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Capítulo 13

—Oh, Kara— dijo Alex —Ambas debieron estar destrozadas


—Sí. Pero eso fue el punto de quiebre. Creo que Lena finalmente comprendió lo mucho que
me estaba haciendo daño. Después de eso, ya no tuve tanto miedo de ir a ver a mi madre.
Sabía que Lena no se acercaría— dijo —Y no lo hizo
—Me pregunto por qué nunca hablaron de ello— dijo Sam.
—No había nada de qué hablar— dijo —Conocíamos el resultado ¿De qué habría servido
hablar de ello?
—Bueno, creo que hiciste lo prudente al no ceder. Ella obviamente quería estar contigo. Al
menos, sexualmente
—Puede parecerles que Lena sólo quería la parte sexual de nuestra relación, pero eso no es
cierto. Ella fue honesta cuando dijo que era miserable en su vida. Esa mirada torturada en sus
ojos estuvo allí desde la primera vez que me dijo que se iba a casar—dijo Kara —Como he
dicho antes, ella estaba comprometida emocionalmente como yo. Pero una de nosotras tenía
que ser fuerte y terminar nuestra relación
— ¿Así que su hijo? Cuando dices dotado, dices que es un genio— preguntó Alex.
—Oh, sí. Mi madre me mantiene informada— dijo con una sonrisa —Se podría pensar que
es su nieto. Está a punto de cumplir catorce años y ya está apunto de asistir a la universidad
—Los niños prodigio suelen terminar la universidad como a los once o doce años—dijo Sam.
—No sé nada de eso— dijo —Mi madre dice que su índice de inteligencia es 152
Los ojos de Sam se ampliaron —Eso es excepcional. Quizás emocionalmente no está listo
para la universidad— dijo ella.
Kara tomó eso como una burla hacia Lena, pero no dijo nada. Había estado alrededor del
chico un par de veces. Parecía muy maduro.
—Suena como si Lena y tu madre se hubiesen vuelto cercanas— dijo Sam.
—Sí, lo hicieron. Creo que Lex tuvo algo que ver con eso. Mi madre hablaba libremente
sobre Lena cada vez que la visitaba. Pero Lena nunca se apareció. Era como si ella me
estuviese evitando
— ¿Tu madre se retiró entonces?
—No en ese momento, no. Su cáncer entró en remisión— dijo—Cuatro años más tarde, volvió
a aparecer. Esta vez cáncer de mama. Fue después de eso que la convencimos para que se
retirara. Incluso entonces, ella no estaba lista
—Lo imagino, sin tí o Clark viviendo en Midvale, los Luthor eran su familia. Retirarse debió
haber sido muy duro— dijo Sam.
—Sí, pero mi madre había mantenido amistades fuera del hogar de los Luthor. Había unas
cuantas señoras que veía con frecuencia— dijo ella.
— ¿Viste a Lena otra vez?— preguntó Alex.
—Sí. Fui a ayudar a mi madre con la mudanza. Esa fue realmente la última vez que vi a Lena.
Tenía treinta y dos
***
—Va a ser muy duro— dijo su madre —Este ha sido mi hogar durante tanto tiempo— se dio
la vuelta tomando la mano de Kara —Tenías sólo diez años cuando nos mudamos aquí ¿Te
acuerdas de ese día?
Kara asintió —Sí. Recuerdo haber pensado lo grande que era. La casa, la cocina— y recordó
a la joven Lena de pie en la parte superior de las escaleras, mirándola…un recuerdo grabado
en su memoria para siempre —Te va a encantar tu nuevo lugar, mamá
—Oh, supongo que así será. Tengo muchas ganas de sentarme en el patio, atender
nuevamente el jardín de flores en lugar de admirar la obra de J’onn— dijo con una risa. Su
sonrisa se desvaneció rápidamente —Lo que será difícil es acostumbrarme a estar sola. Aquí,
siempre había gente alrededor
Era algo que Kara e Clark no habían considerado. Su madre tenía amigos, que era su principal
preocupación. Ellos no pensaron acerca de si ella estaría sola o no.
