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Tradición Perenne

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Editorial Redacción
El simbolismo solsticial de Jano René Guénon
El nacimiento del Salvador: la muerte de la muerte San Basilio
Del nacimiento eterno Abbé Henri Stèphane
La Tradición primordial (III) Jean Tourniac
La alquimia (III) Titus Burckhardt

Editorial
Este número está dedicado a la Navidad, la fiesta por excelencia del calendario cristiano, casi al mismo nivel,
si no idéntico, con una festividad que podría parecer que celebra todo lo contrario: la Pasión de Jesucristo. Sin
embargo están muy relacionadas, tanto de manera simbólica como de manera astronómica, interviniendo
solsticios y equinoccios.
Aquí aparecen varios puntos de vista, desde escritores tradicionalistas, como Guénon, Tourniac, algo menos,
como Burckhardt, y exponentes del misticismo cristiano como San Basilio y Abbé Henri stèphane.

Cualquiera que sea tu deidad tutelar, medita sobre la forma durante largo tiempo —como aparente,
pero no existente en la realidad, como una forma producida por un mago... Luego deja que la visión
de la deidad tutelar se desvanezca desde los extremos, hasta no quedar nada visible de ella; y ponte
en el estado de la Claridad y la Vaciedad —que no puedes concebir como algo— y permanece en tal
estado por cierto tiempo. Medita sobre la Clara Luz, haz esto alternada mente. Después deja que tu
intelecto se desvanezca gradualmente empezando por los extremos.
Libro de los Muertos Tibetano

Si el corazón divaga o se distrae, vuélvelo a su punto suavemente, ponlo de nuevo en presencia de su


Señor. Y aunque no hicieras nada en toda tu hora, sino volver tu corazón para ponerlo de nuevo en
presencia de Nuestro Señor, aunque se apartase cada vez que lo volvieses, tu hora estaría muy bien
empleada.
San Francisco de Sales

Aquel que tiene presente a Dios, simple y únicamente a Dios, en todas las cosas, lleva a Dios consigo
en todas sus obras y en todos los sitios, y Dios solo hace todas sus obras. No busca nada sino a Dios;
nada le parece bueno sino Dios. Como ninguna multiplicidad puede disipar a Dios, así nada puede
disipar a este hombre o hacerlo múltiple.
Meister Eckhart

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El simbolismo solsticial de Jano


René Guénon
Publicado en “Études Traditionelles”, julio de 1938.

Acabamos de ver que el Aun en su forma especulativa”


