerpo que protege y lo destruye. El conflicto
asesinato deben incluirse en el orden jurídico- actual puede ser leído como el trágico punto final
político de los Estados. de una terrible crisis inmunitaria (14).
Un trastocamiento de la vida biológi- Del mismo modo, la inmunidad adquie-
co-humana, desde la sujeción soberana del re además otro sentido atenuado, como las prác-
poder, aparece como fundamento imposible ticas de vacunación, acciones relacionadas con-
para la existencia de salidas políticas y éticas, en tra la inmunidad adquirida, etc. También la
calidad de propuestas para resistir esos modos inducción planificada de infección puede ser de
extremos del biopoder. tipo preventivo ante las amenazas de una pato-
Nos preguntamos por el rol que, en logía. Digamos, como una suerte de inmunología
estas circunstancias, cabe al orden sanitario; si política: se trata de proteger la vida haciéndole
existen investigaciones respecto de una biopolíti- probar la muerte.
ca radical en salud colectiva.
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OCHO a) "lograr para todos el mayor nivel posible de


salud";
b) "promover, en conexión con los Estados
La idea, nacida en el clima de las con- miembros y con agencias internacionales, el
quistas coloniales, de la superioridad de algunas mejoramiento en la nutrición, la vivienda, las
razas humanas sobre otras, era consistente con el condiciones económicas y de trabajo y de
intento de usar las leyes de la naturaleza para cualquier otro aspecto del entorno necesario";
legitimar los derechos a ejercer su dominio sobre c) "la integración cercana y apoyo entre los aná-
las otras, y conducir a la especie humana hasta la lisis biomédicos/tecnológicos y el social de la
perfección a través de métodos biológicos. salud".
Las ideas de Francis Galton a las que
dio nombre de eugenesia (15) tuvieron graves La consecución de esos objetivos por
consecuencias en la vida de millones de indivi- este organismo mundial es materia de discusión.
duos a través, por ejemplo, de la discrimina- En 1976, la OMS sostuvo una idea utó-
ción introducida en las leyes de inmigración. La pica pero también, como se ha visto, ilusoria: la
bibliografía, rebosante de autores, adoptaba "salud para todos en el año 2000"; "la elimina-
lenguajes biológicos, médicos, sanitarios, que ción de los obstáculos para la salud, o sea la eli-
justificaban por escrito el orden mortuorio de minación de la desnutrición, la ignorancia, la
lo injustificable. polución de las aguas y las viviendas insalubres,
Conjuntamente a la idea de la superio- las cuales son tan importantes como la solución
ridad racial, se difundieron los aberrantes para- de los problemas médicos".
lelismos entre los métodos de la medicina y los La célebre Conferencia de Alma Ata
de la política. Por analogía, se alegaba a la (Kazajstán), repitió esos cometidos, al tiempo que
amputación corporal cuando se diagnosticaban se advierte con claridad el verdadero pensamien-
riesgos de que una parte de la población pudie- to biopolítico del mundo neoliberal: la salud,
ra infectar, contagiar, a la colectividad de las como cualquier otra cosa, es una fuente de inver-
personas saludables. sión económica.
Las recurrentes alusiones a las deformi- La salud pública es, para los discursos
dades humanas constituyen el impedimento a la del privatismo universal, un estorbo a la iniciati-
igualdad universal de derechos, y sostiene la va privada. Los sistemas de salud pública univer-
polaridad de las decisiones entre perspectivas de sal son una carga y un lastre para el Estado, y un
vida y experiencias de muerte (13). obstáculo para la creación de riquezas.
El mes de enero de 1942, en medio de
los años 1940-1945, puede ser considerado
como el tiempo abismal de configuración del NUEVE
mal absoluto. Hitler sistematiza el exterminio
de opositores políticos, los enemigos, y pone en
ejecución la máquina del infierno: eliminación Las biopolíticas de la muerte llevan el
de las "razas impuras", esterilización de enfer- estigma de lo negativo, se apropian tomando
mos mentales, eutanasia forzada de minusváli- posesión de la vida desde el exterior, de manera
dos e infinitos procedimientos de ablación de la trascendente, con el ejercicio continuado de la
vida humana sin más. máquina de violencia. Tal como la catástrofe del
Se planifica una solución (biopolítica) nazismo, la biopolítica negativa acontece hoy en
final, del horror más atroz vivido por la entera muchas partes del mundo, relacionando inmuni-
humanidad: la denominada Shoah, el holocausto tariamente la vida a través de las experiencias
judío (8). individuales y colectivas de muerte.
Un año después del final de la Segunda El resultado de este procedimiento es
Guerra Mundial, en la Constitución de la OMS una normalización violenta que excluye la singu-
de 1946, se afirman objetivos de precisos alcan- laridad misma del ser viviente. El análisis radical
ces biopolíticos: del ejercicio del poder se propone descubrir la
DEL NONATO AL PÓSTUMO. APUNTES BIOPOLÍTICOS EN SALUD COLECTIVA 141

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máscara bajo la cual avanzan los códigos de Anhelo, en fin, de hablar de política
poder institucional y jurídico, el plan de la sobe- de la vida; no solo si la vida, cada vida indivi-
ranía y la manera en que ésta pone en juego a la dual, es sujeto y no objeto de la política, sino
vida desnuda (11). también si la misma política es repensada
Sabemos qué se entiende por vida, pero mediante un concepto de vida sin reducirla a la
no advertimos aún cómo es posible reconstruir simple materia biológica.
las estrategias políticas a partir de la vida misma. Lo que cuenta es afrontarla desde aden-
Nos parece que el problema básico del tro, hasta hacer emerger aquello que, hasta
pasaje genealógico hacia otra estrategia biopolíti- ahora, ha sido aplastado por la figura negativa,
ca, es cómo la vida misma puede concebirse ple- anonadada, exterminada, de la vida, hacia una
namente como verdad de la política. Tarea, por vitalización de las normas políticas.
cierto, también de la salud colectiva. Otras, nue- En estas condiciones, y en tiempos de
vas formas de vida, cuya potencia y cohesión se crímenes recurrentes contra la humanidad, se
funden en vidas por venir, en el porvenir. hace difícil pero deseable la afirmación por un
En efecto, es posible y necesario pensar perspectivismo biopolítico de intervención en
en una biopolítica afirmativa, que no tema esta- salud colectiva. Mientras tanto, hoy y aquí, en
blecer una relación productiva entre el poder y busca del remedio, es audible la palabra dura,
los sujetos; que, en lugar de someterlos y objeti- genuina, verdadera, del poeta: "el nacimiento
varlos, busque su expansión y su potenciación. mismo es un riesgo de muerte" (Giacomo
No obstante, no se entreven de esa afirmación Leopardi).
más que signos o huellas de ésta.

NOTAS FINALES vida del campo de exterminio; y Roberto


Esposito es quien presta la dimensión fundante al
estatuto biopolítico de la vida sin más. A ellos
a. Michel Foucault, es el teorizador de las claves nos remitimos, y las líneas que siguen, dando por
históricas, las incisiones conceptuales y las pro- transitadas sus tesis generales, se proponen como
puestas programáticas de la biopolítica. Es una apretada síntesis orientada al ámbito cognos-
Giorgio Agamben quien las propaga y sitúa en la citivo de la salud colectiva.

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FORMA DE CITAR
Kaminsky G. Del nonato al póstumo: Apuntes biopolíticos en salud colectiva. Salud Colectiva. 2008;4(2):133-142.

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