— ¿Tienes dudas?— preguntó.
—Es demasiado tarde para eso. Además, tengo sesenta y cinco años. Es el momento— su
madre suspiró y luego sonrió —Vamos entonces. Lena y Lex también vienen para ayudar—
dijo ella.
Kara la miró —Mamá, eso no era realmente necesario. Tú e Clark tienen prácticamente todo
empacado. Él y J’onn ya han mudado la mayoría de tus muebles— dijo ella —Ellos no…
—Estoy segura que fue idea de Lex. Él va a extrañar que yo esté aquí— su madre se detuvo
—Y eso les dará a Lena y a ti la oportunidad de ponerse al día. Ella dice que han pasado
cinco años desde la última vez que se vieron
—Sí. Algo por el estilo
Fue el turno de su madre para mirarla —No las entiendo a las dos. Fueron inseparables
durante tantos años ¿Qué pasó con la amistad, Kara?
—Nosotras solo...las cosas son diferentes ahora— dijo —Nuestras vidas son muy diferentes
—Tal vez…
Sus palabras fueron cortadas cuando Lex irrumpió en la habitación. Kara no lo había visto
desde que tenía cinco años y había crecido considerablemente.
El niño lindo que había conocido era un joven guapo, su rostro radiante con una sonrisa al
recibir el abrazo de su madre.
—Estamos listos para ayudar Srta. Eliza
—Y me alegro que te hayas ofrecido— ella y Kara miraron hacia la puerta, pero estaba vacía
— ¿Dónde está tu madre?
—La abuela tenía unos papeles que tenía que firmar. Ella dijo que bajaría pronto— se volvió
a Kara —Eres Kara— dijo él — ¿Está bien si todavía te llamo Kara? ¿O prefieres Srta. Kara?
Kara sonrió asombrada por su formalidad —Sólo Kara— dijo ella.
Él también sonrió —Está bien, sólo Kara
Kara se echó a reír y luego su risa se desvaneció al sentir la presencia de Lena. Se volteó
hacia la puerta, encontrando el espacio vacío ahora ocupado por la mujer más hermosa que
jamás hubiese visto. El cabello de Lena aún le llegaba a los hombros, los mechones negros
sedosos y tentadores.
—Hola, Kara— dijo ella —Me alegro de verte nuevamente
Ella parecía un poco distante en su postura, Kara no sabía muy bien qué hacer con eso ¿Sin
abrazo? ¿Sin un te extrañé? Por supuesto, Kara no podía culparla. La última vez que se habían
visto…la última vez que habían hablado…Kara había dicho que no quería volver a verla
nunca más. Así que con su madre y Lex observándola, ella imitó el saludo frio de Lena.
—Lena. Hola
—Espero que no estemos molestando, pero Lex insistió en que ayudáramos— Lena sonrió
cuando miró a su hijo —Él está temeroso por su mudanza
—Desde luego no me importa la ayuda— dijo ella —Aunque Clark se hizo cargo de las cosas
pesadas a principios de semana
Lena asintió —Sí, también hemos tenido la oportunidad de hablar con él
Kara ocultó su sorpresa. Clark no le había mencionado eso. Por supuesto, como todo el
mundo, Clark no tenía ni idea de la historia entre ella y Lena.
Ella no respondió, en cambio, miró a su madre con las cejas levantadas.
— ¿Empezamos?
—Empecemos con las cajas en el salón y saquémoslas del camino en primer lugar— sugirió
su madre.
Los cuatro se pusieron a trabajar, aunque en silencio, ella y Lena esforzándose para evitarse
la una a la otra. Kara se debatía entre si sentirse feliz por eso o sentirse ofendida de que Lena
estuviese ignorándola descaradamente. Lo cual, por supuesto, era ridículo. Ella también
estaba ignorando a Lena. Si no fuese por la charla entre Lex y su madre, el silencio hubiese
sido terriblemente incómodo. Así estaban las cosas, ella y Lena se esquivaron la una a la otra
casi al punto de la exageración.