El tercer simbolismo de las dos puertas moderna, la masonería ha
rostro de solsticiales, en Occidente, conservado siempre también,
Jano
correspond existía entre los griegos y más como uno de los testimonios
e, en otro
simbolismo,
en particular entre los más explícitos de su origen, las
el de la pitagóricos; se lo encuentra fiestas solsticiales,
tradición
hindú, al ojo igualmente entre los latinos, consagradas a los dos San
frontal de donde está esencialmente Juan después de haberlo
Çiva,
invisible vinculado con el simbolismo de estado a los dos rostros de
también, Jano. Como ya hemos hecho Jano[9]; y así la doctrina
puesto que
no alusión a éste y a sus diversos tradicional de las dos puertas
representad
aspectos en muchas ocasiones, solsticiales, con sus conexiones
o por
órgano no consideraremos aquí sino los iniciáticas, se ha mantenido viva
corporal
alguno, ojo puntos referidos más aún, por mucho que sea
que figura directamente a lo que hemos generalmente incomprendida,
el “sentido
de la expuesto en nuestros últimos hasta en el mundo occidental
eternidad” estudios, aunque, por otra actual.
parte, sea difícil aislarlos por
completo del conjunto NOTAS
complejísimo de que forman [1]
[Publicado en É. T., julio de
parte. 1938].
Jano, en el aspecto de que [2]
Por esta misma razón ciertas
ahora se trata, es propiamente lenguas, como el hebreo y el
el ianitor [‘portero’] que abre y árabe, no tienen forma verbal
cierra las puertas (ianuae) del correspondiente al presente.
ciclo anual, con las llaves que [3]
Es lo que se figuraba
son uno de sus principales también, en forma exotérica y
atributos; y recordaremos a “moralizada”, el mito de
este respecto que la llave es un Hércules entre la Virtud y el
símbolo “axial”. Esto se refiere, Vicio, cuyo simbolismo se ha
naturalmente, al aspecto conservado en el sexto arcano
“temporal’ del simbolismo de del Tarot. El antiguo
Jano: sus dos rostros, según la simbolismo pitagórico, por lo
interpretación más habitual, se demás, ha tenido otras
consideran como “supervivencias” harto curiosas;
representación respectiva del así, se lo encuentra, en la época
pasado y el porvenir; ahora renacentista, en el pie de
bien: tal consideración del imprenta del impresor Nicolas
pasado y el porvenir se du Chemin, diseñado por Jean
encuentra también, como es Cousin.
evidente, para un ciclo [4]
La palabra sánscrita yâna
cualquiera, por ejemplo el ciclo tiene la misma raíz que el latín
anual, cuando se lo encara ire, y, según Cicerón, de esta
desde una u otra de sus raíz deriva el nombre mismo de
extremidades. Desde este Jano [Ianus], cuya forma está,
punto de vista, por lo demás, por lo demás, singularmente
importa agregar, para próxima a la de yâna.
completar la noción del “triple [5]
Acerca de este simbolismo
tiempo”, que entre el pasado de las dos vías, cabe agregar
que ya no es y el porvenir que que existe una tercera, la “vía
no es aún, el verdadero rostro del medio”, que conduce
de Jano, aquel que mira el directamente a la “liberación”, a
presente, no es, se dice, esta vía correspondería la
ninguno de los dos visibles. prolongación superior, no
Ese tercer rostro, en efecto, es trazada, de la parte vertical de
invisible porque el presente, en la letra Y, y esto ha de ponerse
la manifestación temporal, no además en relación con lo que
constituye sino un se ha dicho más arriba sobre el
inaprehensible instante[2]; pero, tercer rostro (invisible) de
cuando el ser se eleva por Jano.
sobre las condiciones de esta [6]
Notemos que la palabra
manifestación transitoria y initiatio proviene de in-ire, y que
contingente, el presente por lo tanto se encuentra en
contiene, al contrario, toda ella también el verbo ire, al que
realidad. El tercer rostro de se vincula el nombre de Jano.
Jano corresponde, en otro [7]
El San Juan invernal está,
simbolismo, el de la tradición así, muy próximo a la fiesta de
hindú, al ojo frontal de Çiva, Navidad, la cual, desde otro
invisible también, puesto que no punto de vista, corresponde no
representado por órgano menos exactamente al solsticio
corporal alguno, ojo que figura de invierno, según lo hemos
el “sentido de la eternidad”; una explicado anteriormente. Un
mirada de ese tercer ojo lo vitral del siglo XIII de la iglesia
reduce todo a cenizas, es decir, de Saint-Rémi, en Reims,
destruye toda manifestación; presenta una figuración
pero, cuando la sucesión se particularmente curiosa, y sin
transmuta en simultaneidad, lo duda excepcional, en relación
temporal en intemporal, todas con aquello de que aquí se
las cosas vuelven a encontrarse trata: se ha discutido en vano la
y moran en el “eterno cuestión de cuál de los dos
presente”, de modo que la San Juan es el allí
destrucción aparente no es en representado. La verdad es
verdad sino una que, sin que quepa ver en ello la
“transformación”. menor confusión, se ha
Volvamos a lo que concierne representado a los dos,
más particularmente al ciclo sintetizados en la figura de un
anual: sus puertas, que Jano solo personaje, como lo
tiene por función abrir y cerrar, muestran los dos girasoles
no son sino las puertas colocados en sentidos
solsticiales a que ya nos hemos opuestos sobre la cabeza de
referido. No cabe duda alguna aquél, que corresponden en
a este respecto: en efecto, este caso a los dos solsticios y
Jano [Ianus] ha dado su a los dos rostros de Jano.
nombre al mes de enero Señalemos aún, de paso y a
(ianuarius), que es el primero, título de curiosidad, que la
aquel por el cual se abre el año expresión popular francesa
cuando comienza, normalmente, “Jean qui pleure et Jean qui
en el solsticio de invierno; rit” [‘Juan que ríe y Juan que
además, cosa aún más neta, la llora’] es en realidad una
fiesta de Jano, en Roma, era reminiscencia de los dos rostros
celebrada en los dos solsticios opuestos de Jano. [Cf. nota 5
por los Collegia Fabrorum; del capítulo siguiente].
tendremos inmediata [8]
Recordaremos que la “Logia
oportunidad de insistir sobre de San Juan”, aunque no
este punto. Como las puertas asimilada simbólicamente a la
solsticiales dan acceso, según caverna, no deja de ser, como
lo hemos dicho anteriormente, a ésta, una figura del “cosmos”; la
las dos mitades, ascendente y descripción de sus
descendente, del ciclo zodiacal, “dimensiones” es
que en ellas tienen sus puntos particularmente neta a este
de partida respectivos, Jano, a respecto: su longitud es “de
quien ya hemos visto aparecer oriente a occidente”; su
como el “Señor del triple anchura, “de mediodía a
tiempo” (designación que se septentrión”; su altura, “de la
aplica también a Çiva en la tierra al cielo’; y su
tradición hindú), es también, profundidad, “de la superficie al
por lo dicho, el “Señor de las centro de la tierra”. Es de
dos vías”, esas dos vías, de notar, como relación notable en
derecha y de izquierda, que los lo que concierne a la altura de
pitagóricos representaban con la Logia, que, según la tradición
la letra Y[3], y que son, en el islámica, el sitio donde se
fondo, idénticas al deva-yána y levanta una mezquita se
al pitr-yâna respectivamente[4]. considera consagrado no
Es fácil comprender, entonces, solamente en la superficie de la
que las llaves de Jano son en tierra, sino desde ésta hasta el
realidad aquellas mismas que, “séptimo cielo”. Por otra parte,
según la tradición cristiana, se dice que “en la Logia de
abren y cierran el “Reino de los San Juan se elevan templos a
cielos” (correspondiendo en la virtud y se cavan mazmorras
este sentido al deva-yâna la vía para el vicio”; estas dos ideas
por la cual se alcanza aquél)[5], y de “elevar” y “excavar” se
ello tanto más cuanto que, en refieren a las dos “dimensiones”
otro respecto, esas dos llaves, verticales, altura y profundidad,
una de oro y otra de plata, eran que se cuentan según las
también, respectivamente, la de mitades de un mismo eje que va
los “grandes misterios” y la de “del cenit al nadir”, tomadas en
los “pequeños misterios”. sentido mutuamente inverso;
En efecto, Jano era el dios de esas dos direcciones opuestas
la iniciación[6], y esta atribución corresponden,
es de las más importantes, no respectivamente, al sattva y el
solo en sí misma sino además tamas (mientras que la
desde el punto de vista en que expansión de las dos
ahora nos situamos, porque “dimensiones” horizontales
existe una conexión manifiesta corresponde al rajas), es decir,
con lo que decíamos sobre la a las dos tendencias del ser,
función propiamente iniciática hacia los Cielos (el templo) y
de la caverna y de las otras hacia los Infiernos (la
“imágenes del mundo” mazmorra), tendencias que
equivalentes de ella, función están aquí más bien
que nos ha llevado “alegorizadas” que simbolizadas
precisamente a considerar el en sentido estricto, por las
asunto de las puertas nociones de “virtud” y “vicio’,
solsticiales. A ese título, por lo exactamente como en el mito de
demás, Jano presidía los Hércules que recordábamos
Collegia Fabrorum, antes. [Los tres términos
depositarios de las iniciaciones sánscritos mencionados se
que, como en todas las explican así en L’Homme et
…existe
civilizaciones tradicionales, son devenir selon le Vêdânta, una
tercera, la
estaban vinculadas con el cap. IV: “Los guna… son… “vía del
ejercicio de las artesanías; y es condiciones de la Existencia medio”,
que
muy notable que esto, lejos de universal a que están sometidos conduce
desaparecer con la antigua todos los seres manifestados… directame
nte a la
civilización romana, se haya Los tres guna son: sattva, “liberación
continuado sin interrupción en conformidad a la esencia pura ”, a esta
vía
el propio cristianismo, y que de del Ser (Sat), que se identifica correspon
dería la
ello, por extraño que parezca a con la Luz inteligible o el
prolongaci
quienes ignoran ciertas Conocimiento y se representa ón
superior,
“transmisiones”, pueden aún como una tendencia no
encontrarse vestigios en ascendente; rajas, la impulsión trazada,
de la parte
nuestros mismos días. expansiva, según la cual el ser vertical de
En el cristianismo, las fiestas se desarrolla en cierto estado y, la letra Y,
y esto ha
solsticiales de Jano se han en cierto modo, en un nivel de ponerse
convertido en las de los dos determinado de la existencia; además en
relación
San Juan, y éstas se celebran tamas, la oscuridad, asimilada a con lo que
se ha dicho
siempre en las mismas épocas, la ignorancia, y representada más
es decir en los alrededores como una tendencia arriba
sobre el
inmediatos de los solsticios de descendente”. (N. del T.)] tercer
invierno y verano[7]; y es [9]
En el simbolismo masónico, rostro
(invisible)
también muy significativo que el dos tangentes paralelas a un de Jano.
aspecto esotérico de la circulo se consideran, entre
tradición cristiana haya sido otras significaciones diversas,
considerado siempre como como representación de los dos
“johannita”, lo cual confiere a San Juan; si se ve al Círculo
ese hecho un sentido que como una figura del ciclo anual,
sobrepasa netamente, los puntos de contacto de las
cualesquiera fueren las dos tangentes, diametralmente
apariencias exteriores, el opuestos entre sí,
dominio simplemente religioso y corresponden entonces a los
exotérico. La sucesión de los dos puntos solsticiales.
antiguos Collegia Fabrorum,
por lo demás, se transmitió
regularmente a las
corporaciones que, a través de
todo el Medioevo, mantuvieron
el mismo carácter iniciático, y en
especial a la de los
constructores; ésta, pues, tuvo
naturalmente por patronos a
los dos San Juan, de donde
proviene la conocida expresión
de “Logia de San Juan” que
se ha conservado en la
masonería, pues ésta no es sino
la continuación, por filiación
directa, de las organizaciones a
que acabamos de referirnos[8].

