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La termodinámica, por lo tanto, es una disciplina científica cuyo objeto de estudio es el intercambio

energético entre un cuerpo y el ambiente. En este contexto, podemos decir que un sistema termodinámico
es un conjunto de cuerpos que es aislado del entorno para su estudio.
Dicho aislamiento puede producirse de forma real a través de un campo experimental o de manera ideal
(teórica). La finalidad siempre es estudiar los intercambios de energía y de materia que se producen en el
interior del sistema.
El universo del sistema termodinámico está formado por el sistema en sí mismo (el conjunto de cuerpos) y
el entorno. La superficie que se encarga de la separación del sistema y el entorno recibe el nombre
de pared o frontera. De acuerdo a las características de esta pared, o sea a su capacidad para llevar a cabo el
aislamiento con respecto al entorno, puede hablarse de diferentes clases de sistema termodinámico:
* aislado: este sistema termodinámico no lleva a cabo un intercambio de energía ni de materia con el entorno.
En otras palabras, puede decirse que se halla en equilibrio termodinámico. Un caso en el cual esto puede
apreciarse es el de un gas que se encuentra atrapado en un contenedor de paredes resistentes y de un grosor
considerable (denominadas paredes adiabáticas), como para que el grado de intercambio de energía calorífica no
sea significativo y tampoco pueda producirse un intercambio enérgico en forma de trabajo;
* cerrado: se trata de un sistema termodinámico que sí puede efectuar un intercambio de energía con el
entorno, pero no de materia. Esta clase en particular tiene muchos ejemplos que lo representan, y algunos son
tan cotidianos como una lata de conservas, ya que sus paredes no son tan gruesas y rígidas como las de un
sistema aislado;
* abierto: gran parte de los sistemas termodinámicos que pueden encontrarse a diario están incluidos en esta
clase. Un ejemplo bien fácil de entender es un automóvil, ya que lleva a cabo un intercambio de materia con el
exterior cada vez que una persona se sienta en su interior, llena su tanque de combustible, carga su batería o bien
a través de la emisión de gases por medio del caño de escape. Por otro lado, también tiene lugar un intercambio
de energía en forma de calor, el cual es muy fácil de apreciar tanto dentro como fuera del vehículo.

Otra forma de clasificar los sistemas termodinámicos es tomando en cuenta su


homogeneidad, lo cual deriva en las siguientes dos clases:

* homogéneo: es aquel cuyas propiedades macroscópicas se corresponden en cualquiera de sus partes. Esta
clase de sistema puede presentarse en cualquier estado de agregación. Tres ejemplos en los que se cumplen
dichas características son una sustancia sólida y pura que se halla en estado cristalizado en forma de monocristal,
un gas que se encuentra atrapado en un contenedor cerrado o una cantidad de agua pura.
* heterogéneo: su definición es la opuesta a la del sistema homogéneo.
Otra clase de sistema termodinámico es el adiabático, que permite el intercambio de energía en forma
de trabajo, pero no de energía calórica (tampoco de materia).
Un sistema está en equilibrio termodinámico cuando sus variables intensivas no cambian pese al correr
del tiempo. Cabe recordar que estas variables son aquellas que no cambian de valor según la cantidad de
materia o el tamaño del sistema.

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