El camión de la mudanza que habían alquilado se llenó rápidamente. Dos horas después
cargaron la última caja, dejando sus antiguas habitaciones vacías.
Permanecieron de pie allí, mirando las paredes en blanco y los suelos desnudos. Kara podía
ver la tristeza en los ojos de su madre. Fue Lex quien rompió el silencio.
—Estoy seguro que le va a gustar mucho más su nuevo lugar Srta. Eliza
— ¿Eso crees? ¿Vendrás a visitarme?
—Por supuesto. Eso sí…— Lex miró a su madre por confirmación.
—Por supuesto que vamos a ir a visitarte, Eliza. No creo que pueda mantener a éste alejado
Kara se preguntaba con qué frecuencia Lena y Lex visitaban a su madre. Había asumido que
sólo se detenían a charlar con ella cuando venían a visitar a los padres de Lena.
La familiaridad y el afecto entre los tres decía lo contrario. Casi parecía como si Lena y Lex
hubiesen ocupado su lugar en la vida de su madre. Eso dolió un poco. En primer lugar, era
por Lena que ella se mantenía alejada de Midvale.
Miró con un poco de celos como Lex tomaba la mano de su madre y la ayudaba a salir. Echó
un vistazo a Lena, quien tenía una expresión divertida en su rostro.
—En caso de que no lo hayas notado, Lex está muy encariñado con tu madre— dijo Lena.
Como si hubiese espiado en sus pensamientos anteriores añadió —Espero que no te importe.
Él piensa en ella más como una abuela que en mi madre
—No me importa. Ella también parece estar unida a él
—Sin embargo, no hemos iniciado la universidad. Él quiere estar cerca, pero tiene un sinfín
de oportunidades
— ¿Universidad? ¿No le faltan algunos años?— dijo ella. El chico es muy joven, después de
todo.
Lena sonrió —Falta poco. Pero tomando en cuenta su edad, me iría con él. Bueno, no a las
clases, sino a vivir. Él no puede vivir en una residencia
—Diablos ¿Realmente es así de inteligente?
—Sí. Es miembro de la Asociación Internacional de Superdotados
—Si te mudas con él será un enredo en tu matrimonio ¿no es así?— dijo, las palabras salieron
antes de poder detenerlas.
La sonrisa de Lena se desvaneció —Bien sea que viva aquí o no, no va a cambiar el estado
de mi matrimonio,
Kara vio como Lena se alejaba, deseando no haber mencionado su matrimonio. Sin importar
lo mucho que quería fingir lo contrario, lo cierto era que Lena estaba casada con Jack. Casada
con él. Viviendo con él, durmiendo con él...teniendo sexo con él.
Cerró los ojos por un segundo, expulsando ese último pensamiento de su mente. Cuando
abrió los ojos, no vio otra cosa que el cuarto vacío que ella había llamado casa desde que
tenía diez años. Ahora parecía toda una vida.
Ella se fue, cerrando la puerta detrás de ella, sabiendo que nunca volvería a la mansión Luthor
nuevamente. La cocina principal estaba vacía, pero escuchó la voz de Stella por el pasillo.
Ella debió ir a despedirse, pero lo pensó mejor. Sólo se habían visto un puñado de veces en
los últimos diez años.
Los demás estaban afuera esperando por ella, pero Lena se negó a hacer contacto visual con
ella. Su madre las miraba intensamente y Kara forzó una sonrisa a su cara.
— ¿Todo listo?
—Supongo que sí
El viaje fue hecho rápidamente por la ciudad. Lex iba con su madre en su coche y Lena siguió
la furgoneta alquilada en un elegante Mercedes negro. Lena miró directamente la casa detrás
del volante del lujoso coche.
Al igual que antes, ella y Lena se evitaron la una a la otra mientras descargaban la furgoneta
y apilaban las cajas en la sala de estar y la cocina. El mobiliario ya estaba en el lugar, algunas
piezas que habían estado en el almacén y algunos nuevos. Aunque no era una casa
anormalmente grande, sin duda era más grande que las cuatro habitaciones donde su madre
había estado viviendo. Si bien su madre parecía decepcionada por dejar la mansión, Kara
reconoció la mirada de emoción en su rostro.