El nacimiento del Salvador: la muerte de la


muerte
San Basilio
Homilía para el día de la Natividad de Cristo 2, 6; pág. 31 (1459-1462).

¡Dios en la tierra, Dios entre los hombres! Ya no es el Dios que da su ley


en medio de relámpagos y truenos, al son de trompetas sobre la montaña
Dios… humeante, en medio de espesos nubarrones (cf Ex 19,18), sino aquel que
conversa conversa con los humanos con dulzura y bondad, revestido de un cuerpo
con los
humano. ¡Dios en nuestra carne!...
humanos
con dulzura
y bondad ¿Cómo llegó la luz a todo el mundo? ¿De qué manera la divinidad habita la
carne? Como el fuego en el hierro...comunicándosele. Sin dejar lo que es, el
fuego comunica al hierro su propio ardor. No por esto queda disminuido el
fuego sino que llena por completo el hierro al que se comunica. Del mismo Dios ha
venido en
modo, Dios, el Verbo que “plantó su tienda entre nosotros” (cf Jn 1,14) no
carne para
ha abandonado su ser. El Verbo que se hace carne no ha sufrido ningún dar
cambio. El cielo no está privado de aquel que lo contiene en si... muerte a
la muerte
que se
Entra del todo en el misterio: Dios ha venido en carne para dar muerte a la escondía
muerte que se escondía en la carne. Del mismo modo que los medicamentos en la
carne
nos curan cuando son asimilados por el cuerpo, del mismo modo que la
oscuridad de una casa se desvanece al encender una luz, así la muerte que
nos tenía en su poder ha sido anihilada por la venida de nuestro Dios. Del
mismo modo que el hielo formado durante la noche se derrite con el calor del
sol, así la muerte ha gobernado hasta la venida de Cristo. Pero, cuando el
Sol de justicia se levanta (Ml 3,20) la muerte ha sido engullida en la victoria
(1Cor 15,4). No podía soportar la presencia de la vida verdadera...

Demos gloria con los pastores, cantemos y dancemos en coro con los
ángeles, “porque nos ha nacido un Salvador que es Cristo el Señor.” (Lc
2,11)... Celebremos la salvación del mundo, el día del nacimiento de la
humanidad.
Del nacimiento eterno
Abbé Henri Stèphane
Tratado VII.2 de Introduction à l’ésotérisme chrétien, vol. I, París, Dervy-
Livres, col."Mystiques et religions", 1979.

