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UNIVERSIDAD DE CUAUTITLAN IZACLLI

MAESTRÍA EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN

LA HERENCIA QUE NOS DEJO UN CAMBIO DE PARADIGMA


ENSAYO SOBRE LA REVOLUCIÓN FRANCESA

PROF. JOSÉ ANTONIO QUIÑONES SPINDOLA


ESAÚ MONTES MENDOZA
GRUPO. M-14241
LA HERENCIA QUE NOS DEJO UN CAMBIO DE PARADIGMA

El estudio de la Revolución Francesa es meritorio porque es considerado un


hecho muy significativo en la Historia mundial, de tal manera que la política
europea entre 1789 y 1914 estuvo basada en la lucha constante a favor o en
contra de los principios que fueron declarados en ella, ademas de marcar un
antes y un despues dentro de la formacion educativa en el mundo. A pesar del
tiempo y los estudios sobre la Revolución francesa, aún están por aclarar
numerosas cuestiones, como si se dio una revolución, o al menos una
reacción, de la aristocracia contra el rey, al ver que podían perder sus
privilegios.

Con la revolución se produjo un cambio fundamental en la estructura de las


relaciones políticas, sociales, económicas y culturales de Francia. La
Revolución Francesa, por una serie de razones se destaca de las demás
revoluciones que acontecieron por ésta época. Francia era el país más poblado
de Europa Occidental, el más próspero del continente y también el que gozaba
de mayor prestigio intelectual como centro de iniciativa de la revolución
ideológica del Siglo XVIII.

La revolución marca el fin del Antiguo Régimen y el surgimiento de una nueva


organización politica, qué se fue afirmando paulatinamente. Sin embargo, la
Revolución no se puede considerar un hecho excepcional, sino un proceso
lógico. Se explica como un estadio clave en la evolución de la sociedad, en el
tránsito hacia una sociedad capitalista propio de los países Atlántico-
occidentales. De esta manera forma parte de las denominadas revoluciones
burguesas, o revoluciones Atlánticas, donde se logró la transformación de las
estructuras feudales en estructuras propias de sociedades capitalista, por
medio de la unidad nacional y de la destrucción del régimen señorial.
Es probable que la revolución Francesa no se hubiera producido en el
momento en que aconteció si no hubiera contado con la experiencia del triunfo
de otras revoluciones, inspiradas en los principios. Desde este punto de vista,
la revolución Norteamericana es la gran experiencia de los futuros
revolucionarios franceses, y su triunfo, un poderoso acicate.

La organización política del Antiguo Régimen, la Monarquía absoluta, cuyos


defectos se concretaban en la omnipotencia real de derecho divino, consistía
en la coexistencia de tres estados: el noble, el eclesiástico y el llano aunque
esto sólo era en un plano jurídico, ya que las Cortes o Estados generales no se
reunían desde Luis XIII y el poder se concentraba en manos del primer
ministro, quien con otros y un encargado de las finanzas dirigía la vida del país.
Administrativamente el Estado era centralista pero sin orden, es decir, más bien
con una organización caótica, pues no coincidían las demarcaciones políticas,
las de los intendentes o fiscales y las eclesiásticas, dándose la apariencia de
que Francia era un conjunto inorgánico de tierras sólo unidas en la persona del
rey. Este lujo era también de la burguesía, que era en el Antiguo Régimen la
clase más rica de la nación. Paradójicamente, esta clase estaba penetrada del
liberalismo, racionalismo, escepticismo e ironía que el pensamiento francés
contemporáneo había vertido sobre ella. Se veía, por otra parte, sin acceso
legal al gobierno de una nación cuyo régimen era ya caduco e incapaz para
regirla, gastado e injusto. En verdad no es la miseria popular, concentrada en
París, pero no tan y la apetencia de gobierno de la burguesía.

Los monarcas absolutos concentran en sus manos el poder legislativo, el poder


ejecutivo y el poder judicial, mandan sobre el ejército y todas las instituciones
del estado. Probablemente la definición más contundente de la monarquía
absoluta la daría un rey de Francia, Luis XIV, cuando pronunció su famosa
frase: “L'Etat, c'est moi”, es decir, “el Estado soy yo”.

Las sociedades del Antiguo Régimen se caracterizan por tener una población
estancada, sometida periódicamente a las llamadas crisis de subsistencia, y
que aún no han conocido la revolución demográfica que hará crecer la
población europea a ritmos nunca antes conocidos. Se trata de una sociedad
formada por grupos muy cerrados; La sociedad estamental se caracteriza por
la desigualdad legal entre los diferentes grupos sociales o estamentos. De un
lado distinguimos el grupo de los Privilegiados, constituidos por la nobleza y el
alto clero, que poseían enormes riquezas provenientes de las rentas de la tierra
y gozaba de exenciones fiscales estaban excluidos del pago de varios
impuestos, eran juzgados según leyes distintas a las del pueblo, y se
reservaban los cargos más importantes del ejército, la iglesia y el estado.

De otro lado tendríamos al estamento no privilegiado (llamado tercer estado en


Francia), que no era un grupo nada homogéneo, pues cabían en él, desde ricos
burgueses dedicados al comercio internacional o a actividades bancarias (que
nada envidiaban a la nobleza en cuanto a riqueza) hasta el más humilde de los
campesinos, pero que tenían en común el hecho de ser quienes sostenían
económicamente el país con su trabajo, y el estado con sus impuestos. El
tercer estado constituía habitualmente 9/10 de la población, de ellos la mayoría
campesinos pobres.