—No estoy segura de lo que voy a hacer con todo este espacio— dijo su madre.
—Estoy segura de que lo disfrutaras— dijo Lena —Especialmente las ventanas. Siempre
pensé que era tan oscuro en tu lugar. La antigua habitación de Kara era prácticamente un
calabozo— dijo con una mirada a Kara.
Kara sonrió, recordando el nombre que ella y Lena le había puesto a la habitación de cuando
eran niñas.
—Sí, será agradable sentarse y ver el exterior. Ese será un cambio bienvenido
—Y dijiste que ibas a poner lechos de flores— le recordó Lex.
—Sí, lo hice— su madre giró en un círculo, mirando todas sus pertenencias apiladas en cajas
alrededor de ellas —No puedo agradecerles lo suficiente por ayudarme con todo esto
—No fue una molestia— le aseguró Lena.
— ¿Qué tal una cena temprana?— sugirió Kara.
— ¡Pizza!— dijo Lex con entusiasmo, su expresión era la de un niño de diez años y no la de
un miembro de aquella asociación
—No es algo que tengamos a menudo— explicó Lena.
No, probablemente no. Aunque Lena y Jack no vivían en una casa tan elaborada como la
mansión, Kara sabía que tenían personal de servicio, con una cocinera. No le sorprendería si
la señora Luthor también coordinaba las comidas para ellos.
Kara asintió —Será Pizza ¿Mamá? ¿Está bien para ti?
—Oh, por supuesto. Has que la traigan y nosotros prepararemos la mesa del comedor
—Si me lo permiten…— dijo Lex —…La mejor pizza de la ciudad está a Bruno. Sin
embargo, no la reparten
Él miró a Kara con expectación y ella se dio cuenta por primera vez que sus ojos verdes eran
idénticos a los de su madre. Nunca podría decir que no a esos ojos.
—Está bien, será en Bruno. Supongo que puedo ser persuadida para recoger nuestra cena
—Mamá y tú pueden recogerla. No han tenido la oportunidad de hablar todavía. Te ayudaré
a desempacar Srta. Eliza
Kara miró a Lena con las cejas levantadas, preguntándose lo que el diablillo estaba haciendo.
Su coeficiente intelectual estaba en el nivel de un genio, por supuesto, pero aun así, tenía diez
años. Un poco joven para ser tan manipulador, pensó.
Lena aparentemente pensó lo mismo mientras miraba a su hijo en silencio. Él tuvo la buena
gracia de moverse incómodo bajo su mirada mientras se acercaba a la protección de la madre
de Kara. No pudo evitar sonreír.
Así que tenía diez años, después de todo. Por supuesto, eso le dio a Eliza una abertura.
—Esa es una buena idea, Lex. Cuando eran jóvenes, las dos eran inseparables. Ahora, es raro
que se vean la una a la otra
Fue el turno de Lena para mirar a Kara. Se encogió de hombros. Lena hizo lo mismo.
Veinte minutos más tarde, estaban saliendo por la entrada de vehículos de su madre, Kara en
el asiento del Mercedes de Lena.
—Bonito coche— dijo.
—Gracias
— ¿Lo escogió tu madre?— preguntó incapaz de resistirse a la burla. Sorprendentemente,
Lena se echó a reír — ¿Cómo lo has adivinado?
Kara también sonrió —Te imagino en un híbrido o algo así, no en esto
—Lex y yo queríamos un Prius— dijo —Él es muy práctico
—Y también es más inteligente que un come libros— dijo.
—Sí. Creo que Eliza le debe haber contado historias de nosotras cuando éramos más jóvenes.
Él pregunta por ti frecuentemente— Lena la miró —Realmente no tengo amigos— dijo —
Ninguno cercano. Él lo ha comentado en varias ocasiones. Eso le da curiosidad, creo
— ¿Por qué no tienes amigos? ¿Qué pasó con Siobhan? ¿Y quién era la otra? ¿Sinclair?