"Un día que Jesús estaba en la mesa con sus discípulos, les
…jamás un recomendó que no se alejaran de Jerusalén, sino que aguardasen
hombre que ha la promesa del Padre...: En pocos días vosotros seréis
comprendido lo
que quiere bautizados en el Espíritu Santo. Entonces ellos... le
decir: preguntaron: Señor, ¿es en este momento cuando vas a
"Bautizados en
el Espíritu restablecer el Reino de Israel?" (Hechos, I, 4-6).
Santo"
pregunta con
los discípulos: Por la Verdad Eterna, yo afirmo que jamás un hombre que ha
"Señor,
comprendido lo que quiere decir: "Bautizados en el Espíritu
¿cuándo restabl
ecerás el reino Santo" pregunta con los discípulos: "Señor,
de Israel?"
¿cuándo restablecerás el reino de Israel?". Esto, en efecto, "ser
bautizados en el Espíritu Santo", afirmo que no se cumple en el
tiempo, sino en la eternidad, fuera del tiempo. Ningún hombre que
se halle todavía en el tiempo puede comprender esta frase, pues
hay en el hombre "algo" que está fuera del tiempo, y ese "algo" es
un "lugar" fuera del espacio, y es en este "lugar" donde se cumple
"el bautismo en el Espíritu Santo".

Y ahora, escuchadme bien, pues voy a decir cosas que jamás han
sido dichas, y que nadie que no haya crecido a medida de esta
Verdad es capaz de comprender.

"Seréis bautizados en el Espíritu Santo", tal es la promesa del


Padre. Y lo que el Padre promete es lo que Él quiere cumplir. Y
el Padre no puede querer más que una cosa: engendrar al Hijo
Único. Y lo engendra por el Espíritu Santo. Ésta es la Obra
del Padre, y no hay otras obras. Es la Obra única del Padre,
eterna, infinita, fuera del tiempo y del espacio. ¿Y dónde se
cumple esta Obra única del Padre? Allá, aquí, en ese "lugar", en
ese "algo" que está en el hombre y que se encuentra fuera del
tiempo, y Él no puede cumplir otras obras, sino engendrar al Hijo
Único en ese "lugar" que se halla en el hombre.

Y ahora, he aquí algo que jamás he dicho: Dios, cuando crea el


mundo, no "hace" nada. Pero cuando dice: "Hagamos al hombre a
imagen y semejanza de Dios", entonces "hace" su Obra:
engendra al Hijo Único. Este Nacimiento eterno, fuera del
tiempo, se cumple en el hombre, fuera del tiempo, y aquí, toda la Este
Creación y "Dios" mismo desaparecen. Ya no hay sino el Padre, Nacimiento
eterno, fuera
que engendra al Hijo Único por el Espíritu Santo en el hombre, del tiempo, se
fuera del tiempo, en la Eternidad. cumple en el
hombre, fuera
del tiempo, y
Este Nacimiento eterno del Hijo Único no puede cumplirse más aquí, toda la
Creación y
que en el "hombre fuera del tiempo", es decir, en el hombre "Dios" mismo
perfecta y totalmente "virgen". Es el misterio de la Inmaculada desaparecen.
Concepción. Y María, Nuestra Señora, es el soporte temporal Ya no hay sino
el Padre, que
de este Nacimiento Eterno: Ave, gratia plena, Dominus tecum. engendra al
El Padre engendra al Hijo Único en Nuestra Señora por el Hijo Único por
el Espíritu
Espíritu Santo: es el misterio de la Encarnación. Y esta Santo en el
generación del Hijo Único en Nuestra Señora es hombre, fuera
del tiempo, en
Jesús: Benedictus fructus ventris tui, Jesus. Es la misma la Eternidad
generación del Hijo Único, que el Padre cumple en "el alma
virgen", fuera del tiempo. Según las apariencias, Jesús nace en el
alma, pero en la Realidad es el alma hecha perfecta y totalmente
"virgen" fuera del tiempo -y con ella toda la Creación, y "Dios"
mismo- lo que desaparece, lo que es absorbido en este
Nacimiento del Hijo y entra así en el seno del Padre: es el
misterio de la Asunción de la Virgen.

Y ahora, considerad bien lo que he dicho: no hay sino una sola


obra, única, eterna, sublime, que el Padre quiera cumplir: es el
Nacimiento eterno del Hijo en la Virgen, por el Espíritu Santo.
Que vuestras almas sean así "bautizadas en el Espíritu Santo,
en pocos días", y que Dios os ayude a ello. Amén.

La Tradición Primordial (III)


Jean Tourniac
Uno de los textos clásicos para aquellos que se aproximan sin demasiada
experiencia previa a los conceptos de la Tradición y de la Religión
Primordiales.

