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Qué hacer en caso de ciberataque

Evidentemente el plan de riesgo debe contemplar todas las actuaciones que se


deben llevar a cabo ante esta fatalidad. Yendo un poco más lejos, se puede
establecer que una empresa debe abordar su ciberseguridad desde tres
perspectivas: prevención, respuesta inmediata y gestión de reclamaciones.

La fase de prevención
Los entes deben asumir que han de hacer todo lo posible por disminuir los
riesgos frente a la ciberdelincuencia. Al margen de las pérdidas económicas y
la pérdida de datos o matrices fundamentales para el ente, cabe destacar el
revés que sufre su reputación como marca.
La situación no es fácil. Por eso hay que hacer mucho hincapié en la necesidad
de tener un método preventivo. Este puede dividirse en dos aspectos
fundamentales: la prevención digital y la prevención legal.
La primera debe articularse en torno a una buena analítica que determine los
aspectos internos y externos que resultan más vulnerables. Después se
deberán establecer los protocolos de seguridad correspondiente con los
soportes más indicados.
En cuanto a la prevención legal, fundamentalmente se trata de extremar el
cuidado en el cumplimiento de todos los requisitos legales y necesarios para
proteger los datos. Con estas diligencias se reducen la eventualidad de ser
sancionados, las reclamaciones de los titulares de los datos y la posibilidad
de que terceros accedan a información de carácter privado.

La respuesta inmediata
A pesar de tener un plan de prevención, los ciberdelincuentes encuentran las
formas de vulnerar la seguridad de los entes. En estos casos, dar una
respuesta inmediata es fundamental.
Es necesario que en esta fase se coordine a todo el personal y a todos los
departamentos que deben actuar y se vean implicados.

1. Departamento de tecnología. Personal calificado que puede devolver cuanto


antes la normalidad al sistema informático, parchear la falla y recuperar datos.
Hace que la empresa funcione con normalidad lo antes posible.
2. Departamento legal. Notificación de la sustracción de datos a los usuarios
afectados, evaluación de consecuencias legales y fórmulas para resolverlas.
3. Gabinete de gestión de crisis. Iniciar las acciones necesarias para disminuir
el daño a la marca y minimizar la crisis de reputación.

Gestión de reclamaciones
Puede que el ciberataque haya sido neutralizado y la compañía vuelva a estar
operativa. No obstante, cabe la posibilidad de que los afectados reclamen
indemnizaciones por la violación de sus datos personales y que terceros
reclamen daños y perjuicios como compensación.
Este camino deberá ser gestionado por el gabinete legal o a través de
un seguro de ciberresponsabilidad.
Como se puede observar, hace mucho que el ciberataque informático dejó de
ser cosa del futuro. Sin lugar a dudas resulta imprescindible que las empresas
estén preparadas para actuar frente a ellos.

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