Está en la página 1de 9

l Liderazgo de la Iglesia

Diáconos – Siervos Calificados para la Iglesia (Parte 1)


Por
John MacArthur
Todos Los Derechos Reservados
Este Artículo Apareció originalmente aquí en Bible Bulletin Board
(Una copia de este mensaje en cassette puede ser obtenida llamando a 1-800-55-GRACE)
1 Timoteo 3:8-13 Cinta GC 54-25
Introducción
Cuando pienso acerca de la palabra “diácono” recuerdo a un cierto hombre austero que me agarró
por la oreja y me llevó afuera de mi clase de escuela dominical. Odio admitirlo, ¡pero esto sucedió
por varias ocasiones! En mis días de juventud los diáconos representaron la autoridad en la iglesia.
En la mayoría de las iglesias donde crecí ellos eran los líderes espirituales de la iglesia. En muchas
iglesias de hoy son el cuerpo gobernante, aun el pastor puede ser empleado y puede trabajar para los
diáconos.
Muchas personas en las iglesias parecen tener el título de diácono porque con viene con honor y
respeto en la comunidad. Otras iglesias no tienen a diáconos. En otras iglesias aún, en particular en
iglesias litúrgicas, los diáconos son identificados como un suborden de los sacerdotes. Sirven en una
orden clerical manteniendo las facilidades o administrando el negocio de la iglesia.
Lección
I. UN ESTUDIO DE LOS DIÁCONOS
Sin embargo, si debemos comprender el significado bíblico de diácono, necesitamos eliminar
cualquier definición preconcebida. Pablo se refiere al oficio de diácono cuatro veces en 1 Timoteo
(vv. 8, 10, 12, 13). En ese pasaje estudiaremos la responsabilidad de los diáconos en la iglesia.
Comprenda que de ninguna forma la Escritura presenta a los diáconos como inferior a los ancianos,
supervisores, o pastores. De hecho, usted encontrará que las aptitudes para ser un diácono no son
diferentes a aquellas para ser anciano. Las aptitudes para ambos examinan el carácter, la vida del
hogar, el liderazgo, y el compromiso de la vida personal de un hombre para servir en la iglesia de
Señor.
En 1 Timoteo 3:8-13 Pablo dice: “De la misma manera, también los diáconos deben ser dignos, de
una sola palabra, no dados al mucho vino, ni amantes de ganancias deshonestas, sino guardando el
misterio de la fe con limpia conciencia. Que también éstos sean sometidos a prueba primero, y si
son irreprensibles, que entonces sirvan como diáconos. De igual manera, las mujeres deben ser
dignas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo. Que los diáconos sean maridos de una sola
mujer, y que gobiernen bien sus hijos y sus propias casas. Pues los que han servido bien como
diáconos obtienen para sí una posición honrosa y gran confianza en la fe que es en Cristo Jesús.”
Como usted puede ver, no hay menos de un premio en la madurez espiritual y en la pureza moral
para un diácono cuándo se compara a un anciano.
A. Una Visión General de los Diáconos
Las palabras griegas “diakonos” (“siervo”), “diakonia” (“servicio”) y “diakoneo” (“servir”) son
usados al menos cien veces en el Nuevo Testamento. El sentido original de esas palabras referidas
al pasaje. En 1 Timoteo 3 “diakonos” es transcrito más que traducido. En sólo dos pasajes del
Nuevo Testamento los traductores de la versión King James eligieron transcribir esos términos en
vez de traducirlos (cuatro veces en 1 Timoteo 3:8-13 del Fleo y una vez en Filipenses 1:1).
1. Su significado original
“Diakonia” originalmente se refería a servir mesas. “Diáconos” era probablemente la palabra para
mesero. Eventualmente “diakonia” fue ampliado para querer decir cualquier clase de servicio.
2. Su significado específico
El significado de “diáconos” es primordialmente poco específico para sus usos en 1 Timoteo 3 y
Filipenses 1:1. Sólo en esos dos casos los editores la transcribieron, como para apartarlo en un
sentido específico para referirse a un grupo de personas selectas asignados para servir a la Iglesia.