LAS CONSECUENCIAS DE UNA PRIMORDIALIDAD


TRADICIONAL PARA LAS RELIGIONES

Muchas consecuencias pueden extraerse de esta teoría. Citaremos tan sólo


algunas que nos parecen fundamentales, pues es a propósito de ellas que
los monoteísmos occidentales y especialmente el Cristianismo, y más tarde,
Este testimonio
en el seno de éste, el Catolicismo romano, negarán la doctrina de una
no solamente Tradición primordial. Esta actitud se traduce por el rechazo a admitir todo
corrobora el aspecto que iguale la tradición cristiana a las otras tradiciones, y todo
vínculo de las aspecto que por el contrario jerarquice los modos de realización espiritual,
tradiciones del pero esta vez en el interior del Cristianismo y en razón de una distinción que
ya no es simplemente la del clero (12). Ambas posturas antitéticas, por un
Libro y del
lado de igualización, y por otro de jerarquización, de banalización "exterior" -
"Dios personal"
al nivel horizontal de las comparaciones entre religiones-, y de elección
con la Tradición
"interior" -al nivel vertical de profundización de cada religión- se condicionan
primordial, sino una a otra. Ahora bien, ambos aspectos están estrechamente ligados a la
que además concepción de una Tradición original de la que procederían todas las
parece dar al demás...
Cristianismo
¿Y si Melkitsedeq detentara la clave del enigma? El rechazo al que hemos
(sea consciente
aludido deja en silencio la presencia en el seno de los monoteísmos, y
de ello o no, lo
especialmente del Cristianismo, de un "Testigo" o de un testimonio de la
niegue o no)
Tradición primordial, si se juzga por las descripciones escriturarias, por el
ese carácter de papel que le es asignado y, justamente, por las controversias a las cuales ha
indistinción (a dado lugar su función tradicional. Este testimonio no solamente corrobora
veces el vínculo de las tradiciones del Libro y del "Dios personal" con la Tradición
"subversivo" en primordial, sino que además parece dar al Cristianismo (sea consciente de
ello o no, lo niegue o no) ese carácter de indistinción (a veces "subversivo" en
medio de otras
medio de otras tradiciones y civilizaciones) propio de la Tradición
tradiciones y
primordial.
civilizaciones)
propio de la No entraremos ahora en esta discusión, reservada a otra parte de esta tesis
Tradición y que, como se habrá presentido, concierne más directamente a
primordial. Melkitsedeq, el "rey de Salem".

Ciertamente, Guénon ya había establecido esta aproximación en la


prolongación de sus estudios consagrados más especialmente al Rey del
Mundo y al "triple poder". En lo que nos concierne, son las controversias en
torno a Melkitsedeq las que nos interesan en la medida en que van a
permitirnos situar al "personaje" en el marco de las tradiciones bíblicas -judía,
cristiana y musulmana- y ello no sólo desde el punto de vista estrictamente
relacional o concurrencial, sino también desde el punto de vista de las
perspectivas "esotéricas" o "místicas" menos conocidas, que aclaran el
asunto. Son además estas perspectivas las que corren el riesgo de anular
los argumentos religiosos que apuntan a rechazar la noción de Tradición
primordial o sus consecuencias, argumentos a los cuales ya hemos aludido y
sobre los que deberemos ahora regresar.

La consecuencia más "visible", podríamos decir, de la "primordialidad" de una


tradición, de las que todas las demás proceden en razón misma del sentido
del término "transmitir", consiste en que todas las religiones o tradiciones,
para merecer este doble calificativo de "transmitido por" o de "religado a",
deben descender históricamente de este origen común, de este "huevo"
arquetípico. Se hallarán entonces "banalizadas", ninguna podría excluir a las
restantes, como tampoco las hijas de una madre o los descendientes de
estas hijas pueden negar la herencia biológica de cada una de ellas.

Aquí, la herencia en cuestión consiste en la autenticidad tradicional y, al


nivel de los principios, en la Verdad. Inmediatamente se observa cómo esta
doctrina podrá molestar a los monoteísmos, es decir, a las religiones dotadas
de un "Yo" divino: supone que cada una de estas religiones no pueda alegar
una detención exclusiva de la Verdad y de la autenticidad única y absoluta.

Se ve además que si estas religiones no pueden suscribirse a la afirmación


de una "Verdad una" que las funda todas en su autenticidad -lo que Schuon
ha llamado "la unidad trascendente de las religiones" (13)- en cambio las
organizaciones esotéricas o iniciáticas basarán precisamente su "tolerancia"
sobre esta concepción, ligada estrechamente por otra parte sea a sus
perspectivas metafísicas, como es el caso del Sufismo, sea a su enseñanza
simbólica, como ocurre en la Franc-Masonería. Evidentemente, el
desacuerdo entre "religión" y "organización esotérica" añadirá motivos a la
lucha de las religiones contra los "esoterismos", u organizaciones iniciáticas,
bien estén en el "interior" de las primeras, como es el caso del Sufismo con
respecto al Islam, bien estén específicamente ligadas a una actividad humana
independiente de una confesión determinada, como geográfica e
históricamente puede constatarse en cuanto a la Masonería y la
construcción de lo "sagrado". En fin, este mismo desacuerdo explica la
hostilidad de dichas religiones frente a la aceptación de la tesis que acredita
la existencia de la Tradición primordial. René Guénon demostrará el
fundamento de una Tradición primordial que contenga "potencialmente" a
todas las demás, justificándolas precisamente al constituir una proyección
de aquella, por el ejemplo de una relación cognitiva y causal entre lo Uno y
lo múltiple. Se verá una ilustración de ello en el simbolismo de la rueda, en la
que todos los radios están presentes in principio en su centro común por un
punto único, origen de todos los radios.

Igualmente, se deducirá de la constancia o persistencia de ciertos términos


simbólicos y de su significado "técnico" en formas tradicionales muy alejadas
en el tiempo y el espacio, la preeminencia y la primordialidad de una doctrina
común. Retomando los términos de algunos estudios de A. K.
Coomaraswamy en diferentes revistas de lengua inglesa, se verá la
explicación de tales relaciones en la toma en consideración de
"formulaciones de una doctrina común" (Dharma-Paryâya), otros tantos
"dialectos de un solo y mismo lenguaje del espíritu", o ramas de una sola y
misma "tradición universal y unánime" (Sanâtana Dharma) (14).

El juicio de A. K. Coomaraswamy sobre el arte sagrado, que no podía


satisfacer a los especialistas de éste en el Cristianismo romano moderno, se
refiere sin cesar a la existencia de un arquetipo metafísico intemporal, luego
fuera del marco de una "confesión" particular.

Esto es válido tanto para el Cristianismo y el arte cristiano como para todo
otro arte tradicional que proceda siempre, por una continua derivación, de la
"tradición universal y unánime" (Sanâtana Dharma), y cuyo último origen
sea una "revelación" (shruti), recibida en el principio, de la "Luz de luces".