Lena asintió —Oh, nos vemos. Pero la relación que tengo con ellas es ahora tan superficial
como lo fue en la secundaria y la universidad. Sólo tenemos una cosa en común
— ¿Su estatus social?
—Sí
—Algo que nunca tuvimos en común— le recordó.
Lena la miró rápidamente
—Pero teníamos todo lo demás en común
Kara miró su perfil, pensando que estaba tan hermosa como siempre. También se sorprendió
que Lena aludiera a su romance. Después de todo, habían pasado más de diez años desde que
habían tenido relaciones íntimas. Eso le impactó como un golpe en el pecho, darse cuenta
que la última vez que había tocado a Lena, la última vez que había hecho el amor con ella,
había sido cuando Lena le había anunciado que iba a casarse. Era una noche que todavía
recordaba en gran detalle, eso era…cuando se permitía recordarla.
— ¿Qué estás pensando?
Kara se dio cuenta que todavía la estaba mirando.
Parpadeó varias veces y aclaró su garganta —Yo estaba...estaba pensando en la última vez
que hicimos el amor...
Sus ojos se encontraron por un breve momento, entonces Lena volvió su atención a la
carretera —Era Navidad. Mis padres iban a anunciar mi compromiso— dijo en voz baja —
Fue la última vez que hice el amor con alguien
El corazón de Kara se rompió en ese momento. Aunque sabía que el matrimonio de Lena era
una farsa, aún la culpa por seguir adelante con eso.
Y aunque Lena le había dicho muchas veces lo miserable que era en su matrimonio, esta fue
realmente la primera vez que eso le había dado en el blanco. La vida de Lena había estado
tan carente de amor como la suya propia.
—Fue la última vez para mí también— admitió Kara.
—Lo siento tanto
A pesar de que la oscuridad estaba sobre ellas y las sombras cubrían el coche, Kara pudo
distinguir la bruma de las lágrimas en los ojos de Lena.
—No necesitas sentirlo. No es que no haya tratado…— dijo —…simplemente no he
conocido a nadie que...que me haga sentir como tú lo hiciste
Lena agarró el volante con fuerza, su mirada yendo de Kara a la carretera y nuevamente a
Kara.
—Hay dos cosas que quiero hacer en este momento— dijo Lena —Una es llorar, pero me he
dado cuenta que no sirve de mucho
— ¿Y la otra?
Lena repentinamente salió de la carretera principal hacia una calle lateral. Condujo un par de
cuadras entrando en el estacionamiento de una tintorería cerrada. Sus manos todavía
agarraban el volante con fuerza suficiente para poner sus nudillos blancos.
—La otra es besarte— Lena giró hacia ella —Y ser sostenida por ti
El pulso de Kara se aceleró, a pesar de que había más tristeza en los ojos de Lena que deseo.
Se dijo que habría podido resistir el deseo ¿Pero la tristeza? No. Era demasiado ver esos
hermosos ojos verdes inundados de tristeza.
—Creo que esas son dos cosas, no una— dijo con una leve sonrisa.
Lena no le devolvió la sonrisa mientras sus ojos se sostenían —Por favor, Kara. Te necesito
tanto
Kara se acercó y soltó el cinturón de seguridad de Lena antes de hacer lo mismo con el suyo.
Su mano temblaba mientras tocaba el rostro de Lena. Se sorprendió por la transformación en
los ojos de Lena. La tristeza se desvaneció casi de inmediato, sustituida por alivio, alegría y
sí, deseo. Pero ya no tenía pensamientos de resistirse a ella. Se sintió atraída por los labios
de Lena como la polilla lo estaba de la llama. Sólo un toque y todos esos años se
desvanecieron en un instante.
Los dedos de Lena agarraron fuertemente a sus brazos mientras su boca se abría para ella.
Entonces, como si fuesen adolescentes nuevamente, se tocaron torpemente…con la consola
en su camino como deteniéndolas.