3. Su significado general
Cualquier otro uso de “diakonos, diakonia, y diakono” es general, no necesariamente en lo referente
a cualquier oficio específico en la iglesia. Los escritores del Nuevo Testamento las usaron como
utilizamos nosotros las palabras siervo, servir, y servicio. Vamos a una estación de servicio para
gasolina. Cuando jugamos tenis servimos la pelota. Servimos a nuestro patrón. Servimos a nuestra
nación.
En la mayoría de los casos “diakonia” es traducido “ministerio” o “servicio”. En algunos casos es
traducido “administración” debido al contexto. En Hechos 11:29 es traducido “socorro” porque el
servicio al que se refería era dar recursos a las personas que sufrían de una carestía.
B. Un Ejemplo de Diakonos
El original y significado más limitado de “diakonia” tienen que ver con servir la comida.
1. John 2:5, 9 - Cuando Jesús estaba en las bodas en Cana, “u madre dijo a los que servían…[Gr.,
“diáconos” – los meseros], Haced todo lo que os dijere” (v. 5). Luego el versículo 9 dice: “Cuando
el maestresala probó el agua hecha vino, sin saber él de dónde era, aunque lo sabían los sirvientes
que habían sacado el agua, llamó al esposo” En este pasaje “diáconos” fue usado para un grupo de
meseros en una boda
2. Lucas 4:39 La suegra de Pedro se puso muy enferma. Después de que Jesús la sanó, el texto dice:
“y levantándose ella al instante, les servía [Gr. Diakoneo].” El contexto implica que ella ministró
sirviendo una comida.
Otros tres textos en los evangelios utilizan “diáconos” en referencia a servir una comida (Lucas
10:40; 17:8; Juan 12:2).
C. El Significado de Diakonos
1. Nivel uno – servicio general
“Diáconos” fue ampliado de su significado limitado para aplicarse a toda clase de servicio en
general.
a) Romanos 13:4- Aquí “diáconos” se usa para describir a un funcionario público o a un criado.
Tales oficiales castigan a los malhechores y recompensan a aquellos que hacen bien.
b) Juan 12:26-Jesús dijo: “Si alguno me sirve, sígame” Seguir a Jesús constituye “diakonia” –
servicio o ministerio.
Como los evangelistas y escritores de las epístolas adaptaron el término en un sentido amplio para
toda clase de servicio espiritual. Basados en lo que Jesús dijo, identificaron el seguir a Cristo con
servirle. El servicio espiritual es el énfasis principal de la vida cristiana. Cualquier cosa que
hacemos en obediencia a la Palabra de Dios es servicio. En ese sentido todos estamos en el
ministerio. De ningún sentido los diáconos prestan servicio y todo el mundo observa. No hay un
nivel de liderazgo hecho de ancianos y pastores, un nivel de servicio hecho de diáconos, y un nivel
de espectador hecho levantado de todos los demás creyentes. No hay una audiencia en la iglesia
todos estamos en el ministerio. Todos hemos sido llamados a someternos nosotros mismos al Señor
Jesucristo. Él dijo: “donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi
Padre le honrará.” (Juan 12:26). Todos nosotros somos Sus siervos.
c) 1 Corintios 12:4-5 – Dentro de este rango amplio de servicio, “hay diversidad de dones, pero el
Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios [Gr. “diakonia”], pero el Señor es el mismo.”
Todos los cristianos están en alguna forma de servicio espiritual. Todo son diáconos en ese sentido
general porque todos nosotros debemos prestar servicio de diversas maneras.
d) 2 Corintios 9:1- “en cuanto a la ministración para los santos…” Aquí Pablo empieza un debate
acerca de nuestro papel común de servir a los santos. Todos estamos comprometidos en el servicio.
Servimos a Dios cada vez que obedecemos a Su Palabra y a Su Espíritu. Cada vez que hago lo que
es correcto, ofrezco un servicio a El. Y servimos el uno al otro cuando conocemos las necesidades
de cada quien.
e) Efesios 4:11-12 – “Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros,
evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del
ministerio [Gr. “diakonia”]”. Mi trabajo como anciano y pastor es madurar a los santos para que
puedan servir a otros.