Otra deducción guénoniana extraída del concepto de Tradición primordial:


la idea de un retorno de todo a un estado eterno o al menos no
"perecedero", coincidente con el Paraíso terrestre y la Jerusalén celestial.
Algunos verán aquí la desaparición del "tiempo lineal" judeo-cristiano en
beneficio del "tiempo cíclico" de las tradiciones orientales, efectuándose las
"adaptaciones" sucesivas de la Tradición primordial, en el curso del ciclo,
por una "presencia" de ésta y por el "reconocimiento" que asegura a las
mencionadas adaptaciones.

En esta perspectiva, toda religión monoteísta se halla de nuevo reducida a


la misma distinción que la que la precede o le sucede, o que todas las
tradiciones que coinciden con ella en un momento histórico determinado.
Aún aquí, una religión cualquiera no puede ya pretender a una absoluta
superioridad con respecto a las demás, en cuanto a la posesión de la
Verdad. Al igual que no hay sino una Verdad, tampoco hay sino una
Tradición, principio de todas las demás. Evidentemente, este punto de vista
no puede ser el que se liga a cada confesión, por extensión del principio
"fuera de la Iglesia no hay salvación". Ahora bien, lo que se dice de una
también puede ser dicho de otra. El nivel de las pruebas no es ni
demostrativo ni objetivo, sino intuicional, "subjetivo", pues depende
eminentemente de la Fe y de la Gracia.

Es así que analizando de la obra de Paul Vuillaud sobre la cábala judía y lo


que este autor relata a propósito del gran sacerdote celeste Mikael, de
Moisés, etc., Guénon hará observar que lo que se dice…

"…aquí de los israelitas puede ser dicho de todos los pueblos que poseen
una tradición verdaderamente ortodoxa: con mayor razón puede decirse de
los representantes de la Tradición primordial, de la que todas las demás
derivan y a la cual están subordinadas…"

En la misma lógica, al implicar el ciclo un retorno a los orígenes, Guénon


asimila el "retorno de todas las cosas a su estado primitivo", del que se trata
en el Zohar (III, 856, a propósito de Jeremías, XVII, 3) con el retorno al
"estado primordial", es decir, el estado del que la Tradición primordial
mantiene la herencia.

Los comentaristas de Guénon extraen de esta visión histórica aplicaciones


relacionadas con el tema apocalíptico judeo-cristiano. Así, Gaston Georgel
(Le Symbolisme, nº 398-399, julio-octubre de 1971), en el artículo
"Doctrina de los ciclos y movimiento de la historia", escribe que:

"La cronología cíclica tradicional puede ser inscrita en un círculo,


coincidiendo el punto de tangencia con el punto de partida de ambas
cronologías (cíclica y lineal), e inmediatamente se observa que: 1. Cerca del
punto de tangencia las dos cronologías casi coinciden, pero 2. ellas difieren
cuanto más se alejan del punto de tangencia".

Se deduce entonces que, en el límite, el tiempo rectilíneo tiende al infinito,


mientras que el tiempo cíclico vuelve a su punto de partida, "al menos
análogamente". todas las
tradiciones
La consecuencia de este aspecto tradicional cíclico reside en un completo
que coinciden
desarrollo de la presente humanidad sobre una tierra con sus polos y su
aspecto propio, con ella en un
momento
"…pasando por diferentes fases sucesivas hasta el agotamiento total de sus histórico
posibilidades, tras lo cual un cataclismo cósmico terminal invertirá la posición
determinado.
del globo y el aspecto del cielo -la inversión del eje de los polos-, para dejar
Aún aquí, una
lugar a nuevos cielos y a una nueva tierra, sede en principio paradisíaca de
religión
una nueva humanidad que estará regida por el Manu del nuevo
Manvantara". cualquiera no
puede ya
Se descubre aquí la similitud entre la doctrina de los ciclos y la de la pretender a
Tradición primordial y las teorías orientales referentes a la escatología, así una absoluta
como con las predicciones del Vishnu-purâna relativas a las características
superioridad
de nuestra era final, la edad sombría del Kali-Yuga, descritas como sigue :
con respecto
a las demás,
"Razas de esclavos serán los señores del mundo.
Los jefes serán de naturaleza violenta. en cuanto a la
Los jefes, en lugar de proteger a sus súbditos, los explotarán. posesión de la
Sólo los bienes conferirán rango. Verdad.
El único vínculo entre los sexos será el placer.
La tierra ya no será apreciada más que por sus riquezas minerales.
El tipo de vida será uniforme en el seno de una promiscuidad general.
Quien distribuya más dinero dominará a los hombres.
Cualquier hombre se imaginará ser igual a un brahman (autoridad espiritual).
La gente experimentará terror a la muerte, y la pobreza les espantará.
Las mujeres serán simplemente un objeto de satisfacción sexual".

Alquimia (III)
Titus Burckhardt
Otro de los considerados clásicos de la Tradición o del tradicionalismo. En este
caso es la segunda parte del capítulo I de un texto suyo titulado “Alquimia”. El
capítulo: “Orígenes de la Alquimia Occidental”.