Lena gimió en su boca cuando Kara rozó el pecho de Lena, su pezón duro y tenso contra la
fina tela de su blusa. Kara profundizó el beso, su lengua se deslizó dentro de la boca de Lena,
acariciando la suya. Pero era todo lo que podían permitirse. La consola…y el hecho que
estaban estacionadas en un aparcamiento público…se separaron.
Sus respiraciones entrecortadas, sus manos tocándose entre sí, sus frentes unidas. Kara
finalmente se retiró, mirando los ojos de Lena en la oscuridad. Todo lo que quería, lo vio
reflejado en esos ojos. Por desgracia, era algo que no podían tener.
—Debemos irnos antes de que envíen un equipo de búsqueda— dijo ella, su voz ronca por el
deseo.
Lena asintió pero no la soltó —Te extraño tanto, Kara. Extraño que estés en mi vida
—Yo también te extraño— dijo ella —Pero necesito más que una aventura contigo, Lena
—Lo sé. También necesito más que una aventura
En silencio se colocaron el cinturón de seguridad nuevamente, pero antes de que Lena se
alejara, ella se acercó y apretó la mano de Kara.
Kara le devolvió el apretón, sabiendo que era lo único que tendrían.
Capítulo 14
— ¿La habrías rechazado si te hubiese ofrecido una aventura?— preguntó Sam
—Sí
—Pero ¿hubieras dormido con ella esa noche si hubieses tenido la oportunidad?— preguntó
Alex.
Kara sonrió
—Probablemente
— ¿Así que esa fue la última vez que se vieron la una a la otra?— preguntó Sam — ¿Hace
cinco años?
—Sí. Pero esta vez evitarnos fue mutuo. Ella veía a mi madre a menudo, pero nunca venía
cuando yo estaba allí. Y como saben, no era a menudo
—Sin embargo, vas a volver ahora— dijo Alex — ¿Qué va a pasar?
Kara se encogió de hombros —Si me voy a quedar con mi madre, entonces las posibilidades
de ver a Lena son bastantes ¿Qué va a pasar? No lo sé
Y no lo sabía. Sería incómodo. Siempre lo fue. Pero estar allí, por meses, sería un reto.
Mantener los recuerdos alejados era una cosa.
Estar de regreso en Midvale, donde todos los recuerdos eran reales, donde Lena era real, sería
sin duda una prueba de su determinación. Y por su propia cordura, tenía que mantenerse
alejada de Lena.
—Bueno, no te envidio— dijo Sam —Estoy segura de que será estresante para ti
—Estresante o no…— dijo Alex —…lo romántico en mí espera que lleguen a verse la una a
la otra— sonrió cariñosamente a Kara
—Sé que todavía estás enamorada de ella. Mereces un final feliz
Kara suspiró profundamente ¿Seguía enamorada de Lena?
Probablemente. Pero negó con la cabeza lentamente.
—Esto no es un cuento de hadas. Me temo que no habrá final feliz para nosotras
SEGUNDA PARTE
EL AMOR ES INTEMPORAL
Capítulo 15
Lena abrazó a Lex con fuerza, avergonzado por lo mucho que iba a echarle de menos.
—Mamá, no es que me vas a enviar a otro país— le recordó.
—Es sólo que voy a echarte de menos— dijo —Eres...bueno, eres todo lo que tengo
Sus ojos verdes inteligentes la estudiaron por un momento, entonces tomó su mano y la llevó
hasta el sofá.
—Tenemos que hablar
Ella puso los ojos en blanco
—Yo soy la madre— le recordó —Tú tienes quince años
—Sí, pero soy el inteligente, el maduro…— dijo —…no tengo que ir, lo sabes
—Lex, es la mejor escuela de medicina en el país. Por supuesto que tienes que ir
Él inclinó la cabeza hacia la suya, sus ojos vigilantes estudiando cuidadosamente su
expresión — ¿Has estado casada con papá todos estos años sólo por mí?— La pregunta le
tomó de sorpresa. Había jugado el juego tanto tiempo que pensó que era bastante buena en
ello ¿Había visto él a través de su fachada?