Todos nosotros somos llamados siervos de Cristo. Estamos bajo órdenes. Cristo es nuestro Señor y
nuestro amo. Él nos ha invitado a entrar a un servicio espiritual. Le servimos obedeciendo la
Palabra de Dios, siguiendo la dirección del Espíritu de Dios, sometiéndonos a la autoridad de la
iglesia, y supliendo las necesidades de aquellos a nuestro alrededor. Es una cosa decir, “me
enorgullezco de poder servirle a mi país,” o “me enorgullezco de haber servido a esta gran causa”.
Pero eso no se acerca a poder decir “que he sido invitado a entrar al servicio del Rey de reyes y
Señor de señores – Jesucristo mismo”. Ese es nuestro llamado elevado y sagrado – la vocación a la
cual hemos sido llamados (Efes. 4:1).
2. Nivel dos – servicio espiritual
En Romanos 12:4-7 Pablo dice: “Porque de la manera que en un cuerpo tenemos muchos miembros,
pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo
en Cristo, y todos miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones, según
la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe; o si de servicio
[Gr., diakonia], en servir [Gr. “diakoneo]”.
Aquí Pablo identifica dones especiales de servicio. Es paralelamente a su uso de los dones de ayuda
en 1 Corintios 12:28. Dios excepcionalmente ha designado a algunas personas para servirle.
Mientras que todos están en el servicio de Cristo, algunos han sido especialmente dotados por el
Espíritu de Dios para servirle.
En 1 Corintios 16:15 Pablo dice: “Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias
de Acaya, y que ellos se han dedicado al servicio [Gr. “diakonia”] de los santos.”. La familia entera
fue caracterizada por el servicio a otros. Todos nosotros debemos servir a otros, pero algunos de
nosotros somos especialmente dotados en esa área.
3. Nivel tres – servicio oficial
En mi opinión el único argumento bíblico específico del oficio de diácono está en 1 Timoteo 3.
Constituye un tercer nivel de servicio espiritual además del servicio general de cada creyente y el
servicio espiritual de creyentes específicos. Los diáconos prestan servicio en una aptitud oficial
como siervos de la iglesia. Nosotros podemos llamarles fácilmente siervos.
a) La similitud con los ancianos
Aunque son siervos, no se supone que diáconos hagan todo el trabajo – deben ser modelos de virtud
espiritual para todos los demás. En ese sentido están junto a los ancianos. Los ancianos y los
diáconos no están en planos espirituales diferentes. Los ancianos han recibido autoridad porque
ejercen el poder de la Palabra de Dios en su enseñanza. Pero los diáconos deben ser iguales a los
ancianos en todos los demás aspectos.
De hecho, no hay diferencia en sus cualidades espirituales.
b) La diferencia con los ancianos
Mientras que los diáconos deben ser tan piadosos como los ancianos, difieren de ellos en términos
de su habilidad para enseñar. La autoridad de los pastores y ancianos se basa en su proclamación y
exposición de la Palabra de Dios. Sin embargo, justo al lado de los ancianos vienen aquellos que
aplican lo que ha sido enseñado y cuyas vidas no son menos piadosas que las de ellos. Los diáconos
deben levantar a la congregación a un nivel más alto de virtud espiritual, no se distinguen entre si
como personas anormalmente piadosas que la congregación nunca podría esperar imitar.
En Filipenses 1:1 Pablo dirige su carta a “los ancianos y diáconos [Gr., diáconos]” en Filipos. Esa
podría ser una referencia a los diáconos oficiales, o podría ser simplemente una referencia a los
líderes y los seguidores en un sentido general. Sin embargo las referencias en 1 Timoteo 3 son
definitivamente específicas acerca del oficio de diácono.
D. Las Supuestas Referencias a Diakonos
Algunos han sostenido la opinión de que hay otras referencias específicas para los diáconos a otra
parte en la Escritura. Examinaremos esas supuestas referencias.
1. Referente a ciertos hombres
a) Pablo
Algunos creen que Pablo fue un diácono. Ese es un asunto principal para aquellos que apoyan la
autoridad del diácono en la iglesia. Pero Pablo fue un apóstol, no un diácono. Él mismo dijo, “soy
apóstol a los gentiles, honro mi ministerio” (Rom. 11:13). La palabra griega traducida “ministerio”
es diakonia. Pablo decía que él se gloriaba en de servir a Cristo. Él fue un diácono en un sentido
general y no específico. Todos nosotros, sea cual sea nuestro ministerio, es para rendir servicio a
Dios. Pero el oficio de Pablo fue el de un apóstol. Pablo habló de su servicio muchas veces, pero él
estaba siempre seguro en decir que él era un apóstol (e.g., 2 Cor. 10-12).
b) Timoteo
En 1 Timoteo 4:6 Pablo dice a Timoteo: “Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro [Gr.