La palabra alquimia deriva de la voz árabe al-kimiya, que, a su vez, proviene,


al parecer, del egipcio keme y designa la «tierra negra», que puede ser tanto
Habla también la denominación del propio país de Egipto, como el símbolo de la materia
prima de los alquimistas. También podría ser que la expresión derivara del
en favor del
griego chyma, que significa «fundir» o «derretir». Sea como fuere, los
origen egipcio
apuntes alquímicos más antiguos que se conservan se hicieron sobre papiros
de la alquimia
egipcios. No demuestra nada el hecho de que no poseamos documentos
del Cercano alquímicos de la primera civilización egipcia, ya que una de las características
Oriente y del esenciales de todo arte sagrado es la transmisión oral; en la mayor parte de
Occidente la los casos, su registro por escrito constituye un primer indicio de decadencia,
o bien revela el temor a que pudiera perderse la transmisión oral. Por tanto,
circunstancia
es del todo natural que el llamado “Corpus Hermeticum”, que abarca todos
de que una
los textos atribuidos a Hermes-Thot, haya llegado hasta nosotros en
serie de
lengua griega y redactado en un estilo más o menos platónico. Sin embargo,
operaciones tales textos recogen esencialmente el auténtico legado de una civilización
manuales distinta, y no son en modo alguno invenciones griegas arcaizadas, como
relacionadas demuestra su fecundidad espiritual.
con la alquimia,
A nuestro juicio, pertenece también al mismo Corpus la llamada “Tabla
y que utiliza el
Esmeraldina”, que pasa por ser una revelación de Hermes Trismegisto y
lenguaje
que, con razón, los alquimistas de lengua árabe y latina consideraban como la
simbólico
verdadera tabla de la ley de su arte. No hay texto original de la “Tabla
alquímico, se Esmeraldina”; hasta nosotros ha llegado sólo en versiones árabe y latina, al
representan en menos por lo que ha podido comprobarse hasta la fecha; sin embargo, el
grupo y contenido da fe de su autenticidad.
coordinadament
Habla también en favor del origen egipcio de la alquimia del Cercano
e tanto en los
Oriente y del Occidente la circunstancia de que una serie de operaciones
textos del
manuales relacionadas con la alquimia, y que utiliza el lenguaje simbólico
tardío Egipto
alquímico, se representan en grupo y coordinadamente tanto en los textos
como en los del tardío Egipto como en los formularios medievales, lo cual permite
formularios observar la procedencia egipcia de ciertos elementos. Entre estos procesos
medievales figuraban, además de la manipulación de metales y la elaboración de
colorantes, la fabricación de piedras preciosas artificiales y de vidrio de
color, arte que en ningún otro lugar floreció tanto como en Egipto. Por otra
parte, toda la artesanía del antiguo Egipto a base de metales y minerales
estaba informada por el afán de extraer de la materia terrestre sus más
secretas y preciadas esencias, motivo espiritual afín al de la alquimia. La
Alejandría del tardío Egipto fue probablemente el crisol en el que, junto a
otras ciencias y artes cosmológicas, adquirió la alquimia la forma en que hoy
la conocemos, aunque sin experimentar en ello transformaciones esenciales.
Entonces, la alquimia debió de apropiarse ciertos motivos de leyendas
griegas y asiáticas, lo cual no debe considerarse como un proceso arbitrario:
la formación de una auténtica tradición se asemeja a la de un cristal que va
asimilando partículas afines para incorporárselas de acuerdo con unas leyes
unificadoras.

A partir de esta época pueden observarse dos corrientes en la alquimia: una


es de calidad eminentemente artesana; los símbolos alusivos a una obra
interna aparecen aquí como algo supeditado a una actividad profesional,
sólo se mencionan ocasionalmente, y los maestros se limitan a conservarlos.
La otra utiliza las operaciones metalúrgicas como una alegoría, de modo que
podemos preguntarnos si llegaban a practicarse en realidad. De aquí que
muchos hayan pretendido hacer distinciones entre una alquimia artesana,
más antigua, y la llamada alquimia mística, injertada posteriormente en
aquélla. Pero, en realidad, se trata de dos aspectos de una misma tradición y,
de ellos, el que se refiere a la alquimia simbolista es, sin duda, el que refleja
más fielmente el legado «arcaico».

Cabe preguntarse cómo pudo la alquimia, con toda su carga de mitología,


ser aceptada por las religiones monoteístas: cristianismo, judaísmo e
islamismo. La explicación debe buscarse en que las ideas cosmológicas
propias de la alquimia, que se refieren tanto a la naturaleza externa, metálica
o simplemente mineral, como a la naturaleza interna o del alma, estaban
ligadas de manera orgánica a la antigua metalurgia, por lo que este fondo
espiritual fue aceptado simplemente como un conocimiento de la naturaleza
(physis) en el más amplio sentido de la palabra, junto con las técnicas
del oficio, de forma semejante a como el cristianismo y el islamismo
incorporaron a su mundo espiritual el legado pitagórico que encerraban la
música y la arquitectura.

Desde el punto de vista cristiano, la alquimia era algo así como un espejo
natural de las verdades reveladas: la piedra filosofal que puede convertir los
metales ordinarios en oro o plata es la representación de Cristo, y su
obtención por medio del «fuego que no quema» del azufre y del «agua
consistente» del mercurio simboliza el nacimiento del Cristo Manuel. Con su
asimilación a la fe cristiana, la alquimia quedó espiritualmente fecundada,
mientras que el cristianismo avanzó gracias a ella por un camino que, a través
de la contemplación de la naturaleza, podía conducir a la verdadera gnosis.
Con mayor facilidad aún se adoptó el arte hermético al mundo espiritual del
Islam. Éste estuvo siempre presto a reconocer como legado de antiguos
profetas cualquier «arte» preislámico que se ofreciera bajo el signo de la
sabiduría (hikmah). Por ello, en el mundo islámico se equipara a menudo
Hermes Trismegisto con Henoch (Idrîs).