— ¿Por qué me preguntas eso? Tu padre y yo…
—…No son felices. Al menos tú no lo eres
Ella se puso de pie dándole la espalda. No estaba preparada para responder a sus preguntas,
no estaba preparada para ver la verdad en sus ojos.
—Lex, tienes un coche esperando para llevarte al aeropuerto. Este no es el momento…
—Mamá, es el jet privado del abuelo. Creo que puedo llegar un poco tarde— se acercó a ella
y le dio la vuelta —Esto es importante. Me voy. No voy a estar aquí para cuidar de ti
Ella sonrió a su declaración. Él estaba tan crecido, sin embargo, era todavía un niño. A veces
había deseado que fuese un chico normal, pero eso era egoísta de su parte. Tenía un don y él
nunca había huido de eso.
Acarició el cabello negro apartándolo de su frente, haciendo una pausa para acariciar su
mejilla.
—Te amo, lo sabes
Él asintió con la cabeza
—También te amo. Es por eso que quiero que seas feliz
—Oh, Lex, no es tan simple. Cuando tenía tu edad, no había opciones para mí. Tu abuela
tenía todo arreglado— lo miró a los ojos esperando que él lo entendería —Eso incluía con
quien debía salir, a donde iría a la universidad...y en definitiva, con quien me casaría. Ser
feliz no era parte de la ecuación. No quiero eso para ti. Quiero que tomes tus propias
decisiones y hagas lo que te hace feliz
— ¿Quieres decir si la escuela de medicina no es para mí?
Ella asintió con la cabeza —Sé que tu padre, tus abuelos, todos te empujaron por este camino.
Sé de primera mano lo buenos que son en empujar en la dirección que desean. Pero tiene que
ser tu decisión. No quiero que tengas nada que lamentar
— ¿Cómo tú los tienes?
Ella sonrió con tristeza —Sí. Tengo remordimientos. Muchos de ellos. Pero es demasiado
tarde para mí. Tú tienes el mundo frente a ti. No dejes que te influyan demasiado
—Mamá, sólo tienes treinta y nueve años. Aún podrías…
—Sólo tengo treinta y ocho años…— le corrigió con una sonrisa —Todavía me faltan unos
meses para llegar allí, muchas gracias
—Lo siento— dijo con una sonrisa —Lo que quiero decir es que no es demasiado tarde. Si
desea hacer cambios, bueno, tienes mi bendición— dijo mientras su joven rostro se
ruborizaba —Con papá, quiero decir
Ella le dio un abrazo y luego lo liberó —Gracias. Pero no es así de simple
Él se aclaró la garganta ligeramente —La Srta. Eliza dice que nunca te había visto tan feliz
como cuando eras joven y tú y Kara estaban siempre juntas. Ella dice que tus ojos siempre
tenían una chispa en ellos. Entonces te fuiste a la universidad y...bueno— él la miró con
tristeza —Nunca he visto esa chispa mamá
—Oh, cariño— susurró abrazándolo nuevamente —Es...es tan complicado
Sí, todo con Kara era complicado. No la había visto en cinco años. Sabía por Eliza que Kara
estaría de vuelta en la ciudad el próximo mes más o menos. Ellos iban a abrir otra tienda.
Sabía que Eliza estaba orgullosa del éxito que Kara e Clark habían tenido, con razón, pero
intuía que Eliza estaba más feliz con el hecho de que ellos estarían más tiempo alrededor.
Sabía que una gran parte de eso era su culpa. Kara permaneció alejada por ella. Tal vez esa
era una de las razones por la que siempre había sentido la necesidad de vigilar a Eliza.
Eliza era la persona que hubiese deseado tener como madre. Y sabía a ciencia cierta que Lex
estaba mucho más cerca de Eliza de lo que estaba con su propia abuela. Eliza era cálida y
atenta, dos cosas notoriamente ausentes de la personalidad de su madre.
Sin embargo, Kara iba a regresar a Midvale. Seguramente se encontrarían en algún momento
¿Sería tan extraño como por lo general había sido? ¿Entrarían en calor la una con la otra
eventualmente? ¿Se atreverían a estar solas? ¿Seguiría estando allí la chispa después de haber
pasado otros cinco años?