Diáconos] de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido.”
Basados en este versículo algunos han dicho que Timoteo fue un diácono, y un buen diácono en lo
que a eso se refiere. Pero se sabe que Timoteo no fue un diácono en el sentido tradicional. En 2
Timoteo 4:5 Pablo le dice: “haz obra de evangelista, cumple tu ministerio [Gr., diakonia]”. La
“Diakonia” de Timoteo fue su oficio como un evangelista proclamador y un papel de predicador
bien definido del oficio de diácono.
c) Tíquico
En Efesios 6:21 Pablo llama a Tíquico “fiel ministro” [Gr., “diáconos”]. Tres veces en efesios Pablo
utilizó diakonos, pero nunca en una forma técnica. Él siempre acostumbraba esto con referencia a
un servicio general. Por eso no podemos asumir que Tíquico era un diácono.
d) Epafras
En Colosenses 1:7 Pablo llama a Epafras: “fiel ministro” [Gr., “diáconos”]. Pablo también se refirió
a sí mismo como “diáconos” en Colosenses 1:23, 25. Puesto que estamos seguros de que Pablo no
se llamaba diácono, es improbable que tampoco él llamara a Epafras así.
2. Referente A Hechos 6
Muchas personas creen que los primeros diáconos en la iglesia son los siete hombres referidos en
Hechos 6. Sea lo que hayan sido esos hombres, nunca son llamados diáconos.
a) El relato
Hechos 6:1 dice: “en aquellos días [el tiempo de la Pascua]… como creciera el número de
discípulos”. Hay tantos como veinte mil creyentes en Jerusalén, un buen porcentaje de ellos
peregrinos que vinieron a la ciudad para las fiestas. Cuando creyeron en Cristo, muchos se quedaron
y pasaron a formar parte de la iglesia.
Hubo dos clases de judíos en el mundo: judíos palestinos (aquellos que vivieron en Palestina) y los
judíos helenísticos (aquellos que habían sido nacidos y surgidos fuera de Palestina en el mundo
griego). Los judíos helenísticos viajarían por Jerusalén para la Pascua.
(1) El Problema
Con semejante gran número de judíos helenísticos uniéndose a judíos palestinos como cristianos
dentro de un crecimiento rápido de la iglesia, surgió un problema. Hechos 6:1, “hubo murmuración
de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución
diaria.” Pudieron haber existido varios centenares de viudas en la iglesia que necesitaban auxilio,
muchas de ellas eran judías helenistas.
Cuidando a los Pobres y Necesitados
Las viudas cristianas vinieron a ser del cuidado de la iglesia – una función de la iglesia heredada de
una práctica judía común. El pueblo judío tenían – y a un tienen – un compromiso fuerte de cuidar
de los pobres y necesitados. Ese compromiso se basó en la instrucción de Dios en el Antiguo
Testamento. Con el paso de los años desarrollaron una manera sofisticada de suplir necesidades.
William Barclay nos dice que cada mañana de viernes en la sinagoga dos coleccionistas iban al
mercado y a las casas a reunir dinero y bienes para dar a los pobres y necesitados. Esos recursos
eran entonces distribuidos para aquellos necesitados en la comunidad.
Aquellos que tenían una necesidad temporal recibían justo la adecuada cantidad para sobrellevar su
dificultad; aquellos que requería un apoyo normal recibían suficiente para catorce comidas dos
comidas al día durante siete días. Llamaron a esa distribución el “Kuppah” o Canasta. Además de
una colección diaria de comida hecha de casa en casa para aquellos que estaban en una situación de
emergencia y necesitaban comida para ese día. Esa distribución era llamada el Tamhui, o Bandeja
(The Acts of the Apostles, ed. Philadelphia: Westminster, 1976 revisado, p. 51).