Rousseau, colaborador de la Enciclopedia, influyó también sobre las


revoluciones políticas de la era contemporánea de forma decisiva, en especial
con sus teoría de la voluntad general, esto es, al defender que el poder no tiene
el origen divino que exponen los defensores de la monarquía absoluta, sino
que el poder reside en todos y cada uno de los miembros del pueblo. La idea
de la Soberanía Nacional (el soberano es el pueblo, la nación) está presente en
todas las constituciones liberales que se redacten desde finales del siglo XVIII,
y es aún hoy la base de nuestras modernas democracias. Rousseau cree en
los llamados derechos naturales del hombre. Según Rousseau los hombres
nacen libres e iguales en derechos, pero a lo largo de la historia los diferentes
regímenes políticos han corrompido a los hombres. Es hora, según Rousseau,
de fundar un nuevo sistema político que se base en esa igualdad de derechos,
en la soberanía nacional. Las ideas de Rousseau se reflejarán tanto en la
Declaración de Derechos del Hombre.
En 1795 el gobierno decide impulsar la redacción de una nueva Constitución
que en muchos aspectos supone una vuelta a la de 1791, pues contemplaba el
sufragio censitario e incidía en que la igualdad era sólo ante la ley, sin
contemplar los aspectos sociales que sí se incluyeron en la Constitución de
1793. La Constitución de 1795 dejaba el poder ejecutivo en manos de un
Directorio de cinco miembros, mientras el poder legislativo residía en dos
cámaras. La inestabilidad seguirá en 1797 con una nueva revuelta de los
partidarios de la monarquía reprimida con el apoyo del ejército. Cuando al año
siguiente una nueva insurrección de los monárquicos necesite el apoyo del
ejército, quedará ya claro que el futuro de la revolución y de Francia estará en
manos de los generales, y en especial de Napoleón Bonaparte quién en 1799
dará un golpe de estado que pondrá todo el poder en sus manos. Este proceso
de acumulación de poder en manos de Napoleón se hará de una forma clara,
pero progresiva. Primero en la Constitución del año VIII , que deja el poder en
manos de tres cónsules, de entre los cuales, el primer Cónsul, Napoleón
Bonaparte, posee el poder efectivo, mientras los otros dos tienen sólo
funciones consultivas. En 1802 la Constitución del año X dictada por él le
nombrará cónsul único con carácter vitalicio, para en 1804 ser proclamado
emperador. Napoleón fundamentó su poder en los triunfos en política exterior,
conquistando la mayor parte de Europa, y en la reorganización y pacificación
interiores. Más tarde en el año 1804 se hizo coronar emperador y consolidó el
poder de una burguesía enriquecida por los beneficios de la guerra y de una
casta militar surgida con la Revolución Francesa. Se conformaba también un
grupo de pequeños y medianos propietarios agrícolas, nacidos con la
Revolución y beneficiarios del reparto de las propiedades feudales.

Napoleón organizó la Corte según el modelo de La monarquía borbónica: con


un gran lujo y ceremonial. Creó títulos y privilegios y se rodeó de una “nueva
nobleza” de burgueses enriquecidos, a quienes concedería, junto a los
miembros de su familia, muchos de los territorios conquistados. Anuló la
libertad política, la libertad individual y la libertad de expresión. Se limitaron las
actividades intelectuales y espirituales. Apoyó su poder en una ideología, por lo
que creó la Universidad Imperial, pretendiendo dirigir el desenvolvimiento de
las artes, las ciencias y las letras, que debían expresar sus ideas. Utilizó a la
Iglesia con la misma finalidad. Inició la era de soldados y decretó nuevos
presupuestos. Elaboró sus famosos códigos: de procedimiento civil, de
comercio y penal, que dieron a Francia un conjunto homogéneo de leyes,
implantadas en otras regiones europeas y que pasaron a América, influyendo
en la legislación de las nacientes repúblicas. Con la llegada de Napoleón
Bonaparte no finalizó la revolución, pues algunos de sus cambios perdurarán.
Así la revolución supone el fin de la monarquía absoluta en Francia. La pérdida
de los privilegios de la Iglesia y la Nobleza ya no tendrá marcha atrás. Ni
tampoco lo tendrán los derechos feudales, ni el diezmo que se pagaba a la
iglesia, ni la venta de las tierras del clero a particulares.

El propio Napoleón impulsará la redacción de un nuevo código legal para toda


Francia, que recogerá buena parte de las leyes revolucionarias. El llamado
código napoleónico se caracteriza por contemplar la igualdad legal de todos los
ciudadanos y define un sistema judicial en el que se presupone la inocencia del
acusado que recibe asistencia legal del estado.

Por tanto, la "herencia" de la revolución puede resumirse en el fin de los


privilegios legales típicos del Antiguo Régimen, en la disminución del control de
la sociedad por la Iglesia, en la existencia de unas leyes basadas en el principio
de la igualdad de todos ante la ley y en el respeto de las llamadas libertades
individuales, un nuevo modelo educativo formando maestros y llevando la
educacion a toda francia, ademas de facilitar la educacion para todos los
ciudadanos y alfabetizando a la mayor parte de su poblacion, se dividieron las
etapas escolares en primaria, secundaria y la creacion de universidades y los
primeros titulos universitarios, sin duda la Revolucion Francesa marco la
historia de la humanidad co avances que nos acercaron al futuro que tenemos
hoy y produjo los beneficios que la humanidad necesitaba.

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