La doctrina de la «unidad del ser» (wahdat-al-wudjûd), la esotérica


interpretación del credo unitarista islámico, dio al hermetismo un nuevo eje o
–por decirlo con otras palabras– restituyó toda su amplitud al primitivo
horizonte espiritual, liberándolo de la fragosidad del helenismo tardío. Con
su paulatina incorporación al mundo espiritual de la antigüedad clásica y de
la religión semítica, la alquimia amplió su acervo de imágenes, que alcanzaron
una espectacular diversificación. Sin embargo, ciertos rasgos fundamentales
característicos de la alquimia en lo que ésta tiene de «arte», permanecieron
constantes a lo largo de los siglos y se convirtieron en sus distintivos
específicos; entre ellos figura en lugar destacado un plan concreto de la
obra alquímica, cada una de cuyas fases se designa por medio de
determinados procesos, no siempre realizados a mano, pero plásticamente
descritos, así como por cierto cambio en los colores de la «materia». En el
mundo romano-cristiano, la alquimia penetró, primero, por Bizancio y,
después, en mucha mayor medida, a través de la España musulmana. En el
mundo islámico, la alquimia había alcanzado ya su apogeo. Dyâbir ibn
Hayyân, discípulo del sexto imán chiíta, Dyafar as-Sâdiq, fundó, en el siglo
VIII después de Jesucristo, una verdadera escuela, que ha dejado
centenares de escritos alquímicos. Sin duda porque el nombre de Dyâbir se
había convertido en el símbolo de las enseñanzas alquímicas, el autor de la
Summa Perfectionis, un italiano o catalán del siglo XIII, le dio la forma latina
de Geber.

Con la adopción de la ideología griega por el Renacimiento, irrumpió en


Occidente una nueva ola de alquimia bizantina. Durante los siglos XVI y
XVII se imprimieron muchas obras alquímicas que hasta entonces sólo
habían circulado en manuscrito y en forma más o menos secreta, con lo cual
el estudio de la Hermética adquirió un gran auge, aunque no tardó en entrar
en decadencia.

Se ha dicho a menudo que en el siglo XVII el hermetismo europeo alcanzó


su máximo esplendor. Pero, en realidad, su decadencia se había iniciado ya
en el siglo XV, a medida que el pensamiento occidental tendía a hacerse más
humanista y, fundamentalmente, más racionalista, y le ganaba terreno a
aquella visión general del mundo espiritual e intuitiva. Es cierto que al
principio, en el umbral de la Edad Moderna, los elementos de una auténtica
gnosis, desplazados del ámbito teológico por el carácter unilateralmente
sentimental de la nueva mística cristiana, de una parte, y por la propensión
agnóstica de la Reforma, de la otra, se refugiaron en las especulaciones
alquímicas. En este movimiento cabe incluir fenómenos tales como las
reminiscencias herméticas que se observan en Shakespeare, Jakob
Boehme y Joham Georg Gichtel.

Más que la alquimia propiamente dicha, perduró la Medicina derivada de la


misma, a la que Paracelso dio el nombre de «Medicina espagírica»,
denominación derivada de las voces griegas spao y ageiso, que
corresponden a los términos alquímicos solve et coagula.

En general, la alquimia europea de la época posrenacentista tiene un


carácter fragmentario; para ser un arte espiritual le falta el fondo metafísico.
Esto puede decirse de sus últimos exponentes del siglo XVIII, a pesar de
que, junto a los «carboneros» de entonces, algunos hombres eminentes,
como Newton y Goethe, se dedicaron a ella con ahínco... y sin éxito. Este
es el momento de señalar que no puede existir una alquimia «librepensadora»
y hostil a la religión, pues el primer requisito de todo arte espiritual es el Desde el punto
reconocimiento de todo aquello que la condición humana, en su situación de
de vista
superioridad y de peligro, precisa para su salvación. El que ya existiera la
cristiano, la
alquimia antes de la Era cristiana no prueba nada; siempre fue la parte
alquimia era
orgánica de un legado que, en cierto modo, abarcaba todos los momentos de
la existencia humana. Pero, puesto que el cristianismo revela unas verdades algo así como
desconocidas en épocas anteriores, la alquimia se destruiría a sí misma si se un espejo
negara a reconocerlas. Por tanto, es un grave error afirmar que la alquimia o natural de las
la ciencia hermética es algo así como una religión autosuficiente e incluso, un verdades
paganismo disimulado.
reveladas: la
piedra
Semejante criterio encierra necesariamente el germen del racionalismo y de
filosofal que
la adoración del hombre, por lo cual anularía de antemano todo esfuerzo
encaminado a lograr el magisterio interior. Cierto que «el espíritu sopla puede
donde quiere», por lo que no se pueden poner exteriormente barreras convertir los
dogmáticas a su manifestación; pero no es menos cierto que el espíritu no metales
iluminará a quíen le niega a él –o al Espíritu Santo- en cualquiera de sus ordinarios en
revelaciones.
oro o plata es
la
En efecto, la alquimia, que en sí no es una religión, necesita ser confirmada
por el mensaje de salvación o Revelación dirigido a todos los hombres. Y representació
esta confirmación consiste en que su propio camino y su obra constituyen el n de Cristo, y
medio de acceso al eterno significado del mensaje de salvación. su obtención
por medio del
No quisiéramos extendernos más acerca de la historia de la alquimia,
«fuego que no
bastante imprecisa de por sí, porque, en general, un arte esotérico como la
quema» del
alquimia se transmite oralmente. Sólo pondremos de relieve una cosa: el que
muchos textos alquímicos sean apócrifos o citen a autores que no puedan azufre y del
ser situados cronológicamente, no resta en modo alguno valor al texto, pues, «agua
aparte que la investigación histórica y la ciencia alquímica son cosas distintas consistente»
por completo, estos nombres, como en el caso del latinizado Geber, suelen del mercurio
ser, más que firmas, indicios que señalan una determinada rama de la
simboliza el
transmisión. Si un texto hermético es auténtico, o sea, si responde a
nacimiento del
verdades, conocimientos y experiencias reales, o si ha sido urdido
Cristo
arbitrariamente, es algo que no pueden revelar el estudio filológico ni la
comparación con la Química empírica; la piedra de toque es la cohesión
espiritual de todo el legado en sí.

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