El pueblo judío no hizo énfasis en una persona dando a otro necesitado; hicieron énfasis en que los
recursos deberían ser dados a la sinagoga a fin de que los hombres sabios en posiciones de liderazgo
los pudiesen distribuir correctamente.
La iglesia adquirió la práctica de la sinagoga. Pero una discusión sucedió en la iglesia cuando los
Judíos helenísticos se quejaron de que sus viudas no recibían su parte justa de la comida que era
distribuida.
(2) La solución
¿Cómo resolverían el problema de los líderes de la iglesia?
(a) El dilema de los doce
Hechos 6:2 dice: “Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es
justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas.” Esa es una línea indicada de
demarcación: Algunas personas en la iglesia necesitan enseñar la Palabra de Dios y otros necesitan
encargarse del negocio de la iglesia. Esa línea de demarcación se mantiene intacta en las epístolas
pastorales. La prioridad para los apóstoles no era dejar la Palabra de Dios para distribuir comida.
Estaban tratando discipular a miles de nuevos convertidos. Eso era una tarea tremenda que no
podrían pasar tiempo determinando cómo traer equidad en lo tocante a la distribución de comida.
(b) La decisión de lo doce
Hechos 6:3 dice, “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio,
llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo.”
Note que fueron señalados para una tarea específica. No hay referencia a un oficio en ese versículo.
Luego el versículo 4 dice: “Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio [Gr., diakonia]
de la palabra”.
Los únicos usos de “diakonia” son en referencia a los apóstoles (v. 4) y para la “diakonia” diaria de
servir a las viudas (v. 1). No hay ningún lugar donde los siete hombres sean llamados diáconos. Los
apóstoles realizaron su servicio (proclamar la Palabra) y las personas realizaron la de ellos
(distribuir comida a las viudas). Pero esos dos versículos no se refieren a los diáconos
específicamente.
Basado en Hechos 6:2, la iglesia pos-apostólica de Roma permitió solo siete diáconos para
distribuir artículos a los pobres. Pero no creo que el Espíritu Santo intentó de Hechos 6:2 establecer
un orden.
(C) La delegación de lo doce
Hechos 6:5-6 dice: “agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe
y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de
Antioquía; a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.”
b) La respuesta
Hay tres razones de porque no creo que esos siete hombres fueron diáconos reales.
(1) El uso general de diakonia
Lucas (el autor de Hechos) utilizó a “diakonia” en un sentido general para querer decir servicio. La
única vez que es usado con referencia a ciertos individuos está en el versículo 4, donde está
vinculada con los apóstoles.
El Nuevo Testamento nunca se refiere a los siete hombres como diáconos. De hecho, el libro de
Hechos nunca se refiere a los diáconos, algo que esperaríamos si esos siete hombres fueron los
primeros de un nuevo orden. Uno esperaría que ellos fueran evidentes en Hechos 11 cuando una
carestía sucedió en Judea. Hechos 11:29-30 indica que la iglesia en Antioquía como un todo, no un
orden especial de diáconos, enviados ara ayudar a los ancianos en Judea.
(2) La naturaleza específica de la tarea
Esos siete hombres fueron escogidos para una tarea específica. Eran honestos como para poderles
confiar dinero, y eran llenos del Espíritu y de sabiduría así es que podrían discernir las necesidades
de las personas. No fueron escogidos crisis por una sola ocasión, no instalados en un oficio de
tiempo completo. Si habían sido escogidos como diáconos, pudiéramos esperar que hubieran
aparecido más tarde en el libro de hechos.
Interesantemente todos los siete tenían nombres griegos. Si fueran un grupo en desarrollo de
diáconos en la iglesia en Jerusalén, parece extraño que todos ellos hubiesen sido judíos griegos.
Pero si estuviesen señalados para una tarea específica de ayuda a viudas helenistas, tiene sentido
que las personas escogerían a griegos para hacer eso.
Sin embargo, Hechos 6 nos provee de una mirada preliminar de la función de diáconos. Aquí los
apóstoles fueron asignados a la Palabra y a la oración mientras que los siete cuidarían de una cierta
tarea. Ese tipo de organización es básico para la iglesia. Según 1 Timoteo 3 los ancianos deben
enfocar la atención en enseñar la Palabra y supervisar a la iglesia mientras los diáconos se enfocan
implementando y aplicando la Palabra.