Una parte de ella esperaba que todavía ardiera con intensidad, pero otra parte temía que lo
hiciera. Con Lex lejos, su vida estaba en una encrucijada ¿Se atrevería a hacer un cambio?
¿Sería lo suficientemente fuerte como para enfrentar a su madre? ¿A Jack? ¿Sería lo
suficientemente valiente?
Capítulo 16
—Entonces ¿qué piensas hermana?
Kara siguió a Clark por el estacionamiento de tierra. El nuevo centro comercial se estaba
construyendo en el lado suroeste de la ciudad, donde la mayoría de las nuevas subdivisiones
se levantaban. Midvale se había ampliado una vez más y esta parecía una ubicación perfecta
para su tienda.
— ¿Cuánto margen de maniobra tendríamos en el diseño?— preguntó.
—Toda esta sección en el lado norte todavía no está alquilada. Podríamos tomar tanto como
nos guste— él le sonrió —Este podría ser nuestro almacén más grande. Podríamos tomar
cuatro o cinco unidades, realmente ampliar nuestro inventario
Sus tres primeras tiendas, aunque no eran exactamente pequeñas, no eran lo suficientemente
grandes como para ser comparadas con los grandes supermercados que se encontraban en la
mayoría de las subdivisiones. Si alquilaban cinco secciones de este centro comercial, sería
enorme en comparación con las otras.
—Esa es una gran inversión— dijo con cautela —Si explota entonces…
—No va a explotar. Hemos hecho nuestra investigación, como siempre. Y si es un éxito,
entonces estableceremos un nuevo estándar
Ella confiaba en su sentido de los negocios, siempre lo había hecho. Pero por lo general él
era el práctico, el conservador. Ella había querido hacer un gran revuelo con su primera tienda
y él le había convencido de lo contrario, manteniéndolo en un rango que pudiesen pagar.
Había sido un patrón que había funcionado en tres oportunidades hasta ahora. Esto, esto sería
enorme para ellos. No sólo el inventario, sino también acabar la construcción en el interior.
— ¿Y el banco? Este sería un préstamo más grande que el de antes
—Ya lo tengo aprobado, hermana
Ella lo miró, luego miró la construcción paseando a su alrededor, sabiendo que seguiría sus
instintos —Está bien— asintió con la cabeza —Entonces vamos a hacerlo. Otro Super
Natural Foods
Él extendió la mano y ellos la estrecharon, como sellando un acuerdo de negocios. Lo cual,
en cierto modo, lo era. Clark manejaba la parte comercial de las cosas y el día a día de las
tiendas. Kara hacía el diseño de las tiendas y manejaba el inventario. Ambos estaban
involucrados en la contratación y cada uno tenía normas que querían. Pagaban más que las
otras tiendas de comestibles, pero exigían más. Eso era algo que ella había aprendido en sus
primeros días de trabajo en Whole Foods.
Mientras caminaban de regreso a la camioneta de Clark golpeteó su brazo — ¿Qué pasa con
Luisa y los niños? ¿Aún no se han decidido?
—Cuando termine la escuela, van a pasar el verano aquí, ver si a los niños les gusta. Si va
bien, entonces vamos a inscribirlos en la escuela aquí
—Wow ¿Realmente te mudas a Midvale de forma permanente?
—Mamá nos necesita— le recordó —Siento que me perdí mucho pasando veinte años en el
ejército. Te dejé a cargo de las cosas durante mucho tiempo
—No es como si ella necesitara que la cuidaran en ese entonces— dijo. Sintió una punzada
de culpabilidad. También ella había estado alejada, pero por razones muy diferentes.
— ¿Qué hay de ti? ¿Has decidido lo que vas a hacer, mientras este proyecto arranca? ¿Quieres
que vivamos juntos y alquilemos una casa?
—Creo que me iré a vivir con mamá. Cuando Luisa y los niños vengan los fines de semana,
bueno, necesitarás tu tiempo con ellos. Y será bueno estar cerca para ayudar a mamá. Sé que
a ella le encantará la compañía

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