(3) El papel del anciano implícito de los hombres
Hechos 6 nos da un precedente histórico de la función de los diáconos, pero los siete hombres no
fueron diáconos reales. De muchas formas fueron más como ancianos. Hechos 6:7 dice: “Y crecía
la palabra del Señor”. ¿Por qué aumentó? Porque los apóstoles tuvieron libertad de invertir tiempo
para la Palabra y la oración. Los versículos 7-8 continúa: “y el número de los discípulos se
multiplicaba grandemente en Jerusalén; también muchos de los sacerdotes obedecían a la fe. Y
Esteban [uno de los siete], lleno de gracia y de poder, hacía grandes prodigios y señales entre el
pueblo.”¿Pudo ser que los demás hicieron lo mismo? Esos siete hombres bien pudieron haber sido
evangelistas especialmente dotados que salieron afuera en la ciudad realizando señales, y
maravillas, y actos poderosos al ir predicando.
Se sabe que Felipe, otro de los siete, fue un predicador poderoso, y milagroso (Hechos 8:5-8). Si los
otros cinco fueren como Esteban y Felipe, fueron más bien como apóstoles que como diáconos.
II. EL TRASFONDO DE 1 TIMOTEO 3
Pablo escribió 1 Timoteo cerca del 64 A.D. La iglesia había estado en existencia por
aproximadamente treinta años. (Cristo fue crucificado poco después del 30 A.D.) Timoteo estaba
sirviendo como pastor de la iglesia en la iglesia de Efeso – una iglesia que había crecido y se había
desarrollado inicialmente bajo Pablo por tres años (Hechos 20:31), y luego bajo líderes adiestrados
por Pablo.
Se había vuelto aparente para Pablo que la iglesia en Efeso necesitaba no sólo maestros de la
Palabra que servirían como supervisores y ancianos, sino que también los administradores y
trabajadores para implementar lo que los ancianos les enseñaron. Un número creciente de personas
se había levantado en lugares de servicio oficial. Entonces Pablo dio a Timoteo instrucciones sobre
el tipo de hombres que él debería escoger para hacer ese trabajo.
Hay un nivel de servicio en el que todos estamos comprometidos, un nivel de servicio para aquellos
específicamente dotados para servir, y un nivel de servicio de personas capacitadas que representan
e implementan la autoridad de los ancianos y pastores de la iglesia. No sabemos exactamente
cuándo se establecieron los papeles de los ancianos y los diáconos en la iglesia, pero sabemos que
para cuando Pablo escribió 1 Timoteo esos oficios fueron reconocidos y ocupados por modelos de
virtud espiritual. Los ancianos y los diáconos comparados y contrastados,
Primera Timoteo 3:8-13 no menciona nada acerca de los deberes específicos de los diáconos. Pero
trata las características personales, al igual que la sección sobre los ancianos en los versículos 1-7.
1. Los ancianos
Si tuviese que definir mi tarea como pastor y anciano, la resumiría simplemente diciendo esto:
Gane, enseñe, entrene y envíe. No tenemos que trabajar duramente para determinar qué se suponme
que haremos. Debemos enseñar la Palabra de Dios. ¿Por qué? Para ganar a personas para Cristo.
¿Por qué? Para que puedan crecer en la fe. ¿Por qué? Para que puedan ser entrenados para ganar
personas para Cristo. Luego los enviamos a hacer esa misma cosa.
2. Los diáconos
Los diáconos ayudan a los ancianos a implementar su tarea. La distinción entre los dos es que la
Escritura dice que los ancianos deben enseñar. Eso no quiere decir que los diáconos no puedan
enseñar o no deban enseñar. Ciertamente deberían ser fuertes de doctrina sana. También deberían
estar llenos de fe, llenos del Espíritu, llenos de sabiduría, y tener buena reputación al igual que los
hombres en Hechos 6. Deben ser personas de integridad. Manifestar que los diáconos no son
maestros principales en la iglesia no quiere decir que sean ignorantes teológicamente. Primera
Timoteo 3:9 dice que ellos mantienen “el misterio de la fe con limpia conciencia.” Eso quiere decir
que no sólo saben la verdad sino que también viven la verdad.
Conclusión
Todo el mundo en la iglesia debe prestar servicio de algún modo. Algunos sirven con dones únicos
y una cierta cantidad prestan servicio en una aptitud oficial. Y pueden ser hombre o mujer (1 Tim.
3:11). Son modelos de servicio para Cristo y Su iglesia. Las aptitudes para tanto ancianos como
diáconos son las mismas, pero los diáconos funcionan bajo el liderazgo de los ancianos. No
obstante los diáconos, ya sea varón o mujer, deben ser considerados como líderes en la iglesia.
Deben llevar la delantera en el ejemplo. Cada iglesia necesita el liderazgo pastoral y el de servicio.
No podríamos lograr una cosa si no fuera por los hombres y mujeres que llevan la administración, la
implementación, y la aplicación de la Palabra de Dios.
Enfocándonos en los hechos
1. ¿En que las formas las cualidades de los ancianos y los diáconos son paralelas (vea p.1)?
2. Defina a “diakonia” y las palabras relacionadas “diáconos” y “diakoneo”. En la mayoría de los
casos, ¿cómo utilizaron los escritores del Nuevo Testamento estas palabras (vea p. 2)?
3. ¿Cuál era el significado original más limitado de “diakonia” (vea a pp. 2)?
4. ¿En qué sentido están todos los cristianos en el ministerio (vea p. 3)?
5. Lo que hace 12:7 de romanos indique acerca del servicio dado por algunas personas (p de la sede.
¿4)?
6. ¿En qué función difieren los ancianos de los diáconos (vea p. 5)?
7. ¿Por qué no pudo haber sido Pablo un diácono (vea pp. 5-6)?
8. ¿Por qué Timoteo no pudo haber sido un diácono (vea p. 6)?
9. ¿Qué es lo que muchos asuenen que sucedió en Hechos 6 (vea p. 6)?
10. Según Hechos 6:1, ¿que problema surgió en la iglesia en Jerusalén (vea p. 7)?
11. ¿Qué práctica adaptó la iglesia de la sinagoga? Explique (vea p. 7).
12. ¿Cómo resolvieron el problema los líderes de la iglesia de Jerusalén (vea a pp. 7-8)?
13. ¿Por qué los siete hombres mencionados en Hechos 6:5 probablemente no fueron diáconos?
Explique cada razón (vea pp. 8-10).
14. Por qué Pablo escribió a Timoteo acerca de las cualidades para los ancianos y diáconos (vea p.
10)?
15. Compare y contraste a los ancianos de los diáconos (vea pp. 10-11).
Reflexionando los Principios
1. Lea Juan 12:26. ¿Qué clase de personas honran a Dios? ¿Significa esto que El honra a los
ancianos y a los diáconos solamente, o a todos los creyentes? ¿Qué quiere decir seguir a Cristo?
Basado en sus respuestas, ¿demuestra su vida que es un seguidor de Cristo? Un creyente verdadero
simplemente no puede venir a la iglesia, escuchar el sermón, disfrutar la comunión con las personas,
y luego irse. Él o ella debe estar activamente involucrado en servir a Cristo.
¿Qué puede hacer usted hoy para comenzar a cumplir con su papel como un seguidor de Cristo?
Para ayudarle a entrar en su tarea, aprenda de memoria Juan 12:26: “Si alguno me sirve, sígame; y
donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará.”
2. Según Hechos 6:3 las personas que se buscaron eran hombres “de buen testimonio, llenos del
Espíritu Santo y de sabiduría”. Hechos 6:5 menciona que Esteban era también lleno de “fe”. Esas
características identifican a siete hombres de integridad. ¿Puede ser usted caracterizado como una
persona de integridad? En una escala del 1-10, ¿cómo se calificaría en cada uno de esas cuatro
características? ¿En cual es usted más débil? Hágale a su meta en esta semana para mejorar su andar
cristiano en esa área. Por ejemplo, si usted es más débil en su fe, busque “fe” en una concordancia y
haga un estudio de palabra sobre ese tema. O usted podría hacer una lista de todas las veces que
Dios ha sido fiel en bendecir su vida, y eso a su vez aumentará su fe en él.

También podría gustarte